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13 de septiembre de 2024

CRÓNICA DE DOS REGRESOS

Los que nacimos a fines de los años 70 fuimos afortunados en cuanto a música popular; nos tocó, siendo niños, en los años 80, el apogeo del Rock y del Pop, vimos a artistas como Michael Jackson, a la banda Queen, a Genesis y a su baterista-vocalista Phil Collins, The Police y su bajista y vocalista conocido por su pseudónimo Sting, vimos nacer y elevarse a la fama a Iron Maiden, a Eddie Van Halen hacer magia con su guitarra, a Prince y a Stevie Wonder consolidarse como compositores, y en México nos tocó el auge de un cantante extraordinario: José José, antes de que sus vicios lo redujeran a una figura tragicómica que hoy es, injustamente, objeto de burla, cuando debería ser respetado y servir de advertencia, así como vimos ascender a Soda Stereo y Caifanes, pero aún así, esas eran bandas y artistas de la generación de nuestros hermanos mayores. 

Llegaron los 90 y con ello, entramos en la adolescencia, y luego cursamos la Universidad. Entonces, descubrimos el sonido de nuestra generación: Nirvana, Blur, Pearl Jam, Alice in Chains, Smashing Pumpkins, Stone Temple Pilots, Soundgarden, Guns And Roses o Metallica se volvieron la banda sonora de aquellos años de crecimiento y descubrimientos, para luego, terminados los estudios, e iniciando en la vida profesional con el cambio de siglo, aparecieron más bandas como The Killers, Muse, Keane o Coldplay conformadas por contemporáneos nuestros, y entre todos esos artistas, dos bandas que sin duda, definieron la identidad de nuestra generación:

Oasis, y Linkin Park.

Ambas, tras largos años de silencio, están de vuelta, para llenarnos de nostalgia:

1.- OASIS:

Las finanzas del regreso de Oasis: un negocio de 475 millones de euros |  Música

La banda británica encabezada por los hermanos Liam y Noel Gallagher está de regreso, yo tuve oportunidad de verlos en su presentación aquí en Guadalajara, a la pude asistir, si mal no recuerdo, en octubre de 2008; fue una de las últimas presentaciones que tuvo la banda en la gira de promoción de su último trabajo de estudio Dig Up Your Soul, antes de que se diera una fuerte discusión entre ambos artistas, famosos por su mal genio, carácter pendenciero y afición por el alcohol, propio de quienes crecieron en un barrio obrero bajo de Manchester en una familia de padre borracho y madre maltratada, rayando siempre entre la delincuencia, el vandalismo de los hooligans en torno al club de fútbol Manchester City y la pobreza.

Durante los años 90, nadie recreó la decepción y la ira de la juventud ante las promesas del Fin de la Historia y de la realización de todas las metas personales y el bienestar material que brindaría la Globalización que se manejaba en el discurso de aquel entonces como esta banda, con himnos como Cigarrettes and Alcohol, o Rock and Roll Star, siempre con una actitud desafiante, y con críticas mordaces a las "vacas sagradas" de la escena, como los Beatles, Rolling Stones o U2 o el entonces encumbrado Phil Collins, los Gallagher manifestaban su inconformidad con una industria musical que pretendía imponerles estereotipos y líneas, su música se dirigía sobre todo a los adolescentes ingleses o británicos en general de los barrios bajos y clase trabajadora, muy a tono con lo reflejado en esa otra película icónica: Trainspotting, protagonizada por un joven Ewan McGregor y dirigida por Danny Boyle.

A muchos, fuera de la isla neblinosa, la música de los Gallagher nos dijo mucho acerca de las incongruencias del mundo real en que vivíamos y nos ayudaba a desahogar nuestras frustraciones, sin embargo, es cierto que con el cambio de siglo, y la madurez en la que se fueron adentrando ambos hermanos, les hizo perder fuelle, pese a que, realmente, no tienen discos malos, ni siquiera el muchas veces denostado Be Here Now, en el que parecían repetir lo que habían hecho en los dos primeros álbumes: Definetely Maybe y What´s the Story, Morning Glory. Posteriormente renovaron su sonido y mantuvieron su esencia, cuando sus viejos amigos con los que iniciaron la banda: Paul Bonehead Arthurs, en la guitarra, Paul Guigsy McGuigan en el bajo y Tom McCarroll en la batería, por músicos más académicos o formales, como Gem Archer para las seis cuerdas, Andy Bell en el bajo y como baterista a Zack Starkey, hijo del mismísimo Beatle Ringo Star.

Sin embargo, la relación entre los dos hermanos, que nunca ha sido fácil tronó en 2009, y aunque han hecho proyectos en solitario o con sus propias bandas, que han sido interesantes, queda claro sin embargo que lo que les daba éxito era la complementariedad entre el virtuosismo y estilo áspero de las guitarras de Noel con la voz nasal pero intensa y estilo sarcástico de Liam. 

Ante ello, y quizá la necesidad económica, es que ambos hermanos han decidido dejar de lado sus diferencias y embarcarse en una gira de reunión, lo que, de entrada, les dará ganancias por centenas de millones de dólares con los conciertos en Gran Bretaña e Irlanda, después, quizá venga un tour mundial, y, parafraseándolos, definitivamente, tal vez, un nuevo disco. Los Gallagher son impredecibles, y a pesar de todo, se les extrañaba.

2.- LINKIN PARK


Han pasado siete años y la muerte del cantante Chester Bennington se sigue sintiendo tremendamente inmerecida e injusta, una tragedia inmensa que, en mi caso, aún me conmueve. Su potente, y a la vez eternamente juvenil voz, transmitía el sentido desgarrador, el lamento escondido en las letras de las canciones de la agrupación conformada en California, Estados Unidos, junto a Mike Shinoda (Voces de Rap, teclados, guitarra, coros), Joe Hahn, (sintetizadores, tornamesas, programación), Brad Delson (guitarra líder),  Dave Ferrell (bajo) y Rob Bourdoin (batería y percusiones) que reflejaban una vida marcada desde temprano por el abuso, la pobreza y el maltrato que dejaron huellas que el cantante no pudo superar y al final, le llevaron a tomar la puerta falsa. Aún así, desde aquí mis oraciones por que Dios haya tenido misericordia de su alma atormentada.

Chester fue de aquellos cantantes o personajes que, en el mundo del Rock and Roll, se han convertido en íconos, sobre todo para los de mi generación y un poco posteriores, los Millenials, que al igual que con las canciones de los Gallagher, veíamos en ellas una expresión de la rabia y la impotencia ante injusticias y situaciones que sabíamos, no podríamos cambiar. A diferencia de los británicos, que en sus canciones al final se toman estas cosas con cierto humor irónico tan inglés, las piezas de Linkin Park, banda que junto a Limp Bizkit, Korn, Blink 182 se hicieron un nombre en el Nu Metal, género que mezcla elementos de música electrónica, Hip-Hop o Rap con Heavy Metal o Hard Rock, tienen siempre un sentido trágico e irremediable, ante lo que sólo queda resistir. Por todo ello, resultaba difícil prever que la banda, que nunca se disolvió oficialmente tras la muerte de su vocalista, continuaría.

Pero al fin, tras siete años, se confirma el regreso de la banda, y el pasado 05 de septiembre se pudo presenciar, transmitido en vivo por Youtube un concierto mediante el cual la banda reaparecía y presentaba a su nueva cantante, una mujer: Emily Armstrong, quien había logrado un éxito relativo con su banda de Rock Alternativo Dead Sara, en la que cantaba y tocaba las guitarras, por lo que no es una novata ni carece de experiencia y aptitudes, incluso, ya no es una jovencita, tiene 37 años, aunque sí es unos 10 más joven que los integrantes originales: una Millenial en una banda de Gen X.

Sin embargo, el hecho que Mike Shinoda, quien funge como líder de la banda, se haya decidido por la rubia, --con el, al parecer, consenso de sus compañeros-- que por otro lado, posee una potente y desgarradora voz que en cierta forma, sí puede lograr las sensaciones de dolor y rabia que podía transmitir Bennington en su canto, ha resultado bastante controversial, más que por la forma de cantar de la chica,  salvo en el caso de los fans más trve, por cuestiones extramusicales en torno a la vida personal, creencias y opiniones de Emily, lo que ha encendido en redes un debate casi tan intenso como el existente en torno a la Reforma Judicial mexicana.

Independientemente de que Emily sí posee un buen talento y capacidad vocal, con un estilo que, obviando las adaptaciones en la afinación de la música para el tono y registro de una voz femenina, puede embonar perfectamente en la música de la banda, es su situación personal la que les está metiendo en problemas, ya que ella proviene de una familia vinculada con la secta de la Cineciología, culto que fue fundado por un mediocre, por no decir, malo, escritor de Ciencia Ficción norteamericano llamado L. Ronald Hubbard, hacia los años 50. En realidad, su doctrina parece haber sido ideada por él como parte del contexto en el que se desarrolla la historia narrada en sus obras, --algo así como el culto de La Fuerza de los Jedi de George Lucas-- pero ante el poco éxito de las mismas, se abocó a algo muy norteamericano: convertirse en líder de un culto que le diera riqueza, poder, y... mujeres. Para aquellos que creen que sólo en México existen masas de ignorantes manipulables por líderes políticos, he de informarles que en EUA, los rednecks, el equivalente anglosajón de los nacos, tienen igualmente un ínfimo nivel educativo, mal gusto y aún peor, al proceder de una sociedad protestante calvinista, tienden a tener una cultura de sumisión absoluta a los pastores o ministros, y creer en la predestinación, es decir, que ya existen personas destinadas a salvarse, lo cual se refleja en el éxito material. Las doctrinas de esta secta, que implica la conformación de una organización cerrada férreamente, en que no se discute la palabra de los líderes, ni hay desarrollo de Teología alguna, y que sobre todo, se sustenta en una ridiculez como es el que los seres humanos venimos cargando la posesión de almas de extraterrestres malvados aniquilados hace millones de años por una Confederación Galáctica, tuvo pegue en ese tipo de personas, e incluso en personajes de la farándula norteamericana como Tom Cruise o John Travolta, y aquí en México, el más conocido representante de esto fue el hoy fallecido gran actor Eduardo Palomo, muerto todavía siendo joven y con una carrera a punto de extenderse a nivel internacional.

Claro, se trata de famosos provenientes de orígenes humildes, que tuvieron una educación formal pobre y familias disfuncionales, cuando no, hasta violentas, y que, en cualquier doctrina en la que se planteen medios casi mágicos para lograr la riqueza, la moralidad personal no importe para lograrla y tengan oportunidades de ser vistos como líderes para satisfacer sus egos, encuentran un "lugar seguro" dónde refugiarse de un pasado tormentoso.

El hecho es que Emily nació y creció en una familia perteneciente a la secta y ahí tuvo un amigo de la infancia, quien después llegaría a ser actor: Danny Masterson, quien cobraría fama por participar en la serie de TV cómica That 70´s Show, misma que se basa en recrear la vida de los adolescentes norteamericanos en la década de 1970, donde compartió el plató con estrellas como Ashton Kutcher y la ucraniana Milla Kunis. Pero resulta que Materson luego fue acusado por 3 mujeres de haber sido abusadas sexualmente por él, entre ellas, la esposa del vocalista de la banda de Rock Progresivo The Mars Volta: Cedric Bixler-Zavala, quien, tras el debut de la joven al frente de Linkin Park no dudó en denunciar en redes la actitud de ésta durante el proceso judicial que culminó con la condena de su amigo actor a 30 años de prisión, durante el cual, Emily se mantuvo apoyando a Masterson y quedó patente además también el apoyo de toda la organización al histrión, incluso con intimidaciones dirigidas contra las víctimas, incluyendo la cónyuge del músico denunciante.

El hecho de que Chester Bennington hubiese sido en su niñez víctima de abusos sexuales similares a los cometidos por Masterson, catapultó la indignación de los fans, e incluso de Jaime Bennington, hijo mayor del difunto cantante, quien ha señalado de manera airada a Mike Shinoda de traidor e insensible. Como bien lo dice el crítico Manuel Amusia, si bien en cuanto a la manera de cantar de Emily se puede tener mil opiniones, el hecho de todas estas situaciones personales de la vocalista no pueden sino ser consideradas como una muestra de la pésima administración de una banda, que, pese al tamaño o peso que ha adquirido en la escena del Rock, no ha tomado el cariz corporativo de agrupaciones como Metallica o Iron Maiden o más cercana a ellos Slipknot. Bandas con un manejo profesional en que las sustituciones de músicos se han hecho tomando en cuenta no sólo sus aptitudes musicales y el acomple con el resto del combo para interpretar y componer las piezas en el estilo propio del grupo, sino también cuestiones de relaciones públicas y revisión de antecedentes que no vengan a representar problemas económicos o de imagen; aquí, parece que Shinoda toma las decisiones como si fuera el simple dueño de una tienda de abarrotes o administrador de una fonda del mercado.

Por supuesto que esta situación ha revivido las teorías de la conspiración que se tejieron alrededor del aparente suicidio de Bennington en 2017, y la muerte, apenas dos meses antes, de su gran amigo, el excelente cantautor Chris Cornell, líder de las bandas Soundgarden y Audioslave, también presuntamente muerto por su propia mano tras un concierto como consecuencia de la depresión crónica que sufría. Así, se afirmó que ambos cantantes estaban por desvelar que cuando niños habían sido víctimas de una red de trata y abuso sexual de menores instalada entre las élites de Hollywood y las esferas políticas de EUA, incluso, --como en una telenovela-- se dijo que Bennington había descubierto que su verdadero padre era un político encumbrado en la dirigencia del Partido Demócrata: John Podestá, quien fuera jefe de la campaña presidencial de Hillary Clinton, aduciendo el coincidente parecido físico entre ambos.

Así, se aduce que la selección de Emily Armstrong como cantante de Linkin Park sería una imposición de tales mafias, --la secta de la Cienciología incluida-- a Shinoda, lo que explicaría el rompimiento con el baterista Bourdain, quien ahora es sustituido por Colin Brittain, un reconocido músico y productor, frente a las percusiones, y la salida del guitarrista Brad Delson del tour de presentación del nuevo material For Zero, en cuya composición y grabación participó, incluso sale en el videoclip del primer sencillo, estrenado también el 05 de septiembre.

La realidad, creo, es que Shinoda incluyó a Emily en el grupo buscando, primero a una mujer para evitar que otro varón fuera visto como un reemplazo o intento de imitar a Chester, y en segundo lugar, buscando tener otro "juguete roto" en el rol de vocalista y autor de las letras, además de que, al parecer, ya la conocía desde la pandemia, cuando hacía sesiones experimentales en su estudio con varios otros músicos de la escena alternativa en Los Ángeles; a fin de seguir con la misma temática desgarradora y emotiva de las canciones de la banda. El nuevo sencillo: The Emptiness Machine, parece referirse de modo expreso a la captación, despersonalización, explotación y lavado cerebral que hace una secta de sus adeptos, lo que quizá sea un mensaje de la nueva cantante a sus antiguos "amos" de la Cienciología. La propia Emily se manifestó en redes señalando su rompimiento con su viejo amigo Masterson... aunque convenció a pocos.

Hay quien dice que debieron regresar con otro nombre, como lo hiciera la banda británica Joy Division igualmente tras el suicidio de su vocalista Ian Curtis allá a inicios de los años 80, transformándose en New Order, modificando incluso su estilo, esto también motivado porque el guitarrista Bernard Sumner, quien tomó la responsabilidad del canto, no contaba con la misma voz de barítono de Curtis. Otros, que Shinoda debió hacer lo que David Grohl que, ante la muerte de Kurt Cobain y la consecuente disolución de Nirvana, con su separación de Chris Novoselic, fundó un proyecto totalmente nuevo: Foo Fighters, con el segundo guitarrista original de su banda de origen que había participado en el álbum Bleach: Pat Smeare, y el baterista, hoy también fallecido, Taylor Hawkins.

Sin embargo, y coincidiendo aquí también con Amusia, aquello quizá no hubiera sido muy acertado desde el punto de vista mercadológico: en el caso de Joy Division, era una banda que apenas comenzaba a despuntar y realmente sus integrantes podían "resetear" su Historia musical con otra identidad y estilo, cobrando más fama la figura de Curtis de manera póstuma. En el caso de Nirvana, el nombre y música de la banda estaba muy ligada a la figura e ideas de Cobain, por lo que Grohl pudo comenzar un proyecto totalmente propio y sustentado en sus ideas musicales personales sin problema; acá no sucede lo mismo, aunque Bennington es icónico, el liderazgo, conceptos e ideas musicales de la banda correspondían más a Shinoda que a los aportes del cantante. En cierta forma, Linkin Park es un proyecto de Mike Shinoda, del cual, Chester era la cara y la voz, pero no la "mente maestra".

Sin embargo, los antecedentes personales de Emily en cuanto a su pertenencia a una secta considerada en muchos países como perniciosa, sin que además se aclare expresamente si sigue afiliada a la misma o la ha abandonado, y el apoyo personal que, en su momento, diera a un criminal juzgado y sentenciado, sí generan bastantes resquemores, más por la congruencia que debería haber con la vida de Chester y el mensaje de dolor expresado en sus letras, en los que reflejaba las terribles secuelas con las que el cantante cargaba como consecuencia de los abusos sufridos a edad temprana, ahora al ser cantadas por quien en su momento, defendía a alguien responsable de cometer actos similares.

En una sociedad protestante como la norteamericana, no existe la idea realmente del perdón y la capacidad de reiniciar la vida, o de reivindicarse tras un pasado negativo; sí, dicen luego que aceptan a Cristo como su salvador, pero es más como una apuesta en el sentido de dejar a la voluntad y gracia de Nuestro Señor la salvación de la persona, pero siendo un tanto escéptico de que esto se dé. Como constantemente lo vemos en diálogos de películas y series de TV norteamericanas, y también británicas o alemanas, el pasado es visto siempre como una carga que se tiene que llevar y de la que no se puede huir; de esta forma, aunque Emily Armstrong se ponga en medio de Times Square en Nueva York, de rodillas sobre unas pencas de nopal, con los brazos extendidos en cruz, alguien detrás azotándola con un cilicio y ella a través de un micrófono y transmitiendo en vivo a nivel mundial recitando un Mea Culpa, entre los norteamericanos no le creerán y no olvidarán sus ligas con la loca secta de Hubbard y Cruise, ni la amistad que tuvo con Masterson, al que quizá, en su momento, con sincera amistad, de buena fe creía inocente. (En México se "perdonó" a Gloria Trevi su participación en una red de trata de mujeres estructurada a manera de culto alrededor del compositor y productor Sergio Andrade, no por el Catolicismo, sino por el cinismo y la impunidad promovida por la televisora Televisa que buscó reivindicar a la cantante para obtener ganancias con el morbo y enfrentarse a TV Azteca que en mucho había promovido su caída).

Así, Linkin Park tendrá dos opciones: o esperar a que la gente acepte a la nueva cantante, o bien, que la propia Emily Armstrong decida dar un paso al lado e irse, siendo el álbum For Zero, programado para publicarse en noviembre próximo, su debut y despedida. Supongo que la decisión se adoptará tras verse la recepción que reciba el nuevo álbum y ella misma, en el mini-tour de seis conciertos. La moneda está en el aire.

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