El día de ayer, falleció Edward "Ted" Kennedy, el menor de los tres hermanos más famosos de la Política Norteamericana. Con él, termina un episodio histórico que definió la segunda mitad del siglo XX y que sin duda transformó enormemente a su sociedad a su paso por los corredores del poder en Washington.
Los Kennedy fueron revolucionarios en muchos sentidos: John F. Kennedy, a diferencia de los otros presidentes de EUA, no provenía de las aristocráticas familias descendientes de los antiguos nobles británicos y luego participantes de la Guerra de Independencia, como los Bush, por ejemplo, sino de una familia de inmigrantes irlandeses que se enriquecieron súbitamente (incluso, por medios poco honestos)durante los años de la "Ley Seca" y con la explosión industrial propiciada por la Segunda Guerra Mundial. Además, y a diferencia de los demás presidentes norteamericanos, pertenecientes a las más diversas sectas protestantes y refrendatarias de los prejuicios anticatólicos de las mismas, JFK provenía de una familia de fuerte tradición católica, como buenos irlandeses.
Todo esto hizo que los Kennedy significaran un parteaguas en la política norteamericana, generalmente de tradición liberal-protestante, rayana en el fanatismo bíblico; por el contrario, imbuídos por la doctrina social de la Iglesia, tuvieron siempre una gran preocupación por los problemas sociales: la segregación racial, la pobreza y una mejor relación con los países en desarrollo, de ahí la famosa "Alianza por el Progreso", igualmente, la conciencia de que el Comunismo representaba un peligro para la libertad, les llevó a oponerse fuertemente a la URSS y sus proyectos expansionistas: la alianza Castro-Kruschev, la Crisis de los Misiles y el valiente discurso ante el Muro de Berlín.
Su compromiso con la legalidad y el fortalecimiento del Estado ante los poderes fácticos les llevó a romper y enfrentarse directamente contra el "Complejo Militar-Industrial" como le había llamado el General Eisenhower durante su presidencia, y contra el crimen organizado, lo que, junto al carácter de advenedizos, su origen celta y católico les ganó mucha animadversión tanto de gran parte de las elites políticas norteamericanas como de ciertos sectores de la sociedad: John lo pagó con su vida, lo mismo que Robert, quien seguramente aparecía como una amenaza para quienes conspiraron contra su hermano, Edward, por su parte, declinó buscar la presidencia hasta 1980, sobre todo tras la misteriosa muerte de su secretaria a bordo de un automóvil propiedad de él, y quedó confinado, durante 47 años, al Senado, representando a su estado natal: Massachussets, desde donde, sin embargo, impulsó una legislación con fuerte sentido social.
Con los Kennedy termina una era: adiós al glamour y la elegancia, a las aventuras amorosas con Marilyn, a la leyenda de una maldición trágica, al carisma de tres jóvenes que quisieron cambiar al mundo, y a los que el mundo devoró por haberse atrevido a intentarlo, y sin embargo, dejaron con su idealismo un ejemplo que ha sido seguido por muchos jóvenes desde los sesenta a fin de lograr un mundo más justo y digno. La familia Kennedy no se extingue, quedan los hijos y los nietos, quienes, sin embargo, han llevado vidas mediocres o de bajo perfil, quien sabe si motivadas por el deseo simplemente, de evitarse problemas, como sea, los tres Kennedy están reunidos, junto a sus otros hermanos, los malogrados Joe y Rosemary, y la benefactora Eunice, también recientemente fallecida, y sus padres Joseph y Rose, en la Historia, su tragedia, su leyenda y su memoria quedan a la posteridad.
Descanse en paz.
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El ataque a Maximiano Barbosa y su hijo (de quien, por cierto, fuí maestro) solo refleja como Jalisco, al igual que todo el país se encuentra abandonado en la vía de la Ley de la Selva, sean cuáles sean las causas del atentado, merece esclarecerse, además de que no puede ser que sicarios entren a un balneario, a una reunión familiar a plena luz del día a balear a dos personas indefensas en forma por demás cobarde.
Desde aquí, una oración por Max y su papá, esperando que puedan recuperarse y se haga justicia.
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