El otro día en un programa de TV en que algunos analistas y Rosario Robles discutían acerca del Gobierno de Felipe Calderón y la actual crisis económica global, uno de los periodistas señaló que las crisis son oportunidades y sobre todo, lo son para el surgimiento de liderazgos... eso es cierto, y muchas veces las graves conmociones económicas han llevado al surgimiento de líderes que no han resultado ser de lo más positivo que digamos: Adolf Hitler es un ejemplo claro de ello.
¿Qué es lo que sucede? Pues bien, la población se enfrenta ante el viejo dilema entre seguridad y libertad; desde tiempos bíblicos es de recordarse el pasaje del Exodo en el que los Hebreos se quejaban ante Moisés de su triste situación al atravesar el desierto del Sinaí diciendo que ojalá nunca los hubiera sacado de Egipto, donde al menos, tenían que comer.
Vivimos tiempos muy duros y revueltos y el dilema al que se enfrentaba el antiguo caudillo judío hace 3,250 años sigue vivo hoy en día: desde el año 2001 y la escalada bélica-terrorista iniciada entonces se implementaron en EUA leyes tales como la famosa "PATRIOT Act" en que se implementaron medidas tales como el fichaje de viajeros en los aeropuertos, rayos x, escuchas telefónicas, espionaje por Internet y demás medidas que incluso pueden calificarse de excesivas y que claramente constituyen limitantes a la libertad individual.
El día de hoy, debido a la crisi económica se pide una mayor intervención estatal en la vida económica; en EUA el plan de rescate consistió en hacer del gobierno un agente económico, interviene en los bancos, inyecta capitales, incluso en la industria automotriz, como acaba de ocurrir recientemente, para evitar el cierre de 2 o hasta las 3 "grandes de Detroit" que provocaría una oleada de desempleo a nivel mundial, y decide poner la tasa de interés en el nivel más bajo de la historia y seguir imprimiendo billetes sin respaldo con tal de evitar las quiebras: se evita la terapia de choque para en lugar de que el mercado se autodestruya y se autoreestructure como el Fénix de las cenizas que es lo que ocurriría, pues resultaría algo altamente impopular, se interviene con analgésicos que lo único que lograrán será prolongar la agonía, eso sí, con cuidados paliativos para que no duela, pero que llevará inexorablemente a la muerte.
Y así por aquí y por allá fluyen las acusaciones de mentiroso contra Adam Smith y la idea del libre mercado: es una falacia que éste se autorregule y es necesaria la intervención estatal: el discurso de Obama, que le permitió ganar la silla más codiciada del mundo giró precisamente en torno a esto, prometiendo la intervención gubernamental y el establecimiento de un modelo socialdemócrata estilo europeo de "Estado de Bienestar".
En México, la inseguridad creciente ante el cada vez mayor poder del crimen organizado y la ofensiva que sin ton ni son fue lanzada por el Gobierno de Calderón en su contra ha llevado a que seamos un país con niveles de violencia propios de Irak o Afganistán, solo que sin guerra, por lo que se ha lanzado una política de militarización del país en la que el ejército actúa como fuerza policial, la población pide en su mayoría medidas drásticas (yo entre ellos, me cuento a favor) como la implantación de la pena de muerte, y el Presidente buscando popularidad inmediata, tal y como desde su toma de posesión había afirmado, busca "rebasar por la izquierda", se aproxima a los nefastos regímenes de Venezuela y Cuba, aunque cabe decirlo, llevar una buena relación con ellos evitará su involucramiento en la política interior mexicana, en especial su probable apoyo a movimientos subversivos o a radicales como AMLO, y también se pronuncia en contra del libre mercado; entre tanto, en el Congreso de la Unión se cocina una propuesta que sería nefasta como el que sea el legislativo determine las tasas de interés, bancarias y hasta de las tiendas departamentales, lo que ahuyentaría la inversión que nos llegaría huyendo de EUA con tasas atractivas en los préstamo otorgados al gobierno federal.
Así, si tomamos en cuenta que, uno de los aspectos en que el análisis económico-histórico de Marx fue acertado es el que relaciona al sistema económico con el régimen político imperante, podremos observar que en sistemas económicos en que el Estado intervenía activamente o dirigía las actividades principales se corresponden con una gran concentración del poder sobre los individuos: el sistema Mercantilista de los siglos XVI a XVIII se corresponde al Absolutismo Monárquico, el "Antiguo Régimen" llamado así por la Revolución Francesa, y cuando el Estado es el único agente económico, único propietario y único patrón y distribuidor de bienes, llega a apoderarse completamente de las personas y establece un régimen totalitario, como fue el Comunismo Soviético.
En este sentido, quienes más se beneficiarán de la crisis económica serán los regímenes que se caracterizan por un mayor poder, ya sea sistemas autoritarios o hasta totalitarios en ciernes, todos ellos saldrán beneficiados, e incluso, podemos predecir una decadencia de los sistemas democrático-representativos incluso en Occidente ante gobiernos cada vez más intervencionistas y por ende, cada vez más autoritarios.
La Democracia Representativa se corresponde tal cual con una economía sustentada en el consumo: después de todo, tenemos a varios proveedores de política que se ofrecen a los consumidores, que vienen a ser los electores, dispuestos a pagar un precio: el voto, con tal de hacer que la opción de su preferencia, que más les haya llenado el ojo y demás sentidos a través del uso de una adecuada mercadotecnia que les presente las características que más les resulten atractivas, alcance el poder; pero si tenemos una economía que se sujete a las reglas dictadas desde arriba es evidente que las características del sistema político también se verán alteradas y quedarán sujetas a reglas que serán dictadas en forma ajena al interés de un consumidor-elector, que se convertirá en un súbdito.
Por eso vemos claramente que la influencia de EUA se debilita rápidamente en América Latina, y por el contrario, la influencia de dos colosos autoritarios: China y Rusia crece enormemente, lo que además, tranquiliza a los aprendices de dictador que son Daniel Ortega (en la foto con Titerev, perdón, Medvedev en el Kremlin), Hugo Chávez o Evo Morales, pues saben que el apoyo externo que pueda brindarles Moscú será vital para su permanencia en el poder: ¿que se perdieron gubernaturas y alcaldías importantes? ¡Qué importa, si ya se crearon estructuras paralelas que ejercen más poder que las tradicionales! y así Chávez tranquilamente avanza hacia lograr la reelección indefinida y la armada roja pasea por las costas para atemorizar a los opositores.
Con esto, sin embargo, no digo que todo autoritarismo sea negativo: lo es si se convierte en totalitarismo y lleva al aplastamiento total del individuo, o a la subordinación ideológica absoluta como fueron los casos de la Alemania Nazi, la Rusia Soviética, la Cuba de Castro, la dictadura militar argentina de fines de los 70 o los intentos de los nuevos caudillos sudamericanos. Por el contrario, los regímenes autoritarios, cuando son bien llevados pueden resultar sumamente positivos, mejores que cualquier sistema democrático.
Ya abundaré más en un post futuro acerca de esto, pero la Democracia dista mucho de ser una panacea, y ya Aristóteles, hace 2,300 años, la calificaba como una de las malas formas de gobierno, puesto que significa la puerta de entrada de las tiranías y que lleva al desórden de la sociedad: mucha de la actual degeneración moral de las personas, libertinaje, falta de ética o moralidad en los negocios y la vida personal, relativismo, falta de urbanidad y civismo, individualismo egoísta y hedonismo se derivan directamente de la Democracia, y este sistema ha sido una de las causas más importantes y también uno de los síntomas más claros, de decadencia de nuestra Civilización Occidental.
Pero, por lo pronto, los síntomas de que evolucionamos hacia el autoritarismo son evidentes, incluso en Hollywood: Steven Shodemberg acaba de estrenar una película sobre el Ché Guevara, donde se hace apología evidente de uno de los regímenes más brutales de la segunda mitad del siglo XX y de uno de sus personaje más siniestros y atractivos, que lo haga un norteamericano y a las puertas de un deshielo entre la Habana y Washington con la llegada al poder de Obama, es insinuante, lo mismo que se preparen películas sobre las FARC, seguramente contadas desde una tónica de izquierda da también materia que contar, o que luminarias de la música desde Coldplay hasta Maddona se pronuncien contra el libre mercado y la Globalización (con todo y que han sido sus más claros beneficiarios) y pidan mayor intervención gubernamental, es también sintomático.
Veremos que nos depara el 2009.
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Tremenda campaña de mercadotecnia se desata promoviendo la nueva bazofia de Gay-el, perdón Gael García y Drogo, perdón otra vez, Diego Luna, "Rudo y Cursi" sigo preguntándome: ¿Quién está detrás de estos dos, tan sobrevaluados? ¿por qué y a cambio de qué?
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Bueno, pues esperando que pasen una excelente Navidad, mis 3 lectores, los dejo, enviándoles mis mejores deseos, y que así como nació Jesús en Belén hace 2008 años (los exactos dirán que en realidad fue hace unos 2014, por los errores de Dionisio el Exiguo, pero no nos compliquemos la vida) para darnos un mensaje de amor, de reconciliación y de superación de que no nos quedemos siendo los animales que somos, sino que busquemos ser algo mejor, ser más humanos y más espirituales, que así renazca en los corazones de todos los mejores sentimientos y los más altos sueños.
Un abrazo de Navidad de su bloggero:
YORCH.