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27 de julio de 2013

NI FOX, NI JUAREZ...

La gran tragedia de México es el no haber contado con los mejores líderes en los momentos decisivos de su Historia, y que los mezquinos o de plano traidores eliminaron a aquellos que podían haber sido grandes líderes, todo ello evitó que nos convirtiéramos en una poderosa potencia con un territorio inmenso, el segundo en el mundo después del Imperio Ruso Zarista, abarcando desde Oregon hasta Costa Rica y nos convirtiésemos en una republiqueta austera, de política de lavadero y demagogias, con un territorio, que si bien aún grande, no es ni la mitad de lo que originalmente, en 1821, tenía este país, todo para beneficiar a los intereses de nuestro vecino del norte, que como escogió el modelo bananero y se sintió con la misión de extenderlo a todo el mundo, nos condicionó en nuestra vida como Nación independiente para evitar el surgimiento de un rival en su búsqueda de la hegemonía.

Esto ha sucedido hasta nuestros días, la misma mediocridad, la misma mezquindad, la misma política que se construye a base de chismes y corruptelas y de una construcción de Democracias y sistemas que nunca terminan, y como modelo, lo ocurrido en el año 2000: Vicente Fox resultó ser el hombre que con una campaña presidencial firme, decidida y con un mensaje atractivo de cambio ante el hartazgo de 70 años de régimen priísta, que desde inicios de los años 80 habían sido de crisis económica, escalada en la corrupción y agravamiento en las desigualdades sociales. Sin embargo, irónicamente, al llegar a la Presidencia, lo positivo del gobierno foxista fue lo que mantuvo o continuó del PRI, en especial el manejo de la Economía, a cargo del equipo de tecnócratas neoliberales llegados al puesto con Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, que se mantuvieron en el autónomo Banco de México, --la banca central-- que permitió que bajo Fox los números fueran bastante positivos y esto continuase con Calderón, sin que la crisis global iniciada en el 2008 nos afectara tanto.

Por lo demás, lo sabemos: la Presidencia de Fox fue un verdadero circo tragicómico, en el que el Presidente evidenció una transformación en un personaje locuaz, frívolo, indeciso, sin conciencia de la importancia de su investidura, con un gabinete conformado por otros políticos que desde el inicio del mandato se pelearon por la sucesión y marcado también por las ambiciones de la Primera Dama Martha Sahagún que se adueñó de muchos de los hilos del poder para beneficio de sus hijos y allegados, la Presidencia de Fox distó mucho de ser positiva y dejar un buen paso por la Historia del país, salvo ser la primera alternancia en la presidencia desde 1929 respecto al partido constituido por los vencedores de la Guerra Civil de 1910-1920. (Aunque como hemos dicho en otro lugar, los Panistas en un principio fueron parte también de ese régimen). Aún así, solo los panistas o antipriístas fanáticos hoy en día siguen manteniendo que el Gobierno de Vicente Fox fue uno de los mejores de la Historia y se la pasan desgranando sus logros, algunos, magnificados, otros, de plano inventados, producto de la credulidad en la propaganda o como parte de los sueños y frustraciones de parte de la Clase Media Urbana que sigue culpando al PRI de sus males, o bien, que se refleja en el esnobismo y el arribismo de personajes como Martha Sahagún, Josefina Vázquez Mota, Emiliio González o Felipe Calderón y otros, que parecen encarnar a los clasemedieros en su sueño de ascenso social y obtención de poder para el beneficio personal.

Pero es claro que mucho tuvo que ver en el fracaso de la presidencia de Fox algún problema con su salud mental; no en balde, el tribunal canónico de la Rota en Roma anuló su primer matrimonio con la Sra. Lilian de la Concha por razones psiquiátricas: jurídicamente se demostró en Juicio que el señor Fox no contaba con la capacidad mental para ello. Conforme fue avanzando el sexenio, el Gobernador Guanajuatense y el Candidato albiazul de recio carácter y valiente discurso fue dejando paso cada vez más al personaje que vemos hoy: un hombre de mirada perdida y ojos desorbitados, de gestos exagerados y palabras frívolas y actitudes ridículas, con un narcisismo desorbitado y perpetuamente rodeado de un círculo de personajes oscuros, abiertamente perversos algunos, otros bastante taimados.

Durante su gobierno, corría el rumor de que el Presidente era adicto a antidepresivos, en particular, el Prozac, tras su matrimonio con la que originalmente era su vocera, pero que era ya reconocida la relación de amasiato que sostenía con ella: Martha Sahagún, se empezó a hablar que ella ejercía un control absoluto sobre él, y medio broma, medio en serio, que ella le suministraba algunas sustancias para doblegar su voluntad, como el famoso toloache, una hierba que produce un fuerte alucinógeno, y que según se dice, genera una obsesión del que la ingiere hacia alguna persona en particular. Hoy en día, al surgir el expresidente como un promotor del consumo de la mariguana, apoyado por un tipo como su ex-Secretario de Relaciones Exteriores como Jorge G. Castañeda Gutman --quien es recordado por su servil actitud ante George Bush Jr., querer meter a México en las guerras de Irak y Afganistán, y el sainete con Fidel Castro del "comes y te vas"-- alcohólico y reconocido por organizar grandes orgías en las que había de todo: drogas y licores, con su entonces amante, la periodista Adela Micha de Televisa en yates y centros turísticos en la playa, a donde se trasladaban en vehículos y aviones del gobierno o personajes de la prensa como Leo Zuckermann, quien tiene toda la pinta de ser un yuppie de los que se drogan en los baños de la oficina o en la sala de su casa mientras posan de intelectuales por todas partes y defienden desde la homosexualidad hasta las adicciones con base en el individualismo más exacerbado y estéril.

Pero de entre todo, Fox nos dejó algo positivo en sus últimas declaraciones: al tratar de defenderse de las críticas por sus dichos sobre la mariguana, salió a decir que él había sido el mejor presidente de la Historia, superando a Benito Juárez, quien ha sido considerado por la Historia Oficial como el mejor mandatario mexicano de todos los tiempos y por quien existe un verdadero culto, a grado tal que no hay población que no tenga plaza, calle, parque o monumento dedicado en su honor.

Esto ha reavivado el debate en torno a la necesaria revisión de la Historia nacional y la supresión de sus mitos por la verdad objetiva y científica acerca de ella, la realidad es que, Fox fue uno de los peores Presidentes de México, y Juárez... también.

Juárez es una construcción mitológica, es la estatua de bronce que vemos por aquí y por allá, pero no tiene nada que ver con el personaje real. Juárez mismo contribuyó a la creación misma de su mito, quizá porque fungió como el principal garante de los intereses estadounidenses en México en el siglo XIX, para combatir el proyecto mucho más nacionalista y mucho más realista de los Conservadores y monarquistas mexicanos en la misma época, impulsado por la poderosa Masonería mexicana y respaldada por la Masonería norteamericana que conducía y conduce en buena medida los destinos de EUA como un experimento político y social de la aplicación de sus ideas (y que acabará en desastre, como todas las utopías) al tiempo que guiaba a las nuevas naciones surgidas del imperio Español hacia su debilitamiento para convertirse así en el hegemón continental. Las élites liberales a las que perteneció Juárez, a cambio, se enriquecieron y se hicieron con el poder, en cuanto al abogado oaxaqueño de origen indígena, obtuvo algo más alto: convertirse en una especie de semidiós, de creador del país al que dotó de Leyes e Instituciones, así se le representa en murales y pinturas, en monumentos y en libros, siempre como un hombre imperturbable y de expresión pétrea y visionaria.

En mucho, esto se debió a que, por su raza, se representaba afín al indigenismo de los Liberales que así buscaron la creación de un sentimiento nacional mexicano propio, a base de la mentira del "aztequismo" y en oposición al sentido de pertenencia a la Civilización Occidental de origen europeo de los Conservadores, y se armó el mito de que siendo indígena, tenía que ser pobre, cosa que al parecer, tampoco es cierto: hay indicios de que el zapoteca no pertenecía a una familia especialmente depauperada: para empezar, su apellido: "Juárez" indicaba descender de algún indígena apadrinado por Catalina Xuárez, esposa de Hernán Cortés, apodada la Marcayda y que murió pocos años después de llegar a México en misteriosas circunstancias, cuando el Marqués del Valle de Oaxaca, título que le fue conferido al conquistador por el emperador Carlos V, residía en Coyoacán, y al parecer, estaba interesado tanto en mantener su relación amorosa con la intérprete indígena Malitzin La Malinche como contraer matrimonio con alguien de mejor cuna que su esposa recién ennoblecida, quien apadrinó el bautismo de nobles indígenas en sus dominios feudales, confiriéndoles su apellido a sus ahijados.

La prueba de este origen aristócrata de Juárez está en el que su familia poseía ganado lanar, un privilegio que le fue conferido a los nobles indígenas que colaboraron con los españoles, el solar que se enseña en San Pablo Guelatao como su casa natal, lejos de ser una humilde choza, parece una pequeña propiedad de alguien de mediana posición en las áreas rurales a finales del Virreinato, el hecho de que su tío fuese también ganadero y Juárez trabajara como pastor siendo niño con él, no es indicativo de pobreza, sino una conducta habitual en aquella época entre los ganaderos, el cuento de dormirse en un islote y huir del tío para evitar castigos hacia Oaxaca es falso, muy probablemente en realidad fue enviado a estudiar por ya ser su edad y a vivir a la casa de los italianos Mazza, donde su hermana era dama de compañía más que sirvienta, dado el trato familiar que se le daba; y así todo fue un mito creado durante los años de la Presidencia de Porfirio Díaz, quien utilizó el culto a Juárez a fin de justificar y legitimar tanto el régimen liberal como el de él, pese a que originalmente fue opositor a su paisano.

Por lo demás, Juárez:

  • Ofreció a EUA derechos sobre partes del territorio mexicano con el Tratado McLane-Ocampo, que fue anterior a la  invasión francesa (no como lastimosamente afirma el ex-candidato presidencial Francisco Labastida) a cambio de dinero y apoyo de los Norteamericanos.
  • No venció a la Intervención Francesa, sino que ésta terminó ante el peligro latente de la Guerra con Prusia y una eventual alianza entre ésta y EUA.
  • El ejército juarista que terminó derrotando a Maximiliano estaba integrado por soldados mexicanos que ni sabían porqué peleaban, habían sido levados, y también en ellos abundaban soldados y oficiales norteamericanos enviados por el sucesor de Lincoln, Andrew Johnson en auxilio de "su hombre" en México.
  • Juárez nunca ganó democráticamente la Presidencia de la República: llegó a ella por la defección del Presidente Comonfort, al ser Presidente de la Suprema Corte de Justicia y nunca la soltó, por sus "facultades extraordinarias" y en las dos veces que contendió en elecciones, en 1867 y 1872, en ambas se mantuvo en la Presidencia gracias al fraude electoral y la coacción del voto; es muy posible que en ambos procesos electorales, haya ganado Porfirio Díaz en realidad.
  • Las Leyes de Reforma en realidad fueron un programa formulado en EUA por la Masonería y que ya le había sido entregado a Valentín Gómez Farías para su implementación, Juárez simplemente obedeció las órdenes recibidas del norte para aplicarlas.
  • A Juárez se le recuerda por la frase: "Entre las Naciones, como entre los individuos, el respeto al derecho ajeno es la paz", misma que se robó de Kant en su obra "La Paz Perpetua", pero poco se le recuerda por la frase: "A los amigos, justicia y gracia, a los enemigos: justicia a secas". Esa sí auténtica de él.
  • Juárez fue muy criticado por los propios Liberales a través de la prensa, basta verlo en las caricaturas de aquella época en que se le pinta como autoritario, corrupto y aferrado al poder.
  • Estableció el matrimonio civil, sin embargo, de manera por demás hipócrita, enfureció contra su yerno Santacilia cuando éste pidió la mano de su hija para casarse con ella solo por vía civil, asegurando que el mismo era "un simple contrato de prostitución" y que el válido era el religioso, años más tarde, y en otra increíble contradicción, pidió al Arzobispo de México: Pelagio Antonio Labastida y Dávalos, a quien había perseguido y desterrado antes, que fuera el preceptor de sus nietos.
  • Tras la derrota de Maximilano, y lejos de buscar la reconciliación nacional, Juárez desató una verdadera cacería de brujas y una serie de matanzas por venganza que ensangrentó al país, destacando en ello el General Sóstenes Rocha, uno de los militares más brutales y crueles, así como alcohólico, que ha habido en el país, y quien, hoy descansa en la Rotonda de los Hombres Ilustres en la Ciudad de México y también tiene calles con su nombre.
Esto entre otras muchas mentiras. La realidad es que urge una revisión del relato de la Historia de México y despojarlo de las intenciones políticas de su narración, lo cual ya ha sido tocado por Andrés Oppenheimer quien señala cómo se ha dado en nuestro país un lugar privilegiado a la enseñanza de la Historia y en general de las Ciencias Sociales en detrimento de las Ciencias Exactas, todo por una razón política: legitimar entre la población al Estado Mexicano actual, surgido precisamente del triunfo Liberal de 1867 y consolidado tras la Revolución de 1910, ese Estado que, contrario al discurso oficial, ni encontró en la obra de Juárez un camino al progreso y al desarrollo como no encontró en el triunfo de Fox ni en los 12 años de alternancia el sendero a una mayor libertad y a un Gobierno más honesto y eficiente, por el contrario, hechos como lo que acontece en Michoacán y los demás estados de la "tierra caliente", la creciente inseguridad, la corrupción siempre presente, la ineficacia gubernamental y demás desastres que nos acontecen indican que ambos han contribuido a llevarnos peligrosamente hacia el "Estado Fallido".

Entre los dos, la verdad, y a pesar de esta imagen, no se hace ni uno:







19 de julio de 2013

RUSIA, ¿ESPERANZA O AMENAZA?


La imagen que escogí para iniciar esta entrada creo que muestra muy bien la doble cara del resurgimiento ruso que estamos viendo, aún más en los últimos días en que, con el escándalo Snowden se manifiesta, más que nunca, el rol geopolítico que el gigante eslavo nuevamente está desempeñando en el mundo, aún cuando le falta todavía mucho camino para recobrar el poderío que llegó a tener durante el siglo XIX, tras la derrota de Napoleón y hasta la I Guerra Mundial, y durante la Guerra Fría en el siglo XX. Hoy en día, Rusia fortalece por un lado su carácter de sociedad cristiana, y por otro su poderío militar y político, mas todavía no vuelve a retomar su rol de superpotencia que llegó a tener por su control sobre la mayor masa de tierra del planeta: el hinterland euroasiático.

Para muchos conservadores en Occidente, y tradicionalistas católicos, Rusia aparece como una esperanza de regeneración que puede contagiarse a nuestro hemisferio; en este sentido, Marine LePen pide un acercamiento de los movimientos conservadores al Kremlin, lo mismo que los Identitarios y otros grupos que ven en la política seguida por el Gobierno Ruso de Vladimir Vladimirovich Putin un ejemplo o una guía a seguir: por un lado, Putin ha reconocido el rol social y público que las religiones, y en especial, la Ortodoxa Oriental deben cumplir con tal de evitar un desmoronamiento o atomización al infinito en los individuos como está sucediendo en nuestras sociedades occidentales, y el mantenimiento o el impulso de valores morales, se ha implementado una legislación tendiente a la protección de la familia natural, la limitación del aborto y el combate ante perversiones que en nuestros países son consideradas muestras de "progreso" o "desarrollo", sin embargo, en mi opinión, no es oro todo lo que reluce ni fe sincera todo lo que se reza.

Lo anterior, sin embargo, no me parece obstáculo para admirar y reconocer la labor de Vladimir Putin al frente del oscuro palacio fortificado de murallas rojas, como un hombre valiente que busca lo mejor para su patria y se opone a los intereses de las elites políticas y financieras que han hecho pasto de los países occidentales y que en la década de los noventa buscaron destruir de plano, al Gigante Eslavo, si embargo, en su justa dimensión debemos observar que Putin no busca ser un redentor global ni un héroe de las masas hartas del progresismo, no, él trabaja en pro del interés nacional ruso y si se define como "defensor de la Cristiandad" lo es de lo que los rusos entienden por Cristiandad.

En Rusia lo que sucede es en realidad un intento de vuelta atrás a los fundamentos ideológicos: fuertemente anclados en la Religión Cristiano-Ortodoxa y la herencia del ideal del Imperio Romano Oriental, que originalmente sustentaron al Imperio Zarista tras el fracaso de su sustituto: el Marxismo-Leninismo tras setenta años de experimentación que culminaron en desastre económico y en vacío ideológico y espiritual para los Rusos, que quedaron durante la década de los noventa, sumidos en un caos político, la miseria más terrible y la carencia de sentido que tan bien fueron encarnados por un borracho dormilón como Boris Yeltsin. Pero Putin y la nueva clase dirigente del gigante eslavo, emanada de lo más fuerte del extinto régimen soviético: el aparato de inteligencia y seguridad, se decidieron a buscar alguna manera de revivir el orgullo y la razón de ser de la Santa Madre Patria.

En las elites rusas ha tomado fuerza nuevamente la tesis nacionalista y eslavista que siempre ha estado en confrontación casi dialéctica con la tesis pro-occidental y "modernizadora" desde los años de Pedro el Grande: las debacles rusas se han debido a la adopción de ideas, modas o formas occidentales que han debilitado al núcleo y la rígida estructura del Estado Ruso desde sus orígenes y que es necesaria para que él mismo pueda gobernarse y subsistir: como el historiador francomexicano Jean Meyer lo relata en un artículo de la Revista Nexos del 2009: Rusia y el Viejo Sueño Imperial, en que se ve que el primer régimen ruso: la Rus de Kiev y Novgorod fracasó por la adopción de un sistema feudal adoptado de Occidente y las injerencias de éste a través de la Liga Hanseática o los caballeros Teutónicos, todo lo cual llevó a la fragmentación del poder, después, la Rusia Moscovita fracasa ante los embates de Polacos y Lituanos a fines del siglo XVI y a la incapacidad de hacer frente a los Suecos hasta la llegada de Pedro el Grande, entonces, la Rusia Imperial de los Romanov desde Pedro I a Nicolás II fracasará por abrirse demasiado a las influencias occidentales, entre ellas, el Marxismo, que sin embargo, logra triunfar cuando Stalin lo interpreta con clave nacionalista y lo utiliza como nueva justificación para el ideal imperial ruso, para fracasar cuando ahora Gorbachov abre las puertas a la influencia del odioso Latinztvo como los rusos llaman a Occdiente (en alusión al Latín de la Liturgia Católico Romana) ahora a través de la idea de la Democracia y la Economía de Libre Mercado.


Para Rusia el derrumbe de la URSS ocurrido entre 1989 y 1992 fue la mayor catástrofe de su Historia: la Unión Soviética abarcaba prácticamente todos los territorios del Imperio Zarista hasta 1914, con excepción de Finlandia y Polonia, aunque ejercía una influencia global junto con EUA y tenía, precisamente a Polonia y otros países de Europa Oriental, sometidos como satélites a su control, además de a Cuba en América, Vietnam, Camboya, Laos, Birmania o Myanmmar, Corea del Norte, Mongolia y en un primer momento a China en Asia y muchos movimientos independentistas en Africa. De un de repente, Rusia perdía no solo a sus satélites, sino también a partes que habían integrado su territorio, algunos desde el inicio, como Ucrania o Bielorrusia y otros desde los siglos XVIII y XIX: las demás ex-Repúblicas Soviéticas. Tras el vacío yeltsiniano, Putin tuvo que retornar al origen, a la raíz, para que los Rusos encontrasen sentido a la existencia de la Nación y a la búsqueda de un papel --protagónico-- en el mundo.

En ese sentido es que debe entenderse el retorno hacia el Cristianismo de parte de Moscú, más que un acto de fe sincera y de deseos de construir una verdadera sociedad impulsada por valores morales y espirituales definidos, se trata, nuevamente, del uso interesado de la Religión como motor ideológico para el Estado, algo típico en el cesaropapismo y que en mucho, fue el motor del expansionismo británico tras Enrique VIII e Isabel I, en que Inglaterra, definida como el adalid del Protestantismo, se lanzó a la aventura imperial para competir contra la España Católica, y en la cual, igualmente, sin romper con Roma, existió un control o una alianza muy estrecha entre el Estado y la Iglesia.

Por ello, yo no comparto tanto el entusiasmo que muchos Tradicionalistas Católicos tienen por Rusia, me alegra sin duda que Putin y su país aparezcan como un freno para la avalancha o el descarrilamiento de Occidente que se da sobre todo en terrenos de moral sexual y en la Economía dislocada que se está dando en nuestros países y para las locuras de la disfuncional política exterior norteamericana y europea, pero ojo: a Rusia no le importa lo que hagamos, ni tiene la más mínima intención de ayudar a nuestros países o a los movimientos conservadores salvo que los mismos le sirvan para sus fines en la estrategia del "Juego de Tronos" en que se encuentra participando, tal y como está ayudando a los nuevos regímenes autoritarios sudamericanos del "Eje Bolivariano" a los que apoya no porque comparta con ellos valores ideológicos o morales, sino porque comparte con ellos el objetivo de destruir el poderío norteamericano. Yo, por el contrario, soy de la opinión de que a Rusia la debemos ver con cierta esperanza pero también con mucha, muchísima precaución.

Por el contrario, leyendo en la red medios rusos como RT Noticias, RIA Novosti o Pravda, uno puede darse cuenta que nos ven con una mezcla de asco y desprecio, burla y perspectiva de alguien que pretende erigirse con una superioridad moral: "desde fines del siglo XVII me han visto como el bárbaro intruso, ahora yo digo que ustedes son los bárbaros", parecen decir entre líneas, contradictoriamente, han llegado a aparecer preocupados, por ejemplo, por la cuestión de los homosexuales en países occidentales y pidiendo respeto para ellos y sus pretensiones, a la vez que en Rusia se toman medidas para extirparlos y para combatirlos como una "enfermedad social" ¿porqué? Simple, desean que los pueblos del Latintzvo sean débiles, decadentes y corrompidos mientras ellos construyen una sociedad fuerte y sana para estar en condiciones de superarnos o para depredar sobre nuestros restos, sin duda.


Rusia no desea ni quiere nada con la Iglesia Católica, el resentimiento de los Ortodoxos y del propio Estado moscovita es enorme, tanto por agravios ya muy lejanos en el tiempo como el saqueo de Constantinopla por los Cruzados como por los recientes, como fue el papel del Papa Juan Pablo II en la caída de la Unión Soviética; los Rusos no lloran por el Comunismo, lloran porque perdieron el imperio. En esos mismos medios, a la vez que se enaltece la labor cristianizadora del Estado dirigido por Putin y el papel de los prelados ortodoxos, se ataca durísimamente a la Iglesia Romana, sea por los escándalos de pederastria, la corrupción en el "Banco Vaticano" o los elevados costos de la próxima visita de Francisco I a Brasil, contemplando al pontífice argentino con un enorme escepticismo, los Rusos, al parecer, no se tragan los "gestos de humildad" del actual Papa y parecen sentirse felices ante la crisis actual del Catolicismo.

Y es que los Tradicionalistas han caído en el error de esperar que Rusia un día tenderá la mano y acabará con los Progresistas de izquierda que tienen el poder en Occidente y devolverán a nuestras sociedades europeas y americanas su carácter cristiano... no es así, si se toma como base para ello las profecías de la Virgen María en Fátima en 1917, las mismas no han sido leídas correctamente: la Madre de Cristo dijo que había que consagrar a Rusia por el Papa en comunión con todos los Obispos a su Corazón Inmaculado, para que el gigante eslavo se convirtiera y no esparciera errores por el mundo; se creía que esos errores eran el Comunismo y el Ateísmo, no es así, el error principal es el mantenimiento del Cisma de Oriente, el régimen bolchevique en realidad fue mucho menos ateo de lo que parecía y mucho más nacionalista, y como lo dije en el post anterior, uso también a la Iglesia Ortodoxa como parte del sistema y ésta, gustosamente colaboró mientras atizaba las llamas de la persecución contra Católicos y Protestantes. Así, si se lee la profecía correctamente, primero Rusia debe ser "salvada" para que ésta pueda salvar al Occidente.

Rusia, en resumidas cuentas, no quiere salvar a Occidente ni a la Iglesia Católica, sobre el primero, quiere ejercer una política imperial, y espera pacientemente a que Europa Occidental y América se debiliten, para, en el primer caso, hacerla depender de ella en materia energética y de defensa, en el segundo, para acorralar a EUA y construir satélites con regímenes leales aunque los mismos sean dirigidos por orates y palurdos como Nicolás Maduro y Cristina Kirchner, por viejas reliquias de su imperio como los Castro o personajes folklóricos como Morales, sin importarle lo que estos tiranuelos hagan con sus pueblos, y respecto a la Iglesia, quizá el Kremlin ve con simpatía a un Papa como Francisco que se muestra favorable a la colegialidad del Papa y los Obispos, doctrina contraria al Primado de Pedro y que es seguida por los ortodoxos y su fragmentada jerarquía, donde el Patriarca Ecuménico de Constantinopla ejerce únicamente un "primado de honor" hueco y que nada representa, mientras el poder real por su número de fieles lo tiene el Patriarcado de Moscú y con ello, el mismísimo Kremlin, mientras que el resto de iglesias orientales son pequeñas y limitadas por las fronteras de los pequeños Estados a los que pertenecen: Rumania, Bulgaria, Serbia, Armenia, Georgia... todos ellos antiguos satélites o partes integrantes del Imperio, quizá desee una terminación del cisma pero bajo los términos moscovitas y sujetando a la primera Roma a los dictados de la tercera.

Sin embargo, el entusiasmo de algunos "Tradis" por Rusia llega a cosas extremas; por ejemplo, ahora que acaba de ser el aniversario del fusilamiento del último Zar Nicolás II y su familia, algunos ponen imagenes como esta:


Y hasta poniendo en latín el ora pro nobis dirigido a los santos... Nicolás II, Alejandra de Hesse y sus hijas Olga, Tatiana, María y Anastasia, así como el hemofílico zarevich Alexis (por cierto, resulta bastante anacrónico o curioso que se les represente vestidos con los ropajes nobiliares rusos propios de antes de las reformas de Pedro el Grande, habiendo vivido ellos hace 100 años, ¿o acaso supondrán que en el Cielo se mantienen en uso las vestimentas del siglo XVI ruso de fuertes influencias mongolas y romano-orientales?) fueron canonizados a fines de los 90 y haber sido encontrados sus restos donde los dejó la partida ejecutora de Yakob Yurovski, alegando que los Romanov fueron mártires de la fe. Resulta curioso que algunos, que protestan contra las canonizaciones de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, quieran venerar a estos personajes que ni católicos fueron sino cismáticos ortodoxos, y en el caso de Alejandra, luterana de nacimiento, seguidores además de alguien como Rasputín, un stárets (hombre santo) perteneciente a la herética secta de los khlisti (secta ortodoxa gnóstica que predicaba de un culto orgástico para pecar y luego pedir perdón a Dios por ello).

Además, convencidos del cesaropapismo condenado en Occidente por San Gregorio VII desde el siglo XI, existen grandes dudas sobre la fidelidad conyugal de Alejandra, e incluso sobre su papel durante la Primera Guerra Mundial, si bien no hay pruebas concluyentes de que la Zarina fuese amante de Rasputin, tampoco las hay de lo contrario, lo mismo de que no influyese en su marido y el alto mando ruso para tomar decisiones nefastas para las armas rusas y beneficiosas para las alemanas, siendo ella germana de origan; incluso, sus más benevolentes biógrafos, como Robert K. Massie en su imprescindible Nicolás y Alejandra,  no se atreven a afirmar nada en un sentido u otro sobre las relaciones entre la emperatriz y el "monje loco" o su país de origen, aunque sí muestra cómo se le entregó de facto el poder al charlatán religioso  y no deja de entrever que si Alejandra accedió a los lujuriosos deseos del siberiano probablemente fue convencida de que con ello aliviaba los males de su enfermo hijo.

Pero tanto Massie como Marc Ferro y otros autores, no dudan de que Nicolás fue un buen hombre y un abnegado padre de familia, pero que fue uno de los peores gobernantes habidos y por haber en la Historia: débil, manipulable por su mujer y las intrigas palaciegas, falto de carácter, pero sobre todo, permanecía totalmente ajeno a la terrible realidad de hambre y pobreza en que vivía la mayoría de sus súbditos, para los que era totalmente indiferente mientras vivía anestesiado por los lujos de los Palacios de San Petersburgo y el boato del Kremlin, y a los que arrastró a dos guerras desastrosas, en 1905, contra Japón y en 1914 a la primera guerra mundial. Necio y desconfiado, no deseaba ni un secretario particular que le ayudase a archivar la correspondencia o los expedientes de Estado porque hacerlo era demostrar debilidad y falta de confiar en su misión divina como gobernante absoluto, pese al discurso que manejaba era totalmente ajeno a la realidad rusa, habiendo sido educado como un británico y por genética era más bien un alemán o danés (debido a los sucesivos matrimonios de los sucesores de Pedro I con parejas provenientes de las casas reales escandinavas y germanas, los Romanov eran más en realidad, la misma dinastía que todavía hoy gobierna Dinamarca: los Holstein-Gottorp,  y parte de la gran familia real europea tejida en torno a Victoria de Inglaterra) que imperaba sobre una población muiltiétnica a la que no entendía. En definitiva, cometió muchos pecados de omisión que, tal como lo dijo el Conde-Duque de Olivares al referirse al mediocre Felipe III de España, son más graves en un gobernante que cualquiera que pudiese cometer como hombre.

Por último, Nicolás II y su familia no fueron ejecutados como mártires por odio al Cristianismo, sino por motivos políticos, e incluso, de urgencia: prisioneros en Yekaterinburgo, los reales prisioneros serían juzgados por un Tribunal ante el que Trotsky pensaba actuar como fiscal, se pensaba juzgar únicamente a los soberanos y no a sus hijos, y se les acusaría de corrupción, alta traición y de arruinar la economía nacional, así como de crímenes de guerra al arrastrar a Rusia a guerras totalmente destructivas para el país; muy probablemente el Juicio iba a culminar con la sentencia de muerte en contra de Alejandra, a la que se acusaba de pasar información a Alemania y de traficar con influencias para dar el poder a Rasputín, su amante, según la acusación que Trotsky estaba construyendo, en cuanto a Nicolás y sus retoños, muy posiblemente se les enviaría a destierro al lejano oriente ruso, después de todo, había la clara imagen de que el Zar había sido un títere de "la Alemana" y sus intrigas, algo que no era muy descaminado de la realidad y se le consideraba una especie de idiota inofensivo que ya no representaría peligro sin la nefasta y fanática mujer detrás, y los hijos bien podrían ser reeducados en el socialismo, lo que les habría permitido ostentar enormes trofeos propagandísticos a los revolucionarios; sin embargo, al encontrarse Rusia en medio de una Guerra Civil entre Bolcheviques por un lado y Monarquistas por el otro, y estos estar obteniendo victorias que les permitieron acercarse a Yekaterinburgo, lo que les hubiera permitido liberar a la familia prisionera para con el Zar constituir un "Gobierno Blanco" que bien hubiera podido obtener el reconocimiento internacional, no tuvieron más que decidir la ejecución.

Como se ve, tampoco fueron mártires.

Si los críticos a las canonizaciones de Juan XXIII y Juan Pablo II esgrimen que las mismas son una especie de gesto político, lo hecho por la Iglesia Ortodoxa Rusa al canonizar a Nicolás II y familia fue algo más motivado por la política que otra cosa: fue un gesto de reconciliación con el pasado, algo que Putin ha estado haciendo de manera inteligente y muy a diferencia de México, donde hemos tejido una Historia maniquea de héroes y villanos, en Rusia se está construyendo una Historia que recupera los aportes de todos y juzga a la vez los errores de todos: se ha reivindicado el papel de estratega maestro de la política internacional de Stalin y la industrialización que vivió el país bajo su mandato o su defensa de la independencia contra las ambiciones de Hitler, a la vez que se censuran sus crímenes, y también se muestra la innegable importancia del pasado zarista y se reconoce el papel que jugaron en la Historia Nicolás, Alejandra, las Grandes Duquesas y el Zarevich, por quien se ha venido a sentir una merecida gran compasión. Quizá eso se represente en el hecho de que sobre donde alguna vez se levantó la casa Ipatiev en la que la familia fue fusilada, ahora se levanta la Iglesia que recuerda el hecho en Yekaterinburgo, mientras el Oblast o provincia de la que dicha ciudad es capital se sigue llamando Sverdlov, esto es, con el apellido del Gobernador Comunista que ordenó la ejecución.

Así, no confundamos, Rusia no va a salvar a Occidente, por el contrario, su interés nacional es contrario al de Europa y América, es un Imperio, siempre lo ha sido y siempre obrará como tal, no debemos esperar a que un día lleguen los MiGs o los T-95 por las calles para detener a Obama, a los magnates de Wall Street, impedir las leyes pro-gay o pro-aborto que se legislen en nuestros países o corregir las cada vez más preocupantes derivas y actitudes de Francisco I en el Vaticano. No lo harán. Al contrario, los rusos nos dejarán caer y presenciarán con una sonrisa nuestro derrumbe. Si Occidente ha de salvarse, habrá de salvarlo su propia gente que exija y logre cambios políticos y sociales profundos, si ha de haber una restauración del Catolicismo y del Papado en particular, esta habrá de darse desde dentro con la llegada al solio de San Pedro de un nuevo San León I Magno o un nuevo Gregorio VII y un resurgimeinto de la fe; del Kremlin, por el contrario, no podemos esperar nada, nada positivo, al menos.

13 de julio de 2013

CANONIZACIONES PAPALES

En el ya de por sí enrarecido ambiente católico debido a la polémica que está desatando el extraño pontificado de Francisco I, ha causado revuelo el anuncio de la próxima canoniozación de dos Papas que igualmente causan controversia y menifiestan la profunda división que existe al interior de la Iglesia; me refiero, por supuesto, a Juan XXIII, (a al izquierda, y a Juan Pablo II (abajo).

De parte, precisamente del cada vez más presente y fuerte movimiento Tradicionalista, que actualmente ve en el recién electo pontífice argentino a un representante del Modernismo y el Neoconservadurismo aliados, cosa que no está del todo descaminada, existe mucha polémica respecto al carácter de ambos Papas, puesto que, en el caso de Juan XXIII, se le ha tomado como bandera de los Modernistas o Progresistas al interior de la Iglesia y se identifica a su figura con la Izquierda, con la Iglesia "social" y de "opción preferencial por los pobres" que culmina fácilmente en la politización de la doctrina cristiana y su apoyo al Marxismo. En el caso del Papa Wojtila, su imagen es icónica del Neoconservadurismo Católico e igualmente se le censura desde algunos foros tradicionalistas, o se le enaltece y usa como bandera por los Modernistas.

Ambas imágenes son parciales y no son ciertas y tienen más que ver con la conveniente óptica de un bando u otro en la división interna que existe en la Iglesia, para usar a una figura a favor o en contra para fundamentar sus propias posiciones doctrinales.

En el caso de Juan XXIII, ha sido una figura sobre la que se ha dicho mucho, desde que era un simpatizante comunista hasta que era incluso hasta masón, más en algunos círculos tradicionalistas que resultan ser muy crédulos de las "teorías de la conspiración", pero esto no es cierto, igualmente, los modernistas pretenden presentar a Giusseppe Roncalli como un innovador completo, un revolucionario y alguien que rompió con el pasado totalmente.

No es así: el que fuera Patriarca de Venecia no dejó de presentarse con las galas regias del papado, no dejó de usar la tiara, era transportado en sedia gestatoria, ni se atrevió a modificar los dogmas fundamentales del Cristianismo; ni tampoco fue responsable de la tan dañina reforma litúrgica que fue posterior, por el contrario, Juan XXIII revisó y reeditó el misal romano del Papa San Pío V, mas no lo modificó y promulgó una constitución apostólica, la Veterum Sapientiahoy muy convenientemente olvidada, sobre el uso de la Lengua Latina como oficial en la Iglesia Católica y en la Liturgia, así como su importancia para la conservación de la cultura, no trastocó tampoco ninguna de las cuestiones que a tanto modernista como Hans Küng o Leonardo Boff le gustaría que se modificaran, como el celibato del clero, la cuestión del divorcio, el aborto y la homosexualidad. Así, el "Papa Bueno" no era ningún revolucionario progre como nos lo quieren vender muchos ni tampoco un ente perverso decidido a destruir el magisterio multisecular de la Iglesia en pro de innovaciones, como otros lo pintan.

El punto polémico, por supuesto, es el concilio y la idea de aggiornamiento (puesta al día) esgrimida por él como causa para su convocatoria y que expresó como el "abrir puertas y ventanas" para que "entrara aire en la Iglesia". Hoy en día, a muchos nos parece que el Concilio Vaticano II fue un error fatal y algo innecesario, a fines de los años 50 la Iglesia Católica no perdía feligresía, no era presa de escándalos y gozaba de un amplio respeto y presencia social en la mayoría de los países, con la oposición, por supuesto, del Bloque Soviético recién formado tras la Segunda Guerra Mundial. La gente vivía con gran piedad popular y por supuesto, no existía el desenfreno sexual y hedonista en lo general que se vive hoy. Mucho de ello estallaría en los años sesenta de la mano del descubrimiento de los anticonceptivos y el desencanto de la llamada "generación Beat" por la vida y los valores tradicionales, algo iniciado en los países anglosajones de tradición protestante y puritana (bastante represiva, además) como EUA o Gran Bretaña, mas no en el ámbito católico, por cierto.Sin embargo, aquello se extendería con filósofos del pesimismo existencialista como Sartre y tendría su mayor expresión en el año 1968, con su Mayo Francés, su Tlatelolco, su Woodstock y sus réplicas en Europa Oriental con la expresión antisoviética de la Primavera de Praga.

En mucho, puede plantearse la duda sobre si la crisis del catolicismo iniciada tras el Concilio Vaticano II y el concilio mismo es el reflejo de un problema social larvado ya desde mucho antes y que estalló en los años sesenta tocando todos los ámbitos de la Civilización Occidental, desde el musical, moral, político y hasta al religioso, o bien, si el propio concilio lo ocasionó; como sea, en el contexto histórico en que Roncalli vivió y llevó a cabo su labor apostólica tal vez no parezca tan innecesario la realización del concilio; a menudo se olvida que quien empezó a proyectar la idea de hacerlo fue Pío XIII, uno de los Papas más apreciados por el Tradicionalismo.

¿Porqué realizarlo? Si analizamos la trayectoria de Juan XXIII entenderemos la razón, sobre todo su papel como Nuncio Apostólico en Turquía durante los años de la Segunda Guerra Mundial, años en los que la reciente República Laica fundada por Mustafá Kemal Atatürk se convirtió en un campo de batalla diplomático y de espionaje; el propio régimen de Ankara, aunque mantuvo la neutralidad, era favorable al Eje, y aplicaba un laicismo selectivo: la República nunca dejó de ser islámica en realidad, (desde el escudo nacional, que es el escudo del Islam) y miraba con gran hostilidad al Cristianismo en cualquiera de sus vertientes: Católica, Protestante u Ortodoxa, en especial, estaba reciente el recuerdo del Genocidio Armenio provocado por los nacionalistas y "laicistas" Jóvenes Turcos como Enver Paschá o el propio Atatürk, pero además, el entonces Monseñor Roncalli pudo constatar la persecución y el odio de parte de los dos grandes totalitarismos en pugna durante la contienda: el Comunismo y el Nacionalsocialismo, con la persecución además de los Judíos.

Ante esta situación, tras el término de la Guerra y su llegada al solio de San Pedro, Juan XXIII convocó al concilio como buscando que el mismo sirviese para planear una estrategia del Cristianismo en conjunto para ofrecer respuesta a un mundo dividido por las ideologías y por la confrontación; por ello, no es de extrañar que una de las metas fijadas por el concilio fuera el diálogo ecuménico; mismo que en el proyecto del Pontífice era muy diferente a lo que resultó al final: basta leer sus encíclicas: Pacem in Terris, Aeterna Dei Sapientia, Mater et Magistra, Princeps Pastorum y Ad Petri Cathedram para encontrarnos que si bien se plantea el diálogo, primero con los "hermanos separados": Protestantes y Ortodoxos, y luego con los no-cristianos, también es cierto que en ningún momento se pierde la perspectiva de la Iglesia que llama a la conversión y a la unidad bajo el primado de Pedro. En cierta forma, se llamaba a restaurar la unidad cristiana como vía para enfrentar a un siglo XX cuya segunda mitad se adivinaba hostil hacia la vida religiosa o espiritual del hombre.

Desgraciadamente, la salud y la vida de Juan XXIII no le alcanzaron para continuar con lo que inició y darle guía al concilio que inició; tocó a Pablo VI el continuarlo; quizá a ambos pontífices se les salió de las manos el mismo, y ello provocó que este ecumenismo que originalmente se planteaba terminara en la expresión ambigua y genérica de los documentos finales del concilio, en un ecumenismo de feria que terminó con los lamentables espectáculos de Asís y un pacifismo de hippies, en un diálogo de sonrisas y felicitaciones que termina en nada y en una cobardía inaudita para señalar lo que está mal y lo que debe ser; --recuérdese la felicitación en Lampedusa por el Ramadán a quienes, entre tanto, han asesinado a sacerdotes católicos en Siria-- quizá por que, en su búsqueda de recuperar esa unidad o de formar un "frente común", el Papa Roncalli abrió demasiado la puerta a quienes no solamente no estaban interesados en tener un diálogo que llevase a la restauración de la unidad, sino que estaban interesados en dinamitar desde dentro a la propia Iglesia y se ató de manos para trabajar por la difusión de la verdad y tolerando todo lo que se presentara aún cuando fuese evidentemente no solo en perjuicio de la Iglesia Católica como institución, sino de los propios católicos como individuos.

Un caso de ello es el llamado "Pacto de Metz", un hecho que oficialmente no existió, pero del que existen muchos indicios. Juan XXIII deseaba que acudiesen al Concilio prelados Ortodoxos como observadores; como es sabido, la Iglesia Ortodoxa tiene una estructura totalmente descentralizada, ya que está compuesta por Iglesias autocéfalas o autónomas, entre las que el Patriarca de Constantinopla tiene una "Primacía de Honor", cuestión a la que, desde el año 1054, pretenden reducir al Primado de Pedro, y que en realidad fue el pretexto del Emperador Romano de Oriente Constantino IX Monómaco para el cisma de Oriente, motivado sobre todo por los deseos de los Césares de controlar a la Iglesia y por ende, al Papado.

Desde 1453 en que Constantinopla cayó en poder del Islam, el Patriarca de dicha ciudad carece totalmente de relevancia efectiva aunque goza de más honores que los demás jerarcas ortodoxos, y presidiría un hipotético concilio oriental que jamás se ha logrado reunir, dada la especial característica de estas iglesias, subordinadas  a los intereses políticos nacionales y limitadas por las fronteras de los Estados: hay una Iglesia Ortodoxa Griega, una Búlgara, una Rumana, una Rusa, una Georgiana, una Armenia, etc. El Patriarca de la ahora llamada Estambul apenas gobierna una diócesis de 2,000 a 3,000 cristianos que quedan en la ciudad, descendientes directos de los últimos Romanos auténticos. En cambio, el poder verdadero lo ostenta el Patriarca de Moscú, que rige sobre casi 200 millones de almas y es respaldado por el Kremlin.

Precisamente los intereses de éste han moldeado la Historia de la Iglesia Rusa, con Pedro el Grande, y ante la resistencia del Patriarcado a las reformas occidentalizadoras del Zar, se eliminó la figura del Patriarca y el monarca ejercía directamente la máxima autoridad religiosa, presidiendo un sínodo de Obispos en una forma copiada de las conferencias episcopales luteranas alemanas. Con la caída del último Zar Nicolás II, la Iglesia Ortodoxa Rusa vivió el único periodo de independencia del que ha gozado respecto del poder político, que no duró mucho; contrario a lo que se cree, la persecución que los Bolcheviques desataron contra los clérigos no era tanto para erradicar la Religión como para volver a subordinarla a los intereses del Estado, ahora Soviético, cosa que lograron tras matanzas y confiscaciones.

Con Stalin, la Iglesia Ortodoxa volvió a gozar de un status privilegiado, el Ejército Rojo volvió a contar con capellanes, muchos monasterios volvieron a poblarse y templos a abrirse, lo mismo que seminarios, y Obispos, Metropolitas, Sacerdotes y hasta Patriarcas llegaron a convertirse en parte del sistema, contando hasta con credenciales del Partido Comunista de la Unión Soviética; en cambio, los Católicos y Protestantes, o los Ortodoxos que criticaban aquél "matrimonio por conveniencia" que de nueva cuenta se celebraba entre Iglesia y Estado eran enviados al GULAG sin dilación; dicha relación fue denunciada por los exiliados rusos, que constituyeron una "Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior" que se mantuvo hasta hace unos años, en que su jerarquía aceptó someterse a los dictados del Patriarcado de Moscú, el cual sigue controlado por el Kremlin, fortaleza que ahora ocupa Vladimir Putin.

En este contexto, según se dice, cuando Juan XXIII invitó a que la dirigencia ortodoxa enviase representantes al concilio para mostrar las intenciones ecuménicas de lograr un acercamiento entre todas las ramas del Cristianismo, se topó con el Gobierno Soviético, en aquel entonces presidido por Nikita Kruschev, así, se condicionó la participación en el concilio a que no se denunciara ni se condenara al Comunismo en el mismo; por el contrario, según lo señalan muchos, comenzó una fuerte infiltración del marxismo en los seminarios y los que ya eran simpatizantes del mismo (aquello había comenzado desde con León XIII y sus curas-obreros) se desbocaron, iniciando el auge de la Teología de la Liberación, que conjuntado con el Movimiento Litúrgico en ciernes desde el siglo XIX contribuiría a que el Concilio Vaticano II derivara en caóticas consecuencias.

Consecuencias que se desarrollaron durante el largo pontificado de Juan Pablo II, a quien correpondió la aplicación plena de las reformas adoptadas por el Concilio. Ciertos Tradicionalistas le han atacado durísimamente, y al igual que con Juan XXIII, hay quienes hasta dudan de que su próxima canonización vaya a ser válida, aduciendo los desaciertos de su reinado.

Es cierto: Juan Pablo II cometió errores, quizá a la larga habría que plantear que el apelativo "Magno" no correspondera para él, lo que sin embargo, no demerita su santidad: Karol Wojtila dio muestras personales de ser un hombre que siempre aceptó la voluntad de Dios y cargó la cruz de su vida llena de sufrimientos entre dos totalitarismos: el Comunista y el Nacionalsocialista y la opresión de Polonia bajo los yugos ruso y alemán.Su piedad personal y su lucha por la libertad y la dignidad humana, por ser el hombre hijo de Dios basta para colocarlo en los altares, con independencia a sus errores de gobierno, mismos que no se debieron quizá tanto a su voluntad como a verse obligado a seguir las directrices marcadas por el Concilio, así que su pontificado fue en realidad un gigantesco experimento de la aplicación de aquel, eso nos explica las innovaciones litúrgicas, las misas-espectáculo con luz y sonido, la adopción de danzas folklóricas en las celebraciones y una mayor exposición de la persona del pontífice ante las masas.

Esta sobreexposición de la figura del Papa causó un enorme "culto a la personalidad" hacia su figura,y pareció que conseguía atraer a multitudes, sobre todo a los jóvenes, de regreso a la fe; mas no era así, un gran número de estos eran seguidores del carismático Karol Wojtila como líder social e incluso político, pero no captaban el mensaje de seguir a Cristo, con todo y que esto siempre fue la parte central de su discurso desde el inicio de su pontificado, junto con su gran devoción Mariana. Entre tanto y mientras había todo un despliegue externo de pirotecnia, carisma y liderazgo del Papa, al interior se debilitaba la disciplina del clero, se daban los escándalos de los abusos sexuales de sacerdotes y religiosos y el Papa permanecía sin actuar en contra de algunos personajes siniestros como Marcial Maciel, quizá por que no lo consideraba oportuno ante la situación que vivía la Iglesia y la lucha contra el Comunismo, mismo que no era visto como un rival para el Cristianismo por su mensaje de salvación, como muchos simples en la Izquierda lo plantean, sino que era necesario su derrumbe, o bien, porque de buena fe creyó en las mentiras del sacerdote michoacano.

Juan Pablo II sin duda fue el gran vencedor del comunismo y del sistema soviético, que incluso estuvo detrás del intento de Alí Agca por eliminarlo, también fue un critico, pese a lo que digan aquellos que le son contrarios, del Capitalismo y la Globalización lideradas por Estados Unidos, de su materialismo y hedonismo, sin embargo, no tuvo el mismo éxito ni las fuerzas para la lucha contra aquello. Por el contrario, los ataques más fuertes a su pontificado y a la Iglesia vinieron desde entonces por ese flanco.
 
Al final de su pontificado, además de sus problemas de salud, era claro que el Papa polaco estaba consciente de su fracaso en muchos aspectos y que, a su muerte, esa enorme multitud que le acompañaba en sus últimos momentos se dispersaría. Quizá por ello, y pese a haberse desatado con él la confrontación con Monseñor Marcel Lefevbre y la Fraternidad San Pío X, él empezó sin embargo a abrir camino para el regreso a la Liturgia Tradicional e impulsó a la Fraternidad San Pedro y él mismo, había tenido en Joseph Ratzinger a un gran colaborador a quien sin duda, preparó como sucesor, porque sabía que el Concilio había fracasado, era patente su decepción y conocimiento que de nada había servido tanto espectáculo, carisma y masas como hubiera servido el apego al magisterio tradicional y a la fe sencilla de las personas, mientras que el ecumenismo del concilio no limó ninguna asperesa con el Islam, por ejemplo, por el contrario, convenció a los musulmanes de la debilidad del Cristianismo Occidental.

Como sea, ambos Papas fueron signos de controversia, no tuvieron aceptación universal y no fueron inmaculados ni perfectos --solo la Virgen María fue inmaculada-- cometieron muchos errores cmo tuvieron aciertos, tuvieron defectos, como también virtudes. No hemos entendido que la figura de un santo está descrita por los dos Libros de Samuel, en la Biblia, y en particular, en la vida del Rey David de Israel.

Lo increible es que el Papado de Francisco I, ahora, parece un retorno a los mismos errores que iniciaron o cometieron estos dos Papas, sin haber aprendido de ellos, e incluso agraviados con una retórica hueca y demagógica, con gestos y ambigüedades y la pérdida de la dignidad pontificia disfrazada de humildad. El mundo aplaude porque ve, en realidad, un papado débil y a modo que cumple con los designios del mundo y que por ello, se merece la portada de una revista titulada Feria de Vanidades mientras se habla de ser sencillo, humilde y pobre... generando gastos mucho más altos. Lo más preocupante, es que entre los elogiosos comentarios sobre el actual pontífice aparezca el del cantautor británico Elton John, quien ante la visita de Benedicto XVI a Gran Bretaña despotricó contra la Iglesia Católica y hasta clamó por la prohibición de todas las religiones.

Perdónenme, pero yo recuerdo que Jesús dijo que debíamos ser felices si somos perseguidos y odiados por el mundo por su causa, no aplaudidos por el mundo y sus heraldos.








10 de julio de 2013

ELECCIONES 2013 EN MEXICO


En la sempiterna campaña electoral en que vive nuestro país gracias a la "bendita" Democracia que supuestamente nos lleva a la consecución de la "felicidad de los pueblos" como diría la retórica decimonónica, y en realidad nos ha llevado a la corrupción de los gobernantes, la división de los pueblos y la frivolización de la res pública, se celebraron el domingo elecciones locales en 14 estados que componen a los Estados Unidos Mexicanos y que aparecen resaltados en el mapa: Baja California, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Hidalgo, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Oaxaca y Quintana Roo, estas elecciones aparentemente no debían ser tan trascendentes, sólo en Baja California se elegiría a Gobernador, y en todos los casos fue para seleccionar nuevos diputados a los Congresos (parlamentos) estatales y renovar alcaldías.

Sin embargo, todos apuntaron a que estas votaciones serían un barómetro de la todavía joven administración del Presidente Enrique Peña Nieto y el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), éste, aparecía muy confiado de que iba a arrasar con todo, mientras que en los medios y mucha gente --yo, entre ellos-- pensábamos que el Partido Acción Nacional (PAN) se encaminaba a su destrucción completa tras las semanas pasadas en que se la vivió en guerra interna y aflorando la corrupción y la traición a los valores de sus fundadores, como se desprende del reciente conflicto al interior de los senadores emanados de dicho instituto político; en cuanto a la Izquierda encabezada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), quería verse si podría sobrevivir y ganar sin la presencia o el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.

Los resultados no han sido los esperados, ciertamente, el PRI se mantuvo a la cabeza en la mayoría de los estados, y en algunos casos, sí arrasó, como en el caso del estado de Hidalgo, donde ganó el 100% de los distritos electorales y por tanto dominará al Poder Legislativo estatal, no obtuvo una victoria tan apabullante como presumían, la iba a obtener. El PAN no fue borrado del mapa, sino que se mantiene como opción de gobierno para 12 millones de mexicanos y el PRD pudo sobrevivir sin necesidad del caudillo tabasqueño, pero sí con mucha ayuda... ¡del PAN!

Y es que estas elecciones lo que sí dejaron en claro es que nuestra política nacional es un verdadero chiquero, una porqueriza o una cloaca, en la que ideologías, principios y valores se encuentran sepultados por las heces del pragmatismo, de ver la gestión gubernamental como negocio y las ambiciones personales.

Primero que nada, pudimos ver las alianzas creadas sin congruencia, sin respeto y sin empacho en ocultar que lo que se buscaba era el poder por el poder mismo, así, fue posible ver que mientras en Baja California se celebraba impúdicamente una alianza entre PAN Y PRD, entre "Derecha" e "Izquierda", entre el partido supuestamente católico y el partido supuestamente laicista, entre los presuntos defensores de la vida y sus némesis pro abortistas, a fin de que el primero pudiese conservar la Gubernatura del estado ante un PRI que parecía tener posibilidades de acabar con 24 años de gobiernos panistas, en Chihuahua la alianza era del PRI y el PRD contra el PAN para la obtención de la alcaldía de la ciudad homónima, capital del estado, y así era diferente en cada estado y en cada municipio, y en todos lados, en la campaña no se escucharon propuestas ni proyectos de gobierno, solo acusaciones de un lado a otro en una competencia sobre ver quién ha sido más corrupto, quién tiene más vínculos con el crimen organizado, quién hace más trampas, etc. En esto particularmente ha destacado la histeria de Gustavo Madero, líder nacional del PAN, quien por momentos parecía verdaderamente paranoico y desesperado, y no era para menos, el principal temor de este político no era la victoria del PRI en sí, sobre todo en Baja California y que el partido perdiese el primer estado que llegó a gobernar (no tanto por elección popular, sino por una negociación con el entonces Presidente Salinas) sino por que la derrota del PAN hubiera llevado necesariamente a su remoción de la presidencia del Partido y la toma del mismo por el grupo del ex Presiente Felipe Calderón que desde su exilio bostoniano sigue intrigando como intervenir en la política nacional, parece que no tuvo bastante con destrozar al país durante sus seis sangrientos años en el poder.

Madero tuvo razón para estar feliz como los animales retratados y subidos en su cuenta de Twitter al festejar el triunfo en Baja California, los resultados le dan aire al PAN y alivian un tanto la presión sobre él, eliminando de momento las intenciones calderonistas-corderistas de desplazarlo de la dirigencia del partido. Más crítica sin embargo, me parece la situación de la Izquierda, que sin el carisma de un caudillo como López Obrador debieron aliarse al PAN al que tanto atacaron durante 12 años para obtener victorias. Como siempre, ambos partidos demostraron que las responsabilidades gubernamentales que han obtenido no los han hecho cambiar, por el contrario, siguen usando el mismo discurso de los años 80, cuando, en mi infancia, siempre los escuchaba quejarse de fraudes electorales y acarreos, cuando se ha demostrado que ellos mismos han aprendido a hacerlos. Así, hoy, cuando pierden acusan de fraude, cuando ganan, aclaman la victoria de la Democracia y felicitan la madurez del electorado.

En cuanto al PRI, pesaron sobre él los escándalos de corrupción grosera de Andrés Granier en Tabasco y el uso de programas sociales con finalidad electoral que denunció el PAN (y que también ha hecho) aunque eso se balanceó con la corrupción demostrada en el pasado Gobierno panista de Aguascalientes y la pelea por el dinero en el seno blanquiazul, aunque también obró a favor del PAN el antipriísmo sistemático de muchos sectores, que ven las corruptelas en el PRI y se ciegan ante la suciedad e incongruencia en el PAN.

Para el Gobierno de Peña, esto resulta una prueba de que el Pacto por México puede ser sin duda el impulso para sacar adelante su programa de reformas en la primera mitad de su sexenio, pues falto de una mayoría en el Congreso necesita de los votos, ora del PAN, ora del PRD, para la aprobación de las mismas, tal y como ha sucedido hasta ahora, pero también puede ser el gran obstáculo para el progreso de su mandato, pues como se vio durante todo el desarrollo de las campañas, el mismo fue esgrimido como arma de chantaje de parte de Gustavo Madero o de Jesús Zambrano para bloquear los programas asistencialistas y frenar la acción del Gobierno, beneficiando así a sus campañas sucias, tras conocer los resultados, además, ambos partidos, envalentonados, creo que se sentirán con la suficiente fuerza como para desligarse del pacto e iniciar una política de permanente bloqueo a las iniciativas presidenciales, y de denuncia hasta porque voló la mosca, buscando que con ello les surja algún beneficio electoral. Curiosamente, lo que Peña presume como su gran logro puede convertirse, en un tris, en su más grande maldición.

Como sea, este proceso electoral creo que ha resultado bastante efectivo para abrir los ojos de la gente, y quizá por ello es que hubo tan gran abstencionismo: lo que le interesa a los políticos de todos los partidos, PAN, PRI, PRD y los pequeños parasitarios, es el Poder y la posibilidad de usarlo para la obtención de beneficios mundanos y personales disponiendo gustosamente del erario; entre tanto, los problemas crecen: la inseguridadse ha extendido tanto por el crimen organizado como el común, la inestabilidad política en los estados del sur continúa, dominados por poderes fácticos de caciques sindicales y narcotraficantes, la economía sigue luciendo estancada y la sociedad continúa descomponiéndose, a veces con el aval de los propios políticos. A ellos no les interesa resolver nuestros problemas, por el contrario, ¡viven de ellos! así que cada vez buscarán que sean más y más complejos.

Ante esto, no es de extrañarse que el candi-gato Morris haya obtenido centenares de votos...

9 de julio de 2013

EL FIN DE LA PRIMAVERA


La Primavera Arabe --la Maldita Primavera, como cantaría la rubia veracruzana Yuri-- está llegando a su fin, ha fracasado, y con ella, ha fracasado la estrategia de crear el cinturón anti-Persa en Medio Oriente que idearan Barack Hussein Obama, su Secretaria de Estado Hillary Clinton y las Petromonarquías del Golfo Pérsico (Arabia, Qatar, Emiratos, Omán y Bahrein), que quién sabe, puede que ya sean más influyentes con su dinero que el lobby judío pro-Israel que había condicionado y diseñado la política norteamericana en Medio Oriente. 

El fracaso se ha dado en donde este movimiento comenzó: en Egipto, donde se volvió a demostrar el cambiante talante y la bipolaridad que ha caracterizado a lo largo de su milenaria Historia a los hijos del Nilo: antiguamente, los egipcios aclamaron a Alejandro Magno y lo recibieron como libertador del yugo persa, lo coronaron Faraón y dijeron que era hijo de Amón-Ra, algunas décadas más tarde, los egipcios despotricaban contra el sucesor del Macedonio en el país: Ptolomeo, aduciendo que les había excluido del gobierno y había llenado al país de griegos, siglos después, apoyaban a Ptolomeo XIII en contra de Cleopatra que llegó con Julio César, después adoraban a ésta y su consorte Marco Antonio para oponerse a Octavio Augusto, antes apoyaron las reformas religiosas de Akhenatón para, a su muerte, apoyar a los militares que bajo el mando de Horemmheb restauraron el antiguo culto y se apoderaron del mando en Egipto... y desde entonces no lo han soltado.

Así, hace poco más de un año, los egipcios se reunían en la Plaza Tahrir de El Cairo para exigir la salida de Hosni Mubarak de la Presidencia, y con él, de la intervención de las Fuerzas Armadas en el Gobierno del país faraónico que en buena medida han sido la columna vertebral del Estado Egipcio desde los Ramésidas en la antigüedad; lo lograron y secundaron el movimiento dirigido por la Hermandad Musulmana, el más viejo de los movimientos fundamentalistas islámicos que surgió en los años 20 del pasado siglo como una reacción a la supresión del Califato Otomano hecha por Atatürk y al desmembramiento del Imperio Islámico  dibujado en un mapa por las potencias occidentales vencedoras de la I Guerra Mundial en el Tratado de Sévres. Como lo dice el investigador de la UNAM, Carlos Martínez Assad en su imprescindible y magnífico libro Los Cuatro Puntos Orientales, a cien años, seguimos pagando los enormes errores geopolíticos cometidos por los vencedores en aquella contienda.

Mohamhed Morsi ganaba las elecciones en forma aplastante, derrotando a su tocayo El-Baradei que significaba una opción pro-occidental y laica, y a algún continuador de Mubarak que tenía el apoyo de los militares, una vez en el poder, descabezó a la cúpula militar en forma similar a lo hecho por uno de sus patrocinadores: Reccep Tayyip Erdogán en Turquía, éste buscaba poner fin al Kemalismo laicista que había tenido en el régimen de los militares egipcios dignos émulos desde Gamal Abdel Nasser, discípulo aventajado de Atatürk, y Morsi y su partido estaban decididos a hacer lo propio en la tierra de las pirámides. Con gran apoyo popular, la Hermandad Musulmana empezó a aplicar su proyecto, con la emisión de una nueva Constitución en la que se establecía la evolución de Egipto a una República Islámica similar a Irán pero de corte Sunnita, y por tanto, mucho más autoritaria y opresiva y sin la idea de equilibrio de poderes que los Persas supieron darle, aquí como empezó a criticarse, Morsi como Presidente se convertía en un verdadero Faraón sin el turbante real o atef con poderes omnímodos apenas limitados por un Tribunal Constitucional de inspiración kelseniana y poca efectividad. Hoy en día, tras el derrocamiento de Morsi por el ejército, el Presidente de dicho órgano jurisdiccional: Adli Mansur ha asumido interinamente la primera magistratura egipcia, aunque todos saben que en realidad, el jurista convertido en Presidente no es más que un títere del alto mando militar.

La situación está lejos de calmarse, hay enfrentamientos y se derrama sangre entre los partidarios de la Hermandad Musulmana, que ahora parece enfrentarse a la persecución por el nuevo, o más bien, reinstalado régimen militar, y los partidarios de éste, entre tanto, Damasco agradece la caída de Morsi y el conflicto interno egipcio, más cuando hacía unas pocas semanas el todavía presidente había roto relaciones diplomáticas con el Gobierno de Assad y ordenado dar apoyoa los insurgentes.

De hecho, el propio Assad manifestó su alegría por la caída de Morsi: Siria y Egipto han llevado una relación estrecha y compartida desde los años de Ramsés II en que éste convirtió a Siria en el "patio trasero" de Egipto y en campo de batalla contra los Hititas en Qadesh; más tarde, Saladino reunificó al Imperio Musulmán basándose en la unión de Siria y Egipto bajo su soberanía, misma que ejercía a nombre del Califa Fatimita de El Cairo; por ello es que hasta el día de hoy ambos países, lo mismo que Irak, comparten los colores rojo, blanco y negro, mismos que son los colores tribales del clan kurdo de los Ayyubíes que fuera encabezado por el gran caudillo de la época de las Cruzadas, y los cuatro países, contando a Libia, adoptaron como escudo nacional al halcón egipcio, (usualmente confundido con un águila) mismo que fue usado por Saladino como emblema personal.

Conocedor de esa Historia compartida, Gamal Abdel Nasser buscó la unificación en un sistema laico, copiado de la Turquía de Atatürk, de Siria y Egipto en la República Arabe Unida, que sin embargo, no fructificó. Por ello, si el laicismo árabe se tiene extendido entre Siria y Egipto, también la Hermandad Musulmana se encuentra extendida entre ambos países y es parte central de la actual oposición que busca derrocar al Presidente con el apoyo de EUA.

Hay quienes dicen que la actual caída de Morsi, todavía enaltecido en muchos medios como "el primer Presidente Egipcio democráticamente electo" (recordemos que para los medios occidentales, todo lo "democrático" es positivo per se) ha sido promovida por Estados Unidos... no lo creo, por el contrario, la llegada al poder del fundamentalista y la Hermandad Musulmana fue obra de los norteamericanos, como parte de una errónea política exterior aplicada en el Primer Mandato de Obama por Hillary Clinton, que defenestraron a un fiel aliado como Mubarak en una forma por condescender, a mi modo de ver, con los intereses de las potencias petroleras del Golfo, deseosas de tener un régimen fundamentalista, que sabían, llegaría al poder por la vía democrática con gran respaldo popular, habida cuenta la gran influencia y popularidad, sobre todo en las clases más desfavorecidas, de la población egipcia, y que se uniera en el camino de restar influencia en el Medio Oriente al cada vez más fuerte Irán. El contener a los Persas se ha convertido en el objeto prioritario de la estrategia norteamericana e israelí en la región y por ello se arriesgaron a apoyar a los enemigos: los fundamentalistas islámicos en las "Primaveras" en Libia, Túnez, Egipto y Siria; pero hoy, la estrategia está fracasando: ni han podido frenar el crecimiento Iraní, mismo que viene respaldado por Rusia y China, y han complicado enormemente el escenario.

La Guerra Civil en Egipto que hora tras hora parece volverse más inminente, pues Morsi y la Hermanadad Musulmana cuentan con partidarios, incluso más allá de Egipto, pues en Pakistán los militantes de las organizaciones radicales han organizado marchas protestando contra el golpe de Estado, de ahí al reclutamiento de milicias extranjeras, al igual que el caso sirio, solo hay un paso, y más si fluye el dinero de las Petromonarquías para ello. Entre tanto, el ejército, que no ha dejado de recibir ayuda financiera y material de EUA bajo el efímero mandato del fundamentalista, está desatando una feroz y violenta represión contra los militantes de la Hermandad, que se saldó el día de ayer con 51 muertos.

Qatar ha sido otro de los grandes derrotados con este golpe de Estado: para nadie es un misterio que el pequeño reino petrolero ha financiado los alzamientos denominados torpemente como "primaveras" y en realidad fueron movimientos que demostraron la inaplicabilidad de la Democracia a las sociedades de Medio  Oriente, que o bien son tribales o se encuentran desde hace milenios, como el caso del país faraónico, sujetos a una concepción de centralización del poder político y su ejercicio. La derrota de la "Primavera" egipcia propició la protesta y renuncia de un buen número de comunicadores de la televisora Al Jazeera, que claramente han denunciado el que la cadena noticiosa, propiedad de la casa real qatarí ha carecido totalmente de objetividad para difundir la información relativa a las Primaveras Arabes, y presentado una cara edulcorada de dichos movimientos o de la oposición siria, soslayando sus vínculos con grupos terroristas, la crueldad y la anarquía que han desplegado por la atomización de los mismos y su incapacidad para ponerse de acuerdo, como ha ocurrido en el caso libio. Incluso, es posible que la abdicación del Emir de Qatar Hamad bin Jalifa al Thani en favor de su hijo Tamim tenga que ver con el fracaso en su ambiciosa política exterior, misma que se sustentó en el uso de sus enormes recursos financieros producto del petróleo, con los que incluso sobornó de alguna manera a líderes europeos, como parece ocurrió en el caso libio, donde hubo al parecer triangulación de fondos qataríes que pasaron a España y Francia antes de ser dados a los insurgentes que derrocaron y asesinaron al Coronel Gaddafi.

Pero el gran derrotado es Barack Hussein Obama: en medio del escándalo del espionaje interno practicado por el propio gobierno, y hacia Estados presuntamente aliados, la caída de Mohamhed Morsi les cayó de sorpresa, tanto que el golpe se consumaba mientras el Secretario de Estado John Kerry pasaba el fin de semana en su yate. Hoy, con la insurgencia siria tambaleándose y perdiendo posiciones ante el ejército del régimen apoyado por tropas de Hamas y Hezbollá y de la Guardia Revolucionaria Iraní, así como con armamento, asesores militares y dinero rusos, Obama pierde un aliado en Egipto mientras otro, Erdogán, se tambalea en Turquía, disminuyendo las posibles entradas de su ayuda a los rebeldes. La Guerra Civil Egipcia que parece estar por iniciar y los muertos que empiezan a sumarse son enteramente responsabilidad de la irreal, temeraria y descocada política exterior instrumentada por el mulato y su Secretaria de Estado Hillary Clinton: destaparon la caja de Pandora y removieron a los dictadores que contenían a los demonios del fundamentalismo islamista, las consecuencias pueden ser muy duras incluso para su país que ha perdido ingentes cantidades de recursos económicos en apoyar a sus enemigos; así, Washington ha anunciado que no recortará la ayuda económica a los militares egipcios en un intento de comprar su alianza, lo que habrá que ver, dado que la cúpula militar está bastante enojada con EUA por lo que ellos estiman fue una traición, y no cabe duda de que dieron el golpe en el peor momento, pues se descarrilan por completo los planes de apoyo a la insurrección en Siria.

Como sea, la "Primavera" fue solo un dicho propagandístico, ahora podemos ver con claridad que fue el inicio de una tragedia humana y política de grandes proporciones, en realidad, ha comenzado el invierno.
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Evo Morales y su Secuestro Aéreo:

Uno de los hechos más torpes y vergonzosos de la política internacional ha sido el "secuestro aéreo" del Presidente boliviano Evo Morales, convertido en rehén de los conflictos diplomáticos desatados alrededor de la persona de Edward Snowden, el mandatario había acudido a Moscú, junto a Nicolás Maduro de Venezuela y Mahmoud Ahmadinejhad, todavía Presidente de Irán, a reunirse con Putin en el marco de la Cumbre de países productores de gas natural... aunque es muy probable que estos países, que integran junto a Moscú un verdadero eje o bloque contrario a EUA y sus aliados occidentales, hayan discutido otros temas aparte del hidrocarburo, la paranoia de la Administración Obama llevó a sospechar que en el avión del indígena aymará viajaría escondido el ex-técnico de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense.

Por ello, los países europeos aliados de Washington, como Italia, Francia, España y Portugal, en forma por demás servil y rastrera, impidieron que el avión presidencial boliviano, en el viaje de regreso, atravesara su espacio aéreo o aterrizara para recargar combustible, para impedir la huida del filtrador de información, esto fue incluso peligroso: el avión de Morales no es un avión grande como el que se puede permitir un Estado más desarrollado, sino un pequeño jet de negocios Falcon, por lo que para realizar un vuelo intercontinental requería repostar combustible, al no hacerlo, había serio riesgo de que el avión, en pleno vuelo, cayera a tierra. Finalmente, Austria dio consentimiento para que el avión aterrizara en el Aeropuerto de Viena, donde el mandatario tuvo que esperar 14 horas hasta que España dio su autorización, ante la presión diplomática, para que el avió presidencial volviese a hacer escala en las Islas Canarias sin que fuese revisado por la policía como querían hacerlo originalmente (aunque ahora, los españoles lo niegan).

Independientemente de que Evo Morales no es santo de mi devoción, esto no se hace y fue una completa bajeza y falta de respeto para un Jefe de Estado y la Soberanía Nacional de Bolivia. Además, lo sucedido demostró que para Estados Unidos, y para Soetoro, en lo particular, los demás Jefes de Estado o son sirvientes, o son delincuentes que carecen de la inmunidad diplomática y que no deben ser respetados por el hecho de no doblegarse a sus posturas e intereses, en el caso de los Estados europeos que o bien obraron a petición de Washington (cosa que ha negado el Gobierno de EUA), o lo hicieron de motu proprio para quedar bien con el mandamás, de cualquier forma, y como lo dice el columnista Fran Ruiz de el Diario Crónica de la Ciudad de México, ha quedado patente la decadencia de Europa y la debilidad espantosa de sus gobernantes, sujetos a los intereses de la república norteamericana y que se subordinan ante ellos ante la esperanza de alguna limosna, algún apoyo que los saque del agujero de la crisis en la que están metidos y de la que son incapaces de salir.

Entre tanto, Evo Morales y todo el "Eje Bolivariano" en Sudamérica ha quedado como el gran vencedor del caso Snowden: se probó que la influencia norteamericana en el Cono Sur ya no existe, se ha evaporado y Moscú ha manifestado su apoyo irrestricto a los regímenes autoritarios que se han instalado en la región. En cuanto a Morales, el escándalo le ha dotado de un aura de héroe y ha recuperado la popularidad que había perdido últimamente. Para la Administración Obama, en cambio, esto ha sido una nueva derrota que ha erosionado su posición internacional y está destrozando su credibilidad.

Europa Occidental así, demuestra la irrelevancia y el enanismo en que se haya metida, no es de extrañar entonces que el debate más importante para ellos gire en torno a la homosexualidad, no hay capacidad para más...




4 de julio de 2013

LA ODIOSA Y MUY TRILLADA E INEXACTA COMPARACION: ESTADOS UNIDOS Y ROMA


Es muy frecuente, al hablar del auge y decadencia de Estados Unidos y de su "imperio" compararlo con Roma, si levanta el muro fronterizo, se recuerda la militarización del limes romano o el Muro de Adriano, la entrada de los inmigrantes (descendientes, por su vena hispana, de los romanos) entran al país de origen anglosajón (descendiente de los bárbaros germanos) se compara a la invasión de los bárbaros, se habla, por parte de los Neoconservadores de lograr la Pax Americana como en su momento hubo la Pax Romana, y la influencia cultural norteamericana es comparada con la romanización...

Pero... como decimos en México... hay niveles. Bien puede ser que en EUA viva procesos similares a los de  Roma, pero eso es tal y como los ha tenido cualquier otra potencia hegemónica en la convulsa Historia Occidental, por lo demás, quizá esa comparación con Roma la han buscado los propios norteamericanos, desde el propio emplazamiento de su capital, Washington: en las riberas del Potomac y sobre siete colinas, con un estilo de construcción neoclásico imitando a la arquitectura romana en los edificios públicos, cayendo en el error de suponer que las esculturas clásicas estaban en el color blanco del mármol, algo normal en esa época, pues no ha sido sino hasta recientemente que se concluyó que las estatuas, relieves y aun edificios estaban profusamente pintados de los más brillantes colores, (el mármol de Carrara o del Pentélico era el material elegido por ser blanco y poder pintar encima de él, no por una supuesta pureza de la piedra) aunque, en algo que ilustra el carácter artificial de Estados Unidos, ante la falta de canteras de mármol en las proximidades, tanto la Casa Blanca como el Capitolio, --palacio legislativo al que los norteamericanos colocaron sobre una colina y dieron el mismo nombre que los romanos al principal templo de la orbs urbi, y cuya cúpula actual, además, en mucho es copia de la de la Basílica de San Pedro-- así como la Suprema Corte y otros monumentos, no están hechos de la noble piedra, sino de cantera gris o ladrillo y encima están pintados de blanco. Para el naciente Estado en 1800 resultaba muy caro el importar mármol de Europa salvo para las estatuas, así que economizaron y encima aplicaron pintura para aparentar que habían construido una "Cuarta Roma", más tarde, el cine de Hollywood, a través del Peplum, como se denominó al género histórico ambientado en la época clásica grecorromana, pretendió ser un vehículo propagandístico de esa idea de un EUA continuador de Roma y de la Grecia Clásica, con sus ideales de Democracia, Libertad e irónicamente, de Imperio, a costa de dar una imagen de Grecorromanos y Judíos bíblicos bastante distante de la realidad: se les representó altos y rubios, netamente anglosajones, y ni pensar que fueran morenos y de cabellos oscuros como los despreciados latinoamericanos, y buena parte de los españoles, italianos o  franceses, sus descendientes, o los griegos modernos, mostrados como una curiosidad folklórica pero sin nexos con un glorioso pasado pagano de héroes de cabellos platinados, según ellos.

La romanidad es algo común a las dos grandes civilizaciones nacidas en Europa, según la clasificación que hace Samuel Huntington de las distintas grandes sociedades: por un lado está la civilización Occidental, a su vez compuesta por varias culturas: Europa Mediterránea o Latina, El ámbito germánico-nórdico, los países anglosajones y Latinoamérica, por otro lado, está la Civilización Eslavo-Ortodoxa, integrada fundamentalmente por Rusia y buena parte de sus ex-provincias o repúblicas soviéticas, Grecia y los Balcanes, ambas civilizaciones tienen como fuente común al Imperio Romano y su división en 395 a la muerte de Teodosio en dos mitades, culminando un proceso que incluso, empezaba a manifestarse desde la muerte de Julio César y un reparto del gobierno de la agonizante República entre Octavio y Marco Antonio al oeste y este de los dominios romanos.

La Herencia Romana en los Símbolos:

Roma se convirtió tanto para el Oeste como para el Oriente en un modelo a seguir político, social y jurídico, de modo que se buscó continuar con la idea del orden romano y surgieron muchos herederos: en Occidente, Carlomagno pretendió restaurar el Imperio y tras su dinastía y el desmembramiento de su Imperio, Alemania se convirtió en el presunto heredero de ese orden, constituyendo el llamado Sacro Imperio Romano Germánico, por ello, vemos que hasta el día de hoy el águila, que entre los romanos representó a Zeus/Júpiter, deidad máxima del panteón grecorromano que protegía al Imperio, es el escudo nacional germano. Austria, igualmente, tras la liquidación del Sacro Imperio y su separación del resto de Alemania, adoptó también el Aguila: primero un águila con una sola cabeza que mira hacia el occidente; tras la caída del Imperio Romano de Oriente, adoptó el águila bicéfala, animal heráldico surgido con Diocleciano y la Tetrarquía, para significar con las dos cabezas a los dos Augustos y las dos garras a los dos Césares mirando a los puntos cardinales opuestos. El Imperio de Oriente, tras la toma de Constantinopla por los Cruzados y romper definitivamente la Cristiandad Oriental con la Occidental, no reconocería a los emperadores germanos, y por tanto, con la Dinastía Paleólogo, en vez del águila que miraba al oriente adoptó como símbolo el águila de dos cabezas.

El águila de dos cabezas, por tanto, es una representación alegórica y heráldica del mundo, e implica un poder universal, pero un poder dividido, que mostraba las dos cabezas de un solo cuerpo, por ello, como puede verse en la foto de aquí a la derecha, hay una sola corona sobre las dos cabezas, para significar que la soberanía radica en un solo monarca sobre las dos mitades del Imperio. Claro, habría quien buscaría unificar al imperio en un solo todo. Napoleón adoptaría el águila romana para mostrarse como heredero de los Césares, lo mismo que Hitler, que incluso, adoptaría el mismo tipo de estandarte que los romanos, el lábarum, para el partido Nazi y para el Tercer Reich coronado por un águila, pero sería Rusia que, tras la caída de Constantinopla asumiría más la idea de romanidad: el Gran Príncipe Iván III se casaría con Zoé Paleologina, princesa romano-oriental y sobrina del último César Constantino XI, pocos años después de caída la "Segunda Roma" en poder del Islam de los Otomanos, por este matrimonio, así como por los lazos de sangre que ya unían a los entonces reinantes Riurikovich con las dinastías imperiales romano-orientales, es que el Gran Príncipe se proclamó "César" que en ruso se pronuncia Tsar o Zar, y se proclamó que Moscú sería la "Tercera Roma", la ciudad ya estaba junto a un río, el Moskova, como el Tíber o el Cuerno de Oro, y se decidió extender a la ciudad hacia unas colinas, buscando 7 para asumir la identidad romana. Basilio III y después Iván IV "el Terrible" convirtieron a la capital rusa de una aldea de cabañas de madera en una ciudad con una arquitectura imperial, construyendo el actual Kremlin y la Catedral de San Basilio entre otros monumentos.

Y adoptando el águila bicéfala, que salvo los 70 años en que el escudo fue sustituido por el no menos imperial escudo soviético, que en mucho es similar al gran escudo del Imperio Ruso adoptado por los Romanov:


Ambos escudos forman círculos, en vez del águila bicéfala, representante del mundo, aparece el globo terráqueo con la hoz y el martillo superpuestos, en vez del estandarte real, la estrella roja de la Revolución, y en vez de los 15 escudos de las provincias imperiales, el lema del comunismo: "¡Proletarios del mundo, uníos!", en los 15 idiomas de cada una de esas provincias, después Repúblicas Soviéticas, en vez del escudo personal del apellido Romanov, el sol naciente, y en vez de las hojas de laurel y encino, las espigas de trigo: mismo mensaje, diferente símbolo.

Pero ya llegando a EUA, los norteamericanos, al constituirse como un Estado Federal con el Congreso Constituyente de Filadelfia en 1787, se adoptó también un águila, pero, a fin de demostrar que se trataba de una Nación surgida en América, sin nexos con las potencias europeas e iniciaba una nueva Historia, eligieron, en vez del águila real, de presencia mundial, al águila calva, una especie propia del continente americano y de las latitudes en las que se encuentra EUA en forma exclusiva, por lo demás, el diseño del escudo se plasmó en la misma forma imperial de alas desplegadas:

Como se ve, hay una "romanidad criolla" en el símbolo: es un águila en posición heráldica, pero con la salvedad de ser de una especie endémica del norte de América, es simple: el Imperio ahora tiene su base en otro continente.

2.- El Katékhon:

San Pablo, en la Segunda Carta a los Tesalonicenses, pronuncia uno de los pasajes más enigmáticos de toda la Biblia, aún más difícil de entender que el Apocalipsis:

"Porque antes tiene que venir la apostasía y manifestarse el hombre impío, el Ser condenado a la perdición,
2:4 el Adversario, el que se alza con soberbia contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de culto, hasta llegar a instalarse en el Templo de Dios, presentándose como si fuera Dios.
2:5 ¿No recuerdan que cuando estuve con ustedes les decía estas cosas?
2:6 Ya saben qué es lo que ahora lo retiene, para que no se manifieste sino a su debido tiempo.
2:7 El misterio de la iniquidad ya está actuando. Sólo falta que desaparezca el que lo retiene,
2:8 y entonces se manifestará el Impío, a quien el Señor Jesús destruirá con el aliento de su boca y aniquilará con el resplandor de su Venida."



La mayoría de los biblistas, desde la época de los Padres de la Iglesia (s.II-V d.C.), concluyen que el apóstol se refiere aquí al Anticristo, y también acerca de aquello que lo retiene o evita su aparición, un obstáculo, en griego katékhon, para ellos, dicho obstáculo o impedimento es el propio Imperio Romano o la "romanidad" misma, este fue un tema que incluso obsesionó al gran escritor de Ciencia Ficción Philip K. Dick, quien tras su conversión al Catolicismo se dedicó al estudio de la Teología en forma aficionada y sin una buena guía, lo que además, combinado con su adicción a drogas alucinógenas contribuyó a volverlo muy paranóico acerca de un "Imperio Romano" existente en las sombras y vigilante que llegó a imaginarse.

¿Qué se entendería por "romanidad" entonces, porqué el Imperio frenaría la aparición del Anticristo? Porque el Anticristo representa la anarquía absoluta y la ruptura con el orden natural del cosmos, Roma en cambio tejió un sistema que si bien, no perfecto, llevó a término la lucha que desde el Neolítico las sociedades antiguas habían librado para crear un orden político funcional y que sirviese como un marco de referencia para la existencia del mundo y el desenvolvimiento del ser humano dentro de un marco social definido y claro, sin que esto dependiese de la voluntad de un déspota, como ocurría en los Imperios de Medio Oriente, o de fuerzas externas que controlaban toda su existencia sin que existiera libertad (la predestinación divina): en Roma en cambio, se daba la idea de la existencia de una Civitas Universalis, en la que intervenía la divinidad y los hombres, y en que estos habían participado activamente tanto en la construcción como en el funcionamiento del orden, por lo que el Imperio Romano era un reflejo mismo del orden del universo.

No en balde, el emperador romano en su ceremonial llegó a adoptar todo un simbolismo y unos títulos que implicaban esto: el solio o dosel situado sobre el trono, simbolizaba la bóveda celeste, el orbe, que aparece desde los primeros césares, representa al globo terráqueo que descansa sobre su mano, ya a partir del siglo V se adopta una corona cerrada, como un casco, que simboliza que el es la fuente suprema de la autoridad, y entre sus títulos, heredados de los monarcas helenísticos, está el de Cosmocrator: "rector del universo".

De esta forma, aunque el Imperio Romano desapareciese en el Occidente Mediterráneo en 476 d.C., y en el Oriente en 1453, los Estados Europeos, sus sucesores, buscaron mantener vivo ese orden: de ahí la base del Derecho Romano para las legislaciones occidentales y aunque el Common Law tuviese un origen diferente, terminó adoptando una terminología latina, e Inglaterra misma en la coronación de sus monarcas el ceremonial de la coronación de los emperadores orientales. En mucho, la idea inaugurada por Carlomagno de revivir al Imperio en Occidente tendría como razón el mantener existente al katékhon u obstáculo, a ese orden social que, con dos cabezas: el Papado y el Imperio, mantenía una estructura sólida y clara a la dimensión humana.

Con la caída del Ancién Régime a finales del siglo XVIII, empezando precisamente con la Independencia de EUA, y la Revolución Francesa, esta concepción de que el "Rey es Emperador en su reino" y la construcción de pequeñas reproducciones locales del orden romano que comenzó en la Edad Media y culminó con el Absolutismo Monárquico (una perversión de dicho orden, mismo que nunca había tendido a ese despotismo, sí a un autoritarismo, pero nunca a colocar al príncipe por encima de la Ley) se vio rota. Como dice el polémico reverso del escudo norteamericano: Annuit Coeptis, Novus Ordo Seculorum (no voy a entrar aquí a las disquisiciones sobre el origen masónico de EUA, ni su papel como "preparación del camino del Anticristo" como alegan muchos) se buscó crear un nuevo orden, sin embargo, este nuevo orden se quería representar también como un retorno a Roma, pero no al Imperio, sino a la República, exaltando los valores cívicos y la participación de los romanos de esos tiempos, así como de los Griegos de la Epoca Clásica, olvidando que la República Romana solo fue un paso transitorio en el desarrollo de la gran potencia mediterránea.

Quizá los norteamericanos, protestantes que se apegaban a la Biblia sin interpretación, pero conocedores  de la idea de los Padres de la Iglesia sobre el misterio del Katékhon, quisieron mantener la romanidad en su país recién independizado, aunque el "Nuevo Orden Secular" del que hablan en el lema de su escudo, es en mucho lo contrario al orden romano: éste era integrador, el que propugnan los norteamericanos, inspirado en la Filosofía de la Ilustración, es disgregador e individualista, los romanos: objetivistas, los norteamericanos: subjetivistas, y contra el papel que los antiguos latinos daban a la divinidad, y a pesar de la mención en los billetes, el secularismo.

3.- ¿A quién se parece más Washington, a Roma... o a Tenochtitlan?:

Pero yendo más allá de los terrenos simbólicos, veamos si existen semejanzas entre Roma y EUA. Para empezar, es casi unánime el considerar a este último como un Imperio, pero no es así, el economista Niall Ferguson considera que Estados Unidos, en realidad, es un "imperio fallido" o incompleto. ¿Porqué? Porque lo que caracteriza principalmente a los imperios es el sometimiento directo sobre territorios y pueblos diversos. EUA no lo ha hecho; él mismo ha buscado aglutinar a esos pueblos diversos en su territorio pero por la migración, mas no ha incorporado sus territorios al propio. Así, EUA tuvo una etapa inicial de expansión territorial que abarcó el siglo XIX, con episodios violentos, como la Guerra contra México o el exterminio de los indígenas, pero estas conquistas, que terminaron con la adición de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, de las que únicamente conservó a la segunda, no tuvieron más que nada el carácter de búsqueda de un "espacio vital" al estilo de lo que planteaba Hitler para Alemania en Europa del Este; el territorio original de Estados Unidos, constreñido a la costa atlántica y la ribera oriental del Mississippi, tras la obtención de territorios originalmente dirigidos por los Británicos para Canadá al terminar la Guerra de Independencia, no era considerado suficiente para el desarrollo exitoso de la nueva nación, se requería de recursos naturales, y por ello la expedición científica de los famosos Lewis y Clarke, que sondearon las riquezas de los territorios occidentales norteamericanos y los vieron como capaces de sustentar el desarrollo industrial del nuevo país. Cabe decir, por otro lado, que los territorios continentales de EUA por si mismos alcanzan la extensión del Imperio Romano, salvo que el mismo es el núcleo nacional y no contiene pueblos que fueron conquistados y absorbidos, como sí ocurrió en el caso de Roma, en cuyo territorio habitaban pueblos célticos, grecolatinos, bereberes o semitas entre otros.Roma ejercía su dominio más sobre pueblos diversos, a los que unió, que sobre extensiones de tierra.

Ferguson mismo nos dice que EUA se mutiló en sus capacidades imperiales: el crear un Estado en los ideales de Democracia y Libertad, o al menos, en su discurso, impedía tomar un derrotero que llevara a la conquista y absorción de otros territorios y pueblos, pese a tener la capacidad para ello y demostrarla, simplemente en las Guerras Mundiales, sobre todo en la Segunda: EUA bien hubiera podido anexarse todo Japón y buena parte de Europa misma sin haber encontrado oposición, pero en vez de ello, decidió reconstruirlos y hacer negocio con ellos, obligándolos a esos países a convertirse en sus aliados incondicionales en contra de su rival: Rusia, que sí mantenía una política imperial tradicional de conquista y absorción o sometimiento total de una serie de Estados, los satélites, que mantuvieron su independencia en forma nominal.

Y es qué ¿cómo podía EUA construir un imperio colonial propiamente dicho al estilo británico, o emular la expansión ultramarina de España y Portugal si fue producto del primer proceso descolonizador? ¿Cómo conquistar otro territorio y hacerlo propio cuando fue Woodrow Wilson el que estableció como parte del Ius Cogens Internacional al principio de la Soberanía de los Pueblos, la No-Intervención salvo en casos humanitarios, y la ilicitud de las guerras de conquista? Además, una República Democrática y Representativa no juega bien con el hecho de administrar como metrópoli un imperio y dejar a otros in representación para la fijación de impuestos, como bien lo supieron ellos respecto del Parlamento y la Corte de Londres, aparte, el destino que se fijaron ellos era la difusión de los ideales políticos del Racionalismo Inglés y la Ilustración que les dieron origen, en cierta forma, debían contagiar de esa misma libertas que ellos tenían, era su "Destino Manifiesto" que se desprendía de la misma tesis calvinista de la predestinación.

De esta manera, Estados Unidos se desmarca totalmente de Roma, lo mismo que en su ideal que impulsó sus conquistas: para Roma, era dotar al mundo de orden, para EUA, expandir los ideales de Democracia y Libertad individual... y en realidad, el hacer negocio... las intervenciones militares norteamericanas han sido guiadas por los intereses de sus corporaciones industriales y financieras, en cierta forma, existe más semejanza entre Washington y el gran rival de Roma: Cartago, con su expansionismo motivado por intereses mercantiles, o incluso, con los anteriores imperios americanos, como los Mexica o las otras civilizaciones del hoy altiplano central mexicano: estos, jamás constituyeron un imperio realmente unificado, sino que, debido a las limitantes en medios de transportación y comunicación, debieron constituir entidades bastante laxas estructuradas en el pago de tributos, la concesión de monopolios y privilegios comerciales a los mercaderes mexica de Tlatelolco (recuérdese que éstos tenían un acuerdo con el Gobierno Mexica de actuar hasta como espías, y si uno revisa la expansión de este último imperio mesoamericano, se verá que la misma siguió las rutas comerciales), proporcionar tropas a la alianza militar y el reconocimiento de una supremacía más bien nominal, aunque sujetos a la amenaza constante de ser atacados si había algún atisbo de rebelión.

Este tipo de imperios es bastante débil y para mantenerse debe encontrarse en un estado de guerra permanente, y eso es lo que ha hecho EUA de 1945 a la fecha, o incluso desde 1919 tras la Primera Guerra Mundial: invade, establece un gobierno con "instituciones democráticas", financia la reconstrucción y se retira, o deja alguna pequeña base militar que servirá para mantener vigilancia sobre el sector o el área, pues tarde que temprano, el gobierno establecido en el país objeto de la invasión se convierte en enemigo de nueva cuenta y se necesita de una nueva invasión, o al vecino, para asegurar la estabilidad en el "aliado", esto lleva a la creación de unas fuerzas armadas inmensas y siempre en estado de alerta, se busca además que las mismas tengan capacidad para responder a cualquier acción hostil en cualquier parte del mundo en cualquier momento, y de ahí el desarrollo tecnológico del armamento, la construcción de grandes flotas de la armada de guerra y la fuerza aérea; como es de esperarse, los costos para la manutención de todo este aparato militar son elevadísimos, más cuando vemos que, por la propia naturaleza del "Imperio norteamericano", un estado como la Pax Romana, una Pax Americana es imposible, no puede darse, ya que la administración central, por así decirlo, no puede controlar, ni predecir la conducta futura de sus "aliados" que de pronto pueden convertirse en rivales, como ocurrió con el Irak de Saddam Hussein en 1991. Al igual que los Mexica, que celebraban las "Guerras Floridas" frecuentemente, tienen que librar guerras periódicamente para asegurar que los enemigos no se levanten ni se fortalezcan.

Y lo que sucede es que la propia potencia que mantiene este imperio, se desgasta: la sangría de recursos y de vidas es constante, pero además, se va quedando solo, no tiene aliados firmes y se gana el odio del resto, ¿qué pasó con los Mexica? la llegada de Cortés fue un catalizador de los odios y la conquista española fue, en realidad, una rebelión masiva en contra de su poder. Al final, fue más decisiva para la derrota el enorme número de rebeldes y aliados indígenas del hispano que los caballos, armas de acero y cañones que éste traía consigo de Europa... Hoy en día, el antiamericanismo está alcanzando cotas ya rayanas en el racismo y el odio a muerte a las personas de nacionalidad estadounidense en muchas partes del mundo.

Resulta sorprendente el símil, pero si se le piensa bien, tal parece que los norteamericanos son más sucesores de los Mexica que nosotros los mexicanos, al menos, sus esquemas imperiales se parecen mucho, uno fue limitado y condicionado por las carencias de medios de transporte y comunicación, el otro, se autolimitó ideológicamente desde el principio y se enfocó a fines sumamente pragmáticos y monetarios, los dos en realidad, distaron mucho de los logros de Roma en la estructuración de una verdadera administración y un orden imperiales propiamente dichos.

4.- Estabilidad y Permanencia:




El Imperio Romano, iniciado con la entronización de Augusto (a la izquierda) en 27 a.C. duró en Europa Occidental hasta el año 476 d.C. en que Rómulo Augusto es depuesto por el bárbaro Odoacro, esto nos da un total de 503 años, ahora, si consideramos que el Imperio no cayó realmente sino hasta la muerte de Constantino XI (abajo a la derecha) en la defensa de Constantinopla ante los Turcos en 1453, dado que del Julio-Claudio hasta el Paleólogo hay una sucesión ininterrumpida en el trono, tenemos que el Imperio duró, en realidad 1,480 años... nada mal, el Imperio Romano ha sido el sistema político más estable del hemisferio occidental, lo cual sin embargo, palidece ante el Imperio Chino, fundado en 221 a.C. y terminado en 1912 con el derrocamiento de Puyi y el inicio del turbulento periodo revolucionario que no concluiría sino hasta 1949 con la llegada de los Comunistas y la recuperación de estabilidad; la monarquía china, por tanto, duró 2,133 años sin apenas cambios y pese a que extranjeros como los Mongoles Yuan o los Manchurianos Quing ocuparon el trono.

En el caso de Japón, si bien los Yamato se han mantenido en el Trono del Crisantemo desde el 660 a.C. hasta nuestros días, el sistema político nipón ha cambiado en numerosas ocasiones, oscilando del absolutismo monárquico al régimen militar del Shogún a la anarquía feudal y hoy en día a una monarquía constitucional y un régimen parlamentario, todos muy diferentes entre sí, por lo que no se puede decir que siga existiendo el mismo régimen pese a la familia que ha ostentado la dignidad imperial lo siga haciendo desde el origen, pero el rol y la actuación del Tenno ha cambiado a lo largo de la Historia.

En el caso romano, tenemos 1,480 años de Imperio, a los que debemos sumar unos 500 años de República y 200 de Reino como Ciudad-Estado.

Por contraste, EUA apenas tiene 232 años de existencia como Estado independiente, más 150-200 años de conquista y colonización de la costa atlántica norteamericana por los Ingleses, por lo que como Nación está en pañales, comparando, apenas estaría en los inicios de la República, sin embargo, EUA ha sido una de las potencias de más rápido crecimiento y empoderamiento, en mucho debido a la autodestrucción de los Estados Europeos más poderosos desde las Guerras Napoleónicas y las Dos Guerras Mundiales, la república norteamericana, entre tanto, aislada y lejana de este lado del océano, pudo crecer, gestionando además, exitosamente su única gran crisis: la Guerra Civil.Sin embargo, EUA nunca ha evolucionado de la República, --podríamos decir que la Epoca Colonial fue la Monarquía y con la Independencia pasaron a la etapa republicana, haciendo el símil con Roma-- sin que se haya avanzado a la construcción de un Imperio con la acumulación de poder en un magistrado, y aunque los últimos Presidentes han ejercido cada vez más poder, siguen limitados por el Poder Legislativo y la Judicatura y no colocados por encima de las instituciones como ocurrió en Roma, poniendo fin a los conflictos entre facciones senatoriales y entre cónsules.

Quizá pudo darse el cambio a algo similar a un Imperio con el General Douglas McArthur durante la Guerra de Corea: muy probablemente, el victorioso militar de la II Guerra Mundial, ante las malas decisiones tomadas por el Presidente Truman, a quien veía como el hombre que le había entregado media Europa a Stalin planeó dar un golpe de Estado e implantar un régimen castrense necesario para afrontar la Guerra Fría, sin embargo, Truman, que si bien ha sido el Presidente con el más bajo nivel educativo y cultural que ha llegado al poder en EUA, y falto de luces en política exterior, era un zorro para el tráfico de influencias, la corrupción y las intrigas, medios con los que llegó al círculo cercano de Franklin D. Roosevelt, llegando a Vicepresidente, así que echó mano a todas estas malas mañas y con ellas logró restarle influencia y posibilidades al gran general, que es apodado incluso el César Americano.

Pero este César del siglo XX no pudo contra su Pompeyo...

Lo que es más, pasaron siglos para que el poderío romano decayera, incluso durante el periodo de las grandes crisis finales de la República, posteriores a la derrota de Cartago y la rebelión de Espartaco, era claro que Roma no tenía potencia rival, el Egipto de los Ptolomeos cayó con relativa facilidad, y el Imperio al ser instaurado por Octavio, no tuvo ya enemigos de nivel sino hasta fines del siglo II, cuando empieza la presión de Iránios y Germánicos a las fronteras, y aún así, pasó mucho tiempo para que pusieran realmente a tambalear al Imperio. Perdida la parte Occidental, el Imperio de Oriente, bajo Justiniano, bajo los Isáurios, los Macedonios y los Comneno logró salvarse de innumerables crisis y ser uno de los Estados más potentes del mundo, no entrando en decadencia sino hasta después de la toma de Constantinopla por los Cruzados en 1204, y todavía tuvo cierto lustre durante el siglo XIV, sobre todo en el terreno cultural.

Estados Unidos, en cambio, no se convierte en una potencia emergente sino hasta derrotar a México en 1848, antes, era uno más de los países recién independizados del continente, tan débil que fue casi destruido por los Británicos en 1812, y visto con curiosidad por su sistema político, como lo hizo Tocqueville, quien pese a que generalmente se piensa lo contrario, en realidad distó de elogiar al régimen norteamericano, llegando a cuestionar los puntos débiles del sistema democrático y republicano y las contradicciones de su sociedad, por ese entonces, todavía muy inglesa.

No es sino hasta después de la Guerra Civil que EUA también se convierte en una poderosa potencia industrial y ya a inicios del siglo XX tiene la industria más productiva y potente del planeta; así, se puede decir que EUA llega al apogeo de su poder a partir de 1919 con el fin de la Primera Guerra Mundial y el debilitamiento del Imperio Británico que empieza a desgajarse. A como vamos ahora, parece que el poderío norteamericano se apaga en pos de China en el terreno económico y por los acontecimientos que estamos viendo en Medio Oriente y América Latina, está cediendo protagonismo político a Rusia e Irán y al propio "Celeste Imperio". Curiosamente, esto pasa apenas dos décadas después de que EUA hubiese vencido a Rusia que había pasado 70 años experimentando con el comunismo, más esto no representó la caída del gigante eslavo, sino solo una derrota y el fracaso de una ideología que había asumido como bandera, resurgiendo ahora que está regresando a sus raíces. Hace 20 años, se hablaba de un orden unipolar y el nipo-americano Francis Fukuyama pregonaba que la Historia había terminado y ya no había nuevas páginas qué escribir

De ser así, el esplendor o predominio norteamericano solo habrá durado unos 100 años, un suspiro apenas en la milenaria existencia de Roma o de China, e incluso menor al apogeo de las otras potencias occidentales como España, Francia e Inglaterra.

 5.- La Influencia Cultural: Romanidad Vs. American Way of Life


Discutía con un amigo por el Facebook acerca de que el Rock & Roll y el Pop fueron géneros musicales que se impusieron a todo el mundo gracias al dominio de los medios de comunicación y al dinero de las corporaciones, como las disqueras, norteamericanas, lo cual es muy cierto; también el señalaba que aquello había terminado por empobrecer culturalmente al mundo, al imponer unos modelos y patrones al resto del mundo y que aquellos, --en este caso, músicos-- que no se apegaran a ellos estaban condenados a desaparecer o adaptarse. Y tiene razón.

Ya Anthony Giddens hablaba de la McDonalización del mundo en la década de los 90 para referirse a la Globalizción, y hay muchos que dicen que la influencia cultural que ejerce EUA en el mundo es algo sin parangón en la Historia ni la forma en que influye sobre otros pueblos y culturas, algunos comparan esto con la Romanización ocurrida bajo el Imperio, pero quizá sea algo demasiado pronto para preverlo así.

En primer lugar: erróneamente se compara a Estados Unidos que es sólo una parte de la Civilización Occidental con el Imperio Romano, que en sí mismo fue una civilización, nuestro vecino del norte es la última de una serie de potencias hegemónicas que han imperado sobre Occidente y más allá, que han sido, en este orden: España, Francia e Inglaterra antes que él; la realidad es que Occidente se parece más al Mundo Griego que a Roma por su fragmentación política; precisamente, Carlomagno y la idea del Imperio, o de la Respública Christiana medieval buscaron la unidad política de todo el orbe cristiano, lo cual no se logró, sino que la Civilización Occidental se caracterizaría por la formación de diversas identidades nacionales que culminaron en la creación de distintos Estados, identificados igualmente por diferentes lenguas y costumbres pero todos con un sustrato común compartido: la concepción racional griega, el sentido político romano, la moral y religión judeo-cristianas y el pragmatismo germano.

En esa civilización, ocurrió como en el caso griego, multitud de entidades políticas compitieron entre sí por la supremacía y se turnaron en ella: en Grecia, podemos ver el predominio de Micenas, de la Jonia, de Atenas, Esparta, Tebas y finalmente Macedonia, y en la Epoca Helenística continuó esto con la lucha entre los grandes reinos de los Seleúcidas, los Ptolomeos, y los Antigónidas. Así nos ha pasado, EUA es el último en lograr la supremacía occidental.

Así, lo que ha ocurrido en mucho es que el proceso de occidentalización empezó desde antes. Es cierto que EUA fue quien abrió a Japón al comercio mundial en el siglo XIX, pero las influencias que occidentalizaron a Japón no vinieron de América, sino de Europa, en específico de Alemania y de Inglaterra y lo mismo pasó con otras partes de Asia y Africa: en otros casos anteriores, Rusia había adoptado la vestimenta y costumbres europeas mucho antes, en el siglo XVII-XVIII por decreto de Pedro el Grande y tomándolos de Alemania, los Países Escandinavos, Holanda e Inglaterra. Turquía, también occidentalizada por decreto, adoptaría las influencias europeas también de Alemania, y Egipto, de Francia e Inglaterra.

Y no solo se adoptaron los pantalones o las corbatas, en vez de túnicas, turbantes y kimonos, también el Derecho y gustos artísticos, cuando los norteamericanos se alzaron como primer potencia con las dos guerras mundiales, el terreno ya estaba bastante abonado y la occidentalización, avanzada.

La realidad es que lo que ha influido en otros lados no es la alta cultura norteamericana, que la hay, aunque muchos no la vean: Hemingway, Faulkner, Hawthorne, Melville, Dickinson y Poe, entre otros, en la literatura, Pollock, O'Keeffe y otros en la pintura, Meyerber y Bernstein en la música o la cocina criolla de Nueva Orleans en la gastronomía, sino lo que ha influido son los aspectos lúdicos y comerciales de la misma: películas de acción, deportes profesionales, música jazz, rock y pop, comida chatarra, literatura barata de Best Seller tipo Dan Brown o Crepúsculo, etc. caricaturas, cómics y dibujos animados, y toda esta influencia quizá se ha magnificado y permanece gracias a los medios tecnológicos y de comunicación que existen hoy en día y que tienen mucho de su centro en EUA. Ciertamente, hay cuestiones culturales de neto origen anglosajón que se han adoptado en otras partes, como son las concepciones jurídicas subjetivas y la falta de un carácter científico del Common Law que han sido las que han propiciado la legalización del aborto, el "matrimonio" homosexual, la legalización o aceptación social del consumo de drogas, la eutanasia o hasta los "derechos" de los animales, todo ello por la falta de conceptos claros de "persona", "libertad", "orden público" y otros conceptos que en la tradición jurídica romano-canónica estaban claramente definidos y eran protegidos. Tal laxitud en la concepción del orden jurídico y su reducción a una mera costumbre y sujeta a su mutabilidad, el individualismo y el materialismo, así como la a veces puritana, a veces libertina ética protestante, junto con su pesimismo antropológico y angustia existencial, es la que ha llevado a su sociedad a tener una rápida descomposición, sobre todo desde la década de los 50: desintegración familiar, promiscuidad, vicios, pornografía, rebeldía juvenil, etc.

Habría que preguntarnos entonces, qué pasará cuando EUA pierda el predominio y deje de ser el modelo a seguir, tanto en los terrenos políticos con el cada vez más claro fracaso de las Democracias, la incompatibilidad de su visión jurídica del Common Law subjetivista y relativista ante realidades muy ajenas a las de la Inglaterra medieval y la creciente influencia latina al interior de su país. Porque si bien EUA ha influido en el mundo, está a su vez recibiendo fuertes influencias de otros lados, que le están modificando también su esencia: EUA, de ser una Nación WASP, de blancos, anglosajones y protestantes, cada vez tiene una mayor presencia de católicos, conversos incluso entre los protestantes, un mayor peso de los afroamericanos --que han llegado al poder con Obama-- y una enorme presencia hispana que le está modificando el rostro.

¿Qué sucederá cuando alguna de las potencias emergentes, con visiones muy distintas del mundo, más conservadoras o más dogmáticas incluso que la angloamericana sea la imperante? Muy probablemente, lo que hoy se ve como avances o aportaciones de EUA a la Historia se desvanecerán y su influencia irá disminuyendo, pues sus bases son débiles y más si demuestran ser a la larga, perniciosos como el materialismo, la mercantilización y el individualismo desbocados que los norteamericanos practican.

Hoy quizá estamos viendo el inicio de ello, en mucho, las reacciones ante el caso Snowden y la hipertrofia del poder militar estadounidense desde Bush y Obama están manifestando el hartazgo contra este predominio, y aunque no sea santo de mi devoción, la candidez de un Evo Morales refleja también el hartazgo ante la imposición de determinados moldes culturales.

Como sea, EUA ha aportado cosas positivas como también ha aportado cosas negativas: la idea de libertad y dignidad personal, el fomento a la ciencia y la tecnología, instituciones educativas, etica de disciplina personal en el trabajo, reconocimiento a la excelencia y al mérito, y la búsqueda de un estándar material de vida digno para el ser humano, son cosas que sin duda, debemos emular y que quizá quedarán en la Historia como su legado, sin embargo, esto no es suficiente para considerar a los Norteamericanos como iguales o superiores o más trascendentes que los Romanos, no es así, Estados Unidos ha fallado al intentar formar una identidad nacional reconoscible, carece de raíces y fundamentos, y ha sido un simple experimento sociopolítico de aplicación de una ideología, como Rusia lo fue bajo los Bolcheviques, pero no una Nación natural ni tampoco tiene el afán o el objetivo de Roma de ser parte de algo trascendente, de algo que va más allá de la materia, por ello, está destinado a fracasar y no hay punto de comparación como para encontrar similitud entre la decadencia romana y la norteamericana.

Lo triste es que EUA es el último eslabón en la cadena de potencias occidentales, no se ve que vaya a surgir una nueva potencia posteriormente en nuestro hemisferio y todas nuestras sociedades, en mayor o menor medida, en uno u otro aspecto, mostramos ya la misma descomposición que la sociedad norteamericana. Estados Unidos resume las virtudes y los vicios de Occidente, su caída, será la de todos nosotros, y después...

La Historia continuará...