LOS PROBLEMAS DE LA UNION EUROPEA

La Unión Europea se enfrenta hoy en día a una serie de problemas graves que, entre otras cosas, puede poner en riesgo a la unidad monetaria alcanzada en el año 2000 con el euro, y es que la integración de un bloque regional, ahora sobreextendido tiene sus costos y los mismos resultan elevados, más cuando se conforma por países con diferente grado de desarrollo económico.

Así, resulta claro que cada vez es más difícil que los europeos se pongan de acuerdo dadas las diferencias de intereses y de desarrollo económico de sus países. De nada vale el Tratado de Lisboa que crea un Presidente Europeo y una especie de Ministro de Relaciones Exteriores único cuando a la vez se mantiene la presidencia rotativa entre los Ejecutivos de los países miembros y el peso de la Comisión Europea y del Consejo de Ministros de Exteriores es mayor a lo que puedan hacer los funcionarios seleccionados como cabeza y representación de la Unión, cuando los mismos son figuras grises y desconocidas que evitan opacar a los políticos españoles, franceses, alemanes, etc. que encabezan en realidad al bloque y que prefieren velar por los intereses propios que por los continentales.

De igual manera, queda claro que la Unión Europea fue trenzada para solventar y dirigir la siempre difícil relación entre Alemania y Francia, que son, hasta la fecha, los motores verdaderos de la Unión al poseer las economías más desarrolladas de todos los 27 miembros. Tras ellos, sigue una serie de potencias desarrolladas, como Inglaterra, Holanda, Suecia o Finlandia, y potencias medianas como Austria, Bélgica, Italia o España (esta última, en la orillita hacia el siguiente nivel de países miembros de la UE), para después seguir una serie de países pobres en Europa Occidental y que son miembros de la Unión, donde también se incluye a España, y se les ha denominado con el poco agraciado acróstico de "PIGS": Portugal, India, Grecia y el país ibérico, más abajo en la escala, por último, están los países de Europa Oriental, antiguos satélites de la Rusia Soviética o de plano ex-repúblicas que la constituyeron: Reps. Checa y Eslovaca, Polonia, Hungría, los países bálticos, etc. que viven, prácticamente, de los subsidios de los países occidentales.

La realidad es que entre más grande la Unión Europea, más problemas, más dificultades para lograr acuerdos y menos posibilidad de ejercer una presencia fuerte en el mundo como bloque, lo que pudo haberse logrado si hubiera seguido siendo la Europa de los 12 que abarcó de 1986 con la adhesión de España y Portugal y hasta la inclusión de los países escandinavos en 1994, todavía con la inclusión de ellos, la situación era sostenible, pero ahora, los países que destacan y marcan el ritmo a todos son Alemania y Francia, quienes además han buscado por un lado reducir la intervención norteamericana en Europa, contrarrestar el nocivo papel del Reino Unido en el bloque y a la vez, apaciguar a Rusia, de quien dependen energéticamente e incluso, financieramente, ante la crisis y los recursos frescos que ha puesto a circular en los mercados europeos.

La situación actual, sin duda, está siendo la prueba de fuego para la Unión Europea, las diferencias económicas y de fuerza política de los Estados miembros, los subsidios sin posibilidad de ser pagados por los Estados débiles y nuevos miembros de la empobrecida zona oriental del país, la cada vez mayor presencia islámica en el continente, la burocratización creciente, las debilidades financieras de países que optaron por el Estado de Bienestar y un intervencionismo enorme de los gobiernos en la economía a fin de financiar el hedonismo de los europeos, el relativismo moral y el avejentamiento de la sociedad ante la baja natalidad parecen mostrar que los europeos, al igual que los lemminges, se dirige a un suicidio colectivo, no existen liderazgos ni mentes capaces de corregir el rumbo, a pesar del bienestar aparente, Europa está, sin duda en franca decadencia, y su papel queda cada vez más marginado en favor de nuevos y más poderosos centros de poder, como China, la India y hasta Irán que son capaces de influir en el ámbito mundial, mientras Europa, cada vez más encerrada en sí misma, preocupada por sobrevivir y consolidar una unidad que no parece llegar ni tomar la fuerza que se esperaría de ella.

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En México, no cabe duda de que nuestros políticos son los peores enemigos de nuestro país, continúa el debate bizantino del matrimonio homosexual junto con el debate de la laicidad del Estado, mientras, los verdaderos problemas del país: inseguridad, violencia, empobrecimiento de la población, falta de oportunidades de trabajo y desarrollo para los jóvenes, etc. siguen sin tener una solución ni la expectativa de ella. La verdad, no les interesa, sólo les interesan las campañas y el dinero a embolsarse en sus entramados de corrupción, la prueba está en las alianzas entre el PRD y el PAN, a todas vistas insultantes.

Entre tanto, nos siguen desviando la atención con las discusiones artificiales antes mencionadas para que no nos demos cuenta de sus idioteces y corruptelas.

Como colofón, mientras en nuestro país se pretende que renazca la antirreligiosidad de la época de la Cristiada o de Juárez, algo que ya debería estar totalmente superado, las potencias emergentes se han dado cuenta de la importancia de la Religión y de las instituciones religiosas como parte fundamental de la fortaleza del pueblo: En Rusia, la Iglesia Ortodoxa, siempre sometida al Estado, es cierto, aparece como una fuerza que está teniendo un papel vital para la reconstrucción de los valores éticos de la sociedad, desaparecidos tras 70 años de materialismo marxista, y de un sentido de la trascendencia. En China, se está dando un verdadero renacimiento budista, y taoísta, mientras la doctrina moral de Confucio se estudia y se promueve por todo el país.

En Occidente, por el contrario, se desprecian las raíces religiosas y también las doctrias morales, así como la tesis del Derecho Natural, fundamental para los avances jurídicos y de la libertad en nuestra civilización en pro del positivismo... esto es peligrosísimo, porque si se espera que el Estado decrete, mediante la legislación lo que es bueno y lo que es malo, estaremos abriendo las puertas al totalitarismo.

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Las inundaciones en Chalco y otras partes de la Ciudad de México y su Zona Metropolitana, muestran lo cerca que está el colapso de la megalópolis... las generaciones actuales siguen pagando las consecuencias del error de Tenoch de fundar una ciudad sobre una cuenca lacustre... veamos que pasa...