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6 de noviembre de 2013

EL MAS PODEROSO SOBRE LA TIERRA


A la noticia salida la semana pasada, respecto a que la revista Forbes publicó una lista de las personas más influyentes y poderosas del mundo en la que colocaba a Vladimir Vladimirovich Putin en primer lugar, yo comenté en el Facebook que eso no me extrañaba, aquello era posible gracias a que el Presidente ruso cuenta con "huevos" y los demás líderes, no.
 
Esto viene a colación con el post anterior, en que hablaba de la cobardía que se ha extendido entre nuestros dirigentes, no solo en el caso de México o de la Iglesia Católica, sino en todo el mundo occidental: nuestros gobernantes, sean Obama, Aznar, Peña Nieto, Francisco I, Hollande o Cameron, son todos una bola de timoratos y están siempre temerosos a perder votantes, a generar conflicto o a desagradar al público como los actores en la primera vez que se suben al escenario. Por el contrario, Putin demuestra todo lo contrario: un gran valor y en ello sustenta su liderazgo.
 
Es clarísimo que hoy por hoy, Putin ha demostrado un liderazgo y una capacidad que ningún dirigente ruso, desde Iosif Stalin demostraba: Kruschev fue demasiado temerario y su administración tan débil que no pudo resistir la destitución que le hicieron los otros dirigentes comunistas, Brezhnev era un viejo indolente avaricioso que se enriqueció astronómicamente a costillas del erario, Chernenko era un anciano enfermo, y Yuri Andropov, el príncipe cosaco del que se esperaba un liderazgo firme y decisiones acertadas murió repentinamente sin demostrar nada, Gorbachov, como ya antes lo hemos dicho, aunque aplaudido en Occidente en realidad fue una catástrofe con sus dudas hamletianas y su ingenuidad, lo que provocó el derrumbe del Imperio Ruso y de Yeltsin, ni se diga, su gobierno fue una borrachera que hundió al Estado.

Pero Putin demuestra, lo contrario a lo que Don Rafael Cardona dice acerca del PRI con Peña Nieto en México actualmente, que sabe lo que es el poder y para qué sirve, y sabe defender su posición, y al hacerlo, ha logrado neutralizar totalmente a la posible oposición que surja en el gigante eslavo, sin utilizar herramientas represivas feroces; cuando ha surgido algún intento de armar protestas: sea con el ajedrecista Kasparov, las Pussy Riot, el "Lobby Gay" o los Oligarcas, Putin ha aplicado la Ley y ha cortado con ello antes de que crezcan y se transformen en problemas serios, a diferencia de lo ocurrido aquí con la CNTE, no dudó en utilizar la violencia del Estado, en forma brutal, ciertamente, como ha sido siempre en la ya milenaria Historia Rusa, para someter Chechenia y dejar el terrorismo islamista de esa región a un movimiento marginal que ciertamente, de vez en cuando realiza ataques, pero que ya no tiene la virulencia de hace veinte años ni la fuerza real para impulsar la separación de esa República caucásica de la Federación.
 
Ante él no proceden los lobbies ni los grupos de presión; cuando las escandalosas manifestantes del grupo feminista FEMEN le increparon en Holanda, él solo se burló de ellas, se rió y hasta les dijo piropos, desarmando totalmente su escándalo, en una reunión celebrada con la Unión Europea y ante los cuestionamientos a la situación de los derechos humanos en Rusia por los líderes del bloque continental, Putin subió tranquilamente a la tribuna y señaló que no tenían cara para reclamarle esa materia cuando habían apoyado a EUA en Irak y Afganistán o guardaban silencio por lo que ocurría con los Palestinos, y que si se quejaban de la "mafia" rusa, debían recordar que dicho término para referirse al crimen organizado había surgido en Italia, país en el que nació tal flagelo, hoy en día, no le importó expulsar de Rusia a la organización ecologista Greenpeace, al demostrar su naturaleza fraudulenta y su papel como centro de espionaje para gobiernos y corporaciones occidentales, y ahora ha encarcelado a los activistas de dicha ONG que pretendían boicotear los planes rusos de explotar y militarizar su zona ártica, de igual manera, Putin ha evitado la injerencia de los intereses de las grandes multinacionales en su país, simplemente aplicando la Ley y la fuerza del Estado.

Imperturbable e inconmovible, Putin no ha cejado ante la propaganda adversa en Occidente, ni ante modas ni corrientes políticas, ha hecho que su país retorne a sus raíces religiosas profundamente cristianas y nacionalistas, ha rechazado embarcarse en nadar contra la corriente de las nuevas ideas "progresistas" o "liberales" de la vecina Europa y ha sepultado definitivamente a Pedro el Grande y a su émulo: Gorbachov, no hay nada que copiar del Latinztvo perverso y decadente.
Es cierto, en mucho, Putin puede ser asertivo gracias al arsenal nuclear y al poderío creciente del Ejército Rojo, pero Gorbachov también tenía esos factores a su favor, y sin embargo, no pudo utilizarlos para defender su posición, Yeltsin siguió contando con un poderío nuclear importante y sin embargo no pudo ser otra cosa que un ebrio que dejó que todo se desmoronara a su alrededor.

Por el contrario, Putin no solo ha logrado estabilizar la situación interna de Rusia y la ha devuelto a la senda del crecimiento económico, --algo que no ocurría también desde Stalin,-- situándola además como una de las potencias emergentes, sino que le ha hecho volver a contar en la política mundial, logrando rápidamente hacerse con la influencia sobre América del Sur y los nuevos regímenes autoritarios que alejaron la región de los intereses de Washington y permitieron el colocarla bajo los intereses de Moscú, Teherán y Brasilia, tejió una alianza cercana con China, el histórico enemigo, con Irán, el otro enemigo inveterado, revivió los nexos con la India en el desarrollo de armas, y fomentó el empoderamiento regional de Brasil y Sudáfrica, haciendo realidad al bloque de los BRICS que era mera especulación académica de economistas norteamericanos. Por contraste, Obama hoy en día no es capaz ni siquiera de conseguir el apoyo del Poder Legislativo en su país, y como dice el genial personaje de James Spader en The Blacklist, Raymond "Red" Reddington, nuestro mundo se ha convertido en dominio de delincuentes y corporaciones multinacionales.

Pero finalmente, Putin logró dañar de manera decisiva al poderío norteamericano, ya debilitado por los problemas económicos y la imposibilidad de vencer en Irak y Afganistán, con las malas decisiones de apoyar a las Primaveras Arabes y en especial a la rebelión siria, encabezada por los grupos fundamentalistas, entre ellos Al-Qaeda, que acabaron por hundir en el descrédito a EUA y su política exterior, evitando que Obama invadiese Siria para derrocar a Bashar el Assad con una hábil diplomacia que aprovechó ese descrédito, las incoherencias de su política y la amenaza velada de guerra con la presencia de una fuerte flota rusa en el Mediterráneo Oriental; entre tanto, no dudó en confrontarse con las monarquías árabes, patrocinadoras de la rebelión y aún de la administración del afroamericano.

A lo que voy es que Putin nos da una lección de verdadero liderazgo, y este liderazgo sólo es posible gracias a un factor: el valor. Como lo dije, todo el poderío militar ruso de nada serviría si se tratara de un pusilánime como ocurrió con Yeltsin, con Gorbachov y más atrás en el pasado, con Nicolás II, si EUA se ha estado hundiendo es por culpa de un cobarde como Obama que ha preferido escudarse tras un muro de mentiras y medias verdades, promesas incumplidas y demagogias a enfrentar la realidad y decir la verdad, todo en aras de ganarse electores y salir arriba en las encuestas de popularidad, en México, Peña ha preferido esconderse tras la fachada de la tolerancia y el respeto a los derechos para justificar su inacción, la impunidad de la que gozan delincuentes y vándalos, y el desmoronamiento del Estado.

Putin no ha hecho eso, y no solo él, los liderazgos no occidentales demuestran eso: lo hemos visto con Ahmadinejhad y ahora con Rohani en Irán y su liderazgo político-religioso, lo vemos en China con una dirigencia decidida que posee objetivos claros, lo vemos en las monarquías petroleras de la península arábiga, determinadas a defender sus intereses a costa de lo que sea, lo vemos en Bashar el Assad y las valientes entrevistas que ha concedido donde no ha tenido ningún empacho en señalar a los intereses extranjeros detrás de la Guerra Civil y las Primaveras Arabes, esos liderazgos han llevado a que sus pueblos sean también pueblos valientes, que están dispuestos a luchar y no creen en el cobarde irenismo de Imagine, que están orgullosos de ser lo que son y no a ofrecer disculpas por su pasado y ser tímidos en su presente, aceptan la realidad y no creen en un utópico paraíso terrenal de no hacer, no decir, no pensar nada para evitar los conflictos, creen en el valor del trabajo y rechazan la pereza hedonista que inunda al Occidente que se encuentra siempre en busca de vías de escape: droga, sexo, diversión para enfrentar la realidad, mientras que nuestros dirigentes surgen de campañas mediáticas de mercadotecnia que nos ofrecen, como verdaderos productos chatarra para el consumo, a un conjunto de alfeñiques huecos y de palabras vacías.

Esto es preocupante. Nuestro futuro se pinta negro cuando hasta el máximo liderazgo espiritual en nuestro hemisferio: el Papado, se ha contagiado de esta actitud timorata y de la evasión, entre tanto, el futuro de estos emergentes pinta majestuoso.

Así que la moraleja que podemos obtener del caso de Vladimir Putin es simple: basta que un hombre sea valiente para que se convierta en el ser más poderoso sobre la Tierra, pues el valeroso no será esclavo de nadie, ni siquiera de sí mismo, sino que será libre.

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