Esta década fue la década de Harry Potter, si bien el primer volumen de la saga fue publicado en 1996, la mayor parte de los libros se editó en los primeros años del 2000. La obra de J.K. Rowling fue todo un fenómeno que incluso saltó al cine y se volvió parte indudable de la "cultura pop" en este periodo. La obra de la escocesa tiene todo para ser considerado en el futuro como un clásico del género., con todo y que la segunda mitad de la saga resultó ser un tanto de menos calidad a los primeros cuatro libros, por estar más motivada por los intereses comerciales que por la genuina inspiración literaria, por otro lado, sirvió de impulso a un verdadero renacimiento del género de fantasía, con obras de diferente calidad, que va de mala a mediocre y algunas obras de buena calidad, pero contadas.
Así, han crecido los fenómenos comerciales, hoy en dúa, se tiene el éxito de la Saga de "Crepúsculo", la cual no ofrece nada nuevo ni interesante: la misma fórmula de Harry Potter con héroes adolescentes combinada con las ideas de Anne Rice sobre vampiros mundanos y trágicos, a mi modo de vista, los vampiros son uno de los recursos literarios ya más sobados, trillados y agotados que puede haber, aunque ha habido por ahí aproximaciones más realistas e históricas a la figura del vampiro, como "La Historiadora", novela de éxito y que se centra en una investigación sobre Vlad "Tepes" Draculea, figura histórica inspiradora del mito, que resultó ser un buen libro.
En materia de literatura más para adultos, el fenómeno de Dan Brown y su obra "El Código Da Vinci" muestra que el morbo puede más que la calidad como escritor, lo reprobable de Brown no es el tema de sus obras, sino el que pretenda vender como verdad algo que evidentemente es una mera ficción y que parte de datos inexactos o de plano erróneos y pretenda decir que son los correctos; ya anteriormente y con una temática un tanto similar, en la década de los ochenta, el español J.J. Benitez hizo lo mismo y el tinglado a la larga no le sirvió para salir de su rol de pseudoperiodista sensacionalista y pseudocientífico de la ufología. En el caso de Brown, sus novelas, mal escritas y de temática repetitiva, a largo plazo, no le darán trascendencia, y ha sido reprobado tanto por católicos, por obvias razones, como por ateos como Vargas Llosa por no tener otra virtud que el escándalo publicitario, lo malo que esta fórmula del escándalo ha tenido éxito, y resulta que siguiendo la estela de Brown aparecieron multitud de libros alrededor de códigos secretos escondidos en obras de arte, civilizaciones antiguas y demás que resultaron ser peores a la obra inspiradora, e incluso, los escritores presuntamente serios, como José Saramago, han seguido como modelo, porque el morbo siempre vende.
De igual manera, esta década estuvo inundada de libros motivacionales: Rhonda Byrne y "el Secreto" plantea una espiritualidad no religiosa muy al gusto del "New Age", Paulo Coelho, que no es otra cosa que un Carlos Cuauhtemoc Sánchez brasileño es reverenciado como autor serio y Fernando Savater publica su filosofía barata atea y hedonista pero motivante...
En resumen, y pese a que se abre un nuevo campo para la literatura con los libros electrónicos, la mediocridad se hizo presente en esta década, salvándose pocos: Coetze y su crónica de la Sudáfrica que abandona las negras sombras del Apartheid, o un Orhan Pamuk que narra el desgarre de Turquía entre sus raíces islámicas y asiáticas y sus pretensiones europeas secularistas. Veremos que pasa en los años por venir.
2.- Cómics:
La década de los noventa fue la de DC con sagas como la "Muerte de Súperman" o "La Caída del Murciélago", pero interrumpida por la aparición de Todd McFarlane y su editora Image Comics con Spawn, su personaje insignia; sin embargo, el canadiense, que ha inspirado a muchos con su particular estilo distorsionado de dibujo no pudo consolidar a su empresa como la tercera en un mercado dominado por los dos gigantes, ya que su héroe demoniaco quedó estancado tras sus primeros 100 números al centrarlo más en sus berrinches por su vida pasada y broncas personales que por verlo efectivamente combatiendo al mal y al no poder desarrollar más, pese a la colaboración de otros grandes como el coreano Jim Lee a los demás personajes, que no fueron más que copias malas de Marvel, como fue el caso de "Gen 13", plagio descarado de los X Men o llegaron a aburrir: Darkness y Witchblade, por ejemplo, tras un buen inicio.
Esta década, en cambio, fue la década de Marvel, que apostó por mostrar un universo más integrado y eventos cataclísmicos: hace diez años comenzamos con "Onslaught" para seguir después a lo largo de estos años, con la desmembración de los Avengers, "House of M", "Civil War" "Planet y World War Hulk", "Secret Invasion" y "Dark Reign"... sin embargo, Marvel ha ido perdiendo gas y ahora parece que la pelota ha pasado a manos de DC que ha estado haciendo muy buenas historias aunque no han sido tan publicitadas como las de su rival.
En México, pese a tener una larga tradición de dibujantes, seguimos sin tener una industria del cómic de renombre, siguen sin verse sucesores de Don Gabriel Vargas y de Doña Yolanda Vargas Dulche... proyectos van y vienen pero no hay nada concreto.
3.- Manga y Anime:
El manga o comic japonés entró en la década del 2000 un tanto frenado por los intereses económicos y comerciales con la edición de historias sustentadas en juegos de combate: Pokemón, Digimón y Yu Ghi Oh o Bay Blade, fueron las principales. No fue sino hasta la segunda parte de la década que aparecieron dos fenómenos: Death Note, una historia truculenta, pero original e inteligente y Naruto, una historia igualmente buena y basada en las historias Ninja.
Sin duda, el manga se desarrollará más en los próximos años, y creo, nos brindará grandes sorpresas, por lo pronto, se extrañan los "mechas".
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Solo me resta desearles un FELIZ 2010!!! Ya pronto, postearé acerca del atentado de Navidad contra EUA, y el regreso del PRI en Guadalajara. Un abrazo a todos los lectores.
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