La Cámara de Diputados ha aprobado una aberrante reforma fiscal en la cual se prevé el aumento del IVA al 16% y del ISR al 30%, aparte, están contemplados los impuestos de los que hemos hablado, tendientes a proteger al oligopolio en materia de telecomunicaciones al gravar internet, telefonía celular y televisión por cable, así como la telefonía proporcionada por este último medio (cosa aberrante, mientras que en Europa se discute que la banda ancha sea considerada un derecho civil y por tanto, un servicio público).
No entiendo al Gobierno de Calderón, parece emitir resoluciones inteligentes y necesarias, como es el cerrar a Luz y Fuerza del Centro y enfrentarse al sindicato y a los pataleos y berrinches de la Izquierda, (como pasó ayer por la tarde al Secretario Lozano en su comparecencia ante la cámara) para luego cometer burradas propias de Fox o de presidente bananero, y primero, lanza la propuesta fiscal, en la que se muestra una total cobardía para enfrentarse a monopolios y grupos de protegidos como los ambulantes y los tiangueros con el combate a la evasión y aumentar la base de contribuyentes, sin que, por otro lado, se reduzca el gigantesco gasto corriente y las prebendas financieras concedidas a Partidos Políticos, institutos electorales y comisiones de derechos humanos estatales y federal; esto lleva a que todo el peso del soporte financiero a tan inmensa burocracia caiga sobre los hombros de los pocos cumplidos en sus obligaciones fiscales, a los que se nos castiga por el derroche, dispendio y corrupción de nuestras autoridades, políticos y parásitos del Estado.
Lo más increible es que los priístas, con el retorno al poder en las manos, hayan secundado la propuesta en la Cámara baja, para luego, ante la infantil y estúpida declaración de Nava de lavarse las manos echándole la culpa de todo al PRI, cuando es un hecho notorio que quien hizo la propuesta fue el Presidente Calderón y su administración, de origen panista, portarse los priístas como novia ofendida y difícil de complacer y amenazar con echar para atrás la "deforma" fiscal.
Si los priístas ahora demagógicamente se lanzan contra los panistas chocan en sus planes con la codicia de sus gobernadores, que desean más impuestos para que les toque más presupuesto, recuérdese que en México vivimos un falso federalismo, pues a diferencia de EUA, Canadá, Brasil o Alemania y la India, entre otros países que siguen este sistema de gobierno, las entidades federativas no efectúan la mayor parte de la recaudación y sostienen con una cuota a las instituciones nacionales, sino que son mantenidas por el Gobierno Federal que recauda la mayor parte de los recursos y después reparte como limosna lo que quiere a los estados, en un sistema ideado por Juárez y Porfirio Díaz que les permitió castigar o premiar lealtades y que fue seguido por los gobiernos postrrevolucionarios con la misma finalidad.
Todo esto evidencia cómo la política partidista, inherente al sistema democrático vigente, ha contaminado cuestiones que son importantísimas, incluso para la viabilidad de nuestro país a futuro; por el contrario, lo único que les importa a nuestros políticos es el golpear al contrario y quedar bien con sus grupos de choque o de votantes cautivos o de con quien hacen sus arreglitos, y no me digan que esto es sólo privativo de México, es común a todo Occidente, en España y Europa en general, cada vez más tienen peso los intereses de partido sobre los nacionales, y ni se diga en EUA, donde, desde la elección de Bush Jr. en el 2000 ha habido un incremento en el electorerismo y el partidismo, que ahora con Obama está acercándose mucho a "mexicanear", pero en fin, ya Aristóteles, Maquiavelo o Ludovico Settala nos advertían acerca de los peligros de la Democracia, pero jamás fueron escuchados.
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2.- La Decadencia de Roma y la de Occidente:
La excelente serie de History Channel sobre el auge y caída de Roma mueve a uno a preguntarse acerca de las causas de el colapso del más grande Imperio de la antigüedad, mismo que siempre ha sido considerado uno de los momentos históricos más debatidos y que aún encierra muchos enigmas; ya Edward Gibbon y Rousseau en el siglo XVIII intentaron hacer un estudio profundo al respecto, la obra del inglés, por su parte, es un monumento literario e historiográfico, sin embargo, como hombres de la Ilustración y masones que fueron sus prejuicios contra el Cristianismo les impidieron ver más allá, pues se dedicaron a echarle la culpa a esta Religión del colapso de la civilización romana, sin darse cuenta que el Cristianismo fungió como fuerza de cohesión y brindó nuevos bríos al Imperio de Oriente que subsistió 1000 años, con periodos de gran esplendor, pese a que ellos iniciaron la denostación y desprecio con que tradicionalmente se ha tratado a Bizancio entre los historiadores occidentales.
Como ya en otros posts lo hemos dicho, las causas fueron económicas, políticas y sociales, y hasta ecolóigicas, pero yo creo que lo más importante fue la cuestión moral o de sentimiento que imperaba entre los romanos, ya Jacob Burckardt, que tiene un excelente libro publicado por el Fondo de Cultura Económica: "Del Paganismo al Cristianismo, La Epoca de Constantino", recoge de varias fuentes que había ya, desde la época de los Antoninos una gran sensación de cansancio y de nostalgia por los tiempos antiguos, algo muy similar a lo que hoy se añora, en cierta forma, lo que dice el refrán de que "todo tiempo pasado fue mejor", pero generalizado, que les impedía ver a los romanos el esplendor del que gozaban en el siglo II d.C., cuando el Imperio alcanzó su cúspide; habrá que ver que, como también lo afirmaba Theodor Mommsen, uno de los más grandes estudiosos de la civilización romana, que el Imperio no fue el máximo apogeo de este pueblo, sino la época republicana con su austeridad y su régimen representativo, puesto que fue la verdadera etapa de expansión y de vitalidad de la sociedad romana; en el Imperio, en cambio, la sociedad romana quedó congelada, fría y no se dedicó más que a conservar lo ganado y a gozar de los beneficios cosechados del dominio del mundo mediterráneo. Además, Buckardt menciona que empezó a darse una gran pereza en la forma de vida de los romanos, que incluso físicamente puede constatarse en las estatuas y retratos a partir de fines del siglo III: aumento de la obesidad en los hombres y gusto por modas exóticas y un tipo de belleza estilizada hasta lo grotesco entre las mujeres.
Algo similar nos ha pasado a los Occidentales, tras los siglos XVI a XIX que marcaron la expansión y la mayor vitalidad de nuestra civilización, vino el suicidio colectivo representado por las dos guerras mundiales, para que después Europa cediera ser el foco de nuestra civilización en favor de EUA, entregada a un Estado de bienestar en que el esfuerzo no es importante sino que papá gobierno mantiene al pueblo y resuelve todas sus necesidades, el materialismo se extiende y se pierde la noción de lo sagrado, y EUA, pese a ser motor de un gran desarrollo científico y tecnológico, no es más que una versión edulcorada, descafeinada, artificiosa y pobre de lo que es la Civilización Occidental, puesto que, pese a que el Cristianismo fue adoptado oficialmente por Roma, no significó que en automático cambiasen las costumbres de todos hacia el ideal ascético ni en todas las regiones; por el contrario, la nueva religión pegó más en el Oriente urbanizado y próspero con una larga tradición en las disquisiciones teológicas y filosóficas, proveniente desde los tiempos helenísticos que en el más austero, práctico y recientemente romanizado y helenizado Occidente.
La difusión hoy en día de esta "cultura de la muerte" con la criminalidad, drogas, aborto y eutanasia evidencian un extendido desaliento y pérdida de las ganas por vivir o afrontar la existencia cuando ésta consiste en más que placeres, diversión o entretenimiento, nos está pasando lo que a los romanos del siglo II: se vive en la abundancia pero a la vez en el vacío y el futuro, en vez de ser visto con esperanza, es visto con temor e incertidumbre.
Una reflexión interesante sobre lo que pasa a Occidente hoy en día la encontramos en el siguiente artículo: http://www.gees.org/articulo/6811/
Esto contrasta con lo que ocurre con los chinos, si miramos con detalle, nos daremos cuenta que China como entidad política es contemporánea al Imperio Romano, pero ¿cuál es la causa de que el "reino del medio" continúe existiendo hasta hoy e incluso, esté entrando a un nuevo periodo de esplendor, y Roma se derrumbó y extinguió? Es un buen tema para otro post.
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