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20 de junio de 2010

SARAMAGO Y MONSIVAIS: IMAGEN, VANIDAD Y LITERATURA

En estos días se dió el fallecimiento de dos íconos de la Izquierda: los escritores Carlos Monsiváis de México y José Saramago de Portugal, visibles en la foto de arriba en compañía de otros dos íconos de la misma postura política: Elena Poniatowska y el Subcomandante Marcos, en aquella marcha del año 2000, provocada imprudentemente por Fox y que no fue más que un espectáculo sin consecuencias, ni positivas ni negativas para el país. pero eso sí, sirvió a los literatos arriba retratados, como un escaparate para su lucimiento personal.

Y es que Saramago y Monsiváis fueron representantes de lo mismo: imagen e incongruencia, publicidad obtenida de la intervención en la política y vida de estrellas mediáticas, millones en el banco y negocios capitalistas combinados con un discurso marxista recalcitrante, antiglobalización y éxito internacional provocado por la misma globalización.

Con esto, no quiero decir que no sea lamentable su fallecimiento, todo lo contrario, toda muerte es trágica o triste para sus seres queridos, ni tampoco niego la calidad literaria de ambos, en especial de Saramago, laureado con el Nobel y sin duda un escritor importante de gran estilo y talento, sin embargo, creo que es necesario decir algunas cosas sobre lo que fueron estos "intelectuales" y lo que realmente hicieron.

Es una postura clásica en Latinoamérica y Europa que los escritores se arroguen el papel de opinadores y analistas de la situación política y de muchas otras cosas, lo que contrasta enormemente con los escritores anglosajones, que en su mayoría, escriben libros que pueden o no tener mensaje o intención ideológica o moralizante sin que eso importe mucho al fin o pretendan generar polémica, salvo aquellos como los de Dan Brown que abiertamente muestran esa intención y no son generalmente de alta calidad, como es el caso de el "Código da Vinci" y demás obritas del norteamericano, pero en el caso de los escritores serios, si dan conferencias o entrevistas es para hablar de literatura; por ello, cuando he comentado aquí sobre la FIL, he planteado que resulta un tanto hartante ver cuando venían estos personajes y hablaban acerca de la aprobación del aborto, de la Economía y el combate a la pobreza pero no de Literatura; una lección que un día James Ellroy le dió a Paco Ignacio Taibo II cuando en la FIL de 2004 el literato mexicano esperaba que el autor de novelas negras usara su conferencia para despotricar contra Bush y la Guerra en Irak, tónica generalizada en las conferencias de la feria, pero éste, harto de tanta politización se burló de Taibo y sus posturas y habló claro: "Yo soy un gringo muy malo, voté dos veces por Bush, él no se mete con mis libros y yo no me meto con sus políticas" y ante preguntas sobre política terminó interrogando él mismo a los asistentes: "¿Y sobre mis libros, qué?" Y habló sobre las novelas policíacas, y hablando llanamente, dijo que escribía libros para venderlos y ganar dinero y punto y que gracias a ello vivía bastante bien y su mansión tenía alberca.

Aquí debo hacer un paréntesis y decirle al Sr. Achirica que tiene toda la razón, he abusado en mi denostación en cuanto a música, respecto a los que hacen música "comercial" finalmente, tal y como me lo hacía ver, Dream Theather, Therion, Judas Priest o Iron Maiden, si hacen música, lo hacen en primer término porque al igual que Britney Spears o Justin Timberlake o Ricardo Arjona es su medio para ganarse la vida y esperan obtener ganancias económicas al igual que los poperos, otra cosa es que no me guste en lo personal la música de estos últimos, así que desde aquí unas disculpas hacia él, y un agradecimiento por haberme corregido, pues lo mismo pasa en los terrenos literarios, por momentos, parece que Saramago, Monsiváis y todos los escritores Iberoamericanos quieren decirnos que escriben por el simple hecho de querer reflexionar sobre la inmortalidad del cangrejo o el color de las estrellas, en un espíritu bohemio propio de Cyrano de Bergerac según lo plasma Edmond Rostand, sin interés, ni siquiera, de obtener lo necesario para comer, y esto, es COMPLETAMENTE FALSO!!

La realidad es que ambos personajes vivieron como potentados, el caso de Saramago es una historia de superación y trabajo propia de cualquier capitalista norteamericano del siglo XIX, casi un Hearst: de origen humilde, es cerrajero y mecánico, hace sus pininos como periodista, se vuelve reportero estrella de un importante diario portugués y llega a ser Director y accionista del mismo (ascenso social que nunca habría logrado en un Estado comunista), publica novelas y alcanza la fama, tras ganar el Nobel en los noventa, la Globalización lo lleva a la fama mundial y a las ventas millonarias de sus obras, escribe en los periódicos y da conferencias por todo el orbe, pero siempre manteniendo una postura propia de la Izquierda Marxista más recalcitrante y hasta estalinista, ateo y materialista confeso, criticará a la Iglesia, a las Cruzadas y a la Inquisición, pero no dirá nada sobre el Gulag, aprobará las sangrientas revoluciones y sus matanzas innecesarias, claro, todo desde su cómoda mansión de Lanzarote en las Canarias, mientras se divorciaba de su esposa y se casaba con una mujer más joven como toda figura del "jet set" y sólo hasta tardíamente condenará a Fidel Castro y su cruel régimen en Cuba.

La verdad, yo pienso que Saramago era tan ateo que tampoco creía en el Marxismo, como se desprende del contraste entre su "vida burguesa" de celebridad y sus radicales ideas, sin embargo, vió en él un vehículo excelente para llegar al público juvenil y adolescente, rebelde y contestatario por naturaleza, y en el morbo al tocar temas como la Religión, la Iglesia, la vida de Cristo y la Biblia un excelente camino hacia los "best-sellers", en definitiva, un medio de promoción de su imagen.

Y es que Saramago fue tan ateo, que sólo creía en sí mismo como fuente única de sabiduría y de la verdad... y en el dinero que recibía por posar como tal...

Sobre Monsiváis he aquí la crítica que se le hace desde la propia Izquierda de la que se sentía vocero, en esta liga al foro del sitio del caricaturista Paco Calderón, donde se transcribe un comentario del editor de la (espantosa) revista Replicante. Y todo esto es cierto: miembro de la crítica asalariada del régimen priísta, homosexual y coleccionista, sus mayores glorias como literato y ensayista fueron en los años setenta donde siempre se mantuvo anclado, a diferencia de Saramago que vestía siempre traje y corbata de marcas caras, cultivó una cuidada imagen de bohemio desaliñado mientras vivía en una lujosa casona de Coyoacán y gozaba de becas, premios y subvenciones otorgadas por los gobiernos contra los que despotricaba, igualmente, tuvo pegue en la juventud dada su pose de rebelde y tuvo también grandes resbalones, luego olvidados, que mostraban la mediocridad tras la fachada de  intelectual, como el haber considerado a Gloria Trevi, (montaje descarado de Televisa y detrás del que se encuentra una tenebrosa historia de infanticidio, prostitución, abusos y corrupción dentro de dicho monopolio y del que sólo pagó Sergio Andrade) como un fenómeno cultural importante en la Historia reciente de México. Igualmente, fue un defensor a ultranza de la exención de impuestos a los de su gremio, verdadera elite en nuestro país.

Este tipo de escritores me mueve a decidirme por preferir a tipos honestos como Ellroy o Stephen King que abiertamente escriben y lo reconocen, con la intención de tener éxitos de ventas sin que esto signifique que escribirán porquerías como Brown, hacen menos daño que salir y decir disparates sobre política, economía, moral y religión y defender una ideología en la que no se cree, y bajo la que no se vive, solo para alimentar al propio ego, mientras muchos de la audiencia se lo toman en serio y en base a ello pueden luego volverse gente de peligro por el radicalismo inspirado en las figuras públicas que lo tienen de dientes para afuera.

Eso también aplica en la música y es preferible ser honesto y hacer un trabajo de calidad y reconocer que se hace buscando que tenga éxito... sin embargo, eso no implica que ahora me haga fan de AB Quintanilla... sería como volverme fan de Dan Brown...


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