
Los medios de Izquierda (que en México son prácticamente todos) y youtubers de ese mismo signo ideológico festejan que hace dos sábados se hayan dado las protestas No Kings con la presunta participación de siete millones de personas en 2,500 localidades en EUA, incluyendo grandes ciudades como Chicago, Boston, Los Ángeles, etc. Lo muestran como la evidencia indudable de que Trump es ya alguien tremendamente impopular, y citan encuestas que eso lo demuestran y predican el próximo fin de su régimen. Yo no estoy de acuerdo, de hecho, creo que esto más bien evidencia el derrumbe del Partido Demócrata, su más que evidente decadencia y que, por el contrario, Trump y su movimiento MAGA, que ha parasitado y se ha apoderado, como una sacculina a un cangrejo, del Partido Republicano, se aproximan a una victoria total y a la hegemonía absoluta, y ahora diré porqué:
Siete millones en un país habitado por 330 millones de personas, es una nada, de entrada. Y en la cifra de 2,500 lugares, incluyen a poblados pequeños perdidos en la inmensidad del territorio estadounidense, donde la participación debió ser mínima, ya que donde realmente los Demócratas y los woke tienen sus santuarios, y donde pudieron reunir más gente, es en las zonas urbanas de ambas costas. Sin embargo, la base del voto a favor del neoyorkino y el "Partido del Elefante" se encuentra en la Mayoría Silenciosa, y en las ciudades medias, pequeñas y poblados de ese territorio enorme, o en las zonas industriales depauperadas de las urbes otrora boyantes, donde los trabajadores, y no la clase media aburguesada, y la juventud afeminada e infantilizada con estudios inútiles y excéntricos de las universidades de la Ivy League que se manifestó vistiendo botargas inflables de animalitos o haciendo cosplay, ni mucho menos las masas de pervertidos que temen ser clasificados como tales y no como parte de la "diversidad" de fetiches que impide la del pensamiento e ideas, ni tampoco las celebridades de vida acomodada y alejada de la realidad de los que han perdido su empleo, han sufrido los embates del crimen o han visto atacadas sus convicciones morales o religiosas.
De este modo, es de sorprender que en el Partido Demócrata no haya surgido algún grupo que plantee el cambio de rumbo y regresar a la plataforma electoral e ideológica tradicional del instituto político anterior a que los Clinton y la generación de los hippies de los 60 se adueñaran del Partido: defensa de los derechos humanos en general, no solo de las minorías, adoptar una postura de defensa de la clase trabajadora ante el embate de la Inteligencia Artificial, y asumir una postura nacionalista y de defensa de las instituciones que el magnate neoyorkino, --hay que reconocerlo,-- se encuentra demoliendo, si es que sinceramente creen que aún pueden funcionar en el mundo actual; pero por el contrario, parece haberse radicalizado como se desprende de la nominación del musulmán Zohran Mamdani, quien además de ser totalmente ajeno a la cultura norteamericana y despreciar a la Civilización Occidental, proviene de una cuna de oro, pero predica el implementar políticas propias del Chavismo en Nueva York, de ganar el gobierno municipal de la Gran Manzana.
Por otro lado, también han caído en el ridículo y la incongruencia: por ejemplo, han asumido como una verdadera Cruzada, la defensa de que el reggaetonero portorriqueño Bad Bunny, haya sido seleccionado por la directiva de la NFL como encargado del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl, esto es, la final del campeonato de Fútbol Americano, el criticar este hecho, es señalado como un acto de racismo, cuando la realidad es que la oposición a que este pseudoartista participe en un evento deportivo tan importante y visto en todo el mundo se debe a la pésima calidad musical que ofrece, de un género que es además cuestionado por la vulgaridad y excesiva sexualización de la mujer en la temática de sus "canciones", así que si los Demócratas pretenden que defender a Bad Bunny es defender a los Latinos, flaco favor les hacen, pues quedarían con una imagen decadente, vulgar, de incultura y sobre todo, de misoginia, lo que no empata con el presunto Feminismo que dicen profesar.
Y es sorprendente que no se den cuenta de que la gente está harta del wokismo, puede que muchos de las clases medias-altas y altas urbanas y universitarias que pretenden vivir o pensar como los protagonistas de Friends, The Big Bang Theory o How I met your Mother se mantengan en ello, pero no son la mayoría de los norteamericanos. Esa mayoría, le ha dado la espalda a las últimas producciones de Hollywood, rechazan al Superman de James Gunn, --película que por cierto, me gustó parcialmente, aunque en general es un destazamiento del personaje-- y está hasta el copete del chileno Pedro Pascal, hijo de millonarios partidarios de Salvador Allende, de ver su cara de autosuficiencia en todas las películas y series de TV, de sus desplantes de superioridad moral y de sus payasadas feminoides con las que encubre que, al parecer, tiene en realidad el muy machista gusto por encamar esposas ajenas.
Además, parecen no sopesar el impacto que ha tenido la muerte de Charlie Kirk y los tiroteos protagonizados por travestis o transexuales en escuelas, lo que ha reafirmado la idea de que la extrema Izquierda Woke es una amenaza para la paz y el orden internos, Trump además, hábilmente ha agrandado la figura del joven polemista asesinado en Utah, quien hasta antes de su muerte era apenas conocido fuera de las fronteras de EUA y ahora, es considerado un personaje clave, incluso a nivel geopolítico, con lo que convence más a sus bases electorales sobre las dimensiones de la tragedia que él pretende darle.
Aunque pueda que George Soros esté detrás del financiamiento de estas campañas anti-Trump, y que incluso, desde el lado de la Derecha, existan algunos disidentes, como los cada vez más frívolos e irracionales Tucker Carlson o Candace Owens, (Ya dedicaré un post especial a hablar del fenómeno de los influencers) estos cada vez tienen menos eco, al Judío renegado y su al parecer inepto hijo Alexander les han dejado solos muchos de los miembros de las élites tecnológicas y financiaras que, tras el fallido intento de matar a Trump el año pasado, pasaron a aliarse con él y son ahora sus más acendrados partidarios, como es el caso de Thiel o Zuckerberg y el aparentemente decepcionado Musk; los segundos, cada vez tienen menos credibilidad, más cuando ahora hacen podcasts sobre hacer apología del Antisemitismo, sobre una probable invasión extraterrestre o la llegada del Anticristo, el "arrebatamiento" de los justos y otras cosas en cuya inminencia creen los protestantes más fanáticos y más rednecks de la "América Profunda", y a fin de financiarse tienen que anunciar universidades patito, almohadas de fibra de bambú o carne de avestruz.
Creo que hay muchos signos respecto a que Trump cuenta con una gran seguridad de que si no él, sí el nuevo régimen que está construyendo continuará en EUA tras 2028: la remodelación de la Casa Blanca para convertirla más allá de un palacio presidencial de austeridad republicana en un verdadero complejo palatino imperial con ostentación de poder y lujo; la erección de un Arco Triunfal para conmemorar los 250 años de la Independencia de EUA --y el inicio de la nueva Edad de Oro que pretende iniciar el mandatario-- y el proyecto de consolidación del poder estadounidense sobre el continente americano. Incluso, tuvo el placer de burlarse abiertamente con un vídeo de animación por Inteligencia Artificial, de los manifestantes.
Muy probablemente, lo que se vendrá en 2026 en las elecciones intermedias, va a ser similar a lo que ha ocurrido en Argentina y que, creo yo, Trump no se lo esperaba, (yo tampoco) tal y como lo refería en el post anterior: parecía que él ya daba por muerto a Milei pero, al final su partido, La Libertad Avanza, arrasó en las elecciones intermedias. Pero quizá lo que pasa con los Peronistas podría ser aplicable a los Demócratas, como bien dice el líder opositor Santiago Cúneo (otro sujeto que, aparentemente, está igual de desquiciado que Milei, pues tiene sus mismos desplantes y actitudes exaltadas) ya que se encuentran secuestrados por la familia Kirchner y su grupo, y necesitan sacudírselos, mientras que el "Partido del Burro" se encuentra secuestrado por los Clinton y ese extraño y siniestro personaje conocido como Barack Hussein Obama, pero que probablemente se llame realmente Barry Soetoro y los intereses detrás de éste.
El próximo año, lo que veremos, será seguramente cómo el Partido Republicano de Trump arrasará en las elecciones legislativas y estatales: después, veremos como el magnate será capaz de hacer cambios a la Constitución Norteamericana promulgada en 1787 tras la gesta de Independencia, y entonces sí, veremos el surgimiento de una Nueva Era para Estados Unidos, quién sabe qué tan dorada, y con él, de buena parte del mundo, por lo menos, para nuestro continente.


