El General Oaxaqueño de origen mixteco se encuentra en el catálogo de los villanos de la Historia nacional, junto a Iturbide, Miramón y Maximiliano; esto resulta irónico, después de observar que fue el propio Díaz quien patrocinó la elaboración de lo que hoy conocemos como la "Historia oficial" mexicana, con historiadores como Luis Pérez Verdía, Orozco y Berra, Vicente Riva Palacio o Alfredo Chavero, tanto la obra del historiador jalisciense mencionado en primer término como la de "México a Través de los Siglos" escrita colectivamente por los mencionados después, muestran la parcialidad más manifiesta en favor del bando de los Liberales, a pesar de alegar ser imparciales y se describió todo en la forma más maniquea y simplona: héroes y villanos, buenos y malos, pobres vs. ricos, y los perdedores son los triunfadores, y los que vencieron, los merecedores del desprecio de la memoria del pueblo.
Este yo creo que fue uno de los grandes errores de Don Porfirio, y él mismo lo pagó al ser incluido entre los "malos" el haber apostado por una Historia en que se honrara al extremo a los de su partido y cómo no, a su mentor y después enemigo: el Licenciado Benito Pablo Juárez García, al que sin embargo, no dejó núnca de admirar, quizá por que demostró que los indígenas podían encumbrarse, siempre y cuando dejaran de ser indígenas culturales; el segundo más grande error de Don Porfirio fue el no promover la expansión de la educación, mientras que países como EUA o Argentina se impulsó la apertura de instituciones educativas y universidades, México seguía siendo un país iletrado. Cuando reaccionó y reabrió la Universidad de México en 1910 con Don Justo Sierra como Secretario de Justicia e Instrucción Pública ya era demasiado tarde.
El tercer error de Don Porfirio fue el que siendo indígena fue el promotor de la marginación y empobrecimiento de los de su raza: al aplicar religiosamente las ideas de la reforma juarista se suprimió la propiedad colectiva de la tierra y las comunidades que desde tiempos prehispánicos conservaban sus tierras y las hacían producir las perdieron, lo mismo, las tierras de la Iglesia que eran arrendadas a los sin propiedad y para nada eran bienes muertos pues producían bastante, fueron todas adquiridas por los grandes latifundistas que engrandecieron sus de por sí ya grandes haciendas o por otros nuevos, muchos de ellos extranjeros: ingleses y españoles especialmente y también alemanes en Chiapas, donde se dedicaron al cultivo del café y del tabaco en el llamado Valle Nacional, donde muchos disidentes fueron enviados a las haciendas como peones, en una especie de gulag tropical.
Lo peor fue que Don Porfirio se dedicaba a jugar al europeo y rechazó su origen en forma por demás cruel: fue un indígena que persiguió en forma sangrienta a otros indios: Apaches, Yaquis y Mayas sufrieron verdaderas campañas de exterminio y deportaciones masivas, similares a las llevadas a cabo por los norteamericanos en esa misma época.
A pesar de todo esto, las contribuciones de Don Porfirio Díaz al desarrollo de nuestro país son innegables: con él llegó la Revolución Industrial, se extendió el ferrocarril y el norte de México fue definitivamente colonizado e integrado a la nación, se creó una sociedad moderna y genuinamente urbana, surgió una clase media educada y consciente, y se abrió México al mundo por primera vez en su Historia, estableciéndose relaciones diplomáticas con países lejanos como Rusia o Japón, incluso, de igual forma, hubo un manejo eficiente y honesto de las finanzas nacionales a cargo de un excelente Secretario de Hacienda como fue José Ives Limantour y puso fin a las luchas entre caudillos que caracterizaron a nuestro siglo XIX; en definitiva, por lo positivo que hizo, Porfirio Díaz debería ser considerado como uno de los grandes próceres de nuestro país por su labor de modernización y de integración de México dentro de la comunidad internacional. De igual forma, renunció a alterar el carácter relgioso popular de la sociedad mexicana y dejó sin efecto las leyes antirreligiosas de la Reforma.
Sin embargo, él mismo promovería la catástrofe, quizá porque el propio mundo occidental entró en ese momento en su gran crisis que desembocaría en la Guerra Mundial (I y II partes) y que sin duda es el punto de partida del proceso de decadencia en quenos encontramos hoy. Así, la Revolución ocurriría por el cuarto y más grande error de Díaz: creer en su inmortalidad o en que él era absolutamente necesario para lograr la paz, estabilidad y desarrollo que dándose, así, mientras él envejecía, bloqueó a todo posible sucesor, principalmente Bernardo Reyes o José Ives Limantour, como antes lo había hecho con Ignacio L. Vallarta o su compadre Manuel González a quien sólo le permitió ser Presidente de 1880 a 1884. Cuando en su última reelección elige como Vicepresidente a Ramón Corral, un poderoso pero corrupto e impopular terrateniente de Sonora, los ánimos se caldearon ante la perspectiva que Corral fuese presidente ante la eventual muerte del viejo héroe del 5 de mayo (en esa batalla, Don Porfirio, entonces un joven general condecorado en la Guerra de Reforma contra los Conservadores dirigió a la caballería en contra de los coraceros y cazadores a caballo franceses).
Algo que pesaría en favor de Madero y de la Revolución contra Díaz fue sin duda que él fue contrario a EUA a diferencia de Juárez. Don Porfirio se volcó hacia Europa y buscó cierta sana distancia respecto a los norteamericanos. Es curioso: los "héroes nacionales" manejados por la Historia Oficial han sido los que han defendido más los intereses americanos que los nuestros...
2.- México y la Primera Guerra Mundial:
En el libro "México Secreto" de Francisco Martín Moreno se maneja más a profundidad lo concerniente al "telegrama Zimmermann" (ahí al menos ese autor no le echa la culpa a la Iglesia de todos los males, como lo hace en el resto de sus libros) y eso es parte de la relación interesada y secreta que tuvo Alemania con México desde 1914 hasta 1945, movida por la posición estratégica de nuestro país respecto a EUA y los deseos germanos de poner coto al crecimiento de ese país como potencia mundial y su intervención en ambas contiendas bélicas mundiales.
La verdad, creo que sería un tanto ligero acusar a Carranza de traidor por no haber aceptado la invitación del Káiser, la verdad es que las condiciones en 1916, con un país desgarrado y las luchas entre facciones hacían imposible el entrar a la contienda mundial, de por sí, los norteamericanos ya habían intervenido en la Revolución: recuérdese el "Pacto de la Embajada" entre Félix Díaz y Victoriano Huerta para derribar a Madero, el asalto a Veracruz y la expedición de Pershing detrás de Villa al haber atacado éste a Columbus. Salvo porque el "centauro del norte" demostró su astucia, lo demás fue desastroso para el país, Carranza, seguramente, se habría enfrentado a alguna facción que habría tenido el apoyo norteamericano, y su idea de lograr la pacificación de México habría sido imposible y no hubiera podido unificar esfuerzos contra EUA. Por otro lado, los alemanes habían cometido el error que después repetiría Hitler: subestimar el poderío industrial norteamericano que respaldaba su fuerza militar y sobrevalorar el propio, la intervención de México solo habría servido como un mero distractor, EUA habría tenido la fuerza suficiente para hacerle frente y por otro lado, enviar a su ejército a las operaciones del Frente Occidental en Europa sin problema alguno, los alemanes, en cambio, habrían tenido serias dificultades en enviar una fuerza de mediano tamaño a apoyar a las tropas mexicanas.
Otro escenario es que no hubiera habido Revolución... el resultado no habría sido muy diferente, el ejército con Porfirio Díaz continuaba arrastrando los mismos defectos desde 1821: un cuerpo de oficiales aristocrático y cerrado, la leva como principal forma de reclutamiento, suministros y armamento de origen extranjero, principalmente francés y una disciplina y organización ajustada a las ya anticuadas ordenanzas de Carlos III de España. Al darse el levantamiento de Madero se demostró que el ejército se veía muy bien en los desfiles y las maniobras en los días festivos, pero resultaba pésimo en combate.
Si Don Porfirio o su sucesor, supongamos, el General Bernardo Reyes hubiese declarado la guerra a EUA, lo más probable es que hubiese sido aplastado tras algunos éxitos iniciales, más aparte, seguramente alguna infiltración y soborno a jefes militares hubiera provocado un alzamiento interno, mientras el ejército hubiese dejado de recibir armas y equipo de Europa debido a que los suministros venían de Francia e Inglaterra, principalmente y del propio EUA, mientras que la presionada industria alemana ni la más pequeña austro-húngara no hubiera podido producir lo suficiente para surtir a las necesidades del ejército mexicano, y la incipiente industria nacional tampoco estaba lista para ello, además del efectivo bloqueo realizado por la Armada Británica, que hizo que tras la batalla de Jutlandia no hubiese más acciones navales salvo la actuación de los submarinos alemanes contra los convoyes británicos y norteamericanos, donde entrenaría el futuro sucesor de Hitler Whilhelm Doenitz. Estos submarinos, todavía primitivos, no estaban preparados para transportar gran cantidad de carga.
De esta forma, estimo que la decisión de Carranza fue prudente y no impulsada por mezquindades salvo porque su gobierno necesitaba de reconocimiento internacional y un apoyo poderoso y lo encontró en la asministración de Woodrow Wilson, a quien, pese a todo, hemos de considerar como un hombre recto y de ideales altos, profundo conocedor de la obra de Francisco de Vitoria y uno de los impulsores del Derecho Internacional Público, y que, de habérsele hecho caso totalmente, no hubiera habido II Guerra Mundial, pues estaba en contra de los deseos de venganza de franceses y británicos contra Alemania. Wilson, ciertamente, fue partidario de un intervencionismo humanitario en favor de extender la defensa de los derechos humanos y la Democracia, lo que también incidió en la entrada de EUA en el conflicto, pero también fue el impulsor de crear a la Sociedad de Naciones a fin de establecer un verdadero orden internacional sustentado en normas jurídicas y valores morales universales.
3.- Alemania y México hasta 1945:
Entre las plantaciones de café chiapanecas cercanas a Tapachula se encontraba la de la familia Braun, una de cuyas hijas que venía de vacaciones a nuestro país, de nombre Eva, se convertiría en la Primera Dama del III Reich alemán al enamorarse de un antiguo soldado condecorado de la Primera Guerra Mundial que llegó a ser dirigente de un movimeinto político y dictador de Alemania: Adolfo Hitler.
Durante los años previos a la Segunda Guerra Mundial volvieron a intensificarse los contactos entre Alemania y México, sin ir más lejos, José Vasconcelos, artífice de la expansión educativa y el renacimiento cultural mexicano de las décadas de los 20 y 30 se volvió un decidido simpatizante de las doctrinas raciales y políticas nacionalsocialistas, incluso, llegó a afirmar que el mexicano era la verdadera raza superior: "la raza cósmica" al ser producto de infinidad de mestizajes, pues, el mexicano sumaba las virtudes y capacidades de todas las razas humanas, y en ese sentido se entiende el lema adoptado por la UNAM: "Por mi raza hablará el espíritu" y los murales plasmados por Diego Rivera en el Palacio de Bellas Artes, de igual manera, el futuro general de las Waffen SS Leon Degrelle, nativo de Bélgica, haría sus primeras armas en la Guerra Cristera combatiendo a las tropas del gobierno de Calles, mientras éste se inspiró en el modelo corporativista del Partido Fascista Italiano para crear al PRI, entonces PNR y Lázaro Cárdenas lo perfeccionaría siguiendo el modelo del NSDAP alemán.
De igual manera, mucha de la oposición en contra del régimen priísta en aquella época se organizaría a través de la Unión Nacional Sinarquista, que seguiría el modelo nazi-fascista y también el movimiento antirreligioso y fanático masónico del cacique tabasqueño Tomás Garrido Canabal seguiría el modelo de las SA o SS alemanas: los "camisas rojas."
Además de todo ello, al acercarse la guerra, algunas medidas como la expropiación petrolera no pueden explicarse si no es por la necesidad de tener EUA un suministro seguro de petróleo; si éste hubiera seguido en manos extranjeras, fundamentalmente de empresas europeas: holandesas y británicas, cabía la posibilidad de que al ser dominados los países de origen por las armas alemanas el petróleo mexicano sirviera para impulsar los vehículos panzer en vez de ser suministrado a aviones y vehículos americanos, mientras que en manos de un gobierno leal a la causa aliada era seguro que el petróleo fuese a ellos. Y luego ahí tenemos al "Tata" Lázaro en el Estado Mayor de McArthur para la defensa del litoral del Pacífico del continente americano y a Avila Camacho declarando la guerra al Eje tras el hundimiento del petrolero "Potrero del Llano" (vaya nombre ranchero para un buque).
En fin, hoy los tiempos han cambiado y hoy en día no nos debe caber la menor duda que si ya no es Alemania, hay otros intereses extraños a los nuestros operando en México: puede ser Venezuela, Cuba, que desde los 60 tiene presencia aquí o Rusia que de nuevo muestra interés en desestabilizar Latinoamérica, Irán, Hamas o Hezbollá, que ante un EUA debilitado pueden tener repercusiones graves para nosotros... ¿Hasta cuando tendremos líderes tanto en el gobierno como en la oposición que vean por México y no por sus ambiciones personales y a cambio estén dispuestos a entregarles el culo (perdón la expresión) a los extranjeros con tal de satisfacer sus ansias de poder? Ese es uno de los legados positivos de Don Porfirio, que luchó por que México fuese tratado como un igual por la comunidad internacional y fuese un país fuerte, con peso en el acontecer global y no fuese tratado como un campo de coloniaje para las potencias mundiales o un peón para sus deseos.
2 comentarios:
creo en todo lo que dices, ahora parece que falta mano dura de nuevo.
muy buen articulo felicidades y es bueno ver que no soy el unico que cree que fco martin moreno esta traumado con la iglesia
salu2
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