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2 de diciembre de 2024

¿HACIA DÓNDE IRÁ TRUMP?

 Últimas noticias Donald Trump | W Radio

Anteriormente, en este Blog, he comentado, haciéndome eco del profesor José Luis Trueba Lara en su obra La Tiranía de la Estupidez, que ante una etapa de crisis como la actual de nuestras sociedades occidentales, se tendería a buscar a personajes casi providenciales que fueran capaces, en cierta forma, de recuperar el orden a través de implementar un régimen autoritario, lo que a semejanza de lo ocurrido en el Imperio Romano a fines del siglo III d.C., se denominaría como el Dioclecianismo, a semejanza de lo hecho por el Emperador Cayo Aurelio Valerio Diocleciano, quien reconvirtió al régimen imperial, ya tendiente de antemano a un progresivo autoritarismo, en una verdadera autocracia.

En México, es claro que estamos pasando por la implementación de ese momento Diocleciano desde el aó 2018, en aras de implantar un régimen autoritario tras 30 años de Neoliberalismo que, en mucho debilitó al Estado. 

Pero en EUA también tienen a su propio Diocleciano, que como decíamos, es Donald Trump. A un mes y días de que de inicio su segunda administración, es de observarse, por un lado, que las tensiones no se han disipado pese a sus promesas de poner fin a la Guerra en Ucrania y controlar la situación de violencia en el Medio Oriente; por el contrario, las tensiones se han agravado en los frentes, probablemente porque los grupos interesados en mantener abiertos los conflictos tanto en Europa Oriental como en el Levante y que apoyaron a los Demócratas en el poder en estos cuatro años están buscando estirar la liga hasta quizá romperse, de modo que Trump no pueda echarse para atrás y arruinarles el negocio, aunque apuestan a que la situación se salga de control y estalle algo que no pueda pararse. Tras la demostración de la existencia (porque hay entre los conspiracionistas que dudan de la existencia de los misiles balísticos y de los arsenales nucleares),  de los misiles balísticos equipados con varios vehículos de reentrada armados con cabezas explosivas y de su efectividad, el peligro de una tercera conflagración mundial y que además, sea nuclear, es latente.

A esto,  hay que agregar que la situación al interior de EUA está lejos de calmarse. El propio Putin le ha advertido a Trump que aún no puede cantar victoria y que sigue encontrándose en riesgo en este periodo de transición entre el mandato de Biden y el suyo, y yo diría que aún asumiendo la Presidencia el 20 de enero, seguirá en riesgo; recordemos conocida Historia norteamericana de muerte de Mandatarios en funciones o atentados en su contra. Pero además, el propio magnate neoyorkino se ha encargado de enajenar a ciertos aliados y simpatizantes con decisiones que ha venido a tomar que denotan una política que podríamos calificar claramente de Diocleciánica.

El simple nombramiento de el cubanoamericano Marco Rubio como Secretario de Estado muestra la intención de Trump de "enrocar" a Estados Unidos que se bate en retirada y decide encerrarse en sí mismo en una posición netamente defensiva dentro del continente americano, probablemente dirigiendo sus proyectiles contra los regímenes de Izquierda extendidos al sur del Río Bravo y/o simpatizantes de las potencias rivales, así como tratar de controlar la enorme ola de adicciones que minan por dentro a una sociedad que buscó torturarse a sí misma enmedio de su bienestar. Aún así, sus amenazas de imponer aranceles, en un 25% a sus dos principales socios comerciales y vecinos: Canadá y México, y un 10% a China y otro tanto a Europa, amenaza a los BRICS enteros y a cualquiera que se atreva a diseñar o adoptar otro sistema de pagos internacionales o moneda de respaldo distinta al dólar evidencian que, al igual que el guerrero romano de origen Ilirio, y para sorpresa de los Libertarios como Milei, Trump plantea una economía controlada por el Estado e instrumentada a través de la coacción. Es claro también que Trump no apuesta por un nuevo orden multipolar basado en la cooperación; (como lo dijimos antes, tampoco lo proponen en realidad Putin o Xi) apuesta por mantener la hegemonía de EUA, si bien no por la violencia --en principio-- sí a través del chantaje y la amenaza de aislar a quien no doble la rodilla ante los billetes verdes.

Aunque pudiese parecer mera demagogia, hay muchos indicios de que el mandatario reelecto está hablando en serio, pero no tiene mucha conciencia de lo que implicaría implementar estas medidas, y mucho me temo que los que hemos simpatizado con él, nos veamos desconcertados ante la deriva que tome su próximo gobierno. Por un lado, creo que tendrá un influjo positivo en México: la amenaza de Trump le ha permitido a Claudia Sheinbaum desmarcarse un tanto del nacionalismo aislacionista de su antecesor y mentor AMLO y presentarse como defensora del Libre Comercio, de los beneficios obtenidos por México gracias a la Globalización, y asumir una postura asertiva que le ha valido el reconocimiento de muchos medios extranjeros, europeos e incluso... norteamericanos. Esto, probablemente le permita a Sheinbaum poner coto a la influencia de Obrador en el Legislativo y evitar que los radicales de su partido continúen con una serie de reformas extremas que ponen en riesgo al Estado de Derecho, además de que la oportunidad de negociar con el neoyorkino, abierta tras la respuesta dura dada por ella a aquellas amenazas, quizá le den vía para matizar y rebajar aquellas más riesgosas, como la del Poder Judicial, más cuando debe demostrar congruencia con su defensa del libre comercio y la integración norteamericana, además de impulsar a ahora sí asumir una lucha contundente contra el crimen organizado, ante el posible uso de la fuerza en contra de los carteles, lo que posiblemente se dirija a un "cambio de régimen en México" de no encontrarse la cooperación necesaria. (Aunque honestamente, dudo que se llegue a ese extremo y creo que hay muchas más posibilidades que entre la Sheinbaum y Trump nazca un entendimiento mutuo a que se abra una mayor confrontación, sería largo de explicar aquí porqué lo veo así).

En otro paréntesis: esta crisis parece desvelar que algo está ocurriendo en Canadá, donde la reacción de su gobierno encabezado por Justin Trudeau y aún por el Premier (cargo equivalente al de "Gobernador") de la Provincia de Ontario, Ford, ha sido histérica y de llamados destemplados a sacar a México del acuerdo comercial, y es que el país de la hoja de maple no está pasando por su mejor momento: al autoritarismo desnortado de Justin Trudeau, se suma una creciente crisis económica, la inmigración descontrolada y que, al parecer, también traen una cada vez mayor presencia del Narcotráfico que ha pretendido ocultarse; muy posiblemente, piensan que sin México, las oportunidades de traer a su suelo industrias norteamericanas le permitirán salvar la situación, aunque lo dicho por Trump parece que no va en el sentido de darle oportunidad alguna.

Mucho me temo que en el Presidente reelecto pesan varias cosas que son de preocuparse para el futuro de EUA y de Occidente en general: por un lado, Trump se adscribe a la creencia del "Excepcionalismo Norteamericano" y creo que igualmente, el haber sobrevivido milagrosamente al atentado contra su vida le ha generado alguna concepción de sí mismo como de enviado por la Providencia Divina para rescatar a EUA, el nuevo pueblo elegido para la liberación del mundo y que es más y mejor que cualquier otro. Finalmente, y aunque haya demostrado varias veces su simpatía por el Catolicismo que profesa su actual esposa Melania, no puede escapar de su origen en el Protestantismo y sus creencias fanáticas tales como la predestinación, derivada en el Destino Manifiesto, que han impulsado a EUA tanto como la idea de la Jihad ha impulsado a las potencias islámicas desde Mahoma. No es de extrañarse que en muchos de sus seguidores o simpatizantes, dentro y fuera del propio país, se le vea como una figura mesiánica, un líder universal invencible que tiene razón en todo y es prácticamente infalible, casi como algo religioso, sin analizarlo desde una óptica más serena y neutra.

Así, si bien la asunción de Trump ya está teniendo efectos positivos como es la gradual extinción del Wokismo, y el temor patente tanto en figuras políticas, que, por ejemplo, esté llevando a Biden a conceder el Perdón Presidencial a su hijo Hunter para garantizarle impunidad y que no sea llevado ante la Justicia por el Republicano cuando llegue a la Presidencia, o a muchas figuras del espectáculo, probablemente igualmente implicadas en redes delincuenciales y de corrupción como se ha desprendido de los casos de Epstein y Sean Diddy Combs, lo que indica que Trump hará muy probablemente una verdadera y muy necesaria purga en grupos autoconcebidos como élites y que no son más que mafias y que se encontraban ya corrompiendo a la sociedad profundamente con pretextos ideológicos y en realidad impulsados por el negocio del vicio, el capítulo económico es el que parece venir tormentoso.

Justo cuando el orden internacional construido desde 1945 se derrumba en el caos más absoluto, en una regresión a la situación similar en que se estructuraron las relaciones entre los Estados del siglo XVI a la Segunda Guerra Mundial, es claro que la Globalización se desmorona y en su lugar, los Estados trataran de velar por sus intereses nacionales, aún oligarcas y potentados como Musk, los Soros y demás que fantasearon en su momento con la construcción de un orden supranacional dirigido por las multinacionales, habrán de ligar sus objetivos a los destinos de los Estados, que vuelven a ser los protagonistas, y tendrán que ceder el escenario a los políticos y gobernantes. El libre comercio llegará a su fin, y probablemente las cadenas de suministro o se desmantelarán o se reconfiguraran y habrá cambios de bloques y de alianzas.

¿Podrá Trump convertir a Estados Unidos en cuatro años en una potencia autosuficiente? ¿Cumplirá con sus amenazas y evitará la desdolarización? ¿Cómo lo contrarrestarán las potencias emergentes? ¿Evitará que la destrucción de las cadenas de suministro tengan impacto en su país? ¿Podrá mantener la fidelidad de sus aliados europeos o no se arrojarán estos en brazos de Rusia, impulsados por el desdén del neoyorkino y por el miedo hacia Moscú? Son preguntas que, a partir del 20 de enero, empezarán a ser respondidas.

Agárrense de sus asientos, esto apenas empieza.

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