Los últimos días han acontecido sucesos que parecen indicar la terrible situación de decadencia de nuestra sociedad en México y nuestro camino hacia el "Estado Fallido", todo lo cual refrendan que en nuestro caso, la más grave crisis no viene de la cuestión económica ni política, sino estamos ante una verdadera crisis moral, misma que es muy difícil que sea reconocida o resuelta, en una época en la que la sola palabra "moral" se ha convertido en tabú y hasta su misma existencia se niega, confundiendo el término con la Etica, rama de la Filosofía que se encarga del estudio del comportamiento moral del ser humano, para decirnos que ésta en realidad es el comportamiento público de éste acorde con la Ley... una definición que aparte de no ser más que la obligación del ciudadano de respetar las normas jurídicas, implica un totalitarismo del Estado, ya que lo convierte en la medida de lo bueno y de lo malo, lo que desconoce el origen natural y previo tanto de las normas morales como de las jurídicas.
Pero veamos dos casos, ligados con la conversión de las personas en objetos, y en un azote que está imperando sobre nuestro país y otros muchos en el continente americano: la trata y la explotación de personas.
1.- El Caso de "Mamá Rosa":
Rosa Verduzco Verduzco, mejor conocida como "Mamá Rosa" fundó desde hace unos 60 años un albergue para niños desamparados llamado La Gran Familia, en su natal ciudad de Zamora, Michoacán; su obra le había granjeado el reconocimiento tanto nacional (como en la foto, recibiendo tanto un diploma como un cheque con fondos del Gobierno Federal en tiempos de la Presidencia de Felipe Calderón) como internacional por su labor caritativa, supuestamente rescatando niños de la calle.
En días pasados, su orfanato fue objeto de un sorpresivo, --tanto por que ocurriera, como por sus dimensiones,-- operativo policiaco, que puso en evidencia la oscura realidad que se escondía tras la fachada en apariencia amorosa y plena de caridad de la Sra. Verduzco, que para muchos era una "Madre Teresa mexicana", lo ocurrido igualmente generó una enorme polémica aderezada con la salsa de la política que en México todo lo impregna y todo lo contamina.
Para empezar, las imágenes del orfanato resultan dantescas, degradantes, en una palabra: horribles, el presunto nido de amor de Rosa Verduzco parece, en realidad, un Gulag estalinista o un campo de concentración diseñado por el General de las SS Reynard Heidrich como un lugar en que el ser humano está destinado para perder todo atisbo de su dignidad y libertad, donde sólo queda en el horizonte la humillación perpetua, el dolor, la muerte, el terror absoluto y la degradación hasta la naturaleza bestial más baja: celdas más que habitaciones, mobiliario de desecho, veinte toneladas de basura sobre las cuales los presuntos rescatados del abandono apenas vivían, si se le puede llamar "vida" a la situación en la que se encontraban, medicamentos donados por instancias internacionales y nacionales echados a perder y jamás administrados a los menores internos, algunos llegados a la adultez sin que se les permitiese salir ya, como verdaderos presos, condiciones higiénicas deplorables, instalaciones sanitarias inservibles, desnutrición, denuncias de malos tratos de parte de los propios internos que llegaban desde la explotación laboral al tráfico de personas para el comercio sexual, golpes, encierros, alimentación con comida descompuesta, abortos, violaciones, secuestro... lo captado por los medios es patente y evidente:
¿Cómo fue posible eso? Resulta curioso, Rosa Verduzco surge en Zamora, Michoacán, lo mismo que Marcial Maciel; ambas nefastas figuras solo son entendibles en el contexto del caciquismo endémico en ese estado del país; los poderes fácticos, que son los que realmente cuentan ahí: desde los Cárdenas, o más recientemente, los Calderón y otras familias poderosas, aúpan y protegen a quienes les sirven tanto para sus fines lícitos como para lo ilícito cuando aquellos les resultan beneficiosos. Ahora que en Michoacán el poder político oficial prácticamente se ha derrumbado y el Gobierno Federal prácticamente ha entrado a gobernar directamente la entidad, mediante el ejercicio de un poder policíaco para enfrentar, por un lado a las organizaciones criminales, y a aquellas que han surgido desde los particulares para resistirles, como las llamadas Autodefensas, con la sospecha de que sean más de lo mismo, es que se ha destapado la cloaca del negocio de la caridad nada cristiana de la Sra. Verduzco, quien sin embargo, es muy posible salga libremente del hospital donde la ya nonagenaria se encuentra convaleciente del estress que le ha causado la situación, como ahora lo veremos, le ha surgido toda una caterva de defensores poderosos en los medios y la sociedad.
Y aquí es donde entramos al terreno de las preguntas: ¿Porqué si el albergue tenía sesenta años operando, hasta ahora se hizo eco a las denuncias y hasta ahora se actuó? ¿Porqué el despliegue de fuerzas federales incluso para abrir el albergue y "rescatar" a los menores internados? ¿Qué buscaban ahí? Y además, ¿porqué, ante la evidencia tan patente de lo irregular del albergue y de la presunta actividad filantrópica que resultó en realidad una pesadilla, han surgido voces que defienden a la Verduzco y el infierno que construyó?
Porque además resulta curioso: la primera voz que surgió en defensa de "Mamá Rosa" fue la del ex-Presidente Fox, casado con una "ilustre" zamorana: Martha Sahagún, quien además proviene de una familia potentada de Zamora que incluso protegió también en su momento a Maciel; pero después del ex-mandatario siguió toda una falange de "intelectuales" y periodistas que han alzado la voz y protestado contra la arbitrariedad presunta y el abuso del Gobierno Federal al haber hecho esta operación: Elena Poniatowska, Enrique Krauze y sus hijos, Héctor Aguilar Camín, Tere Vale, Eduardo Ruíz-Healy, Denisse Maercker, entre otros muchos... curiosamente, son los mismos que han salido a defender la idea del ex-Presidente de legalizar las drogas, empezando por la mariguana y en otra curiosa coincidencia, todos ellos conformaron, en torno a Fox, a la Sahagún y otros personajes como Elba Esther Gordillo o Porfirio Muñoz ledo, situados dentro de todo el espectro político, el llamado Grupo San Angel a fines de la década de los noventa, donde se planeó y cocinó la caída del PRI del poder presidencial y la pretendida y, fracasada, trancisión al "paraíso democrático".
¿Qué es lo que protegen en realidad? ¿Porqué les interesa tanto la impunidad de la matrona? Lo peor es que, como siempre, en México el cumplimiento de la Ley queda sujeto a los intereses políticos en pro y en contra, y los personajes antes citados conservan un gran peso político o mediático ante el cual el actual Gobierno de Peña Nieto y el prácticamente inexistente local, terminarán doblando las manos, al final, todo quedará en, como dicen los españoles: agua de borrajas, es decir, en nada: las élites corruptas, entre los cuales se cuenta la supuesta "gente pensante" anclada en su doble moral izquierdosa y sus añorados años sesenta, junto con sus patronos políticos, ayudan bien a quienes les sirven o con quienes simpatizan o comparten intereses. ¿Acaso es grande el número de políticos e "intelectuales" que son clientes de las redes de trata? La trata de personas florece: es cada vez más alarmante la desaparición de menores de edad, y no solo eso, hasta de jóvenes veinteañeras que de repente son sustraidas? ¿para qué? ¿para nutrir el mercado ilegal de órganos para trasplantes? ¿para surtir el mercado de la prostitución y pornografía en este mundo hipersexualizado?
Pero hay otra cosa igualmente espeluznante que surge de todo esto: muchos, si no es que la mayoría de los niños ingresados en el orfanato no eran huérfanos, tienen sus padres, e incluso, por las imágenes que se ven, al menos de los niños que han regresado a Jalisco y que se encontraban internados en el "albergue" no parecen ser tan de mala situación económica como para mandar a sus hijos a un orfanato por no poder hacerse cargo de ellos. ¿Ante qué estamos? Ante la cultura del descarte, de deshacerse del hijo problemático, de no quererse hacer responsable de los hijos, algo habitual en el mundo actual: por ello el aborto, por ello la eutanasia, la premisividad, la desintegración familiar, el divorcio y la descomposición de la sociedad completa. Desde 1823, en México, las autoridades que hemos tenido, sobre todo desde el triunfo Liberal, se han avocado a la destrucción de este país en forma por demás efectiva, aquellos que han intentado corregir el rumbo: llámese Iturbide, Miramón, Maximiliano, Díaz o Salinas, son demonizados y categorizados como lo peor que jamás ha ocurrido, mientras tanto, se nos ha enseñado a venerar a quienes han postulado el caos, el desorden, la violencia y el escándalo, desde Hidalgo, Juárez, Madero, Zapata o Villa. En mucho, nuestro sistema educativo, que ha pugnado por desterrar todo pensamiento moral por considerarlo producto de una mentalidad religiosa, para justificar el ideario de los Liberales decimonónicos y la Izquierda "ranchera" de la Revolución, tiene mucha responsabilidad de la quiebra moral de nuestra sociedad, en una politización desmedida de la vida y de ver todo como luchas de poder, influencias y obtención de beneficios.
De igual manera, la disociación entre lo público y lo privado nos ha llevado al puritanismo y a la hipocresía de todo tipo, desde quienes van siempre a la Iglesia y se la dan de religiosos o de santos y resultan ser deshonestos o depravados a escondidas o el típico Izquierdista que practica en realidad el Capitalismo más descarnado y vive burguesamente. En cambio, en China las propias autoridades se encuentran persiguiendo y castigando a funcionarios adúlteros o con conductas inmorales, porque saben que una persona que en lo privado miente, engaña o es deshonesta, lo será también en lo público.
No hemos tocado fondo, de eso podemos estar seguros: nuestros gobernantes se encargarán de llevarnos a cotas todavía más profundas de decadencia y degradación: entre homosexualismos, animalismos, legalización de drogas, creación de partidos políticos como negocios a costa del erario, corrupción e impunidad, en veinte años México no solo será un Estado fallido, sino una sociedad fallida, la vida será un verdadero infierno.
2.- Los Migrantes:
Infierno que ya viven los inmigrantes indocumentados centroamericanos en México y EUA y que también ha resaltado en los últimos días con las deportaciones masivas de menores de edad provenientes del istmo que ha ordenado el Gobierno de Barack Obama a la par de sus hipócritas llamados a aprobar la tan mentada reforma migratoria desde los tiempos de Bush Jr.
El Presidente Norteamericano tiene en parte responsabilidad de esta verdadera crisis humanitaria que se está dando en la frontera entre EUA y nuestro México; no yerran los Republicanos y los periodistas de la Cadena Fox cuando le señalan que sus irresponsables promesas de lograr tal reforma, a sabiendas que el país no cuenta con las condiciones económicas para absorber una andanada masiva de inmigrantes que recuerda a la abarrotada Isla Ellis a fines del siglo XIX y que es eso, y no el racismo, lo que ha orillado al Partido del Elefante a oponerse a la migración, además de la más que probable presencia de elementos criminales entre los inmigrantes, deseosos de pasar al "otro lado" disfrazados de inocentes campesinos que huyen de la miseria. Soetoro ha provocado en mucho esto, sobre todo al ponerse a ofrecer lo que no tiene como son becas y programas de estudio para los hijos de los inmigrantes; muchos centroamericanos, ante las promesas del afroamericano, --hechas únicamente con el fin electoral de obtener el voto hispano para el Partido Demócrata-- envían a sus menores al norte, esperando que ya instalados allá y por la política de "reunión familiar" se les llame al país al que todavía ven como tierra de promisión, pese a que cada vez más el paisaje estadounidense se salpica más y más de fábricas cerradas y cinturones de miseria, y que muchos de los migrantes terminan por engrosar las filas de bandas criminales y pandillas callejeras ante la falta de oportunidades.
Responsabilidad tienen las autoridades mexicanas, sea con Peña Nieto al frente, con Calderón o más atrás, por no garantizar el respeto a los derechos básicos de estas personas que se han vuelto víctimas de las propias autoridades que les agreden y saquean o de los carteles criminales que los usan como mercancía o los reclutan como carne de cañón.
Sin embargo, la mayor responsabilidad la tienen, y son quienes son menos señalados, los gobiernos centroamericanos, verdaderos regímenes podridos y sostenidos por los poderosos terratenientes de la región que mantienen a los trabajadores del campo con salarios de hambre, mientras las poderosas pandillas de la Mara Salvatrucha o Barrio 18 ejercen un poder brutal sobre particulares y autoridades por igual y la violencia campea en esos países, ya no la de las Guerras Civiles de los años 80, sino la violencia criminal, así, San Pedro Sula en Honduras es la ciudad más violenta de toda América con el mayor número de homicidios en proporción con el número de habitantes. No puede ser posible que mientras es el segundo país más pobre de todo el continente después de Haití, en Nicaragua el corrupto gobierno de los Sandinistas presidido por Daniel Ortega tenga como prioridad el fortalecimiento y modernización de sus fuerzas armadas, entregándole los recursos nacionales a Vladimir Putin a cambio de enormes cantidades de armamento ruso y hasta comprometiendo la soberanía del país con la idea del canal interoceánico a ser construido por Rusia y China como castigo a Panamá y su permanencia como aliado de EUA; si China es ya la economía que más mercancía mueve en todo el mundo, la pérdida del tráfico marítimo chino por el canal hundirá a los panameños cuando el Celeste Imperio tenga su propio canal cedido por Ortega quien seguro se hinchará de dinero que tanto el Kremlin como la Ciudad Prohibida le darán a cambio, mientras muchos nicaragüenses seguramente servirán como esclavos de eslavos y asiáticos en la construcción de la magna obra.
Si los países centroamericanos no fuesen señoríos feudales propiedad de unas cuantas familias y empresas (como la United Fruit) los centroamericanos no tendrían necesidad de huir y como desesperados, buscar una mejor expectativa de vida en el norte y arriesgarse a treparse a un tren en marcha o a caer en manos de criminales, o hasta peor: de policías mexicanos, mientras dichos países no brinden a sus propios ciudadanos la oportunidad de tener una esperanza de futuro. Desgraciadamente, la esperanza muere al último y está muriendo tanto en ellos como en México y hasta en EUA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario