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15 de diciembre de 2011

LA RETIRADA... ¿QUIEN GANO LA GUERRA DE IRAK?


Podemos decir, con ironía, que la ganó Obama pero la perdió Estados Unidos de América, la perdieron definitivamente los Iraquíes, y la ganó, en forma inquietante, y sobre todo, sin haber movido ni un dedo o disparado una bala: Irán, aunque a decir verdad, con la "Primavera Arabe" están pendientes de verse muchos de los efectos o consecuencias de la crisis desatada tras el 11 de septiembre del 2001 y los dos grandes conflictos bélicos que le siguieron, ambos armados por los norteamericanos: Afganistán e Irak, que sin duda han cimbrado los equilibrios de poderes en la región y han llevado, finalmente, a que el fundamentalismo islámico se haya convertido en otra de las fuerzas victoriosas tras estos 10 años de crisis en Túnez, Egipto, Libia y el mismo Irak, mientras se ha convertido en el más fuerte de los opositores en las insurrecciones en Yemen y Siria contra las dictaduras laicas y pro-occidentales que goernaban ambos países.

EUA perdió la guerra, miserablemente además, y lo más curioso es que no han sido los movimientos de resistencia iraquíes los que lo han derrotado; ha sido él mismo quien se demolió. Obama podrá decir mil cosas, pero es claro que si el 31 de diciembre hay un retiro total de las tropas norteamericanas, eso será por que ya no hay recursos económicos con qué sostener la empresa militar por más tiempo. Para nadie es un secreto que la situación financiera del tesoro norteamericano es, por un lado, angustiante, sumergido en un mar de deudas, y que la situación de los ciudadanos es a la vez, desesperante: desempleo, desigualdad en incremento, endeudamiento de los particulares con la pérdida de sus viviendas, incluso, empobrecimiento y reducción del poder adquisitivo de los salarios. El Estado ha aumentado el gasto público a niveles astronómicos, pues debe cubrir las medidas asistenciales que se estructuraron desde la "Big Society" de Lyndon B Johnson en los años sesenta: Medicare y Medicaid, seguros de desempleo, el sistema de pensiones para una población envejecida, aunque en esto el problema no es tan alarmante como en Europa, aparte, el rescate bancario y de empresas hecho por Bush Jr. y Obama, las subvenciones a sindicatos y el incremento del gasto en obras de infraestructura que no han cuajado del todo, han llevado a una mayor necesidad de endeudamiento; a todo esto, además, se ha sumado el esfuerzo militar en los países de Medio Oriente, del que no se ha obtenido nada a cambio.

El mayor éxito de los insurgentes mesopotámicos y afganos es que han impedido a los norteamericanos el hacerse con el control de los recursos petroleros de ambos países: sabotajes, ataques e inestabilidad que han impedido a las empresas norteamericanas cualquier posible inversión en la zona. Igualmente, vemos a Obama elogiar la Democracia alcanzada por Irak tras el derrocamiento de un tirano como Saddam Hussein, esto no es del todo cierto: Saddam, un asirio de lengua árabe había logrado mantener unido a un país que ha sido heterogéneo y conflictivo desde los tiempos bíblicos mediante una combinación de palos y zanahorias: logró evitar la secesión de los Kurdos, integró a la sociedad a la minoría Católica-Asirio Caldea: recordemos como uno de ellos, Tariq Azziz, fue de sus colaboradores más estrechos, y mantuvo sometida a la mayoría de la población, concentrada en el sur, de religión musulmana-chiíta y más leal a Irán que a Irak, (país surgido artificialmente del Acuerdo Sykes-Picot y del Tratado de Lausana al término de la I Guerra Mundial) resultado de las dominaciones Aqueménida, Sasánida y Safávida que el Imperio Persa ejerció en esa zona del país.

Tras la caída de Saddam y la invasión norteamericana, sin el cruel garrote de sus tropas y fuerzas de seguridad, y la sabrosa zanahoria del presupuesto gubernamental con los que el dictador mantenía a todo mundo sujeto a control, el país se disgregó en lealtades tribales y étnicas: al norte, el Kurdistán ha logrado autonomía y se ha convertido en un bastión para los rebeldes que se han lanzado en contra de Turquía y pueden generarle problemas también a Irán, los Católicos han sido perseguidos, asesinados impúnemente ante la inacción de las secularizadas fuerzas norteamericanas y europeas, y muchos han preferido el exilio a esperar el martirio por su fe, las diócesis mesopotámicas, fundadas por los apóstoles y sus inmediatos seguidores, están a punto de desaparecer. Entre tanto, en el sur, la gran parte de la población de origen Sumerio y Akkadiano (durante la Edad Media se les llamó "Sarracenos", por ser de la región de Dur-Sarrukín, la antigua capital del gran Sargón II de Akkad), actualmente seguidora del Islam Chiíta, logró producir líderes como el clérigo Moqtda Al-Sadr y hacerse con el poder central, desplazando a la minoría Asirio-Babilónica del centro del país, de Religión Musulmana Sunnita y liberal, que conformó los cuadros dirigentes del Partido Baath, que impulsó a Saddam Hussein al poder.

Los norteamericanos tuvieron que consentir el nuevo estado de cosas, y compartir el poder con los Chiítas, quienes además, le abrieron la puerta a la influencia del vecino, enemigo jurado de EUA: Irán, quien, a través de ellos, es hoy por hoy la potencia más influyente en la tierra del Tigris y el Eufrates, en el colmo de la ingratitud, el régimen establecido por los norteamericanos y para el cual han combatido y entrenado sus nuevas fuerzas armadas por lo que, actualmente ha logrado una fragilísima y muy relativa calma a través de componendas con los líderes tribales y religiosos, no le ha dado ningún contrato o concesión a las empresas petroleras norteamericanas, sino que ha confirmado lo que había sido firmado por Saddam con Lukoil y Gazprom de Rusia, Elf de Francia y las petroleras chinas y hasta Petrobras de Brasil, así, como por supuesto, ha firmado nuevos contratos con Irán, aún así, Irak es fuente de empleo para los norteamericanos: los soldados que terminan su servicio, ante la perspectiva de retornar al hambre en EUA, pues no hay empleos, y si los hay, no los admiten debido a sus problemas psicológicos de estress post-traumático con los que regresan a casa, razón por la cual entran gustosos a trabajar para "Blackwater" empresa de seguridad que en realidad ha armado un poderoso ejército mercenario con ex-combatientes, y que ha ofrecido sus servicios a líderes tribales iraquíes, a tal grado que se dice que miembros de Blackwater han batido a tropas norteamericanas, es decir, a sus propios compatriotas, pues ya  no le tienen lealtad a la bandera, sino al billete verde que les paga su empleador.

El ejército norteamericano, según se ha visto a lo largo del conflicto, dista de ser esa disciplinada y bien entrenada fuerza de voluntarios que rodeaba a un núcleo profesional magnífico de jefes, oficiales y fuerzas especiales que fue clave para la victoria en la II Guerra Mundial y que todavía se vió en la Guerra del Golfo en 1991, lo que ha acontecido con las tropas en Irak y Afganistán es una tragedia: el ejército norteamericano se nutre hoy en dìa de presidiarios a los que se promete el indulto, pandilleros y pistoleros de la delincuencia que lo ven como una salida de la marginalidad, indocumentados a los que se promete la nacionalidad, siempre que sobrevivan, o gente desesperada de las capas más pobres de la sociedad que acude a filas con tal de obtener becas para poder estudiar una carrera en las universidades o un buen plan de retiro con pensión y seguridad social. Como verdadera chusma sin orden ni disciplina, al tomar Bagdad, los soldados corrieron a saquear los tesoros históricos de los museos y zonas arqueológicas de Irak, cuna de la civilización, las riquezas de los palacios de Saddam, y luego los vendieron en Internet y los mercados negros; han sido una plaga para la población civil, pues han violado, torturado y asesinado con completa impunidad y aún estremecen las terribles imágenes de degradación de la prisión de Abu Gharib y las torturas a las que sometieron y someten a los prisioneros acusados de rebelión y terrorismo bajo las "leyes" impuestas por Bush y toleradas y hasta agravadas por Obama.

Desmoralizados, los índices de suicidios entre los soldados americanos son numerosos, se han dado casos de deserciones en que los hombres abandonan sus unidades y escpan a la frontera con Turquía para luego internarse en Europa y perderse, las armaduras de Kevlar y una cruel estrategia de los insurgentes iraquíes de no matar a los norteamericanos, pero sí lisiarlos, ha motivado un enorme número de discapacitados que ahora languidecen en hospitales o en la extrema pobreza en EUA, ostentando orgullosos la medalla del "corazón púrpura" pero sin miembros, sin futuro y con pocos y magros recursos que el Estado les ofrece, tras haberles exigido su sangre en pro de entelequias como la extensión de la libertad y la democracia por el mundo, razón por la cual se han multiplicado los casos de promesas entre compañeros de matarse el uno al otro en caso de quedar incapacitados por heridas en el campo. Excesivamente confiados en la tecnología, la mayoría de los soldados no tienen entrenamiento para el combate de guerrillas ni la guerra en su aspecto más rudo y básico: en las emboscadas y ataques sorpresa caen fácilmente; oficialmente, apenas se habla de unos 4,000 muertos entre los norteamericanos y 33,000 heridos, extraoficialmente, se habla de muchos más muertos, probablemente hasta 10,000, recordando que muchos de ellos pueden ser inmigrantes y hasta indocumentados, mientras que el número extraoficial de heridos, discapacitados en su mayoría, posiblemente sea de 100,000 o más.

 Pero nada se compara a la tragedia vivida por el pueblo iraquí: se estima que desde el año 2003 han muerto más de 1 millón de personas, civiles en su mayor parte por la guerra, enfermedades y hasta hambre, a eso habrá que sumar los muertos desde la Guerra de 1991 ya que las sanciones económicas impuestas al régimen de Saddam con el aval de la ONU afectaron tanto a los productos básicos como a las medicinas, donde también tuvo que ver la corrupción del propio régimen y de los funcionarios internacionales (pregúntenle al hijo de Koffi Annan).

Actualmente, Irak está al borde de la Guerra Civil y no es improbable que al salir el último soldado yankee de su territorio, estallen pugnas secesionistas y conflictos por el poder, así, ya hay señalamientos de que el primer Ministro Maliki (en la foto, con Obama), busca concentrar en sus manos todo el poder con la bendición de Teherán, las armas norteamericanas y la complacencia de Occidente, que ya no quiere saber nada de lo que pase ahí, o por lo menos, que haya alguien que asegure los flujos de petróleo al mercado para que no se encarezca.

En contraste: Irán y Turquía han sido las potencias vencedoras sin haber combatido: turcos y persas, enemigos tradicionales e hisóricos, se han vuelto aliados ante el actual caos iraquí y el temor de un nuevo intento secesionista de los Kurdos, similar a la Rebelión del Jeque Saíd en 1922, cuando se desmoronó el Imperio Otomano o en 1945 la efímera República Kurda, reprimida por soviéticos y británicos, tras la II Guerra Mundial, la descolonización y la incertidumbre en Irán ante la caída de Reza Khan y el ascenso de su hijo Mohamhed Reza, por haber coqueteado con los Nazis, no quieren que los Kurdos intenten aprovechar ahora el virtual desmoronamiento de Irak en perjuicio de ambos, y he ahí que ambas potencias emergentes colaboran incluso en el programa nuclear.

Irán, por su parte, ejerce el control sobre el Gobierno Iraquí impuesto por los norteamericanos y que ha terminado a ser monopolizado por los Chiítas en detrimento de los Sunníes, como lo he dicho, con lo que la influencia del país persa sobre la región ha aumentado en general y se encuentra ahora, amenazante tanto sobre Isrrael como sobre las Petromonarquías del Golfo, algunas de ellas, como Bahrein o Qatar, consolidaron su influencia sobre la región igualmente aprovechando una interesada alianza con los norteamericanos, aunque ahora Bahrein se tambalea por el alzamiento de la población de origen persa y chiíta contra la elite árabe-sunnita, muy probablemente debido a la intervención iraní; falta ver, como dice Alfredo Jalife en su comentario del día de ayer en CNN, qué sucede en Siria, donde, por el contrario, la minoría chiíta, partidaria del régimen laico y modernizador de los Assad (todo lo contrario a Irak) se tambalea ante la avalancha de fundamentalismo Sunnita, esto puede ser un problema para Irán, pero significar un fortalecimiento de Turquía (aliado, pero rival también) y de Qatar, la pequeña potencia financiera y mediática detrás de la "Primavera Arabe".

En cuanto a Israel, no cabe duda que ha quedado más vulnerable: la caída de Saddam eliminó un régimen hoistil, pero dejó nuevos y más regímenes hostiles y movimientos civiles igualmente hostiles y antisionistas, en todo Medio Oriente, ahí es donde radica el temor de que se suelten los demonios, y EUA se vea envuelto en otro conflicto, ahora mucho mayor que será muy estéril para él, salvo para defender a un aliado que no le ayuda en nada y nomás le provoca problemas como es el Estado Judío.

Entre tanto, EUA es el gran perdedor, pero no así Obama: el país tiene la economía en ruinas, gracias a aventuras militares costosas y sin sentido, iniciadas por Bush. De qué sirven los contratos hechos por el Gobierno de Maliki con el complejo industrial de armamentos de EUA, si la producción la tienen descentralizada fuera de sus fronteras? a estas empresas les ha importado muy poco la situación general de su país de origen, pues lo han usado como instrumento para sus fines, y no es para más, con tanto político que a la vez es ejecutivo o accionista de ellas. Obama, en cambio, logra un efecto beneficioso: ha cumplido finalmente con una promesa de campaña, que era acabar la Guerra de Irak ante el hartazgo de la gente: ojo, dijo que acabaría la guerra, no que la ganaría, pues vencer en ella era imposible y EUA la perdió en todos los frentes: en el militar, quedaron expuestas sus debilidades y su excesiva dependencia tecnológica y aérea, en el económico, las finanzas nacionales quedaron en la quiebra, arruinadas tras casi 10 años de desgaste, en el político favoreció a sus enemigos y socavó la posición de sus aliados, en el mediático, la imagen de EUA ha quedado más erosionada que nunca y ni Holywood podrá devolverle la máscara de defensor de la libertad y los derechos humano, al contrario, se ha unido a las críticas, incluso.

Irònicamente, Obama ha casi asegurado la reelección, después de todo, siempre podrá culpar, con algo de razón, a Bush y los Republicanos del desastre que ellos iniciaron...

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