
En continuación al post anterior sobre los llamados Influencers, he de recordar la advertencia que, poco antes de morir, dio el semiólogo y escritor italiano Umberto Eco sobre los peligros de las redes sociales; el señalaba que las mismas habían llegado para "dar voz a los idiotas". Es decir, antiguamente, alguien saliendo de un concierto podía ir a cenar o a tomar unas cervezas con los amigos y comentar qué tal había parecido el espectáculo, de manera subjetiva, basada en los gustos musicales de cada quien y las opiniones no salían de esa pequeña mesa y de ese local; sin embargo, ahora, alguien así, totalmente lego en materia musical. puede encender su computadora, prender una cámara y un micrófono y pontificar acerca del evento presenciado, y tal opinión puede verse por cualquiera en todas partes del mundo y en cualquier momento, una vez subida a las redes.
Pero como lo decía en un artículo anterior, esto va más allá de que los villamelones hagan del conocimiento de, literalmente, todo el mundo, sus opiniones sobre temas que no dominan, lo preocupante es cuando se da voz a personajes que, en tiempos más racionales, pasarían desapercibidos, o de plano, estarían presos o internados en un manicomio. Pero además de ello, existe cada vez más, una polarización política o ideológica, que en mucho, tiene que ver con los medios alternativos y las redes sociales.
Así, en EUA ha aparecido el caso de Nick Fuentes, quien, en cierta forma, tomó la estafeta, tras la muerte de Charlie Kirk, de ser una especie de líder de opinión de los jóvenes conservadores en dicho país; sin embargo, hay una enorme diferencia. Kirk era alguien que preparaba minuciosamente sus debates y conferencias: leía, se documentaba y tenía una formación en retórica y lógica que le permitían fundamentar sus dichos.
Fuentes en cambio, es un sujeto que dirige un discurso meramente emocional que es una representación de la peligrosa radicalización del discurso político e ideológico, de manera fanática y en mucho, irracional. Mientras que Kirk pretendía sustentar sus dichos abiertamente en doctrinas cristianas --protestantes evangélicas ciertamente, y con toda la exaltación, ruido y gritos que eso representa-- pero Fuentes, quien presume de ser Católico, sin embargo, pretende sustentar su discurso en sus particulares, subjetivas y erradas interpretaciones de la Historia.
De entrada, Fuentes quiere erigirse en líder del "supremacismo blanco", lo que sin duda, es expresión de sus complejos: él mismo ha señalado ser hijo de padres mexicanos, incluso, su físico recuerda al mexicano promedio de ascendencia criolla típico del Noroeste de México, si hablara Español, (y posiblemente lo haga, a escondidas) podría pasar por sinaloense, duranguense o sonorense. Para muchos Anglosajones, Fuentes no sería considerado Blanco, algo que han sufrido incluso el español, y por tanto europeo Antonio Banderas, quién ha señalado con ironía que no fue sino hasta llegar a Hollywood que se dio cuenta que no era de tal raza, sino Hispano, y por otro lado, la actriz argentino-estadounidense Anya Taylor-Joy, quien hace unos años fue considerada, en una revista de espectáculos como una "actriz de color" por el hecho de que, pese a su ascendencia británica, su lengua natal era la de Cervantes (con los tan reconocibles modismos y acentos del país del Cono Sur) y que la de Shakespeare la tuvo que aprender en la escuela, cuando su familia residió en Londres, y por tanto, es clasificada como Latina, como la étnicamente turca cantante colombiana Shakira Mebarak o la libanesa-mexicana Salma Hayek, mientras que el italoamericano Al Pacino, pese a ser hijo de italianos, venidos del país donde se encuentra el Lacio, región donde se originó el Latín, de la cual deriva la lengua romance que habló desde la infancia, el Italiano, no lo es. (Aunque todavía, hace 100 años, los italoamericanos tampoco eran considerados blancos).
En mucho, Fuentes en su discurso refleja sus complejos y frustraciones personales, incluso para con las mujeres, dice ser virgen, pero esto seguro que no se debe a algún voto religioso o promesa de guardar castidad, como pasa con los católicos Lenny Kravitz o Eduardo Verástegui, que presumen de tener ya más de una década siendo célibes, sino a problemas para relacionarse con las mujeres o, quizá, en realidad esconde tener ciertas tendencias que lo alejan de ellas y a las que, para encubrirlas, ataca con virulencia.
Además de ello, es claro que Fuentes tiene admiración, contradictoria, tanto por Adolf Hitler como por Iosif Stalin, ya que no cree en la Democracia, ni tampoco en el orden liberal, sino preferiría un sistema en que el Estado dicte las líneas a seguir en la Economía y la vida social.
El problema es que, esos complejos y frustraciones, frente a un micrófono, encuentran eco en un público que se ve reflejado en Fuentes: hombres jóvenes que, criados de manera tradicional, chocan con, precisamente el infierno creado por el mundo woke, sobre todo en el ámbito de EUA: desde los años 90 con Clinton, y sobre todo, bajo los ocho años de gobierno de Obama, y el cuatrienio de Biden, tuvimos el ascenso del Wokismo, y con él, cierta marginalización de los hombres blancos, ante políticas tanto por parte del gobierno, como de los medios de comunicación a favor de las "minorías" como las personas de raza negra, carne electoral fácil de captar con la demagogia del victimismo por el pasado, los inmigrantes hispanos, que fueron de alguna manera mimados por tales administraciones, e incluso algunas Republicanas como la de Bush Jr. por ser fuente necesaria de mano de obra barata, el feminismo, que volvió en muchos casos a las mujeres intratables y poco interesadas en encontrar una pareja estable, contraer matrimonio y formar una familia, mientras que la promoción del homosexualismo y todo el discurso LGTBQ, visto como una promoción de vicios y perversiones como si fueran derechos, y si a eso se le añade el éxito o la notoriedad que, por ejemplo, tienen los Judíos estadounidenses en la sociedad de nuestro vecino del norte en las finanzas, la ciencia, los medios, el espectáculo, por los factores que ya he señalado en un post anterior, y cuya actual encarnación de su país ancestral: el Estado de Israel, cuenta con el apoyo del Gobierno, usando recursos públicos que podrían servir para mejorar infraestructuras y servicios en los que China está dejando por detrás al coloso del Norte.
Ante todo eso, es que existe una enorme indignación que fue aprovechada por Trump para ganar el voto de ese sector, que era además, el público de los debates y simpatizantes de Charlie Kirk, y que, en buena medida, se han visto defraudados: el wokismo sólo ha cedido en parte, pero sigue dominando los contenidos en Hollywood, Trump no ha logrado hacer que el club de Fútbol Americano de la capital Washington DC, recupere su nombre tradicional Redskins y su escudo, para mantener el anodino membrete de Commanders y una insípida W como emblema que les fuera impuestas por Obama, no pudo evitar la compra de la productora Warner Bros. por parte de Netflix, (que en el final de la serie Stranger Things no ha dejado de pontificar sobre los beneficios de la homosexualidad), lo que augura una mayor decadencia del cine y la TV estadounidenses, no ha logrado derrocar a Maduro en Venezuela, sino que parece limitarse a un bloqueo que amenaza con prolongarse el estilo cubano, y que puede que termine por reforzar al régimen, con la posibilidad de una intervención en su favor por parte de China y Rusia, sabe que Corina Machado no garantizaría contar con el apoyo suficiente para ejercer el poder de manera efectiva y al ya no saber cómo salir de la situación creada irreflexivamente por él mismo, es que ahora, parece ir efnriando las cosas con Caracas para apuntar ahora sus ambiciones hacia Groenlandia y romper así con Europa, mientras busca desesperadamente también un rápido éxito contra el ISIS en Nigeria.
Con México, la relación y el discurso son bastante complejos: por un lado, se señala la deficiente actuación contra el Narcotráfico por el gobierno actual, y se califica al país de Narcoestado, a muchos en México, opositores y críticos del actual régimen, incluso les llena de cierta "esperanza" de que vendrá una intervención norteamericana que derrocará a la Presidente Sheinbaum y terminará al actual régimen Izquierdista corrupto e ineficiente; sin embargo, luego resulta que Trump, o incluso Marco Rubio, Secretario de Estado y considerado como la némesis de la Izquierda Latinoamericana se deshacen en elogios y cumplidos a la mandataria y su Gobierno, ensalzando su colaboración y sus acciones, pese a que le regale petróleo para sostener precariamente al régimen cubano; clasificó a los cárteles como terroristas, pero negocia con los capos extraditados y les concede libertad como testigos protegidos, o incluso, indulta al ex-Narcopresidente de Honduras, y pese a que muchos afirman que AMLO y su familia está siendo objeto de investigaciones en EUA, la realidad muestra que uno de sus hijos se da la gran vida y compra artículos de lujo con total libertad y desparpajo en el territorio del vecino del norte, lo que no solamente evidencia el enriquecimiento inexplicable de los júniores del de Macuspana, sino también que a a la Administración Trump lo que hagan los López le tiene mucho sin cuidado, salvo quizá, cuando convenga usarlo como herramienta para debilitar al tabasqueño y apuntalar a la hebrea en el Palacio Nacional, recuérdese aquellas evidencias del lujoso viaje a Japón de Andrés Jr., obtenidas evidentemente mediante espionaje.
Y qué decir del caso Epstein: como lo hemos dicho, Trump promovió hasta teorías conspirativas relativas al tráfico de menores para su explotación sexual, desde con el llamado Pizzagate y la película con aires de denuncia producida por Eduardo Verástegui, para culpar a los Demócratas de ello. Sin embargo, en la práctica parece que el mandatario está buscando, no tanto protegerse a sí mismo; --ya lo he dicho, aunque Trump fue amigo y cliente del proxeneta, (según parece, así conoció a la eslovena Melania, su actual esposa) no se liaba con menores-- sino a las cúpulas empresariales y financieras que, de descubrirse sus vinculaciones con Epstein, crearía un verdadero apocalipsis social, político y económico en el país y el mundo, además de que, también vendría una oleada de demandas contra los servicios de Inteligencia y Seguridad de EUA, Israel y otros países y el colapso de la "Comunidad de Inteligencia mundial" que también era cliente de Epstein, pues seguramente le compraban información.
Ante todos estos errores, ambigüedades, impulsividades, fanfarronadas, indecisiones y repentinos cambios de opinión, y que parece al fin no llegar a ningún lado, es que muchos dentro del conservadurismo norteamericano se encuentran desconcertados o decepcionados con Trump, y es en ellos donde el veneno que Fuentes resuma por los cuatro costados encuentra una gustosa recepción...y quizá también, patrocinadores entre quienes quieren sembrar divisiones y querellas internas en EUA.
Aunque Fuentes fue cancelado y bloqueado en numerosas plataformas o redes sociales, se ha mantenido en Rumble, lo que no ha disminuido su audiencia, además de que otros influencers como Tucker Carlson o Candace Owens han contribuido ha servir como caja de resonancia para su discurso, y sobre todo, a acentuar uno de los puntos claves del mismo: su antisemitismo, en lo que para mi es evidente, buscar mover a la opinión pública norteamericana y que ésta termine por incidir en el retiro de apoyo de EUA al Estado Judío, para que así, se convierta en presa fácil de las potencias y movimientos islamistas; es muy probable que la operación del 07 de octubre de 2023 desatada por Hamas en Israel, fuera parte de una operación mucho más grande planificada con mucho tiempo de anticipación y cuyas miras no era el éxito militar directo, sino provocar una respuesta israelí, lo cual ocurrió, y que ésta fuese lo suficientemente "espectacular" para usarla en contra del propio Estado de Israel en forma de una campaña de propaganda negativa. El plan se ha cumplido.
En ese ambiente o contexto creado, agitadores como Fuentes, y comunicadores marginados del mainstream y llenos de ambiciones monetarias y políticas como Carlson y Owens, que cuentan con una gran audiencia entre la población de clase baja de EUA gracias al morbo de los temas que tratan, como la escatología protestante como el arrebatamiento de los justos, el inminente fin del mundo y ataques físicos de demonios, o temas picantes y escandalosos, como la probable transexualidad de la esposa del Presidente de Francia Emmanuel Macron o de Michelle Obama, han servido para generar cada vez mayor hostilidad contra los Judíos y el Estado de Israel. Incluso, el manejo que se está haciendo del Caso Epstein no se está haciendo desde el punto de vista de la actividad de un criminal dedicado a la trata de blancas, abuso sexual de menores, extorsión y tráfico de influencias, sino se da la tendencia de plantearlo como una operación de Inteligencia del Estado de Israel y de manejo, de parte de éste, del Gobierno y las instituciones norteamericanas... no en balde, ha trascendido cierta relación existente entre Carlson y Qatar, que explicaría su actual deriva.
La polarización ideológica iniciada por la Izquierda estadounidense es la que provocó el surgimiento de radicales como Fuentes, el reparto de prebendas y posiciones generó excluidos y resentidos como Tucker o la Owens, y están encontrando terreno fértil ante una Administración centrada en el narcisismo de su titular, y a la vez de su errática actuación cambiante y sin objetivos claros o fijos, discurso grandilocuente que se queda en las palabras, lo que igualmente, está llevando a la división del movimiento MAGA, y que no augura nada bueno para el futuro.
Además de ello, es difícil que la gente se formule una opinión centrada: es claro ver como entre youtubers y medios alternativos existe una clara diferenciación ideológica y no hay voluntad en la mayoría de los casos, de buscar formar una opinión más centrada u objetiva: simplemente veamos lo que ocurre en México: hemos mencionado que hay medios alternos claramente de defensa a la 4T: Chamuco TV o Sin Embargo, es claro que ninguno de ellos invitaría a la mesa de debate o a dar su opinión a Carlos Alazraki, Claudio X. González, Ferriz de Con o cualquier otro representante de la oposición, como tampoco, ninguno de ellos invitaría a sus medios, a dar su opinión a Jesús Escobar Tovar, Julio Astillero o Juan Carlos Monedero. No, porque cada uno de estos bandos piensa de sí mismo que es el Bueno, y el otro, el Malo, como en la Lucha Libre: Técnicos/Faces vs. Rudos/Heels. Además, la audiencia que ya se encuentra convencida de ser de un bando, es muy difícil que decida sintonizar un canal de su contrario ideológico por el llamado "sesgo confirmatorio", es decir, se verá aquello que refuerce la propia opinión, y a priori, se desestima o desprecia aquello que diga u opine el contrario, porque siendo "el malo", todo lo que diga está equivocado, es mentira o es perverso, cuando en muchas ocasiones, pueden tener razón los de la Derecha sobre ciertas cosas, como también pueden acertar los de la Izquierda en otras, y en ocasiones tanto unos como otros pueden mentir descaradamente o difundir disparates; pero eso es difícil de ser reconocido por unos u otros. Así, la polarización es facilitada.
Incluso, fue bastante increíble ver cómo un viejo lobo de mar como es el historiador de Izquierda Lorenzo Meyer cayó en esto, ya que decidió, por voluntad propia, dejar de colaborar con Carmen Aristegui por considerar que era un medio que respondía a la Derecha, cuando, precisamente, se le estaba dando la oportunidad de expresarse en el mismo, en su lugar, se limitó a colaborar con Sin Embargo, donde comparten sus visiones marxistas. Por su parte, y por la misma razón, pero a la inversa, la Sra. Aristegui renunció a CNN, aunque ella ha sido un camaleón, que en el pasado, apoyó el ascenso de AMLO y ahora se posiciona en contra, bueno, de manera similar a Carlson, Rogan y otros que ahora se están yendo contra Trump.
En México, si bien no existe un personaje polarizador, pese a que tanto el régimen como la supuesta Oposición cuentan también con sus voceros, influencers y youtubers, sí está dándose una radicalización en el discurso, aunque no va dirigida hacia grupo étnico en particular, ni siquiera por el origen de la Presidente, sino de cuestión de clases sociales: si AMLO apeló al resentimiento de gran parte de la población de bajos recursos hacia un sistema político y las clases media y alta respecto de las causas de su pobreza y malas condiciones de vida, ahora, viene un discurso a la inversa, contagiado del sustrato calvinista que justifica mucho del Neoliberalismo, se ha implantado en las clases alta y media mexicanas un ideal o concepto pervertido de la meritocracia, y suponer que el sistema no contaba fallas, sino que el pobre es pobre porque quiere, se les achaca a los pobres la razón del triunfo de la Izquierda, e incluso, no se habla ya de cuestiones tales como la solidaridad, el ayudar a los necesitados o la simple caridad, conceptos emanados del Catolicismo, sino incluso, se han adoptado ideas crueles y claramente eugenésicas: sujetar el derecho a tener hijos a la situación económica, o recortar y conceder derechos políticos acorde al nivel de ingresos, lo que llevaría sin duda, a la implantación de un sistema de castas cerradas que no estimularían la movilidad social, antes bien, llevarían a su total impedimento, pues quien tenga los privilegios no querrá perderlos ante un cambio de tornas ni permitirá el ascenso de advenedizos.
Sin duda, los tiempos de la moderación política han quedado atrás, en adelante, iremos camino a las diferencias ideológicas irreconciliables y a una cada vez mayor polarización que atraerán a discursos cada vez más radicales con todo el riesgo de conflictos y violencia, y también de autoritarismo, al que apelan como solución las tendencias políticas actuales.


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