1.- Erdogán se derrumba:
En este espacio he hablado que si ha habido un jugador que ha arriesgado bastante en el "Juego de Tronos" de la vida real que vemos en el panorama global y ha sido afortunado, ése ha sido Reccep Tayyip Erdogán, todavía Primer Ministro de Turquía y líder del Partido de la Justicia, instituto político de tendencia islamista "moderada". Sin embargo, tal parece que apostó demasiado, se confió y está por ser eliminado del juego.
En este espacio he hablado que si ha habido un jugador que ha arriesgado bastante en el "Juego de Tronos" de la vida real que vemos en el panorama global y ha sido afortunado, ése ha sido Reccep Tayyip Erdogán, todavía Primer Ministro de Turquía y líder del Partido de la Justicia, instituto político de tendencia islamista "moderada". Sin embargo, tal parece que apostó demasiado, se confió y está por ser eliminado del juego.
El cambio de uso de suelo para la destrucción de un parque en (la ocupada Constantinopla) Estambul, para convertir el terreno en un centro comercial, --un caso tan similar a tantos en México-- degeneró en hasta ahora cuatro días de protestas cada vez más violentas en contra del gobierno de estos radicales que habían cumplido ya 12 años en el poder y de iniciar un proceso de re-islamización y re-orientalización de Turquia en contra del esquema laicista y pro-europeo diseñado por Mustafá Kemal Atatürk en los años veinte del pasado siglo tras la derrota en la Primera Guerra Mundial y disolución del Califato Islámico detentado hasta 1924 por la dinastía turca de los Otomanos, y en el que, hasta ahora, la fortuna parecía haberles sonreído: después de todo, se habían enfrentado al poderoso ejército, garante del Kemalismo, régimen que, por cierto, había servido de modelo a las dictaduras militares de Egipto, Irak y Libia, ahora destronadas por las Primaveras Arabes o en peligro de caer, como el caso sirio, y todo lo logró por la vía electoral, contando con un gran apoyo en las provincias rurales del Asia Menor, donde la población se mantiene muy islamista y con rasgos culturales evidentemente heredados de los árabes y persas (la cultura mongólica original de los turcos, muy pobre, prácticamente ha desaparecido, como los rasgos asiáticos mismos de este pueblo, hoy en día muy semitizado y europizado genéticamente) muy fuertes, y con la manipulación de la Ley, descabezando prontamente a la cúpula militar ante los atónitos ojos de todo el mundo, un movimiento que sin duda inspiró a Mohamhed Morsi en Egipto y la Hermandad Musulmana a hacer lo propio y conjurar el peligro del golpe militar y sacudirse la tutela del ejército faraónico, muy pro-occidental desde los días de Sadat.
¿Qué sucedió? Aparentemente Erdogan era bastante fuerte en su posición al interior de su país... pero cometió el gran error de querer ser un comodín y a la vez, buscar conseguir algo, quiso ser la veleta y a la vez pieza estratégica, equivocó la apuesta y no es de dudarse que ciertos poderes externos, cansados de su ambigüedad y conscientes de que era un estorbo, han decidido apoyar desde lejos un movimiento, precisamente en las zonas más europeas y más secularizadas de Turquía, como son las grandes ciudades de Ankara y la antigua capital romana de Oriente, para minar su posición: No tengo la menor duda que tales poderes sean Irán, y Rusia, ahora que las cosas se están aclarando y todo indica que Bashar el Assad y su régimen en Siria, aliado de las potencias persa y eslava, se alzará con la victoria en la Guerra Civil que desde hace dos años sacude al milenario país levantino.
Y es que Erdogán ha jugado a quedar bien con todos y con nadie: cuando empezaron las sanciones contra Irán por el programa nuclear, Turquía apareció negociando con los persas y con Brasil una triangulación para asegurar el enriquecimiento de uranio burlando el embargo y las sanciones que se dirigieron contra Teherán por su programa de energía atómica; Turquía, además, como miembro de la OTAN, postuló que se haría cargo de supervisar que los materiales radioactivos serían empleados con fines civiles, nada más, y no militares. De esta manera, Erdogán jugaba a quedar bien con sus aliados occidentales, a la vez de que pretendía sumarse a los intereses del BRIC y tender la mano a Irán, cuando Persas y Turcos siempre han sido enemigos, aunque los une la enemistad compartida contra los Kurdos.
Después, tenemos el espinoso caso de las relaciones con Israel: Erdogan se hizo de palabras con el Presidente israelí Simón Peres en el Foro Económico de Davós y acusó al Estado Judío de genocidio contra el pueblo palestino; posteriormente, vino el episodio de la flotilla humanitaria y los tripulantes del barco Mavi Mármara asaltado por las tropas israelitas con lujo de violencia, lo que se saldó con la muerte de activistas turcos; aquello llevó casi al rompimiento de relaciones diplomáticas y a que el otomano jurase el compromiso eterno de su país de defender la libertad y la justicia para Palestina. Sin embargo, a raíz de las Primaveras Arabes, Erdogán se acercó a Israel y le dio su respaldo en caso de aumentar la tensión con sus vecinos, en los que los islamistas llegaron al poder, sobre todo en el caso egipcio, y más al darse el estallido de la Guerra Civil en Siria, eliminándose las asperezas con el Gobierno de Tel Aviv.
Turquía se siguió comportando con ambigüedades en el caso de Irak y el Kurdistán: tan pronto lanzaba operaciones militares, con el ejército convertido en perro faldero del régimen islamista de Erdogán, para aplastar a los eternamente rebeldes Kurdos, persiguiéndolos incluso dentro de territorio iraquí, para después sentarse a negociar amablemente con la cúpula dirigente kurda en el norte de Mesopotamia, pretendiendo crearse una zona de influencia como Irán lo ha logrado al sur en las antiguas Caldea y Akkad, habitadas por Chiítas dóciles a los dictados de los Ayathollas persas. La Turquía de Erdogán ha pretendido congraciarse con la Unión Europea en materia de derechos humanos para buscar su inclusión en el hoy tambaleante bloque continental, alternando la dureza contra los Kurdos con la tolerancia a su lengua, cultura e identidad, a la vez de que sigue negando el Genocidio Armenio cometido hace cien años.
La Turquía de Erdogán, además, ha sido clave en el estallido y el éxito de las Primaveras Arabes en lo que ha colaborado con las potencias del Golfo Pérsico: Emiratos Arabes Unidos, Qatar y Arabia Saudita, olvidando las otrora fuertes rivalidades por el dominio del Islam, con tal de conformar un muro de contención en contra de la cada vez más fuerte República Islámica de Irán, que en particular bajo los mandatos de Mohamhed Al Khatami y de Mahmoud Ahmadinejhad ha conocido, en principio, un gran crecimiento económico aunque un tanto frenado por las sanciones económicas que se han implementado en contra de un régimen que desde 1979 ha vivido asediado, un importante desarrollo científico y tecnológico autóctono y tenido en los años recientes una gran proyección internacional. La antigua Persia, tanto por sus antecedentes históricos, como por la vertiente del Islam que profesa: el Chiísmo, y su nacionalismo imperialista, es visto con temor por estas otras potencias musulmanas regionales, puesto que tradicionalmente el Irán ha sido la potencia máxima de la zona y tendido a la expansión. El objeto de las Primaveras ha sido estructurar una serie de regímenes de tendencia fundamentalista en el Islam Sunni, leales a las potencias de la misma corriente islámica, del Golfo, a fin de contener a Irán; este proyecto, evidentemente, coincide con los intereses tanto de Israel como de EUA en la región, por lo que ambas tuvieron respaldo.
Por otro lado, Turquía sigue siendo parte de la OTAN y sigue haciendo guiños a la Unión Europea a la vez que dirige una política volcada hacia Medio Oriente y Asia, no en balde, Erdogán ha intentado coquetear con la Rusia de Putin y hasta con China para ingresar a la Organización para la Cooperación de Shangai, en la que se encuentran ambos gigantes ex-comunistas junto con algunas de las ex-provincias imperiales/repúblicas soviéticas y el estatus de observador de Pakistán, Irán, India y Brasil, una especie de nuevo "Pacto de Varsovia" en ciernes. Al mismo tiempo que reafirmaba sus raíces que atan a Turquía con el Levante, no dudó en calentar la cabeza de ingenuos líderes europeos como Zapatero y Sarkozy, la idea de la "Alianza de Civilizaciones" y el planteamiento de ampliar la Unión Europea a una Unión del Mediterráneo en la que se incluyera a Turquía y el Magreb; de esa forma, el país otomano se aseguraba ser el controlador de la migración islámica hacia Europa y el gestor de la cada vez mayor influencia de la población musulmana en el Viejo Mundo a costas de la debilidad de sus liderazgos.
Sin embargo, parece que Erdogán cayó en el error de quedarse a la espera de ver de qué lado sopla el viento para orientarse o adscribirse a un bando a otro, sin tomar decisiones propias ni rápidas ante los cambiantes acontecimientos actuales, parece que fue superado por ellos. El conflicto sirio, en el que sin duda Turquía ha tenido mucho que ver, pasando de aliado de Assad a severo crítico y después a verdadero enemigo que permite el tránsito de armas y combatientes por su territorio con dirección a Damasco, que colabora con la OTAN, que convoca a conferencias entre los opositores al gobierno alawita, parece estar decantándose a favor de Bashar el Assad, y no es de dudarse que la creciente protesta social que existe en Turquía, impulsada también por la elevada corrupción de autoridades locales, la resistencia al islamismo de parte de la juventud urbana turca, habituada a vivir en la ficción europeísta y laicista implantada por Atatürk hace 80 años, haya sido iniciada desde Damasco, Teherán y también Moscú a fin de deshacerse de un jugador que pese a su astucia, fue demasiado lejos en su atrevimiento y en su juego de ser el puente entre Occidente y el Islam.
En la Guerra de Siria habrá vencedores y vencidos, y entre los segundos, sin lugar a dudas, estará Reccep Tayyip Erdogan y su Partido de la Justicia.
2.- Siria, empieza a aclararse cuál será el resultado:
La Guerra Civil Siria pasará a la Historia como uno de los grandes fiascos en la relación Occidente-Islam en este siglo XXI, y como el mayor fracaso en la región de Estados Unidos, sino es que como uno de los principales acontecimientos que evidencian más que ningún otro la decadencia y el inicio del desmoronamiento del poderío global angloamericano.
En primer lugar es un error y una incongruencia enorme de parte de la Administración de Barry Soetoro/Barack Hussein Obama el ahora erigirse como principal aliado y apoyo de los rebeldes que se alzaron contra un régimen como el de la familia Assad: Bashar, actual mandatario sirio, es un oftalmólogo educado en Londres con gustos y modales más de un británico que de un semita de tierras ancestrales, y que había garantizado la continuidad tras el fallecimiento de su padre Hafez, con un régimen de corte laico y sustentado en el poder militar, en pocas palabras, todo un émulo de Mustafá Kemal, el turco elogiado por occidentales, aunque sin llegar a romper con las raíces antiquísimas sirias como sí lo hiciera el general otomano. Si bien su régimen es más una monarquía hereditaria antes que una república, la familia Assad pertenece a la etnia Alawita, seguidora del Islam Chiíta y por tanto, muy cercana a la influencia persa, lo que hace que el régimen sea aliado de Irán desde la instauración de la República Islámica en ese país en 1979.
Consciente, sin embargo, del cosmopolitismo que desde tiempos helenísticos ha caracterizado a Siria, como lugar de cruce de caminos y asentamiento de muchos pueblos, el régimen de Assad y el Partido Baath, --mismo movimiento nacionalista árabe y laicista que gobernó Irak desde fines de los años cincuenta-- se caracterizó por una gran tolerancia en materia religiosa, conviviendo junto a los Alawitas una numerosa población cristiana, tanto Ortodoxa como Católica, judíos, drusos y la mayoría de la población islámica-sunnita. ¿Porqué entonces este mandatario se volvió el blanco de las iras de las potencias occidentales y orilló a éstas a apoyar a enemigos como Al-Qaeda y otros grupos radicales que, como se ha demostrado en el bombazo de Boston, el asesinato de un militar birtánico en Londres y la agresión contra dos soldados franceses en París, siguen considerando a EUA y sus aliados europeos como su principal objetivo?
Siria había mantenido relaciones tirantes con Israel desde los años sesenta con la Guerra de los Seis Días y la Guerra del Yom Kippur, así como por la anexión judía de los Altos del Golán, pero esa no es, en principio, la causa, después de todo, los Assad padre e hijo habían sido considerado siempre como interlocutores con los que se podía negociar y parlamentar, al no ser radicales islamistas. Sin embargo, el que fueran considerados como un peligro parte de su alianza con Irán, evidentemente, el ingenuo Obama y la poco lúcida Hillary Clinton fueron atraídos a la causa de las Primaveras Arabes por la influencia israelí y de las petromonarquías del Golfo Pérsico a fin de bloquear a Irán que ha sido percibido como la principal amenaza a los intereses occidentales en la región, --además de que el expansionismo persa es naturalmente temido por sus vecinos desde hace 2,500 años-- siendo Siria un aliado cercano de Teherán, el tumbar al régimen sirio y establecer en su lugar un nuevo gobierno de tendencia radical islámica sunnita, apoyado y naturalmente coincidente con Qatar, Arabia o Emiratos, permitiría cerrar el cerco sobre Irán.
Sin embargo, todo les ha salido al revés; en esta ocasión, Rusia y China aliados también de la potencia persa cerraron filas en los foros internacionales a fin de proteger al régimen de Assad, Rusia, con gran cinismo, ha proporcionado armas y asesores militares al Gobierno Sirio para luego negarlo, como respuesta a las armas y financiamiento que los rebeldes han recibido de las petromonarquías y de Occidente, ha reforzado además, la presencia naval en el Mediterráneo y queda claro que si alguna otra potencia, sea Israel o EUA hace una intervención directa, sobre el terreno, se arriesga a una crisis muy grave, similar a la de hace 50 años con los misiles nucleares en Cuba. La entrada en el combate de Hezbollá, el grupo fundamentalista palestino patrocinado por Irán, a favor del Gobierno, complica aún más el conflicto, que amenaza con desparramarse a Líbano e Israel.
La propia dirigencia rebelde es un caos, conformada por grupos de lo más variopintos, desde grupos islámicos radicales con nexos con Al-Qaeda, otros independientes, algunos pro-occidentales, otros, que agradecen la ayuda pero guardan cuentas pendientes con Washington, ha llevado a que entre ellos mismos se den enfrentamientos por el mando y ningún acuerdo sobre un proyecto político post-Assad, en pocas palabras, se reproduce en ellos la misma problemática que ha hecho que en Libia, tras la caída y muerte de Gaddafi, no se haya podido constituir un verdadero gobierno y las luchas entre grupos y tribus estén a la orden del día.
En este sentido, es de entenderse la cara del Senador y ex candidato presidencial republicano John McCain tras su visita a Siria, donde no solo se reunió con dirigentes a los que directamente había acusado de terroristas, tragándose sus palabras, sino constató que su bando va perdiendo la guerra, y que no hay posibilidades para una intervención directa de EUA en el conflicto a menos de que se quiera arriesgar el todo por el todo:
Por el contrario, Assad ha dado muestras de valentía y de serenidad, además de una gran claridad en la conducción de la contienda, para ser médico, tiene una amplia conciencia de lo estratégico que es su país y de la importancia geopolítica que tendrá la derrota de los rebeldes que son patrocinados por EUA y Europa. Es de destacar la entrevista que el oftalmólogo concedió al reconocido diario argentino Clarín, donde reiteró la defensa de la soberanía del pueblo sirio y el mantenerse en el poder.
En cuanto a las acusaciones en su contra sobre atrocidades, bueno, se trata de una guerra, y la guerra es la suma de atrocidades por los dos bandos, aunque cabe pensar que las hechas por los rebeldes, impulsados por el fanatismo sunnita y que se han ensañado sobre todo con los Cristianos, a quienes ven como protegidos por el régimen, son mayores a las cometidas por las tropas gubernamentales, las cuales son magnificadas por el aparato propagandista de Washington; además, imágenes como la de arriba al iniciar a hablar de este tema son elocuentes: la mayoría de los sirios apoya a Assad, y así lo ha comprobado la propia OTAN tras recabar información de activistas y ONG's occidentales que trabajan en Siria.
Entre tanto, el ejército sirio comienza a ganar batallas y recuperar terreno, como Hama y la muy importante ciudad de Qusair.
Así, ¿qué pasará una vez que todo termine?
Después, tenemos el espinoso caso de las relaciones con Israel: Erdogan se hizo de palabras con el Presidente israelí Simón Peres en el Foro Económico de Davós y acusó al Estado Judío de genocidio contra el pueblo palestino; posteriormente, vino el episodio de la flotilla humanitaria y los tripulantes del barco Mavi Mármara asaltado por las tropas israelitas con lujo de violencia, lo que se saldó con la muerte de activistas turcos; aquello llevó casi al rompimiento de relaciones diplomáticas y a que el otomano jurase el compromiso eterno de su país de defender la libertad y la justicia para Palestina. Sin embargo, a raíz de las Primaveras Arabes, Erdogán se acercó a Israel y le dio su respaldo en caso de aumentar la tensión con sus vecinos, en los que los islamistas llegaron al poder, sobre todo en el caso egipcio, y más al darse el estallido de la Guerra Civil en Siria, eliminándose las asperezas con el Gobierno de Tel Aviv.
Turquía se siguió comportando con ambigüedades en el caso de Irak y el Kurdistán: tan pronto lanzaba operaciones militares, con el ejército convertido en perro faldero del régimen islamista de Erdogán, para aplastar a los eternamente rebeldes Kurdos, persiguiéndolos incluso dentro de territorio iraquí, para después sentarse a negociar amablemente con la cúpula dirigente kurda en el norte de Mesopotamia, pretendiendo crearse una zona de influencia como Irán lo ha logrado al sur en las antiguas Caldea y Akkad, habitadas por Chiítas dóciles a los dictados de los Ayathollas persas. La Turquía de Erdogán ha pretendido congraciarse con la Unión Europea en materia de derechos humanos para buscar su inclusión en el hoy tambaleante bloque continental, alternando la dureza contra los Kurdos con la tolerancia a su lengua, cultura e identidad, a la vez de que sigue negando el Genocidio Armenio cometido hace cien años.
La Turquía de Erdogán, además, ha sido clave en el estallido y el éxito de las Primaveras Arabes en lo que ha colaborado con las potencias del Golfo Pérsico: Emiratos Arabes Unidos, Qatar y Arabia Saudita, olvidando las otrora fuertes rivalidades por el dominio del Islam, con tal de conformar un muro de contención en contra de la cada vez más fuerte República Islámica de Irán, que en particular bajo los mandatos de Mohamhed Al Khatami y de Mahmoud Ahmadinejhad ha conocido, en principio, un gran crecimiento económico aunque un tanto frenado por las sanciones económicas que se han implementado en contra de un régimen que desde 1979 ha vivido asediado, un importante desarrollo científico y tecnológico autóctono y tenido en los años recientes una gran proyección internacional. La antigua Persia, tanto por sus antecedentes históricos, como por la vertiente del Islam que profesa: el Chiísmo, y su nacionalismo imperialista, es visto con temor por estas otras potencias musulmanas regionales, puesto que tradicionalmente el Irán ha sido la potencia máxima de la zona y tendido a la expansión. El objeto de las Primaveras ha sido estructurar una serie de regímenes de tendencia fundamentalista en el Islam Sunni, leales a las potencias de la misma corriente islámica, del Golfo, a fin de contener a Irán; este proyecto, evidentemente, coincide con los intereses tanto de Israel como de EUA en la región, por lo que ambas tuvieron respaldo.
Por otro lado, Turquía sigue siendo parte de la OTAN y sigue haciendo guiños a la Unión Europea a la vez que dirige una política volcada hacia Medio Oriente y Asia, no en balde, Erdogán ha intentado coquetear con la Rusia de Putin y hasta con China para ingresar a la Organización para la Cooperación de Shangai, en la que se encuentran ambos gigantes ex-comunistas junto con algunas de las ex-provincias imperiales/repúblicas soviéticas y el estatus de observador de Pakistán, Irán, India y Brasil, una especie de nuevo "Pacto de Varsovia" en ciernes. Al mismo tiempo que reafirmaba sus raíces que atan a Turquía con el Levante, no dudó en calentar la cabeza de ingenuos líderes europeos como Zapatero y Sarkozy, la idea de la "Alianza de Civilizaciones" y el planteamiento de ampliar la Unión Europea a una Unión del Mediterráneo en la que se incluyera a Turquía y el Magreb; de esa forma, el país otomano se aseguraba ser el controlador de la migración islámica hacia Europa y el gestor de la cada vez mayor influencia de la población musulmana en el Viejo Mundo a costas de la debilidad de sus liderazgos.
Sin embargo, parece que Erdogán cayó en el error de quedarse a la espera de ver de qué lado sopla el viento para orientarse o adscribirse a un bando a otro, sin tomar decisiones propias ni rápidas ante los cambiantes acontecimientos actuales, parece que fue superado por ellos. El conflicto sirio, en el que sin duda Turquía ha tenido mucho que ver, pasando de aliado de Assad a severo crítico y después a verdadero enemigo que permite el tránsito de armas y combatientes por su territorio con dirección a Damasco, que colabora con la OTAN, que convoca a conferencias entre los opositores al gobierno alawita, parece estar decantándose a favor de Bashar el Assad, y no es de dudarse que la creciente protesta social que existe en Turquía, impulsada también por la elevada corrupción de autoridades locales, la resistencia al islamismo de parte de la juventud urbana turca, habituada a vivir en la ficción europeísta y laicista implantada por Atatürk hace 80 años, haya sido iniciada desde Damasco, Teherán y también Moscú a fin de deshacerse de un jugador que pese a su astucia, fue demasiado lejos en su atrevimiento y en su juego de ser el puente entre Occidente y el Islam.
En la Guerra de Siria habrá vencedores y vencidos, y entre los segundos, sin lugar a dudas, estará Reccep Tayyip Erdogan y su Partido de la Justicia.
2.- Siria, empieza a aclararse cuál será el resultado:
La Guerra Civil Siria pasará a la Historia como uno de los grandes fiascos en la relación Occidente-Islam en este siglo XXI, y como el mayor fracaso en la región de Estados Unidos, sino es que como uno de los principales acontecimientos que evidencian más que ningún otro la decadencia y el inicio del desmoronamiento del poderío global angloamericano.
En primer lugar es un error y una incongruencia enorme de parte de la Administración de Barry Soetoro/Barack Hussein Obama el ahora erigirse como principal aliado y apoyo de los rebeldes que se alzaron contra un régimen como el de la familia Assad: Bashar, actual mandatario sirio, es un oftalmólogo educado en Londres con gustos y modales más de un británico que de un semita de tierras ancestrales, y que había garantizado la continuidad tras el fallecimiento de su padre Hafez, con un régimen de corte laico y sustentado en el poder militar, en pocas palabras, todo un émulo de Mustafá Kemal, el turco elogiado por occidentales, aunque sin llegar a romper con las raíces antiquísimas sirias como sí lo hiciera el general otomano. Si bien su régimen es más una monarquía hereditaria antes que una república, la familia Assad pertenece a la etnia Alawita, seguidora del Islam Chiíta y por tanto, muy cercana a la influencia persa, lo que hace que el régimen sea aliado de Irán desde la instauración de la República Islámica en ese país en 1979.
Consciente, sin embargo, del cosmopolitismo que desde tiempos helenísticos ha caracterizado a Siria, como lugar de cruce de caminos y asentamiento de muchos pueblos, el régimen de Assad y el Partido Baath, --mismo movimiento nacionalista árabe y laicista que gobernó Irak desde fines de los años cincuenta-- se caracterizó por una gran tolerancia en materia religiosa, conviviendo junto a los Alawitas una numerosa población cristiana, tanto Ortodoxa como Católica, judíos, drusos y la mayoría de la población islámica-sunnita. ¿Porqué entonces este mandatario se volvió el blanco de las iras de las potencias occidentales y orilló a éstas a apoyar a enemigos como Al-Qaeda y otros grupos radicales que, como se ha demostrado en el bombazo de Boston, el asesinato de un militar birtánico en Londres y la agresión contra dos soldados franceses en París, siguen considerando a EUA y sus aliados europeos como su principal objetivo?
Siria había mantenido relaciones tirantes con Israel desde los años sesenta con la Guerra de los Seis Días y la Guerra del Yom Kippur, así como por la anexión judía de los Altos del Golán, pero esa no es, en principio, la causa, después de todo, los Assad padre e hijo habían sido considerado siempre como interlocutores con los que se podía negociar y parlamentar, al no ser radicales islamistas. Sin embargo, el que fueran considerados como un peligro parte de su alianza con Irán, evidentemente, el ingenuo Obama y la poco lúcida Hillary Clinton fueron atraídos a la causa de las Primaveras Arabes por la influencia israelí y de las petromonarquías del Golfo Pérsico a fin de bloquear a Irán que ha sido percibido como la principal amenaza a los intereses occidentales en la región, --además de que el expansionismo persa es naturalmente temido por sus vecinos desde hace 2,500 años-- siendo Siria un aliado cercano de Teherán, el tumbar al régimen sirio y establecer en su lugar un nuevo gobierno de tendencia radical islámica sunnita, apoyado y naturalmente coincidente con Qatar, Arabia o Emiratos, permitiría cerrar el cerco sobre Irán.
Sin embargo, todo les ha salido al revés; en esta ocasión, Rusia y China aliados también de la potencia persa cerraron filas en los foros internacionales a fin de proteger al régimen de Assad, Rusia, con gran cinismo, ha proporcionado armas y asesores militares al Gobierno Sirio para luego negarlo, como respuesta a las armas y financiamiento que los rebeldes han recibido de las petromonarquías y de Occidente, ha reforzado además, la presencia naval en el Mediterráneo y queda claro que si alguna otra potencia, sea Israel o EUA hace una intervención directa, sobre el terreno, se arriesga a una crisis muy grave, similar a la de hace 50 años con los misiles nucleares en Cuba. La entrada en el combate de Hezbollá, el grupo fundamentalista palestino patrocinado por Irán, a favor del Gobierno, complica aún más el conflicto, que amenaza con desparramarse a Líbano e Israel.
La propia dirigencia rebelde es un caos, conformada por grupos de lo más variopintos, desde grupos islámicos radicales con nexos con Al-Qaeda, otros independientes, algunos pro-occidentales, otros, que agradecen la ayuda pero guardan cuentas pendientes con Washington, ha llevado a que entre ellos mismos se den enfrentamientos por el mando y ningún acuerdo sobre un proyecto político post-Assad, en pocas palabras, se reproduce en ellos la misma problemática que ha hecho que en Libia, tras la caída y muerte de Gaddafi, no se haya podido constituir un verdadero gobierno y las luchas entre grupos y tribus estén a la orden del día.
En este sentido, es de entenderse la cara del Senador y ex candidato presidencial republicano John McCain tras su visita a Siria, donde no solo se reunió con dirigentes a los que directamente había acusado de terroristas, tragándose sus palabras, sino constató que su bando va perdiendo la guerra, y que no hay posibilidades para una intervención directa de EUA en el conflicto a menos de que se quiera arriesgar el todo por el todo:
Por el contrario, Assad ha dado muestras de valentía y de serenidad, además de una gran claridad en la conducción de la contienda, para ser médico, tiene una amplia conciencia de lo estratégico que es su país y de la importancia geopolítica que tendrá la derrota de los rebeldes que son patrocinados por EUA y Europa. Es de destacar la entrevista que el oftalmólogo concedió al reconocido diario argentino Clarín, donde reiteró la defensa de la soberanía del pueblo sirio y el mantenerse en el poder.
En cuanto a las acusaciones en su contra sobre atrocidades, bueno, se trata de una guerra, y la guerra es la suma de atrocidades por los dos bandos, aunque cabe pensar que las hechas por los rebeldes, impulsados por el fanatismo sunnita y que se han ensañado sobre todo con los Cristianos, a quienes ven como protegidos por el régimen, son mayores a las cometidas por las tropas gubernamentales, las cuales son magnificadas por el aparato propagandista de Washington; además, imágenes como la de arriba al iniciar a hablar de este tema son elocuentes: la mayoría de los sirios apoya a Assad, y así lo ha comprobado la propia OTAN tras recabar información de activistas y ONG's occidentales que trabajan en Siria.
Entre tanto, el ejército sirio comienza a ganar batallas y recuperar terreno, como Hama y la muy importante ciudad de Qusair.
Así, ¿qué pasará una vez que todo termine?
- Erdogan quedará eliminado del juego. Apostó a una victoria de la rebelión en Siria que le llevaría a que Turquía controlaría esa parte del cinturón anti-persa, por el contrario, un Assad fortalecido por la victoria llevará necesariamente a un Irán fortalecido, que está muy probablemente demostrando poder influir en una "Primavera" en su contra a través de Siria, el que a hierro mata, a hierro muere, dice el dicho.
- Irán será el gran ganador del conflicto sirio: Hezbollá, que es una prolongación de la fuerza persa en el Medio Oriente, le asegurará la gratitud y una mayor cercanía con Irán a través de un Irak controlado por los Chiítas pro-persas, (donde también ha habido un renacimiento de la violencia, de los Sunnitas en contra de aquellos, que sin embargo, mantienen el control del poder, a donde llegaron gracias a EUA, que le hizo el trabajo a su enemigo Irán de dotarle de un aliado incondicional en Mesopotamia) en pocas palabras, se está dando el expansionismo persa por sus vías tradicionales: Iran-Mesopotamia-Siria-Asia Menor (si cae Erdogán y el nuevo régimen es efectivamente apoyado por Teherán) en las ocasiones anteriores, esto le llevó a chocar con la Grecia Clásica, Roma, Bizancio y los Otomanos, el choque directo con Israel, hoy en día, será inevitable.
- De darse ese choque, Israel no tendrá otra que evitarlo y aceptar un Irán nuclear que equilibre la balanza de poder con el Estado Judío como única garantía de una (tensa) paz en la región.
- Estados Unidos será el gran derrotado. La política norteamericana en estos momentos luce titubeante y débil; en su momento, pudo haber intervenido directamente y derrocado a Assad, pero con las tropas ya fuera de Irak, y el apoyo directo y sin ambages de Rusia y China al régimen sirio, le llevan a evitar entrar en la guerra porque el costo sería elevadísimo, aparte, la situación económica y los problemas y escándalos internos de la Administración Obama, tras lo de Benghazi y el acoso al Tea Party y el espionaje a periodistas dificultarán que la opinión pública respalde al Presidente en caso de querer actuar directamente. El fiasco sirio y de las Primaveras Arabes en general, hará que Obama quede al nivel de Jimmy Carter cuando la Revolución Iraní o incluso peor, pues pondrá en peligro la influencia estadounidense en el Mundo Musulmán.
- Rusia será otro gran vencedor, habrá asegurado que Irán se eleve a rango de gran potencia en Medio Oriente con su apoyo y se sacuda de facto muchas de las sanciones que pesan sobre su economía, pero tendrá el agradecimiento de los persas, lo que garantizará una fuerte alianza entre Teherán y Moscú, su presencia en Siria, además de la base naval de Tartus, existente desde tiempos soviéticos, se verá reforzada y probablemente será importante su influencia en el Medio Oriente y el mundo islámico.
- Las Petromonarquías, otras derrotadas, radicalizarán su posición anti-persa y buscarán equilibrar la balanza con Irán, probablemente veremos el inicio de una carrera de armamentos y pronto a Arabia Saudita, Emiratos e incluso Qatar, en potencias militares por derecho propio, o conformando una alianza regional. Esto también preocupará a Israel.
Como se ve, el Juego de Tronos mundial se está poniendo muy bueno, compite en emociones con la saga literaria-televisiva de George R.R. Martin, ¿o no?
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