La tragedia de la guardería en Hermosillo, Sonora, muestra nuevamente la inoperancia de la normatividad y de las autoridades en México, con consecuencias homicidas, provocada por la corrupción, influyentismo y colusión entre autoridades y particulares, con finalidad de hacer magníficos negocios, así, en dicha estancia infantil no se llenaban todas las medidas de seguridad, pero poco importaba si entre los propietarios estaba una tía de la esposa del Presidente Calderón o esposas de funcionarios del gobierno local de Eduardo Bours.
Esto me hace pensar en cuántas personas se encuentran vivas en este momento, haciendo sus rutinas diarias, niños jugando en algún jardín, ancianos conversando a la puerta de su casa, particularmente en los estados de la costa del Golfo de México y del Caribe, y que dentro de unos meses estarán muertos, o reducidos a la miseria más absoluta tras la destrucción ocasionada por los huracanes de la temporada, mismos que no se pueden evitar, pero cuyos efectos son magnificados por la negligencia y las consecuencias de la corrupción, de la planeación interesada y de la ineptitud de quienes ejercen el poder, ya sea a nivel municipal, estatal o federal...
El llamado al voto nulo o en blanco, que como hemos visto, se está haciendo generalizado en todo nuestro hemisferio occidental es una llamada de atención durísima contra nuestra clase política, que al igual que Nicolás II y Alejandra de Hesse en la Rusia de hace 100 años, continúan en la irrealidad, viviendo en su mundo ideal de derroche y vacaciones permanentes sin darse cuenta de que todo se desmorona a su alrededor. El país se hunde cada vez más en la violencia, en la insalubridad, en la anarquía y en la falta de efectividad de nuestras leyes y los actos de autoridad.
Ante esto, ¿cuáles son los escenarios posibles en que desembocará esto? Antes, siempre se decía que EUA nos salvaría de cualquier inestabilidad política o estallido social, pero hoy esto no parece tan claro. La resolución de la OEA revocando la expulsión de Cuba, y las declaraciones de Obama en las que EUA renuncia a intervenir para implantar sistemas democráticos en el mundo, rompiendo con la tradición Wilsoniana, muestra la legitimidad que están obteniendo los regímenes autoritarios, y ante el desastre democrático-partidocrático presente en México, la gente cada vez más exige soluciones drásticas y duras, lo que ha capitalizado el Partido Verde y su bandera pro-pena de muerte.
Aquí proponemos los escenarios más posibles, no necesariamente en el orden de probabilidad de ocurrir:
1.- Los militares toman el poder:
Bajo el gobierno de Calderón los militares han incrementado su presencia y su fuerza en México como no lo habían hecho desde los años 40; aumento de presupuesto a las Secretarías de Defensa y Marina: armamento más avanzado, nuevos buques de guerra equipados con misiles mar-aire y mar-mar, mejoras en el entrenamiento y sustitución por ellos de los corruptos e ineficientes cuerpos de seguridad pública; por otro lado, el ejército, junto a la Iglesia es la institución en la que más confían los mexicanos.
Ante el incremento de la violencia y el desórden, el ejército bien puede tomar el control e implantar una dictadura al estilo de las vividas en Sudamérica durante los años 60, 70 y 80.
Las dictaduras militares tienen sus ventajas en la disciplina, orden y eficiencia impuestas: Chile no habría logrado el desarrollo económico que tiene de no haber sido porque Pinochet puso fin a las políticas socialistoides y populistas de Allende y sus predecesores basadas en el corporativismo, clientelismo y permanente inestabilidad. Lo mismo, si España se reinsertó en el Primer Mundo fue en mucho gracias al camino que Franco preparó para los gobiernos de la trancisión de Juan Carlos I y los Presidentes Suárez y González, culminando con la entrada en la Unión Europea.
Pero las dictaduras militares tienen la enorme desventaja de ser regímenes altamente proclives a practicar una violencia desmedida, téngase en cuenta el caso de Argentina, donde el gobierno militar fue, además de corrupto, una verdadera banda de asesinos y psicópatas que veían comunistas hasta por debajo de las piedras y actuaron, en realidad, con una paranoia propia de las purgas de Stalin, simplemente recuérdese el "Plan Cóndor".
2.- El México de los caciques:
Recuerdo que hace muchos años, cuando estaba estudiando la carrera, bajo el gobierno de Zedillo y sus medidas que tendían a desmantelar el autoritarismo priísta, salió un artículo en el New York Times en el que se predecía que, desintegrado el sistema, México iba a volver a la situación de Mesoamérica en los siglos XIII yXIV, antes de la fundación del Imperio Azteca por Itzcóatl.
Ese periodo histórico, conocido como el Postclásico Temprano, sin duda fue uno de los más violentos de la Historia Precolombina y de la Historia toda de México, caracterizado por que, tras el derrumbe sucesivo de los Imperios Teotihuacano y Tolteca, según lo cuentan las crónicas de Fernando de Alva Ixtlixóchitl o Fernando de Alvarado Tezozómoc, Chimalpain, Sahagún y otros historiadores de inicios de la Colonia que tradujeron códices y pusieron por escrito historias orales, aparecieron numerosos pequeños reinos herederos de los antiguos imperios del Valle de México: Atzcapozalco, Tepechpan, Xochimilco, Culhuacán, los señoríos que conformaron Tlaxcala y otros, que además, tenían que hacer frente a la irrupción de pueblos bárbaros como los propios aztecas o mexicas y los chichimecas de Texcoco que fundaron sus propios Estados, todos luchando entre sí por la supremacía.
Estos reyezuelos o "caciques", empleando la palabra taína que se usaba en las Antillas para denominar al monarca y que luego usaron los españoles para referirse a reyes o nobles indígenas con poderes regionales o locales, y que ha pasado a nuestro léxico como sinónimo de alguien que ejerce un poder, fuera de la Ley, enorme sobre los órganos estatales y en una región determinada, ejercían un poder omnímodo sobre sus territorios, establecían alianzas y su forma de dominio a través de relaciones familiares o amistad, muchas veces traicionadas, la guerra era constante y no existía seguridad alguna por los constantes enfrentamientos y cambios de posesión constante sobre los territorios, las matanzas y las reducciones a esclavitud eran también frecuentes, como resultado, las sociedades se militarizaron y no hubo paz sino hasta que primero Tezozomoc de Atzcapozalco y después los aztecas lograran controlar a todos mediante sangrientas conquistas y pesados tributos.
La apreciación de ese añejo editorial del periódico neoyorkino no resulta ser tan desacertada, la verdad es que ante el debilitamiento de las autoridades legales y legítimas, surgen nuevos poderes y personajes que están por encima del orden establecido en la Constitución y se reparten sus áreas de influencia: sin ir más lejos, en Jalisco tenemos diversos caciques, el más poderoso es Raul Padilla López, pero también está Jorge Vergara y no olvidemos al exgobernador Francisco Javier Ramírez Acuña o a Herbert Taylor, y los viejos que luego como que quisieran regresar por sus fueros, como los Cosío.
Lo más preocupante, es que estos caciques encuentren su respaldo luego en el crimen organizado, como está orcurriendo en Zacatecas con Ricardo Monreal; en este contexto, podrán existir autoridades estatales: gobernador, presidentes municipales, legislaturas o tribunales, pero todo esto será un mero disfraz, lo importante es la voluntad del poder de facto, no del poder jurídico y si se quiere abrir un negocio, hacer una obra pública, etc., lo importante no es obtener una licencia o un contrato, sino quedar bien con el cacique o cumplir con lo que exige cuando extorsiona. La situación termina degenerando en un caos absoluto y México se vuelve un verdadero Estado fallido con una apariencia institucional, o si se quiere, con un gobierno fantasmagórico.
3.- El líder carismático:
Ante un Obama que trata de reducir el papel de EUA en el exterior (repetimos: más que por cuestión ideológica es cuestión de dinero) Chávez, Correa, Morales, los Castro, Ortega, Lugo y sus patrocinadores de fuera, Irán y Putin, tendrán el campo más despejado para extender el "bolivarianismo" por el continente; en estos términos, y ante la desesperante situación actual, un lidercillo como AMLO o cualquier otro que aparezca en la Izquierda podrá contar con su apoyo e instaurar en México un régimen populista pseudomarxista que en realidad será un retorno al "Nacionalismo Revolucionario" de la década de los 70 con sus ineficientes y empobrecedoras prácticas keynesianas, al corporativismo y a los privilegios de la vieja guardia de los priístas reconvertidos en socialistas, pero aderezado todo con el culto a la personalidad del líder y una verborrea incontrolable.
Como se ve, el futuro no luce para nada prometedor; el país parece dirigirse a un colapso completo y nadie hace nada por evitarlo...
Como decían los españoles del siglo XVI: "Dios nos coja confesados".