BOMBAY:
El día de hoy el mundo se sobresaltó con una noticia realmente espantable: una operación ejecutada con sorprendente coordinación y precisión en la ciudad de Bombay, en la India consistente en el ataque a 9 hoteles, un hospital y un café en donde se encontraban presentes diplomáticos, empresarios y eurodiputados, así como una delegación de la Comunidad Autónoma de Madrid, que se encontraba en una visita de trabajo en la India, precisamente en el más importante centro financiero y turístico (así como meca del cine) del país asiático, como parte de las crecientes relaciones comerciales entre la Unión Europea y el coloso del indostán.
La ejecución de la operación fue, en términos militares: magistral, los hoteles fueron atacados, se tomaron 15 prisioneros norteamericanos y británicos y se generó un caos evidentemente con la intención de de distraer a las fuerzas de seguridad en lo que se realizaba el secuestro. El saldo rojo fue brutal, propio de una verdadera batalla: 90 muertos y 900 heridos, resultando particularmente dramáticas las imágenes transmitidas por la CNN acerca de la muerte del jefe de la fuerza antiterrorista de la policía de Bombay, se le puede ver en una primera escena dirigiendo a sus hombres y después aparece muerto siendo llevado por otros policías hacia dentro de una camioneta.
¿De qué se trata todo esto? Pues sin duda, se trata de un mensaje para la administración entrante en EUA: Al-Qaeda, conformada por numerosos grupos militantes del radicalismo islámico sigue vivita y coleando, con la capacidad operativa y logística para organizar una acción en forma precisa y bien dirigida logrando los objetivos planteados, lo que indica el grado de fortaleza de sus estructuras: en otras palabras, "Ossie" le dice a "Obbie" lo que será su presidencia en cuanto a la "guerra contra el terrorismo"; si el nuevo presidente norteamericano no desea pelear, la organización islámica lo obligará a presentar batalla, pues el objetivo es claro y determinado: acabar, destruir por completo a la supremacía norteamericana y occidental y la mejor forma de lograrlo es eternizando el conflicto y mantener las presiones bélicas sobre la debilitada economía norteamericana; de paso, se ataca a la potencia emergente india, con quien el mundo islámico tiene cuentas pendientes, como es el caso de Cachemira.
Ya se lo decía Aimán Al-Zawahiri en el mensaje que fijaba la postura de Al-Qaeda respecto al triunfo electoral de Obama, e que además levantaron nuevas dudas acerca de la identidad religiosa del afroamericano al señalarlo como traidor al Islam y que finge ser cristiano, y catalogarlo como siervo doméstico y contrastarlo con el belicoso y militante Malcom X; hoy, le han demostrado con hechos de lo que son capaces.
En los próximos días se irán revelando más detalles acerca de lo acontecido el día de hoy.
Venezuela:
Quienes también tienen fijado el objetivo de atacar la preeminencia norteamericana son los rusos y Hugo Chávez y toda esa "Nueva Izquierda" Latinoamericana: el día de ayer atracaron en costas venezolanas los barcos que integran la flotilla enviada por el Krémlin para participar en ejercicios navales conjuntos con la armada del país sudamericano, sin embargo, durante el largo viaje emprendido desde el Báltico al Caribe han cambiado las circunstancias y eso no fue tomado en cuenta ni por Vladimir Putin ni por Hugo Chávez.
En agosto: Putin se encontraba embriagado por la subida de los precios del petróleo y consideraba allanado el camino para el resurgimiento del poderío ruso, la guerra y evidente victoria sobre Georgia había mostrado las evidentes intenciones del gobierno moscovita de recuperar el terreno militar perdido tras el colapso de la Unión Soviética. En venganza por la intervención norteamericana apoyando a Mikhail Saakashvili en su disparatada aventura de intentar reconquistar Ossetia del Sur y Abkhazia, Pútin decidió acercarse al extranjero próximo de EUA: Latinoamérica, y así, fortaleció los lazos ya establecidos con el régimen chavista, decidió reactivar la vieja alianza con la Cuba castrista y con la Nicaragua sandinista y ganarse nuevos aliados como Bolivia y Ecuador: súbitamente se organizaron las jornadas rusas en latinoamérica que incluso mostraron la plena subordinación en la añeja tradición cesaropapista que le es tan propia desde la época del Imperio Romano Oriental, de la Iglesia Ortodoxa a los intereses del Estado, incluso condecorando a los hermanos Castro como defensores del Cristianismo, pese a que no han destacado precisamente por su respeto a la libertad religiosa, y de pronto, se inauguró una catedral ortodoxa en La Habana y se proyectó la construcción de templos similares en Caracas, Ecuador y hasta Argentina.
Pero ahora la alianza se fortalece en el peor momento: la crisis ha hundido los precios del petróleo y Rusia no se ha precipitado en la ruina económica gracias a los malabares de Pútin y a las riendas tendidas para subordinar a los oligarcas al control del Estado, creando una extraña amalgama de economía en la que convive la iniciativa privada con la asociación obligatoria al Estado y el control de éste sobre las actividades estratégicas y la planeación central de la actividad económica, sin embargo, la baza fuerte del renacimiento económico ruso se encuentra debilitada.
La Venezuela chavista la pasa peor: por un lado, la baja de los precios del petróleo ha debilitado los programas sociales del régimen que ya no puede gastar tanto en sus programas de compra de votos y populismo extremo, y por otro laod, se ha dado el ascenso de la oposición que logró sendos triunfos en las elecciones provinciales y municipales el domingo pasado.
Sin embargo, y como bien dijera Churchill: "Rusia es un enigma envuelto en un misterio encerrado en una interrogante" la situación actual no ha impedido que entre Chávez y Medvedev estén negociando o intrigando como si la situación siguiera intacta: quizá le brinde seguridad a Chávez los planes de debilitar a los gobernadores estatales para fortalecer en su lugar a comandantes militares regionales, con lo que puede considerar que los resultados electorales le son inclusives, pues se dará que las autoridades civiles ejercerán un poder cada vez más simbólico, mientras conserve la lealtad del ejército al que mima y equipa con la ayuda de Rusia, no tendrá nada que temer respecto a perder el poder, pues estos generales serán quienes realmente gobernarán las regiones y mantendrán el control sobre el pueblo.
Por su parte, el régimen de Pútin ha sabido responder a la crisis, no sólo por el enroque efectuado con ayuda de los oligarcas aliados y controlados por el Estado, sino por la forma en que, aunque sea barato, ha empleado al petróleo y al gas natural como instrumentos de presión sobre Europa: no en balde tiene a Alemania en la bolsa y al ex-canciller Schröeder como ejecutivo en una filial de Lukoil y Gazprom, al mafioso primer ministro italiano Berlusconi invirtiendo en diversos negocios en Rusia con lo que consigue su apoyo y a un Sarkozy acobardado y complaciente también por las colaboraciones en materia energética, y ahora, amenaza con comprar Repsol, la petrolera española que está casi en la quiebra. Con esto, aseguraría evitar el ingreso de Georgia y de Ucrania tanto a la Unión Europea y a la OTAN.
En fin, las intrigas, alianzas, planes estratégicos y maquiavelismos están a la orden del día, a partir del 20 de enero, y permítaseme el chiste: Obama se las verá negras.