El 21 de marzo es una de las principales festividades cívicas en México: los cursis y los new agers festejan ese día el equinoccio de la Primavera, pero nuestro calendario cívico señala el natalicio del Licenciado Don Benito Pablo Juárez García, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y figura señera de la historia nacional durante el largo periodo de 1858 a 1872 y convertido, desde el Porfiriato, en el "súperheroe" nacional y hasta continental, recuérdese el título de "Benemérito de las Américas" que le fue conferido por el Congreso de Colombia durante los años de la invasión francesa a México.
Juárez es el ejemplo más claro de lo que es la creación de un mito alrededor de un personaje de carne y hueso que es convertido en estatua de bronce o en esperpento escultórico-pictórico como es su famosa cabeza, monumento que figura en la fotografía y que es considerado uno de los más horrorosos de México y del mundo, pese a que se le ha rehabilitado como museo y espacio cultural. Esto fue posible gracias a tres factores:
1.- La admiración personal de Porfirio Díaz hacia Juárez, a pesar de haber sido rivales políticos, el general mixteca sentía una gran admiración por el licenciado zapoteca, cuando emprendió la obra de crear la Historia oficial mexicana, se cuidó bien de poner a Juárez en la cumbre del panteón cívico nacional.
2.- Las doctrinas históricas nacionalistas-románticas propias del siglo XIX con los historiadores británicos Emerson y Carlyle y su teoría sobre los "héroes" u hombres representativos, ideada en una serie de conferencias celebradas en Londres hacia 1840 en que atribuían a las grandes individualidades los logros históricos.
3.- El triunfo de la Masonería en México que se hizo con el poder político y el apoyo de los intereses norteamericanos, que en Juárez tuvieron un apóstol en contra de la influencia de la Iglesia Católica y de Europa.
De esa forma, Juárez es considerado el héroe más grande en la Historia de México, una especie de mesías secular que núnca se equivocó ni causó daño con sus actos, que defendió a capa y espada la soberanía nacional, la democracia y el Estado de Derecho. La realidad, esto no es del todo cierto.
Cuando a mediados de los 80 el sistema Priísta, heredero directo del liberalismo masónico juarista empezó a mostrar señales de desgaste, comenzó a darse una abierta revisión de la Historia Nacional, que antes estaba confinada a obras de extranjeros, como el conde Egon de Corti, o en obras de escasa difusión, como las de Francisco Bulnes o el Padre Mariano Cuevas, pese a ser ya algo viejas; sin embargo, el que inició el cambio fue Fernando del Paso y su magna obra Noticias del Imperio donde mediante los recursos combinados de la novela, el monólogo y el ensayo y una monumental labor de investigación, inició abiertamente el planteamiento de cierta reivindicación de Maximiliano y los Conservadores, así como la muestra de las debilidades humanas de Juárez y las contradicciones propias del movimiento liberal mexicano en el siglo XIX.
Desde entonces, y pese a que desde el año 2000 el poder ha sido tomado por los Conservadores del PAN, se sigue manejando un discurso oficial en el que Juárez sigue siendo enaltecido y reverenciado como el defensor de la Soberanía Nacional, el defensor de la legalidad, el garante del Estado Laico e impulsor de la democracia; sin embargo, se han escrito obras como la de Armando Fuentes Aguirre: Juárez y Maximiliano: La Roca y el Ensueño publicada por Editorial Diana o se ha dado más difusión a las obras de Bulnes y circulan en Internet y en la prensa diversos artículos en los que se cuestiona a esta figura histórica, y en general, y como ya lo habíamos apuntado en posts anteriores, al planteamiento tradicional de la Historia de México como el enfrentamiento maniqueo entre Conservadores malos y Liberales buenos, más propio de la Lucha Libre o de las telenovelas que de la realidad.
Juárez no fue defensor de la Soberanía Nacional: si bien se opuso a la intervención francesa, misma que es reprobable en todos los sentidos, se subordinó completamente a los intereses norteamericanos e impulsó el infame tratado McLean-Ocampo en el que cedía toda la península de Baja California y daba paso perpetuo al ejército norteamericano por el Istmo de Tehuantepec (proyecto para el canal interoceánico que se haría en Panamá al final) a cambio de ayuda en la Guerra de Reforma contra los conservadores, recuérdese el famoso incidente naval de Antón Lizardo en que la flota conservadora que iba a atacar a Juárez en Veracruz fue derrotada y capturada por los norteamericanos que intervinieron en favor de los liberales; en el terreno religioso, mucha de su postura anticatólica tuvo como contraste el apoyo a las sectas protestantes de raigambre anglosajona, patrocinadas además por el Gobierno Norteamericano; desde entonces, la táctica de "divide y vencerás" ha funcionado excelentemente en Chiapas y otras regiones del país, donde el quiebre de la unidad religiosa ha contribuido al quiebre de la unidad nacional.
Juárez, siendo indígena, contribuyó a la marginación de los indígenas al prohibir todo tipo de propiedad que no fuese la privada, la propiedad colectiva, que habían mantenido desde la época Prehispánica, y que les fue reconocida en la Colonia, llevando a que los indígenas en muchos casos (no en todos) viviesen con cierta prosperidad y que incluso hubiera algunos que amasaran grandes fortunas, como le tocó ver a Humboldt (así como muchos que vivían en pobreza) y tuviesen todo un corpus legal encargado de su protección; al ser suprimida, dejó a los indígenas a merced de los latifundistas, y la derogación de las leyes de indias llevaron a su marginación total.
Por otro lado, Juárez no fue defensor de la Democracia ni de la legalidad: llegó al poder como consecuencia de la renuncia de Comonfort tras la rebelión de éste contra la radical constitución de 1857 y permaneció en el poder hasta su muerte en 1872, gracias a "facultades extraordinarias" que muchas veces se autootorgó al no poderse reunir el Congreso de la Unión, o gracias al fraude electoral, encargándose de eliminar a sus rivales, como el caso del General Jesús González Ortega, quien fue apresado por los norteamericanos y encerrado en un manicomio a fin de evitar su llegada a la presidencia y el logro de una paz negociada con Francia. En cuanto a la legalidad, basta ver el juicio contra Maximiliano como una verdadera escenificación, que no por nada fue celebrado en el Teatro Iturbida (hoy de la República) en Querétaro, donde en 1916-17 se celebraría el Congreso Constituyente, además de su célebre frase sobre el derecho ajeno y la paz, se le recuerda por la frase: "A los amigos: justicia y gracia, a los enemigos: justicia a secas".
Juárez contribuyó enormemente a la doble moral del mexicano y a la esquizofrenia ética por la que es conocido mundialmente al no tener congruencia entre los dichos y los hechos; al impulsar una secularización total de la vida, negaba que los valores o códigos éticos provenientes de alguna doctrina religiosa pudiera tener práctica en la vida pública, pues eso debía dejarse en el ámbito privado o en los templos: en mucho, esto es la causa en México de que nos encontremos con gente en apariencia muy "mocha" y que se la vive a golpe de pecho y en misa todos los días, pero que en sus negocios, sus relaciones y su vida privada demuestra ser muy hijadesu...
Basta observar el escándalo hecho por Juárez cuando su yerno Santacilia fue a pedir la mano de su hija para casarse únicamente por lo civil, pero Juárez le dijo que su hija no era una puta, y que el matrimonio civil no era más que un contrato de servicios sexuales vitalicios, por lo que debía casarse por la Iglesia al ser el único matrimonio legítimo según él, y es que él mismo vivía esa ambigüedad, pues se conocen sus actos como Gobernador de Oaxaca, favorables a la Iglesia y a las órdenes religiosas, siendo presidente itinerante su asistencia a ceremonias religiosas, y al final de su gobierno pensó incluso en quitar ciertas restricciones a la participación política del clero, pero a la vez resulta indudable y evidente su compromiso total con el credo y proyecto masónico a la vez, y será siempre un enigma si murió o no solicitando auxilios espirituales, o si, habiéndolos pedido, le fueron bloqueados por sus hermanos los albañiles cósmicos.
Como también permanecerán misterios tales como el misterio de Maximiliano y Justo Armas, o la muerte del mismo Juárez, que según algunos fue provocada por las ambiciones de Sebastián Lerdo de Tejada, el despótico e impopular Presidente de la Suprema Corte que a su muerte le sucedería en la presidencia de la República, o también, como castigo por haber ordenado la muerte de un hermano "maistro" de la cuchara celeste y el cajón místico como era, según esta teoría, el Archiduque austriaco, y es que no hay periodo más misterioso en la historia nacional que la Reforma, intervención francesa e Imperio de Maximiliano debido a tanto mito creado que ha oscurecido la realidad.
Como puntos positivos de Juárez sin embargo, tenemos su ejemplo de superación personal y su tenacidad, eso sí, y a pesar de la ayuda y el favor de los norteamericanos, (en el ejército que derrotó al buen Max en Querétaro abundaban los oficiales y soldados norteamericanos que llegaron tras el cese de la Guerra Civil en EUA) en la defensa de México ante una agresión extranjera, sin embargo, esto no quita que en mucho, sus acciones resultaron nefastas para el futuro de México y sus consecuencias las seguimos viviendo hasta el día de hoy.
Y es que debemos entender que la Historia no es producto de heroismos personales ni de voluntades individuales, es fruto de procesos, de acciones colectivas de las que a veces, hay individuos que resultan ser los ejecutores o los voceros, mas no son los impulsores: Napoleón, Hitler o Alejandro Magno no se explican por sí solos sin saber que son producto del contexto histórico y de las fuerzas desatadas, a veces desde dentro de un país, a veces desde fuera, como bien lo explica León Tolstoi en el epílogo a su novela La Guerra y la Paz el día que comprendamos esto, daremos un avance enorme hacia nuestra reconciliación con el pasado y con nuestras raíces, española e indígena, conservadora y liberal, católica y secular, y sentaremos las bases de nuestra identidad, unidad y de nuestro proyecto como nación. Ese día, se levantarán, con espíritu de perdón y de agradecimiento, monumentos tanto a Juárez como a Maximiliano, tanto a Zaragoza como a Miramón y tanto a Madero como a Porfirio Díaz, pues todos, finalmente, colaboraron para hacernos lo que somos y lo más importante: lo que podemos ser, solo falta que queramos.
------------------------------------------------------------------------------------------------
Próximamente hablaré acerca del acercamiento entre Obama e Irán... será Ahmadinejhad, presidente de la potencia persa, más que un radical, recordado como el hombre que logró al fin romper el aislamiento de un régimen islámico moderno??
Juárez es el ejemplo más claro de lo que es la creación de un mito alrededor de un personaje de carne y hueso que es convertido en estatua de bronce o en esperpento escultórico-pictórico como es su famosa cabeza, monumento que figura en la fotografía y que es considerado uno de los más horrorosos de México y del mundo, pese a que se le ha rehabilitado como museo y espacio cultural. Esto fue posible gracias a tres factores:
1.- La admiración personal de Porfirio Díaz hacia Juárez, a pesar de haber sido rivales políticos, el general mixteca sentía una gran admiración por el licenciado zapoteca, cuando emprendió la obra de crear la Historia oficial mexicana, se cuidó bien de poner a Juárez en la cumbre del panteón cívico nacional.
2.- Las doctrinas históricas nacionalistas-románticas propias del siglo XIX con los historiadores británicos Emerson y Carlyle y su teoría sobre los "héroes" u hombres representativos, ideada en una serie de conferencias celebradas en Londres hacia 1840 en que atribuían a las grandes individualidades los logros históricos.
3.- El triunfo de la Masonería en México que se hizo con el poder político y el apoyo de los intereses norteamericanos, que en Juárez tuvieron un apóstol en contra de la influencia de la Iglesia Católica y de Europa.
De esa forma, Juárez es considerado el héroe más grande en la Historia de México, una especie de mesías secular que núnca se equivocó ni causó daño con sus actos, que defendió a capa y espada la soberanía nacional, la democracia y el Estado de Derecho. La realidad, esto no es del todo cierto.
Cuando a mediados de los 80 el sistema Priísta, heredero directo del liberalismo masónico juarista empezó a mostrar señales de desgaste, comenzó a darse una abierta revisión de la Historia Nacional, que antes estaba confinada a obras de extranjeros, como el conde Egon de Corti, o en obras de escasa difusión, como las de Francisco Bulnes o el Padre Mariano Cuevas, pese a ser ya algo viejas; sin embargo, el que inició el cambio fue Fernando del Paso y su magna obra Noticias del Imperio donde mediante los recursos combinados de la novela, el monólogo y el ensayo y una monumental labor de investigación, inició abiertamente el planteamiento de cierta reivindicación de Maximiliano y los Conservadores, así como la muestra de las debilidades humanas de Juárez y las contradicciones propias del movimiento liberal mexicano en el siglo XIX.
Desde entonces, y pese a que desde el año 2000 el poder ha sido tomado por los Conservadores del PAN, se sigue manejando un discurso oficial en el que Juárez sigue siendo enaltecido y reverenciado como el defensor de la Soberanía Nacional, el defensor de la legalidad, el garante del Estado Laico e impulsor de la democracia; sin embargo, se han escrito obras como la de Armando Fuentes Aguirre: Juárez y Maximiliano: La Roca y el Ensueño publicada por Editorial Diana o se ha dado más difusión a las obras de Bulnes y circulan en Internet y en la prensa diversos artículos en los que se cuestiona a esta figura histórica, y en general, y como ya lo habíamos apuntado en posts anteriores, al planteamiento tradicional de la Historia de México como el enfrentamiento maniqueo entre Conservadores malos y Liberales buenos, más propio de la Lucha Libre o de las telenovelas que de la realidad.
Juárez no fue defensor de la Soberanía Nacional: si bien se opuso a la intervención francesa, misma que es reprobable en todos los sentidos, se subordinó completamente a los intereses norteamericanos e impulsó el infame tratado McLean-Ocampo en el que cedía toda la península de Baja California y daba paso perpetuo al ejército norteamericano por el Istmo de Tehuantepec (proyecto para el canal interoceánico que se haría en Panamá al final) a cambio de ayuda en la Guerra de Reforma contra los conservadores, recuérdese el famoso incidente naval de Antón Lizardo en que la flota conservadora que iba a atacar a Juárez en Veracruz fue derrotada y capturada por los norteamericanos que intervinieron en favor de los liberales; en el terreno religioso, mucha de su postura anticatólica tuvo como contraste el apoyo a las sectas protestantes de raigambre anglosajona, patrocinadas además por el Gobierno Norteamericano; desde entonces, la táctica de "divide y vencerás" ha funcionado excelentemente en Chiapas y otras regiones del país, donde el quiebre de la unidad religiosa ha contribuido al quiebre de la unidad nacional.
Juárez, siendo indígena, contribuyó a la marginación de los indígenas al prohibir todo tipo de propiedad que no fuese la privada, la propiedad colectiva, que habían mantenido desde la época Prehispánica, y que les fue reconocida en la Colonia, llevando a que los indígenas en muchos casos (no en todos) viviesen con cierta prosperidad y que incluso hubiera algunos que amasaran grandes fortunas, como le tocó ver a Humboldt (así como muchos que vivían en pobreza) y tuviesen todo un corpus legal encargado de su protección; al ser suprimida, dejó a los indígenas a merced de los latifundistas, y la derogación de las leyes de indias llevaron a su marginación total.
Por otro lado, Juárez no fue defensor de la Democracia ni de la legalidad: llegó al poder como consecuencia de la renuncia de Comonfort tras la rebelión de éste contra la radical constitución de 1857 y permaneció en el poder hasta su muerte en 1872, gracias a "facultades extraordinarias" que muchas veces se autootorgó al no poderse reunir el Congreso de la Unión, o gracias al fraude electoral, encargándose de eliminar a sus rivales, como el caso del General Jesús González Ortega, quien fue apresado por los norteamericanos y encerrado en un manicomio a fin de evitar su llegada a la presidencia y el logro de una paz negociada con Francia. En cuanto a la legalidad, basta ver el juicio contra Maximiliano como una verdadera escenificación, que no por nada fue celebrado en el Teatro Iturbida (hoy de la República) en Querétaro, donde en 1916-17 se celebraría el Congreso Constituyente, además de su célebre frase sobre el derecho ajeno y la paz, se le recuerda por la frase: "A los amigos: justicia y gracia, a los enemigos: justicia a secas".
Juárez contribuyó enormemente a la doble moral del mexicano y a la esquizofrenia ética por la que es conocido mundialmente al no tener congruencia entre los dichos y los hechos; al impulsar una secularización total de la vida, negaba que los valores o códigos éticos provenientes de alguna doctrina religiosa pudiera tener práctica en la vida pública, pues eso debía dejarse en el ámbito privado o en los templos: en mucho, esto es la causa en México de que nos encontremos con gente en apariencia muy "mocha" y que se la vive a golpe de pecho y en misa todos los días, pero que en sus negocios, sus relaciones y su vida privada demuestra ser muy hijadesu...
Basta observar el escándalo hecho por Juárez cuando su yerno Santacilia fue a pedir la mano de su hija para casarse únicamente por lo civil, pero Juárez le dijo que su hija no era una puta, y que el matrimonio civil no era más que un contrato de servicios sexuales vitalicios, por lo que debía casarse por la Iglesia al ser el único matrimonio legítimo según él, y es que él mismo vivía esa ambigüedad, pues se conocen sus actos como Gobernador de Oaxaca, favorables a la Iglesia y a las órdenes religiosas, siendo presidente itinerante su asistencia a ceremonias religiosas, y al final de su gobierno pensó incluso en quitar ciertas restricciones a la participación política del clero, pero a la vez resulta indudable y evidente su compromiso total con el credo y proyecto masónico a la vez, y será siempre un enigma si murió o no solicitando auxilios espirituales, o si, habiéndolos pedido, le fueron bloqueados por sus hermanos los albañiles cósmicos.
Como también permanecerán misterios tales como el misterio de Maximiliano y Justo Armas, o la muerte del mismo Juárez, que según algunos fue provocada por las ambiciones de Sebastián Lerdo de Tejada, el despótico e impopular Presidente de la Suprema Corte que a su muerte le sucedería en la presidencia de la República, o también, como castigo por haber ordenado la muerte de un hermano "maistro" de la cuchara celeste y el cajón místico como era, según esta teoría, el Archiduque austriaco, y es que no hay periodo más misterioso en la historia nacional que la Reforma, intervención francesa e Imperio de Maximiliano debido a tanto mito creado que ha oscurecido la realidad.
Como puntos positivos de Juárez sin embargo, tenemos su ejemplo de superación personal y su tenacidad, eso sí, y a pesar de la ayuda y el favor de los norteamericanos, (en el ejército que derrotó al buen Max en Querétaro abundaban los oficiales y soldados norteamericanos que llegaron tras el cese de la Guerra Civil en EUA) en la defensa de México ante una agresión extranjera, sin embargo, esto no quita que en mucho, sus acciones resultaron nefastas para el futuro de México y sus consecuencias las seguimos viviendo hasta el día de hoy.
Y es que debemos entender que la Historia no es producto de heroismos personales ni de voluntades individuales, es fruto de procesos, de acciones colectivas de las que a veces, hay individuos que resultan ser los ejecutores o los voceros, mas no son los impulsores: Napoleón, Hitler o Alejandro Magno no se explican por sí solos sin saber que son producto del contexto histórico y de las fuerzas desatadas, a veces desde dentro de un país, a veces desde fuera, como bien lo explica León Tolstoi en el epílogo a su novela La Guerra y la Paz el día que comprendamos esto, daremos un avance enorme hacia nuestra reconciliación con el pasado y con nuestras raíces, española e indígena, conservadora y liberal, católica y secular, y sentaremos las bases de nuestra identidad, unidad y de nuestro proyecto como nación. Ese día, se levantarán, con espíritu de perdón y de agradecimiento, monumentos tanto a Juárez como a Maximiliano, tanto a Zaragoza como a Miramón y tanto a Madero como a Porfirio Díaz, pues todos, finalmente, colaboraron para hacernos lo que somos y lo más importante: lo que podemos ser, solo falta que queramos.
------------------------------------------------------------------------------------------------
Próximamente hablaré acerca del acercamiento entre Obama e Irán... será Ahmadinejhad, presidente de la potencia persa, más que un radical, recordado como el hombre que logró al fin romper el aislamiento de un régimen islámico moderno??