¿OTRA REVOLUCION?

Se rumora que detrás del cierre de la Compáñía de Luz y Fuerza del Centro está el hecho de que el Sindicato de Electricistas que el otro día cerró los accesos a la Ciudad de México con una megamanifestaciones se había apuntado al proyecto de López Obrador y de buena parte de la Izquierda de financiar y apoyar el estallido de un movimiento armado el próximo año; en ese mismo sentido, se explica la aparición de muchos arsenales, tanto en México como en el extranjero (hoy se da a conocer el decomiso de una importante cantidad de armas en Managua, Nicaragua) y la alianza de ciertos personajes de la Izquierda (Monreal, el hermano del Gobernador Godoy, Pío López Obrador...) con el Narcotráfico.

Esto es muy peligroso e irresponsable y muestra cómo la Izquierda mexicana no ha madurado más allá de las posturas clásicas del Marxismo-Leninismo revolucionario y violento, y de culto al caudillo al más puro estilo estalinista. Además, es presumible que detrás de esto se encuentre una serie de intereses extraños y que probablemente tienen que ver con las oscuras estrategias del nuevo reparto del poder mundial, desde la intervención subterránea de la Venezuela chavista, o la injerencia cada vez más en nuestro continente de Irán y Rusia, ante un EUA cada vez más débil y titubeante bajo la inexperta dirección de Obama que ha quedado manifiesta ante todo el mundo y la desesperada lucha en Afganistán e Irak concretada únicamente en mantener el prestigio, como la España del Conde-Duque de Olivares interviniendo en la Guerra de los 30 años.

Como hace un año lo expresé, las Revoluciones son totalmente inútiles; núnca han brindado una verdadera solución a los pueblos que las han intentado: hace poco, pasaron en el canal TVC Platino la película "La Muerte del Rey" acerca de la Revolución Inglesa del siglo XVII y con la excelente actuación de Rupert Everett como un Carlos I digno y presto a morir por sus convicciones, aunque éstas consistiesen en la idea del Derecho Divino de los Reyes. Esta película, lejos de ser la versión hagiográfica de la película protagonizada por Richard Harris en 1971 sobre Oliver Cromwell, gira alrededor de la relación entre el "Lord Protector" y el general Thomas Fairfax, mostrando al primero como un verdadero psicópata, fanático puritano, megalómano y despótico, (lo cual es mucho más cercano a la realidad que el heróico general revolucionario de austeras costumbres y puras libertades cívicas) mientras el segundo es un indeciso pusilánime.

Ciertamente, el gobierno revolucionario de Cromwell benefició en parte al desarrollo de Inglaterra hacia su conversión en una potencia mundial, con medidas tales como el "Acta de Navegación" y la liberalización económica, sin embargo, su régimen se distinguió por la intolerancia religiosa, la persecución de la disidencia, la prohibición del teatro, la música y las fiestas, así como el intento de exterminio completo de la población celta en Irlanda y Escocia.

Francia se hundió en la sangrienta orgía que fue el Terror organizado por Robespierre y su Comité de Salud Pública, y ni se diga lo ocurrido en nuestra Revolución de hace 99 años que culminó en una matanza entre caudillos que no benefició al pueblo sino sirvió para que los vencedores consolidaran la dictadura institucional del Partido Hegemónico.

Por esa razón, hay que pensarlo dos veces antes de lanzarse a las voces irracionales que aspiran a la solución violenta y que podemos reconocer en la Izquierda radical y sus publicaciones como "Proceso" o "La Jornada", o a través de sus moneros en "el Chamuco", que apuestan por el fracaso de las instituciones a fin de edificar un orden "nuevo" basado en sus arcaicos conceptos de totalitarismo y dictadura proletaria; es necesario hacer cambios, y pro supuesto, arrojar del poder a esta elite política parasitaria y corrupta que tenemos hoy en día a cargo de nuestro país; pero mientras la gente no cambie en su forma de pensar, ni abra los ojos a que los llamados a la violencia sólo servirán para encumbrar a nuevos líderes que únicamente usará a la gente como peones para sus fines: adueñarse del país y esquilmarlo; pero mientras los mexicanos sigan esperando a un mesías y no se pongan a trabajar para el beneficio colectivo, las cosas no cambiarán y seguiremos empantanados.

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Sin alternativas a futuro:

Ante la decepción producida por Obama y su errático primer año de gobierno el panorama político norteamericano se complica ante una avejentada clase política y la falta de líderes de nueva generación que vengan a sacar a la todavía súperpotencia del marasmo en que Bush Jr. la metió.

En el horizonte aparece Sarah Palin, que tras renunciar a la gubernatura de Alaska se ha convertido en algo así como una líder opositora que cada vez tiene más presencia en los medios; indudablemente, su vida personal y familiar muestra un apego a valores éticos y tradicionales propios de los Norteamericanos; sin embargo, al igual que Obama muestra una falta enorme de experiencia y una ignorancia mayúscula más allá de asuntos domésticos y del acontecer en un apartado rincón del mundo como es la entidad federativa del ártico; la otra alternativa republicana para el 2012 es Bobby Jindal, gobernador de Louisiana de origen hindú y converso al catolicismo, características que hacen muy improbable su elección como candidato.

Por el lado Demócrata es aún peor: la era Clinton queda ya muy atrás, (Hillary y Gore ya no tendrán posibilidades) y fuera de Obama no se ve a nadie capaz de ser rentable electoralmente. El futuro pinta negro, y no precisamente por la raza del actual presidente... ¿Estamos ante el ocaso?