Buscar este blog


12 de enero de 2012

LOS MAYAS I: CUESTIONES HISTORIOGRAFICAS


Bueno, lo prometido es deuda, y en este 2012 hay que hablar de los Mayas, sin amarillismos, sobrevaloraciones o ligándolos a cuestiones paranormales, místicas o aún a alienígenas, sino hablar de ellos como lo que fueron: la civilización más avanzada de la América Precolombina, pero ante todo, hombres y como tales, sujetos a las mismas pasiones, glorias, miserias y derrotas que Egipcios, Griegos y Romanos.

En esta entrada, haré algunas precisiones acerca de los factores que hacen que escribir sobre los Mayas sea un tanto complicado, pese a que en los últimos 30 años, con los logros en el desciframiento de su escritura han logrado dilucidar muchos aspectos y acontecimientos ocurridos en su Historia. Así, tenemos que entrar a cuestiones tales como el problema de las fuentes sobre los Mayas, y la cuestión de la cronología, así como los mitos pseudocientíficos que se crearon en torno a esta civilización indígena.

1.-El Problema de las Fuentes:

La falta de fuentes escritas contemporáneas al florecimiento de la Civilización Maya hace que sea difícil conocer y reconstruir su época, seguir los anales y logros de sus gobernantes, conocer sus costumbres y religión a fondo, lo que contribuyó sin duda a rodearles de un halo de misterio, debido, más que nada, a la falta de conocimiento y que, incluso, al momento de la Conquista europea, parecía que ya ni el recuerdo existía de ciudades como Palenque o Tikal, cuyas ruinas permanecieron ocultas en la selva, hasta que a partir del siglo XVIII, y como consecuencia del nacimiento de la Arqueología moderna como ciencia, tras el hallazgo de las ruinas de Pompeya por científicos españoles e italianos al servicio de Carlos III, y posteriormente, en el XIX con los grandes descubrimientos de los sabios franceses en Egipto, llevados por Napoleón, fueron descubiertas y sus vestigios empezaron a ser estudiados.

Sin embargo, ya los propios Misioneros habían desarrollado algunos estudios en torno a esta cultura que después se mostrarían vitales para el  conocimiento que tenemos actualmente sobre los Mayas; así Fray Diego de Landa, primer Obispo de Yucatán, estudió a fondo la lengua maya e hizo avances iniciales en el desciframiento de la escritura, identificando una serie de signos fonéticos que se conocen como el "Alfabeto de Landa", mismo que sirvió después a los investigadores rusos Tatiana Poruskiov y Yuri Valentinovich Konorozov, que lograron los avances definitivo y concluyentes, de modo que ahora las inscripciones son totalmente legibles, tal y como los son los jeroglíficos egipcios.

Se suele echar la culpa a los Españoles, y en especial a los Misioneros, como el propio Obispo de Yucatán Fray Diego de Landa, de la destrucción de manuscitos mayas y con ella, de la pérdida de fuentes importantísimas de la Historia de este pueblo, esto sobre todo desde el ámbito anglo-protestante (en un programa del History Channel calificaban a Landa de "loco") lo que no deja de ser irónico: Españoles y clérigos católicos tras la Conquista frenaron los abusos, protegieron a los indígenas mediante instrumentos legales, les buscaron integrar a la nueva sociedad y aún respetaron a sus nobles y sus derechos de propiedad comunal sobre las tierras, además de que se produjo el mestizaje porque los españoles no eran realmente racistas, mientras que Británicos, y aún los Católicos Franceses y Portugueses exterminaron y marginaron a los indígenas que encontraron en sus colonias, aún hoy, hay sectas protestantes en las que se sostiene que los indios, descendientes de las "tribus perdidas de Israel" o de los "hijos de Dios que se unieron a las hijas de los hombres" en un oscuro pasaje del Génesis, no son dignos de recibir el Evangelio.

La realidad es que parece que en la época de Landa los Mayas sabían mucho menos que nosotros ahora sobre la escritura y el pasado de su propio pueblo. Hay que recordar que al momento de la llegada de los Españoles, la civilización Maya se encontraba en una profunda crisis y en completa decadencia. La mayoría de las ciudades estaban abandonadas y en ruinas, incluso ese último periodo de esplendor ocurrido entre los siglos XII y XV, centrado en las ciudades del norte de la Península de Yucatán había pasado: Uxmal, Chichén Itzá, Mayapán y otras se encontraban ya deshabitadas desde más o menos 1450, además de que en esas ciudades estaba muy presente la influencia de la cultura Náhuatl del centro de México, razón por la cual las inscripciones o pinturas con textos mayas son pocos, y en cambio, encontramos muchas pictografías al estilo de la escritura jeroglífica o ideográfica del centro; cuando Landa y otros investigadores españoles recabaron información de los indígenas, la recibieron en forma oral, fue transcrita en maya o español al alfabeto latino en los que se incluyeron pictogramas al estilo del México central, mientras que en esa región, se siguieron escribiendo códices con ese sistema hasta principios del siglo XVIII y usando el calendario náhuatl, mal llamado azteca, pues los propios Misioneros lo habían mantenido en uso, hasta que la extensión de la lengua castellana y del calendario Juliano-Gregoriano (reformado en el siglo XVI) entre los indígenas les hizo abandonarlos. El hecho de que no se siguiera usando la escritura tradicional maya ni que los misioneros la usaran, como sí la usaron Fray Diego Durán o Bernardino de Sahagún en el centro del país, durante los primeros años de la Colonia indica, prácticamente, que no había ya quién supiera usarla. Esto porque la alfabetización no estaba extendida entre la población, sino que la escritura maya, que era bastante complicada, pues conjuntaba el uso de signos fonéticos, como los descubiertos por Landa, ideográficos y silábicos, estaba reserbvada a nobles y sacerdotes, incluso los escribas recibían títulos nobiliarios, lo mismo que eescultores y pintores. Al darse el derrumbe de la vida urbana en el siglo X, la casta sacerdotal y la nobleza perdieron su poder, o de plano desaparecieron en muchos lugares, con lo que la escritura también se perdió, aparte, las fuertes influencias del centro de México que llegaron modificaron las costumbres y también llevaron a la adopción de la escritura pictográfica en lugar de la propia.

Igualmente, por cierto, ese complejo sistema de escritura y su reserva a castas escogidas, sería clave de porqué los Mayas, a pesar de los vastos conocimientos científicos recabados, no producirían un avance tecnológico notable como los pueblos del Viejo Continente.

Incluso en Guatemala, el Popol Vuh, en la versión que conocemos, fue trascrita al español por un indígena que se lo sabía de memoria, pues se transmitía en forma oral, aunque hoy día se puede inferir con absoluta certeza de que el mismo poema épico se encontraba en forma escrita, dado que aparecen pasajes narrados en piezas de alfarería o esculturas, con escenas representadas de la obra y el texto correspondiente y el propio cronista que lo transcribió, señala al final que lo pone por escrito pues el original "se ha perdido", además de que el nombre mismo: Popol Vuh, significa "Libro del Consejo" pues parece que los reyes mayas, antes de reunirse en consejo con sus nobles, leían pasajes del texto sagrado para recibir la inspiración divina en la toma de sus decisiones.

Así, es muy probable que Landa encontrara en realidad pocos manuscritos, la mayoría indescifrables tanto para él como para los propios indigenas que los conservaban como fetiches o restos de un pasado mitológico, y si los quemó fue porque siguió la práctica prehispánica seguida en guerras de aniquilación y no de imposición de tributos, de lo que se han encontrado huellas en algunas ciudades, como Teotihuacán ye n el mismo mundo maya con ceniza de incendios, escaleras arrancadas o estatuas decapitadas, mediante las que el conquistador borraba los vestigios del pasado del conquistado, a fin de quitarle sus antepasados, su identidad y su Historia, y que pasara a engrosar la comunidad del nuevo dominador, por lo que era la mejor forma de asegurar su conversión al Cristianismo y al sometimiento a la Corona Española; igualmente, debió haber pensado que en esos escritos no había más cosas que valieran la pena, sino que ya los indígenas entrevistados: ancianos y chamanes, le habían ya contado todo acerca de los Mayas, sobre su forma de vida, que en realidad se refería a la de esos tiempos y las últimas generaciones previas, y puras leyendas acerca del pasado: el duende fundador de Uxmal, la olla de Kan Balam, la princesa prisionera en el cenote y otros cuentos así que nada tienen de históricos y son puramente legendarios.

Incluso la vida urbana por la que hoy identificamos a los Mayas había ya desaparecido casi totalmente, aún existían algunas ciudades, pequeñas y con edificios de arquitectura muy rudimentaria a comparación a la del pasado: Tulum y Labnhá en el hoy estado de Quintana Roo, Utatlán o Gumarcaah en Guatemala, al igual que Tayazaal o Petén Itzá, la última ciudad maya independiente que no se rindió ante el Ejército Imperial Español sino hasta 1697, pero, en su mayoría, los Mayas habían vuelto a vivir en el campo, a pequeñas aldeas agrícolas y los reyes habían abandonado los tronos imponentes de cantera policromada y llenos de almohadones, las coronas de jade y plumas de Quetzal y la regalada vida en suntuosos palacios para ser simples jefes o caciques tribales, muchos de ellos, sin embargo, descendientes de linajes reales cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos; algunos de ellos subsisten hasta nuestros días, y así, en el estado de Yucatán tenemos a los Tutul-Xiu, que alguna vez reinaron sobre Uxmal y los Cocom, que rigieron los destinos de Mayapán. Se narra la anécdota de que en una ocasión que la Reina Isabel II de Inglaterra visitó nuestro país y llegó a Mérida, en el banquete de Estado le fue presentado un Príncipe Tutul-Xiu que se desempeñaba como diputado y Presidente del Congreso de Yucatán, la presentación fue con todo el protocolo, citando los títulos (mismos reconocidos y mantenidos por la Corona Española durante la Colonia, exceptuando el de Rey, por supuesto) y el tratamiento "su alteza" (y eso que la Constitución Mexicana prohibe los títulos nobiliarios); la soberana británica, asombrada, le preguntó al Gobernador de Yucatán: "¿en serio él es príncipe?" el Gobernador, ingenioso, le contestó: "bueno, él me preguntó si Usted verdaderamente es Reina en Inglaterra". La soberana se rió y conversó durante la cena con el noble maya (en realidad ya mestizo desde muchas generaciones atrás).

Pero en fin, actualmente, oficialmente (quizá existan más, escondidos en alguna biblioteca o colección privada) sólo se conservan 4 códices o manuscritos mayas, el más famoso, el Códice de Dresden, y los 4 son compendios astronómicos con tablas para calcular las apariciones de cometas, eclipses solares y lunares y estudios sobre la órbita de Venus. Las mayores fuentes, por tanto, son las miles de inscripciones que se conservan en estelas, altares, monumentos, muros de templos y palacios que han sido descubiertos y muchos otros que aún están por hacerlo.

2.- La cuestión cronológica:

En América es inaplicable la división de la Historia en Edad Antigua, Edad Media, Edad Moderna y Contemporánea (ésta en realidad es una división artificial de la Moderna para referirse a los últimos acontecimientos de la Revolución Francesa en 1789 y hasta nuestros días), y algunos hablan que ya nos encontramos en la Edad Postmoderna, iniciada ya sea con la caida del Muro de Berlín en 1989 o incluso con el 11 de septiembre de 2001, la Historia de nuestro continente más bien puede dividirse en 3 etapas: La Era Precolombina, la Epoca Colonial y la América Independiente.

La Era Precolombina, a su vez, se divide en cuatro o cinco periodos: el Periodo Prehistórico, de la llegada del hombre a América hacia el 15,000-10,000 a.C. y hasta el 3,000 a.C. en que empieza a desarrollarse la agricultura primitiva, el periodo arcaico, del 3,000 al 1,500 a.C., en que empieza a darse la sedentarización y el nacimiento de las primeras sociedades agrícolas, el Periodo Preclásico, del 1,500 a.C. al siglo I d.C., el Clásico que abarca del siglo I al X d.C. y el Postclásico, que abarca del siglo X d.C. hasta la llegada de los Europeos a inicios del XVI.

A los Mayas los ubicamos desde la parte final del Preclásico, aproximadamente desde mediados del siglo V a.C. podemos ver ya que en la zona existe una diferenciación entre los rasgos culturales de la zona maya: la Península de Yucatán, Guatemala, Chiapas, parte de Tabasco, todo Belice y la parte oeste de El Salvador y de Honduras, y la civilización madre del área conocida como Mesoamérica, misma que abarca desde el  estado mexicano de Sinaloa y hasta Nicaragua, conocida como la Olmeca y conocida por las cabezas gigantes que retratan a ciertos personajes con rasgos africanos y que edificaron las primeras ciudades y sentaron las bases para las Religiones practicadas en la zona, todas muy semejantes entre sí, así como la escritura y los sistemas calendáricos.

Es en el siglo IV a.C. cuando ya encontramos entre los Mayas el desarrollo de su sistema particular de escritura, la construcción de las primeras grandes ciudades, como el Mirador, en Guatemala, con pirámides gigantes, templos y palacios, y la formación de las primeras dinastías reales que gobernaron estas ciudades-estado, una característica que ha impulsado mucho a que se compare a los Mayas con los Griegos, aunque quizá habría que compararlos más con la China de la época de los "Estados Combatientes"  o el Japón Feudal anterior al Periodo Edo, (pueblos con los que comparten un lejano origen común, incluso el Maya y los dialectos Chinos son lenguas monosilábicas y con grandes parecidos en vocabulario y gramática); los Mayas núnca conocerían la unidad política, y es que no fueron un solo pueblo.

Al igual que los Griegos antiguos, o los Chinos antes de su unificación en 221 a.C., los Mayas eran en realidad un conjunto de pueblos o etnias con elementos comunes, como la religión y la lengua, aunque igual que en el caso de los Helenos, el idioma se dividía y se divide actualmente en numerosos dialectos; el Maya clásico, enn el que se escribían las estelas y monumentos, es hoy en día el dialecto Chontal, pero a la vez existen el dialecto Yucateco, el Quiché, el Chamula, el Cachikel, el Lacandón, etc. Una diferencia la podemos encontrar al leer el Popol Vuh, que fue transcrito al alfabeto latino y al español por un indígena Maya -Quiché, el grupo maya más grande en Guatemala, y que junto con el Yucateco (aunque entre los Yucatecos también había divisiones étnicas marcadas: Itzáes, Chenes, Puuc, etc.) forman las etnias mayas más grandes, por lo cual a la civilización a veces se le llama así con los dos nombres, denomina al dios creador, la serpiente emplumada, como Gucumatz, misma divinidad que en el maya clásico y en el yucateco se llama Kukulkán, igualmente, llama al Dios del Rayo, la Justicia y protector de los Reyes: Tohil, mientras que en los textos clásicos se le llama K'awil. Aún así, los Mayas se identificaban todos como tales y se diferenciaban de los no-Mayas al norte de su territorio (el Mayab) y al sur del mismo, a los que, por supuesto, veían como bárbaros... incluso, a los Españoles ya sus descendientes Criollos y Mestizos nos consideran así.

Sería la Epoca Clásica la que marcaría el apogeo de la civilización maya, hasta que en el siglo X se daría un repentino colapso de las grandes ciudades de la zona central de los Mayas: Guatemala-Chiapas y sur de la Península Yucateca, dándose entonces un apogeo de las ciudades del norte de la Península, lo que llevó en una época, a hablar de dos periodos de la Historia Maya: el Imperio Antiguo y el Imperio Nuevo, pensando que los Mayas habían repentinamente migrado del sur al norte, y que en la parte sur se había dado la llamada "desaparición" que los pseudocientíficos alegan, se debió a catástrofes inimaginables o a la intervención de extraterrestres, cuando los Mayas no desaparecieron, sino siguen ahí, y en la parte sur de su territorio volvieron a vivir en aldeas pequeñas, abandonando las urbes. Sin embargo, las mismas causas que provocaron el derrumbe de las grandes ciudades clásicas provocaron la caída y abandono de las capitales del Postclásico, mismas que siempre habían estado habitadas, pero no habían tenido la preponderancia, apenas 50 años antes de la llegada de los Españoles.

En el próximo post sobre los Mayas, hablaré acerca del complicadísimo calendario Maya y de los mitos populares que existen alrededor de ellos y que han sido aprovechados por pseudocientíficos y posturas políticas. 

No hay comentarios: