Ha fallecido Roberto Gómez Bolaños "Chespirito" a la edad de 85 años; su figura, muy querida en diversos países de Hispanoamérica y aún en Brasil es llorada por muchas personas que contribuyeron a la enorme popularidad de este comediante y sus personajes. Para muchos, ha sido la figura fundamental de la Televisión mexicana desde los años 60 a la actualidad.
A mi, en lo particular, la figura de ese comediante me parece ambigua y me produce ambivalencias: por un lado, no se puede dejar de reconocer que el hombre, ciertamente, poseía quizá uno de los coeficientes intelectuales más altos que ha habido en México; se trataba, ni duda cabe, de un verdadero genio que, habiendo estudiado Ingeniería Civil, tenía un talento artístico indudable e inmenso: antes de dedicarse de lleno a la actuación, algo que hizo tardíamente a partir de 1971, ya entrando a los cuarenta años de su edad, había destacado como guionista en la última etapa del cine de oro y en los inicios de la televisión mexicana desde muy joven, de ahí que un director de cine le dijera, dada su juventud y su corta estatura, que era todo un Shakespearito, por comparar su talento con el del gran bardo de Strattford upon Avon, de donde derivó su apodo y nombre artístico; igualmente había sido creador de jingles publicitarios y un pionero de la publicidad a través de la pantalla chica, toda una novedad por aquel entonces (década de los 50), llegó a componer música (si bien la utilizó como parte de la banda sonora de sus producciones y su capacidad musical ha sido exagerada, nunca le llegó a los talones a Francisco Gabilondo Soler Cri-cri por ejemplo) e incluso, a dominar la poesía; se trataba de un hombre culto y que supo usar el lenguaje y su conocimiento de la Literatura para su obra --se olvidan hoy las excelentes parodias que llegó a hacer de clásicos como Don Quijote o Don Juan Tenorio,-- además de ser productor de TV y director tanto en la pantalla chica como en el teatro e incluso en el cine.
Consciente de sus capacidades, no puede negarse que Gómez Bolaños fuera también un tipo sumamente ambicioso y narcisista, y de ahí también todo un lado oscuro y facetas cuestionables que ahora son hechas a un lado: después de todo, dice el dicho que "muérete y todo mundo hablará de tus virtudes"; aunque él llegó a ser criticado y cuestionados por antiguos colaboradores, la industria televisiva, y en especial Televisa le protegió siempre, se convirtió en una especie de "santón" o "vaca sagrada" a la cual solo cabía elogiar y poner a su obra por las nubes, cuando en realidad, la misma, comparándola con las capacidades que tenía, quedó mucho a deber y terminó siendo señalada también como "enajenante".
Y es que a pesar de todo el talento que poseía, Chespirito, que pudo haber revolucionado la TV mexicana y más allá, que pudo haber sido un personaje de talla mundial, no lo hizo, se quedó a medias, y su éxito en Latinoamérica quizá es más un reflejo de la mediocridad de los medios de la región y de la baja cultura de su población; para él fue suficiente, de ello obtuvo fama y fortuna y con eso le bastó.
Los guiones de cine y de TV escritos para la gran pareja cómica de Viruta y Capulina en los años 50 beben de las historias de Stan Laurel y Oliver Hardy, sin duda alguna, con manejo del humor del slapstick, mismo que siempre ha sido un tanto criticado por su componente de agresividad y violencia edulcorada y que tuvo en la pareja de el Gordo y el Flaco, así como en los Tres Chiflados, a sus principales exponentes en Hollywood y sin duda le inspiraron, dichos guiones llegaron a ser excelentes por el manejo de un humor blanco asimilable a todas las edades y la presentación de situaciones absurdas e ingeniosas pero basadas o sustentadas en la vida cotidiana. Posteriormente, a fines de los sesenta, comenzó a participar en TV ya directamente como actor, empezando a formar un cuadro de actores muy destacado por la calidad y el talento de cada uno de ellos: Rubén Aguirre, María Antonieta de las Nieves, Carlos Villagrán, Angelines Fernández, Edgar Vivar, Florinda Meza, Raúl Chato Padilla y sobre todo: Ramón Valdés, miembro de una destacada familia de comediantes cinematográficos encabezada por su hermano mayor Germán Valdez, Tin Tan.
Al principio, Chespirito inició en el Canal 8, mismo que era independiente y es donde inició con la producción de sus programas cómicos; entre esos inicios destaca uno: Los Super Genios de la Mesa Cuadrada, en el que aparece un humor ácido, adulto, crítico con el mundo de la farándula de aquel entonces y por tanto, diferente del que luego mostraría en sus programas posteriores:
Sus mayores éxitos se lo darían los personajes de El Chavo del 8, llamado así por el canal en el que iniciarían sus transmisiones, y el Chapulín Colorado, en mi opinión, el mejor es este último, que consiste en una hilarante parodia a los súperheroes originados en el cómic norteamericano, a modo de un Inspector Closeau que es parodia a James Bond y demás filmes sobre espías, pero con un humor infantil en el que intercalaba a veces sketches más ingeniosos; el Chavo, en cambio, me parece que fue hasta nocivo: el humor del programa giraba en torno a la constante humillación y agresión hacia un niño de la calle, un huérfano que vivía en un complejo de departamentos tradicional o vecindad como arrimado, durmiendo al interior de un tonel, y al que nadie ayuda, sino que parece que los vecinos le ven como un estorbo; pero no solo eso, todo gira en burlarse de los pobres, de los gordos, de los ancianos, a veces con bastante agresividad y llegando al insulto: la puerta quedaba abierta para espantos como La familia P.Luche de Eugenio Derbez y Consuelo Duval a donde se ha llegado a extremos de vulgaridad y de violencia en torno a esto mismo.
Hay quien ha querido ver en ese programa una sombra de crítica social; Chespirito era, sin duda, un agudo observador, pero no hay crítica: si la hubiera, veríamos que el personaje es reivindicado o es al final reconocido o se muestra aquello que los vecinos injustamente no le reconocen, pero por el contrario, el Chavo es un perfecto estúpido siempre, no se demuestra nada que sea digno de reconocerle o que demuestre que quienes le atacan y humillan están equivocados, salvo su nobleza o buen corazón, y aún así parece que esto es mostrado como la causa principal para que se deje vapulear por todos. Más bien pareciera que Gómez Bolaños encontró en estereotipos y la forma de ser del mexicano, que ciertamente es agresivo, discriminador y en realidad, poco solidario con los demás, una forma de hacer un humor cruel y fácilmente digerible por el público, pues no le exigía otra cosa más que ver reflejadas conductas propias de siempre.
Ahora, muy probablemente lo que se encontraba detrás de esto era la misma política de la empresa en la que empezó a trabajar tras la adquisición de Canal 8 por Telesistema Mexicano en 1973: Televisa, de la familia Azcárraga, convertida en el monopolio mediático que fue imbatible hasta la década de los 90. Emilio el Tigre Azcárraga Milmo, propietario de la empresa en aquel entonces y el hombre más rico de Latinoamérica hasta la llegada de Carlos Slim y su imperio en la segunda mitad de la última década del siglo XX, tenía como lema el hacer televisión para los jodidos, a quienes no veía posibilidad de superarse ni de salir de sus miserias y para los cuales sólo la TV representaba la única vía de entretenimiento que tenían, de esta manera, el Chavo era tal cual un retrato de la audiencia: pobre y sin capacidad ni ánimos de salir o de romper con su situación. Era un producto jodido para los jodidos y para que se mantuvieran jodidos; cierto, a Chespirito lo veía gente de todas las clases sociales, pero muchas veces el dinero no implica tener un mejor nivel cultural o educativo, y así hoy en día es posible ver cómo se ha extendido en las clases económicamente altas una cultura populachera de banda sinaloense, narcocorridos, canciones vulgares, no hay aprecio por el arte, la música y la belleza, etc. No estoy diciendo con esto que Chespirito haya contribuido a esto, pero fue un factor importante para la formación o el mantenimiento de una mentalidad "jodida" por la audiencia en general ¿porqué su programa fue un fenómeno en países como Perú, donde él y su elenco fueron recibidos en términos apoteósicos, en Brasil o Colombia? No nos hagamos: se trata de países donde el nivel educativo de la población es bajo y la mentalidad igual o peor de jodida que en México. Realmente hubiera sido signo de una alta calidad de su obra si en cambio, hubiese sido reconocido en Francia, Inglaterra o Austria.
El propio Chespirito estaba muy lejos de ser una "buena persona", inteligente como era, escogió minuciosamente a los miembros de su cuadro de actores: todos eran extraordinarios, empezando por Don Ramón Valdés, quien en el cine no pudo sacudirse la sombra de su titánico hermano mayor Tin-Tan ni el explosivo humor de su hermano menor el Loco, pero que en la TV demostró de lo que estaba hecho, Carlos Villagrán, María Antonieta de las Nieves quien era ya, al momento de unirse al grupo, pese a su juventud, una reconocida actriz de doblaje, Angelines Fernández, una pionera de los teleteatros, ancestros de las telenovelas, Edgar Vivar y Rubén Aguirre, principalmente, además de la que terminaría siendo su segunda esposa: Florinda Meza, a los que luego se uniría Raúl Chato Padilla; mucho del éxito de Chespirito se debió a ellos y a sus grandes dotes histriónicas, sin embargo, y a pesar de que gracias a su participación en las series cómicas de Chespirito recibieron su cuota de fama y fortuna, lo hicieron a costa de sacrificar sus carreras más allá de los seriales producidos por Gómez Bolaños y a pesar de sus capacidades que les hubieran permitido lucir en cualquier escenario o medio. Fue una especie de "pacto con el diablo", terminaron en una relación simbiótica con los personajes interpretados en dichos programas y no pudieron escapar de ellos ni desempeñarse en algún otro tipo de género.
Pero además, se vino la polémica: ¿qué tanto detrás de los personajes que interpretaban se encontraba el talento solo de Roberto Gómez Bolaños y qué tanto se encontraba también la creatividad de cada uno de los intérpretes? Esto propició rupturas en el equipo y sonados pleitos personales y ante los tribunales, principalmente en los casos de los conflictos que tuvo él con Carlos Villagrán en torno al personaje de Kiko y con María Antonieta de las Nieves por la Chilindrina. De igual manera, Chespirito rompió su matrimonio original en los años setenta al entablar una relación con la actriz Florinda Meza con quien terminó contrayendo segundas nupcias, esta polémica terminó también por desatar conflictos al interior del grupo, más cuando la zacatecana pretendió ejercer, a la manera de una Yoko Ono, un gran poder al interior y hasta tomar decisiones creativas. Al final pareciera que fue ella quien llegó a controlar al trabajo del comediante.
Yo quiero quedarme con el mejor Chespirito que no se encuentra en sus programas de comedia; si hubo un atisbo de lo que pudo haber llegado a crear si hubiera gozado de una mayor libertad --la verdad, creo que él pudo, llegado un momento en que su fama era ya tan grande, haberse liberado de Televisa, haber creado una productora independiente y buscado en Sudamérica o incluso, porqué no, en EUA ya sea en las cadenas de habla española o hasta en las cadenas de haba inglesa, algún espacio y lo habría conseguido-- y a la vez, si no se hubiese conformado con lo logrado, ese se encontró en la Telenovela de 1991 Milagro y Magia, que nos relata a través de la vida de una actriz ficticia de la "Epoca de Oro" del cine mexicano, precisamente la evolución del medio del espectáculo en nuestro país desde la Revolución hasta los años 60 más o menos, haciendo alusión a los cambios políticos, sociales y económicos que sufrió el país durante aquella primera mitad del siglo XX.
Aquella fue una verdadera superproducción en que Gómez Bolaños desató su talento como guionista, entrando sin tabúes a tratar temas polémicos y ocultos sobre la farándula mexicana y sus orígenes, o las razones del éxito del cine y del panorama musical de aquellos años, que radicaba en la no existencia de monopolios y la abundancia de escenarios para el teatro popular, el espectáculo callejero y el nacimiento de talentos naturales, la reconstrucción de época, el vestuario, la música compuesta por el propio Chespirito la hacen una obra maestra; resulta curioso que tras 20 años de haberse transmitido en la TV, no se le mantenga ni en el recuerdo, probablemente no resultaba cómoda para Televisa, más cuando uno de sus íconos la había filmado y en ella había una ligera crítica a la fosilización que había hecho la empresa mediática del espectáculo en México impidiendo que siguiera teniendo un desarrollo como el mostrado en la producción. En ella, hay que reconocerlo, brilló también el talento de Florinda Meza, quien tuvo a cargo el rol protagónico y mostró unas capacidades extraordinarias para el drama; sin embargo, fueron las únicas leves pruebas de que detrás de El Chavo, El Chapulín Colorado y demás, había algo más, un tsunami de creatividad que desgraciadamente quedó contenido.
Es una lástima, quedó a deber y bastó con ser mediocre para tener el éxito, algo que quizá diga mucho de nuestro país y de Iberoamérica en general. Como dice mi cuñada: mientras en Inglaterra la serie de TV emblema es Doctor Who, que exige de su espectador inteligencia, cultura y conocimientos de Ciencia e Historia, aunque sea básicos, en México es el Chavo, la diferencia es inmensa, y qué pena que quién pudo lograr un cambio, una revolución, no quiso hacerla.
DESCANSE EN PAZ.
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