En el artículo anterior remití al final a un enlace con el blog de Wanderer, en particular, a su último post, mismo que, en su parte final trasluce un gran pesimismo hacia el futuro; especialmente, me llamó la atención lo que dice sobre América Latina:
"no
hay civilización latinoamericana, más allá de lo que el progresismo
latinoamericanista berreta intenta hacernos creer. Lo que Latinoamérica tiene
de civilización –lo cual es poco- es civilización europea. En Latinoamérica no
se construyó civilización por muchos motivos: en la mayoría de los casos,
porque los pueblos originarios del subcontinente eran, y son, incapaces de
civilización; y en otros, como en Argentina, donde la sangre indígena es muy
minoritaria con respecto a la sangre europea, porque esa viscosa mezcla de
orígenes fundó un pueblo incapaz de gobernarse a sí mismo. Mal que les pese a
mis amigos nacionalistas, en las únicas décadas en que Argentina se acercó a
ser un país civilizado fue cuando era una de las joyas preferidas de la corona
de su Majestad Británica. Latinoamérica sin la civilización europea desaparece
en pocas décadas engullida por su propia inanidad, y por China."
Viendo como empieza el año en México uno piensa que dicho polémico y extraordinario blog católico argentino tiene toda la razón: nuestro país comienza el 2015 en una peligrosa espiral que puede terminar con la falla completa del Estado y llegar ¿hasta dónde? ¿Hasta la disolución? Quizá sería aventurado pensar en ello, pero no puede descartarse, más cuando uno piensa en la situación en algunos estados de la República, como Michoacán, donde entre carteles del narcotráfico como los Caballeros Templarios liderados por Servando Gómez "La Tuta" y las Autodefensas dirigidas por personajes como Hipólito Mora y Simón "el Americano" (ambos presos tras una verdadera batalla entre sus fuerzas en el poblado de La Ruana) o el Dr. Mireles (también preso por ahora), uno teme que en el futuro México, como Somalia o Afganistán termine dividido en multitud de dominios feudales, controlados por "Señores de la Guerra" como estos.
El país se encuentra, al menos así lo percibo yo en el ambiente, en las caras largas de las personas, en las calles un tanto vacías, desangeladas por las que uno transita a pesar de ser ya mediados de enero y haberse reiniciado el año lectivo en la educación básica y media, al borde de un precipicio y el panorama tanto Internacional como interno no nos augura nada bueno, ¿qué es lo que provoca que estemos tan mal, o al menos, haya esa sensación de que todo va para peor? Fundamentalmente creo que se trata de la Política, la eterna Política que es la que arrastra a México hacia abajo, sabias fueron las palabras del General Don Porfirio Díaz que dijo que el país necesitaba "poca política y mucha administración" para desarrollarse: poca política hubo durante su mandato en que México se incrustó por primera vez en el mundo y se modernizó e industrializó, poca política hubo en los 300 años de Virreinato en que la Nueva España se convirtió en potencia económica y avanzó de la Antigüedad y el Neolítico al Renacimiento en cuestión de décadas, poca política hubo de 1934 a 1970 y se dio el "Milagro Mexicano" con el desarrollo de una refulgente vida cultural y una gran prosperidad y crecimiento económico. Entre esas etapas, los cantos de la sirena de la Democracia nos han llevado por el despeñadero del conflicto eterno y las luchas entre caudillos y la inacabada tarea de establecer un orden constitucional y legal para el país, lo mismo que en el resto del ex-Imperio Español, la política consume todos los recursos y las energías, no deja pensar en ciencia, en arte, en tecnología, y genera corrupción y desorden por doquier.
Desde el año 2000 ha sido la eterna lucha electoral entre los partidos la que no deja avanzar y provoca nuestro estancamiento en todos los órdenes y, como lo dijeran Platón y Aristóteles, el ejemplo de desavenencia, inmoralidad y crápula de la élite gobernante permea en las demás capas de la sociedad, misma que presenta graves síntomas de disolución. El regreso del PRI fue esperado por muchos como una vuelta a la normalidad, no fue así, al contrario, existe una agudización de la crisis iniciada sobre todo bajo el mandato de Felipe Calderón, en ello mucha culpa tienen los partidos opositores al PRI, que efectivamente, no han dejado de ser oposición y que, sobre todo desde la Izquierda, han apostado por bloquear y desbarrancar el proceso de reformas que esta Administración ostenta como bandera, sin que esto disminuya, por cierto, la responsabilidad del actual gobernante.
Algunos de los síntomas de que estamos al borde de una situación muy grave para el país son los siguientes:
1.- La Economía, al borde de una crisis: Peña centró su gobierno en un ambicioso plan de reformas, sin embargo, tal parece que no tomó en cuenta la volatilidad del ambiente internacional, y así, la bajada súbita de los precios del petróleo amenaza con echar por tierra los logros estimados de la "reforma energética" en un país que aún hoy obtiene el 30 o 40% de sus recursos de los ingresos petroleros.
Para colmo, su mal llamada "reforma fiscal" que no consistió más que adoptar el discurso de López Obrador en la pasada campaña presidencial de castigar a los ricos para satisfacción estúpida del deseo de revancha social del pobre ha sido un golpe durísimo para la iniciativa privada y ha contribuido al cierre de negocios y a la generación de más pobres, no ha aumentado el número de contribuyentes ni se ha atraído a la formalidad a multitud de agentes económicos que están en la informalidad; por el contrario, ante el cierre de empresas, sobre todo pequeñas por la presión fiscal, el ambulantaje se ha desatado, cuando no han aumentado aquellos que han elegido a la delincuencia como vía para salir adelante.
La inseguridad y la violencia, así como la inestabilidad política presente en varios estados, como Michoacán, Guerrero y Oaxaca, por supuesto, también es un poderoso disuasor de la inversión.
La sensación imperante es que el poder adquisitivo se ha reducido, en lenguaje profano: que el dinero no alcanza para nada, y que las reformas económicas no han surtido un efecto beneficioso sobre los individuos y la economía familiar. Esto será sin duda uno de los puntos a ser explotados por la oposición durante el proceso electoral de este año.
2.- El Estado hipertrofiado: En un contraste con la cada vez más patente falla del Estado para garantizar algo tan esencial como la seguridad, pero también una educación de calidad y condiciones económicas que aseguren el desarrollo, el Estado mexicano se ha engrosado a cotas inimaginables, aunque siempre se ha caracterizado por su enorme burocracia y existencia corporativa. En una tendencia iniciada bajo el Gobierno de Zedillo, el Estado ha incrementado su presencia y la existencia de instancias de autoridad para resolver tal o cual asunto o tema sin que esto represente, en realidad, mejoras en la eficiencia gubernamental y en la atención a los problemas que la sociedad enfrenta día a día, aparte de que tienen un fuerte impacto económico: por un lado, incrementan el gasto público y por otro, generan nuevos candados y nuevas regulaciones para las actividades de los particulares, y aún de las autoridades, que deberían ser más libres.
Así, existe una proliferación de los llamados "Organismos Constitucionales Autónomos", supuestamente creados con un cariz ciudadano, lo cual es falaz, ya que para la conformación de los mismos se da la intervención de los partidos políticos representados en los órganos legislativos federal o estatales con el consabido reparto de cuotas; a nivel nacional tenemos organismos de este tipo para lo que quieran:
- INE: Instituto Nacional Electoral.
- IFETEL: Instituto Federal de Telecomunicaciones.
- IFAI: Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos.
- INEE: Instituto Nacional para la Evaluación Educativa.
- CNDH: Comisión Nacional de Derechos Humanos.
- BANXICO: Banco de México, la banca central.
- COFECE: Comisión Federal de Competencia Económica.
Y aparte un sinnúmero de consejos, comités, comisiones y procuradurías dependientes de la Administración Pública, como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) o la Comisión Nacional de Protección a los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), que poco sirvieron ante el fraude de la financiera FICREA, o la defensa del consumidor con la PROFECO. Ahora reproduzcamos algo similar, en pequeño en cada uno de los 32 estados de la República y tendremos ante nosotros al Leviathan imaginado por Hobbes: el Estado absoluto y omnipresente. Es cierto que estos organismos se sustentan en recomendaciones de la OCDE y siguiendo lo que ocurre en Europa y han sido promovidos por tratadistas como Mauro Cappelletti o por think-tanks como el Club de Roma (recuérdese la obra del israelí Yehezkel Dror: La Capacidad de Gobernar, donde se promueve la creación de estos organismos) pero precisamente esta burocracia gigante, adoptada en el marco de la Unión Europea se señala como uno de los lastres que está hundiendo al bloque continental tanto en materia económica como en materia de restricciones a los derechos de las personas, precisamente por la creación de organismos hechos en teoría para defenderlos y que en realidad los ahogan.
Con la reforma en materia de derechos humanos las Comisiones de Derechos Humanos carecen totalmente de sentido, si es que alguna vez lo tuvieron, cuando nuestro sistema legal prevé un mecanismo para la defensa de estos derechos fundamentales en el Juicio de Amparo, introdujeron una figura que proviene del Derecho Sueco y que en dicho sistema es entendible al tratarse de un sistema parlamentario donde cabe un control político de la constitución, no así en México donde se adoptó el judicial review de los estadounidenses desde 1848.
En cuanto a las materias de derecho a la información, financiera o consumo, son temas que deberían ser de resolución por los tribunales del Poder Judicial, más valdría que se hiciese una gran reforma que limpiase y fortaleciese al Poder Judicial tanto en la Federación como al interior de los estados que seguir creando instancias materialmente jurisdiccionales y formalmente administrativas o autónomas. El ahorro en materia de gasto corriente e incluso, la disuasión de crear más y más instancias que sirven como campo para la negociación política, reparto de cuotas partidistas y chanchullos sería una enorme contribución a la eficiencia del Estado, mas no será así, por el contrario, la tendencia es a crear más y más órganos autónomos, como con la propuesta de crear una Comisión Nacional Anticorrupción.
3.- Los Partidos Políticos o como ver la tempestad y no hincarse:
Lo que resulta inaudito o quizá no tanto es que ante la situación nacional que amenaza con desbordarse y que muestra un hartazgo generalizado, nuestra clase política dividida en sus partidos no se arrendra y ha iniciado una costosísima campaña en las elecciones intermedias con las que se renovarán en varios estados ayuntamientos y parlamentos locales, y a nivel nacional la cámara baja del Congreso, en algunos otros, como Michoacán, se elegirá gobernador.
El caso es que los partidos políticos, todos, pero TODOS, demuestran ser simples fracciones de una misma élite que se encuentra formalmente dividida en grupos pero que todos se reparten el poder y el presupuesto: tras el derribo del "PRI clásico" en el 2000, la realidad es que ahora nos encontramos ante un sistema compuesto por varios PRIs, sin ir más lejos y como ya en un artículo anterior lo refería, todos los partidos en mayor o menor medida, han surgido como escisiones del PRI, incluso el PAN, cuando se recuerda que su fundador Manuel Gómez Morín fue parte de los gobiernos postrevolucionarios de Obregón y Calles de los que se originó el partido tricolor, y ni se diga de la llamada "Izquierda" que desde Cuauhtémoc Cárdenas a López Obrador se nutre de resentidos del PRI y aún del PAN que no encuentran acomodo a través de esos partidos y se van a otros que se presentan como una alternativa sin serlo realmente.
La prueba está en el verdadero cinismo del PRD que no contento con haber apoyado a los Abarca para hacerse con el poder en Iguala (donde también ayudó López Obrador y sus partidos clientes como Movimiento Ciudadano) y sostenido al corrupto de Ángel Aguirre como Gobernador de Guerrero, ahora se encuentren postulando al hijo de éste para la alcaldía de Acapulco, calificada, hoy por hoy, como la ciudad más violenta del mundo.
Como nunca antes, el proceso electoral intermedio de este año se ha convertido en un verdadero circo de elevados costos y presencia mediática hasta el hartazgo con 7 millones de anuncios o spots a ser transmitidos en TV, en espacios que no implican costo alguno de compra para los partidos, pero sí para su producción; eso sí, nadie niega que las campañas políticas no sean una actividad económica importante o un negocio billonario, porque lo son, resultando siempre beneficiados los mismos políticos y sus allegados: imprentas, agencias de publicidad, serigrafistas, etc. todos aquellos que producen artículos promocionales, que casi siempre resultan ser de los mismos candidatos o partidos o de sus parientes y amigos, pero también, como nunca, la campaña aparece denigrada y nos muestra la terrible crisis de liderazgos y la decadencia de nuestra clase política:
En Nuevo León, la candidata del PRI a la gubernatura es una antigua conductora de TV de programas de música de banda y norteña, géneros relacionados con los gustos "artísticos" de los actuales miembros del crimen organizado (hasta el crimen está en decadencia: lejanos están los días en que las mafias patrocinaban a Sinatra o en que Al Capone hacía amistad con Enrico Caruso), en Cuernavaca, capital del estado de Morelos, se postula para la alcaldía al futbolista Cuauhtémoc Blanco por el novel Partido Socialdemócrata, uno más de esos institutos políticos que aparecen y desaparecen tras haber servido de cedazos para captar millonarias sumas a favor de sus propietarios y evadir impuestos, mientras que las candidaturas independientes, aprobadas en la última de las interminables reformas político-electorales, se hicieron no para permitir a ciudadanos conscientes el presentarse como alternativa a los corruptos y desprestigiados partidos, sino para la burla, el escarnio y la frivolidad, y si no, aparte del otrora estrella del fútbol tenemos al payaso Gerardo Cienfuegos Lagrimita, quien pretende lanzarse a la presidencia municipal de Guadalajara, algunos dicen que es una estrategia del PRI para restarle votos al candidato de Movimiento Ciudadano: Enrique Alfaro, --quien ha saltado de partido en partido y ahora es apoyado por el ala más extrema del PAN, aún así, su discurso rijoso y mesiánico, tan parecido al de López Obrador, ha tenido arrastre en la clase media tapatía-- puede que sea así, o puede ser que Cienfuegos, famosa figura de la farándula local, y que ya ha sido víctima de la inseguridad en varias ocasiones y expresado su hartazgo, haya encontrado por esta vía una manera de hacer una burla y parodia de las campañas políticas y del vacío discurso de los candidatos.
Como sea, el proceso electoral de este año revela una clase política alejada del electorado, desprestigiada y aparte, con un desconocimiento brutal del sentir y del ambiente social, ni siquiera de las dimensiones del problema que se le ha venido encima al país tras los hechos de Iguala, así como también la forma en que eligen cuadros y candidatos, a base de influencias, arreglos debajo de la mesa, parentescos y colusiones, muy ajenas a las necesidades del pueblo, quien no parece importarles a los políticos, la receta perfecta para problemas... las Revoluciones Francesa, China y Rusa se dieron precisamente cuando los dirigentes se alejaron del pueblo: los nobles franceses encerrados en Versalles y ajenos a sus regiones sobre las que originalmente gobernaban, o los rusos muy ocupados en los bailes de San Petersburgo y hablando en francés con costumbres británicas, por ejemplo.
3.- Un Gobierno pasmado:
El Gobierno de Peña Nieto amenaza con ser peor al de Felipe Calderón, arrojando a la basura todas las expectativas y esperanzas que había de que representara un regreso al orden tras el caos panista de 12 años; esto no está siendo así, por el contrario, y sobre todo tras el caso Iguala, parece que el país se le sale de las manos al Presidente.
Esta ineptitud o incapacidad para reaccionar por parte del mandatario y su equipo, se debe, no a que se trate de un incapaz, un idiota o un ignorante, sino a la formación del propio gobernante y el haber apostado todo a solo una carta: las reformas económicas, y a ese alejamiento de la realidad que tienen como parte de la clase política los integrantes de la actual administración, así como un exceso de confianza.
Para empezar, debemos entender que se trata de un equipo relativamente joven: Peña, sus secretarios Osorio Chong y Luis Videgaray, el director de PEMEX Lozoya Austin, o el Comisionado de Michoacán Alfredo Castillo y el Dirigente del PRI César Camacho, son todos cuarentones y forman el círculo cercano, el "equipo decisional" del Presidente. Este, al parecer tuvo como criterio para la integración de su gobierno la lealtad personal antes que la experiencia de los designados: fue un gravísimo error, a mi parecer, no haber llamado al gabinete a un gran operador político como es el Senador Manlio Fabio Beltrones, mientras que Chong exhibe una gran falta de decisión y de carácter ante los hechos de Michoacán, Guerrero y Oaxaca que exigen actuar con energía.
Entre las causas de los defectos de la actual administración tenemos:
Si a esto le añadimos la terquedad del Presidente de no hacer cambios en el equipo --deberían salir del gabinete tanto Luis Videgaray, titular de la cartera de Hacienda con su equivocada estrategia de exprimir al contribuyente cautivo, el Procurador Murillo Karam por su falta de prudencia y Osorio Chong de Gobernación por su falta de valor y energía-- creo que la receta para el desastre está servida.
Y lo peor de todo es que, tras ver a la oposición... no hay alternativas.
En el próximo post, hablaremos sobre los movimientos del Juego de Tronos en el tablero de la Península Arábiga...
Para colmo, su mal llamada "reforma fiscal" que no consistió más que adoptar el discurso de López Obrador en la pasada campaña presidencial de castigar a los ricos para satisfacción estúpida del deseo de revancha social del pobre ha sido un golpe durísimo para la iniciativa privada y ha contribuido al cierre de negocios y a la generación de más pobres, no ha aumentado el número de contribuyentes ni se ha atraído a la formalidad a multitud de agentes económicos que están en la informalidad; por el contrario, ante el cierre de empresas, sobre todo pequeñas por la presión fiscal, el ambulantaje se ha desatado, cuando no han aumentado aquellos que han elegido a la delincuencia como vía para salir adelante.
La inseguridad y la violencia, así como la inestabilidad política presente en varios estados, como Michoacán, Guerrero y Oaxaca, por supuesto, también es un poderoso disuasor de la inversión.
La sensación imperante es que el poder adquisitivo se ha reducido, en lenguaje profano: que el dinero no alcanza para nada, y que las reformas económicas no han surtido un efecto beneficioso sobre los individuos y la economía familiar. Esto será sin duda uno de los puntos a ser explotados por la oposición durante el proceso electoral de este año.
2.- El Estado hipertrofiado: En un contraste con la cada vez más patente falla del Estado para garantizar algo tan esencial como la seguridad, pero también una educación de calidad y condiciones económicas que aseguren el desarrollo, el Estado mexicano se ha engrosado a cotas inimaginables, aunque siempre se ha caracterizado por su enorme burocracia y existencia corporativa. En una tendencia iniciada bajo el Gobierno de Zedillo, el Estado ha incrementado su presencia y la existencia de instancias de autoridad para resolver tal o cual asunto o tema sin que esto represente, en realidad, mejoras en la eficiencia gubernamental y en la atención a los problemas que la sociedad enfrenta día a día, aparte de que tienen un fuerte impacto económico: por un lado, incrementan el gasto público y por otro, generan nuevos candados y nuevas regulaciones para las actividades de los particulares, y aún de las autoridades, que deberían ser más libres.
Así, existe una proliferación de los llamados "Organismos Constitucionales Autónomos", supuestamente creados con un cariz ciudadano, lo cual es falaz, ya que para la conformación de los mismos se da la intervención de los partidos políticos representados en los órganos legislativos federal o estatales con el consabido reparto de cuotas; a nivel nacional tenemos organismos de este tipo para lo que quieran:
- INE: Instituto Nacional Electoral.
- IFETEL: Instituto Federal de Telecomunicaciones.
- IFAI: Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos.
- INEE: Instituto Nacional para la Evaluación Educativa.
- CNDH: Comisión Nacional de Derechos Humanos.
- BANXICO: Banco de México, la banca central.
- COFECE: Comisión Federal de Competencia Económica.
Y aparte un sinnúmero de consejos, comités, comisiones y procuradurías dependientes de la Administración Pública, como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) o la Comisión Nacional de Protección a los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), que poco sirvieron ante el fraude de la financiera FICREA, o la defensa del consumidor con la PROFECO. Ahora reproduzcamos algo similar, en pequeño en cada uno de los 32 estados de la República y tendremos ante nosotros al Leviathan imaginado por Hobbes: el Estado absoluto y omnipresente. Es cierto que estos organismos se sustentan en recomendaciones de la OCDE y siguiendo lo que ocurre en Europa y han sido promovidos por tratadistas como Mauro Cappelletti o por think-tanks como el Club de Roma (recuérdese la obra del israelí Yehezkel Dror: La Capacidad de Gobernar, donde se promueve la creación de estos organismos) pero precisamente esta burocracia gigante, adoptada en el marco de la Unión Europea se señala como uno de los lastres que está hundiendo al bloque continental tanto en materia económica como en materia de restricciones a los derechos de las personas, precisamente por la creación de organismos hechos en teoría para defenderlos y que en realidad los ahogan.
Con la reforma en materia de derechos humanos las Comisiones de Derechos Humanos carecen totalmente de sentido, si es que alguna vez lo tuvieron, cuando nuestro sistema legal prevé un mecanismo para la defensa de estos derechos fundamentales en el Juicio de Amparo, introdujeron una figura que proviene del Derecho Sueco y que en dicho sistema es entendible al tratarse de un sistema parlamentario donde cabe un control político de la constitución, no así en México donde se adoptó el judicial review de los estadounidenses desde 1848.
En cuanto a las materias de derecho a la información, financiera o consumo, son temas que deberían ser de resolución por los tribunales del Poder Judicial, más valdría que se hiciese una gran reforma que limpiase y fortaleciese al Poder Judicial tanto en la Federación como al interior de los estados que seguir creando instancias materialmente jurisdiccionales y formalmente administrativas o autónomas. El ahorro en materia de gasto corriente e incluso, la disuasión de crear más y más instancias que sirven como campo para la negociación política, reparto de cuotas partidistas y chanchullos sería una enorme contribución a la eficiencia del Estado, mas no será así, por el contrario, la tendencia es a crear más y más órganos autónomos, como con la propuesta de crear una Comisión Nacional Anticorrupción.
3.- Los Partidos Políticos o como ver la tempestad y no hincarse:
Lo que resulta inaudito o quizá no tanto es que ante la situación nacional que amenaza con desbordarse y que muestra un hartazgo generalizado, nuestra clase política dividida en sus partidos no se arrendra y ha iniciado una costosísima campaña en las elecciones intermedias con las que se renovarán en varios estados ayuntamientos y parlamentos locales, y a nivel nacional la cámara baja del Congreso, en algunos otros, como Michoacán, se elegirá gobernador.
El caso es que los partidos políticos, todos, pero TODOS, demuestran ser simples fracciones de una misma élite que se encuentra formalmente dividida en grupos pero que todos se reparten el poder y el presupuesto: tras el derribo del "PRI clásico" en el 2000, la realidad es que ahora nos encontramos ante un sistema compuesto por varios PRIs, sin ir más lejos y como ya en un artículo anterior lo refería, todos los partidos en mayor o menor medida, han surgido como escisiones del PRI, incluso el PAN, cuando se recuerda que su fundador Manuel Gómez Morín fue parte de los gobiernos postrevolucionarios de Obregón y Calles de los que se originó el partido tricolor, y ni se diga de la llamada "Izquierda" que desde Cuauhtémoc Cárdenas a López Obrador se nutre de resentidos del PRI y aún del PAN que no encuentran acomodo a través de esos partidos y se van a otros que se presentan como una alternativa sin serlo realmente.
La prueba está en el verdadero cinismo del PRD que no contento con haber apoyado a los Abarca para hacerse con el poder en Iguala (donde también ayudó López Obrador y sus partidos clientes como Movimiento Ciudadano) y sostenido al corrupto de Ángel Aguirre como Gobernador de Guerrero, ahora se encuentren postulando al hijo de éste para la alcaldía de Acapulco, calificada, hoy por hoy, como la ciudad más violenta del mundo.
Como nunca antes, el proceso electoral intermedio de este año se ha convertido en un verdadero circo de elevados costos y presencia mediática hasta el hartazgo con 7 millones de anuncios o spots a ser transmitidos en TV, en espacios que no implican costo alguno de compra para los partidos, pero sí para su producción; eso sí, nadie niega que las campañas políticas no sean una actividad económica importante o un negocio billonario, porque lo son, resultando siempre beneficiados los mismos políticos y sus allegados: imprentas, agencias de publicidad, serigrafistas, etc. todos aquellos que producen artículos promocionales, que casi siempre resultan ser de los mismos candidatos o partidos o de sus parientes y amigos, pero también, como nunca, la campaña aparece denigrada y nos muestra la terrible crisis de liderazgos y la decadencia de nuestra clase política:
En Nuevo León, la candidata del PRI a la gubernatura es una antigua conductora de TV de programas de música de banda y norteña, géneros relacionados con los gustos "artísticos" de los actuales miembros del crimen organizado (hasta el crimen está en decadencia: lejanos están los días en que las mafias patrocinaban a Sinatra o en que Al Capone hacía amistad con Enrico Caruso), en Cuernavaca, capital del estado de Morelos, se postula para la alcaldía al futbolista Cuauhtémoc Blanco por el novel Partido Socialdemócrata, uno más de esos institutos políticos que aparecen y desaparecen tras haber servido de cedazos para captar millonarias sumas a favor de sus propietarios y evadir impuestos, mientras que las candidaturas independientes, aprobadas en la última de las interminables reformas político-electorales, se hicieron no para permitir a ciudadanos conscientes el presentarse como alternativa a los corruptos y desprestigiados partidos, sino para la burla, el escarnio y la frivolidad, y si no, aparte del otrora estrella del fútbol tenemos al payaso Gerardo Cienfuegos Lagrimita, quien pretende lanzarse a la presidencia municipal de Guadalajara, algunos dicen que es una estrategia del PRI para restarle votos al candidato de Movimiento Ciudadano: Enrique Alfaro, --quien ha saltado de partido en partido y ahora es apoyado por el ala más extrema del PAN, aún así, su discurso rijoso y mesiánico, tan parecido al de López Obrador, ha tenido arrastre en la clase media tapatía-- puede que sea así, o puede ser que Cienfuegos, famosa figura de la farándula local, y que ya ha sido víctima de la inseguridad en varias ocasiones y expresado su hartazgo, haya encontrado por esta vía una manera de hacer una burla y parodia de las campañas políticas y del vacío discurso de los candidatos.
Como sea, el proceso electoral de este año revela una clase política alejada del electorado, desprestigiada y aparte, con un desconocimiento brutal del sentir y del ambiente social, ni siquiera de las dimensiones del problema que se le ha venido encima al país tras los hechos de Iguala, así como también la forma en que eligen cuadros y candidatos, a base de influencias, arreglos debajo de la mesa, parentescos y colusiones, muy ajenas a las necesidades del pueblo, quien no parece importarles a los políticos, la receta perfecta para problemas... las Revoluciones Francesa, China y Rusa se dieron precisamente cuando los dirigentes se alejaron del pueblo: los nobles franceses encerrados en Versalles y ajenos a sus regiones sobre las que originalmente gobernaban, o los rusos muy ocupados en los bailes de San Petersburgo y hablando en francés con costumbres británicas, por ejemplo.
3.- Un Gobierno pasmado:
El Gobierno de Peña Nieto amenaza con ser peor al de Felipe Calderón, arrojando a la basura todas las expectativas y esperanzas que había de que representara un regreso al orden tras el caos panista de 12 años; esto no está siendo así, por el contrario, y sobre todo tras el caso Iguala, parece que el país se le sale de las manos al Presidente.
Esta ineptitud o incapacidad para reaccionar por parte del mandatario y su equipo, se debe, no a que se trate de un incapaz, un idiota o un ignorante, sino a la formación del propio gobernante y el haber apostado todo a solo una carta: las reformas económicas, y a ese alejamiento de la realidad que tienen como parte de la clase política los integrantes de la actual administración, así como un exceso de confianza.
Para empezar, debemos entender que se trata de un equipo relativamente joven: Peña, sus secretarios Osorio Chong y Luis Videgaray, el director de PEMEX Lozoya Austin, o el Comisionado de Michoacán Alfredo Castillo y el Dirigente del PRI César Camacho, son todos cuarentones y forman el círculo cercano, el "equipo decisional" del Presidente. Este, al parecer tuvo como criterio para la integración de su gobierno la lealtad personal antes que la experiencia de los designados: fue un gravísimo error, a mi parecer, no haber llamado al gabinete a un gran operador político como es el Senador Manlio Fabio Beltrones, mientras que Chong exhibe una gran falta de decisión y de carácter ante los hechos de Michoacán, Guerrero y Oaxaca que exigen actuar con energía.
Entre las causas de los defectos de la actual administración tenemos:
- Economicismo y Tecnocracia: El proyecto del gobierno se centró en reformas de tipo económico, sin prever las consecuencias políticas y las reacciones que se suscitarían y la respuesta que se tendría que dar. No hay trabajo político de parte del Gobierno, y ante imprevistos como la violenta reacción de los maestros contra las reformas que acaban con sus privilegios, o aún la baja en los precios del petróleo, no se sabe cómo responder ante unas situaciones que se salen del guión: un tecnócrata podrá dominar su materia, pero no sabrá cómo enfrentar a una situación imprevista y que es de naturaleza puramente política, siendo en esto muy similar a lo ocurrido con Salinas durante el año 1994, en que todo su mandato se derrumbó ante desafíos políticos, como el alzamiento zapatista en Chiapas hasta el asesinato de Luis Donaldo Colosio.
- Exceso de confianza: Se planteó que el país no había cambiado en 12 años y que bastaría aplicar la vieja receta corporativista para aplacar las fuerzas desatadas tras el desgobierno panista. Igualmente, se confió que los partidos opositores: PRD y PAN se encontrarían en proceso de debilitarse y fragmentarse (como efectivamente lo están) y que eso permitiría retomar el control en automático; en realidad, la disolución de los partidos está llevando al caos y la incertidumbre política sin que el PRI sea capaz de usufructuar esto.
- Croony Capitalism: "Capitalismo de compadres", lo que se traduce en la serie de corruptelas o favoritismos dados por el Gobierno Federal a determinados contratistas que resulta, tienen relaciones de amistad con el propio Presidente o su círculo cercano y/o le han hecho favores privados o le han vendido ¿o regalado? inmuebles, siendo el caso de la "Casa Blanca de las Lomas" y la primera dama el caso más sonado. La realidad es que los Priístas no son los únicos que han practicado esto, pero las redes sociales hoy en día los ponen en evidencia más que lo que antes se podía hacer con sus predecesores en este tipo de prácticas.
- Falta de energía en la aplicación de la Ley: El temor a generar mitos de mártires como lo ocurrido en Tlatelolco en 1968 ata de manos al Gobierno federal para detener la práctica sublevación que se da en los estados de la "Tierra Caliente": Michoacán, Guerrero y Oaxaca, el vandalismo crece, la impunidad también. ¿Porqué no se actúa? Hay quien dice que es por proteger los intereses oscuros y creados detrás de la triste situación en dichas entidades y en los que están envueltos tanto gente de la Izquierda como del PRI, otros a que se apuesta por el olvido o al cansancio de la gente para que la tormenta pase por sí sola y no arriesgarse a la búsqueda de una tragedia por parte de los radicales que después sea utilizada mediáticamente por estos en contra de la Administración; entre tanto, las pérdidas económicas se siguen acumulando y la imagen internacional del país, cayendo.
- Falta de comprensión del entorno internacional: Los tecnócratas en el Gobierno se centraron tanto en su proyecto reformista que no sopesaron las consecuencias, ni adentro ni afuera del país: así, no calcularon que la apertura hacia China que se empezó a implementar tendría como consecuencia alguna respuesta de EUA --se cree que esto es lo que está detrás de los escándalos de corrupción que han sido destapados por los medios norteamericanos--, tampoco se previó que la política internacional, y en especial la renovada rivalidad entre el vecino del norte y Rusia, o los acontecimientos en Medio Oriente repercutirían en el precio del petróleo y esto llevaría a la reducción de los ingresos por parte del Estado. A decir verdad, esto no es solo propio de los Priístas, a la mayoría inmensa de los políticos y medios mexicanos los acontecimientos internacionales no les importan: siempre ha existido una especie de aislacionismo.
Si a esto le añadimos la terquedad del Presidente de no hacer cambios en el equipo --deberían salir del gabinete tanto Luis Videgaray, titular de la cartera de Hacienda con su equivocada estrategia de exprimir al contribuyente cautivo, el Procurador Murillo Karam por su falta de prudencia y Osorio Chong de Gobernación por su falta de valor y energía-- creo que la receta para el desastre está servida.
Y lo peor de todo es que, tras ver a la oposición... no hay alternativas.
En el próximo post, hablaremos sobre los movimientos del Juego de Tronos en el tablero de la Península Arábiga...
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