El nivel de la campaña electoral en México ha alcanzado niveles preocupantes de crispación y de tensión a los que ni siquiera habíamos llegado en el proceso del año 2006, esta vez, es claro cómo se está generando un clima de odio e intolerancia, de no aceptación del contrario y de olvido que se sea del PAN, del PRI, del PRD o cualquier otra filiación política, antes se es Mexicano, y como tal, se debe de buscar, si se quiere, con divergencias en lo ideológico, en los proyectos políticos y económicos y diversidad de puntos de vista, pero teniendo como acuerdo el bien del país y de las personas, si se quiso pasar del sistema de partido único a un sistema plural y competido, esto debió hacerse mediante un pacto o acuerdo que regulara la trancisión, mediante el cual se evitase caer en la cacería de brujas, en los radicalismos y todos y cada uno de los actores políticos aceptasen las nuevas reglas del juego, pero no fue así.
En el momento preciso, tras las elecciones del 2000, o aún antes, no se hizo pacto de trancisión alguna ni se proyectó dar al país un nuevo orden constitucional que sustituyera al cada vez más vetusto e inaplicable surgido del Constituyente queretano de 1917, diseñado para sostener la dictadura del caudillo-presidente y su grupo de poder-partido para encausar a México hacia una sociedad más abierta, plural y participativa, con alternancia en el poder, y ahora estamos pagando las consecuencias, además de que hoy, pensar en hacer tal cosa es ya imposible, la radicalización, el distanciamiento entre las diferentes posturas políticas y sus partidarios llegan a ser ya irreconciliables.
En mucho, esto no es nuevo, ya en el siglo XIX, las diferencias entre Conservadores y Liberales llevaron a que el país sufriera de prácticamente 50 años continuos de Guerra Civil, y aún, después del triunfo Liberal en 1867, siguieron dándose una serie de rebeliones y pronunciamientos en contra de los Gobiernos de Juárez y Lerdo de Tejada, e incluso de Porfirio Díaz, por lo que el régimen de éste, al menos en su etapa inicial, tampoco fue muy pacífico, y es que, en realidad, el principal problema político en México no ha sido ni la construcción de un sistema económico eficiente, ni de un sistema constitucional que regule el ejercicio de la autoridad y la institucionalice; no, en forma más pedestre, el problema político fundamental en nuestro país, desde 1821 y hasta la fecha es la obtención, conservación y transmisión del poder, y que cada uno de los diferentes grupos de nuestra clase dirigente pretende quedarse con el poder como si fuera de su patrimonio. Todos, como López Obrador, como el PAN de Calderón o como el PRI durante tantos años, han pretendido quedarse con el poder, o que éste les pertenece en exclusiva, si lo obtiene otro, ese otro no es legítimo, lo hizo fraudulentamente, me arrebató lo que es mío, porque yo tengo la voluntad y el apoyo unificado del pueblo a mi favor... los que no me apoyan a mí no son el pueblo, son los enemigos, los pirrurris, los ricos, los malos.
Y por esa razón, siempre, los intentos por crear un sistema democrático-representativo en México siempre han acabado en desastre, en violencia y caos: así fracasó la Primera República Federal cuando tras el periodo presidencial pacífico de Guadalupe Victoria vino Vicente Guerrero que no aceptó el triunfo electoral del candidato Conservador Gómez Pedraza y libró una asonada para hacerse con el poder, pero poco le duró el gusto porque Bustamante lo desalojó de la silla y así sucesivamente, la República Centralista-Conservadora fracasó por las querellas de los Liberales y la invasión norteamericana, después del triunfo Liberal, Juárez hizo todo lo posible por mantenerse en el poder hasta su muerte, y después del derrocamiento de Don Porfirio Díaz la Revolución fue el todos vs. todos por el Poder. Se debe reconocer que las tres épocas en que México ha conocido más desarrollo han sido las épocas más autoritarias: el Virreinato Español, el Porfiriato y el Régimen Priísta.
¿Porqué? Porque el mismo General Oaxaqueño lo decía durante los 33 años que estuvo en el poder: el secreto para gobernar México era "poca política y mucha administración", y eso fue característico del régimen de la Nueva España, del Porfiriato y del Priísmo. Hoy, en cambio, vemos mucha, demasiada política y nada de administración y los resultados están a la vista: economía estancada, inseguridad, ciudades en el abandono, vandalismo, el agro quebrado, etc.
Hoy en día, sin embargo, la crispación no ha venido de la Izquierda, incluso, es de recordar que López Obrador inició esta campaña con un discurso rayano en la cursilería y en un mensaje pseudorreligioso sacado de la Teología de la Liberación y de las sectas evangélicas o protestantes importadas de EUA y que tomaron fuerza en su estado natal, Tabasco, desde la época del cacique masón y abiertamente luciferiano demente Garrido Canabal, durante los años de la Cristiada, con el que trató de alejarse de la imagen violenta y rijosa que la Izquierda mexicana, y él en lo particular, han tenido durante mucho tiempo; no, la crispación la ha iniciado el propio PAN, el partido en el poder que, sin embargo, sigue comoportándose como partido de oposición, pero con un discurso muy degradado a los años de Manuel J. Clouthier, de Carlos Castillo Peraza, Efraín González Luna y demás, incapaz de formular propuestas coherentes y de justificar la ola de violencia que ha azotado al país por la aventurada "Guerra contra el Crimen" lanzada por Calderón sin estrategia, planificación y medios para llevarla a buen término, el PAN se ha decantado por una campaña de insultos, de incitación al odio y a la violencia contra el PRI, el PAN además, se ha colgado de su tradicional bandera de "partido católico" que es pura hipocresía pues en realidad, como ya lo he dicho en otras partes, es un partido que ha sido cooptado por la facción liberal-Neoconservadora al seno del mismo, y de "defensor de la vida" cuando ha postulado para el gobierno de la capital del país a una pro-abortista y pro-gay como es la señora Wallace, cuyo pasado y el de su hijo sigue siendo oscuro, y más allá, llegó a pensar en aliarse con el PRD para postular a Marcelo Ebrard, responsable de los miles de niños asesinados y de convertir a la Ciudad de México en una nueva Sodoma. Huelga decir que esta actitud del PAN le causa un daño enorme a la Iglesia en nuestro país y hacen subir al ring electoral a varios Obispos que no dudan en expresar sus simpatías políticas.
En la Izquierda la hipocresía no tiene límites, si antes López Obrador acusaba al PAN de todos los males del país, ahora casi hace frente común con él para atacar al PRI, y ya abandonó su discurso de la "República Amorosa" para volver a su descalificación de todo aquello que no le favorece: periodistas, encuestadoras, instituciones, la manía propia del iluminado mesiánico que se siente el centro del universo y merecedor de todo honor y toda gloria.
Definitivamente esto no implica que reconozcamos a Enrique Peña Nieto como la solución de los problemas del país, en un post anterior, hablé acerca de él y me sostengo en que se trata, claramente de un personaje casi de ficción, creado en mucho por Televisa que se ha aliado con él, y le ha creado una imagen, pero que es sólo eso y nada más, y sus resultados como Gobernante dependerán del equipo del que se rodee, si lo hace con aquellos que tienen experiencia y capacidad decisoria, quizá podrá hacer un buen papel, aunque, el gran problema en el PRI es que también también su Gobierno se caracterice por la protección a las mafias internas del Partido con personajes impresentables como Mario Marín, el protector de empresarios pedófilos en Puebla como Kamel Nacif o de Humberto Moreira y su cuestionable manejo de las finanzas del estado de Coahuila, y las tradicionales redes de compadrazgo y nepotismo que caracterizaron al Partido tricolor durante 70 años... pero, ¿es esto, o ha sido exclusivo del PRI? Para nada, el PAN se ha caracterizado también por una corrupción galopante y ahí tenemos los casos del enriquecimiento de los hijos de Martha Sahagún, esposa del Presidente Fox, o de los beneficios recibidos por la familia de la actual Primera Dama Margarita Zavala, por no decir del súbito ascenso del que fuera Gobernador del Estado Francisco Ramírez Acuña, y demás cochinero ocurrido aquí en Jalisco en lo que han colaborado y se han beneficiado políticos de todos los partidos, y ¿qué decir de las Izquierdas? después de todo, no son más que Priístas rechazados y lo ocurrido en el DF con personajes como Bejarano, o su esposa Dolores Padierna, el inflado presupuesto de una colonia como Iztapalapa, equivalente al de un estado de la República que no lleva beneficio alguno para sus habitantes que siguen en una de las zonas económicamente más deprimidas de la capital y más inseguras indica el desvío de recursos... ¿para mantener a un holgazán como López Obrador que solo se dedica a la agitación política, y aún así su hijo usa tenis Louis Vuitton?
En este contexto, es claro que el discurso incendiario, que estimula el odio y la división encuentra eco, después de todo, en México, la Historia Oficial siempre nos ha colocado como "héroes" a aquellos que han utilizado el discurso del rencor y resentimiento social, que han estimulado los enfrentamientos de clase o de grupo: Hidalgo, Juárez, Madero, Villa, Zapata, Carranza, Obregón, Calles o Cárdenas... todos ellos se han caracterizado por haber apostado por la violencia para obtener el poder, y por haber impulsado la lucha entre mexicanos y la matanza o la confrontación entre nosotros a fin de que los reconociéramos como los mesías esperados que resolverían ellos solos y con un pase mágico todos los problemas, nunca por haber estimulado la unión, la concordia y el verdadero patriotismo, el diálogo, el consenso y el trabajo conjunto como medios para lograr sacar adelante al país; no, los que lo han hecho son los villanos y acabaron muertos o exiliados y satanizados en el infierno de los libros de Historia Nacional: Iturbide, Miramón, Maximiliano, Díaz y hasta Salinas de Gortari con su discurso a favor de la solidaridad, ellos son los malos; mil veces preferible el iluminado que promete crear al Estado Paternal que regalará todo para todos y que nos acogerá en sus brazos siempre y cuando acabemos, exterminemos a su opositor que aquel que invite a todos a ponerse a trabajar y que tiene los pies sobre la tierra, que habla de ser incluyente y de abrirse al diálogo y a la unidad, ese está equivocado, ese es el enemigo de la patria.
Lo acontecido en la Universidad Iberoamericana (ver el vídeo) es muestra del tipo de sociedad que hemos producido en estos doscientos años de venerar al violento y al feroz y denostar al pacífico y al dialogante, de forma tal que ahora parece lo normal o lo idóneo imponer las ideas propias mediante el grito, el insulto y la agresión, o silenciando al otro con el que no estamos de acuerdo. ¿Que seguirá? ¿amenazarlo? ¿herirlo o matarlo? Hay muchas formas de demostrar el que no se quiere a Peña Nieto como Presidente y la forma más importante de hacerlo es votando por otro candidato, no haciendo marchas en contra de él, ni insultando ni agrediendo, eso solo demuestra que las próximas generaciones, que ahora están en las aulas universitarias serán las que llevarán a nuestro país hacia la barbarie, hacia el desplome completo, más porque no se trata de jóvenes de colonias populares o familias pobres, se trata de gente de clase media y alta, lo que demuestra, que, claramente, nuestra sociedad se halla corrompida desde arriba y hasta abajo, y la politización exagerada de todo, que ha entrado incluso en las Universidades privadas como esa, dirigida por los Jesuitas, aunque claro, recordemos que la Compañía de Jesús desde que fuera su General el Padre Pedro Arrupe se metió de lleno en la Teología de la Liberación y se impregnó de Marxismo, desvirtuando la gran obra de San Ignacio para predicar la Lucha de Clases convertida en "Guerra Santa".
Las Universidades deben ser, ciertamente, espacios para el debate y la discusión de ideas, así lo han sido desde la Edad Media, pero prestarse a los juegos de poder de los partidos (ahora salen vídeos en que los "estudiantes" de la Ibero niegan eso, con gran cinismo) llevan a que la Universidad se desvirtúe y pierda su función educativa y cultural: la UNAM, la UDG y otras universidades públicas lo sufrieron o lo han sufrido a lo largo de su Historia, conllevando el deterioro de su nivel educativo y su inoperancia como centros difusores de cultura... (Aquí nuevamente mi aplauso al Dr. Carpizo que salvó a la UNAM del derrumbe completo, aunque después apareciera la huelga de 1999) ¿ahora eso, también se verá en las Universidades Privadas? Definitivamente ha quedado claro que la Política ha sido y es el mayor obstáculo para el desarrollo de México, ¡cuánta razón la del General Díaz!
Las familias se dividen, los amigos dejan de serlo, la intolerancia y la tensión cunden en el ambiente, efectos de la Democracia que se vieron también en las ciudades griegas del siglo IV a.C. y que se empiezan a ver en Europa hoy en día enmedio de la crisis, y en EUA con un Obama que al impregnar de ideología a sus políticas rompe con el pacto de la Aristocracia norteamericana de alternarse en el poder dividida en dos partidos que eran hermanos gemelos para precipitarse también en el tobogán de la polarización.
Definitivamente, no creo en la Democracia, no creo en los Partidos, y mucho menos, en sus candidatos, desde aquí lo digo: anularé mi voto, y si no les gusta... me da igual.
En mucho, esto no es nuevo, ya en el siglo XIX, las diferencias entre Conservadores y Liberales llevaron a que el país sufriera de prácticamente 50 años continuos de Guerra Civil, y aún, después del triunfo Liberal en 1867, siguieron dándose una serie de rebeliones y pronunciamientos en contra de los Gobiernos de Juárez y Lerdo de Tejada, e incluso de Porfirio Díaz, por lo que el régimen de éste, al menos en su etapa inicial, tampoco fue muy pacífico, y es que, en realidad, el principal problema político en México no ha sido ni la construcción de un sistema económico eficiente, ni de un sistema constitucional que regule el ejercicio de la autoridad y la institucionalice; no, en forma más pedestre, el problema político fundamental en nuestro país, desde 1821 y hasta la fecha es la obtención, conservación y transmisión del poder, y que cada uno de los diferentes grupos de nuestra clase dirigente pretende quedarse con el poder como si fuera de su patrimonio. Todos, como López Obrador, como el PAN de Calderón o como el PRI durante tantos años, han pretendido quedarse con el poder, o que éste les pertenece en exclusiva, si lo obtiene otro, ese otro no es legítimo, lo hizo fraudulentamente, me arrebató lo que es mío, porque yo tengo la voluntad y el apoyo unificado del pueblo a mi favor... los que no me apoyan a mí no son el pueblo, son los enemigos, los pirrurris, los ricos, los malos.
Y por esa razón, siempre, los intentos por crear un sistema democrático-representativo en México siempre han acabado en desastre, en violencia y caos: así fracasó la Primera República Federal cuando tras el periodo presidencial pacífico de Guadalupe Victoria vino Vicente Guerrero que no aceptó el triunfo electoral del candidato Conservador Gómez Pedraza y libró una asonada para hacerse con el poder, pero poco le duró el gusto porque Bustamante lo desalojó de la silla y así sucesivamente, la República Centralista-Conservadora fracasó por las querellas de los Liberales y la invasión norteamericana, después del triunfo Liberal, Juárez hizo todo lo posible por mantenerse en el poder hasta su muerte, y después del derrocamiento de Don Porfirio Díaz la Revolución fue el todos vs. todos por el Poder. Se debe reconocer que las tres épocas en que México ha conocido más desarrollo han sido las épocas más autoritarias: el Virreinato Español, el Porfiriato y el Régimen Priísta.
¿Porqué? Porque el mismo General Oaxaqueño lo decía durante los 33 años que estuvo en el poder: el secreto para gobernar México era "poca política y mucha administración", y eso fue característico del régimen de la Nueva España, del Porfiriato y del Priísmo. Hoy, en cambio, vemos mucha, demasiada política y nada de administración y los resultados están a la vista: economía estancada, inseguridad, ciudades en el abandono, vandalismo, el agro quebrado, etc.
Hoy en día, sin embargo, la crispación no ha venido de la Izquierda, incluso, es de recordar que López Obrador inició esta campaña con un discurso rayano en la cursilería y en un mensaje pseudorreligioso sacado de la Teología de la Liberación y de las sectas evangélicas o protestantes importadas de EUA y que tomaron fuerza en su estado natal, Tabasco, desde la época del cacique masón y abiertamente luciferiano demente Garrido Canabal, durante los años de la Cristiada, con el que trató de alejarse de la imagen violenta y rijosa que la Izquierda mexicana, y él en lo particular, han tenido durante mucho tiempo; no, la crispación la ha iniciado el propio PAN, el partido en el poder que, sin embargo, sigue comoportándose como partido de oposición, pero con un discurso muy degradado a los años de Manuel J. Clouthier, de Carlos Castillo Peraza, Efraín González Luna y demás, incapaz de formular propuestas coherentes y de justificar la ola de violencia que ha azotado al país por la aventurada "Guerra contra el Crimen" lanzada por Calderón sin estrategia, planificación y medios para llevarla a buen término, el PAN se ha decantado por una campaña de insultos, de incitación al odio y a la violencia contra el PRI, el PAN además, se ha colgado de su tradicional bandera de "partido católico" que es pura hipocresía pues en realidad, como ya lo he dicho en otras partes, es un partido que ha sido cooptado por la facción liberal-Neoconservadora al seno del mismo, y de "defensor de la vida" cuando ha postulado para el gobierno de la capital del país a una pro-abortista y pro-gay como es la señora Wallace, cuyo pasado y el de su hijo sigue siendo oscuro, y más allá, llegó a pensar en aliarse con el PRD para postular a Marcelo Ebrard, responsable de los miles de niños asesinados y de convertir a la Ciudad de México en una nueva Sodoma. Huelga decir que esta actitud del PAN le causa un daño enorme a la Iglesia en nuestro país y hacen subir al ring electoral a varios Obispos que no dudan en expresar sus simpatías políticas.
En la Izquierda la hipocresía no tiene límites, si antes López Obrador acusaba al PAN de todos los males del país, ahora casi hace frente común con él para atacar al PRI, y ya abandonó su discurso de la "República Amorosa" para volver a su descalificación de todo aquello que no le favorece: periodistas, encuestadoras, instituciones, la manía propia del iluminado mesiánico que se siente el centro del universo y merecedor de todo honor y toda gloria.
Definitivamente esto no implica que reconozcamos a Enrique Peña Nieto como la solución de los problemas del país, en un post anterior, hablé acerca de él y me sostengo en que se trata, claramente de un personaje casi de ficción, creado en mucho por Televisa que se ha aliado con él, y le ha creado una imagen, pero que es sólo eso y nada más, y sus resultados como Gobernante dependerán del equipo del que se rodee, si lo hace con aquellos que tienen experiencia y capacidad decisoria, quizá podrá hacer un buen papel, aunque, el gran problema en el PRI es que también también su Gobierno se caracterice por la protección a las mafias internas del Partido con personajes impresentables como Mario Marín, el protector de empresarios pedófilos en Puebla como Kamel Nacif o de Humberto Moreira y su cuestionable manejo de las finanzas del estado de Coahuila, y las tradicionales redes de compadrazgo y nepotismo que caracterizaron al Partido tricolor durante 70 años... pero, ¿es esto, o ha sido exclusivo del PRI? Para nada, el PAN se ha caracterizado también por una corrupción galopante y ahí tenemos los casos del enriquecimiento de los hijos de Martha Sahagún, esposa del Presidente Fox, o de los beneficios recibidos por la familia de la actual Primera Dama Margarita Zavala, por no decir del súbito ascenso del que fuera Gobernador del Estado Francisco Ramírez Acuña, y demás cochinero ocurrido aquí en Jalisco en lo que han colaborado y se han beneficiado políticos de todos los partidos, y ¿qué decir de las Izquierdas? después de todo, no son más que Priístas rechazados y lo ocurrido en el DF con personajes como Bejarano, o su esposa Dolores Padierna, el inflado presupuesto de una colonia como Iztapalapa, equivalente al de un estado de la República que no lleva beneficio alguno para sus habitantes que siguen en una de las zonas económicamente más deprimidas de la capital y más inseguras indica el desvío de recursos... ¿para mantener a un holgazán como López Obrador que solo se dedica a la agitación política, y aún así su hijo usa tenis Louis Vuitton?
En este contexto, es claro que el discurso incendiario, que estimula el odio y la división encuentra eco, después de todo, en México, la Historia Oficial siempre nos ha colocado como "héroes" a aquellos que han utilizado el discurso del rencor y resentimiento social, que han estimulado los enfrentamientos de clase o de grupo: Hidalgo, Juárez, Madero, Villa, Zapata, Carranza, Obregón, Calles o Cárdenas... todos ellos se han caracterizado por haber apostado por la violencia para obtener el poder, y por haber impulsado la lucha entre mexicanos y la matanza o la confrontación entre nosotros a fin de que los reconociéramos como los mesías esperados que resolverían ellos solos y con un pase mágico todos los problemas, nunca por haber estimulado la unión, la concordia y el verdadero patriotismo, el diálogo, el consenso y el trabajo conjunto como medios para lograr sacar adelante al país; no, los que lo han hecho son los villanos y acabaron muertos o exiliados y satanizados en el infierno de los libros de Historia Nacional: Iturbide, Miramón, Maximiliano, Díaz y hasta Salinas de Gortari con su discurso a favor de la solidaridad, ellos son los malos; mil veces preferible el iluminado que promete crear al Estado Paternal que regalará todo para todos y que nos acogerá en sus brazos siempre y cuando acabemos, exterminemos a su opositor que aquel que invite a todos a ponerse a trabajar y que tiene los pies sobre la tierra, que habla de ser incluyente y de abrirse al diálogo y a la unidad, ese está equivocado, ese es el enemigo de la patria.
Lo acontecido en la Universidad Iberoamericana (ver el vídeo) es muestra del tipo de sociedad que hemos producido en estos doscientos años de venerar al violento y al feroz y denostar al pacífico y al dialogante, de forma tal que ahora parece lo normal o lo idóneo imponer las ideas propias mediante el grito, el insulto y la agresión, o silenciando al otro con el que no estamos de acuerdo. ¿Que seguirá? ¿amenazarlo? ¿herirlo o matarlo? Hay muchas formas de demostrar el que no se quiere a Peña Nieto como Presidente y la forma más importante de hacerlo es votando por otro candidato, no haciendo marchas en contra de él, ni insultando ni agrediendo, eso solo demuestra que las próximas generaciones, que ahora están en las aulas universitarias serán las que llevarán a nuestro país hacia la barbarie, hacia el desplome completo, más porque no se trata de jóvenes de colonias populares o familias pobres, se trata de gente de clase media y alta, lo que demuestra, que, claramente, nuestra sociedad se halla corrompida desde arriba y hasta abajo, y la politización exagerada de todo, que ha entrado incluso en las Universidades privadas como esa, dirigida por los Jesuitas, aunque claro, recordemos que la Compañía de Jesús desde que fuera su General el Padre Pedro Arrupe se metió de lleno en la Teología de la Liberación y se impregnó de Marxismo, desvirtuando la gran obra de San Ignacio para predicar la Lucha de Clases convertida en "Guerra Santa".
Las Universidades deben ser, ciertamente, espacios para el debate y la discusión de ideas, así lo han sido desde la Edad Media, pero prestarse a los juegos de poder de los partidos (ahora salen vídeos en que los "estudiantes" de la Ibero niegan eso, con gran cinismo) llevan a que la Universidad se desvirtúe y pierda su función educativa y cultural: la UNAM, la UDG y otras universidades públicas lo sufrieron o lo han sufrido a lo largo de su Historia, conllevando el deterioro de su nivel educativo y su inoperancia como centros difusores de cultura... (Aquí nuevamente mi aplauso al Dr. Carpizo que salvó a la UNAM del derrumbe completo, aunque después apareciera la huelga de 1999) ¿ahora eso, también se verá en las Universidades Privadas? Definitivamente ha quedado claro que la Política ha sido y es el mayor obstáculo para el desarrollo de México, ¡cuánta razón la del General Díaz!
Las familias se dividen, los amigos dejan de serlo, la intolerancia y la tensión cunden en el ambiente, efectos de la Democracia que se vieron también en las ciudades griegas del siglo IV a.C. y que se empiezan a ver en Europa hoy en día enmedio de la crisis, y en EUA con un Obama que al impregnar de ideología a sus políticas rompe con el pacto de la Aristocracia norteamericana de alternarse en el poder dividida en dos partidos que eran hermanos gemelos para precipitarse también en el tobogán de la polarización.
Definitivamente, no creo en la Democracia, no creo en los Partidos, y mucho menos, en sus candidatos, desde aquí lo digo: anularé mi voto, y si no les gusta... me da igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario