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17 de julio de 2015

GRECIA Y PERSIA, EL DESASTRE Y LA VICTORIA


1.- Grecia: "Se los dije..."

Y finalmente, pasó lo que les decía; Tsipras terminó por ceder ante las presiones del Eurogrupo, desde un principio, él mismo lo sabía, que no tenía otra salida, el referéndum fue, como lo dije anteriormente, una medida populista para legitimarse ante el Pueblo Heleno, de esta manera, el político ateniense puede quedar como víctima junto con todos los Argivos, de la malvada cúpula europea; aunque todo, finalmente, no es miel sobre hojuelas para Alexis "fecundo en ardides", más cuando enfrenta la crítica de la mitad de su propio partido, el ala más radical, representada por el ex-ministro de Finanzas Yannis Varoufakis --quien dimitió al darse cuenta de que las reales intenciones de su jefe eran las de terminar aceptando las imposiciones de Berlín y Bruselas-- y la Presidente del Poder Legislativo: Zoé Konstantinopolu, quienes pretendían la no aceptación de las condiciones del bloque continental, y mantenerse resistiendo como los Espartanos en las Termópilas, y con la misma certeza en el Hado cruel dirigido a su aniquilación, volviendo todos tendidos sobre los escudos antes que arrojarlos a los pies de los enemigos y volver cobardemente.

Tsipras ha resultado mucho más pragmático y realista: pese a la opción suicida de sus compañeros de partido y el descontento de los Aqueos que salieron a las calles en violentas protestas contra las reformas de austeridad que terminaron por ser aprobadas también por el Parlamento, apellidando "traidor" al Primer Ministro.

La realidad es que Tsipras no está traicionando a Grecia, tampoco la está salvando, por que es, al momento actual, imposible hacerlo y así lo sabe tanto Angela Merkel como todo el Eurogrupo y el Fondo Monetario Internacional, que ya incluso plantea o propone el hacer una remisión de un gran porcentaje de la deuda pública helena a fin de hacerla pagable. Sin embargo, Tsipras gana tiempo no solo para él y para la Hélade, sino para todo el Viejo Continente, aunque también cumplió la función que le asignó su patrón: Vladimir Vladimirovich Putin y toda su caterva de aliados en el panorama político europeo: Tsipras, Syriza y Grecia son mártires de la causa euroescéptica y están sirviendo excelentemente para apuntar el dedo en contra de la Unión, y en contra de Alemania; la Unión Europea ha quedado dañada, como bien lo dice el columnista de El País, José Ignacio Torreblanca, Grecia ha sido sacrificada, ofrecida como anzuelo a la codicia del economicismo europeo y víctima propiciatoria para fortalecer la postura antieuropea de Podemos en España, o el Front Nationale, cuyos líderes, sea Pablo Iglesias o Marine Le Pen son menos pragmáticos que el heleno y fanático el uno, crítica la otra con aquello que se ha convertido la Unión. Que ésta está tocada, quien sabe si no herida de muerte, es indudable...

2.- Irán, La Potencia Eterna:




La distancia actual entre los multiseculares enemigos: Grecia e Irán --errónea pero perdurablemente llamada por los primeros como Persia-- no puede ser mayor, los Aqueos hoy se encuentran postrados, convertidos en un pueblo deteriorado por la molicie y el Estado de Bienestar, que conserva el orgullo, pero ha perdido capacidad de iniciativa, valor, creatividad, trabajo e independencia, mientras que los iránios se encuentran, desde 1979 y su Revolución Islámica, en el camino a un renacimiento, con muchas ganas de intervenir en la política global y con la capacidad para hacerlo, pues cuenta con grandes recursos en hidrocarburos, se encuentra en plena explosión demográfica con una de las poblaciones más jóvenes del mundo, y además, cuenta con uno de los mayores números en proporción, de graduados en carreras científicas, teniendo además una gran capacidad para el desarrollo tecnológico en informática y armas, de igual manera, y como lo demuestran las manifestaciones de festejo tras la firma del acuerdo, goza de estabilidad política, con un apoyo masivo al régimen republicano-islamista instaurado por el Ayatollah Khomeini; por si fuera poco, Irán, históricamente ha sido un factor clave en los grandes cambios históricos: su invasión a Grecia propició la Epoca Clásica de la Hélade, la presión constante durante varios siglos ejercida por Arsácidas y Sasánidas contra el Imperio Romano fue lo que condujo al debilitamiento de éste, su conquista por los primeros Califas Arabes fue vital para la expansión del Islam, fue un factor fundamental en la división de éste y un equilibrio contra los Califatos Abasida y Otomano, llegando a ser un aliado estratégico de Occidente o de la Rusia zarista en el marco del "Gran Juego" colonialista en Asia.

El acuerdo firmado entre Irán y las potencias occidentales más Rusia respecto a su programa nuclear es la culminación de una política iniciada bajo el mandato de Mahmoud Ahmadinejhad y que ha continuado con Hassan Rohani: asertividad, presencia en el exterior, presión diplomática, alianzas estratégicas con Rusia, China y el "Eje Bolivariano" en Sudamérica, como ha sido la tónica de la diplomacia y estrategia persa desde tiempos clásicos, los gobiernos de Susa, Persépolis, Ctesifonte, Zaranj, Bukhara, Tabriz, Isfahán o Teherán (las distintas capitales que Irán ha tenido a lo largo de su larguísima historia) han sabido olfatear los puntos débiles de sus enemigos para aprovecharlos, y en esta ocasión volvieron a hacerlo.

Sin duda, el acuerdo puede contribuir a modificar el mapa de Medio Oriente y los equilibrios de poder en tan delicada región; para empezar, sin duda Israel, que ha expresado su descontento ante la firma del acuerdo, pero también las monarquías árabes del Golfo Pérsico se encuentran preocupadas, y no es para menos: la estrategia que originalmente se planteó con Bush Jr. y culminó con Obama tendía a construir un muro de regímenes fundamentalistas pero dependientes de Occidente para evitar la tendencia a la expansión persa. El desarrollo del programa nuclear, por su lado, convertiría a Irán en una potencia con armas nucleares, contrarrestando la posición del Estado Judío, hasta ahora, la potencia nuclear del Levante, y generando también un pulso con la India y Pakistán, sus también históricos enemigos en el este, aunque por el momento, parece que Irán está muy interesado de ser contado en el club de las potencias emergentes, y por el momento, se encuentra alineado al lado de Rusia, China y la India, ésta última, junto con su eterno rival Pakistán se ha convertido en miembro de la Organización de Cooperación de Shangai, (OCS) misma que aparece, como en su momento el Pacto de Varsovia, como la organización que puede contrarrestar a la OTAN, más cuando tenemos que la están conformando ahora cuatro potencias nucleares, junto con Rusia y China.

Al haber llegado a un acuerdo, cabría la posibilidad del cese del apoyo estadounidense a los opositores a Bashar el-Assad en Siria, quien es aliado incondicional de Teherán, con quien lo identifica la fe chiíta, y la acción de los Persas en conjunto con la OTAN para acabar con la amenaza del Estado Islámico, si es que esto es parte de las cláusulas secretas (que siempre las hay) en el acuerdo, si no es que pactaron por el contrario, que Irán cedería Siria a cambio de consolidar su control sobre Irak a través de un Gobierno puramente Chiíta y garantías en contra de la independencia Kurda; como sea, la realidad es que el acuerdo nuclear es sumamente beneficioso para los Persas, que ven levantadas la totalidad de las sanciones, incluyendo el embargo de armas, el descongelamiento de cuentas bancarias en el extranjero de Gobierno, políticos y empresarios iraníes, de igual forma, se les limita su programa nuclear únicamente a fines pacíficos, sin embargo, las negociaciones se alargaron por años, que algunos no dudan en señalar que Teherán se dedicó a ganar tiempo a fin de tener ya listas sus ojivas nucleares y a buen recaudo a fin de despistar a las inspecciones internacionales.

Así, Irán tiene ante sí las posibilidades de convertirse en la potencia clave del Medio Oriente como lo ha sido desde hace milenios, tiene factores económicos para lograr competir en los mercados globales y la capacidad para establecerse como una gran potencia militar, su labor, esperemos, se convierta en un factor de estabilidad y pacificación en Medio Oriente, siempre y cuando los Persas no busquen ambiciones imperiales y no desperdicien la oportunidad que se les está brindando para ser parte del concierto de las naciones, igualmente, Occidente debe cambiar su forma de ver a Irán, que puede convertirse en el gran aliado en la región ante un Israel radicalizado y paranoide o una Arabia fundamentalista, ambiciosa y corruptora, Irán por el contrario muestra una versión del Islam mucho más liberal, un sistema incluso mucho más democrático que el del Estado Judío, por si eso es lo que les preocupa, y una sociedad vibrante y con capacidad e intenciones de formar parte del mundo globalizado, la pregunta está en torno a la capacidad de los liderazgos occidentales de comprender a Irán, y la capacidad de mesura y de analizar el contexto y sus alcances de parte del liderazgo persa.

Como sea, los Persas nuevamente tienen en sus manos moldear el futuro, no solo de su región, sino del mundo en la zona más estratégica del planeta, veamos qué hacen esta vez.


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