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16 de agosto de 2012

ROMNEY, RYAN, RAND Y EL PENSAMIENTO DEBIL


Mitt Romney, Paul Ryan y Ayn Rand, los tres, apellidos que empiezan con "R" de Republicano y de Radical, y los tres muestran el pésimo nivel ideológico del partido del elefante en Estados Unidos que no parece así presentarse como una alternativa real para evitar la reelección de Barack Obama en la Presidencia de Estados Unidos de América.

Así, Romney puso fin a tantas semanas de especulaciones sobre quién sería su compañero de fórmula para ocupar el cargo de Vicepresidente en el caso de verse favorecido con los sufragios y llegar a formar Gobierno en un momento crucial, en el que EUA parece no estar viviendo sus mejores tiempos, con crisis económica, una política exterior poco definida y que ha reaccionado con estupor, indecisión y ambigüedades ante lo que sucede en Medio Oriente y ante la crisis que azota con mayor fuerza, a Europa. Finalmente, no fue el cubano Marco Rubio su compañero de fórmula, que quizá hubiera contribuido a acallar las críticas contra los Republicanos por su supuesto desprecio a los Hispanos, pese a que el partido tiene tantos cuadros de origen hispanoamericano como los Demócratas, y que quien ha mostrado una enorme hostilidad contra los inmigrantes no ha sido otro que la propia administración del afroamericano, según se desprende del enorme número de deportaciones y su ahora hipócrita y electorera postura de tomar medidas que permitan a estudiantes extranjeros e indocumentados el quedarse.

Si bien Obama ha sido siempre un demagogo que hace todo lo contrario a cuanto dice, que prometió la paz y ha extendido la guerra, y que cual jefe mafioso ordena asesinatos y quién sabe hasta qué nivel está su implicación en el negocito de su Procurador Eric Holder de tráfico de armas en el operativo "Rápido y Furioso", y el caso migratorio, en el que es muy claro su doble discurso, los Republicanos no son tampoco la octava maravilla, ni Romney es la muestra de un político consciente de la realidad y que demuestre tener la capacidad para actuar ante la problemática actualmente presente.

Romney ha sido muy golpeado en las últimas semanas no tanto por sus rivales políticos, que por ahí el Partido Demócrata ha sacado un anuncio televisivo en que prácticamente le acusan de homicidio al señalar que durante su gestión en una financiera, hace ya años, al despedir a un empleado provocó la muerte de la esposa de éste al no poder tener acceso a atención médica por sus costos prohibitivos, Romney ha desmentido eso aduciendo que al momento de darse el despido de tal empleado, él ya se había salido de trabajar de la financiera, y la esposa del infortunado trabajador continuaba gozando de prestaciones tales como la seguridad social, por lo cual la mujer pudo seguir recibiendo tratamiento contra el cáncer, y si el mismo le provocó la muerte, se debía a que el mismo ya había evolucionado hasta la fase terminal; no, Romney ha sido golpeado por sí mismo y por el radicalismo y sectarismo ideológico que trae consigo.

Indirectamente, su condición de Mormón le ha generado no pocas suspicacias sobre su persona, incluso, algo en apariencia tan trivial y ajeno a la política como el divorcio de Tom Cruise y Katie Holmes le ha pegado, ¿porqué? Porque muchos ven grandes semejanzas entre las doctrinas de la "Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días" de la que Romney ha sido incluso pastor, y la Cienciología profesada a grado fanático por el actor. Ambas doctrinas manejan un discurso "cósmico" y argumentos pseudocientíficos, el mormonismo se basa en una falsificación ingenua de la Historia Precolombina de América, mientras que las doctrinas de Ronald L. Hubbard se basa en un uso sesgado de la Teoría de la Evolución, en la creencia en vida extraterrestre y un concepto de la ciencia superficial, ambas "Iglesias", además, utilizan para su expansión técnicas propias de mercadeo y multinivel y se han visto envueltas en muchas dudas por ciertas prácticas financieras, por si fuera poco, los Mormones han tenido siempre una relación estrecha con los intereses políticos del Estado norteamericano, --con independencia del partido en el poder-- sobre todo al exterior.

Por otro lado, la reciente visita de Romney a Inglaterra, en la víspera de los Juegos Olímpicos resultó un serio revés y salió seriamente cuestionado por los Británicos, ya que se dedicó a denostar los esfuerzos de organización del evento y a criticar el desempeño del comité encargado de ello, presidido por el ex-atleta Lord Sebastian Coe. Como Romney fue quien hizo lo propio para los Juegos invernales de 2002 en su sagrada ciudad de Salt Lake City, se puso en plan de evaluar a Lord Coe y prácticamente a leerle la cartilla acerca de lo que debió hacer y que no debió hacer, lo que provocó el enojo tanto del legendario medallista en Moscú y Los Angeles, como de buena parte de la prensa y la opinión pública inglesa; la realidad es que no hay punto de comparación entre los retos enfrentados en Salt Lake y aquellos a los que tuvo que hacer frente Londres, la primera es una ciudad mucho más pequeña y menos relevante en la economía, política y de presencia internacional que la capital británica, para empezar, en segundo, a los Juegos de Invierno no acude el mismo número de países y de deportistas que a unos Juegos veraniegos, por lo que las cuestiones de instalaciones, hospedaje, logística, transporte y alimentación con las que tuvo que lidiar Romney no le llegan ni a los tobillos a aquello con lo que tuvo que lidiar Coe; en definitiva, el norteamericano quedó como el típico nativo de EUA soberbio, narcisista, ultranacionalista e ignorante de lo que sucede fuera de su país o que desprecia lo extranjero, cerril y encerrado en su rancho al que considera la capital del mundo, quedando muy mal ante la gente que es el "aliado especial" de Estados Unidos.

Y viene la selección del aspirante a la Vicepresidencia, algo que corresponde al candidato a la silla del despacho oval y no a las bases del partido que no votan por una fórmula en las elecciones internas o primarias ni lo deciden los directivos locales del mismo en aquellos estados en los que se establece el hacerlo a través de los "caucus" o consejos estatales. La designación es importante, no solo porque el Vicepresidente puede, en dado caso de falta del Mandatario, sustituirlo y desempeñar la primera magistratura, sino por que además preside al Senado, y por tanto, puede plantear la agenda legislativa de la cámara alta del Congreso y es el intermediario directo entre éste y la Presidencia de la República, por ello, resultaba vital conocer el perfil del aspirante a la Vicepresidencia.

Así, la elección de Ryan es un claro mensaje de cuál sería la tónica de una hipotética administración republicana encabezada por el Mormón. Ryan, por su parte, es de origen irlandés (ya muchas generaciones atrás) y Católico. Sin embargo, a diferencia del precandidato derrotado Santorum, al que podríamos calificar de Neoconservador, por su ideología vaticanosegundista y demasiado concentrado en las cuestiones bioéticas y de moral sexual, o de Newt Gringwich, recién converso del Protestantismo y atraído por las corrientes Tradicionalistas, aunque decididamente Neoconservador en lo político, Ryan es un Católico promedio, light (como somos, por desgracia, la mayoría) y aparte se encuentra muy influido por los trabajos de la escritora rusa emigrada a EUA Ayn Rand.


Es la obra de Rand y no el Catolicismo la que ha obrado en Ryan su mayor influencia ideológica, según sus propias palabras, aduciendo que la lectura, a los 14 años de edad de su novela ideológica La Rebelión de Atlas, fue un punto que cambió su vida.

Rand ha sido calificada como "filósofa" pero esto quizá sea demasiado para una mujer que en realidad fue más bien novelista, y que en sus obras se limitó a reflejar un confuso pozole de ideas políticas y económicas no muy bien estructuradas y bastante simplistas o superficiales. La novela a la que Ryan le da un papel señero en su formación está bien escrita y atrapa al lector, aunque es de una longitud extraordinaria, pues llega a las 1,300 páginas, (en lo que rivaliza con el clásico de Tolstoi La Guerra y la Paz, o con el de Tolkien, El Señor de los Anillos, si juntamos los tres volúmenes que lo conforman)  publicada en 1957, y es considerada no solo por el joven político aupado últimamente a los primeros planos, sino por gran parte del público norteamericano como una obra tremendamente influyente, y muy acorde con el pensamiento típicamente estadounidense. (Otra novela, muy influyente y con nefastas consecuencias incluso para la salud mental de personas como Marc David Chapman, asesino de John Lennon, es El Guardián entre el Centeno de Salinger, icónica de la rebelión juvenil).

La novela es tan gustada por nuestros vecinos del norte, y tan poco conocida fuera de su país en razón a que Rand escribió esa novela, misma que podemos considerar de Ciencia Ficción política, donde se plantea una distopia al estilo de 1984 de George Orwell, con la diferencia que el británico supo darle una mayor coherencia a sus ideas y a la crítica que formuló en esa obra al totalitarismo soviético, en su calidad de Comunista arrepentido. Rand, por el contrario, tras haber vivido una infancia y juventud bajo el yugo del sistema comunista que se implantó en su país natal tras la Revolución de 1917, llegó a Estados Unidos y sintió que entraba en el paraíso, resentida contra el Comunismo ruso y enamorada del Capitalismo norteamericano, Rand difunde en su novela una serie de ideas que concluyen en la exaltación del egoísmo más individualista, exacerbado y hasta cruel, y el capitalismo más salvaje posible, así como el carácter innecesario del Estado: así, al pensamiento de la escritora se le ha calificado de "Anarcocapitalista", aunque sus seguidores prefieren ser denominados "Libertarios".

La Rebelión de Atlas se titula así porque, al igual que Orwell, se imagina un futuro controlado por un Estado  totalitario, en el que los individuos son los que sostienen todo el entramado con el pago puntual de sus impuestos y toda su actividad y creatividad puestas al servicio del Estado, con lo que, al igual que el titán de la mitología helénica, las personas se encuentran sosteniendo todo el peso de aquél, como si fuera el mundo. Finalmente, los personajes centrales de la obra se rebelan contra el sistema, descubren su individualidad y su capacidad creativa y deciden explotarla al máximo.

El pensamiento de Rand sin embargo es demasiado débil, superficial y simplista: considera que el Estado no es necesario y desconoce que el ser humano sea social por naturaleza, para ella, el individuo se basta y sobra, conceptos como la solidaridad, caridad o amor, están de más, pues, lo único que cuenta es que cada individuo logre sus metas y satisfaga sus deseos y objetivos y no se someta a ningún control ni a ninguna autoridad que no sea su propia voluntad, para ella, el ser humano es bueno por naturaleza --de donde sale que comparte el origen de sus ideas con sus odiados Marxistas en el pensamiento de Rousseau, del individuo bueno, corrompido por la vida social-- y su libertad no debe tener límites, pues todos los apetitos de la persona tienden a lograr el bien del propio individuo: placer, riqueza, poder, reconocimiento, posición, etc. Para ella, el Cristianismo es un error de la Humanidad, ningún sacrificio por los demás es válido y ni siquiera la mujer debe tener amor por los hijos, pues no debe sacrificar el bien propio por ellos, que deben quedar solos a la búsqueda de su propio bien.

Huelga decir que la aplicación al pie de la letra de las ideas de Ayn Rand implicaría devolvernos a un estado de barbarie absoluta y de ley de la selva en que nadie dudaría en eliminar a otros a fin de que nadie estorbe para el logro del bienestar propio, por lo pronto, muchas de sus ideas, han sido tomadas por la Izquierda Progresista como en el Feminismo Radical y el abortismo, que se impulsan por el propio Estado, lo cual sin duda sería causa de infarto para la escritora, y es que no hay otra forma de hacer realidad su ideal: si quieres crear un clima en que cada individuo haga lo que quiera sin tener responsabilidad, esa responsabilidad debe pasar a otro, si ninguna persona en particular quiere hacerse cargo de las consecuencias de sus acciones, las mismas pasarán al Estado; así que, en vez de lograr la extinción de la comunidad política como hubiera querido la novelista, sus mismas ideas lo refuerzan y contribuyen a su gigantismo.

Es cierto que tampoco es deseable un Estado totalitario y una regulación demasiado intromisoria en la vida de los individuos, como lo plantea Rand y que no ahogue las actividades económicas, tampoco lo es que el Estado tenga una estructura burocrática colosal que termine por engullir la mayor parte de los recursos de una Nación, sin embargo, el Estado es necesario, el orden y la regulación son vitales, porque no es cierto que el ser humano sea bueno por naturaleza y su bienestar material particular sea el sumo bien por el que vale sacrificar todo lo demás y pasar por encima de los demás en una competencia o lucha descarnada, existe una innegable vida social que se da por naturaleza porque nadie se basta a sí mismo y existen dimensiones como la afectiva o la espiritual y cultural de la persona, cosas que, al parecer, la autora nunca comprendió.

Por eso, el hecho de que Ryan aparezca como candidato a la Vicepresidencia del Partido Republicano es seña clara de que el radicalismo en ese instituto político ha aumentado y los "Libertarios" están haciéndose con el control del mismo; es cierto que las reformas al sistema de salud propuestas por Obama son demasiado onerosas y la única forma de sostenerlas será con más endeudamiento para el  ya de por sí ahogado Washington, pero las ideas de Romney y de Paul Ryan, combinadas llevarían a un desastre social, cuando todo es tan simple: eliminar las intervenciones extranjeras, reducir las fuerzas militares y el aparato de seguridad nacional, bajar impuestos e incentivar las inversiones nacionales y extranjeras; de lo contrario, tanto Demócratas como Republicanos continuarán llevando a su país al camino del declive sea por exceso de estatización o por falta de Estado, el declive, por tanto, aparece como inevitable y más cuando aparecen líderes mal formados que prefieren ideas simples, fáciles y en apariencia atractivas pero muy poco apegadas a la realidad, ante esta crisis de liderazgo, el panorama es oscuro y el Partido Republicano cada vez se aleja más de ser un genuino partido conservador, para ser simplemente, otra ala de la Izquierda.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En realidad el "anarcocapitalismo" se le debe mas al Economista Austriaco Murray Rothbard que a Ayn Rand, esta ultima preferia que a su propuesta se le llamara "objetivismo".

Aunque no estoy de muy acuerdo con la filosofia de Rothbard y con algunas de sus proclamas (como su absurda defensa al genocida Che Guevara solo porque "tenemos un enemigo común, el Estado" ó que "la mafia es preferible al Estado") encuentro muchas de sus propuestas mas razonables que las de Rand y mas llenas de cargas morales y religiosas que las de la escritora rusa (en parte por su admiracion a Santo Tomas de Aquino -aunque hay que aclarar que aunque el fue un gran genio, tambien tuvo errores humanos que han sido condenados por la Iglesia Catolica, a final de cuentas no hay que olvidarnos que el Aquinatense y demas Santos no son el Magisterio-), mas aun Rothbard (al contrario de Ayn) tenia una posicion favorable hacia la religion (quizas influyó el estar casado con una persona profundamente religiosa) y no estaba totalmente cegado por su celo ateista (aunque el ateismo tambien es una religion, la religion en la cual el hombre se adora a si mismo) como Ayn Rand, Christopher Hitchens o (el peor y mas loco de ellos) Richard Dawkins... todos ellos tan cerrados en si mismos y sus creencias que han creado sus propios grupos exclusivos en los cuales solo pueden ingresar los que concuerden absolutamente en todo con ellos y que los que no estan de acuerdo con ellos son "intolerantes, irracionales y enemigos de la ciencia y el progreso": posicion digna de las peores sectas mas fanaticas (de hecho Rothbard y otros economistas como Milton Friedman, Hayek y Mises tuvieron fuertes peleas y diferencias con Ayn Rand a quien tacharon de "intolerante y fanatica cerrada en si misma").

El Estado es necesario, mas no indispensable. Ese es el problema que algunos liberales han señalado acerca de la sociedad contemporanea: el que haya llegado a creer (en buena parte gracias a la educacion -indoctrinación- pública) que es necesaria la actuación del Estado para todo, desde la ciencia, el deporte, la cultura, el cine, la educacion, la industria, el comercio, los salarios, las fuentes energeticas, la agricultura, la ganaderia, la pesca, el petroleo, el agua, el gas, la luz, los bancos, etc., etc. Todos esos servicios existían antes de que el Estado se hiciera cargo de ellos, claro que sus dirigentes se adjudicaron dichas funciones debido a buenas intenciones: hacerle llegar a la gente mas "desvalida" todos los recursos productivos, pero las buenas intenciones no bastan, se necesitan medios eficaces. Los efectos colaterales de la intervencion estatal han sido desastrozos: corrupcion, falta de interés en los funcionarios publicos (al fin y al cabo ellos ya tienen su quincena segura -Gobierno es la unica entidad autorizada para saquear legalmente al ciudadano via impuestos-) y nepotismo es lo de menos, tambien hay perdida de valores de parte de la ciudadania, perdida del sentido de la responsabilidad (al fin y al cabo Gobierno se hace cargo), conformismo infantil (ditto de lo anterior), relativismo moral, erigimiento del Estado como el maximo idolo a quien la gente alaba, etc.

Anónimo dijo...

Por supuesto que hay algunas cosas que los liberales clásicos (verdaderos libertarios) concordamos con los anarco siendo la principal: el recelo casi total hacia la intervención gubernamental en todos los aspectos de la sociedad y el querer reducir al aparato burocrático y en especial su "gasto publico" que nunca ha servido de nada, no porque los politicos roben y malgasten, sino por su propia naturaleza.

Recordemos lo que una vez dijo Milton Friedman: "Vamos a suponer que el 40% de la población de un país sean burócratas y el otro 60% personas comunes. Los políticos y burócratas no producen nada (nota: nada mas leyes, restricciones, regulaciones, reglamentos, multas, mordidas, codigos, etc.); sus sueldos y prestaciones vienen de los impuestos que toman de otros a punta de pistola, no debido a una buena productividad ó satisfacción de sus clientes. El hecho de que los políticos y burócratas (nota: y la gente pobre a la que se le dió dicho dinero vía "programas asistenciales") gasten el dinero que despojaron a otros NO altera la situación. El verdadero producto es lo que el 60% produce. Y ese 60% a final de cuentas se va a distribuir entre el 100%. Si el otro 40% estuviese produciendo bienes y servicios que la gente desea y demanda (nota: o sea compitiendo en el mercado por el favor del cliente) entonces habría más mercancías y servicios circulando. Eso haría que los precios se reduciesen y habría mayor bienestar".

“Muchos han caído en la falacia de mirar billetes (creyendo que las condiciones de mejora de los países está en sus “riquezas” ya sea naturales ó de dinero), en lugar de ver el verdadero producto: los bienes y servicios que la gente produce para posteriormente consumirlos. Gastar no es lo bueno, lo bueno es producir, lo que queremos es que haya más productos y servicios circulando en el país, la competencia estimula la mejora, eso disminuye los precios de dichos bienes y servicios, así el dinero rinde más”.

Por ello el redistribuir dinero no sirve de nada, por eso los subsidios no sacan a la gente de pobre sino que los hunden más (aparte de volverlos perezosos que no quieren trabajar ni esforzarse). Los pobres necesitan trabajo, no dinero ni servicios "gratuitos". ¿Como se van a formar fuentes de empleo ante toda la maraña de leyes, reglamentos, gastos administrativos, restricciones e impuestos que hay en Mexico? ¿Y las que ya hay como van a crecer?

Anónimo dijo...

Pero hay otras en las que es bastante obvia la diferencia entre ambos: mientras que los liberales clásicos establecen que lo que debe existir es un Gobierno pequeño y limitado que solo se dedique a salvaguardarnos de enemigos extranjeros (ejercito) o sea derecho a la libertad, castigar los delitos como asesinatos y daños a terceros (policía) o sea derecho a la vida y a la propiedad privada; y castigar fraudes entre operaciones de los ciudadanos (tribunales); tratando de aplicar lo menos posibles la "justicia preventiva" (tan adorada por los socialistas para justificar todo tipo de intervenciones estatales).

Los anarcos por el contrario proponen la desaparicion completa del Gobierno ya que "el mercado solo es mas eficiente que el Estado incluso en servicios de policia, ejercito y tribunales"... lo cual es absurdo y ese si seria una vuelta a la Ley de la Jungla (imagínate que cada quien tuviese su "propia policia" -cosa que en la pelicula original de Robocop se criticaba-, o sus "propios jueces y magisterios", o sus propias leyes cívicas; seria un caos total). Dicho pensamiento ciertamente sale de la concepcion roussoniana de que "el hombre es bueno por naturaleza y son las instituciones quienes lo corrompen". Pensamiento que (si Ryan conociera mas de la doctrina de la Iglesia Catolica que obvio no practica) ha sido condenado varias veces por la Iglesia Romana y los diversos Papas... al igual que condenan la noción de que "el hombre es malo por naturaleza" que proclaman los protestantes en su pesimismo antropológico extremo. Uno lleva a la arrogancia extrema y otro a la desesperanza extrema: ambas posiciones han servido para legitimar al estatismo en sus diversas facetas.

Los liberales clasicos siguen a Economistas como Mises, Hayek ó Say; los anarcocapitalistas siguen a Rothbard, Rand y David Friedman (hijo de Milton Friedman). De entre ambas posiciones creo que es mejor la de los clasicos (muchos de los cuales apoyan al Tea Party de EUA). El anarcocapitalismo es una obvia contradicción, porque no hay capitalismo sin Gobierno Limitado a la preservación de los auténticos derechos naturales, como “árbitro de instancia final”, y último recurso para dirimir los desacuerdos y conflictos entre las agencias y actores privados. No obstante, este absurdo “anarcocapitalismo” sirve como una pobre compensación psicológica por el fracaso político que ha marcado hasta hoy al liberalismo, y un cómodo pretexto para la inacción política. Los anarco son tan utopicos como los socialistas.

Claro que eso no quiere decir que los economistas austriacos llamados liberales clasicos sean infalibles: Mises cae en la trampa del racionalismo (creer que todo se puede explicar a base de racionamiento y sentido comun en desprecio de la fe -obvio que por su posicion de ateo darwinista-) y Hayek en la del utilitarismo (aunque no con la frecuencia abrumadora de Milton Friedman y demas economistas de Chicago que son los "neoclasicos", cuya tesis el "monetarismo" es tan responsable por la crisis actual como el keynesianismo -ambas le otorgan al gobierno el poder de emitir y controlar la circulacion del dinero... el mas absoluto de los poderes que se ha adjudicado el Estado-).

YORCH dijo...

Interesantes aportaciones, ¡Muchas gracias! en efecto, ambos extremos: el estatismo de los socialistas y Keynesianos, como el anarcocapitalismo caen en los extremos, los cuales tienen su origen en lo mismo:el olvido de que la economía está para servir al hombre y no el hombre para servir al sistema económico; para unos,el Estado está por encima de la persona, los otros, imponen una dictadura del mercado y lo hacen la medida de todas las cosas, debemos recuperar el humanismo.