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15 de julio de 2018

UN MUNDIAL SIN FIGURAS

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La presente edición de la Copa del Mundo de la FIFA quizá será recordada como aquella que evidenció que el fútbol soccer, el deporte más popular del globo, se encuentra sumido en una grave crisis, que, como todos los aspectos surgidos de nuestra Civilización Occidental acusa una enfermedad grave, una decadencia imparable. Hace cuatro años, en este espacio, me atreví a preguntarme si la copa, en ese entonces celebrada en un Brasil preso de convulsiones económicas y políticas por el derrumbe de la farsa de Luiz Inácio Lula da Silva y su comparsa Dilma Rousseff no sería la última en celebrarse; no ha sido así, pero sin duda marcó el inicio de una cuesta abajo en la que se encuentra "el juego del hombre", como también los Juegos Olímpicos celebrados en Río de Janeiro en 2016 mostró igualmente el declive, en general de los deportes profesionales, convertidos en negocios amafiados de federaciones, representantes, patrocinadores, medios de comunicación y deportistas mediocres elevados a los altares de la celebridad excluyendo a otros quizá más talentosos pero carentes de apoyo y de mercado.

Así ha sucedido, hace apenas uno o dos meses, personajes como Lionel Messi, Cristiano Ronaldo o Neymar eran saludados como los más grandes exponentes individuales de esta disciplina, incluso catalogado alguno de ellos como "el más grande de todos los tiempos"; lo sucedido en los estadios del gigante eslavo mostraron otra cosa: Messi, como ya lo dije en este espacio hace unos días, mostró que defendiendo sus colores nacionales entra en un estado casi catatónico, de desconcierto y terror, Ronaldo, pese a ser líder y echarse al seleccionado luso al hombro, no le alcanza lo que tiene como para definir los resultados ni inspirar a sus connacionales en la cancha, mientras que Neymar es una vergüenza para el país que dio a grandes como Pelé, Ronaldo, Ronaldinho, Romario, Bebeto o Zico, es un showman que esconde su falta de aptitudes tras el fingimiento de faltas e hilarantes peinados y gestos.

Colosos del pasado, como Alemania, Argentina, más allá de Messi, España y el propio Brasil se han derrumbado con actuaciones mediocres que son un triste reflejo de lo que sucede política o socialmente en sus propios países. Veamos algunos casos:

1.- Argentina:

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El caso de Argentina fue patético: el seleccionado, pésimamente manejado por Jorge Sampaoli, probablemente el peor entrenador que jamás se ha atrevido a acudir a una Copa Mundial con cualquier país, fue un reflejo de las discordias internas, la debilidad de la autoridad, las componendas y corruptelas internas del país sudamericano, que desembocaron en el manejo del equipo por (el papá de) Messi y Mascherano, que conformaron el equipo basados en compadrazgos y no en méritos ni en la conformación de un discordias, e incluso, la golpiza que Pavón le propinó a Mascherano en una riña interna, ilustró tanto en el vestidor como en el campo de juego lo que pasa en un país polarizado por los debates generados por la Izquierda progresista como el Aborto y el Feminismo extremo y fanático, y la falta de decisión y objetivos de la administración de Macri, que al igual que Sampaoli, aparece como un débil, timorato y sin capacidad alguna para hacer valer su potestad.

Como aparecen las cosas, es muy difícil que Argentina vuelva a las viejas glorias de los Mundiales de 1978 y 1986, al menos en el corto y mediano plazo, aunque seguirá produciendo individualidades talentosas, eso no cabe duda, como siempre lo ha hecho, siempre y cuando la mercadotecnia no nos venda espejismos, como parece ser en el caso de Messi.

2.- Alemania:






Por esto Alemania verdaderamente fracasó en el Mundial! | Fútbol11
El video aquí plasmado muestra el desastre alemán, que de haber sido campeón hace cuatro años en Brasil, ahora, de forma por demás humillante se va eliminado al ser derrotado tanto por México como por Corea del Sur en la primera fase del torneo.Tal pareciera que la mata de talentos germanos está en extinción o se está secando; sin más estrella relevante que el madridista Toni Kroos, Alemania continúa llenando sus filas con inmigrantes, quienes también, son ya veteranos: el tunecino Sami Khedirá, el turco Mesut Özil y el ghanés Jerome Boateng, quienes además, según ha trascendido, ni siquiera saben hablar bien ni escribir correctamente el idioma alemán.

Incluso, como puede verse, el hecho de que Özil y otro turcoalemán recientemente añadido a la selección germana, Ilkay Gündogan, hayan visitado al Presidente de Turquía Reccep Tayyip Erdogan, unos días antes del inicio de la copa mundial, llevó a desatar una polémica respecto a las lealtades ambos jugadores, más cuando Özil había sido mostrado ya anteriormente como evidencia de la integración de los inmigrantes provenientes del mundo islámico a la sociedad alemana por parte de Angela Merkel, a lo que el mediocampista había respondido, al festejar sus goles, haciendo el gesto de la media luna con la mano, para refrendar en realidad su identidad como musulmán y como turco antes que alemán.
La Federación pide que Özil explique sus fotos con Erdogan

Así que la adición de esos elementos no alemanes a la selección ha sido más por necedad política y de demostrar que todo está bien con la presencia islámica en Alemania, y exorcizar al fantasma de Adolf Hitler y sus teorías raciales que por sus méritos futbolísticos; a lo que se suman los demás vicios ilustrados en el vídeo, lo que está provocando una evidente decadencia del fútbol en Alemania, además de un Joachim Löw cansado tras 12 años al frente del combinado nacional. Esperemos que tras el pésimo resultado en esta edición, lleve a los directivos de la Federación Alemana del balompié a repensar lo que están haciendo por el bien del deporte al que el país centroeuropeo ha dado tanto en su Historia.

3.- Inmigrantes:

El caso de Alemania no es el único, es bien sabido que la principal crítica que se hace ahora a Francia, uno de los equipos que estará disputando la final mañana es que la mayor parte de sus integrantes no son franceses nativos, sino africanos. Lo mismo ocurre con Bélgica, que acudió con una selección en que su mayor figura es Romelu Lukaku, excelente jugador, y devoto católico, que aunque nacido en Bélgica, sus padres son nativos del expoliado y destrozado Congo, a manos precisamente del infame rey belga Leopoldo II en el pasado.

Es bien sabido que desde los años 70, la baja natalidad de los europeos está llevando a un envejecimiento de la población y a la reducción de jóvenes, esto conlleva igualmente la pérdida de talentos y de mano de obra, que debe ser suplida gracias a los inmigrantes; detrás de la política migratoria tan abierta y laxa que impulsan tanto la Merkel como Pedro Sánchez ahora en España está esto, el interés de las grandes empresas europeas y la necesidad de sostener un sistema de pensiones que puede colapsar (y que llevará a la generalización de la eutanasia para descargarlo un tanto) en reemplazar a los trabajadores que sus poblaciones nativas no generan; y en este caso, también aplica a la industria del fútbol.

Pero también hay otras cuestiones a tomar en cuenta, también relacionadas con la economía, veamos la siguiente gráfica:
La imagen puede contener: una o varias personas y texto

Es decir, en números grandes está el porcentaje del equipo que se encuentra ocupado por inmigrantes, mientras que en números pequeños está el porcentaje estimado de la población que integran las poblaciones no nativas de los países europeos ahí retratados. Como puede verse, es en España, Bélgica y Alemania donde los inmigrantes ocupan un porcentaje más grande que llega o supera el 10% de los habitantes totales de dichas naciones, mientras que en Francia, las comunidades de origen extranjero apenas son poco más del 6%. Es decir, en el seleccionado galo los inmigrantes están sobre representados; pero es que aquí entra un factor económico relacionado con el deporte de las patadas.

Para nadie es extraño decir que el fútbol es el "deporte de los pobres" al ser el más barato de practicarse, donde una calle se convierte en cancha, dos cubetas marcan el espacio de la portería y una botella de plástico o una lata se transforma en balón, y que la mayoría de sus practicantes provienen de estratos desfavorecidos económicamente; hay excepciones, como el caso de Diego Forlán, miembro de una poderosa familia de empresarios uruguayos o el italiano Pirlo, vitivinicultor, o en México los casos de Luis García y Alberto García Aspe, venidos de clase alta; la mayoría de los jugadores de fútbol en el mundo son de origen pobre, cuando no miserable, y encontraron en el balompié la forma de salir de las calles o de las más terribles carencias.

Entonces, lo que nos demuestra la composición étnica de estas selecciones nacionales es que, finalmente, la mayoría de los europeos nativos, arropados por el Estado de Bienestar socialdemócrata y keynesiano, goza de muy buenas condiciones económicas, que por supuesto, no les inclina ya a dedicarse a la azarosa vida del deporte profesional, mientras que muchas de las comunidades de inmigrantes se encuentran marginadas y desprovistas de oportunidades, encontrando en el fútbol el camino para abrirse paso a resolver su pobreza o de plano el hambre. Ahí está la historia del mencionado Lukaku, que incluso ha causado conmoción al revelar cómo el deporte lo sacó a él y a su familia de la miseria más absoluta.

El fútbol, por tanto, es un retrato vivo de cada sociedad.

4.- La Derrota de la Mercadotecnia:

Este Mundial, además, nos demostró que el fútbol actual ya no ha generado individualidades revolucionarias como en el pasado fueron Pelé, Maradona, Zidane o Cryuff, Messi no tiene con qué sostenerse fuera del Barcelona, Cristiano Ronaldo, pese a su poderío físico y liderazgo, no cuenta con la potencia de un Eusebio que en 1966 hizo volar alto a Portugal, y Neymar... Neymar demostró ser un fraude. Hoy todos se ríen de él y cómo, para cubrir su evidente falta de talento, se dedica a fingir, de manera exagerada además, el sufrir faltas.



Cabe preguntarse ahora si estos jugadores valen realmente lo que costaron sus transpasos y sus multimillonarios salarios; igualmente, cabe preguntarse si ahora a los jugadores les pesa defender los colores de sus banderas por preferir mejor representar a clubes que les pagan salarios multimillonarios y al momento de jugar un torneo en el que, más que el beneficio económico, se juega el honor de su país, representado por las selecciones armadas por la federación deportiva de cada uno, eso no interesa.

El caso más extremo de esto se vio en España, aunque ahí no fue por los jugadores, sino por los directivos, ya qua al ser contratado Julien Lopetegui, seleccionador nacional como entrenador del Real Madrid, este director técnico fue de inmediato cesado y sustituido por el inexperto Fernando Hierro en el rol de entrenador nacional, lo cual fue clave para la eliminación de España, mas esto es explicable por el mayor peso del Madrid como marca y negocio, que de la selección conocida como la Furia.

Sin embargo, el hecho de que la final de este campeonato mundial vayan a jugarla Francia y Croacia, implica el triunfo de dos seleccionados que, carentes de "estrellas", jugaron realmente como conjuntos, y que, aprovechando el nivel mediocre que ostentaron otros equipos que llegaron con mayores expectativas al torneo, les fueron dejando detrás, incluso no solo los finalistas lo demostraron, también Bélgica, que trae consigo a una verdadera "generación dorada" que llegó al tercer lugar, superando lo hecho por el mítico equipo de los Diablos Rojos en los ochenta, cuando eran liderados por Enzo "zapatos rojos" Sciffo y Jean Marie Pfaff, y una Inglaterra que presentó un equipo joven, sin luminarias pero bien armado, llegando al cuarto lugar de la competencia.

Ha quedado demostrado que el fútbol vive una burbuja y es posible que la misma esté a punto de reventar, más cuando sus mayores productos e inflados: Messi, Neymar y Ronaldo, han quedado en menos de lo que se esperaba de ellos, aunque el portugués se va a la Juventus de Turín del hoy apagado fútbol italiano con un contrato jugosísimo.

Habrá que esperar estos cuatro años al Mundial de Qatar, y ver qué sucede en este ciclo.

5.- México:

En cuanto al equipo tricolor, nos encontramos donde siempre, empantanados en la mediocridad, la indisciplina, la exageración de los medios de comunicación nacionales y una prensa que sólo exhibe un villamelonismo completo, que quemó incienso a jugadores y cuerpo técnico tras la victoria sobre la disminuida Alemania, un entrenador como el colombiano Juan Carlos Osorio, inconstante y que no cesó de experimentar durante todo su ciclo ni definió un plan o estilo de juego, la entrega a un, a mi modo de ver, inmerecido homenaje a Rafael Márquez (señalado por presuntos vínculos con el lavado de dinero para el Narcotráfico según las autoridades de EUA) quien cada vez que lo alinearon, para que empatase el récord de cinco copas jugadas pertenecientes al también mexicano José Antonio "La Tota" Carbajal, el alemán Lothar Matthaus y el italiano Jean Luigi Buffon, causó más daños que beneficios a su equipo.

La vida licenciosa de los jugadores, la mediocridad de nuestra liga, la falta de disciplina, el temor al triunfo, y muchos otros lastres que traemos como sociedad, provocaron nuevamente, que el equipo no pasara de Octavos de Final, y que si bien el triunfo sobre Alemania, --bestia negra para el equipo mexicano-- generó muchas ilusiones, el problemático partido con Corea del Sur, y la humillante derrota ante Suecia, y la calificación debida a que los coreanos terminaron de destruir al pésimo combo de Löw, nos devolvieron a la realidad.

Por más que se diga y se haga, mucho me temo que para Qatar, las cosas no van a cambiar lo más mínimo.


Así concluye el campeonato del mundo de 2018. Mañana, Croacia y Francia darán el cierre a una competición mediocre con un partido que, mucho me temo, no suscitará el interés que otras finales han tenido. En cuatro años, la justa se celebrará en uno de los países que, al igual que Arabia y Emiratos Arabes Unidos, se ha apoderado del fútbol como negocio y forma de que los intereses islámicos pesen en Europa, pese a que la práctica de ese deporte en dichos países del Golfo Pérsico es sumamente mala. Será un torneo con 48 selecciones participantes, con lo que el nivel espera caer más bajo. El Mundial de Fútbol cada vez genera menos pasiones, (mientras que los torneos internacionales de clubes, como la Champions League son cada vez más seguidos) y así lo pudimos ver en las aburridas y desangeladas coberturas que hicieron esta vez las televisoras tanto propias de México como las especializadas en deportes, no obstante, el negocio del fútbol seguirá creciendo, pero por cuestiones más comerciales y más explotables, aunque al final, el deporte se encuentre cada vez más decadente y más bajo, pero no importa, la publicidad siempre nos hará creer que estamos ante los mejores de todos los tiempos, aunque en realidad estemos ante los mayores mediocres de la Historia.

1 comentario:

misteryhouse dijo...

Aunque yo no soy aficionado al fútbol, la verdad es que este mundial dejo ver la mediocridad de las otrora potencias mundialistas. Para que un país débil y pequeño en este deporte haya vencido a la selección alemana, que ha ganado varios títulos y que ganó el mundial de 2014 sí es para preocuparse en serio. Además, yo no estoy muy feliz de que nuestro país sea sede del mundial en 2026 después de ver lo ocurrido en Brasil en que el par de corruptos idolatrados por la asquerosa izquierda latinoamericana defensora de políticos de lo peor, yo paso. Pero estoy convencido de que al mexicano promedio está que brinca de gusto porque le encanta el circo a pesar de que estamos entrando a una etapa en la que todo podría salir terriblemente mal. Ay, Dios mio, que hicimos para merecer esto.