El mes de septiembre es el "Mes de la Patria" en México debido a la conmemoración de la Independencia, indebidamente celebrado entre los 15 y 16 de septiembre, aunque la fecha del fin de la guerra que enfrentó a la rebelión fundamentalmente encabezada por los criollos (hijos o descendientes de europeos nacidos en América) en contra del decadente Imperio Español, también cae en septiembre, el día 27 en que las fuerzas insurgentes, constituídas en el "Ejército Trigarante" y encabezadas por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero entraron a la Ciudad de México, poniendo fin a 300 años, 1 mes y 14 días de dominación ibérica; por ello, este mes lo dedicaremos a analizar diversos episodios de la Historia de México, mas antes, conviene que hablemos de un acontecimiento global: la conmemoración de los setenta años del inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Ayer, 1 de septiembre, se cumplieron 70 años de la invasión alemana de Polonia a través de la "Blitzkrieg" o Guerra Relámpago, estrategia planeada por Adolf Hitler y los Mariscales Guderain, Jodl, Goering, Von Manstein, Keitel y el entonces General Rommel, que se saldó con la destrucción del débil país eslavo que sólo supo oponer a una Wermacht, todavía no totalmente modernizada, su legendaria arma de la caballería a los potentes batallones blindados y a los inmisericordes bombardeos aéreos, pero ya no era la época de los Húsares alados de Jean Sobiezky que salvaron a Viena de los musulmanes o de los lanceros polacos de Napoleón de soberbia actuación en la campaña de España y en Rusia. Con ese episodio, se abrieron las puertas del infierno que durante seis años ensangrentó al mundo.
Aun es muy temprano para que la II Guerra Mundial sea vista con objetividad, y las explicaciones simplistas de la misma para verla como consecuencia de los desvaríos de un loco, en este caso, Hitler, a quien se le identifica inequívocamente como el malvado, el villano entre villanos o el anticristo, evidentemente no nos señalan realmente las causas profundas del conflicto, en las que convergieron tanto la dificil situación económica heredada del crack de 1929 como el encumbramientos de sistemas totalitarios en Alemania, Italia, Rusia y Japón que iban de la mano de las ideologías descendientes del racionalismo, positivismo y del nacionalismo, nacidos desde los siglos XVIII y XIX. La segunda guerra mundial implicó el enfrentamiento entre ideologías: el Capitalismo Liberal Positivista, hijo de Adam Smith, Rousseau, Locke y Comte, se enfrentó al Fascismo, nacido de Hegel, Darwin y Nietzche, teniendo como aliado provisional al Comunismo de Marx, Engels y Lenin.
La Segunda Guerra creó mitos, como los que adornan la Historia Mexicana, y así, los alemanes y japoneses se volvieron los villanos de las películas, los mismos connacionales de quienes combatieron en aquella guerra ahora son incapaces de admirar y celebrar las gestas de Rommel, de Von Manstein, de Jodl o Model entre los Mariscales de Hitler ni de conmemorar la valentía de los soldados de las Waffen SS, con mucho, los mejores soldados en preparación y equipo de entre todos los que pelearon en aquella guerra. Hoy es anatema hablar de la actuación del General Sepp Dietrich y su División Liebestandarte, y se les tilda a todos por igual de criminales; los japoneses son anatemizados si acuden a dar sus respetos al templo de Yakuzuni, donde descansan los muertos en la guerra ni recuerdan las gestas del Almirante Yamamoto, brillante comandante naval que planificó el ataque a Pearl Habor, y tampoco puede hablarse de la avanzada legislación social de la Italia de Mussolinni sin ser tildado de ultraderechista.
Pero las cosas comienzan a cambiar, se cuestiona la actuación de Rusia, pese a que Titerev, digo, Medvedev diga que es una mentira cínica el que se compare a la Unión Soviética con la Alemania Nazi, más cinismo es pretender aparecer como "libertadores de Europa" cuando implantaron 40 años de saqueos, opresión, pobreza y represión sobre Europa Oriental, cuando se agredió a Finlandia, que se defendió valientemente y fue el único país del Eje en salir victorioso de la contienda para vergüenza de las hordas del ejército rojo, cuando los aliados cobardemente le entregaron a Stalin a cosacos y a otros anticomunistas que se habían unido a Hitler con la esperanza de derrocar a la dictadura bolchevique para que fueran masacrados, y lo peor, cuando, como resultado del Pacto Ribbentrop-Molotov, en que Stalin se dejó engañar ingenuamente por Hitler, igual que su admirado Alejandro I por Napoleón 130 años antes con la Paz de Tilsit, con un pacto de no agresión y de reparto de Polonia, participando en la invasión y masacrando a la oficialidad del ejército polaco en Katina, algo que a la fecha, los rusos siguen negando cobardemente y echándole la culpa a los alemanes, sus entonces aliados.
De igual manera, pese al mar de libros y películas sobre el holocausto, el mismo empieza a ser cuestionado, sobre todo cuando el Estado de Israel pretende usarlo como justificación para la destrucción de los palestinos.
¿Y Churchill y Roosevelt? El primero ordenó bombardeos contra la población civil alemana y pretendió a toda costa el mantenimiento del imperio colonial, incluso planteando seriamente matar a Ghandi, Roosevelt, según se sabe, conocía del ataque a Pearl Harbor, pero no hizo nada para evitarlo, a fin de tener el pretexto para entrar en la guerra y levantar la economía americana pagando un precio de sangre, cediendo además, media Europa a los rusos, por simple cobardía y por intereses económicos, pues mucho de la industrialización de la URSS se financió desde EUA. Su sucesor, Truman, cargará para siempre el estigma de haber arrojado las bombas atómicas sobre Japón, y Charles de Gaulle, no fue más que un oportunista que sin combatir, ganó la guerra y estructuró su poder personal sobre Francia.
Entendámoslo: en las guerras no hay ni buenos ni malos, sino intereses contrapuestos.
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MARVEL Y DISNEY:
La noticia de la posible compra de Marvel Comics por Disney me provocó serios dolores de estómago, por un lado, esto tendría sus pros, como ha sido para DC desde su compra por la Warner Brothers hacia 1980, en que los personajes del "universo" comiquero saltaron al cine y a la TV, eso sí, Warner contribuyó enormemente a la mejora de los personajes y ha permitido una gran libertad creativa a los creadores en DC, como ya lo habíamos dicho en un post anterior, y encausaron la maduración de los personajes, con cosas como Smallville o las películas de Batman más recientes y las oscuras y fuertes series animadas sobre el hombre murciélago.
Disney, sin embargo, no es así, creo que las motivaciones de esta propuesta de compra se originan de la falta de ideas en la casa de Mickey Mouse: los personajes clásicos han sido prácticamente abandonados, ya no hay series como las "Patoaventuras" o el "Pato Darkwing" que llegaron a ser bastante buenas a fines de los 80 e inicios de los 90 con su carga de humor ácido y parodia dirigidos a los niños, el propio ratón es una reliquia que solo aparece en souveniers, cosa que Warner no ha hecho con los Looney Tunes y derivados de ellos como los Tiny Tunes o los Animaniacs, que siguen vivitos y coleando, y como lo hemos dicho, actúan como prefabricadores de estrellas al estilo Televisa, produciendo basuras como los insípidos Phineas y Ferb o la Legión de los Súpermalvados, el plagio descarado de Harry Potter que son los Hechiceros de Weaverly Place, el plástico de Miley Cyrus y los Jonas Brothers y algo medio rescatable en High School Musical, fuera de lo que hace con Pixar, donde hay clásicos ya como Toy Story, los Increíbles o Wall-E, lo demás son bodrios o intrascendencias como Chicken Little, Fuerza G, Vida Salvaje, Vacas Vaqueras, Las Locuras del Emperador, (pese a la bien estudiada parodia de lo que era un monarca prehispánico como Atahualpa o Moctezuma, representado por Cuzco: tiránico, ególatra y caprichudo) etc., etc.
Disney necesita empuje con personajes con arrastre y tradición, necesita de ideas y creativos como Bendis, Straszinzky, Brubaker y hasta el irregular de Jeph Loeb, que tan pronto te da una buena historia como al siguiente número te da un churro, y Marvel necesita de una mayor presencia mediática como la que tienen los personajes de DC, yo la verdad, desconfío de Disney, no me extrañaría nada ver personajes tan sosos y ñoños como Aaron Stone o Kim Possible incluidos en el Universo Marvel y hasta a Hanna Montana, que ya de por sí es una estrella virtual encarnada por la Cyrus. A Disney no le gustan los dramas ni las historias que impliquen una audiencia pensante: Hans Christian Andersen en el siglo XIX quería que los niños tomaran conciencia de la realidad y de ahí el triste y descarnado cuento de la vendedora de cerillos o el trágico final de la Sirenita, mientras que los Hermanos Grimm no dudaban en presentar las leyendas alemanas con su carga de tenebrismo, traición y maldad por que son parte de la realidad, y Marvel, en mucho, ha retratado problemas sociales, psicológicos y personales en sus personajes con toda crudeza, pero a Disney no le gusta eso, prefiere pintar el mundo de rosa.
Temo por el futuro de la "casa de las ideas" ante las pésimas decisiones de sus directivos, principalmente de Joe "Quesadilla" Quesada, principal responsable de la destrucción del Hombre Araña. Esperemos y esto no lleve al derrumbe de la obra que genios como Stan Lee y Jack Kirby contribuyeron a levantar desde hace ya 70 años.
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