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11 de noviembre de 2009

GORBACHOV: ¿TRIUNFO O FRACASO?


Recordando los acontecimientos de hace 20 años, mismos que yo viví con emoción siendo un adolescente de 13 años a través de la pantalla de la TV (aún el Internet no se había popularizado, pese a que ya en esa época los hackers empezaban a hacer de las suyas e incluso incursionaban en el terreno del espionaje, como lo relata Clifford M. Stoll en "el Gato y el Ratón", imagínense qué habría pasado con el Facebook o el Messenger en ese entonces) gracias a la iniciativa de Emilio Azcárraga Milmo, entonces Presidente de Televisa, que intentó crear una versión hispana de CNN: ECO Noticias, y que vivió su era de oro durante los años 89 a 92, precisamente los del final de la Guerra Fría e inicios de los grandes conflictos étnicos o de civilizaciones que empezaron a definir el momento que vivimos, es momento de hablar del hombre que provocó todos los cambios: Mikhail Sergueievich Gorbachov, probablemente uno de los estadistas más importantes del siglo XX y antítesis de Stalin.


Tras la muerte de Leonid Brezhnev en 1982, la URSS vivió un periodo que mostró el agotamiento de su clase política, compuesta por un grupo de ancianos burócratas carentes de imaginación y presas de achaques y enfermedades. Tras el "oso" cinco veces autocondecorado como héroe de la Unión Soviética (sin merecerlo) bajo el cual Rusia aparentemente se encontraba en una situación de poderío incuestionable y parecía que la ideología comunista se extendía por todo el mundo con las guerrillas centroamericanas (los Sandinistas triunfaron en Nicaragua en 1979) y movimientos de liberación nacional en Africa y la moda juvenil de ser comunista manifestada en el famoso 68, mientras que los rusos y demás etnias soviéticas aparentemente gozaban de una situación de bienestar, por la mayor cantidad de bienes de consumo producidos por la industria nacional en vez de sólo bienes militares y de infraestructura, llegaron a la Presidencia del Politburó del Soviet Supremo (Jefatura del Estado ruso) y Secretaría General del Partido Comunista, Yuri Andropov, antiguo Jefe de la KGB o Policía Secreta y Embajador (prácticamente Virrey) en Hungría durante la rebelión de 1956 donde estuvo a cargo de la brutal represión ordenada por Nikita Khruschev, y que pese a venir de la línea más ortodoxa del marxismo fue el primero, durante su corto mandato, en hacer un diagnóstico serio sobre la situación del antiguo imperio zarista: pobreza generalizada, escaces de productos básicos, industria incapaz de competir con la occidental, atraso tecnológico y una agricultura ineficiente. Quién sabe que habría pasado si Andropov no hubiera caído víctima de un mal renal (probablemente consecuencia del deporte nacional ruso: la bebida).
Tras él y también durante poco tiempo, asumió la Presidencia Konstantin Chernenko, quien pasaría la mayor parte de su mandato en el hospital hasta su muerte, asumiendo entonces Gorbachov el mando.
El "hombre de la Mancha" conocido así por su marca de nacimiento en la frente y por su idealismo que le hizo ser una especie de Quijote, resulta ser visto en forma diferente por rusos y por occidentales, para estos últimos, se trata de un gran hombre que liquidó el sistema comunista en aras de la libertad y buscó la paz definitiva con EUA, en definitiva, para los occidentales "Gorby" es un triunfador y visto como un libertador al que se premió con el Nobel de la Paz; para los rusos, en cambio, es un fracasado, un inepto que si bien les ayudó a liberalizar su vida en muchos aspectos que antes les estaban restringidos, hundio a Rusia y le hizo perder el Imperio: añorantes de la grandeza imperial alcanzada con los Romanov primero y con Stalin después, con quien llegaron al máximo apogeo, Gorbachov es visto con cierto resentimiento, lo que se ha expresado en que en las ocasiones en que se ha postulado para la presidencia del nuevo Estado, ha sido ampliamente rechazado por el electorado.
La realidad es que Gorbachov núnca dejó de ser un convencido comunista que creía sinceramente en las bendiciones del Marxismo y supuso que el Estado Soviético estaba mal planeado o hacía mal las cosas para lograr la instauración del paraíso terrenal prometido por el Filósofo y Economista alemán, así que lo único que había que hacer era reformarlo: se equivocó, el comunismo no es reformable: en China, las reformas de Deng Xiao Ping terminaron por volver al gigante asiático en la nación más capitalista del mundo, donde "comunista" es un membrete sin significado y en Europa Occidental la Izquierda es sólo una ideología que defiende la destrucción de la moral y orden judeo-cristiano para la construcción de uno nuevo que no se define mientras se mantiene el libre mercado combinado con el Keynesianismo que lleva al Estado de Bienestar. Pero Gorbachov creía que podía eficientizar el sistema con ciertas inyecciones de libertad económica, de expresión e individual. El resultado es que Marx pedía la unificación completa y la cero disidencia para así hacer posible su utopía, al abrirse paso cualquier muestra de rebeldía, por pequeña que fuese, al igual que en una presa, las fuerzas retenidas estallarían y estallaron.
Gorbachov, al igual que Pedro el Grande, se equivocó al pensar que Rusia podía llegar a ser igual a Occidente y que imitando a éste se podría ser parte de Occidente: falso, al igual que con Stalin, Nicolás II, Nicolás I y Alejandro I, Rusia fue dejada a su suerte, cuando no traicionada por un Occidente que le ve con temor y como un pueblo bárbaro, ciertamente, no sin razón, pues Rusia ha demostrado ser altamente peligrosa para Europa Occidental desde la derrota de Napoleón. Así, el famoso líder ruso ordenó la reducción de arsenales y el retiro de misiles de los países del Pacto de Varsovia: Reagan le hizo la promesa de que la OTAN no se expandiría, sino que, es más, desaparecería, la realidad es que la OTAN se ha extendido hacia oriente en sus ex-satélites y amenaza con rodear a Rusia dentro de lo que fue su propio territorio: Uzbekistán (donde ya hay bases americanas para atacar Afganistán), Ucrania y Georgia, que aspiran ingresar a la alianza atlántica.

Pero hay más... ¿qué tanto no fue el propio Gorby víctima de una traición y de una manipulación total por parte de los occidentales? Gorby no buscaba debilitar ni disolver la URSS, sino fortalecerla y hacer que su economía fuese vigorosa y capaz de competir globalmente, aunque equivocó la receta. Así, tal vez despertó suspicacias y temor en Occidente de que tomase el camino de los chinos e iniciase reformas efectivas, en otras palabras, que hiciese lo que Putin está haciendo en estos momentos tras la década perdida de Yeltsin.
La pregunta viene por lo que fue el golpe de Estado de 1991 que significó la muerte del Imperio Ruso-Soviético, si bien fue encabezado por partidarios de la línea dura dentro del Partido Comunista que buscaron derrocar al Presidente constitucional de la Unión, y fueron derrotados por el alzamiento popular y la extraña conducta de Yeltsin--para como fue después su actuación como presidente, perpetuamente alcoholizado y aletargado, con un país al borde de la anarquía--el efecto fue el que esperaban: Gorbachov regresó a Moscú sin poder, titubeante y temeroso, el antiguo responsable de la demolición de la casa Ipatiev (Yeltsin) le había comido el mandado. De ahí en adelante, la disolución de la URSS estaba cantada.
Lo que quiero decir es que, de acuerdo con mi "sospechosismo" efectivamente hubo un golpe de Estado y el beneficiario del mismo fue Yeltsin, aupado por las potencias occidentales, dirigido a sacar de la ecuación a Gorbachov y facilitar el desmembramiento de la Rusia imperial. Desde entonces, Gorby se ha convertido en una figura más del espectáculo que otra cosa: ha anunciado pizzas, bolsas de Luis Vuitton, y patrocinado,--luciendo el ingenuo gusto de los rusos por las supercherías--el descabellado programa del New Age que es la "Carta de la Tierra" en el seno de la ONU. (El propio Gorby por momentos pareció definirse como ateo comunista, luego como sincero ruso ortodoxo y hasta parece que coqueteó con hacerse católico, pero ha sido clarísima su inclinación final por la mezcla de ecologismo-esoterismo-budismo y panteísmo del New Age).
Entonces ¿qué podemos decir de él? Evidentemente, no logró lo que quería, y las consecuencias de sus decisiones y actos como gobernante fueron más allá de lo previsible. De aquel año 1989 (antítesis de 1968) surgíeron los procesos que ahora vemos: en el aspecto positivo, se dió la libertad para los países de Europa Oriental que habían sufrido primero la opresión nazi y después la comunista, se abrió el camino para la Globalización y los innegables beneficios que hemos recibido de ella y terminó la confrontación que amenazaba con freir a este planeta ante la posibilidad de la guerra entre las dos súperpotencias, y en el aspecto negativo se perdió el equilibrio vigente desde 1945 que había limitado los conflictos armados (pese a la sombra nuclear) y las vías para cierta estabilidad en regiones de tensión étnica, la soberbia desplegada por Clinton y Bush Jr. en los años posteriores nos ha llevado a las guerras de Medio Oriente y al debilitamiento de Occidente; en definitiva, se destapó la caja de Pandora.
Gorbachov, como lo vemos en la fotografía, puede sonreir plácidamente y darse cuenta de que tiene un lugar seguro en la Historia.
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¿El fin del Hondurazo?
Está muy lejos de ocurrir, el plan diseñado por Hillary Clinton y sobre el cual aparentemente estaban de acuerdo tanto Micheletti como Zelaya se tambalea, por una razón simple: éste último lo único que quiere es el poder, y no va a querer estar en la posibilidad de perderlo, mientras que sus patrocinadores: la Venezuela chavista y el cada vez más poderoso Brasil de Lula, no van a dejar que la presa se les escape en favor de EUA para que quede como el mediador o el pacificador (justificando de paso el premio para Obama) y restaure un poco del prestigio o la influencia "gringa" en Latinoamérica perdidas por el desinterés de Bush y la torpeza de Obama.
Entre tanto, se acerca la fecha de las elecciones presidenciales...
El último capítulo todavía no se escribe, estaremos al tanto.

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