Ya antes he escrito acerca de la tragedia nacional que representó la ´llamada "Revolución Mexicana" misma que jamás existió ni fue real, y que se concretó a una serie de guerras civiles por el poder aderezadas y disfrazadas con una serie de programas ideológicos y propuestas sociales que jamás en la realidad, salvo a muy pocos de los protagonistas de dicho conflicto, les importaron salvo como fachada para el logro de sus ambiciones y forma de atraer a multitudes de ilusos y desesperados, indigentes y forzados a través de la leva, idealistas y fracasados, a servirles de carne de cañón para acabar como los retratados en la foto con que se encabeza esta entrada.
He hablado, en un muy popular post sobre Madero, de que todo empezó cuando éste pequeño júnior coahuilense se dió cuenta del mayor defecto del régimen porfirista: su falta de previsión para la sucesión ante la avanzada edad del caudillo oaxaqueño y por contrario, los deseos de una generación de jóvenes ambiciosos y temerarios, a la que pertenecía el graduado en Berkeley, de quitar del poder a la gerontocracia liberal vencedora de franceses y Conservadores en 1867 para simplemente sustituirla, aprovechando para ello el descontento entre campesinos y obreros surgido de la aplicación de las Leyes de Reforma y de la rápida industrialización sufrida por el país en sólo 30 años.la realidad sería que la Revolución como tal no existió, sólo fue una cadena de luchas por el poder por el poder mismo, las demandas sociales de esos sectores no serían sino simples pretextos y notas marginales para lo que en realidad fue una búsqueda sin escrúpulo alguno del mando sobre un país; puntualizando, he encontrado diversas razones que nos deberían conducir a que este 20 de noviembre, lejos de ser festejado como un hito en el camino de México hacia el progreso y el desarrollo, que aún aparecen muy lejos, y posiblemente se alejaron más gracias a la Revolución y no al gobierno de Don Porfirio, debería ser un día de reflexión sobre la inutilidad de la violencia, luto por el millón de muertos, cambio en el proceder de nuestra clase política y revisión del pasado y condena a una serie de personajes a los que se venera hoy como héroes, pero que quizá salvo las figuras de Zapata y Felipe Angeles que lucharon por ideales concretos, no lucharon más que por sus ambiciones personales y que llevaron al establecimiento de un régimen autoritario, que nos estancó económicamente y preparó al país para que cayera en el caos ante el intento de cambiarlo.
Hé aquí las razones para no celebrar la Revolución, en desórden:
1.- Porque la Revolución no fue la continuación de las luchas sociales del pueblo mexicano:
Resulta absurdo plantear la continuidad entre la Independencia, la Reforma y la Revolución, cuando cada uno de estos movimientos es la respuesta al fracaso del anterior; así, la Reforma responde al descontento de cierto sector de la elite política e intelectual mexicana contra las bases con las que se dió la emancipación de nuestro país respecto a España: Monarquía, Catolicismo y Nacionalismo con respeto a la identidad o raíz europea de México, a los que se sustituyó con Republicanismo, laicismo radical y un Nacionalismo falsamente indigenista y la subordinación a EUA; la aplicación del programa liberal, a su vez, provocaría gran descontento entre los sectores campesino y obrero que clamarían el regreso a ciertas garantías de las que habían gozado en la época colonial y anterior a la Reforma como la propiedad colectiva de la tierra para los indígenas y la organización gremial para los trabajadores, descontento que explotaría con enorme violencia una vez Madero pusiera la ocasión.
2.- Porque nuestra horrenda clase política es heredera de la Revolución:
- PRI: Los auténticos vencedores de la contienda, convenencieros y oportunistas como Carranza, Obregón, Calles, Orozco o Cárdenas, traicioneros y gangsteriles, no tuvieron ideas propias más allá de su propia conveniencia para lograr el objetivo de desplazar a la elite liberal reinante desde 1867 de la que, cínicamente, dicen ser herederos y continuadores, impulsaron crear una constitución como la de 1917 que únicamente les sirviera como forma de contentar a todos para poder gozar del poder en paz para su propio beneficio sin escatimar medios como la corrupción, el nepotismo y por supuesto, el asesinato, traicionándose entre sí y traicionando a los otros 2 sectores de los revolucionarios con tal de alcanzar el poder y conservarlo; buscaron conformar una elite política cerrada que impidiese el acceso al resto de la población que no fuese parte de su exclusivo club.
- PAN: Los sobrevivientes y herederos directos de la elite liberal vencedora en 1867, que supo, bajo el Porfiriato, disfrazarse, pero OJO: sólo disfrazarse con los ropajes de los derrotados Conservadores, pues ahora les tocaba el turno de ser "la gente decente" o la alta sociedad mexicana, con suma hipocresía, buscaron la tolerancia hacia la Iglesia y una alianza con ella a fin de aparentar eso y cierta sintonía con el pueblo llano, mas en realidad tomaron aires aristocráticos e insensibles a las demandas sociales, buscaron quitar a Don Porfirio para simplemente sustituirlo sin modificar sus programas económicos ni políticos, pero a fin de conservar aquello que los beneficiaba directamente: cacicazgos, influencias, capacidad de enriquecerse y la conformación también tanto de una elite política como industrial impermeable al ascenso social de personas provenientes de otros grupos; tras la Revolución, una parte de este sector se flexibilizó y se confundió con el primero o el tercero de los sectores revolucionarios, otro se mezclo con los últimos genuinos restos del pensamiento Conservador y otro finalmente se radicalizó cayendo en el fascismo. Dentro de este sector, conviven personajes tan disímbolos como el propio Madero y sus enemigos: Bernardo Reyes y Victoriano Huerta o Francisco León de la Barra, mientras que en la parte intelectual es posible ver a Manuel Gómez Morín, José Vasconcelos, Alfonso Reyes y todo el "Ateneo de la Juventud".
- PRD y la Izquierda: este sector engloba tanto a idealistas encandilados como Zapata, Felipe Angeles o los Flores Magón como líderes que asumieron causas populares nomás para ver qué sacaban como Villa o Rodolfo Fierro, todos ellos sin embargo, comparten la falta de escrúpulos con tal de hacer realidad los ideales y el empleo de la violencia más feroz y destructiva para ello, el estímulo al rencor, el odio de clases y los sentimientos de venganza; la política es vista como un medio para el logro del ascenso social y lucro personal, manipulan a masas enormes a las que no se busca educar o hacer progresar porque perderían su maleabilidad y creen que a través de una maquinaria estatal enorme y poderosa se resolvería todo, siempre y cuando ellos estén al frente, cuando les conviene, se alían con los otros dos sectores y cuando no, se les lanzan a la yugular.
Así, pasa hasta hoy, como dice la Biblia al inicio del Libro de los Macabeos respecto a Alejandro Magno, o más bien, respecto a sus amigos y luego herederos, los Diadócos y los hijos de éstos, los Epígonos: "llenaron de calamidades la tierra", pues tanto los revolucionarios como sus continuadres han hecho eso con México.
3.- Porque los resultados visibles de la Revolución han sido calamitosos:
La Revolución generó un sistema económico estatista, con un aparato burocrático inmenso similar al soviético que engulle la mayor parte de los recursos, con un corporativismo y un keynesianismo de lo más rancio y miope que ha frenado totalmente el desarrollo del país, si México creció de los años 30 a los 60 fue a base del crédito garantizado con materias primas, fundamentalmente el petróleo, sin que se generara riqueza, mientras que a fin de lograr la paz social a corto y mediano plazo se hipotecó el futuro.
Se crearon monstruos sindicales súper privilegiados mientras el obreo sigue igual de jodido, no sometido a los patrones explotadores porfiristas, sino a sus corruptos líderes y que frenan también a la libertad económica; con una propiedad colectiva de la tierra extendida a todo el país que no da seguridad jurídica ni independencia individual para su explotación y que la ha fragmentado tanto que la hace poco rentable, un sistema educativo tendiente a adoctrinar antes que a formar personas o profesionales, una cultura politizada y de bajo nivel que ha difundido el amor a la pobreza y el odio a la riqueza, enaltece al fracaso y denosta al éxito, y como ideal nos pone al charrito borracho, macho y bravucón en vez de ser hombres y mujeres de bien y de provecho, mientras que se justifica la permanencia de monopolios privados y públicos garantizados por los compadrazgos y que sirven de nido a la corrupción más abyecta.
4.- Porque las demandas sociales se habrían resuelto de otra forma:
La situación de obreros y campesinos bajo el Porfiriato se debió ante todo a la aplicación de las Leyes de Reforma y el liberalismo radical del idolatrado Juárez, arrebatando a los campesinos la propiedad colectiva de la tierra, vigente en las zonas indígenas desde la época colonial, e impidiendo todo tipo de organización gremial a los obreros. Las dantescas escenas de campesinos azotados y miserables, obreros acosados por las guardias blancas y demás nunca fueron generalizadas ni sistemáticas como se ha querido plasmar en el mito oficial, si en Cananea o Río Blanco se tenían pésimas condiciones de trabajo, en la Cervecería Moctezuma se laboraba con decoro, y si bien las tierras fértiles de Chihuahua estaban bajo el poder de los Terrazas, en Jalisco y otras zonas del Occidente se desarrollaban los pequeños propietarios o "rancheros" que emergía como clase media rural bastante productiva, mientras que ciertamente, en Morelos y Yucatán, los grandes latifundios se habían cebado con las tierras de las comunidades indígenas y explotaban en forma inmisericorde a los campesinos, sujetándolos con las tiendas de raya y las deudas perpetuas, en un esquema vigente desde el siglo XVIII.
Esta problemática creo yo, se hubiera resuelto gradualmente y ante el miedo al comunismo, se habría procedido en forma similar a lo que se había hecho en Alemania y otras partes de Europa con una legislación que garantizara los derechos a la sindicalización, seguridad social y mejoras salariales y reducción de horas de trabajo; razones que hicieron que, pese a la desesperada situación de Alemania tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, la "Revolución Espartiquista" de 1918-1919 hubiera sido derrotada por el Gobierno Socialdemócrata de Friedrich Ebert en forma relativamente rápida y fácil al no haber logrado un apoyo unánime y nacional entre los obreros del país germano. En cuanto a la cuestión agraria, una legislación que limitase los acaparamientos de tierras y una reforma constitucional que reconociese la propiedad colectiva de la tierra en el caso de las comunidades indígenas habrían evitado desde la Guerra del Yaqui en Sonora y la última fase de la Guerra de Castas en Yucatán, hasta el alzamiento de Zapata y que un criminal como Doroteo Arango se hubiese transformado en el heróico Francisco Villa. La misma inercia histórica y los deseos del régimen porfirista de asemejarse a Europa habría llevado a la adopción de medidas así sin derramamiento de sangre, o bien, los opositores como Madero, de no haberse cegado por la ambición de poder, habrían podido alentar a que desde el Congreso se hubieran adoptado esas medidas antes que a lanzarse a matar gente.
Incluso, de haberse mantenido el ritmo de crecimiento presente bajo el Porfiriato, la economía mexicana sería hoy dos veces más grande, lo que implica que el nivel de ingresos hoy en día sería también superior y que la desigualdad presente en 1910 posteriormentese se habría aminorado un tanto por la generación de riqueza.
Se derramó sangre, murió un millón de personas y los problemas presentes en el porfiriato continúan.
5.- Porque la Revolución no existió ni tampoco sus héroes:
La Revolución, insisto, no fue tal, la Constitución de 1917 no constituyò una ruptura con el orden anterior, incluso, oficialmente es sólo una reforma a la carta magna de 1857 que estableció el triunfo de los Liberales, los vencedores, como hemos dicho, pretendieron ser los continuadores de la elite liberal vencedora de Maximiliano cincuenta años antes, únicamente le mezclaron las demandas agrarias, mal planteadas y peor establecidas por el texto constitucional, pues extendieron la propiedad colectiva alegada por Zapata a todo el país, lo que sería fatal para la Agricultura, mientras que las demandas obreras desembocaron en sobreprotección y sindicatos omnipotentes y privilegiados que mantuvieron y mantienen al obrero jodido y frenan al desarrollo económico.
No hubo como en Francia en 1789, Rusia en 1917 o China en 1949 una ruptura total con el orden anterior y la constitución o el intento de construir un sistema político y social sobre nuevas bases; se trató de una serie de golpes de estado, rebeliones y asesinatos entre caudillos que lucharon entre sí por el poder; al final, los vencedores, los que se quedaron con el pastel, la llamada "Dinastía Sonorense" (De la Huerta, Obregón y Calles) inventaría el mito de la Revolución e incluso elevaría a los altares cívicos a sus rivales muertos como Zapata, Villa, Carranza y Madero en un intento por cambiarle de sentido a lo acontecido como una lucha justa por la igualdad y la Democracia, aparentar que todos buscaron lo mismo y que se trató de una etapa de cambio social, a fin de justificar su ascenso al poder tras tanta muerte y destrucción.
La verdad, la única razón que encontramos muchos mexicanos para celebrar que una bola de rancheros y militarotes ante el llamado de un supersticioso ingenuo pero ambicioso se lanzaran a matar y a morir, a echar desmadre y a destruir, un 20 de noviembre hace 100 años es:
Que fue un día más de asueto...
He hablado, en un muy popular post sobre Madero, de que todo empezó cuando éste pequeño júnior coahuilense se dió cuenta del mayor defecto del régimen porfirista: su falta de previsión para la sucesión ante la avanzada edad del caudillo oaxaqueño y por contrario, los deseos de una generación de jóvenes ambiciosos y temerarios, a la que pertenecía el graduado en Berkeley, de quitar del poder a la gerontocracia liberal vencedora de franceses y Conservadores en 1867 para simplemente sustituirla, aprovechando para ello el descontento entre campesinos y obreros surgido de la aplicación de las Leyes de Reforma y de la rápida industrialización sufrida por el país en sólo 30 años.la realidad sería que la Revolución como tal no existió, sólo fue una cadena de luchas por el poder por el poder mismo, las demandas sociales de esos sectores no serían sino simples pretextos y notas marginales para lo que en realidad fue una búsqueda sin escrúpulo alguno del mando sobre un país; puntualizando, he encontrado diversas razones que nos deberían conducir a que este 20 de noviembre, lejos de ser festejado como un hito en el camino de México hacia el progreso y el desarrollo, que aún aparecen muy lejos, y posiblemente se alejaron más gracias a la Revolución y no al gobierno de Don Porfirio, debería ser un día de reflexión sobre la inutilidad de la violencia, luto por el millón de muertos, cambio en el proceder de nuestra clase política y revisión del pasado y condena a una serie de personajes a los que se venera hoy como héroes, pero que quizá salvo las figuras de Zapata y Felipe Angeles que lucharon por ideales concretos, no lucharon más que por sus ambiciones personales y que llevaron al establecimiento de un régimen autoritario, que nos estancó económicamente y preparó al país para que cayera en el caos ante el intento de cambiarlo.
Hé aquí las razones para no celebrar la Revolución, en desórden:
1.- Porque la Revolución no fue la continuación de las luchas sociales del pueblo mexicano:
Resulta absurdo plantear la continuidad entre la Independencia, la Reforma y la Revolución, cuando cada uno de estos movimientos es la respuesta al fracaso del anterior; así, la Reforma responde al descontento de cierto sector de la elite política e intelectual mexicana contra las bases con las que se dió la emancipación de nuestro país respecto a España: Monarquía, Catolicismo y Nacionalismo con respeto a la identidad o raíz europea de México, a los que se sustituyó con Republicanismo, laicismo radical y un Nacionalismo falsamente indigenista y la subordinación a EUA; la aplicación del programa liberal, a su vez, provocaría gran descontento entre los sectores campesino y obrero que clamarían el regreso a ciertas garantías de las que habían gozado en la época colonial y anterior a la Reforma como la propiedad colectiva de la tierra para los indígenas y la organización gremial para los trabajadores, descontento que explotaría con enorme violencia una vez Madero pusiera la ocasión.
2.- Porque nuestra horrenda clase política es heredera de la Revolución:
- PRI: Los auténticos vencedores de la contienda, convenencieros y oportunistas como Carranza, Obregón, Calles, Orozco o Cárdenas, traicioneros y gangsteriles, no tuvieron ideas propias más allá de su propia conveniencia para lograr el objetivo de desplazar a la elite liberal reinante desde 1867 de la que, cínicamente, dicen ser herederos y continuadores, impulsaron crear una constitución como la de 1917 que únicamente les sirviera como forma de contentar a todos para poder gozar del poder en paz para su propio beneficio sin escatimar medios como la corrupción, el nepotismo y por supuesto, el asesinato, traicionándose entre sí y traicionando a los otros 2 sectores de los revolucionarios con tal de alcanzar el poder y conservarlo; buscaron conformar una elite política cerrada que impidiese el acceso al resto de la población que no fuese parte de su exclusivo club.
- PAN: Los sobrevivientes y herederos directos de la elite liberal vencedora en 1867, que supo, bajo el Porfiriato, disfrazarse, pero OJO: sólo disfrazarse con los ropajes de los derrotados Conservadores, pues ahora les tocaba el turno de ser "la gente decente" o la alta sociedad mexicana, con suma hipocresía, buscaron la tolerancia hacia la Iglesia y una alianza con ella a fin de aparentar eso y cierta sintonía con el pueblo llano, mas en realidad tomaron aires aristocráticos e insensibles a las demandas sociales, buscaron quitar a Don Porfirio para simplemente sustituirlo sin modificar sus programas económicos ni políticos, pero a fin de conservar aquello que los beneficiaba directamente: cacicazgos, influencias, capacidad de enriquecerse y la conformación también tanto de una elite política como industrial impermeable al ascenso social de personas provenientes de otros grupos; tras la Revolución, una parte de este sector se flexibilizó y se confundió con el primero o el tercero de los sectores revolucionarios, otro se mezclo con los últimos genuinos restos del pensamiento Conservador y otro finalmente se radicalizó cayendo en el fascismo. Dentro de este sector, conviven personajes tan disímbolos como el propio Madero y sus enemigos: Bernardo Reyes y Victoriano Huerta o Francisco León de la Barra, mientras que en la parte intelectual es posible ver a Manuel Gómez Morín, José Vasconcelos, Alfonso Reyes y todo el "Ateneo de la Juventud".
- PRD y la Izquierda: este sector engloba tanto a idealistas encandilados como Zapata, Felipe Angeles o los Flores Magón como líderes que asumieron causas populares nomás para ver qué sacaban como Villa o Rodolfo Fierro, todos ellos sin embargo, comparten la falta de escrúpulos con tal de hacer realidad los ideales y el empleo de la violencia más feroz y destructiva para ello, el estímulo al rencor, el odio de clases y los sentimientos de venganza; la política es vista como un medio para el logro del ascenso social y lucro personal, manipulan a masas enormes a las que no se busca educar o hacer progresar porque perderían su maleabilidad y creen que a través de una maquinaria estatal enorme y poderosa se resolvería todo, siempre y cuando ellos estén al frente, cuando les conviene, se alían con los otros dos sectores y cuando no, se les lanzan a la yugular.
Así, pasa hasta hoy, como dice la Biblia al inicio del Libro de los Macabeos respecto a Alejandro Magno, o más bien, respecto a sus amigos y luego herederos, los Diadócos y los hijos de éstos, los Epígonos: "llenaron de calamidades la tierra", pues tanto los revolucionarios como sus continuadres han hecho eso con México.
3.- Porque los resultados visibles de la Revolución han sido calamitosos:
La Revolución generó un sistema económico estatista, con un aparato burocrático inmenso similar al soviético que engulle la mayor parte de los recursos, con un corporativismo y un keynesianismo de lo más rancio y miope que ha frenado totalmente el desarrollo del país, si México creció de los años 30 a los 60 fue a base del crédito garantizado con materias primas, fundamentalmente el petróleo, sin que se generara riqueza, mientras que a fin de lograr la paz social a corto y mediano plazo se hipotecó el futuro.
Se crearon monstruos sindicales súper privilegiados mientras el obreo sigue igual de jodido, no sometido a los patrones explotadores porfiristas, sino a sus corruptos líderes y que frenan también a la libertad económica; con una propiedad colectiva de la tierra extendida a todo el país que no da seguridad jurídica ni independencia individual para su explotación y que la ha fragmentado tanto que la hace poco rentable, un sistema educativo tendiente a adoctrinar antes que a formar personas o profesionales, una cultura politizada y de bajo nivel que ha difundido el amor a la pobreza y el odio a la riqueza, enaltece al fracaso y denosta al éxito, y como ideal nos pone al charrito borracho, macho y bravucón en vez de ser hombres y mujeres de bien y de provecho, mientras que se justifica la permanencia de monopolios privados y públicos garantizados por los compadrazgos y que sirven de nido a la corrupción más abyecta.
4.- Porque las demandas sociales se habrían resuelto de otra forma:
La situación de obreros y campesinos bajo el Porfiriato se debió ante todo a la aplicación de las Leyes de Reforma y el liberalismo radical del idolatrado Juárez, arrebatando a los campesinos la propiedad colectiva de la tierra, vigente en las zonas indígenas desde la época colonial, e impidiendo todo tipo de organización gremial a los obreros. Las dantescas escenas de campesinos azotados y miserables, obreros acosados por las guardias blancas y demás nunca fueron generalizadas ni sistemáticas como se ha querido plasmar en el mito oficial, si en Cananea o Río Blanco se tenían pésimas condiciones de trabajo, en la Cervecería Moctezuma se laboraba con decoro, y si bien las tierras fértiles de Chihuahua estaban bajo el poder de los Terrazas, en Jalisco y otras zonas del Occidente se desarrollaban los pequeños propietarios o "rancheros" que emergía como clase media rural bastante productiva, mientras que ciertamente, en Morelos y Yucatán, los grandes latifundios se habían cebado con las tierras de las comunidades indígenas y explotaban en forma inmisericorde a los campesinos, sujetándolos con las tiendas de raya y las deudas perpetuas, en un esquema vigente desde el siglo XVIII.
Esta problemática creo yo, se hubiera resuelto gradualmente y ante el miedo al comunismo, se habría procedido en forma similar a lo que se había hecho en Alemania y otras partes de Europa con una legislación que garantizara los derechos a la sindicalización, seguridad social y mejoras salariales y reducción de horas de trabajo; razones que hicieron que, pese a la desesperada situación de Alemania tras la derrota en la Primera Guerra Mundial, la "Revolución Espartiquista" de 1918-1919 hubiera sido derrotada por el Gobierno Socialdemócrata de Friedrich Ebert en forma relativamente rápida y fácil al no haber logrado un apoyo unánime y nacional entre los obreros del país germano. En cuanto a la cuestión agraria, una legislación que limitase los acaparamientos de tierras y una reforma constitucional que reconociese la propiedad colectiva de la tierra en el caso de las comunidades indígenas habrían evitado desde la Guerra del Yaqui en Sonora y la última fase de la Guerra de Castas en Yucatán, hasta el alzamiento de Zapata y que un criminal como Doroteo Arango se hubiese transformado en el heróico Francisco Villa. La misma inercia histórica y los deseos del régimen porfirista de asemejarse a Europa habría llevado a la adopción de medidas así sin derramamiento de sangre, o bien, los opositores como Madero, de no haberse cegado por la ambición de poder, habrían podido alentar a que desde el Congreso se hubieran adoptado esas medidas antes que a lanzarse a matar gente.
Incluso, de haberse mantenido el ritmo de crecimiento presente bajo el Porfiriato, la economía mexicana sería hoy dos veces más grande, lo que implica que el nivel de ingresos hoy en día sería también superior y que la desigualdad presente en 1910 posteriormentese se habría aminorado un tanto por la generación de riqueza.
Se derramó sangre, murió un millón de personas y los problemas presentes en el porfiriato continúan.
5.- Porque la Revolución no existió ni tampoco sus héroes:
La Revolución, insisto, no fue tal, la Constitución de 1917 no constituyò una ruptura con el orden anterior, incluso, oficialmente es sólo una reforma a la carta magna de 1857 que estableció el triunfo de los Liberales, los vencedores, como hemos dicho, pretendieron ser los continuadores de la elite liberal vencedora de Maximiliano cincuenta años antes, únicamente le mezclaron las demandas agrarias, mal planteadas y peor establecidas por el texto constitucional, pues extendieron la propiedad colectiva alegada por Zapata a todo el país, lo que sería fatal para la Agricultura, mientras que las demandas obreras desembocaron en sobreprotección y sindicatos omnipotentes y privilegiados que mantuvieron y mantienen al obrero jodido y frenan al desarrollo económico.
No hubo como en Francia en 1789, Rusia en 1917 o China en 1949 una ruptura total con el orden anterior y la constitución o el intento de construir un sistema político y social sobre nuevas bases; se trató de una serie de golpes de estado, rebeliones y asesinatos entre caudillos que lucharon entre sí por el poder; al final, los vencedores, los que se quedaron con el pastel, la llamada "Dinastía Sonorense" (De la Huerta, Obregón y Calles) inventaría el mito de la Revolución e incluso elevaría a los altares cívicos a sus rivales muertos como Zapata, Villa, Carranza y Madero en un intento por cambiarle de sentido a lo acontecido como una lucha justa por la igualdad y la Democracia, aparentar que todos buscaron lo mismo y que se trató de una etapa de cambio social, a fin de justificar su ascenso al poder tras tanta muerte y destrucción.
La verdad, la única razón que encontramos muchos mexicanos para celebrar que una bola de rancheros y militarotes ante el llamado de un supersticioso ingenuo pero ambicioso se lanzaran a matar y a morir, a echar desmadre y a destruir, un 20 de noviembre hace 100 años es:
Que fue un día más de asueto...
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