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17 de abril de 2014

GABRIEL GARCIA MARQUEZ (1927-2014)


Ha muerto Gabriel García Márquez y con él, el último gran representante de la novelística en lengua española del siglo XX. Sin duda, la obra del gran Gabo será considerada en el futuro como de suma importancia para comprender la Literatura en Español en una centuria compleja y caracterizada por la crisis permanente, política y económica, que vivieron las sociedades hispanoamericanas en estos años.

Mientras en el ámbito anglosajón la Literatura se desarrolló por los caminos de la Fantasía y la Ciencia Ficción, en nuestros países sin embargo se decantó por una versión digamos edulcorada y un tanto folklórica del primero: el Realismo Mágico, que tendría en el colombiano a uno de sus máximos exponentes junto a Julio Cortázar de Argentina y al mexicano Juan Rulfo, este último, considerado el padre del género por su obra Pedro Páramo, me parece muy superior a todos los otros exponentes de esta corriente y el que sentó las bases y características propias de la misma.

El Realismo Mágico toma elementos de la novela costumbrista y relatar historias en las que existe cierta intención de crítica social así como de retratar el carácter y las  formas de ser de las personas de un determinado lugar y tiempo; sin embargo, se empalman planos diferentes, se juega mucho con los flashbacks y con empatar situaciones presentes, pasadas y futuras en un mismo momento, o poner coexistiendo a los muertos y a los vivos en un mismo plano, huelga decir que tras las obras más representativas del género: la citada del escritor jalisciense y Cien Años de Soledad, del hoy fallecido.

Cien Años de Soledad, a mi parecer es la mejor obra de García Márquez junto con Noticias de un Secuestro, un ejemplo excelente de lo que debe ser el periodismo de investigación, la primera, creo yo es una novela que ya tiene desde ahora ganado su lugar como un clásico literario y obra trascendente e imprescindible en la Historia: el ascenso y caída de Macondo, ciudad imaginaria en medio de la selva colombiana, y de la dinastía que le da origen: la familia Buendía, resume en sí lo que ha sido la Historia atormentada de los pueblos hispanoamericanos desde la Independencia: las guerras internas, la búsqueda del poder como fin y no como medio combinado con la carencia de ideales y objetivos como se ilustra en el caso del Coronel Aureliano Buendía, la mentalidad cortoplacista, la falta de una visión global más allá del terruño, los intereses e intervenciones extranjeras, la falta de planeación de un desarrollo sostenido, todo ello tiene cabida en ese libro que como digo, será considerado en el futuro como un espejo extraordinario de la realidad de nuestros países.

García Márquez además fue original también en tratar de generar un universo particular en el que todas sus obras tienen relación y sus personajes, lugares y situaciones de una obra son mencionados en otras; sin embargo, creo que las demás: El Coronel no Tiene quien le Escriba, El Amor en los Tiempos del Cólera, etc. son muy repetitivas en clichés típicos y lugares comunes, mientras que El General en su Laberinto me parece un muy fallido intento de relatar hechos históricos: los últimos días de Simón Bolívar en clave de Realismo Mágico.

Como sea, el Gabo fue también paradigma del escritor hispanoamericano: politizado, con una relación cercana al poder al que critica con la debida subvención, presumiendo de Marxista mientras obtiene ganancias millonarias por las que no paga impuestos y vive en una mansión que le regaló algún Gobierno, soberbio y que cree tener una superioridad sobre los demás conformando la casta de los "Intelectuales", crítico de la Globalización pero a la vez directo beneficiario de ella, que le ha permitido ser famoso en todo el planeta y que sus obras se lean hasta en chino. Vendedor de humo y opinador de política, religión, cuestiones sociales sobre las que quizá no sepa nada, pero que los medios le preguntan sobre ello y es fallido ejemplo de no se sabe qué para los jóvenes. Impulsor de la Democracia, pero amigo y defensor del peor tirano del continente: Fidel Castro, no era sino también parte de esa doble moral que criticaba en sus páginas.

Sin embargo, su pérdida cierra el episodio de la Novela Latinoamericana del siglo XX: después, solo nos queda el páramo de la falta de creatividad, basta ir a cualquier librería para comprobar que los temas actuales de los libros que se escriben en nuestros países: la omnipresente realidad del narcotráfico, la vana autoayuda de frases sentimentales y razones huecas, la política de siempre, aburrida y sosa, y la carencia de deseos por explorar nuevos géneros, nuevos mundos. El panorama es, ciertamente, decadente.

DESCANSE EN PAZ.

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