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17 de agosto de 2025

INICIA EL VERDADERO NUEVO ORDEN MUNDIAL

 Who's in the meeting with Trump and Putin at the Alaska summit - ABC News

Se ha dado la reunión entre Donald Trump, Presidente de Estados Unidos de América y Vladimir Putin, Presidente de la Federación Rusa, en la ciudad de Anchorage, Alaska, antiguo territorio del Imperio Zarista, hoy estado federado de EUA, una locación totalmente simbólica y escogida como toda una declaración de intenciones: primero, a efectos prácticos, para que el mandatario ruso no tuviese que cruzar el espacio aéreo de cualquier país iluso que se toma en serio la existencia y las resoluciones de la Corte Penal Internacional, misma que no es reconocida ni por Rusia, ni por el país anfitrión, Israel y otros más, y que fundamentalmente no es sino un reducto más de parásitos políticos Izquierdistas que continúan viviendo de recursos públicos en un órgano de escasa eficacia y que actúa por sesgos ideológicos: señala al mandatario eslavo y a Netanyahu como responsables de crímenes de lesa humanidad, pero no actúa de la misma manera contra islamistas peligrosos, sus patrocinadores qataríes o sauditas, ni contra el régimen chavista venezolano, el cual es señalado, eso sí, por la Justicia Norteamericana.

En segundo lugar, es un recordatorio de las reivindicaciones territoriales moscovitas y de que, realmente, los territorios pueden ser monedas de cambio, rememorando, la decisión del Zar Alejandro II que vendió tal región del extremo norte americano al Gobierno de Washington DC, al considerar que era un territorio demasiado inhóspito y poco rentable; un siglo más tarde, los gobernantes comunistas del mismo imperio lamentarían aquel hecho, toda vez que los norteamericanos sí descubrirían el inmenso valor económico del lugar por su riqueza en recursos naturales y su posición estratégica desde la que se amenaza al inmenso territorio asiático del coloso eslavo, y que a éste le hubiera dado una enorme ventaja en la Guerra Fría.

Como parte de esos mensajes, sorprendió la actitud del Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, que generalmente se comporta de manera mesurada y seria, pero que llegó a la capital alasqueña vestido con una sudadera en la que figuraban las letras cirílicas CCCP, abreviaturas de Soyuz Sovetskikh Sotsialisticheskikh Respublik, o Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, nombre del Imperio Ruso bajo el régimen comunista de 1922 a 1991. Toda una declaración de las intenciones de recuperación de la problemática región fronteriza conocida como Ukranija, es decir, la Frontera, y en la que, en realidad, se encuentran los territorios originales de su Historia, con la ciudad de Kiev, primera capital fundada por el vikingo sueco Riúrik, creador original del Estado Ruso.

Es todo un mensaje que, en la realización de esta cumbre, se haya excluido de la misma tanto a la Unión Europea, a Reino Unido, Francia o Alemania, como al propio Vladimir Zelenski (Volodimir es una pronunciación dialectal del nombre, ya que el Ucraniano es en realidad, un dialecto del Ruso); la realidad es que Europa ya no cuenta, ha quedado reducida a un continente-museo que se desmorona en el desgobierno de degenerados como Macron, estúpidos como Merz, corruptos como Sánchez y Von Der Leyen y cobardes como Starmer, pero que carece ya de influencia y de poder sobre el resto del mundo. Las otrora grandes potencias: España, Francia, Inglaterra y Alemania, dan lástima, son meros sitios para el turismo y lentamente pierden su carácter ante una menguante población perdida en el hedonismo, y la creciente presencia islámica y africana.

En cuanto a Zelenski, personaje patético, un actor cómico que se entrenó como Presidente de la República ex-Soviética en una serie de televisión la década anterior, e implantado ahí por los intereses de la banda delincuencial norteamericana conocida como Partido Demócrata, sus valedores del ámbito financiero y empresarial de Occidente, que ambicionaban los recursos de Ucrania y también fomentar el conflicto con Rusia siguiendo las ideas vetustas de Mackinder y las paranoias de Brzezinski, para enriquecer al complejo militar-industrial estadounidense, no cuenta, sólo ha sido un bufón sujeto a esos intereses que ahora, ya son insostenibles. Por ello, su opinión no cuenta en el juego, más cuando su periodo presidencial constitucional ha fenecido, y queriendo actuar como un Benito Juárez moderno, pretende seguir como mandatario por "facultades extraordinarias" derivadas de la guerra.

Pero hoy es claro que se viene el rediseño del mundo, contrario a lo anunciado por George Bush padre al término de la Guerra Fría con el colapso del Bloque Comunista y la disolución de la URSS, es que es ahora que se está dando una transformación del viejo orden surgido tras la derrota de la Alemania Nazi y el Imperio Japonés en 1945, a algo nuevo; Trump, pese a su fanfarronería y su grandilocuencia, tiene claro que no puede sostener el orden unipolar por más tiempo; hay un nuevo jugador en el tablero: China, y Rusia está en pleno resurgimiento aún pese a sus problemas demográficos (aunque estos posiblemente se pueden revertir) y probablemente, a mediano y largo plazo, tiene el objetivo de reconstruir su imperio y recuperar las antiguas posesiones de tiempos zaristas y soviéticos.

Así, hay que partir de que, realmente, no conocemos gran cosa de los temas tratados en la reunión celebrada en Alaska, sólo se ha dicho que, realmente, no llegaron a un verdadero alto al fuego ni a un acuerdo respecto a las condiciones de la paz en Ucrania, la realidad es que, efectivamente, ya debe estar hecho ese acuerdo y planteadas las condiciones para la terminación del conflicto, el destino de Zelenski, el cómo se organizará el gobierno de Ucrania tras la guerra, y los territorios que regresarán a Rusia, si no es que es la totalidad de la República. Pero, de entrada, la celebración de esta "cumbre" fue ya una victoria para Putin: primero que nada, rompe el ostracismo en que se encontraba para con las potencias occidentales, en segundo, queda clara la postura del gobierno actual norteamericano respecto al régimen de Zelenski, en cuanto a dejar de apoyarlo con armas y dinero, igualmente su intención de normalizar sus relaciones con el Kremlin y levantar las sanciones económicas contra el gigante eslavo.

De hecho, la percepción que ha quedado es bastante curiosa: Trump, que apenas unos días antes se había vanagloriado de que tanto el Gobierno de México presidido por Claudia Sheinbaum como el de Canadá encabezado por Mark Carney, hacen lo que él les dice --algo que bien saben, yo he sostenido aquí, porque es cierto, de hecho, la virreina mexicana y sus colaboradores corroboran esto de manera casi cómica, por ejemplo, afirmando que no permitirán la entrada de fuerzas militares estadounidenses en nuestro país, para luego, ante el más que evidente vuelo de drones sobre el territorio nacional, asegurar que fue "a petición del propio gobierno mexicano"-- ahora queda retratado en sus actitudes obsequiosas, efusivas y casi como si fuera un fanboy del mandatario ruso, mostrando que, ante los más débiles, puede comportarse con prepotencia y agresividad, pero con quienes se encuentra en una posición de igualdad, o incluso, como es el caso, tiene una ventaja sobre él, puesto que es claro que Rusia se enfila a una victoria aplastante sobre Kiev y a la humillación tanto de la OTAN como del propio EUA, se porta como coloquialmente se dice: "sedita".

Como hemos dicho antes, es muy probable que ya exista un acuerdo, cocinado entre las reuniones habidas entre la cúpula del Kremlin y el enviado especial de Trump: Steve Witkoff, en teleconferencias entre miembros de los gabinetes, especialmente con Sergei Lavrov, y ya hay algunos indicios de adonde van tales acuerdos:

Primero: Es muy probable que se esté planteando una especie de intercambio de Ucrania por Venezuela; el régimen chavista, desde que bajo el finado Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías, se dio la ruptura con EUA, la cual culminó con el intento de Golpe de Estado en Caracas en 2004 que fue exitosamente abortado por el militar venezolano, quien a partir de ahí fue consolidando su régimen dictatorial con rasgos socialistas y a la vez, comenzó a acercarse a Rusia, China e Irán. Posteriormente se dio la sospechosa e inesperada muerte de Chávez quien, ante el desastre económico, parecía buscar suavizar las cosas con Washington, poco antes de su último y fatal viaje a Cuba para un presunto tratamiento médico.

A pesar de ello, y de la consolidación de un régimen tiránico con Nicolás Maduro, y del sainete de la oposición venezolana encarnada en Juan Guaidó, y que la misma poco a poco pareció volverse más espectáculo para aparentar que efectivamente existía tal oposición, los norteamericanos, pragmáticos, siguieron invirtiendo con sus petroleras en Venezuela y negociando con Maduro, incluso recientemente; de hecho, parecía que Trump iba, de alguna manera a aceptar la existencia del régimen, hasta hace unos días en que vimos a la Fiscal General Pam Bondi señalando a Maduro de liderar al Cartel de los Soles, y tener vínculos con organizaciones del crimen organizado mexicano.

Por si fuera poco, además de presuntamente asegurar bienes propiedad de Maduro en Miami o República Dominicana, ha desplegado ya una fuerza militar en el Caribe que podría indicar que se prepara ya una intervención en el país sudamericano.

A la par de esto, ahora resulta que se encuentran nexos entre el régimen de Zelenski y los carteles mexicanos del narcotráfico, aduciendo que miembros de estos se enlistan en las fuerzas ucranianas y reciben entrenamiento en manejo de drones y explosivos para operaciones terroristas... en pocas palabras, ya se prepara la acusación contra el bufón kievano de estar igualmente ligado al crimen organizado mundial, y así facilitar el pretexto para romper con él y hasta derrocarlo si intenta resistirse a lo acordado con Putin. Éste, entre tanto, ya se encuentra desplegando una fuerza para entrar en una gran ofensiva contra Ucrania y tomar la capital, lo cual había sido el plan inicial, pero que cambió no solo por la resistencia ucraniana, sino por estrategia: Putin determinó cocinar a fuego lento su victoria, desgastando y desangrando a sus enemigos, y en el caso de Europa y EUA, les fue dañando lentamente la economía, mientras que el peso de la contienda no estaba sobre el Ejército Rojo, sino sobre drones, milicias mercenarias, tropas norcoreanas y bombas "inteligentes", con lo que las bajas rusas deben ser mínimas y perfectamente soportables para una sociedad que apenas se ha visto afectada en su modo de vida y su economía, pese a las innumerables sanciones impuestas, ha tenido crecimiento económico, gracias a la ayuda de sus aliados de los BRICS, entre otros.

Segundo: Mañana lunes, se dará una reunión en la Casa Blanca entre Trump, Zelenski y mandatarios europeos, es muy posible que parte del acuerdo sea ir desmantelando la OTAN, a lo que intentarán oponerse de manera penosa; a la par, Rusia posiblemente dejará que la Izquierda Latinoamericana se vaya desmantelando a la vez: Trump ha iniciado una ofensiva en contra de Brasil con el pretexto del juicio de Bolsonaro, pero más bien lo que busca es castigar al país amazónico por ser parte de los BRICS y escapar de su zona de influencia; en el caso de México, es claro que se presiona al gobierno de la 4T con el pretexto del Narcotráfico, para que este régimen deje de escorarse a la Izquierda, y como el propio Don lo dice, Clau siga haciendo lo que él le dice que haga; las políticas vendrán dictadas desde Washington y Mar-a-Lago y el país tendrá que ir aceptando la desindustrialización y el regreso de empresas al norte, con la práctica desaparición del Tratado de Libre Comercio, a la vez que vaya haciéndose poco a poco, de Derecha, y acepte un sucesor de tal signo. A cambio, Sheinbaum conservará su puesto y se librará de la sombra de AMLO que ha gravitado sobre ella en todos estos primeros meses de mandato.

En pocas palabras, es muy probable que la idea sea: "América para los americanos (los de EUA) y Europa para los europeos (los rusos, que se consideran europeos a sí mismos desde Pedro I el Grande)" Esto implica que se está construyendo un mundo multipolar en que se estarán repartiendo las zonas de influencia entre las grandes potencias, faltando que en la ecuación entre China, pero no es de descartarse que antes de que termine este año, haya una "nueva Conferencia de Yalta" en que esto se defina para el Celeste Imperio, entre los nuevos tres grandes: Putin, Trump y Xi.

Tercero: Trump probablemente está buscando, mediante la legitimación de los intereses de Rusia sobre Ucrania, como lo plantea Fernando Díaz Villanueva, la legitimación de su derecho de intervención, e incluso, el derecho de conquista para sus ambiciones sobre América: anexión de Canadá, anexión de Groenlandia, recuperación del Canal de Panamá, intervención en México contra el crimen organizado... Y de coletazo, pone fin a la polémica en torno a los derechos del Pueblo Judío sobre los territorios que en la Antigüedad, formaron parte del antiguo Israel para el moderno.

Habría que pensar que, si como resultado del reparto, equivalente a la disolución del Estado Ucraniano independiente, países como Polonia y Hungría, que tienen además una tensa relación con Bruselas por sus regímenes conservadores y contrarios al wokismo presente en el bloque, no saldrán a reivindicar sus territorios perdidos a favor de la URSS al término de la Guerra Mundial, lo que provocaría mayor división al interior de las potencias occidentales y facilitaría el desmantelamiento de la OTAN, junto con la conversión de EUA en amenaza para otros miembros de la Alianza Atlántica como Canadá y Dinamarca, e incluso, de la Unión Europea. Probablemante, sí se está apostando por generar ese caos.

Por supuesto, todo lo anterior implica poner fin a la idea del Orden Internacional basado en reglas, esto es, en el Derecho Internacional en su concepción kantiana que ha sido dominante desde 1945 para regresar al mundo real, de alianzas y contra-alianzas y tratados bilaterales, que caracterizaron el orden internacional del "equilibrio del poder" propio de los siglos XVI a XIX.

Por lo pronto, Putin ya invitó a Trump a una segunda reunión en territorio ruso, ahí continuarán el reparto y rediseño del orden internacional.

Así que hay que estar atentos, en las próximas semanas iremos viendo cómo se van definiendo estos cambios geopolíticos y la conformación de nuevos bloques, y es que la construcción de un Nuevo Orden Mundial, apenas está comenzando, es muy pronto todavía para tener certeza de adónde va a llevar todo esto.

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