Ha habido a lo largo de la Historia, genios verdaderos que han contribuído al cambio de la vida de la humanidad; no me refiero aquí a líderes políticos o conquistadores, como Alejandro Magno, Julio César, Carlomagno o Ghengis Khan, sino a personas que han contribuído a modificar directamente la forma de vida de las personas, que han creado medios, instrumentos o innovaciones en la difusión de la cultura, en la mejora de la calidad de vida y en la realización de las tareas cotidianas; quizá, los logros de estos genios de la ciencia y la tecnología han sido más duraderos y de mayor impacto que los de los personajes mencionados al inicio de esta entrada, aunque ellos contribuyeron mucho a la difusión de logros culturales.
Sin embargo, en la lista de grandes innovadores que han desarrollado inventos que definitivamente han cambiado el curso de la Historia tenemos a Gutemberg y su imprenta, James Watt y la máquina de vapor, Tomás Alva Edison y su gama de descubrimientos: el foco, el fonógrafo y el kinetoscopio, antecedente del cine, los hermanos Lumiére y el cinematógrafo propiamente dicho, Marconi y la radio, Cougnot, Daimler, Benz, Panhard y Levassor, y Ford, al automóvil, y a esa lista se ha agregado un nuevo nombre: Steve Jobs, asociado directamente a la informática.
Lo recuerdo bien: la primera computadora que manejé, cuando tenía 8 años de edad, en 1984, fue una Apple II-E, hoy, manejo una Ipad y poseo un Ipod Touch, así que mi vida ha ido a la par de las invenciones de este genio cuya existencia se extinguió el día 5 de octubre. Es así que Jobs y su obra han sido parte fundamental de las vidas de los de mi generación y siguientes.
Su historia es extraordinaria y es un verdadero canto a la vida: hijo no deseado, fruto de la relación entre dos estudiantes universitarios en California, EUA, un Sirio Musulmán ahora profesor de ciencias políticas en su país natal y una norteamericana, nada más nacer fue adoptado por un matrimonio de apellido Jobs, estudiante brillante que deja la universidad, y que es uno de los iniciadores, junto a Bill Gates, de la gran revolución informática de los 80.
Por supuesto, aquí no caben hagiografías ni mitos: Jobs a pesar de su espíritu emprendedor, de su genialidad como inventor y la sabiduría que adquirió enfrentando la adversidad de sus enfermedades y que se refleja en su famoso discurso de la Universidad de Stanford, tuvo sus puntos oscuros o extravagantes: no le interesaba el dinero ni los bienes materiales, pues siempre vestía con sencillez y su casa, también sencilla, carecía casi totalmente de muebles, pero no participó, a diferencia de Bill Gates y su esposa Melinda, en causas benéficas; mientras el otro genio de Apple: Steve Wozniack, hoy retirado, repartía sus acciones con los empleados, él buscaba mayor control de la compañía, mientras Gates daba gran importancia a su esposa y familia, Jobs, probablemente movido por su resentimiento y escepticismo ante sus padres biológicos apenas dejaba espacio público para ella y procreó una hija ilegítima, demandaba a la competencia y celosamente procuraba mantener el liderazgo de su empresa por sobre todas las demàs, lo normal: era un empresario, pragmático y ávido de éxito como Edison o Ford. Contradictorio, a pesar de sus conocimientos científicos en electrónica y programación, al verse afectado por el cáncer acudió a charlatanerías naturistas en vez de buscar un tratamiento médico adecuado.
Fracasos también los tuvo: las computadoras Apple III y Lisa, que hicieron que la empresa mantuviera únicamente la línea Macintosh que llega hasta hoy, una consola de videojuegos, la Macintosh-TV, etc., sin embargo, Jobs aprendió de sus derrotas, perfeccionó los inventos fallidos y generó en base a ellos nuevos desarrollos, mejores en funcionamiento y con óptima respuesta del mercado.
Jobs perteneció a toda una camada de genios que le dieron al mundo la computadora personal, sistemas operativos comprensibles y fáciles de usar, y finalmente la informática movil; hay que recordar que cuando Apple presentò con Macintosh en 1984 un sistema operativo de interfaz gráfica que perfeccionaba lo iniciado por Xerox a fines de los 70, eso sirvió de impulso a Microsoft, que ya ascendía de la mano de su MS-DOS que se había convertido en el sistema operativo, para lanzar al mercado su interfaz gráfica Windows. Lo más increible es que todos estos eventos revolucionarios fueron concebidos por entonces veinteañeros, en el garage de sus casas, sin duda en una muestra del mejor lado del Liberalismo Económico norteamericano que permitió el despegue de emprendedores, que si bien no terminaron una carrera universitaria, fueron producto de un sistema educativo que impulsa el gusto por la ciencia, la creatividad y un inconformismo positivo, que no queda en quejas y lamentaciones, sino en la generación de nuevas ideas y propuestas; esa generación ha tenido continuación con personajes como Mark Zukerberg, el fundador de Facebook, y los otros genios del Internet, como los creadores de Yahoo! y sobre todo, de Google, los que desarrollaron a Linux también han desde los 80, y hoy, los que han creado el sistema Android, que le ha plantado cara a Apple.Sin embargo, también se ha demostrado que muchas de estas innovaciones son un tanto efímeras y son superadas prontamente por otras, por lo que el terreno sobre el cual se encuentra edificado el "imperio de la manzana" es movedizo y altamente frágil. Hay que recordar que, precisamente, Apple empezó como liderando una rebelión contra IBM y el monopolio de Microsoft en el terreno de los sistemas operativos, señalando a la vieja compañía de equipos de cómputo como el gigante a vencer por el David armado con una manzana, 30 años después, IBM se ha derrumbado y ahora Apple parece ser el gigante a vencer.
La pregunta actual es si Apple sobrevivirá sin Steve Jobs, si es una verdaera empresa capaz de seguir produciendo innovaciones y desarrollando tecnología, que ante lo alcanzado hasta hoy día, parece que ya no queda nada más que inventar, aunque, bueno, eso pensaban los Ilustrados en el siglo XVIII al redactar la Enciclopedia, o si sólo fue el instrumento de un individuo para desarrollar sus propios proyectos; lamentablemente, la presentaciòn del Iphone 4S fue considerada por muchos como una decepción, tanto por ofrecer un teléfono sin muchas innovaciones como por el desangelado liderazgo mostrado por Tim Cook, quien fue designado como sucesor por el propio Jobs al frente de la empresa.
Y es que parece que la revolución informática ha sido producto de una serie de genialidades individuales, lo que le ha dado tanto su explosividad como su a veces marcada discontinuidad.
Como sea, Jobs echò a andar mucho de esa revolución en la que seguimos atrapados. ¿hasta dònde llegará? El ingenio humano no conoce límites, y sea Apple o sea alguna otra empresa o persona que surja en el futuro, mucho deberá a este hombre extraordinario sus logros; por eso, uno sólo puede decirle dos cosas a Steve, donde quiera que esté: MUCHAS GRACIAS, por dejar huellas en nuestras vidas y mejorar la comunicación, el trabajo y el entretenimiento, y desearle que DESCANSE EN PAZ.
Sin embargo, en la lista de grandes innovadores que han desarrollado inventos que definitivamente han cambiado el curso de la Historia tenemos a Gutemberg y su imprenta, James Watt y la máquina de vapor, Tomás Alva Edison y su gama de descubrimientos: el foco, el fonógrafo y el kinetoscopio, antecedente del cine, los hermanos Lumiére y el cinematógrafo propiamente dicho, Marconi y la radio, Cougnot, Daimler, Benz, Panhard y Levassor, y Ford, al automóvil, y a esa lista se ha agregado un nuevo nombre: Steve Jobs, asociado directamente a la informática.
Lo recuerdo bien: la primera computadora que manejé, cuando tenía 8 años de edad, en 1984, fue una Apple II-E, hoy, manejo una Ipad y poseo un Ipod Touch, así que mi vida ha ido a la par de las invenciones de este genio cuya existencia se extinguió el día 5 de octubre. Es así que Jobs y su obra han sido parte fundamental de las vidas de los de mi generación y siguientes.
Su historia es extraordinaria y es un verdadero canto a la vida: hijo no deseado, fruto de la relación entre dos estudiantes universitarios en California, EUA, un Sirio Musulmán ahora profesor de ciencias políticas en su país natal y una norteamericana, nada más nacer fue adoptado por un matrimonio de apellido Jobs, estudiante brillante que deja la universidad, y que es uno de los iniciadores, junto a Bill Gates, de la gran revolución informática de los 80.
Por supuesto, aquí no caben hagiografías ni mitos: Jobs a pesar de su espíritu emprendedor, de su genialidad como inventor y la sabiduría que adquirió enfrentando la adversidad de sus enfermedades y que se refleja en su famoso discurso de la Universidad de Stanford, tuvo sus puntos oscuros o extravagantes: no le interesaba el dinero ni los bienes materiales, pues siempre vestía con sencillez y su casa, también sencilla, carecía casi totalmente de muebles, pero no participó, a diferencia de Bill Gates y su esposa Melinda, en causas benéficas; mientras el otro genio de Apple: Steve Wozniack, hoy retirado, repartía sus acciones con los empleados, él buscaba mayor control de la compañía, mientras Gates daba gran importancia a su esposa y familia, Jobs, probablemente movido por su resentimiento y escepticismo ante sus padres biológicos apenas dejaba espacio público para ella y procreó una hija ilegítima, demandaba a la competencia y celosamente procuraba mantener el liderazgo de su empresa por sobre todas las demàs, lo normal: era un empresario, pragmático y ávido de éxito como Edison o Ford. Contradictorio, a pesar de sus conocimientos científicos en electrónica y programación, al verse afectado por el cáncer acudió a charlatanerías naturistas en vez de buscar un tratamiento médico adecuado.
Fracasos también los tuvo: las computadoras Apple III y Lisa, que hicieron que la empresa mantuviera únicamente la línea Macintosh que llega hasta hoy, una consola de videojuegos, la Macintosh-TV, etc., sin embargo, Jobs aprendió de sus derrotas, perfeccionó los inventos fallidos y generó en base a ellos nuevos desarrollos, mejores en funcionamiento y con óptima respuesta del mercado.
Jobs perteneció a toda una camada de genios que le dieron al mundo la computadora personal, sistemas operativos comprensibles y fáciles de usar, y finalmente la informática movil; hay que recordar que cuando Apple presentò con Macintosh en 1984 un sistema operativo de interfaz gráfica que perfeccionaba lo iniciado por Xerox a fines de los 70, eso sirvió de impulso a Microsoft, que ya ascendía de la mano de su MS-DOS que se había convertido en el sistema operativo, para lanzar al mercado su interfaz gráfica Windows. Lo más increible es que todos estos eventos revolucionarios fueron concebidos por entonces veinteañeros, en el garage de sus casas, sin duda en una muestra del mejor lado del Liberalismo Económico norteamericano que permitió el despegue de emprendedores, que si bien no terminaron una carrera universitaria, fueron producto de un sistema educativo que impulsa el gusto por la ciencia, la creatividad y un inconformismo positivo, que no queda en quejas y lamentaciones, sino en la generación de nuevas ideas y propuestas; esa generación ha tenido continuación con personajes como Mark Zukerberg, el fundador de Facebook, y los otros genios del Internet, como los creadores de Yahoo! y sobre todo, de Google, los que desarrollaron a Linux también han desde los 80, y hoy, los que han creado el sistema Android, que le ha plantado cara a Apple.Sin embargo, también se ha demostrado que muchas de estas innovaciones son un tanto efímeras y son superadas prontamente por otras, por lo que el terreno sobre el cual se encuentra edificado el "imperio de la manzana" es movedizo y altamente frágil. Hay que recordar que, precisamente, Apple empezó como liderando una rebelión contra IBM y el monopolio de Microsoft en el terreno de los sistemas operativos, señalando a la vieja compañía de equipos de cómputo como el gigante a vencer por el David armado con una manzana, 30 años después, IBM se ha derrumbado y ahora Apple parece ser el gigante a vencer.
La pregunta actual es si Apple sobrevivirá sin Steve Jobs, si es una verdaera empresa capaz de seguir produciendo innovaciones y desarrollando tecnología, que ante lo alcanzado hasta hoy día, parece que ya no queda nada más que inventar, aunque, bueno, eso pensaban los Ilustrados en el siglo XVIII al redactar la Enciclopedia, o si sólo fue el instrumento de un individuo para desarrollar sus propios proyectos; lamentablemente, la presentaciòn del Iphone 4S fue considerada por muchos como una decepción, tanto por ofrecer un teléfono sin muchas innovaciones como por el desangelado liderazgo mostrado por Tim Cook, quien fue designado como sucesor por el propio Jobs al frente de la empresa.
Y es que parece que la revolución informática ha sido producto de una serie de genialidades individuales, lo que le ha dado tanto su explosividad como su a veces marcada discontinuidad.
Como sea, Jobs echò a andar mucho de esa revolución en la que seguimos atrapados. ¿hasta dònde llegará? El ingenio humano no conoce límites, y sea Apple o sea alguna otra empresa o persona que surja en el futuro, mucho deberá a este hombre extraordinario sus logros; por eso, uno sólo puede decirle dos cosas a Steve, donde quiera que esté: MUCHAS GRACIAS, por dejar huellas en nuestras vidas y mejorar la comunicación, el trabajo y el entretenimiento, y desearle que DESCANSE EN PAZ.
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