1.- México e Italia, países hermanos:
No cabe duda que México e Italia tienen mucho en común, no solo los colores de la bandera: ambos, cunas de avanzadas civilizaciones de la antigüedad, sociedades fundamentalmente católicas, con fuertes estructuras familiares, origen de grandes artistas y literatos, de poderosos carteles del crimen organizado, y como no, de una espantosa, desatada y devoradora cultura de la corrupción que empapa todo el entramado gubernamental, quizá nadie representa mejor esa clase política corrupta y podrida que Silvio Berlusconi, que también representa esa complicidad que se da también en México de monopolios empresariales y gobiernos y que constituye uno de los más grandes obstáculos al desarrollo económico. (Italia, supuestamente, es un país de primer mundo, pero es una ficción, basta con visitar el sur del país para darse cuenta que Milán y la Lombardía son una excepción a la generalidad, como Monterrey y otras regiones del norte de México respecto a Chiapas o a Guerrero y los enormes cinturones de pobreza en varias ciudades del país)
No solo por el dislate que aparece en el vídeo y que es bastante cómico, sino por lo que se ha descubierto; tal parece que tanto Il Cavaliere como el General Alvaro Obregón tienen en común el pensar que el arma más efectiva son los cañonazos de $50,000 pesos, euros o dólares, y así resulta que, tras haber sido destacado el ejército italiano que forma parte de la fuerza de la OTAN en el año 2008 en la provincia de Sabori (parece marca de jamón) en Afganistán y recibido con una tormenta de fuego y plomo que segó la vida de varios de sus elementos, se decidió salvar la vida de las tradicionalmente ineficientes fuerzas italianas (si no, pregúntenle a Hitler y cómo Mussolini le estorbó en vez de apoyarlo como aliado en la II Guerra Mundial) mediante el puntual pago de una "mordida" a los comandantes talibán encargados de hostilizarles a cambio de no ser atacados, de esa manera, el gobierno de Berlusconi no se vería cuestionado por las bajas sufridas en el país islámico. Cuando se rotó la distribución de fuerzas y tocó a los franceses el ocuparse de la zona, les correspondió también recibir la misma "bienvenida" de parte de los rebeldes afganos, no ha habido mordida y ahora los franceses se sienten engañados por los itálicos, que les habían asegurado que la región era tranquila y pacífica... nada más se les olvidó decir que esa paz tenía un precio...
2.- La Suprema Corte de Izquierda de la Nación:
Nuestro máximo tribunal sigue dando muestras de ser un órgano que no sirve a la Justicia sino a los intereses políticos e ideológicos de ciertos grupos, no digamos por su aprobación del aborto o el cambio de sexo con los argumentos más infantiles y estúpidos, sino ahora por la exoneración de Flavio Sosa y la APPO en el caso de los desórdenes sufridos en Oaxaca al fin del sexenio de Fox y la decisión de la Corte de cargar todas las culpas sobre el Gobernador de ese hermoso pero sufrido estado del sureste de México: Ulises Ruiz.
La verdad es que nunca se había visto tantas ganas de linchar a un mandatario estatal como a Ulises Ruiz, gobernador de extracción priísta del mencionado estado, todo se originó al parecer, por que éste se negó a perpetuar en sus cargos, dentro de la Secretaría de Educación estatal, a gente del anterior mandatario, también priísta y famoso por la farsa de su autoatentado en los últimos meses de su gobierno, José Murat; de igual manera, Ruiz apoyó a Roberto Madrazo como candidato del PRI a la presidencia durante las elecciones de 2006, lo que provocó que las iras de la maestra Elba Esther Gordillo y el poderoso Sindicato de maestros se desataran en su contra, pero no solo ello, ante una situación de desorden social absoluto incitado por la multitud de organizaciones sociales dirigidas por la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, jajaja, el propio nombre es un pleonasmo: "popular de los pueblos", con eso queda todo dicho sobre el nivel intelectual de sus miembros y dirigentes) y de ONG's nacionales e internacionales, el Gobernador declaró estado de emergencia, los manifestantes se dedicaro a vandalizar y hasta incendiaron los tribunales estatales y federales, dañaron con graffitti a los edificios históricos de la ciudad de Oaxaca, como el Convento de Santo Domingo, el antiguo Palacio de Gobierno o la Catedral, y los medios masivos de comunicación, el propio Presidente Fox y su Secretario de Gobernación: Santiago Creel, se unieron a la campaña de linchamiento, pidiendo la renuncia del mandatario local.
Lo peor, fue el asesinato del periodista canadiense de Indimedia Brad Will, recientemente, los peritos forenses del país de la hoja de maple certificaron que el hombre fue muerto a corta distancia, precisamente por militantes de la APPO, entre los cuales se encontraba, y no por los militantes priístas que se encontraban del otro lado de la calle.
El Gobernador, a pesar de todo, se mantuvo en su puesto, y con la llegada de Calderón a la presidencia, cesaron los disturbios y se apresó a Flavio Sosa, el dirigente de los agitadores; no es de negarse que en medio del caos en que se convirtió Oaxaca se hayan cometido abusos y que el propio Ruiz no es un ángel inmaculado, pero la conversión de Sosa y la APPO en héroes y defensores de los derechos humanos y a Ruiz en una reencarnación de Hitler es realmente, una muestra de la parcialidad y carencias morales y jurídicas de los Ministros de la Suprema Corte, a quienes les pagamos $800,000 mensuales; mucha razón tiene el expresidente Salinas cuando en su libro "La Década Perdida", señala que la creación de la controversia constitucional y de la acción de inconstitucionalidad, a cargo de los Partidos Políticos, en vez de darle efectos generales a las sentencias de los Juicios de Amparo, accesibles a todos los ciudadanos, llevaron a la politización de la justicia y que el supremo tribunal del país quedara subordinado a intereses sectarios.
Lo grave es que el caso Oaxaca muestra cómo pueden colaborar entre sí las organizaciones heredadas de lo peor del corporativismo priísta: sindicatos, ONG´s, y grupos de choque, con los medios de comunicación, caciques y los propios gobernantes y autoridades judiciales con el fin de dañar a un político o personaje clave, lamentablemente, no llegan a ese nivel de acuerdo cuando se trata de beneficiarnos a los ciudadanos.
¿Hasta cuándo seguiremos con esta situación?
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