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5 de enero de 2009

2012 Y EL MIEDO



Discovery Channel, Animal Planet, National Geographic e History Channel sin duda son excelentes ofertas televisivas pues buscan difundir la cultura y la ciencia a un público que muchas veces solo busca el entretenimiento más hueco que pueda haber. Han buscado, sobre todo, presentar temas en apariencia áridos o poco atractivos para el público en general en forma amena y que mueve al interés de las personas.


Sin embargo hay cosas en las cuales parecen irse más desgraciadamente por el morbo, lo que, la verdad, no hace favor alguno a la difusión científica ni ayuda a mejorar el nivel cultural de la audiencia, por el contrario, se basa en un sensacionalismo o amarillismo que explota el morbo más primitivo de las personas, y podrá servir para aumentar el rating, mas no para cumplir con la finalidad que estos canales deben tener. Me recuerda un tanto lo que ocurrió con populares revistas de difusión científica como lo fueron "Muy Interesante" o "Conozca Más", que conocieron una verdadera "edad de oro" durante la segunda mitad de los 80 e inicios de los 90, publicando artículos de personalidades tales como Stephen Hawking, Carl Sagan, Paul Davies o Roger Penrose y Arthur C. Clarke e Isaac Asimov, científicos y escritores que además se dedicaron a intentar explicar los campos científicos más fascinantes en forma llana y clara para que los legos supiéramos de qué se nos hablaba.


Hoy, sin embargo, estas revistas ya no cuentan con colaboraciones así de importantes, sino que han apostado por dar un enorme espacio a la publicidad, lo que redunda en un aumento en la superficialidad de los artículos los que además ahora giran en torno a temas cual más morbosos, desde algunos que recuerdan al Código Da Vinci (y resulta curioso, sacan reportajes en los que solo buscan desacreditar al Cristianismo, pero buscan bases científicas para sostener la doctrina budista de la reencarnación) y sobre todo, dedican un enorme, excesivo espacio, diría yo, a temas relacionados con la sexualidad.



Así, resulta que en estos canales de TV en ocasiones han apostado por lo escandaloso y morboso, rebajando a lo científico al plano de un programa sensacionalista tipo "las grandes persecuciones policiacas" o cosas así, y en otros casos, han apostado por producciones que la verdad, resultan completamente intrascendentes, aburridas y que no las ve nadie: ¿dedicar toda una serie a la actividad de leñadores en plantaciones forestales de Oregon? ¿o a los traileros de Alaska? yo creo que esos son temas que no interesan ni al 0.1% de la población mundial, no digamos de la tele audiencia, bastaba con un solo programa o documental sobre ello y no hacer todo un serial al respecto.



Pero en cuanto a la faceta del sensacionalismo, últimamente han abundado en los programas sobre posibles cataclismos cósmicos que significarían la extinción masiva de la raza humana o la destrucción total del planeta... para explicar fenómenos astronómicos, como los agujeros negros, las súpernovas o los magnetares y las estrellas de neutrones se apela a los efectos devastadores que estos tendrían sobre la Tierra...o fenómenos geológicos y del clima, como macroerupciones volcánicas, terremotos, huracanes y tsunamis. Es cierto, lo que acabó con los dinosaurios fue la caída de un enorme meteorito, y existe la posibilidad de que vuelva a ocurrir, pero tampoco es algo inminente como para sembrar el pánico con "documentales" que más bien parecen ser guiones de J.J. Abrams para futuras películas tipo "Cloverfield".



Y digo: ¡qué ganas de generar miedo! plasman al espacio exterior como la sede de peligros monstruosos y amenazantes y a nuestro pobre planeta como una pequeña esferita, similar a un charalito en medio del océano, rodeado de implacables y feroces tiburones cósmicos como explosiones de rayos gamma, magnetares con campos magnéticos capaces de destrozar mundos y todo lo que haya en ellos, supernovas que evaporan planetas y voraces hoyos negros que surcan el firmamento y narrado de tal forma que ¡híjole! el fin del mundo está a la vuelta de la esquina. Caray, el hecho de que la Tierra haya durado más de 4,000 millones de años creo que es suficiente muestra de lo poco probable que es que uno de estos fenómenos golpee la Tierra, en todo caso, en todo ese tiempo, solo ha habido 2 extinciones masivas, una en el pérmico y otra en el cretácico, separadas por cientos y cientos de millones de años.



Pero lo peor es que irresponsablemente se relaciona esto con la famosa profecía maya de que el mundo se acaba en el 2012, esto es, en 3 años, lo que evidentemente, puede generar pánico en las personas. Lo curioso es que núnca, núnca, dicen en que inscripción, en qué códice o en qué estela y en dónde aparece tal profecía. He leído varias veces el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, donde se cuenta la creación del mundo, la lucha de los héroes gemelos Hunapú e Ixbalamque contra los dioses infernales y la creación de los hombres y el origen de los mayas y en ninguno de sus capítulos, párrafos y enunciados aparece que se acabará el mundo en el 2012. El libro profético escrito por el sacerdote Chilán Balam de Chuyamel no contiene tampoco tan ominoso vaticinio, sino visiones acerca de la llegada de los españoles, y esto gracias a que el citado personaje vió la llegada de Hernández de Córdoba, Grijalva o Cortés y profetizó con más lógica que clarividencia, la que sería posteriormente la expedición de Montejo a Yucatán.



¿Entonces porqué tanto afán? ¿de dónde se origina esta supuesta profecía? Simplemente de que en el calendario maya, mismo que está ordenado en ciclos, uno de sus más grandes ciclo termina en diciembre de 2012, es como cuando terminó, dentro del calendario occidental, organizado en forma lineal y no cíclica con el parteaguas del nacimiento de Cristo en medio, el primer milenio después de Cristo, o terminó el segundo y empezó un tercero, dentro del cual estamos viviendo. En fin, todo esto demuestra que no hay nada más arbitrario que la medición del tiempo, y también que a los "profetas del apocalipsis" al no haber pasado nada cuando llegó el año 2000, pues ni siquiera el famoso error informático del Y2K representó amenaza alguna, buscaron otra fecha en la que decir que iba a tener lugar ahora sí la tragedia de las tragedias y medrar con ello, y qué mejor que otro hito o fecha clave en un sistema cronológico perteneciente a la siempre rentable por presuntamente misteriosa cultura maya que viene arrastrando la etiqueta de sobrenatural y de contactada por extraterrestres desde charlatanes como Von Däniken, algo que siempre será un obstáculo a su adecuada comprensión por nosotros. Lo lamentable es que canales de TV presuntamente serios y culturales, pertenecientes incluso a sociedades científicas como la National Geographic con una larga y respetable trayectoria se presten a supercherías de este tipo. Todavía Hollywood puede hacer una película sobre ello que pertenecerá al terreno de la fantasía (véase el trailer al inicio de este post) y como mero entretenimiento, pero que lo haga un canal de TV cultural o científico es cuestionable.

Y es que todo esto no es más que síntomas de la incertidumbre y el miedo generalizado en que estamos viviendo ante el incremento de la inseguridad, la violencia y noticias lamentables como el eterno enfrentamiento entre Israel y Palestina; y que existe mucha gente dispuesta a lucrar con ello. No dudo, y así lo he plasmado en otros posts, estamos entrando en una fase crítica y de múltiples cambios en la Historia, producto de la lenta decadencia del mundo occidental que se ha venido produciendo desde finales del siglo XVIII, y que está entrando a la etapa de transición o de cambio en el balance de poder. Lo que menos necesita la gente ahora, es que se le infunda más miedo, cuando lo que necesita, más bien, es esperanza y certeza.


Finalmente, nadie puede adelantarse al futuro, y el destino no está escrito, sino que de nosotros depende qué es lo que sucederá, ni tampoco hay que temer al futuro o preocuparse por lo que todavía no ocurre, simplemente hay que vivir y cumplir con nuestros deberes, por ello, es ejemplar la respuesta de San Ignacio de Loyola cuando se encontraba estudiando en París y sus compañeros que debatían acerca del final de los tiempos le preguntaron qué haría si el fin del mundo se hubiera presentado unos instantes después al momento en que le formulaban la pregunta y se supiera que eso iba a suceder: "Yo, seguiría estudiando" dijo el santo. Seamos valientes, vivamos y no hagamos caso de las aves de mal agüero ni de los escandalosos.