Haití es un país golpeado por la pobreza y el infortunio desde el momento de su independencia hace ya más de 200 años, siendo el segundo país de América que se separó de su metrópoli europea, en este caso, el Imperio Francés Napoleónico, quien perdió esta posesión ante una rebelión de esclavos africanos encabezada por Toussaint L'Overtoure, Jean Jacques Dessaliness y Henri Christophe.
Desde entonces, la historia de este país, instalado en América, compartiendo la Isla de Santo Domingo o La Española con República Dominicana, que se creó en la primer área de colonización española en todo el continente, pues fue a donde llegó Cristobal Colón, pero de cultura casi puramente africana y de lengua francesa, ha alternado entre las más férreas dictaduras y la más completa anarquía, lo que ha sido causa de sus desgracias y ruina económica. Desde el derrocamiento de los Duvalier (Papa y Baby Doc) en los años ochenta, quienes ejercieron un régimen feroz basado en el terror mediante la brujería del Voodooo, aunque, hay que decirlo, Haití se estaba convirtiendo en un centro turístico en el Caribe y tuvo cierta estabilidad y desarrollo económico, aunque opacado y obstaculizado por la enorme corrupción y violencia de esa familia, Haití no ha tenido orden ni un régimen político perdurable, Jean Bertrand Aristide, quien parecía ser la esperanza del país, terminó siendo un aspirante a tirano
¿Porqué Haití en 200 años no ha podido construir un Estado? Varios factores inciden en ello:
1.- La colonización francesa: A diferencia de Españoles y Británicos, Francia mostró un descuido total hacia sus colonias americanas, en el caso de Haití, se asentó en una parte de la isla Española tras una guerra colonial entre galos e ibéricos, pero así como las antillas francesas y el Canadá Francés o la Louisiana, no supieron sacarles provecho ni poblarlas, y las trataron con el mayor desinterés posible. Haití fue solo un lugar donde había plantaciones de algodón, caña de azúcar y café, explotadas por esclavos africanos. Pero a diferencia de los españoles e ingleses, no crearon infraestructura alguna ni se preocuparon por mejorar la educación o la situación de los esclavos negros en quien veían solo instrumentos para trabajar sus propiedades que dirigían casi a distancia por lo que la población de origen francés asentada en la isla fue muy escasa y no participó en la creación de una identidad nacional, sino que quedó esto en manos de los africanos.
2.- La inviabilidad económica: Esto lo comparte la Isla de Española como Cuba, Puerto Rico, Jamaica, Bermudas, Bahamas o las Islas Caimán; carecen de recursos naturales que les permitan cierto nivel de autosuficiencia o lo suficiente para mantener una economía saludable: el turismo es la actividad principal, junto con la agricultura de cultivos tropicales, y en algunos casos, el petróleo o la minería, como es en el caso de Cuba, de níquel y cobre. En Haití, los recursos de este tipo son nulos, no hay posibilidad de desarrollar actividades que como base tengan la explotación de recursos naturales, las antiguas plantaciones tropicales que en la colonización francesa erala actividad primordial, para hoy en día es mínimo ante la escasa área cultivable y la falta de modernización.
Para colmo, la destrucción de los recursos de la isla tras la depredación realizada por empresas norteamericanas que extendieron grandes plantaciones bajo el gobierno de los Duvalier, hacen hoy en día inviables las actividades agrícolas, antes la tabla de salvación de la economía, y han imposibilitado el turismo al eliminar los atractivos.
3.- Una clase política disfuncional, el olvido y el ataque internacional: Con todo y todo, Haití ha conocido épocas en que pudo ser más con gobernantes que pudieron haber consolidado proyectos pero que no lo hicieron: los primeros gobernantes de Haití: L'ouverture, Dessaliness, Alexandre Petión y Henri Christophe, Jean Pierre Boyer y Faustine Solouloque, no eran, excepto este último esclavos rurales analfabetas: habían pertenecido a una elite de esclavos educados como administradores de las haciendas francesas en la colonia, y algunos, como Christophe, habían combatido bajo las órdenes de Washington en la independencia norteamericana, y los había con estudios en Francia. Tal es el caso de Boyer, quien además era todo un ilustrado y admirador de la Revolución Francesa.
De igual manera, todos se fijaron el propósito de convertir a Haití en una potencia económica y militar, aunque de diferente manera, así Dessaliness y Christophe plantearían el establecimiento de una Monarquía Constitucional y después Souloloque defendería ese proyecto, mientras que L'ouverture, Boyer y Petión plantearían el establecimiento de una República. Así que a poco de la independencia, los líderes de la misma se enfrentarían, al igual que en el resto de Latinoamérica, por el poder. Eso fue lamentable: Christophe y Petión, tras haber eliminado a Dessalines controlaron uno el norte y el otro el sur del país: ambos, buscaron fomentar la educación y la economía, buscaron además, invadir el este de la isla, sometida todavía a España, incentivar la industria y aunque en sus zonas establecieron regímenes autocráticos, pensaron en ir educando y preparando al pueblo para una futura liberalización... ambos fracasaron: Petión conspiró contra Christophe y alentó una revolución en contra del malhadado rey negro, que se suicidó ante la perspectiva de perder el poder.
Jean Pierre Boyer llevó a Haití quizá a su mejor época, incluso, le dotó de un buen poder militar con el que invadió y conquistó República Dominicana a la que mantuvo sometida durante 22 años. Sin embargo, sus reformas agrarias y civiles le llevaron a enfrentarse al descontento de los dominicanos y de muchos haitianos, lo que le llevaron al exilio.
Y es que a partir de él, se vino un problema que fue la causa de todo el derrumbe del sueño de crear un Haití fuerte: el endeudamiento con el exterior, ya sea con Francia o con EUA, la deuda externa sirvió de pretexto para las intervenciones extranjeras y el financiamiento de un rosario inacabable de golpes de estado y rebeliones que no han cesado hasta el año 2004 en que Aristide fue derrocado con apoyo norteamericano para, según eso, establecer la Democracia y colocar al gobierno interino de Boniface Alexandre y después darse las elecciones en que llegó a la presidencia el ahora damnificado René Préval, quien encabeza un Gobierno que prácticamente no existe. Habrá que preguntarse, por otro lado, si el racismo no tuvo que ver en todo esto, al considerar como inconcebible que unos negros pudiesen plantearse el fundar un Estado, por lo que había que mostrarlos como incapaces de organizarse y gobernarse a ellos mismos...
La corrupción y la violencia, por otro lado, han sido las características más importantes que ha tenido el gobierno haitiano hasta nuestros días y le han convertido en el principal enemigo de la consolidación del Estado-Nación, hoy, totalmente fallido.
4.- El asistencialismo internacional: Prácticamente, desde la caída de los Duvalier, Haití ha sido olvidado del esquema económico mundial y no ha sido integrado al mismo, ha sido orillado y marginado por todos, prácticamente, los únicos recursos que entran al país son los que provienen de la ayuda humanitaria de la ONU, la Cruz Roja, y otro sinnúmero de organismos internacionales y ONG's... el resultado: corrupción entre las autoridades haitianas y en esas propias instituciones intergubernamentales o privadas. Pero quizá el efecto más pernicioso sea sobre la población, a la que han acostumbrado a estirar la mano y no a trabajar y a desarrollarse por sí misma.
Todos estos elementos, sin duda junto a otros muchos, han sido la causa del fracaso de Haití como Estado, sin duda, merece nuestra atención y que la comunidad internacional se una en torno a la tragedia sin paralelo que ha ocurrido en un país, ya que ha sido tan grande precisamente por la ausencia de autoridad: ¿Quién podía supervisar que las construcciones estuvieran bien hechas? Ni siquiera había normatividad en materia de urbanismo, y los servicios públicos eran totalmente precarios. Esto explica que en Haití haya habido tantos daños y una mortandad enorme, mientras que en la vecina República Dominicana no hubo daños de consideración ni muertos.
Concuerdo con el periodista Eduardo Ruíz Healy: en Haití se necesita de imaginación y compromiso para construir al Estado desde cero y salvar a millones de seres humanos que han quedado postrados: todo les ha fallado, desde sus gobernantes hasta la naturaleza misma... hoy es una gran oortunidad para que el ser humano se reivindique y demuestre que puede hacer más por sus hermanos que la caridad más simple y estéril. Los haitianos dieron ejemplo hace doscientos años de rebelarse contra la esclavitud y la megalomanía de Napoleón y salir victoriosos. Merecen más que esto.
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