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24 de octubre de 2015

SOBRE EL HURACÁN "PATRICIA"


El día de ayer, las costas del Pacífico de México, y en particular, del estado de Jalisco, sufrieron el embate del huracán Patricia; durante las horas previas al impacto del fenómeno meteorológico surgió un aluvión de información, muchas veces en sentido sensacionalista, que nos decía que se trataba del ciclón tropical más potente de todos los tiempos; por supuesto, se achacaba esto al calentamiento global o cambio climático.

Al darse la hora prevista para que el ciclón tocase tierra, el huracán, presuntamente de categoría 5 --la más alta en la escala de Saffir-Simpson, misma que mide la potencia e intensidad de los ciclones,-- prácticamente se "desinfló": los efectos no fueron más que los habituales en todo fenómeno de este tipo, en las zonas por donde pasó en forma directa, donde por supuesto, ocurririeron daños severos, a la infraestructura y a propiedades, aunque fuese un huracán categoría 1, es algo inevitable; sin embargo, la afectación no fue del tamaño que se creía habría sido de haber golpeado con el poderío propio de un clase 5, ni tampoco en las demás zonas que también sufrirían el embate del ciclón se presentaron más daños o situaciones que lluvias o vientos algo fuertes, como fue el caso del área metropolitana de Guadalajara, capital de Jalisco, donde se decía, iba a sentirse el fenómeno como de categoría 3, lo que hubiese implicado un buen nivel de devastación en la ciudad de un millón y medio de habitantes y sus alrededores.

No fue así, en Guadalajara no cayó ninguna de sus tradicionales tormentas acompañadas de vendavales que arrancan a los árboles de parques y camellones débilmente enraizados en el arenoso suelo que da su nombre al estado ("Jalisco", en náhuatl significa "Lugar arenoso") y una sinfonía macabra de truenos y rayos, se limitó todo a una lluvia por momentos intensa, por momentos reducida a mera llovizna con rachas de viento ocasionales, sin que se presentasen anegaciones como se da luego en simples precipitaciones de temporal. Más peligroso pudo haber sido el alarmismo desatado por algunas autoridades que pintaron con los colores más negros los escenarios posibles del posible azote del huracán sobre la urbe, las evacuaciones masivas hechas a toda prisa, pero afortunadamente, gracias a Dios, no ocurrieron percances qué lamentar en un momento que parecía que iba a desatarse la histeria colectiva.

Como católico no dudo del poder de la oración y que Dios en su infinita misericordia haya salvado a México y a Jalisco de un gravísimo desastre, y que nuestro territorio montañoso, con la cordillera denominada Sierra Madre Occidental rompiese los articulados vientos de los brazos en espiral de Patricia, sin embargo, también creo que hubo una gran manipulación mediática que presentó como el más potente de la Historia a una escala nunca antes vista a un huracán que en realidad, probablemente, no llegó al número 5, quizá ni al 4 de la medición, (hasta puede uno preguntarse si las fotos desde el espacio no fueron un tanto maquilladas para hacer parecer a Patricia la versión terrestre de la Gran Mancha Roja de Júpiter) pero que interesaba presentar con tanta alarma y pánico a fin de mostrarlo como una prueba más del debatido "calentamiento global"; a la hora de la hora, el teatro no les resultó y ni los medios ni los políticos han sabido explicar, casi como si hubiese sido una decepción, que el ciclón no fuese tan destructivo. Hasta el momento, no se ha lamentado ninguna pérdida en vidas, y los daños materiales, cuantiosos en las zonas costeras, no son de magnitudes propias del Armageddon como estuvieron diciendo en las horas previas. 

A riesgo de parecer conspiranóico, debo recordarles que el bulo ecologista se ha convertido en uno de los negocios más redituables para científicos, políticos y medios de comunicación, en la vía para imponer multitud de medidas de las que se benefician ya sea obteniendo prebendas, creando mercados nuevos para energéticos ineficientes o prohibiciones y limitantes para el desarrollo de países que están en proceso de industrialización, o limitantes que buscan el control de las personas .(¿qué tienen en común la China previa a las reformas de Deng, Corea del Norte hasta poco antes de que el actual dinasta de los Kim ocupase el gobierno e iniciase tímidas reformas y los ecologistas occidentales?: su prohibición o restricción de vehículos motorizados y el impulso a la bicicleta, ¿no se han puesto a pensar que esto limita la movilidad de las personas y facilita su control?).

Independientemente de lo anterior, que dejamos para la polémica, es de destacar, al menos aquí en Jalisco la labor informativa desplegada por la Universidad de Guadalajara y su canal de televisión, el canal 44, que en voz de sus científicos del Instituto de Astronomía y Meteorología, así como de sus comunicadores realizaron una cobertura del fenómeno exenta de amarillismos y escándalos que estuvieron presentes en otros medios informativos --desde Grupo Milenio, Televisa, Grupo Fórmula y hasta la CNN-- para hablar previniendo a la gente de que entrase en pánico y hablando con franqueza acerca de todas las dudas y pocas certezas acerca del calentamiento global causado por la actividad industrial humana como causa de estos fenómenos, no dando por sentado nada y dudando de la magnificación hecha del ciclón como el "más poderoso de la Historia", la UDG, tan politizada en otros temas, aquí se convirtió en la voz de la sensatez y de la razón. 

De igual modo, es de destacar la labor de las autoridades en los tres niveles de gobierno: federal, estatales y municipales, en particular en el rubro de Protección Civil por su intervención ante este evento; se aprendió de lo ocurrido el año pasado con el huracán Odile en Baja California Sur y la destrucción enorme que se presentó en sus centros turísticos como de la anarquía y la rapiña que se presentó posteriormente en un escenario ahí sí, propio de The Walking Dead o alguna otra fantasía post-apocalíptica, la civilidad que ahora mostró la población, la obediencia de las indicaciones y las medidas de prevención fueron muy efectivas al reducir los efectos destructores de Patricia, es algo que debe reconocerse: el pueblo unido, y las autoridades cumpliendo con su deber demuestran que México puede hacer frente a situaciones potencialmente catastróficas y salir triunfante de ellas; es algo en que todos debemos felicitarnos. 

Ahora nos queda ser solidarios con quienes resultaron afectados, pero también, ser menos crédulos ante los escenarios que nos quieren hacer creer: la investigación, el estudio, nos sacarán de la ignorancia y siempre nos harán menos manipulables.

23 de octubre de 2015

LA LEGALIZACIÓN DEL MAL


En un futuro, cuando vuelva la cordura, creo que no será ni Voltaire, ni Marx, ni Nietzche o Hegel el considerado como el intelectual que provocó la decadencia de la Civilización Occidental: dicho puesto será reservado para el Jurista austriaco Hans Kelsen y su Teoría Pura del Derecho de la cual se deriva el Positivismo Jurídico. Sus tesis han sido fundamentales para la creación de un nuevo tipo de totalitarismo que se enmascara tras la Democracia liberal representativa y para la imposición de ideologías de grupos e intereses una vez los mismos llegan al poder.

La doctrina de Kelsen es, en sí, muy sencilla, ya anteriormente he hablado de ella en este espacio en forma breve, pero en lo esencial consiste en considerar que la esencia del Derecho consiste en ser un conjunto de normas cuyo cumplimiento es exigible mediante la coacción o la fuerza pública, --como ya Kant lo había determinado-- por lo que ésta es su principal característica: el Estado es quien crea las normas jurídicas o establece aquellas que pueden ser exigibles mediante el ejercicio de dicha fuerza sobre la que ejerce el monopolio; por lo tanto, compete exclusivamente al Estado el prohibir o permitir diferentes conductas.

Para el austriaco no existen normas justas o injustas, ni el bien o el mal; no existe un orden preestablecido, sino que, mostrando su descendencia ideológica de Rousseau, éste es creado por consenso de la sociedad a través de su representación: el Estado mismo, que es encarnación de la comunidad: así, se niega la existencia de un orden natural externo al ser humano, para plantear que el orden es creado y fijado por los propios hombres, y que éste es cambiante: lo justo es aquello que es legal y por tanto, exigible por el Estado a través de la fuerza, lo injusto, es aquello prohibido por ley, entonces, tenemos que lo que importa no es la Justicia, sino la Legalidad, y aún más, la Constitucionalidad, aquello que está de acuerdo o no con el conjunto de normas fundamentales que estructuran al Estado sin tomar en cuenta ninguna otra consideración.

La obra de Kelsen tiene sin embargo puntos claros: la necesidad del Estado de mantener y proteger su estructura mediante mecanismos de control constitucional, algo que le llevó a crear el Tribunal Constitucional en la constitución de la República de Austria en 1920, un modelo: el "control concentrado" que fue adoptado por numerosos países incluso más allá de Europa y que es bastante funcional, incluso, en México desde 1995 y hasta 2011 parecía que la intención era adoptar el modelo, hasta que la resolución del Caso Rosendo Radilla Pacheco motivó reformas más orientadas hacia el "control difuso" heredado del ámbito angloamericano. Sin embargo, el jurista germánico también fue muy oscuro: su postura lleva necesariamente a convertir al Estado en la medida de todo, y a que la aprobación legal de tal o cual cosa lleve a que ésta necesariamente, venga a ser aceptada por la población que ya no encuentra el obstáculo o el temor del castigo ante ella, la norma jurídica, la acción del Estado sustituye cualquier otro ordenamiento: sea la moral o hasta los convencionalismos sociales o modales, pues pueden ser tildados de discriminatorios o contrarios al orden que se busca, sea defendido por el Estado.

Así, el Estado tiene el aval para intervenir en todos los órdenes de la vida social e individual de la persona, pues le interesa proteger los derechos de las personas: salud, igualdad, trabajo, educación, vivienda, etc., por ello, podrá restringir el consumo de determinados productos y estimular otros, todo sea por el "Bien Común" o quizá más bien, por los intereses de quienes ocupen el poder, que, escudados en la supuesta voluntad popular y el consenso, harán aquello que les beneficie y moldearán a la sociedad a su gusto. Kelsen, por tanto, dio las armas necesarias a los totalitarios para aparecer como libertarios.

Hoy en día la mentalidad positivista ha permeado en todos lados, se espera que por la legalización que hace el Estado, se de una aceptación moral a ciertas conductas, y de no ser así, vendrá la acción punitiva gubernamental a quien se oponga u opine diferente respecto al aborto o el "matrimonio" homosexual, por ejemplo, por ser, entonces, algo estimado como discriminatorio o intolerante, el axioma es: "si es legal es bueno" y se nos olvida que las Leyes raciales de Nüremberg impulsadas por el Nacionalsocialismo alemán, y del que huyó Kelsen por no tener sangre germánica pura por tener un abuelo judío, eran legales, pero inaceptables desde el punto de vista de la más elemental Justicia y la naturaleza humana. Hoy, por ejemplo, se desata una campaña enorme en torno a la legalización de la mariguana con fines "recreativos", lo que será la puerta para, posteriormente, legalizar el resto de estupefacientes, y para lograr ese consenso que lleve a los políticos a aprobarlo, los políticos y comunicadores, algunos tan cuestionables, pero inexplicablemente influyentes como Jorge G. Castañeda, están promoviendo el consumo de sustancias, aludiendo ejemplos como Holanda o Escandinavia, olvidando que son circunstancias distintas a México, o bien, que se trata de países que se han convertido en verdaderas "disneylandias" a las que tarde que temprano la realidad les hará estallar problemas gravísimos demográficos, sociales y culturales.

Las medidas "progresistas" que han sido autorizadas por las Supremas Cortes de México y EUA últimamente han sido impulsadas desde la óptica del Positivismo, y están creando una verdadera "dictadura judicial" en que los Jueces no solo se arrogan las facultades legislativas que van más allá de la función de intérpretes de la Ley, o de impartidores de Justicia, sino a incluso, pretender modificar la naturaleza biológica humana por sentencia o decreto, sin tener límite alguno. Si lo vemos bien, estamos ante un nuevo tipo de totalitarismo en que el futuro de la familia, de la salud, de la sociedad, se encuentra en realidad en manos de unos cuantos que conforman los órganos superiores del orden jurisdiccional.

Incluso eso pasa en la Iglesia: la apuesta de Bergoglio y los Modernistas es que el Sínodo funja como un parlamento que termine por aprobar la comunión a divorciados y las uniones homosexuales, pese a que la Doctrina y la Revelación sean claras al respecto; una aprobación a los ojos de los fieles educados secularmente por y en el positivismo llevará a aceptar moralmente esto, para muchos, la palabra del Papa, aún sea en una conversación privada, es Ley, pues no entienden realmente la potestad pontificia, sus límites y alcances, y menos la sinodalidad.

Sin embargo, como decía el Cardenal norteamericano Fulton Sheen: "Los principios morales no dependen del voto de las mayorías, lo que está mal, está mal, aunque todos estén errados. Lo que es correcto, es correcto, aunque nadie esté del lado correcto."

Por tanto, concluyo, nadie colaboró tanto para encausarnos por el camino de la decadencia como Hans Kelsen... la Historia le juzgará.

22 de octubre de 2015

REGRESO AL FUTURO, 30 AÑOS DESPUÉS



Se cumplen 30 años del estreno de la primera parte de Regreso al Futuro, uno de los más trascendentales filmes del pasado reciente. La trilogía, producida por Steven Spielberg y dirigida por su discípulo más avanzado: Robert Zemekis, (autor de otras obras maestras como ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? o Forrest Gump) y protagonizada magistralmente por Michael J. Fox y Christopher Lloyd se mantiene vigente a pesar del tiempo transcurrido y a pesar de que hoy: 21 de octubre de 2015, sea la fecha designada en el futuro en aquel 1985, para situar la acción de la segunda parte de la saga cinematográfica.

Recuerdo muy bien cuando mi hermano mayor me contó la primera película tras haberla ido a ver con sus amigos al cine; algunos meses después yo la vi cuando salió en vídeo: un videocassette formato Beta, que rentamos en el Videocentro cercano a casa; posteriormente se convirtió, y la trilogía completa, en una favorita del canal 5 de Televisa, donde las pasaban muy seguido, yo no me las perdía y pasaba las tardes de los sábados o de los domingos viéndolas; definitivamente fueron filmes con los que crecí.

¿Porqué estas tres películas se mantienen vigentes, pese a que mucho de su visión de nuestro actual presente no se ha cumplido? --Ni siquiera la hoverboard ha logrado hacerse realidad, ni el dominio japonés sobre la economía estadounidense, el primero está siendo investigado seriamente para ser logrado, y el segundo está muy lejos de concretarse, no así el dominio chino-- creo que hay varios factores que la convierten en una obra trascendente y de gran influencia no solo en el cine, sino en la Ciencia Ficción como género en sí, aquí algunas ideas del porqué de su trascendencia:

  • Es probablemente, junto con el filme independiente Primer, el que da una aproximación mucho más científica al viaje en el tiempo, en especial a las paradojas que se desprenderían del mismo, igualmente, la visión de futuro que plantea, o el 2015 que imagina contiene cosas, como los autos voladores alimentados por reactores de fusión capaces de producir energía de cualquier material, o las citadas patinetas flotantes, aunque aún no se han realizado, son plausibles. Si bien no especifica el funcionamiento de la máquina del tiempo, un auto deportivo, es posible intuir que lo hace a través de la apertura de un agujero de gusano, ya que la energía sale del carro, se proyecta al frente y ahí es donde el vehículo desaparece.
  • Tiene el gran mérito de, aunque presenta conceptos propios de "Ciencia Ficción dura", como las paradojas, lo hace de manera divertida y con humor, haciéndolo entendible y a la vez, entretenido en una película netamente familiar, lo que capta a todo público y no solo a geeks.
  • El trabajo actoral tanto de Michael J. Fox como de Christopher Lloyd es estupendo, el primero, actor canadiense que se había formado en la TV de EUA con la serie Family Ties, donde por cierto conoció a su esposa Tracy Pollan, con quien forma un matrimonio muy sólido desde hace casi 30 años, y se convirtió en un gran ídolo juvenil, además de abrirse la puerta a otras producciones tanto en la pantalla chica como grande, recordemos a comedias como Duro de Aguantar, Doc Hollywood El Secreto de mi Exito, y el drama sobre Vietnam Pecados de Guerra, donde el nativo de Alberta sostiene un magnífico duelo actoral con Sean Penn; desgraciadamente, el Mal de Parkinson que empezó a afectarle en la misma época en que filmó la tercera entrega de la saga, le llevó a ir limitando su presencia ante las cámaras, aún así logró grandes triunfos como su reconocida participación en la comedia de situaciones Spin City, donde encarnó a un atribulado funcionario municipal de Nueva York; hoy se encuentra un tanto retirado de la escena, aunque ocasionalmente hace apariciones especiales en series de TV, y hace una labor destacadísima como filántropo en la investigación de la enfermedad que le aqueja, sin la cual probablemente hoy sería uno de los actores puntales de Hollywood. En cuanto a Lloyd, se trata de un actor completísimo como lo atestigua su larga carrera que llega hasta hoy, con papeles tanto cómicos como dramáticos.
Sin duda es una película trascendente que destacó en el panorama un tanto gris del cine de los ochenta, época en que parecía que con la llegada de los videocassettes y los videoclubes, el cine desaparecería de las salas para ir directamente a los hogares. Se creía que el cine era ya una cosa hogareña, y se apostó o por películas intimistas, dramáticas y un tanto solemnes, como Gandhi o Africa Mía, o películas de bajo presupuesto en los géneros de acción, terror o fantasía, siendo la era de oro del "Cine serie B", sin embargo, Spielberg, Zemekis, Lucas, James Cameron y Scorsese, apostaron por mantener vivo al cine en grande, el cine capaz de emocionar y hacer volar la imaginación, dejándonos verdaderos clásicos del cine moderno.

¡Gracias, Robert Zemekis! ¡Gracias Michael J. Fox y Christopher Lloyd, quienes siempre serán Marty McFly y el Doc Emmet Brown en el imaginario popular! Y aquí el homenaje que les hicieron en el Show de Jimmy Kimmel, con una gran crítica a nuestro decepcionante presente que no es tan luminoso como en 1989 parecía:

14 de octubre de 2015

A VUELTAS CON EL SÍNODO


No sé, pero me da la impresión que tanto alarmismo y tanta expectación en torno al Sínodo de la Familia que se verifica en estos días en el Vaticano resultarán en nada; creo que, en realidad, Bergoglio convocó al mismo con toda la intención de que así fuese: generar polémica, escándalo, dudas y temores, para que, al final, no acabe en otra cosa más que en el fortalecimiento de su imagen personal, a costa de sembrar confusión sobre la doctrina de la Iglesia y una enorme división entre los fieles. Al menos, me parece, esa es su intención.

Ya lo he dicho: no estamos ante un filósofo que supo poner el dedo en la llaga de los problemas morales y espirituales del hombre, sin perder por ello una gran habilidad y conocimiento de la Geopolítica, como fue San Juan Pablo II, ni ante un docto teólogo defensor de la verdad como Benedicto XVI, no, estamos ante el típico político sudamericano llegado al solio petrino, con talento para el gatopardismo, convenenciero y veleta, que se comporta ante la audiencia de turno de la manera en que ésta quiere ser tratada o lo que espera escuchar; alguien además que, siguiendo la herencia de Perón y de tantos otros antes y después de él, sigue la idea de la promoción de la imagen personal y del culto de su personalidad como base para el ejercicio de su poder; probablemente, el argentino ante las dudas sobre su legitimidad ante la inesperada renuncia del pontífice germano, decidió aplicar lo que se estila en nuestros países del sur del Bravo hasta la Patagonia, dados nuestros irregulares procesos electorales y la larga historia de golpes de Estado en el Cono Sur, por lo que al igual que tanto Presidente y Dictadorzuelo bananero ha de utilizar la promoción de su caudillaje como modo de ganarse al pueblo, su aplauso y aprobación, a fin de mantenerse en el poder.

El Sínodo así, parece haber sido planeado específicamente para que, al final, el que brille sea el Pontífice argentino: primero, y ante el descontrol en materia de moral sexual que se vive en el mundo occidental: divorcios, uniones libres, homosexualidad, prácticas promiscuas y demás, nada como convocar a un Sínodo a tratar sobre la doctrina cristiana en torno a la familia, misma que nunca había sido cuestionada por tener sus bases ancladas firmemente en el Evangelio y Nuevo Testamento en general, en la doctrina de los Padres y Doctores, y en la tradición inveterada hasta en tiempos veterotestamentarios. Tenía que hacer pensar que ahora, él, el Papa revolucionario, abría el debate sobre lo que parecía (y debe ser) inamovible. De inmediato, el efecto fue probablemente el esperado por Bergoglio y sus asesores de imagen y política: los medios hablaban del "Papa modernizador", "incluyente", "misericordioso", etc.

Después, los gestos: reuniones con homosexuales, consejos a divorciadas, manga ancha a Kasper y otros prelados alemanes partidarios de esta apertura, así, aumentó la tensión y la expectación: una apertura modernizadora en la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad, el matrimonio y la familia parece inminente; pero después, ¡marcha atrás! el Papa corta tales expectativas y pronuncia algunos mensajes de decidido respaldo a la doctrina tradicional de la Iglesia en esta materia; finalmente, otro bandazo: se filtra la presunta carta dirigida por trece cardenales en contra de la tendencia liberal o modernista del Sínodo y hasta acusan al Obispo de Roma de manipular las cosas para favorecer dicha orientación. Nuevamente, Bergoglio y sus adláteres se ponen en plan de denunciar el fariseismo de los conservadores o tradicionalistas y nuevamente generan espectativa y escándalo con lo que la atención de los medios, que se había enfriado, vuelve hacia el Sínodo y a la figura del bonaerense.

Yo considero que al final, el Sínodo no terminará con conclusiones serias ni determinadas. Esta asamblea de obispos no es un parlamento que pueda reformar lo que el mismo Dios ha fijado por la Naturaleza y refrendado con su palabra en la Biblia e inspirado a tanto pensador cristiano desde los inicios de la Iglesia, Bergoglio lo sabe, pero no le importa: al final, logrará lo que quieren tanto él como quienes conspiraron para derribar a Ratzinger y elevarlo al ministerio de san Pedro: dar una imagen de una Iglesia mundana, modernizada, abocada solo a ritos huecos y a labores caritativas como una ONG más; algo del gusto de los medios y de políticos "progresistas" como Obama y la Izquierda, pudiendo achacar el fracaso de las reformas a la oposición de los "viejos carcas" "casposos", "mochos" y retrógradas de los conservadores.

Bergoglio así, será subido al altar de los revolucionarios y modernizadores incomprendidos y atacados por los defensores de un status quo injusto y vetusto, su fingida derrota en el Sínodo será, en realidad, su forma de "canonizarse" a ojos del mundo; mientras tanto, la confusión moral estará servida, lo mismo que la división entre los fieles, entre aquellos que de modo ciego todo aplauden y aprueban del argentino, sea por "modernistas" y "progresistas" o porque, continuando con el culto a la personalidad de quienquiera ocupe el trono del pescador, desde el avasallador carisma del Papa Wojtila, creen que el Papa es infalible hasta cuando estornuda y no sólo cuando habla ex-cathedra, cosa que no ha ocurrido desde que Pío XII proclamara el dogma de la asunción de la Virgen María, y del otro aquellos que se han cansado de tanta demagogia desde Roma, que dudamos de la legitimidad del último cónclave y que se mantienen fieles a la doctrina y la tradición enseñada por Cristo y sus apóstoles, sin pretender que la misma puede cambiar o quedar obsoleta por el paso del tiempo.

Oremos, son tiempos duros.

12 de octubre de 2015

CATALUÑA, ESPAÑA, HISPANIDAD


La semana pasada tuvo verificativo el proceso electoral local en la región o comunidad autónoma de Cataluña, en España, que muchos veían como una especie de plesbiscito en torno a la independencia de dicha región respecto al país ibérico. Los resultados fueron ambivalentes, una especie de empate, pues si bien los nacionalistas obtuvieron la mayoría simple de los votos, no les alcanza como para tener el apoyo para iniciar el proceso de separación respecto de la monarquía encabezada por los Borbón.

Bien decía Samuel Huntington desde hace veinte años que la Globalización en vez de unir tendería a fragmentar y a radicalizar: muchas comunidades culturales, sobre todo aquellas minoritarias, se sentirían agredidas y buscarían proteger sus particularidades ante la amenaza de ser absorbidas por la cultura dominante. En este sentido, el nacionalismo catalán que ha cobrado tanta fuerza en los últimos 40 años en forma gradual, desde la muerte de Franco hasta nuestros días, con la resurrección de la lengua y el señalamiento, cada que se puede, de las diferencias culturales con el resto de la península y la búsqueda de un mito histórico que marque la necesidad de un destino diferente para la región al del resto de España, puede explicarse en ese sentido, al igual que la creación y el fortalecimiento de una clase política local, sobre todo desde la implantación del Estado autonómico en la Constitución de 1978 con intereses muy propios.

Es cierto el carácter multiétnico o multinacional de España desde su mismo origen: en ella convivieron, desde tiempos remotos Íberos, Celtas, Griegos, Fenicios, Romanos, Judíos, Visigodos, Vándalos, Alanos, Francos y Musulmanes tanto Árabes como Bereberes. La dominación romana permitió la conformación de un sustrato único para el surgimiento de un pueblo y cultura en Hispania, lo que se fortaleció con la llegada de los Visigodos, quienes establecieron un proyecto de unidad política, Sin embargo, la invasión islámica dislocó este desarrollo y llevó a que los reductos cristianos, aislados y dispersos, se convirtieran en entidades políticas independientes en los que se fue desarrollando una cultura particular en cada uno. Así, el nacimiento de Cataluña se encuentra en la Marca Hispánica, territorio establecido por Carlomagno como frontera occidental de su Imperio y que contó con una importante población de Francos que influyeron en la evolución de la lengua, junto con la aportación del Latín Vulgar hablado en la España Visigótica llevó al surgimiento de una lengua diferente: el Catalán, que sin embargo, no pudo imponerse ante la generalización que fue teniendo el Romance Castellano a lo largo de la Edad Media, mismo que se fue abriendo paso entre los demás idiomas y dialectos hablados y escritos en la península, todos hijos de las mismas lenguas madres.

Sin embargo, y pese a las diferencias de lenguaje, los Catalanes siempre estuvieron formando parte de un todo más grande, lo mismo que los Vascos y jamás conformaron por sí mismos una entidad política propia; Barcelona y toda la región circundante formaron parte del Reino de Aragón, mientras que Valencia, donde también se hablaba la misma lengua, fue incorporado a Castilla desde el Cid.

El origen del nacionalismo Catalán, según pretenden, se encuentra en la Guerra de Sucesión Española, originada por el testamento del último Habsburgo que ostentó la corona de San Fernando, Carlos II, afectado por numerosos problemas de salud ocasionado por la consanguinidad de sus padres, era esteril y no tuvo hijos pese a sus dos matrimonios. Como resultado y tras una, hasta hoy, polémica sucesión testamentaria, el trono pasó a manos de la Casa de Borbón, representada por el sobrino nieto de Carlos: Felipe de Borbón, Duque de Anjou, nieto de Luis XIV el Rey Sol, su pariente más próximo, aunque el Archiduque Carlos de Austria también podía alegar tener derechos dinásticos a la corona madrileña. 

La llamada Guerra de Sucesión Española fue una combinación entre una guerra civil hispana, en que combatieron los partidarios del príncipe francés contra el pretendiente austriaco, con una contienda bélica de carácter mundial en la que participaron, apoyando a Felipe: Francia, y por el otro los rivales de ésta y de España, fundamentalmente Inglaterra, Portugal, Austria y Prusia, que temían una posible fusión de las coronas gala e ibérica en un Imperio global que llevaría a el establecimiento de un poder hegemónico imposible de ser detenido; aún más poderoso que el Imperio Español-Alemán de Carlos V. Luis XIV por supuesto que acarició la idea, aunque al fin, tras casi 15 años de guerra no pudo lograrlo, así que él y los Borbón lo que sí harían sería debilitar a España y colocar su vasto Imperio al servicio de asegurar la supremacía francesa en el esquema global de la época, a través del "Pacto de Familia", los Borbón residentes en Madrid quedaban a las órdenes de los residentes en París, quienes además le habían quitado a España, o habían aceptado la pérdida de sus posesiones europeas a fin de restarle influencia en el Viejo Continente; de esta forma, y si bien España se mantuvo entre las primeras potencias mundiales, con una marina de guerra renacida e inmensamente poderosa y un Imperio de Ultramar intacto, su misión era ser algo así como el guardaespaldas de Francia en contra de Inglaterra, que se encontraba ya embarcada en una estrategia de acoso y derribo contra las dos monarquías hermanadas por la familia y el Catolicismo... aunque los Borbón habían sido Protestantes.

Y aquí que quede bien claro, si bien Inglaterra fue un gran rival y un temible enemigo de España, el peor de todos ha sido Francia, desde que Francisco I, impulsado no más que por la pura envidia, buscó frenar a Carlos V, incluso aliándose con los musulmanes Otomanos. Inglaterra en cambio, y pese a la feroz rivalidad entre Isabel I y Felipe II, (la primera se convirtió en defensora a ultranza del Protestantismo, en primer lugar, por pura conveniencia personal: era considerada ilegítima por ser producto de la relación con Enrique VIII y Ana Bolena, y en segunda: para fortalecer el nacionalismo inglés contra el continente representado por España y el Papado), en diversas ocasiones buscó hacer las paces con España y hasta aliarse, como en la ocasión del malogrado matrimonio entre el futuro Carlos I Estuardo y la hermana de Felipe IV. Sin embargo fue Francia quien al final humilló a España al convertirla en su incondicional

Cataluña había sido partidaria de Carlos de Habsburgo, quien dejó de luchar por la corona española cuando recibió por herencia la austriaca, y fue sin embargo, uno de los últimos lugares en que se luchó por la familia alemana contra la francesa, Cataluña ya había tenido una rebelión --con apoyo francés, entonces-- contra Madrid en tiempos de Felipe IV, precisamente por el intento del monarca y su Jefe de Gobierno: el Conde-Duque de Olivares, de centralizar la administración y eliminar el sistema cuasifederal con el que la unificada España se había constituido bajo los Reyes Católicos, una vez que Felipe IV cesó a Olivares, quien tampoco pudo con la separación de Portugal, Cataluña volvió a someterse a la obediencia de Madrid, ya que se le hubiese garantizado el respeto a su sistema legal particular, sus "fueros". Esta lucha, en realidad a favor de una facción dinástica en un conflicto internacional, en el que no se buscaba la separación de España, es la que ha sido mitificada por los nacionalistas catalanes como su primera lucha por la independencia, que no fue tal. Los rebeldes catalanes, como Casanova, que apoyaban a Carlos de Austria, lo proclamaban Rey de toda España, y es más, lo hacían escribiendo en castellano.

Sin embargo, sí fue el punto de partida del nacionalismo Catalán, sobre todo provocado por la centralización que inició Felipe V de Borbón; éste nunca comprendió la estructura de España y decidió castellanizar a todo el país, extendiendo el Derecho Castellano a Aragón y Cataluña y borrando tradiciones jurídicas de siglos, de igual manera, desapareció la existencia de los reinos españoles en pro de adoptar el centralismo francés, creando las intendencias que respondían directamente ante el monarca. Desde entonces, quedó latente una tendencia por recuperar la identidad local o regional, tendencia que, sin embargo, no estalló sino hasta después de la muerte de Franco y la aparición de poderosas y corruptas clases políticas regionales, a las que convino la creación de las Comunidades Autónomas en una extraña fusión de federalismo, distinciones étnicas inventadas y mitos justificativos de esos nacionalismos.

La Independencia de Cataluña sería tan riesgosa como la de Escocia --quien tiene más argumentos favorables a su separación de la Gran Bretaña por el origen étnico diverso (celta) de los escoceses, y la existencia histórica real de una Escocia independiente con un devenir propio, que terminó con la unificación de la isla bajo los Estuardo primero, y finalmente la anexión definitiva, en forma violenta, de Escocia, ya bajo los Hannover en Londres-- en los terrenos económicos y políticos. Habría que sopesar a quién le interesa la división de naciones europeas tan importantes como España y Gran Bretaña, y quizá no nos sorprendería de encontrar financiamientos árabes o qataríes e incluso moscovitas detrás, los nuevos poderes están interesados en una Europa dividida y por tanto, debilitada.

La Hispanidad y los Extremos:

A la vez sin embargo, se da un fortalecimiento de la conciencia hispánica y un deseo de romper con la Leyenda Negra Española que en el pasado fuera impulsada por italianos, holandeses y británicos a fin de desprestigiar a tan poderosa potencia global que fue el Imperio Español, en las luchas por el poder global de los siglos XVI a XVIII. Esto es positivo porque se está buscando terminar con los traumas freudianos del hispanoamericano pese a que intelectuales tan influyentes como Eduardo Galeano se la han pasado recordando el trauma de la conquista y que todos los que habitamos este continente del Río Bravo para abajo, somos indígenas conquistados, pese a que, como él, muchos no tengamos genes amerindios y seamos europeos transplantados, --él era un italoamericano, lo mismo que Al Pacino o Steve Buscemi, salvo nacido en Argentina.

De igual manera, muchos españoles buscan de esta manera recobrar el orgullo por su Historia y su enorme labor evangelizadora, portadora de una civilización superior a una América que, en el Periodo Postclásico se encontraba sometida a imperios fanáticos y sanguinarios como el Mexica o el Inca, bajo regímenes militaristas y religiones que justificaban el terror con el que se ejercía el poder, mientras que la brillantez de los Maya, Teotihuacanos, Chimú, Nazca y Tiahuanaco había desaparecido ya muchos siglos antes, víctimas de las limitantes que para el desarrollo de la civilización se encontraban en América ante los recursos animales que podrían habrles ayudado para tener mejores comunicaciones y de una geografía difícil.

Sin embargo también, como efectos de esta toma de conciencia brota también una tendencia extremista hacia el Hispanismo que pasa por, con lujo de desahogo de complejos y frustraciones, envidias y rencores de quienes lo profesan, echarle la culpa a loa Anglosajones como raza en general, de los males de España e Hispanoamérica. Es cierto, Inglaterra fue un enemigo formidable de España, pero hoy en día se encuentra igualmente relegada a un segundo plano y, como muchos se quejan en la propia Gran Bretaña. sobre todo desde las últimas administraciones británicas presididas por John Mayor, Tony Blair, Gordon Brown y David Cameron se encuentra subordinada totalmente a los intereses de Washington, mientras la City se mantiene con capitales rusos, islámicos e hindúes, siendo ya la principal industria británica la musical y la del espectáculo.

Ciertamente Inglaterra apoyó las independencias hispanoamericanas, más que nada en Sudamérica, pero como represalia por el apoyo que hizo España a la independencia de EUA, misma que hizo para favorecer los intereses de Francia como lo dije antes, evidentemente, Londres no iba a quedarse con los brazos cruzados ni le iba a dar las gracias a París y a Madrid por el favor hecho, estamos hablando de la lucha por el poder global en la que se encontraban trenzadas esas tres potencias y España perdió su rol de potencia global por sumarse a los intereses de Francia. Su poderosa flota de guerra sería destruida por Nelson en Trafalgar al combatir del lado de Napoleón, quien la invadiría; entre tanto, sería Inglaterra quien acudiría a su rescate, abriendo un frente occidental en la Península contra el emperador corso.

A diferencia de los ingleses, los españoles no han sabido superar el trauma de su decadencia y la pérdida del poderío mundial que ostentaron durante los siglos XVI, XVII y todavía en cierta medida, pese a los Borbón y su política pro-francesa, en el siglo XVIII: esto va más allá de las "Generaciones de 1898 y 1927" de intelectuales que no cesaron de darse golpes en el pecho y renegar de su catolicidad y su quijotismo en un interminable  mea culpa que llega hasta hoy, como presuntas causas de su declive, o ha buscado culpables externos, --lo de siempre-- cuando en realidad se trata de algo natural en la vida de las naciones, como lo vieron los ingleses tras la Segunda Guerra Mundial, pese a que los Beatles y las oleadas rockeras de los sesenta a los noventa les hiciera pensar que todavía influían de alguna manera en el mundo y todavía con Margaret Thatcher tuvieran un último estertor de dignidad e independencia política; o como lo vemos hoy con ojos de sorpresa e incredulidad, la rápida decadencia del poderío estadounidense, herido de muerte, sin duda, por Vladimir Putin en Medio Oriente.

Estos extremistas solo exhiben un complejo de inferioridad que no ayuda en nada a España, aparte de un peligroso radicalismo que es violento en ciernes, que además es ignorante y apuesta por la generalización apresurada y el odio, puro, cruel y estúpido al otro que no habla mi misma lengua ni es de mi mismo pueblo. Ignoran que ahora, quien más combate a la Leyenda Negra, son los propios historiadores ingleses, con grandes hispanistas como Henry Kamen, Hugh Thomas o John Elliot, que ha habido grandes personajes británicos como Benjamin Disraeli o sajones en general como Hemingway u Orson Welles que han admirado a la hispanidad, y que hay un enorme número de norteamericanos que se han inclinado por el Tradicionalismo Católico o critican las políticas de Obama y el expansionismo gringo en general.

La Hispanidad no debe llevarnos al odio estéril sino a construir una auténtica comunidad hispánica de naciones que nos acerque a todos los hijos de Colón con toda nuestra diversidad a fincar nuestros lazos históricos, culturales y económicos para forjar un futuro próspero y pacífico en un nuevo orden que se está construyendo.

Por todo ello, ¡Viva España!, ¡Viva la Hispanidad!

3 de octubre de 2015

RUSIA EN SIRIA


Definitivamente estamos presenciando el fin de EUA como potencia hegemónica a nivel mundial: ha sido un largo proceso iniciado en el 2001 tras los ataques a las torres gemelas de Nueva York, pero que finalmente ha acabado con la era en que Washington fungió como capital del mundo: fue un breve periodo: 1989-2015, sólo veintiséis años de ser el único punto de decisión global, aunque ya desde el 2008 podría decirse que EUA vio cada vez más contestada tal posición ante el creciente poderío económico y político de Moscú y Pekín, así como la recuperación de posiciones en el aspecto militar por parte del gigante eslavo, y la obtención de ese rubro por parte del imperio de los dragones, tras siglos de encierro en sí mismo y ser superado por las potencias occidentales.

Rusia se encuentra interviniendo en Siria en apoyo a su aliado regional: el gobierno de Bashar el-Assad, en contra del Estado Islámico, este naciente Imperio Musulmán encabezado por el autoproclamado Califa Abú Bakr II Al Baghdadí, mismo que surgió como resultado de las intervenciones norteamericanas y occidentales en Irak y Medio Oriente, y las Primaveras Arabes de 2011, que no trajeron la Democracia al estilo occidental, sino prepararon el camino para que los intereses de los regímenes absolutistas e islamistas radicales de Arabia, Kuwait, Emiratos Arabes y Qatar planteasen la creación de un nuevo imperio o al menos, de un cinturón de regímenes fundamentalistas sunnitas con la finalidad de contener a un Irán que, desde la década de los 90 y pese a las sanciones, se perfilaba por un camino de desarrollo y empoderamiento destinado a regresar a los Persas a la cumbre como potencia dominante en la región, capaz de desestabilizar al mundo con sus decisiones como ha sido desde el siglo VII a.C., objetivo que fue claramente mostrado bajo la presidencia de Mahmoud Ahmadinejhad y su activa y casi temeraria política exterior por un lado y mantenida bajo un perfil más prudente, pero constante, por su sucesor: Hassan Rohani, que se saldó con la capitulación de EUA aceptando su programa nuclear, y la readmisión plena de Teherán en el panorama internacional con el levantamiento de las sanciones económicas que pesaban sobre el régimen chiíta persa desde 1979.

A mi parecer, esta es la primera guerra de la nueva era que está iniciando: es el primer enfrentamiento entre dos poderes imperiales de nuevo cuño: la Rusia resurgente de la mano de Vladimir Vladimirovich Putin, hoy por hoy el estadista más poderoso del mundo y el Estado Islámico, ante el cual, un EUA, pasmado, permanece como espectador, al lado de una espantada Europa a la que se ha venido encima la avalancha de refugiados (¿o colonizadores?) musulmanes provenientes de Siria, Irak y Norte de Africa, sin saber qué hacer.

¿Qué sucederá? ¿Putin destruirá a la amenaza del ISIS? ¿O entrará junto a éste y a sus patrocinadores: las monarquías árabes y Turquía, a un juego geopolítico en que acepten cambiar de ruta de expansión hacia Europa (sacrificando y destruyendo en el camino al nefasto Erdogan) a fin de que los débiles y emproblemados países del Viejo Continente acudan ante Moscú por su maternal auxilio? ¿O simplemente para que se distraigan con el Islam mientras recupera tranquilamente toda Ucrania o al menos el este, los Países Bálticos y Moldavia? Putin ha hecho gestos para ganarse al Islam ruso y hasta más allá de sus fronteras, como poner fin al separatismo checheno con una estrategia de palos y zanahorias, quedando reducida la insurgencia a un movimiento casi residual, sin capacidad para llevar ataques a gran escala, y finalmente, inaugurando una gigantesca mezquita en el corazón de Moscú.

Entre tanto, EUA no puede hacer otra cosa más que presenciar pasivamente lo que pasa: ya no existe ningún Curtis LeMay que con toda hombría y valor declarara que la entonces Unión Soviética podía ser derrotada vía la Guerra Nuclear, a la que temería el pueblo estadounidense, pero no él. Por el contrario, la administración Obama ha actuado con abundantes dosis de cobardía y de subordinación a los intereses de Riyadh, Doha o Abu Dhabi sin pudor alguno, además de una increíble ignorancia e incomprensión sobre la realidad del Medio Oriente y el mundo islámico, plantaron una bomba que les estalló en la cara. Este fracaso, por sí mismo, debería llevar a la derrota absoluta de las pretensiones presidenciales de Hillary Clinton y al nuevo Gobierno, que llegue a la Casa Blanca en 2017, a una auditoría profunda de lo ocurrido durante los ocho años de administración demócrata y a fincar responsabilidades a un gobierno que prefirió distraer al mundo entero con frivolidades como el matrimonio homosexual, un demagógico y falaz debate sobre migración y también sobre el calentamiento global, mientras el frágil orden internacional construido por sus antecesores se le desmoronaba entre las manos, la debilidad del Gobierno Obama se ha parecido, sólo en eso, al de Carlos II en la crepuscular España de los Austrias y su incapacidad de tomar decisiones firmes, ocultada bajo oropeles barrocos, ahora bajo pantallas mediáticas.

La próxima administración norteamericana la tendrá difícil, probablemente hará intentos para recuperar la capacidad de influencia que ahora Putin le ha arrebatado: no podrá; el Kremlin se ha garantizado quedar como la potencia que reordenará al Medio Oriente, incluso la visita de Benjamín Netanyahu a Putin en los días previos al inicio de las operaciones del Ejército Rojo en Siria puede explicarse a que Israel, tras ser prácticamente abandonado por EUA, y ante un futuro sombrío rodeado de enemigos: Irán por un lado, Assad, también, pues apoya a Hezbollá y mantiene su compromiso con la causa palestina, su influencia sobre el Líbano y sus reclamos por los Altos del Golán, y el radicalismo Sunnita representado por el ISIS por el otro, también motivado por la situación de Palestina, ha buscado garantías de parte del líder ruso: la preservación de la existencia del Estado Judío en el rediseño que el Kremlin plantee para la región.

Falta por ver las consecuencias que venga después de esto: el monopolio de las intervenciones armadas que ostentaban Washington y sus aliados de la OTAN ha quedado roto por la primera intervención en el exterior (lo de Georgia hay que ser sinceros: fue un asunto interior, el país caucásico es una provincia separada del imperio) de Moscú desde la malhadada guerra de Afganistán, claro, a EUA le quedará el tratar de aplicar la misma táctica que en aquel conflicto financiando y entrenando a las fuerzas antirrusas en Siria, lo que ha estado haciendo hasta ahora, sin embargo, Putin no es un senil como Brezhnev, ni un enfermo terminal como Andropov o un ingenuo como Gorbachov, si intervino en Siria es porque sabe que EUA no tiene con qué enfrentársele, más que los arsenales nucleares, algo que nadie se atreve a hacer. 

¿Inspirará el actuar de Moscú a China a intervenir también en contra de Taiwán o para arreglar el contencioso que tiene con Japón, Vietnam y Filipinas por sus fronteras marítimas.

No cabe duda, estamos al inicio de una nueva época, confiemos y esperemos.