El Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, Arzobispo de Guadalajara,(en la imagen, a la derecha) ha presentado al fin su renuncia por motivos de la edad, al haber superado los 75 años de vida, y el Papa Benedicto XVI ha determinado sustituirlo al frente de la Arquidiócesis tapatía por el también cardenal José Francisco Romo, actual Arzobispo de Monterrey, capital del Estado de Nuevo León.
Al sentir mío y de muchos católicos, quizá no del todo practicantes ni muy buenos, pero que aún así nos preocupa la situación de la comunidad religiosa a la que pertenecemos y que así como vemos el proceder de nuestras autoridades civiles, vemos igualmente la labor de las autoridades eclesiásticas y encontramos en ella muchos puntos cuestionables, Sandoval ha sido una verdadera catástrofe para el catolicismo en nuestra ciudad, antes uno de los bastiones religiosos de México, donde, durante la década de los veinte del pasado siglo, con mayor valentía y determinación se enfrentó a la persecusión religiosa desatada por los Gobiernos postrrevolucionarios de Alvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Jalisco fue escenario principal de la llamada "Guerra Cristera", o rebelión armada desatada en contra de las medidas no solo anticlericales, sino claramente antirreligiosas de esos gobiernos, mismas que tuvieron muchos motivos: tanto económicos, al pretender someter el Gobierno, dentro de su política de colectivización de la tenencia de la tierra a los "Rancheros" o vigorosa clase media rural que sobre todo en el Occidente del país se había generado sobre todo desde el porfiriato y con mayor vigor tras la Revolución y la fragmentación de los grandes latifundios; mucha de la forma de ser y modo de vida de esa nueva especie de campesino se ve ilustrada en las películas de Jorge Negrete: campesinos propietarios de granjas pequeñas o medianas, independientes y emprendedores y poco dispuestos a someterse a la tutela del Gobierno y su partido, el naciente PRI.
Igualmente pesaron las causas ideológicas, como la Masonería omnipresente que de esa forma, tras haberse peleado internamente dentro de la Revolución y por tanto, debilitado su fuerza, reafirmó su poder e impidió el origen en México de un resurgimiento Conservador y la formación de un Partido Demócrata Cristiano como por el contrario ha ocurrido en Sudamérica o en Europa, donde dichas formaciones políticas, en especial en los casos de Chile y Alemania, han sido importantes en los procesos políticos, tanto tras la dictadura de Pinochet como en la postguerra en cada caso. En Guadalajara, era importante la labor en ese sentido de intelectuales como Anacleto González Flores o Efraín González Luna, pero, con la persecución, se logró la eliminación del primero y ya sin fuerza el movimiento, vino la alianza del segundo con los Liberales Porfiristas representados por Manuel Gomez Morín, dando origen al PAN, que ni es un partido democristiano ni es tampoco un partido liberal.
Igualmente, es de recordar de aquellas fechas a un Arzobispo como Francisco Orozco y Jiménez, heróico jerarca que defendió el derecho a la libertad religiosa, en una época en la que la misma únicamente quedó protegida a las sectas o iglesias protestantes que fueron introducidas casi a la fuerza en México beneficiando los intereses norteamericanos, hay que recordar que al expansionismo de EUA lo impulsa también una concepción mística o metafísica de ellos como un pueblo elegido y destinado a predicar o extender su modo de vida y de concepción del Cristianismo, pese a que la misma se fragmenta en un enorme número de confesiones.
Sin embargo, Sandoval no llega ni a los talones a un arzobispo como Orozco, ni mucho menos a Fray Antonio Alcalde, el mayor benefactor de Guadalajara, dominico español de finales del siglo XVIII que fundó a la Universidad de Guadalajara, estableció la imprenta, publicó el primer periódico, creó la vivienda de interés social, fue pionero de los microcréditos y fundó el Hospital Civil que aún se encuentra en funcionamiento, lo curioso es que tanta actividad la realizó un hombre que llegó a esta sede episcopal a los 70 años, procedente de Mérida, Yucatán, donde estuvo pocos años; se dice que en su lecho de muerte, el Obispo Alcalde se lamentaba de tener todavia $100 pesos de plata en su bolsillo y urgía a sus allegados que los usaran para ayudar a los pobres. En proporción, ninguna autoridad civil, ni ningún particular, antes o después de la Independencia, ha hecho tanto por esta urbe como él. Posteriormente a Alcalde, Juan Ruíz Cabañas y Crespo pasó a la Historia por el famoso Hospicio que lleva su nombre, donde se acogió a huérfanos y ancianos. El orfanatorio continúa existiendo en una nueva sede desde 1980, mientras que el edificio original, una joya de la arquitectura neoclásica de inicios del siglo XIX, obra del español Manuel Tolsá.
Más modernamente, son de recordar el primer Cardenal mexicano: José Garibi Rivera, y su sucesor José Salazar López, verdaderos príncipes de la Iglesia: prudentes y mesurados en el hablar y el actuar, y que mantuvieron viva la fe de la comunidad católica en Guadalajara; después, Juan Jesús Posadas Ocampo sería clave para la regularización de las relaciones entre el Estado Mexicano y la Santa Sede, hasta que murió en un tiroteo en el estacionamiento del aeropuerto de la ciudad, en lo que, todo indica, fue una confusión y le tocó el fuego cruzado entre pistoleros del narco en 1994.
Tras esta tragedia, Sandoval llegó, proveniente de Tijuana, pese a ser nativo del pueblo de Yahualica, Jalisco, y con el currículum de haber sido profesor y Rector del seminario de nuestra ciudad y haber sido alumno de postgrado del hoy Papa Benedicto en Alemania... sin embargo, en estos 17 años de gestión a cargo de la mitra tapatía no pueden ser calificados sino como desastrosos.
Sandoval, la verdad, creo fue la persona menos calificada para el capelo cardenalicio y la sede episcopal que la muerte de Posadas dejó vacantes, con gran gusto por promocionar su imagen y salir en los medios de comunicación ha protagonizado diversos dislates y ha rebajado el debate sobre temas serios como el aborto o el homosexualismo político a pleitos de verduleras con políticos como Marcelo Ebrard, para nada ha exhibido la sabiduría, los conocimientos y la capacidad de razonar de una persona con doctorados en Filosofía y Teología obtenidos en las mejores universidades europeas, sino parece mostrar la fe del carbonero y los argumentos, no digamos de cura de pueblo, sino de sacristán de rancho. Para colmo, su gusto por la fiesta y el codearse con la "alta sociedad" de Guadalajara lo ha dejado malparado más de una vez; no ha llevado a cabo ningún programa de evangelización, de actividad pastoral o de labor social palpable.
Además de ello, su apoyo total al PAN en Jalisco y su nada escondido respaldo a varios políticos de este partido, como el propio Gobernador Emilio González (a quien le aplaudió la gracia de alcoholizarse y lanzar una mentada de madre a todos sus críticos cuando el mandatario estatal, discrecionalmente, hizo una donación millonaria al Banco Diocesano de Alimentos sin ningún respeto ni trámite previo por los cauces legales correspondientes) o el ahora aspirante a la gubernatura Fernando Guzmán a quien ha apoyado en sus teorías de la conspiración en torno a la muerte del Cardenal Posadas, mismas que tienen cierto eco, --cada vez menor-- dada la tradicional incredulidad ante el actuar de la autoridad en México, país en el que todos somos en mayor o menor medida conspiranóicos, y no es para menos, como la burra, no somos ariscos, nos hicieron así.
Por todo ello, no dudo en señalar que Juan Sandoval ha sido el PEOR de todos los Arzobispos y Obispos que ha tenido Guadalajara, bajo su mandato, las sectas evangélicas "made in USA" han crecido, pues mucha gente se decepciona ante un pastor que no predica con el ejemplo, y que prefiere meterse a los debates políticos y electorales a predicar el Evangelio con la palabra y los hechos; así han aumentado los adeptos de quienes monopolizan el membrete de "Cristianos" y que no son otra cosa que el movimiento de los "Newborn Christians" una derivación reformada de las Iglesias Pentecostales norteamericanas a la que pertenecen muchos personajes de la farándula y también George Bush Jr., expresidente de EUA. Igualmente, han sido impulsados movimientos católicos pero de evidente tendencia protestantoide, como los Neocatecumenales o Renovación Carismática, mientras la tradición se olvida, las órdenes religiosas y el clero se encuentran en la indisciplina, mientras la inmoralidad y el libertinaje cunden por una ciudad que antes se gloriaba de sus valores familiares, aunque también, se ha incrementado la hipocresía y la doble moral, siempre una lacra que se nos ha señalado a los jaliscienses.
Ante el sombrío panorama, hacemos votos por el nuevo Arzobispo, el Cardenal Robles y nuestras oraciones están con él, esperando que reconstruya todo lo que Sandoval por su descuido o escaso compromiso demolió, esperamos que sea un verdadero pastor, dedicado al Evangelio en palabras y obras, y no alguien que quiera solo figurar en los medios y la política. ¡Que Dios lo ilumine a él! y a Sandoval... ¡Que Dios lo perdone!...
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