Termina el año y ha sido bastante grato en cuanto a lo que he visto en la pantalla chica a través del servicio de TV por cable, porque la TV mexicana, visible por los canales abiertos, creo yo, y en eso concuerdo con el crítico televisivo Alvaro Cueva, está pasando por sus peores momentos: el duopolio de TV Azteca y Televisa compiten por morbosidad y bajeza de programación, aunque claro, la TV por cable nacional tampoco canta mal las rancheras, o los narcocorridos, más bien, pues los principales temas de las series y telenovelas que se han producido en Hispanoamérica y México en señal restringida son sobre criminales y narcotraficantes, en lo que parece una glorificación de la delincuencia y su habilidad para burlar a un gobierno corrupto e ineficaz, y es algo que, me parece, no necesitamos por ahora, creo que los medios mexicanos han actuado con enorme irresponsabilidad en sus contenidos en los últimos veinte años al menos y han difundido la vulgaridad, la incultura y el mal gusto.
Pero veamos qué han hecho en otras latitudes, en especial en EUA, donde la pantalla chica, al igual que la grande, se ve invadida por la figura de los superhéroes de los cómics, esto se da ante la crisis de creatividad de argumentos (otra fuente, desde Harry Potter, son las insufribles novelas para adolescentes) y la gran originalidad, y en muchos casos profundidad, de los argumentos que se encuentran dentro de las ilustradas páginas de las historietas, que lejos están de ser un mero entretenimiento infantil.
De igual manera, agradables sorpresas para los televidentes han sido las producciones que han tocado episodios históricos; incluso, lo resultan por sus contenidos en que, por primera vez, se tocan con sinceridad algunos momentos, sobre todo en el caso de los Anglosajones o Británicos, que han sido disfrazados de heroicos o trascendentes y que ocultan severos crímenes.
1.- Arrow:
He terminado de ver las dos primeras temporadas de esta serie, que ha sido una sorpresa más que agradable, más siendo un aficionado a los tebeos desde la infancia. Flecha Verde siempre ha sido en el "Universo DC" un personaje un tanto secundario, muy por detrás de Batman, Superman o la Mujer Maravilla, o de Flash, Linterna Verde y Aquaman, personajes tradicionales y con una gran cantidad de seguidores en el mundo, y eso que el personaje no es reciente, sino también fue creado en la Edad de Oro de la historieta norteamericana concretamente en 1941 por Mort Weisinger (dibujo) y George Papp (libreto), desde un principio, el personaje mostró grandes semejanzas o paralelismos con Batman creado por Bob Kane en 1939: Oliver Queen sería un millonario con un escondite subterráneo y artilugios tecnológicos a su disposición e incluso, un ayudante adolescente: Roy Harper, conocido como Speedy. El "arquero esmeralda" sin embargo, tuvo una gran importancia en los años 70, cuando de la mano del equipo creativo sucesor del original, compuesto por el guionista Dennis O'Neil y el dibujante Neal Adams, ante la revolución planteada por Marvel a medidados de los 60, se buscó que DC volviese a la seriedad de sus temas e historias, que habían caído en el infantilismo ante el Macarthismo de los años 50. Así que durante el periodo que este equipo estuvo a cargo del personaje, sus historias se llenaron de crítica social y temas políticos tomados de la realidad estadounidense del momento.
Así, Flecha Verde fue el primer cómic que trató abiertamente el tema de las drogas, lo que valió premios y reconocimientos en el medio a la dupla creativa, pero también la pobreza y la marginación existente detrás del American Dream, la corrupción de la política y la hipocresía de los partidos, candidatos y autoridades electas. Posteriormente, el personaje caería nuevamente en un letargo o a asumir su rol de secundario en el Universo DC, mismo que mantendría el tema social en las historias, sobre todo, de Batman.
No fue sino hasta la aparición de la serie de TV Smallville, misma que a mi parecer fue magnífica, en que el personaje ganó nuevamente relevancia: el plan original era que el joven Clark Kent conociera a un Bruce Wayne recién iniciado en su carrera de Batman que le guiara en sus comienzos como superhéroe, mas la filmación en curso de las películas de Nolan hizo ver a los productores de DC-Warner, que habría una bati-saturación mediática del personaje, por lo que sustituyeron al murciélago con el personaje que más se le parecía: Flecha Verde, interpretado entonces por Justin Hartley. Tuvo tal éxito la presencia del arquero que se determinó producir una serie sobre el mismo, misma que se estrenó a fines de 2012.
Tras ver las dos primeras temporadas, no puedo decir más que me parece la mejor adaptación que se ha hecho de un cómic para la TV: el guión, el nivel de producción y el elenco y sus actuaciones son excelentes y coloca un nivel alto para el estándar que en adelante deben tener las series televisivas con esta temática; debiéndole mucho a la estética creada por Nolan y seguida por Zack Snider: una atmósfera oscura y un ambiente cargado de cierto pesimismo en la historia del héroe condenado al sacrificio y a las pérdidas constantes, y con el tremendo peso de las decisiones y sus consecuencias.
Es de destacar la actuación del protagonista: Stephen Amell, que demuestra ser algo más que un galancete musculoso atractivo para el público femenino o apto sólo para escenas de acción, el canadiense demuestra ser un actor con capacidades histriónicas que le permite darle al personaje muchas facetas y dimensiones dramáticas, sobre todo en la emocionante Segunda Temporada. Igualmente, es de resaltar la acción de los antagonistas, encarnados por el prestigioso actor británico John Barrowman como Malcom Merlyn, el "Arquero Oscuro" y el neozelandés Manu Bennett, famoso por su participación en Spartacus, aquí como Slade Wilson/Deathstroke, uno de los villanos más interesantes del Universo DC que es interpretado en forma magistral. En cuanto a los argumentos, y a pesar de los cambios sutiles hechos a la historia, en el mismo sentido en que los realizados por Nolan a la saga del Hombre Murciélago, y que le han dado mucha coherencia y solidez al guión, ésta no pierde su esencia, y los temas de drogas, corrupción entre empresarios y funcionarios, el peligro del populismo en la política y la desigualdad creciente en EUA tras la crisis económica de 2008, son abordados como en su momento lo fueron en los años 70 en las páginas del cómic.
Definitivamente es una producción que nadie que se precie como fan de los cómics puede perderse, cuenta con acción, romance, momentos de humor y drama, actualmente en la TV se encuentra al aire la Tercera Temporada, con lo que, al parecer, tendremos mucho por ver todavía.
2.- Gotham:
Uno de los estrenos televisivos más esperados este año que terminó fue Gotham, una precuela de la saga de Batman, que inicia justo con el asesinato de Thomas y Martha Wayne, mientras un joven detective de la policía de la corrupta y decadente Ciudad Gótica llamado James Gordon se enfrenta a un sistema corrompido hasta la médula y presa de poderosos carteles criminales dentro de los que empieza a crecer el germen de la locura que se apoderaría de la ciudad al llegar Bruce Wayne a la edad adulta, lo que se representa por un joven Oswald Cobblepot, el Pingüino, interpretado en forma soberbia por Robin John Taylor, que va ascendiendo poco a poco, a base de su enorme astucia y maquiavelismo, en los escalafones del crimen organizado.
De la serie es de destacar también la actuación de Sam Pertwee como el mayordomo Alfred en el rol más difícil: fungir como padre e iniciar el entrenamiento del futuro vigilante, en todo esto las aventuras del joven Gordon y el a veces corrupto y abusivo Harvey Bullock, con todo y la destacada interpretación de Ben McKenzie como el futuro Comisionado y Donal Logue como su compañero, son solo la guía o el hilo conductor en la historia de una ciudad dominada por el crimen y la corrupción, en un guión que resalta el eterno temor de los norteamericanos a volver a caer en lo que fue el auge del Crimen Organizado en los tiempos de la "Ley Seca" y que estaba todavía reciente, sino que actuante, en los años en que surgieron los cómics sobre los encapuchados y que en mucho, vivimos en México hoy en día.
Sin duda, mientras Marvel se encuentra gozando del éxito de sus versiones cinematográficas, aunque a la vez entrampada en una lucha caótica por los derechos sobre algunos de sus personajes con Sony y Fox, aunque los fiascos sucesivos con su personaje más emblemático Spiderman no es más que un reflejo de lo que sucede en las historietas, donde llevan 20 años sin saber qué hacer con el arácnido desde la infame "Saga de los Clones". Lo peor es que la política de Disney, actual propietaria de la "casa de las ideas", junto con estos conflictos están influyendo (en forma negativa) en las líneas argumentales de sus historietas, lo que no ha gustado a los fans.
En el caso de DC, si bien las versiones fílmicas de Batman y de Superman tuvieron un éxito rotundo, y lo están teniendo series como Arrow y Gotham, y también Flash, misma que no he tenido oportunidad de ver, esto no ha repercutido en los cambios que se ha visto en el nuevo relanzamiento de su "Universo" conocido como los New52, sino que se mantienen como dos sagas o mundos separados. Esto coloca a esta editora en ventaja sobre su competidora, basta ver como se desenvuelven en este año tanto las sagas de DC con su "Superman-Batman, Dawn of Justice" y la nueva entrega de los Avengers.
3.- Black Sails y Outlander:
En las Redes Sociales me he topado con círculos hispanistas y como bien saben, también con Tradicionalistas extremos en el Catolicismo que despiden un odio enorme hacia lo Anglosajón, rayano en el racismo en el que casi casi, se postula que los descendientes del pueblo germano que ocupara el centro-sur de la Isla de Gran Bretaña en el siglo V son responsables de todos los males de la Tierra, aparte del declive imperial de España en los siglos XVII y sobre todo XVIII y XIX, y del subdesarrollo de los países hispanoamericanos, aparte de una conspiración labrada junto a los Judíos para descristianizar el mundo. Irónicamente, tenemos que hoy en día ha sido un Anglosajón: el Cardenal Burke y una ex-colonia británica: EUA, quien ha salido a la defensa de la doctrina moral cristiana y el país en que más impulso ha tenido el Tradicionalismo y el retorno a la "misa tridentina", donde numerosos son los anglosajones que se convierten a la fe católica, incluso en altas esferas de la política y hasta la farándula; por el contrario, los hispanos que habitan en EUA y Latinoamérica abandonan su fe y se vuelven a las sectas originadas o practicadas por los anglos, y son hispanos: Bergoglio y el Cardenal Maradiaga, quienes se alejan de la doctrina y son decididos enemigos de la Tradición... pero en fin, hay quienes consideran que el apropiarse de unas islas desiertas o haber obtenido, como parte de un tratado de paz que aceptó un Borbón francés recién entronizado en España y en representación de dicho Estado, algo plenamente válido y que es la causa original de que su descendiente Felipe VI sea reconocido como legítimo Rey en Madrid, un punto estratégico como Gibraltar son pecados imperdonables, más graves que los cometidos contra el Espíritu Santo (se salvan solo Chesterton, Tolkien, Newman y Benson, por cierto, todos los demás son entes malignos, y hasta se olvidan de Sto. Tomás Moro o de Becket y tantos más) .
Como también imperdonable es el que Inglaterra, en el contexto de los siglos XVI a XVIII, situada en posición de inferioridad respecto al entonces inmensamente poderoso Imperio Español, utilizase una estrategia de "Guerra Asimétrica" como fue la Piratería, misma que no fueron ellos los primeros en aplicar en contra de España, sino los musulmanes, aunque dada la incapacidad de los Otomanos para crear una flota oceánica en el estancamiento tecnológico que empezó a frenar el poderío islámico, ellos se limitaron a actuar en el Mediterráneo hasta que en Lepanto los españoles destruyeron la capacidad musulmana de amenazar a Europa por mar. Tampoco fueron los únicos: Holandeses, Franceses y hasta Portugueses hicieron lo mismo en contra del Imperio Hispano. Es cierto, la piratería ejercida por los Británicos en contra de las Posesiones Españolas en el Caribe y América Continental llevó a atrocidades como el saqueo y destrucción de Portobello o los ataques a Veracruz y Campeche.
Los Piratas eran delincuentes como hoy los terroristas islámicos y el Estado Británico sin duda tuvo responsabilidad en alentar tales prácticas y beneficiarse de las mismas, sin embargo, el dominio cultural y mediático actual, desde inicios del siglo XX que ejercen británicos y norteamericanos llevaron a la propagación de la "Leyenda Negra" en contra de España y la Iglesia Católica, motivada por orgullo nacional de los británicos y la oposición religiosa, difundiendo también una visión heroica de la piratería, que viene desde los filmes de Erroll Flynn hasta hoy a la saga de Piratas del Caribe estelarizada por Johnny Depp, pasando por ese panfleto anticatólico y patriotero de Elizabeth con Cate Blanchett o esa aberración televisiva de The Tudors; sin embargo, hoy en día parece que los realizadores televisivos ingleses están empzando a tratar el tema con mayor objetividad y hasta con un sincero mea culpa en torno a él.
Tal es el caso de Black Sails, serie que me sorprendió gratamente; la misma se pretende como una precuela de la genial novela de aventuras La Isla del Tesoro del novelista victoriano Robert Louis Stevenson, un clásico de la literatura juvenil de todos los tiempos y de la que existe un sinnúmero de versiones fílmicas y televisivas (recuerdo en especial un anime japonés de los 80 excelente) La serie se centra en la historia del Capitán Flint, encarnado por un genial Toby Stephens, ex-villano de James Bond en El Mañana Nunca Muere, mencionado en la novela como el mentor de Long John Silver, el temible marino de una sola pierna, pero a diferencia de la obra clásica en la que se basa, no se dirige a un público juvenil o infantil, sino que aborda con precisión histórica y crudeza la realidad de la piratería y la rivalidad Inglaterra-España a inicios del siglo XVIII.
Si bien Stevenson ya hacía en su obra una crítica a la Piratería, en la serie televisiva se aborda a plenitud el contexto: tras la Guerra de Sucesión Española y la Revolución que derroca a los Estuardo en Gran Bretaña para entronizar primero a los Orange y después a los Hannover, los Piratas caribeños reciben en sus filas a muchos Jacobitas o partidarios de la dinastía escocesa, católicos muchos de ellos, desencantados con la España Católica de la que esperaban recibir apoyo para sostener a Jacobo II, desterrados y enfrentados a la Corona Británica que ahora se vuelve en contra de la Piratería que tanto fomentó y usó a su favor, mientras intenta meter orden en su Imperio Colonial imitando a España, tras haberlo dejado abandonado por el desinterés de los monarcas ingleses de las dinastías Tudor y Estuardo. España, por primera vez no es retratada como oscurantista y habitada por gente morena que recuerda más bien a los mestizos hispanoamericanos, sino se muestra a los españoles como puramente europeos y al Imperio Español como enormemente poderoso, contando con una marina de guerra tremendamente potente cuyos navíos destrozaban a los bajeles de los filibusteros con facilidad en combate abierto. Por el contrario, se retrata la sordidez y la decadencia de las posesiones británicas, algunas controladas por los bucaneros, la trata de esclavos africanos y de prostitutas y el comercio del vicio, como taras del defectuoso sistema colonial inglés.
Otra serie que me ha llamado la atención y que va en esta misma óptica es Outlander, basada en la serie de novelas de la norteamericana y de lejana ascendencia hispana Diana Gabaldon.
La historia inicia con una premisa fantástica: una enfermera de la Segunda Guerra Mundial es transportada al visitar unas antiguas ruinas celtas, al siglo XVIII, a la década de 1740 en medio de las últimas rebeliones Jacobitas en contra de la corona británica; retratando sin ambages las operaciones de limpieza étnica en contra de las tribus celtas nativas de las Tierras Altas Escocesas, católicas y contrarias a la entronización de los Hannover en Londres y que ésta ejerciera poder sobre la nación céltica. (Curioso que esta serie se estrenara en el año en que se planteó la independencia escocesa), la crueldad desplegada por los "casacas rojas" y la destrucción de la milenaria cultura nativa de Europa.
Tal parece que en Inglaterra se ha alcanzado ya la madurez necesaria para reconocer los errores y crímenes del pasado, para olvidar la propaganda patriotera y la demonización de otros, al menos en los medios.
En definitiva, dos series muy interesantes y producciones de muy alto nivel, creo que la TV gana terreno ante un cine más limitado y carente de originalidad, quizá el futuro esté ahí y en la TV por Internet, como la que se contiene en servicios como Netflix, en el próximo post seguiré comentando parte de mi maratón vacacional televsivo.
Pero veamos qué han hecho en otras latitudes, en especial en EUA, donde la pantalla chica, al igual que la grande, se ve invadida por la figura de los superhéroes de los cómics, esto se da ante la crisis de creatividad de argumentos (otra fuente, desde Harry Potter, son las insufribles novelas para adolescentes) y la gran originalidad, y en muchos casos profundidad, de los argumentos que se encuentran dentro de las ilustradas páginas de las historietas, que lejos están de ser un mero entretenimiento infantil.
De igual manera, agradables sorpresas para los televidentes han sido las producciones que han tocado episodios históricos; incluso, lo resultan por sus contenidos en que, por primera vez, se tocan con sinceridad algunos momentos, sobre todo en el caso de los Anglosajones o Británicos, que han sido disfrazados de heroicos o trascendentes y que ocultan severos crímenes.
1.- Arrow:
He terminado de ver las dos primeras temporadas de esta serie, que ha sido una sorpresa más que agradable, más siendo un aficionado a los tebeos desde la infancia. Flecha Verde siempre ha sido en el "Universo DC" un personaje un tanto secundario, muy por detrás de Batman, Superman o la Mujer Maravilla, o de Flash, Linterna Verde y Aquaman, personajes tradicionales y con una gran cantidad de seguidores en el mundo, y eso que el personaje no es reciente, sino también fue creado en la Edad de Oro de la historieta norteamericana concretamente en 1941 por Mort Weisinger (dibujo) y George Papp (libreto), desde un principio, el personaje mostró grandes semejanzas o paralelismos con Batman creado por Bob Kane en 1939: Oliver Queen sería un millonario con un escondite subterráneo y artilugios tecnológicos a su disposición e incluso, un ayudante adolescente: Roy Harper, conocido como Speedy. El "arquero esmeralda" sin embargo, tuvo una gran importancia en los años 70, cuando de la mano del equipo creativo sucesor del original, compuesto por el guionista Dennis O'Neil y el dibujante Neal Adams, ante la revolución planteada por Marvel a medidados de los 60, se buscó que DC volviese a la seriedad de sus temas e historias, que habían caído en el infantilismo ante el Macarthismo de los años 50. Así que durante el periodo que este equipo estuvo a cargo del personaje, sus historias se llenaron de crítica social y temas políticos tomados de la realidad estadounidense del momento.
Así, Flecha Verde fue el primer cómic que trató abiertamente el tema de las drogas, lo que valió premios y reconocimientos en el medio a la dupla creativa, pero también la pobreza y la marginación existente detrás del American Dream, la corrupción de la política y la hipocresía de los partidos, candidatos y autoridades electas. Posteriormente, el personaje caería nuevamente en un letargo o a asumir su rol de secundario en el Universo DC, mismo que mantendría el tema social en las historias, sobre todo, de Batman.
No fue sino hasta la aparición de la serie de TV Smallville, misma que a mi parecer fue magnífica, en que el personaje ganó nuevamente relevancia: el plan original era que el joven Clark Kent conociera a un Bruce Wayne recién iniciado en su carrera de Batman que le guiara en sus comienzos como superhéroe, mas la filmación en curso de las películas de Nolan hizo ver a los productores de DC-Warner, que habría una bati-saturación mediática del personaje, por lo que sustituyeron al murciélago con el personaje que más se le parecía: Flecha Verde, interpretado entonces por Justin Hartley. Tuvo tal éxito la presencia del arquero que se determinó producir una serie sobre el mismo, misma que se estrenó a fines de 2012.
Tras ver las dos primeras temporadas, no puedo decir más que me parece la mejor adaptación que se ha hecho de un cómic para la TV: el guión, el nivel de producción y el elenco y sus actuaciones son excelentes y coloca un nivel alto para el estándar que en adelante deben tener las series televisivas con esta temática; debiéndole mucho a la estética creada por Nolan y seguida por Zack Snider: una atmósfera oscura y un ambiente cargado de cierto pesimismo en la historia del héroe condenado al sacrificio y a las pérdidas constantes, y con el tremendo peso de las decisiones y sus consecuencias.
Es de destacar la actuación del protagonista: Stephen Amell, que demuestra ser algo más que un galancete musculoso atractivo para el público femenino o apto sólo para escenas de acción, el canadiense demuestra ser un actor con capacidades histriónicas que le permite darle al personaje muchas facetas y dimensiones dramáticas, sobre todo en la emocionante Segunda Temporada. Igualmente, es de resaltar la acción de los antagonistas, encarnados por el prestigioso actor británico John Barrowman como Malcom Merlyn, el "Arquero Oscuro" y el neozelandés Manu Bennett, famoso por su participación en Spartacus, aquí como Slade Wilson/Deathstroke, uno de los villanos más interesantes del Universo DC que es interpretado en forma magistral. En cuanto a los argumentos, y a pesar de los cambios sutiles hechos a la historia, en el mismo sentido en que los realizados por Nolan a la saga del Hombre Murciélago, y que le han dado mucha coherencia y solidez al guión, ésta no pierde su esencia, y los temas de drogas, corrupción entre empresarios y funcionarios, el peligro del populismo en la política y la desigualdad creciente en EUA tras la crisis económica de 2008, son abordados como en su momento lo fueron en los años 70 en las páginas del cómic.
Definitivamente es una producción que nadie que se precie como fan de los cómics puede perderse, cuenta con acción, romance, momentos de humor y drama, actualmente en la TV se encuentra al aire la Tercera Temporada, con lo que, al parecer, tendremos mucho por ver todavía.
2.- Gotham:
Uno de los estrenos televisivos más esperados este año que terminó fue Gotham, una precuela de la saga de Batman, que inicia justo con el asesinato de Thomas y Martha Wayne, mientras un joven detective de la policía de la corrupta y decadente Ciudad Gótica llamado James Gordon se enfrenta a un sistema corrompido hasta la médula y presa de poderosos carteles criminales dentro de los que empieza a crecer el germen de la locura que se apoderaría de la ciudad al llegar Bruce Wayne a la edad adulta, lo que se representa por un joven Oswald Cobblepot, el Pingüino, interpretado en forma soberbia por Robin John Taylor, que va ascendiendo poco a poco, a base de su enorme astucia y maquiavelismo, en los escalafones del crimen organizado.
De la serie es de destacar también la actuación de Sam Pertwee como el mayordomo Alfred en el rol más difícil: fungir como padre e iniciar el entrenamiento del futuro vigilante, en todo esto las aventuras del joven Gordon y el a veces corrupto y abusivo Harvey Bullock, con todo y la destacada interpretación de Ben McKenzie como el futuro Comisionado y Donal Logue como su compañero, son solo la guía o el hilo conductor en la historia de una ciudad dominada por el crimen y la corrupción, en un guión que resalta el eterno temor de los norteamericanos a volver a caer en lo que fue el auge del Crimen Organizado en los tiempos de la "Ley Seca" y que estaba todavía reciente, sino que actuante, en los años en que surgieron los cómics sobre los encapuchados y que en mucho, vivimos en México hoy en día.
Sin duda, mientras Marvel se encuentra gozando del éxito de sus versiones cinematográficas, aunque a la vez entrampada en una lucha caótica por los derechos sobre algunos de sus personajes con Sony y Fox, aunque los fiascos sucesivos con su personaje más emblemático Spiderman no es más que un reflejo de lo que sucede en las historietas, donde llevan 20 años sin saber qué hacer con el arácnido desde la infame "Saga de los Clones". Lo peor es que la política de Disney, actual propietaria de la "casa de las ideas", junto con estos conflictos están influyendo (en forma negativa) en las líneas argumentales de sus historietas, lo que no ha gustado a los fans.
En el caso de DC, si bien las versiones fílmicas de Batman y de Superman tuvieron un éxito rotundo, y lo están teniendo series como Arrow y Gotham, y también Flash, misma que no he tenido oportunidad de ver, esto no ha repercutido en los cambios que se ha visto en el nuevo relanzamiento de su "Universo" conocido como los New52, sino que se mantienen como dos sagas o mundos separados. Esto coloca a esta editora en ventaja sobre su competidora, basta ver como se desenvuelven en este año tanto las sagas de DC con su "Superman-Batman, Dawn of Justice" y la nueva entrega de los Avengers.
3.- Black Sails y Outlander:
En las Redes Sociales me he topado con círculos hispanistas y como bien saben, también con Tradicionalistas extremos en el Catolicismo que despiden un odio enorme hacia lo Anglosajón, rayano en el racismo en el que casi casi, se postula que los descendientes del pueblo germano que ocupara el centro-sur de la Isla de Gran Bretaña en el siglo V son responsables de todos los males de la Tierra, aparte del declive imperial de España en los siglos XVII y sobre todo XVIII y XIX, y del subdesarrollo de los países hispanoamericanos, aparte de una conspiración labrada junto a los Judíos para descristianizar el mundo. Irónicamente, tenemos que hoy en día ha sido un Anglosajón: el Cardenal Burke y una ex-colonia británica: EUA, quien ha salido a la defensa de la doctrina moral cristiana y el país en que más impulso ha tenido el Tradicionalismo y el retorno a la "misa tridentina", donde numerosos son los anglosajones que se convierten a la fe católica, incluso en altas esferas de la política y hasta la farándula; por el contrario, los hispanos que habitan en EUA y Latinoamérica abandonan su fe y se vuelven a las sectas originadas o practicadas por los anglos, y son hispanos: Bergoglio y el Cardenal Maradiaga, quienes se alejan de la doctrina y son decididos enemigos de la Tradición... pero en fin, hay quienes consideran que el apropiarse de unas islas desiertas o haber obtenido, como parte de un tratado de paz que aceptó un Borbón francés recién entronizado en España y en representación de dicho Estado, algo plenamente válido y que es la causa original de que su descendiente Felipe VI sea reconocido como legítimo Rey en Madrid, un punto estratégico como Gibraltar son pecados imperdonables, más graves que los cometidos contra el Espíritu Santo (se salvan solo Chesterton, Tolkien, Newman y Benson, por cierto, todos los demás son entes malignos, y hasta se olvidan de Sto. Tomás Moro o de Becket y tantos más) .
Como también imperdonable es el que Inglaterra, en el contexto de los siglos XVI a XVIII, situada en posición de inferioridad respecto al entonces inmensamente poderoso Imperio Español, utilizase una estrategia de "Guerra Asimétrica" como fue la Piratería, misma que no fueron ellos los primeros en aplicar en contra de España, sino los musulmanes, aunque dada la incapacidad de los Otomanos para crear una flota oceánica en el estancamiento tecnológico que empezó a frenar el poderío islámico, ellos se limitaron a actuar en el Mediterráneo hasta que en Lepanto los españoles destruyeron la capacidad musulmana de amenazar a Europa por mar. Tampoco fueron los únicos: Holandeses, Franceses y hasta Portugueses hicieron lo mismo en contra del Imperio Hispano. Es cierto, la piratería ejercida por los Británicos en contra de las Posesiones Españolas en el Caribe y América Continental llevó a atrocidades como el saqueo y destrucción de Portobello o los ataques a Veracruz y Campeche.
Los Piratas eran delincuentes como hoy los terroristas islámicos y el Estado Británico sin duda tuvo responsabilidad en alentar tales prácticas y beneficiarse de las mismas, sin embargo, el dominio cultural y mediático actual, desde inicios del siglo XX que ejercen británicos y norteamericanos llevaron a la propagación de la "Leyenda Negra" en contra de España y la Iglesia Católica, motivada por orgullo nacional de los británicos y la oposición religiosa, difundiendo también una visión heroica de la piratería, que viene desde los filmes de Erroll Flynn hasta hoy a la saga de Piratas del Caribe estelarizada por Johnny Depp, pasando por ese panfleto anticatólico y patriotero de Elizabeth con Cate Blanchett o esa aberración televisiva de The Tudors; sin embargo, hoy en día parece que los realizadores televisivos ingleses están empzando a tratar el tema con mayor objetividad y hasta con un sincero mea culpa en torno a él.
Tal es el caso de Black Sails, serie que me sorprendió gratamente; la misma se pretende como una precuela de la genial novela de aventuras La Isla del Tesoro del novelista victoriano Robert Louis Stevenson, un clásico de la literatura juvenil de todos los tiempos y de la que existe un sinnúmero de versiones fílmicas y televisivas (recuerdo en especial un anime japonés de los 80 excelente) La serie se centra en la historia del Capitán Flint, encarnado por un genial Toby Stephens, ex-villano de James Bond en El Mañana Nunca Muere, mencionado en la novela como el mentor de Long John Silver, el temible marino de una sola pierna, pero a diferencia de la obra clásica en la que se basa, no se dirige a un público juvenil o infantil, sino que aborda con precisión histórica y crudeza la realidad de la piratería y la rivalidad Inglaterra-España a inicios del siglo XVIII.
Si bien Stevenson ya hacía en su obra una crítica a la Piratería, en la serie televisiva se aborda a plenitud el contexto: tras la Guerra de Sucesión Española y la Revolución que derroca a los Estuardo en Gran Bretaña para entronizar primero a los Orange y después a los Hannover, los Piratas caribeños reciben en sus filas a muchos Jacobitas o partidarios de la dinastía escocesa, católicos muchos de ellos, desencantados con la España Católica de la que esperaban recibir apoyo para sostener a Jacobo II, desterrados y enfrentados a la Corona Británica que ahora se vuelve en contra de la Piratería que tanto fomentó y usó a su favor, mientras intenta meter orden en su Imperio Colonial imitando a España, tras haberlo dejado abandonado por el desinterés de los monarcas ingleses de las dinastías Tudor y Estuardo. España, por primera vez no es retratada como oscurantista y habitada por gente morena que recuerda más bien a los mestizos hispanoamericanos, sino se muestra a los españoles como puramente europeos y al Imperio Español como enormemente poderoso, contando con una marina de guerra tremendamente potente cuyos navíos destrozaban a los bajeles de los filibusteros con facilidad en combate abierto. Por el contrario, se retrata la sordidez y la decadencia de las posesiones británicas, algunas controladas por los bucaneros, la trata de esclavos africanos y de prostitutas y el comercio del vicio, como taras del defectuoso sistema colonial inglés.
Otra serie que me ha llamado la atención y que va en esta misma óptica es Outlander, basada en la serie de novelas de la norteamericana y de lejana ascendencia hispana Diana Gabaldon.
La historia inicia con una premisa fantástica: una enfermera de la Segunda Guerra Mundial es transportada al visitar unas antiguas ruinas celtas, al siglo XVIII, a la década de 1740 en medio de las últimas rebeliones Jacobitas en contra de la corona británica; retratando sin ambages las operaciones de limpieza étnica en contra de las tribus celtas nativas de las Tierras Altas Escocesas, católicas y contrarias a la entronización de los Hannover en Londres y que ésta ejerciera poder sobre la nación céltica. (Curioso que esta serie se estrenara en el año en que se planteó la independencia escocesa), la crueldad desplegada por los "casacas rojas" y la destrucción de la milenaria cultura nativa de Europa.
Tal parece que en Inglaterra se ha alcanzado ya la madurez necesaria para reconocer los errores y crímenes del pasado, para olvidar la propaganda patriotera y la demonización de otros, al menos en los medios.
En definitiva, dos series muy interesantes y producciones de muy alto nivel, creo que la TV gana terreno ante un cine más limitado y carente de originalidad, quizá el futuro esté ahí y en la TV por Internet, como la que se contiene en servicios como Netflix, en el próximo post seguiré comentando parte de mi maratón vacacional televsivo.
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