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29 de junio de 2015

GREXIT Y LO QUE SE VIENE


Decidme, Oh, musas, que habitáis en las olímpicas mansiones, cómo se apoderaron de Tsiprias y de Varoufakis la peste y la cólera", parafraseando un comienzo alternativo de la Iliada que figura en algunos manuscritos antiguos, (donde aquí decimos "Tsiprias" es el hijo de Peleo, y "Varoufakis" es el esplediente hijo de Leto). Sin embargo, como vemos en la fotografía, el ánimo de Alexis Tsipras, Primer Ministro griego y Líder del Partido de Izquierda radical Syriza y su Ministro de Finanzas Yannis Varoufakis, más que ser propio de una tragedia heróica escrita por Homero, Esquilo o Sófocles, parece más bien para una comedia de Aristófanes.

¿Porqué? La situación esta muy complicada: Grecia no tiene con qué pagar los vencimientos de su deuda pública a fin de este mes, y no ha llegado a ningún acuerdo con sus acreedores de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional, entre tanto, se ha ordenado el "corralito" bancario y los bancos cerrarán toda la próxima semana, no tienen efectivo para que los ahorradores acudan a hacer retiros; en pocas palabras, la economía helena carece totalmente de dinero, están tan pobres, pero a la vez tan confiados y burlones como Diógenes el filósofo que vivía en una tinaja o --según otros-- en un barril.

¿Porqué esa seguridad? Porque quizá los Argivos son parte de un esquema mucho más grande y están al fondo de una problemática muy profunda y muy grave, tan grave y grande que amerita taparla con tanta sobredosis de homosexualismo que se ha vivido este fin de semana, junto con todo lo demás: el ISIS imparable y una Rusia que tampoco cede ante las sanciones ni quita el dedo del renglón sobre sus intereses ucranianos; pero lo de Grecia revela algo mucho más preocupante: la Economía está por desplomarse, empezando por la del viejo continente; la deuda pública y el sostén del Euro por los países miembros del bloque está teniendo efectos gravísimos sobre diversos países de la Unión: además de la Hélade, Reino Unido ya está planteando su salida, como lo anunciara la Reina Isabel II en su discurso de apertura del periodo de sesiones del Parlamento Británico, y en estos días Austria también se plantea la salida del Euro y hasta de la Unión.

¿Qué pasa? Simple, el Euro se revela como uno de los más grandes errores económicos del mundo, no puede sostenerse con economías diferentes, en distintos niveles de desarrollo, para sostener un moneda única, además, se revela el uso interesado que ha hecho Alemania de la moneda única, a fin de someter al resto a su hegemonía que se ha sustentado en una telaraña de créditos, más cuando la Unión se expandió hacia el este, admitiendo a países de Europa Oriental que salieron de la dominación soviética y el régimen comunista totalmente expoliados, estancados y empobrecidos, con necesidad de desarrollar infraestructura e industrias competitivas, lo cual se realizó mediante créditos e inversiones germanas. Pero más que la Unión en sí misma, lo que provocó el desastre fue el Euro, la unión monetaria planteada en el Tratado de Maastrich fue lo que llevó las cosas hasta este punto, para sostener a la moneda única se habría requerido que las economías de todos los países miembros del bloque tuviesen un tamaño y una capacidad similar, a fin de mantenerla viva, con economías dispares, niveladas mediante el crédito, otorgado por la banca alemana o bien organismos internacionales como el FMI.

Sin embargo, no todo es culpa de los "malévolos barones de la banca", Grecia misma tiene mucha responsabilidad en lo que sucede y ya lo he narrado antes aquí; lejos están los años en que figuras como Aristóteles Onassis o su rival Stavros Nearcos parecían ser los líderes de una generación de emprendedores helenos que hacían que los Aqueos volvieran a ver en el mar el campo abierto de oportunidades como en su momento lo hicieron sus ancestros Micénicos, Atenienses o Corintios que llegaron a dominar el Mediterráneo; aquello no fue más que una llamarada de petate, como decimos en México; las limitadas y muy tradicionales ópticas de ambos magnates no les hicieron ir más allá de fundar empresas familiares que no contaron con herederos capaces; sus extravgancias y lujos excesivos terminaron por hundir los imperios navieros y no hubo gente capaz que emprendiese otros negocios en áreas económicas que hubiesen servido a Grecia para levantar una economía sólida; entre tanto, la caída de la Monarquía, la dictadura de los Coroneles y la llegada de la Democracia en manos de una clase política reducida a unas cuantas familias o clanes como los Papandreon, Karamanlis o Venizelos que apostaron por el populismo y el Estado de Bienestar, así como a sostener todo con base al turismo, terminaron por ahogar cualquier otro tipo de actividad económica, mientras, por supuesto, actuaron con una enorme corrupción.

Pero el pueblo griego tuvo mucho que ver: se acostumbraron a comer del pesebre y a pensar que bastaban los hoteles, los paseos en bote por el Egeo y las ruinas arqueológicas de su glorioso pasado para mantener vivo al cotarro, gustosos engrosaron un sistema de pensiones excesivamente generoso, las filas para recibir dádivas gubernamentales, subsidios y beneficios, así como seguridad social a bajo costo, sin importar cómo se obtenían los recursos para ello, y sin pensar que con eso ayudaban a sus corruptos políticos a despacharse de lo lindo. Por eso, ante la catástrofe, los griegos no se arrendraron y quisieron que los acreedores de Grecia la rescataran o no le cobraran, pero sin ellos ceder nada y no perder los costosos beneficios con los que su gobierno los mantenía apesebrados, por ello, votaron en masa por un demagogo como Tsipras y su partido Syriza, que les prometía seguir con la vida alegre.

 Tsipras con su populismo no quiere ahorrar en el gasto público aqueo; Grecia no desea apretarse el cinturón, va a haber un referéndum en el que lo más probable es que los Dánaos se manifiesten en contra de aceptar el paquete de reformas que incluye renunciar a tantos beneficios estatales y apoyando al astuto político que se presenta como héroe, defensor de la Hélade, como un nuevo Leónidas luchando contra los malignos banqueros europeos encabezados por la malvada Alemania, pese a que Atenas le debe más a la propia banca nacional, resultado de los cochupos entre políticos y banqueros argivos.

Pero puede que además la irresponsable actuación del Primer Ministro, y de ahí las risas que vemos en la foto con que se abre esta entrada, se deba al plan del que forma parte; son constantes su visitas a Moscú, y puede que la crisis sea aprovechada por el Gobierno de Putin para que inicie un proceso de ruptura de la Unión Europea: primero, la unión monetaria, luego, las cuestiones políticas, como las sanciones contra Moscú, para finalmente la alianza militar: la OTAN. Rusia, si bien puede verse afectada por la crisis griega, puede ganar mucho de ella, lo mismo que China, que puede aparecer como el gran salvavidas de la economía europea si decide entrar a invertir, si esto produce la división entre los europeos y cierto distanciamiento, o ruptura con EUA.

Como siempre, este huracán político-económico, los que deciden no toman en cuenta las consecuencias que sufriremos los ciudadanos de a pie; nosotros, empezando los propios Aqueos, seremos las víctimas de siempre. Ellos: políticos y banqueros, ganarán, como siempre.

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