(Sí, seguimos hablando de Trump, al parecer, el magnate inmobiliario sigue el consejo de San Juan Pablo II, quien llegó a decir: "hay que aparecer diariamente en los noticieros".)
Tal y como lo había prometido durante su campaña electoral, Donald Trump se dirige a dar fin a la Guerra de Ucrania, después de todo, la misma fue provocada por EUA, así que corresponde a esta potencia americana el "limpiar" todo el desorden que, desde el 2014, la última Administración de Obama dejó crecer y terminó por desembocar en la guerra, ya bajo el mandato de Biden, en febrero de 2022, cuando el conflicto estalló en guerra abierta entre Rusia y sus antiguos territorios originarios del suroeste, luego reconvertidos en una región fronteriza, y así llamada en ruso: Ukraina, o castellanizado: Ucrania, lo anterior, tras ocho años de constante provocación y ataques contra la población puramente rusófona de las ricas provincias orientales, --aunque el Ucraniano no es más que un dialecto del ruso-- del Donbas y el Donetsk y Lugansk, que precedieron a casi treinta de expansión hacia el este de la OTAN, organización nacida tras la Segunda Guerra Mundial como una alianza defensiva en contra del claro expansionismo soviético dirigido por el entonces dictador comunista Joseph Vissarionovich Stalin.
La OTAN se fue expandiendo al este, en realidad, por beneficiar esto a los intereses del Complejo MIlitar-Industrial estadounidense, que necesitaba mantener el negocio y seguir vendiendo armamento a los países europeos, mientras apoyaban igualmente la expansión de la Unión Europea en beneficio de la Alemania reunificada bajo el mandato de Helmut Kohl, quien convirtió al bloque, tras el Tratado de Maastrich, en un verdadero Cuarto Reich sujeto al yugo económico que le impuso; así además, se buscaba que una Rusia debilitada, tras haber perdido las catorce provincias con las que, unidas o federadas a ella, conformó tanto al Imperio Zarista como a la URSS, terminara de fragmentarse y se evitara lo que la paranoia del geopolítico británico Mackinder tanto temía: una alianza germano-ruso, aunque ya desde el siglo XVIII eso era temido por otras potencias europeas, como Francia o Austria, y llevó a los asesinatos de los germanófilos zares Pedro III y Pablo I.
Pero hoy, Trump ha puesto final al proceso, al negocio, reconociendo la derrota de Ucrania, y con ella, la propia, la está condenando a muerte, incluso, parece cambiar tornas, y virar de una alianza con la Unión Europea y los miembros de la OTAN, ambas instituciones surgidas de la Globalización, a una posible alianza con Rusia, y es que no es para menos: el día de hoy, en la Conferencia de Seguridad de Munich, el Vicepresidente Vance dio un discurso durísimo donde dijo verdades como puños acerca de la pérdida de valores morales en Europa e, incluso, cómo se han hecho prácticas antidemocráticas interviniendo y anulando elecciones que favorecían a candidatos y partidos nacionalistas y favorables a establecer la paz con Moscú.
En ese contexto, no es de extrañarse que Trump tenga bases para irse contra Dinamarca y arrebatarle Groenlandia incluso por la fuerza, ya que el país nórdico es parte de ese remanente bloque woke en lo que se ha convertido la Unión, a impulso también de las políticas de influencia desplegadas por la USAID, las advertencias de petimetres como Macron y Scholz de enviar tropas para defender a la isla de la posible invasión norteamericana, que no son otra cosa más que hilarantes, más cuando la Bundeswehr, es un ejército de broma, limitado por la ocupación norteamericana, y el francés ha sido expulsado de África por los nuevos regímenes del Sahel con apoyo de mercenarios rusos.
Ahora, Trump parece desactivar el conflicto con Rusia tras una larga llamada telefónica con Putin, lo que ha provocado la desesperación y el pánico en Zelensky, y el enojo de los europeos, excluidos de la próxima negociación. El ministro de Defensa Alemán, por cierto, contestó airadamente al discurso de Vance, lo que reforzó la imagen de ridículo completo de Europa. Sin embargo, luego el equipo de Trump, y pese al tono conciliador del mandatario al referirse a la llamada con Putin, y las declaraciones y discursos iniciales, posteriormente tanto Peter Hegseth, el Secretario de Defensa, como el Vicepresidente Vance, han lanzado ciertas advertencias a Rusia si no acepta negociar la paz, o ahora planteen el envío de tropas norteamericanas como parte de las fuerzas de paz ¿A qué se debe esa aparente contradicción? Muy posiblemente a que tampoco pueden dejar que Putin se alce como el vencedor indiscutible y que se sienta ahora, como dueño de un poder absoluto y de árbitro sobre el Viejo Continente; también, a que deben salvar la cara, si bien Trump puede, con toda razón, señalar a Biden y a los Demócratas como responsables del desastre, tampoco puede quedar como el Presidente señalado de aceptar tal bochorno, debe mostrar cierta posición de fuerza y de ser el contrapeso del Kremlin y debe diluir aquella visión que le señala como una especie de traidor a los ucranianos... aunque lo que han exhibido es una descoordinación e improvisación que resta credibilidad a la Administración, al mostrar volantazos en su posición; sin embargo, es parte del estilo del neoyorkino que siempre busca arriesgarse en sus apuestas altas.
¿Qué va a pasar con Ucrania? De entrada, Zelensky quedará fuera de la Presidencia, viéndose obligado a convocar a elecciones; Putin no lo reconoce como mandatario legítimo de la república ex-soviética, y por lo tanto, no quiere ni dirigirle la palabra, Trump tampoco, pues lo ve como hechura de los Demócratas; una vez fuera de la silla presidencial, posteriormente, seguramente vendrá una partición: Putin no se quedará con toda Ucrania, pero sí con Crimea, las regiones orientales y quizá gane Odessa, en el resto, se mantendrá "independiente", pero en realidad como una especie de protectorado de EUA, de donde obtendrá tierras raras y cultivos agrícolas como forma de resarcir el dinero derrochado por Biden en estos tres años. Posiblemente, después, una vez que Washington considere pagada la deuda, permita que Rusia recupere el resto o devuelva a Polonia y Hungría los territorios históricos que fueron cedidos tras la Segunda Guerra Mundial para constituir la entonces República (entidad federativa) Soviética, celebrando sus empresas contratos de concesión con Moscú, Varsovia o Budapest. En cuanto a Zelensky, una vez que haya dejado la Presidencia, muy probablemente tendrá que despedirse de este mundo, de ahí su peligrosidad actual, si no, véase el ataque al sarcófago de Chernobyl, muy probablemente buscando una provocación y acusar a Rusia de ello.
Como sea, Ucrania ha entrado ya en proceso de extinción y liquidación como la construcción artificial que siempre fue.
En cuanto a Europa, es claro que forzadamente Trump probablemente les permita cierta entrada en la negociación, pero en la que estarán solamente como observadores, pues realmente no tienen nada qué aportar al proceso; las otrora grandes potencias mundiales europeas: Inglaterra, España, Francia o Alemania, así como las potencias medias como Portugal, Italia u Holanda, no son ya más que meras Disneylandias, países-museos, carentes de innovación, con poblaciones hedonistas y perezosas dispuestas a extinguirse al no tener hijos, y que incluso han tratado de diluir su identidad dentro del Leviatán que es la Unión Europea, construida por una clase política continental corrupta y que se ha echado en la hamaca, dejando a la dependencia total a EUA, para su defensa y seguridad.
El mensaje es claro: EUA va a romper con Europa y los dejará solos. Esto puede ser benéfico para estos países, que pueden despertar de 80 años de marasmo, que la Unión se deshaga, lo mismo que la OTAN, y los países busquen normalizar o confrontar con Rusia y entre ellos, cada uno por su cuenta en relaciones bilaterales, y que cada país recobre su Soberanía en torno a la inmigración, y la defensa. Se puede decir que quizá, Trump le dará la oportunidad a los europeos de renacer.
Y en definitiva, reitero lo que ya he planteado aquí en posts anteriores: Se va a dar una cumbre, probablemente el próximo 09 de mayo de 2025, en que se celebrará el Desfile de la Victoria en Moscú con el octogésimo aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, de los Tres Grandes actuales: Rusia y EUA se mantienen ahí, pero en vez de Reino Unido, entra China, para la repartición del mundo en zonas de influencia imperial, algo que nos afectará a todos.
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