En Europa se han dado dos golpes durísimos a la libertad religiosa, por un lado, en un referéndum, los suizos, democráticamente, no cabe duda, han votado a favor de una ley que prohibe la construcción de los minaretes en las mezquitas que edifiquen los inmigrantes musulmanes residentes en el país alpino, entre tanto, en España se pretende, por decreto, quitar los crucifijos de las aulas de todas las instituciones educativas, tanto gubernamentales como privadas, en un primer paso a un plan, ideado por el actual gobierno del PSOE por desterrar los símbolos religiosos de los espacios públicos para evitar que minorías religiosas se sientan ofendidas, según dicen (seguramente la primera minoría ofendida debe ser la masonería).
El minarete es una torre que se construye en el exterior de la mezquita o templo islámico, (estrictamente hablando, la mezquita no es un templo, sólo un lugar de reunión para orar y recibir instrucción en las doctrinas mahometanas, como la sinagoga judía, pero no la "casa de Dios") donde, cinco veces al día, en la hora de la oración, el muecín o almuédano, un clérigo de voz potente y melodiosa, sube y llama a los fieles a rezar entonando: "Allah hu akbar" o "Dios es grande" en un canto en el que podemos reconocer las raíces del flamenco español o del estilo que originalmente usaba Shakira para cantar.
Hay minaretes famosos, como la Giralda, convertido en el campanario de la catedral de Sevilla, tras la reconquista por los castellanos con San Fernando III, o los cuatro que fueron construidos por el sultán Mohamhed II de los otomanos tras convertir a la basílica de Santa Sofía en mezquita, tras haber conquistado Constantinopla y convertirla a su vez, en Estambul.
Ante esto, no cabe duda que el peor enemigo de la Derecha no es la Izquierda, sino la propia Derecha y sus voceros, que a veces lucen más por sus prejuicios que por su claridad o lustre intelectual y cultural; así, es de dar pena ver los artículos, por ejemplo, escritos en "Libertad Digital" para comprobar que pesa más la islamofobia que el darse cuenta de lo peligroso que resulta esto. Los suizos distan mucho de ser los defensores del Cristianismo en Europa: han permitido el aborto, legalizado las drogas y la eutanasia, lo que le hace ser el primer destino del turismo suicida, aparte de que es probablemente el país número 1 en la corrupción de alto nivel, con su secreto bancario y la apropiación que ha hecho de botines ajenos, como el de Raúl Salinas de Gortari o el de Hitler, sin devolver ni un centavo al Estado Mexicano, saqueado por el famoso "hermano incómodo" o a los judíos, rusos, polacos, franceses e italianos que sufrieron el robo a manos de las Waffen SS y la Whermacht, así, ahora los suizos, a quienes además Europa siempre les ha valido un sorbete, (excepto durante la Edad Media y hasta 1815 en que era su lugar de trabajo, pues antes de que Suiza fuese un paraíso fiscal y financiero los suizos trabajaban como mercenarios de alta calidad, vendiéndose al mejor postor, hasta que el Congreso de Viena les obligó a cesar en tan lucrativa actividad, recuérdese la canción "Killing is my Bussiness" de Megadeth, y a asumir la neutralidad) se pretenden levantar como los salvadores de la europidad y con un desplante xenófobo e intolerante, prohiben los minaretes.
Por otro lado, tal vez teman que aquello les arruinará el paisaje turístico de su fiscalmente paradisiaco país, nadie espera encontrarse a los pies del Mont Blanc una construcción propia del desértico Medio Oriente, ni entre un bosque de pinos, pero no pueden negar la realidad de la gente que ha llegado de esas regiones y ahora trabaja y vive en su país, y que da un mucho mejor ejemplo de lo que es la disciplina, la fe y la tenacidad que ellos, apoltronados en su hedonismo; la defensa de la Cultura Occidental y del Cristianismo, si se quiere, no se da prohibiendo a los otros sus manifestaciones religiosas particulares, sino dando ejemplo de vida, y en el caso específico de los europeos, teniendo hijos, si no quieren reponer la población que pierden por la escasa tasa de nacimientos llenándose de inmigrantes de costumbres extrañas, pues deben renacer sus propios pueblos y ocupar los puestos de trabajo... ¿porqué los musulmanes no se integran a las sociedades europeas en las que habitan? Porque las ven como ejemplos de decadencia y de camino seguro a la destrucción. Ante eso, prefieren aislarse y fortalecer su identidad y tradiciones para no contaminarse con el entorno que se desmorona.
Los que escriben en "Libertad Digital" no pueden regocijarse por la prohibición de los minaretes y a la vez protestar contra el proceso de desaparición de los símbolos religiosos cristianos de los espacios públicos. Ambos son muestras de la ofensiva antirreligiosa que se desata en Europa y en Occidente en general; ahora bien, creo que sí procede suprimir los crucifijos de las escuelas de gobierno, puesto que el Estado debe ser aconfesional (no antirreligioso como el clon de Mr. Bean pretende) mas no debe cometer el error o la acción dolosa que realizan otros gobiernos europeos, como prohibir a los alumnos que en lo individual porten símbolos religiosos personalmente, como cadenas con cruces o medallitas, el velo o hijab, el turbante singh, estrellas de David y hasta los peinados de los rastafaris (o qué, ¿los van a rapar?), etc., el Estado debe abrirles las puertas de las aulas a todos, y al mismo tiempo, debe respetar la permanencia de símbolos religiosos en colegios privados que son de alguna u otra orientación, donde no creo que nadie puede sentirse ofendido: si se entra a un colegio católico, se deben acatar las normas y respetar las costumbres, o signos de identidad de la institución, y ésta, a su vez, respetar las diferencias del individuo; yo lo ví al estudiar en colegios y universidad católicas en que se respetó a alumnos y maestros de religión diferente y ellos jamás se sintieron ofendidos por la identidad cristiana de la escuela, que se hacían misas o las posadas y eso, simplemente no iban y ya, y es más para la clase de religión ellos presentaban trabajos que versaban sobre sus propias tradiciones y creencias religiosas, de esta misma manera, en el caso de ser tradiciones culturales arraigadas: la Navidad, los nacimientos, la celebración del Via-Crucis, las fiestas patronales, etc., conservarlas como definitorias de identidad, por que la apertura al extranjero o al que no comparte nuestra identidad no equivale a quedarnos sin ella.
Por esta razón, los primeros en defender a los musulmanes ante el resultado del referendum fueron los obispos católicos suizos, pues esto sienta un precedente muy grave en contra de la manifestación pública de la fe, sea cual sea ésta, ¿qué sigue después? ¿las torres de las iglesias? hay que recordar aquella frase atribuida equivacadamente a Bertolt Bretch sobre los nazis y que más o menos va así:
"Primero vinieron por los judíos, pero yo no hice nada por que no era judío, luego por los comunistas, y tampoco me preocupé por que yo no era comunista, después le tocó el turno a los socialdemócratas y tampoco hice nada por ellos, porque no era de sus ideas, y finalmente, vinieron por mí..."
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