Aristóteles de Estágira, filósofo griego (macedonio) del siglo IV a.C. fue sin duda una de las mentes más preclaras de todos los tiempos, esto no quiere decir que no haya metido la pata, lo hizo, sobre todo condicionado por su época, tanto en justificar la esclavitud, (pese a lo cual, dijo una gran verdad: no merece la libertad quien no lucha por ella) y en cuanto a ciencias naturales defendió la generación espontánea, que siglos después sería rebatida por Spallanzani o la cuestión del famoso experimento de Galileo respecto a la caída libre de los objetos de acuerdo a su peso: Aristóteles pretendía que lo más pesado caía más rápido que lo más ligero,el físico italiano demostraría que sin importar el objeto, en las mismas condiciones todos los objetos caen al mismo tiempo, abriendo la puerta a Newton y el descubrimiento de la constante de la gravedad: 9.8 x m/sec.
Este pensador, llamado en la Edad Media justamente como "el maestro de los que saben" se caracterizó por ser un filósofo del sentido común y de la Naturaleza: lo justo, lo bueno, es aquello que es de acuerdo con su naturaleza, con aquello para lo que algo es hecho o que cumple con su esencia.
Su obra política, partiendo de este criterio, lo llevó a establecer una clasificación de las formas de gobierno en buenas y malas, según las mismas respondieran o no al fin fundamental de toda organización política o Estado: el logro del Bien Común. De ahí se desprende que aquellas formas de gobierno que tiendan a satisfacer otros fines no sean consideradas como buenas por el estagirita. Así, contrapuestas a la Monarquía (el gobierno de uno, de corte paternalista y benefactor) a la Aristocracia, consistente en el gobierno de los mejores, personas seleccionadas por el mérito o la virtud, y la Politeia o forma mixta de gobierno, misma que incorrectamente o interesadamente ha sido traducida como Democracia, cuando ésta se encuentra clasificada entre las malas formas de gobierno junto a la Oligarquía y a la Tiranía, en este caso, las erróneas o interesadas traducciones le llaman Demagogia, cuando ésta es una herramienta a usar si se gobierna una Democracia.
Aristóteles nos señala la relacion entre forma de gobierno y la situación económica que es esencial para la paz y la estabilidad social: una sociedad con un gran número de pobres será una sociedad que tenderá a la Democracia, ésta por fuerza evolucionará tarde que temprano a una Oligarquía, el gobierno de una minoría privilegiada que buscará defender sus prebendas, y de ahí se saltará a la peor de las formas de gobierno posible: la tiranía de aquel que ejerce la violencia como método de mando.
Pero, seguramente muchos dirán: los países europeos y EUA tienen un alto nivel de vida, o lo tenían antes de la crisis económica y son Democracias, o se citará aquella frase que relaciona sociedad desarrollada y Democracia, pero hay que hacer una precisión: el pobre no es simplemente el que se muere de hambre, el pobre es aquel que no tiene todas sus necesidades satisfechas, y ahí es donde radica la magia del demagogo: fabricar pobres, o hacer que la gente, aparentemente con un buen nivel de vida, siga exigiendo la satisfacción de necesidades, aunque éstas sean creadas, artificiales o falsas.
Así, en un país tercermundista como México nunca habrá interés en resolver la situación de gran pobreza y desigualdad, al menos no de fondo, siempre se aplicarán medidas asistencialistas que nunca irán más allá de ser meros paliativos para las apremiantes necesidades de gran parte de la población, ¿por qué? pues simplemente porque esto acabaría con la gran clientela electoral de los partidos políticos, estos tienen que prometer cambios, tienen que prometer satisfacer las necesidades de la población y así, ganarse los votos; ¿pero que ocurre en una sociedad europea del primer mundo, donde las necesidades han sido plenamente satisfechas?
Hay un caso de una sociedad en su tiempo que tenía satisfechas todas sus necesidades y que por ello tuvo una historia que registra 3,000 años de estabilidad absoluta, perturbada únicamente por las invasiones y dominaciones extranjeras, e incluso entonces, no se vió afectada la vida interna de la sociedad, la que cambió únicamente cuando el modelo se agotó lo suficiente y vino la experimentación con el Cristianismo como nueva base fundamental: teológica y cosmológica de esa sociedad y sus sustitución final por el Islam, dentro del que se ha mantenido firmemente tras 1,300 años: me refiero a Egipto.
En el Egipto faraónico prácticamente no hubo cambios desde el reinado de Menes en el 3,000 a.C. hasta la muerte de Cleopatra en el 31 a.C., el sistema cubría todas las necesidades de una sociedad sencilla y rural por lo que los cambios eran rechazados, así cuando Akhenatón o Amenofis IV intentó un cambio con su revolución religiosa hacia el 1,300 a.C., el cambió no fructificó y no tuvo casi repercusiones más que afirmar aún más el régimen faraónico. Por lo tanto, si la esencia de la Democracia consiste en el cambio constante de gobernantes, necesita crearse o bien un sistema imperfecto que unca resuelva las necesidades y lleve a constantes conflictos sociales que lleven a la sed de cambios, o bien, hacer creer que el sistema no alcanza a satisfacer todas las necesidades.
Y así tenemos que es por ello que surgen debates y exigencias impensables en el pasado y divisiones sociales: tomemos el caso de España; este país europeo vivió un largo periodo de decadencia y hundimiento tras sus glorias imperiales que podemos decir inicia en 1808 con la invasión napoleónica (que solo marca la gran debilidad a la que había llegado arrastrando un proceso de agotamiento iniciado en el siglo XVII) y que toca fondo con la Guerra Civil de 1936-1939 después viene un proceso de recuperación iniciado con la Dictadura Franquista y que culmina en la década de los noventa, en que resulta evidente que España vuelve a colocarse junto a los demás países del llamado "primer mundo" y tiene hasta el crecimiento económico más alto de todos los miembros de la Unión Europea; pero ¿qué pasa? que el sistema democrático implica que la sociedad no debe darse por satisfecha y se empiezan a inventar necesidades en los que, sin la propaganda y el debido adoctrinamiento educativo no habrían aparecido: necesidades de libertad o libertinaje sexual, lobby gay, laicismo, autonomías regionales, sistemas de pensiones cada vez más laxos, legalización de drogas, asistencialismo gubernamental, etc. etc.: resultado, tenemos una sociedad de insatisfechos que cada vez exigen más, y así es en el caso de toda Europa; esto da gran margen a los partidos a ofrecer, como dicen por allá "el oro y el moro" y ganar votos.
Pero ya desde Platón, maestro de Aristóteles, se señalaban las consecuencias negativas de esto, primero que nada, que en la Democracia no se gobierna a un pueblo compuesto por individuos que razonan, sino se gobierna a una masa que solo tiene emociones o necesidades primarias que exigen satisfacción, y el Demagogo es el personaje que da los satisfactores y cumple todos los deseos y no duda en mover al sentimiento, como por ejemplo, decir que su querida abuelita murió un día antes de la cita con las urnas para sacar lágrimas y sentimientos de compasión que influyan en la contienda, o demonizar al rival y decir que "es un peligro para el país" o señalar que las maniobras del oponente son parte de un "complot" dirigido contra el candidato que se presenta como el salvador esperado, por que eso es lo que espera la sociedad democrática siempre, y cuando lo encuentra, ese salvador se convierte en un Hugo Chávez o en un Hitler o en un Napoleón y se da el paso inevitable a la Tiranía, o bien, previamente se puede dar un periodo oligárquico que llevará a que la sociedad se encontrará dominada por un grupo de elite que utilizará al engañado pueblo para sus fines y su enriquecimiento: en algunos países desarrollados, se forma un "establishment" de dos partidos que resultan ser caras de la misma moneda, en otros, como México, se forma una partidocracia abusiva y corrupta, formando el caldo de cultivo para la aparición, gracias al descontento, del tirano que será saludado como el libertador ante los desmanes.
Pero no solo eso, las sociedades democráticas conducen siempre al caos, pues se pierde el respeto, ya señalaba el maestro de la Academia ateniense que en una sociedad así los jóvenes pierden el respeto a los viejos, se pierde el respeto a las normas y no se quieren contraer obligaciones, solo gozar derechos y eso, poco a poco, lleva a una descomposición social que no puede frenarse al perderse la autoridad sobre el pueblo; por ello, en el post anterior decíamos que la Democracia es una señal de decadencia de la Civilización Occidental.
Por el contrario: Rusia, China, el Islam, entre otros, son civilizaciones que resurgen gracias a su modelo autoritario, el hecho de que en China se destituyera a dos funcionarios por dormirse en un acto oficial muestra la importancia que se da al respeto, al escuchar a un orador, a diferencia de nuestro Congreso estatal o federal, donde quien se para a hablar está como perico mientras la audiencia parlotea formando corrillos o bolitas, o dormita sobre las curules, o habla por teléfono celular o chatea por el messenger, etc. Esto va a llevar a una reconfiguración del poder mundial y a un cambio en los modelos políticos y sociales a seguir. En otro post, retomaremos el tema de las potencias emergentes y cómo se reconfigurará el orden mundial.
-------------------------------------------------------------------------------------------------
Uno de los gravísimos errores de la Derecha actual y que por ello sirve de punto débil a ser atacado acertadamente por la Izquierda es el estúpido apoyo a la causa del Estado de Israel: hoy, 27 de diciembre, el régimen sionista atacó salvajemente la Franja de Gaza alegando que atacaba a posiciones de Hamas, en realidad, atacó a civiles, el Estado de Israel es un régimen teocrático y místico incluso más peligroso que el régimen iraní que dista mucho de ser democrático y de otorgar un trato igual a todos sus ciudadanos, pues si se quiere ser verdaderamente ciudadano israelí el requisito sine qua non es ser judío, mientras cristianos y musulmanes son discriminados y los druzos tolerados gracias a su carácter gnóstico y no proselitista. No se ha entendido que no se puede dar marcha atrás y volver a los tiempos bíblicos: si el Estado de Israel tiene derecha a existir, bueno, pues entonces México tiene derecho a la devolución de Texas y California, o los indígenas tienen derecho a expulsarnos a criollos y mestizos de América y que resurja el Imperio Azteca, el Incanato o las ciudades-estado mayas.
La gran causa del desastre de Medio Oriente es esa aberración nacida en 1948, nacida, hay que decirlo, del racismo de los europeos y de su intolerancia que impidió a los judíos una completa integración en sus sociedades y desembocó en la terrible tragedia innegable del Holocausto, misma que no justifica que las víctimas ahora se conviertan en verdugos.