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22 de mayo de 2025

SUDÁFRICA EXPUESTA

 

Aunque a muchos no les guste, es un acierto la denuncia hecha por Donald Trump respecto a la situación, cada vez más tensa, en Sudáfrica entre la población de raza negra --mayoritaria-- y la población blanca, en especial la de origen Afrikaner o Bóer. Y es que el racismo no solamente puede venir desde las personas de origen blanco, en particular germánico, hacia las personas de razas asiáticas o africanas, lo cual, ciertamente, existe, y es parte del legado nefasto de las teorías de Charles Darwin en el aspecto social, y es que, en mucho, la Teoría de la Evolución de las especies biológicas se utilizó igualmente para justificar la expansión colonial británica durante el siglo XIX bajo la idea de la Carga del Hombre Blanco, que luego sería defendida por el escritor Rudyard Kipling, afirmando que toda vez que Inglaterra había alcanzado el culmen de la Civilización, tal y como se demostraba con la Revolución Industrial que potenciaba su poder naval y militar, le tocaba civilizar a aquellos pueblos que se mantenían en un estado primitivo, aduciendo que eso se debía a una natural inferioridad biológica que llevaba a sus miembros a ser "menos inteligentes" que los anglosajones.

Aquella tesis ya tenía una raíz religiosa entre los Protestantes: puesto que en la Biblia, en el libro del Génesis se narra que Noé, tras el diluvio fue el primer hombre en emborracharse y hacer desfiguros, uno de sus hijos: Cam, en vez de ayudarle, se burló de él, razón por la cual se le castigaría condenando a que sus descendientes --supuestamente los negros, en realidad los Cananeos-- serían esclavos de los hijos de Sem, los Semitas, como los propios Judíos y los Árabes y demás pueblos de la Creciente Fértil y Península Arábiga, y de Jafet, los Indoeuropeos.

Por supuesto, aquellas teorías se combinarían con las de Nietzche y Hegel y darían origen a doctrinas tales como la del Nacionalsocialismo Alemán que llevarían a la Segunda Guerra Mundial, y a que en EUA, no se abolieran políticas discriminatorias sino hasta los años sesenta del siglo XX.

Sudáfrica es otro resultado del pésimo proceso de descolonización realizado por los británicos en la autodemolición de su Imperio tras 1945, y que hasta el día de hoy, no se entiende qué son los Afrikaners, a los que se ve como "colonizadores", y restos del "Imperialismo Occidental". En realidad, éstos, son descendientes sí, de un proceso de colonización en buena parte pacífico, ocurrido en los siglos XVI y XVII. Los Bóer vienen a ser descendientes de holandeses, portugueses, franceses y alemanes que se asentaron en el sur de África en aquél entonces, se mezclaron entre ellos y fueron formando una lengua propia: el Afrikaans, una especie de neerlandés antiguo mezclado con algunas palabras y estructuras tomadas de idiomas bantúes o africanos. Al toparse con pobladores nómadas o seminómadas, mucha de la tierra fértil para la agricultura estaba virgen y vacía, estos pobladores europeos simplemente la ocuparon, y establecieron relaciones con los nativos, a veces hostiles, a veces cordiales, pero poco a poco, fueron integrándose al "continente negro", a grado tal que bien podría decirse que se convirtieron en una etnia más, en otra u otras tribus que pululaban en la inmensidad de las sabanas y junglas africanas.

Sin desvincularse de la cultura occidental, para fines del siglo XIX, los Afrikaners constituyeron varios pequeños Estados independientes con sistema político republicano y parlamentario, incluso democrático, tales como la República del Transvaal, el Estado Libre de Orange o la República de Natal, eso sí, excluyendo a los negros; sin embargo, habría que ver si realmente esta exclusión, que luego llevaría al Apartheid entre 1950 y 1992 obedecía a criterios realmente racistas en el sentido que hemos descrito al principio, o bien, al tribalismo del que, en buena medida, estos blancos se contagiaron tras 400 años en aquellas tierras. Los Zúlues, por ejemplo, jamás dejarían que algún miembro de otra etnia Bantú, participara en sus asambleas o se hiciera con el trono, o siquiera viviese en plano de igualdad con ellos en alguna de sus villas, y mucho menos un Bosquimano o Khoisan, Como éste tampoco aceptaría aquello a la inversa. Finalmente, el Apartheid obedeció que, primero, Gran Bretaña, tras las Guerras de los Bóers --donde aplicó tácticas genocidas contra estos, incluyendo la creación de los primeros campos de concentración-- eliminó la existencia independiente de las Repúblicas, las sumó todas en una sola entidad, la Sudáfrica colonial, e hizo una mescolanza de población sin tomar en cuenta las etnias, ya que podríamos decir que a todos los negros los veía igual, y a todos los blancos también, olvidando que hay milenarias diferencias entre distintos grupos Bantúes, que además los Khoisan son otro tronco étnico diferente, y que por supuesto los Afrikaners y los recién llegados anglosajones eran igualmente muy diferentes entre sí, además de ello, los británicos trajeron hindúes y otros asiáticos de diferentes partes de su imperio, recordando que Gandhi iniciaría su enfrentamiento con las autoridades imperiales en Sudáfrica, defendiendo los derechos de los trabajadores venidos de la India.

Tras la independencia, como en muchos otros lugares de África, los ingleses se fueron dejando a su suerte a todo un explosivo cocktail de etnias cohabitando dentro de un país cuyas fronteras se trazaron arbitrariamente, obviando diferencias hasta en idiomas, credos, costumbres y razas, y menospreciando rivalidades ancestrales y preexistentes a la conquista británica, cuando no, hasta incentivadas por ésta como medio de control, lo mismo que hicieron Franceses, Belgas o Portugueses, de ahí que se sembrara la semilla de tantas discordias e inestabilidad de los nuevos países africanos.

El Apartheid puede ser comprendido de esa manera, como una forma de mantener la precaria unidad de la Sudáfrica independiente bajo un sistema de "juntos pero no revueltos"; después de todo, bajo su vigencia, a los negros no se les privó de acceso a la educación, ni se les limitaba el trabajo o la obtención de riqueza; el propio Nelson Mandela, por ejemplo, provenía de una familia aristocrática de su etnia bantú, los Xhosa, y de posición económica privilegiada, contando con una licenciatura en Derecho y posgrados, que estudió en Universidades, sí, reservadas a los negros, pero de alta calidad en el país. Es decir, no había tanto una intención de someter y dominar a la población negra como el de mantenerse cada quién en sus asuntos; esto se reflejó cuando, al interior de Sudáfrica se crearon los llamados Bantustanes, es decir, el reconocimiento de entidades políticas autónomas para cada una de las etnias bantúes que se encontraban al interior del país, como Venda, Transkei, Bofutatsuana, y otros. En cierto sentido, se buscaba volver a la situación precolonial, en que habría un Estado Afrikaner, la República de Sudáfrica, con varios Estados Bantúes, conformando todos a un Estado federal: la Unión Sudafricana.

En cuanto a la figura de Mandela, hay que ser claros y sinceros: es otro de esos "santones" que han sido sobrevalorados por pretendidamente representar ideales de paz, solidaridad y no-violencia, y de los que se pretende ocultar los defectos o malas acciones; así, tenemos casos como el de Gandhi, quien es muy aplaudido en Occidente, pero en la India es considerado como alguien secundario en el proceso de Independencia del subcontinente, cuando no, es hasta detestado por sus tendencias pedófilas, su afán de protagonismo, su victimismo y el esquema caciquil y de culto a su personalidad que pretendió establecer, no es de extrañarse que, como máximo monumento a la Independencia hindú, se tenga la Estatua de la Unidad, que representa a Sadar Patel, el primer Presidente de la India libre, y cuya actuación política y diplomática, en realidad, fue mucho más importante y clave que la del Mahatma.

O qué decir de John F. Kennedy, convertido en mártir en EUA, quien realmente era un Presidente indeciso, hamletiano, adicto a las anfetaminas y al sexo, y que dependía absolutamente de su hermano Robert, quien era el que verdaderamente tomaba las decisiones de gobierno; o en México tenemos el caso de Luis Donaldo Colosio, otro mártir de no se qué, que de haber llegado a la Presidencia habría continuado con la implementación del Neoliberalismo con mucha más "ferocidad" de lo que había hecho Salinas o lo que después hizo Zedillo, quien fue mucho más prudente, y al que ahora se le pretende ver como alguien con más preocupaciones sociales de las que tenía. O el recientemente fallecido José Mújica, de quien se olvida su pasado terrorista y delincuencial, su apoyo a regímenes execrables como el de Cuba o el Chavismo, y que en su mandato, si bien no se enriqueció, sí favoreció a su partido y a personajes de la Izquierda uruguaya, lo que se recuerda es su pose, deliberadamente adoptada, de abuelo sabio y una humildad escenificada mediante la aparente pobreza de manejar un viejo Volkswagen sedán, bocho o escarabajo.

Mandela fue a la cárcel no por sus ideas políticas, sino por violento y asesino, ya que era un terrorista, fue un comunista convencido toda su vida y jamás renunció a una vida de lujos, propia de su origen noble, y es de recordar su tormentosa vida personal con su corrupta esposa Winnie; ciertamente, tras su larga estadía en prisión, cambió su política de confrontación violenta y rechazo a los blancos, para ahora  buscar mantener una Sudáfrica unida, ¿qué tanto fue por un cambio en convicciones morales como se plasma en la película Invictus o qué tanto por pragmatismo y evitar una sangrienta guerra civil que arruinase los logros económicos del país? Es algo reservado a su fuero interno. El hecho es que se generó una "buena prensa" alrededor de él que sirvió para mantener la idea de que Mandela había logrado "reconciliar" a "negros" y "blancos", minimizando, injustamente, la actuación del Afrikaner Frederik De Klerk, un verdadero líder que impulsó las reformas contra el Apartheid, y que ya antes, Pieter Botha, ante el peligro común que representó la guerra de Angola con invasión cubana incluida, en el lastimoso intento de Fidel Castro, --cuyo régimen desde la Revolución excluye de los puestos de mando a los cubanos de raza negra, y está conformado por puros descendientes de españoles y otros europeos como él,-- por hacerse de un Imperio particular en África, habiendo intervenido también en Etiopía, convocó a la unidad nacional entre bantúes y blancos de todos los orígenes dentro del ejército, naciendo una auténtica camaradería en las trincheras y los combates entre todas las razas, a grado tal que Botha autorizó los matrimonios interraciales.

Los sucesores de Mandela, sin embargo, han ido erosionando esa aparente unidad, hoy en día, el Presidente Ciril Ramaphosa, ha estado tolerando el creciente discurso revanchista de algunos líderes negros y sus movimientos políticos, a la par que continúa con la política de su antecesor: Jacob Zuma, de alinearse con China y Rusia dentro de los BRICS, y sirviendo de corifeo al resucitado por Putin, discurso "anti-imperialista" de tan profundo sabor soviético, mientras no se ocultan los deseos de reconstruir, al menos parcialmente, los dominios zaristas y bolcheviques del pasado.

Así, posiblemente la denuncia que hace Trump de la existencia de un genocidio de los blancos sudafricanos sea una exageración, mas no lo es que exista cada vez una mayor hostilidad hacia ellos por parte de políticos demagogos negros que azuzan a la población mayoritaria en su contra, partiendo de la tenencia de la tierra, en que la minoría blanca es la poseedora de la mayor parte de los campos agrícolas y minas; esto no fue porque los antepasados europeos hayan llegado violentamente y despojado de tales tierras a las tribus bantúes, quienes, como los Zulu, no eran seres pacíficos e inocentes, sino que también llevaban a cabo feroces guerras, esclavizaban a los vencidos y luchaban por el control de tierras de pastoreo o rutas comerciales. La realidad es que muchas de esas tierras eran de nadie, al tratarse de poblaciones no muy grandes, seminómadas, dedicadas a agricultura de subsistencia en parcelas pequeñas, a un pastoreo trashumante y recolección de vegetales. Los bóers únicamente ocuparon grandes extensiones sin que nadie se les opusiera, y en otras ocasiones hasta hicieron intercambio de tierras por armas, ganado o tecnología con los nativos.

Ya desde el año 2000, ha habido un cada vez mayor éxodo de Afrikaners hacia Europa y EUA; lo hecho por Trump, de manera humillante para Ramaphosa, pero merecida también, es un llamado de atención muy fuerte, que esperemos, frene el crecimiento de extremismos negros ante los que puede surgir, y crecer, un extremismo blanco como medida defensiva.

Y finalmente, tras 400 años o más de presencia de los Afrikaners, difícilmente se puede plantear que ellos mismos son colonizadores o imperialistas; si aplicamos el mismo criterio, a la inversa, que quiere la agonizante, pero aún peligrosa Izquierda woke, entonces los negros, al igual que los anglosajones, deberían abandonar el territorio de EUA y regresarse a África, o impedirse la inmigración africana a Europa y darle la razón totalmente a los Judíos de quedarse con el territorio del Israel bíblico y sacar a los palestinos, en realidad inmigrantes, en su mayoría, de la Península Arábiga. Los Afrikaners son ya, tan africanos como los Zulu, o como tan americano lo era James Brown, lo es Mike Tyson o el beisbolista dominicano Sammy Sosa. 

El Racismo, al final, no tiene color, y por supuesto, es utilizado como una herramienta por demagogos para crear enemigos a quienes culpar de los males de la sociedad que el gobernante no puede resolver. Ojalá los sudafricanos de todos los colores lo vean así, y rechacen a quienes los quieren dividir. 

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P.D. 

Lo cuestionable de Trump con esto no es que reciba a perseguidos políticos blancos de Sudáfrica y les de asilo, sino que, a personas que igualmente huyen de persecuciones políticas y de un auténtico genocidio impulsado por Nicolás Maduro contra su propio pueblo, se los esté negando, y lo que es peor, esté negociando con el tirano caraqueño la deportación de tales refugiados...

15 de mayo de 2025

NARCOS, TERRORISTAS Y UN AVIÓN

 Trump anuncia el fin de las sanciones a Siria: cómo el país pasó de ser el  más firme aliado de Rusia en Medio Oriente a cortejar a Occidente - BBC  News Mundo

Fíjense que están pasando cosas muy interesantes y que revelan, una vez más, que Donald Trump ha dejado atrás la política exterior norteamericana basada en los pretextos, o el impulso fanático, de "difundir la Libertad y la Democracia" para centrarse en una Realpolitik, es decir, en los intereses puros y duros, en la realidad terrena, junto al paulatino, y posiblemente irreversible, abandono de esas ideas de Democracia y de Estado Liberal por parte de EUA, lo que es parte de ese derrumbe del sistema o modelo imperante desde la Revolución Francesa y más concretamente, desde 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Así, la foto con la que abrimos el post de hoy corresponde a las reuniones en Arabia entre el Presidente Norteamericano, el Príncipe Heredero de Arabia Saudita: Mohamed Bin Salman ibn Saud y el autoproclamado Presidente de Siria: Ahmed Al Sharaa, quien es líder del movimiento Hayat Tharir Al Sham, (HTS) que derrocó finalmente al régimen del Partido Baath, liderado por Bashar el Assad, y se hizo con el control de Damasco, veterano militante islamista y que anteriormente había sido miembro del ISIS o Estado Islámico y de Al-Qaeda, y que últimamente, llegado al poder, desató una feroz persecución contra Cristianos y Musulmanes Chiítas, sacando a Siria de la influencia Iraní y Rusa, para colocarla, como se ve en la imagen, bajo la égida de Arabia --la máxima potencia Sunnita-- y Estados Unidos. Cabe decir que con este evento, también se ha desligado, sino traicionado, al otro rival en la esfera Sunnita de la monarquía saudita: Turquía, cuya intervención fue clave para otorgarle el poder a este caudillo, conocido también bajo el seudónimo de Abu Mohamed Al-Jolani.

A pesar de haber sido un peligroso terrorista, haber sido detenido en su momento por las fuerzas norteamericanas contra las que combatió en Irak antes de unirse al malogrado pretendiente al trono califal Abu Bakr II al Baghdadí y su Estado Islámico, haber contribuido a la destrucción de patrimonio cultural e histórico en Siria, su cabeza haber tenido precio fijado por el FBI y otros organismos de seguridad estadounidenses, por seguramente, haber matado a más de un soldado norteamericano, el magnate neoyorkino le lava la cara, diciendo de él que es "un gran líder" y que "ha tenido un pasado muy duro", si con la dureza de según dicen, haber jugado fútbol con las cabezas decapitadas de sus enemigos...

Y en cuanto al Príncipe Mohammed, heredero de la Casa de Saud, ¿qué se puede decir? De entrada, es sabido que la mayoría de los autores de los atentados del 11 de septiembre de 2001 eran sauditas, entre las teorías de la conspiración más plausibles, existe aquella que habla de que aquellos hechos fueron, en realidad una especie de golpe de Estado orquestado por la Corte de Riyadh para someter a EUA  a sus intereses, y que luego, Washington enviara a sus fuerzas armadas a deshacerse primero de Saddam Hussein, obstáculo laicista para la expansión del fundamentalismo Wahabita-Salafista Sunní, al que patrocinan, y después de Osama Bin Laden, quien era un personaje incómodo y opositor político al poder de la Casa de los 3,000 Príncipes; posteriormente, Mohammed, quien realmente ejerce, ante la ancianidad de su padre, el Rey Salman, el poder absoluto sobre el reino peninsular, lo que augura un gobierno, tras la muerte de su progenitor, feroz y totalitario, pero con la benevolencia de Occidente, gracias a su indudable talento político y astucia diplomática, es responsable directo de la espantosa muerte del periodista Yamal Khashoggi, en Estambul; sin embargo, nadie sanciona a Arabia, ni al aristócrata, dado que controla el petróleo, el precioso jugo con el que se mueve el mundo, pues las energías alternativas no son eficientes ni alcanzan a cubrir la demanda del modo de vida actual, tal y como se vio en el caso del apagón de España, Portugal y otras regiones europeas de hace unos días.

Entre tanto, la Casa de Saud patrocina y financia la construcción de mezquitas y la islamización en Europa, lo mismo que la formación de escuelas en la versión más radical del Islam Sunnita: el Whahabismo o Salafismo en el viejo continente. Cuentan con el poder económico, ante el cual, seguramente, el de los sobrevalorados y en realidad venidos a menos en tiempos actuales de los Rotschild y Rockefeller palidece, como para sobornar, comprar y fomentar legislaciones favorables al mahometismo en la otrora Cristiandad, como también lo hacen Emiratos, Qatar y Marruecos, gobernados por sátrapas similares.

Así que vemos a Trump alegremente departir con dos sujetos que no son otra cosa que criminales, a quienes, incluso en el caso de Arabia Saudita, está comprometiéndose a entregar tecnología nuclear militar, pues el objetivo es contener a Irán, quien, igualmente, sigue empeñado en su eterno expansionismo desde el siglo VI a.C. y por métodos igualmente repugnantes. La pregunta es si Trump, entonces, está dispuesto a traicionar a Israel, fortaleciendo a sus enemigos, porque, por más benevolente que sea ahora la postura Saudita tras los Acuerdos de Abraham firmados por impulso del magnate en su anterior periodo presidencial, esto bien puede ser una táctica de tafiya o simulación, porque a la larga, Arabia no podrá tolerar la incrustación de una potencia regional de tipo occidental como es el Estado Judío en el Medio Oriente, por lo pronto, acaba de obtener del neoyorkino, la posibilidad de tener ventaja no solo sobre los Persas, sino también sobre las otras potencias sunnitas: Turquía y Egipto.

Quién sabe cuánto haya tenido que ver en esto el ostentoso regalo hecho por Qatar --Estado satélite de Arabia-- de un lujoso avión presidencial para Trump, quien no está dispuesto a devolverlo, sino convertirlo en el nuevo Air Force One, pese a los elevados costos de su acondicionamiento y verificación de que no constituya un "caballo de Troya", sin olvidar que Qatar ha sido refugio y sede financiera de la directiva de Hamas y otros grupos islamistas, o que construyó la infraestructura para el pasado Mundial de Fútbol con mano de obra esclava, y es que los Narcisistas Patológicos como Trump, pese a considerarse a sí mismos como genios, manipular y aprovecharse de otros, suelen ser, igualmente, fácilmente manipulables: basta dorarles la píldora apelando a su ego y llenándoles de elogios y lisonjas.

Todo lo anterior, nos lleva a apreciar, ya en corto, lo que acontece en México: recién llegado al poder, Trump firmó una orden ejecutiva declarando como Terroristas a los carteles de la droga mexicanos y otras organizaciones sudamericanas como el Tren de Aragua, banda mafiosa venezolana, pero cabría pensar, si con esto, en vez de combatirlos, los está legitimando como agentes políticos con los que, pese a que la Patriot Act prohiba negociar con terroristas, se puede llegar a acuerdos; tal es el caso de lo que se ha visto con Ovidio Guzmán, con quien han pactado darle protección a él y su familia a cambio, presuntamente de información, ¿de quién, de otros ahora "líderes terroristas" con los que va a negociar? ¿Igual va a llegar el día en que, Trump se tomará una foto con Ovidio y dirá, lo mismo que con Al-Jawlani, que es "un joven bien parecido, un líder fuerte con un duro pasado"? Olvidando sus atrocidades y la violencia desatada, todo en función de que beneficia a los intereses de EUA, y quién sabe si a los personales del neoyorkino.

Porque eso queda claro: a Trump no le interesa acabar con el Narcotráfico, sino controlarlo y usarlo, en pocas palabras, parece que está adoptando la política de abrazos y no balazos, de AMLO.

Como decía el Quijote: "cosas veredes, Sancho"...

11 de mayo de 2025

BALANCE DEL TRUMPISMO II

Trump publica una imagen que lo muestra vestido como el papa -  ContraRéplica - Noticias

Una semana antes de la elección de León XIV al solio pontificio, Donald Trump publicó esta ilustración en la que aparece ataviado con el hábito blanco papal, aunque incorrectamente tocado con la mitra, misma que se usa únicamente en las ceremonias litúrgicas y acompañada de otras vestimentas sacerdotales. ¿Cuál fue su intención de hacerlo? Probablemente quiso trollear a sus enemigos y críticos, aunque, en realidad, fue un gesto bastante ofensivo y de mal gusto, hecho además, durante el luto por el deceso del anterior Soberano Pontífice Francisco I. Luego, el mandatario norteamericano negó haber sido él quien hiciera el dibujo con Inteligencia Artificial, aunque lo publicó no solo en su cuenta particular de X o de Instagram, sino en la oficial propia del Poder Ejecutivo de la República.

Otros han interpretado la ilustración como una declaración de que iba a intervenir en la elección del nuevo sucesor de San Pedro, y el hecho de que Prevost sea nativo de Chicago, Illinois, hizo señalar a muchos que esto es producto de la influencia del neoyorkino, y haciendo nacer varias teorías de la conspiración; sin embargo, el nuevo Pontífice se ha mostrado bastante seco con respecto a su origen estadounidense, y en cambio, dedicó, en su mensaje el día de su proclamación, un saludo en perfecto idioma Español, a su diócesis peruana del pueblo de Chiclayo, e incluso, la propia reacción de Trump y en buena medida de comentaristas y medios norteamericanos, ha sido un tanto protocolaria o fría, --no hay que olvidar que, pese a las conversiones, sobre todo entre los anglosajones al catolicismo, éstos siguen siendo una relativa minoría en un país dominado por el Protestantismo-- mientras que en el país andino se ha desatado una verdadera locura en torno al Padre Roberto, como le decían en su diócesis y se le recuerda con mucho cariño y respeto por su labor misionera.

Además de ello, que puede interpretarse como que se ha identificado más como peruano que como estadounidense, el hoy Romano Pontífice ha sido muy crítico tanto con Trump como con el converso Vance, y de sus políticas, principalmente migratorias, por lo que, igualmente emulando lo hecho de algunos antecesores suyos del mismo nombre, como León III y San León I Magno, quizá aparece como un contrapeso al actual poder imperial, lo que no necesariamente lleve a un choque hostil como el de Santo Tomás Beckett con Enrique II de Inglaterra, sino más bien como una conciencia y una guía; repito, si asumimos una postura crítica hacia Trump y su administración que acaba de cumplir 100 días hace poco, no es porque seamos wokes, marxistas o de Izquierda, como luego señalan flamígeramente su consejero Steve Bannon, quien quisiera que el Papa fuera America First... o comentaristas como John Acquaviva, fanatizados en torno a la figura del neoyorkino.

Yo creo que, detrás de esa ilustración, está que el Presidente Trump por un lado buscaba irritar a sus críticos, pero también, mostrarse con un grado de arrogancia, soberbia y vanidad, como deseoso de contar con una potestad universal como la del Papado, y en esto es que asiento mi crítica para con el empresario devenido en mandatario, y ya lo había comentado anteriormente: la soberbia puede llevar a cometer errores y a tomar malas decisiones impulsadas sólo por el ego, o ser víctima de aduladores y sicofantes que lleven a convencerle, a base de lisonjas, de ordenar tal o cual cosa beneficiosa para unos, pero desastrosa para el país. Ahora, indudablemente, la Presidencia de Trump, con todo y su caos, sus medidas extremas y su fanfarronería, es mucho mejor que lo que estaría pasando, o quizá pasa en un universo paralelo al nuestro, con Kamala Harris en la Casa Blanca, quien, probablemente, ya habría hecho estallar la III Guerra Mundial al irse directamente a un enfrentamiento con Rusia a través de la OTAN, o apoyando a los miembros de la Unión Europea en su contra.

Trump va decidido a barrer por completo con el Wokismo, y eso es muy positivo, sin embargo, no todo es eso. Es indudable que el Presidente está buscando y ejerciendo un autoritarismo sin cortapisas, de entrada, ha estado gobernando vía "órdenes ejecutivas", una figura jurídica que, por ejemplo, no se encuentra contemplada en el Derecho Constitucional Mexicano, donde sin embargo, el Presidente sí cuenta con la facultad reglamentaria, es decir, de expedir normas generales que únicamente obran para la aplicación de la Ley, expedida ésta por el Poder Legislativo; sin embargo, en nuestro vecino del norte, el Titular del Ejecutivo no cuenta con facultades reglamentarias salvo que el Congreso se las delegue, pero sí puede emitir directivas, de carácter "técnico" para guiar la aplicación de normas por parte de dependencias específicas de la Administración Pública, es decir, Trump puede establecer ciertas normas de carácter interno para la operación de la Patrulla Fronteriza, para la captura de inmigrantes ilegales, por ejemplo, y al efecto emite una orden ejecutiva destinada a la Secretaría de Seguridad Interna, sin que esto implique la promulgación de normas nuevas que vayan más allá de las ya establecidas en la Ley correspondiente y su reglamentación.

Pero Trump está yendo más allá, tal es el caso de los aranceles, mismos que constituyen contribuciones que únicamente pueden ser establecidas en Ley por el Congreso Federal; sin embargo, él está enviando a la Secretaría del Tesoro una orden ejecutiva en la que establece una tabla con las tasas a aplicar de arancel a cada país, tabla que exhibió en aquellos famosos cartones gigantes el pasado mes de abril, lo cual hizo brincándose por completo al Poder Legislativo y sin que éste dijera ni pío. En este sentido, es de señalar que, hasta ahora, el Presidente que más órdenes ejecutivas ha emitido ha sido Franklin D. Roosevelt, y que las mismas tuvieron un carácter reglamentario, cuando no, hasta legislativo, pero el Congreso le había delegado facultades ante la emergencia económica primero, provocada por la Crisis de 1929, y posteriormente por la Segunda Guerra Mundial, tomando en cuenta además, sus sucesivas reelecciones.

El problema no es tanto el número de ordenes ejecutivas que emita Trump, sino que las mismas abordan materias que deberían estar reservadas a Ley, y por tanto, que necesariamente tendría que contar con el respaldo de la mayoría los legisladores, cuando, dadas las materias que pretende tocar o los derechos que puede afectar, muy probablemente no la podría obtener. Como resultado, ya hay numerosas demandas en contra de dichas órdenes ejecutivas, alegando su inconstitucionalidad, a lo que el mandatario está respondiendo con una cada vez mayor hostilidad hacia el Poder Judicial Federal, acosando a Jueces y Magistrados, y también ejerciendo amenazas y presiones sobre despachos de abogados o firmas legales,  a fin de disuadirles de intervenir en esos casos. Sin ir más lejos, ya se ha dado la detención por parte del FBI, de jueces federales a los que se ha señalado de interferir en la captura de inmigrantes ilegales, cuando se estaba simplemente ejerciendo sus labores jurisdiccionales. Incluso, y en una repetición de lo que ha pasado en México, empiezan a crecer las alegaciones respecto a que los Jueces Federales, que no son electos, sino suben por escalafón, oposición y un proceso de designación en que interviene tanto el Ejecutivo como el Legislativo, carecen de legitimidad para cuestionar las decisiones del Presidente, quien se encuentra legitimado para todo por el sufragio recibido en las urnas.

Y es que en esta era de regímenes populistas, cada vez más autoritarios, se busca la concentración del poder y la eliminación de los pesos y contrapesos; por eso, yo muchas veces me pregunto si la llamada Reforma Judicial, en que a través de unas complejas y muy imperfectas elecciones se le va a sujetar al juego político y a ser controlado por el nuevo partido hegemónico, no es sino un experimento de los cambios que se pretenden implementar no solamente en países hispanoamericanos (Argentina es otro caso similar, y ahí, Milei ha estado colocando jueces y magistrados a modo), sino incluso en países "desarrollados", quizá como parte de un proceso que va a llevar a la implementación de regímenes autoritarios, con el poder centralizado, muy en la línea de la Ilustración Oscura o del Tecnofeudalismo, tema del que posteriormente haré un post, ya que es bastante interesante, y que creo, estamos entrando a la etapa de transición hacia algo así.

Quizá nada ilustre más el peligro de abusos autoritarios en los que está incurriendo Trump que la criminalización de los inmigrantes ilegales y el caso de la deportación sin respetar derechos fundamentales como los de audiencia y defensa, o incluso, el principio de Cosa Juzgada, como es el caso de cierto salvadoreño que, ya contaba con la ciudadanía estadounidense, pero al que se le acusaba de pertenecer a la famosa banda criminal Mara Salvatrucha o MS-13, razón por la que se le deportaba, y no solo eso, se le remitía a la prisión de máxima seguridad construida por Nayib Bukele en el Salvador para delincuentes de alta peligrosidad; el caso es que su situación era cosa juzgada y dichos cargos habían sido desestimados, ya que la demanda contra la deportación llegó hasta la Suprema Corte de EUA, donde se resolvió que había sido deportado por error y se tenía que regresarlo al país del norte.

Tanto Trump como Bukele se negaron a hacer eso al ser entrevistados en una visita del salvadoreño de origen palestino, y calificaron al individuo de "terrorista", más tarde estuvieron exhibiendo pruebas de la vinculación del sujeto con la temida pandilla, y bueno... si tenían esas pruebas de que efectivamente es un delincuente peligroso ¿porqué no se exhibieron dentro del proceso penal correspondiente y en el momento o etapa oportuna? Si ya era un asunto que había llegado hasta la más alta instancia y ésta había resuelto de manera favorable al detenido, fue entonces error o mala actuación de la Fiscalía que no hizo valer tales pruebas y ya no hay nada qué hacer, aunque Trump diga que la mismísima Virgen María se le apareció y le entregó las pruebas de la criminalidad del tipo, se trata de cosa juzgada, y si todo depende del dicho del Presidente, entonces se abre la puerta a la actuación arbitraria y la persecución de personas sin darles respeto a sus derechos básicos, lo cual pavimentaría el camino a la tiranía, por muchas buenas intenciones que se tengan de combatir al crimen.

Lo que es más, Trump, como Presidente de la República, a quien se ha condenado por una resolución judicial a traer de regreso a un ciudadano por naturalización, está incurriendo en desacato y demostrando que sólo está dispuesto a obedecer al más alto tribunal del país, si éste le favorece; si no hay consecuencias por ese desacato, entonces el Estado de Derecho se encuentra en riesgo; a mi modo de ver, creo que el neoyorkino busca generar un conflicto con la Judicatura, para de algún modo, quién sabe cuál, porque no cuenta con la mayoría necesaria en el Legislativo para lograrlo, impulsar una reforma judicial profunda al estilo AMLO. Algo se trae entre manos, incluso puede que no haga una reforma a la estructura del Poder Judicial, pero sí, encuentre la vía para convertir sus resoluciones en papel mojado.

Ahí cabe señalar una apreciación sobre Bukele, creo que es digno de todo elogio su política de seguridad que le ha permitido convertir a El Salvador de un país peligroso infestado por las pandillas violentas en un verdadero oasis de seguridad --claro hay que tomar en cuenta factores favorables a su política: las bandas salvadoreñas no tenían el poderío económico, ni el poder de fuego de los carteles mexicanos, se reducen a las áreas urbanas y el territorio y población del país centroamericanos son pequeños.-- pero igualmente, parece que encontró como un filón de oro a explotar en su país el convertirlo en un país-cárcel, esto es, da a entender que recibirá inversiones para la construcción de prisiones de alta seguridad y recibirá a todos aquellos convictos que le sean enviados desde EUA, a cambio seguramente, de grandes sumas, que cabría preguntarse si eso no solamente irá a parar a las arcas del Estado sino a las particulares de un Presidente que, igualmente, parece estar buscando concentrar y eternizarse en el poder con el respaldo del ocupante del Despacho Oval.

Aparte de lo anterior, los efectos de la crisis arancelaria desatada por el propio mandatario tras el liberation day no han resultado tan positivos, los puertos están sin actividad, la inflación, galopante, y tras treinta de los noventa días de plazo para la aplicación de aranceles, solamente ha logrado la firma de un acuerdo comercial con Reino Unido. Provocó la victoria de Mark Carney en Canadá, dado que el Partido Liberal asumió un discurso patriótico de defensa de la Soberanía y moderó sus políticas woke, mientras que Pierre Poilievre, líder opositor, se fue desinflando y terminó incluso por perder su escaño en el Parlamento Canadiense ante su servilismo para con el magnate, y es claro que los habitantes de la hoja de maple no están dispuestos a ser anexados por EUA como parte de su federación.

Peor aún ha sido el caso de la frivolidad con la que su asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz y su Secretario de Defensa, Peter Hegseth, han manejado los delicados temas de la guerra que lleva librando con los piratas Houtíes de Yemen, con filtraciones a un periodista vinculado a los Demócratas y el empleo de aplicaciones de mensajería comerciales y poco seguras como Signal, o que incluso, se habla del tema en conversaciones personales con familiares y amigos, y si bien Trump ha despedido a Waltz, sostiene a Hegseth, pese a que éste ha incurrido en nepotismo, caos administrativo y carece de dotes de mando, de experiencia y conocimientos reales sobre el estado de las fuerzas armadas... ¿porqué? Porque Trump conserva a quienes le son adictos de manera fanática, aunque no tengan capacidades para los puestos en que se les coloca, pero como dijimos anteriormente, eso se explica porque Trump escarmentó de meter a cuadros profesionales el Partido Republicano como Pence, Pompeo o Bolton en su equipo, a los que consideró traidores a su causa.

Así, la administración de Trump trae una crisis interna que se ilustra también con los desencuentros y la práctica salida de Elon Musk de ella, Trump necesita de cierto contrapeso y cierta guía que le permita replantear, en términos realistas, la primacía estadounidense en el momento actual y no incurrir en excesos, ¿podrá acaso, el Papa León XIV serlo? Lo veremos en las próximas semanas, el caso es que, de momento, a Trump, quien se concibe como el hombre más poderoso del mundo, le ha salido un compatriota suyo que, por lo pronto, le ha robado los reflectores, y que en términos políticos, y si él lo concibe así, puede convertirse en un oponente mucho más fuerte que Xi o Putin para su ego narcisista.

9 de mayo de 2025

LEONEM XIV PONTIFEX MAXIMUS

 Quién es el nuevo papa León XIV: Robert Francis Prevost, el primer  pontífice estadounidense | Internacional | EL PAÍS

El sacerdote Augustino, ex-Arzobispo de Chiclayo, Perú, nativo de Chicago, Illinois, Estados Unidos de América, pero naturalizado peruano, Robert Francis Prevost Martínez, ha sido elegido en un cónclave rápido como el sucesor número 267 de San Pedro, pasando a ser el Papa León XIV, su figura, ataviada acorde con los ornamentos propios de su cargo: el hábito blanco papal, el alba, la muceta roja de seda y el estolón, así como el nombre elegido para su reinado, parece demostrar un retorno al orden, a una línea más moderada y conservadora que la seguida durante el polémico y desordenado pontificado de Francisco I, e igualmente, más respetuosa de la Tradición y de la Doctrina.

Queda claro el viraje de la Iglesia Católica al continente americano, iniciado con la elección de Jorge Mario Bergoglio, al haberse ahora elegido a un Papa que tiene vínculos con las dos regiones de nuestro hemisferio, nacido en el norte pero con una importante labor pastoral en el sur, siendo él mismo una muestra de la heterogeneidad de la composición de la población de nuestro continente, quizá más que Francisco I, quien era un italiano de pura cepa, acá se trata de alguien cuya madre era hija de inmigrantes españoles, y su padre, de ascendencia francesa e italiana, ya que toda América, no solamente Estados Unidos, es un crisol en el que se han fusionado culturas y personas provenientes de los otros continentes, y por supuesto, de los propios pueblos indígenas.

Además, América se convierte cada vez más en el baluarte de la Iglesia ante la irreligiosidad e islamización actual de Europa, y esta elección, de entrada, será un impulso enorme para el Catolicismo en Estados Unidos, pero además, en Hispanoamérica ante un Papa que tiene raíces hispanas y que ha adquirido la identidad peruana voluntariamente, y que obtuvo el cariño de parte de los feligreses chiclayenos, que se han lanzado a las calles a celebrar como si Prevost fuese, efectivamente un peruano nativo; todo lo cual no hace más que hablar bien de él y recalcar su gran labor episcopal, dirigida a la predicación y a la atención de personas menesterosas a las que auxiliaba ante la pobreza, la falta de oportunidades laborales o los desastres naturales.

Pero volviendo a su elección, la rapidez de la misma, al segundo día del Cónclave, y tras cuatro rondas de votaciones, queda claro que las supuestas divisiones ideológicas y políticas entre los Cardenales resultaron, muy probablemente, fantasiosas o muy exageradas por medios, tanto mainstream como alternativos que pretendieron explicar la sucesión Papal en los términos de un proceso electoral para la designación de un Presidente o Jefe de Estado, sujeta a campañas, proselitismos, debates e intrigas, impresión que incluso ha sido difundida por el cine hollywoodense, como en la reciente e infamante película con Ralph Fiennes. En realidad, parece que pronto se llegó a un consenso entre los electores y se fueron por un Papa que significaría, en todo caso, una posición "centrista". Ninguno de los presentados como "favoritos" para ocupar el solio pntificio fue electo, nadie realmente tenía a Prevost como papable, y los medios han quedado como difusores de mentiras y de fake news con los que pretendieron, más que nada, desinformar y confundir. Nuevamente, pasó lo que dice el dicho: "Quien al Cónclave entra como Papa, sale Cardenal".

El nombre escogido para reinar indica dos cosas: por un lado, es uno de los nombres "clásicos" o tradicionales del papado, y que remite a pontífices muy poderosos: San León I Magno, fue el único líder capaz de detener a Atila y su horda de Hunos cuando estuvo a punto de tomar y destruir a la antigua capital imperial, a inicios del siglo V. San León III, casi cuatrocientos años después, coronaría a Carlomagno como Emperador del que sería Sacro Imperio Romano Germánico, sentando las bases para la formación de Europa, León X Médicis, significaría la culminación del poderío de la familia florentina y enfrentaría el surgimiento del Protestantismo de la mano de Lutero; pero sobre todo, León XIII, quien pasó a la Historia por su encíclica Rerum Novarum, quien trazó la Doctrina Social de la Iglesia al tiempo que confrontaba al Comunismo y al Liberalismo extremo.

Así, es de mi parecer que en su presentación, y con la selección de nombre, León XIV se muestra como un Soberano Pontifice que por un lado, será defensor de la doctrina y de la Liturgia, resulta interesante un tweet posteado por el Cardenal Raymond Burke, uno de los principales representantes del llamado Tradicionalismo, y de los más tenaces críticos del Papa Francisco I, en que felicita y aplaude la elección del estadounidense-peruano. Pero, por otro lado, es claro que comparte las posturas en torno a la Justicia Social del argentino y las doctrinas en la materia del que anteriormente escogiera el mismo nombre, así como un continuador de las reformas administrativas al interior de la Curia o en la descentralización de la estructura de la Iglesia (la sinodalidad) igualmente impulsadas por Francisco I.

Me resultó bastante notorio que en la Plaza de San Pedro, la gente se encontraba sumamente entusiasmada, más que en los cónclaves anteriores que he podido presentar: la elección de Benedicto XVI, en que el pueblo no se mostraba particularmente entusiasmado ante la muerte del carismático Wojtyla y la designación del intelectual e introvertido Ratzinger, ni tampoco se emocionó especialmente ante la ascensión de Bergoglio, máxime ante el desconcierto ocasionado por la renuncia del alemán al papado y la aparición de un Papa que de entrada, despreciaba las insignias de su cargo en aras de una humildad... que presumía al más puro estilo demagógico. Pero ahora, desde antes del anuncio de su designación, tras haber salido la fumata blanca, era perceptible incluso por TV la emoción del público, quizá, --me imagino-- esperanzada en encontrar firmeza y certeza tras un pontificado lleno de ambigüedades, una especie de populismo y sequedad, pero una vez que fuera anunciado, y sobre todo, que saliera al balcón de la loggia de la Basílica de San Pedro, revestido de los ornamentos propios de su cargo y pronunciara su discurso, mismo que leía por haberlo escrito él mismo, que la masa se enardeció. León XIV, desde el inicio, ha despertado ya el cariño y la admiración de muchos ante una autenticidad, humildad sincera que no radica en las vestiduras, sino en la actitud, que parece emanar, así como un carisma ya demostrado en su labor misionera en tierras andinas.

La verdad, he de confesar que me siento optimista y confiado en que se ha elegido a un Papa que cumplirá la difícil misión de conducir la Iglesia en los convulsos tiempos actuales, como San León I, le toca una época de cambios repentinos y de crisis, y que dirigirá su política eclesial a terminar con la confusión doctrinal para confirmarnos en la fe. De igual manera, creo que, contrario a lo que Trump pudiese desear, León XIV será un contrapeso a las pretensiones de poder universal que tiene el neoyorkino, pero a la vez, en su calidad de norteamericano, puede contar con el apoyo del propio mandatario estadounidense en aquellos puntos que coincidan, y en este caso, quizá emule a León III, pero también, será una presencia que no dudará en señalar los excesos de los poderosos y de las ideologías, como lo hizo León XIII.

La muerte de Francisco I y el ascenso de León XIV, representan un cambio de época igualmente en la Iglesia: el final de una etapa woke o condescendiente con el mundo, y el inicio de otra crítica con éste, que es el cumplimiento de la misión de la Iglesia y del propio Romano Pontífice. Por lo pronto:

Oremus pro Pontifice nostro
LEÓNE
Dominus conservet eum, et vivificet eum
et beatum faciat eum in terra,
et non tradat eum in animam inimicorum eius.

Deus, omnium fidelium pastor et rector,
famulum tuum Leonem,
quem pastorem Ecclesiae tuae praeesse voluisti,
propitius respice:
da ei, quaesumus, verbo et exemplo,
quibus praeest, proficere:
ut ad vitam, una cum grege sibi credito,
perveniat sempiternam.
Per Christum, Dominum nostrum.
Amen.


4 de mayo de 2025

ANTES DEL CÓNCLAVE

 CEP | ¿Por qué este es el símbolo de la Sede Vacante? Cuando un templo  tiene el título de basílica, entre otras cosas, tienen derecho a usar... |  Instagram

Tras el fallecimiento del Papa Francisco I y los preparativos para la celebración del cónclave, que iniciará el próximo 07 de mayo, los medios, tanto los mainstream como los alternativos, comenzaron a difundir, como igualmente pasó en 2005 tras la muerte de Juan Pablo II o en 2013 ante la renuncia de Benedicto XVI, una serie de noticias sensacionalistas, que giran en torno, o de las supuestas profecías sobre el último Papa y el fin del mundo, o bien, sobre las presuntas facciones políticas existentes al interior de "la Iglesia" (término bajo el que se identifica únicamente al clero) o de los Cardenales electores, como si trasladaran a la elección papal los mismos avatares y características propias de la elección de un Presidente de la República en EUA, México o cualquier otro país en el que exista un régimen presidencialista.

Comentemos un poco estos fenómenos:

Los Occidentales tenemos cierta fascinación por la idea del fin del mundo, o incluso, como a veces se dice: "un culto al colapso" según algunos comentaristas, por lo que siempre existe el miedo a que ocurra un cataclismo, un evento repentino, masivo y catastrófico, que destruya a la humanidad o a la civilización, incluso, la Historiografía Occidental, y hasta la Paleontología y la Geología igualmente han pretendido estructurar su estudio del pasado en torno a eventos catastróficos y súbitos que definen los cambios de épocas: se habla de la "Invasión de los (indefinidos) Pueblos del Mar" como la causa del final de la Edad de Bronce, la caída del Imperio Romano de Occidente se imagina como algo que ocurrió de un día para otro con hordas de miles de germanos saqueando, destruyendo y violando todo a su paso, el fin de la Edad Media se ilustra con la caída de Constantinopla, pese a que el Imperio Romano Oriental ya era un fantasma desde 1204 y en buena medida el asedio hecho por los turcos pasó como una nota al pie para la Europa Occidental, que temía más la eventual caída de Hungría, y es muy probable que acontecimientos así de específicos como la demolición del Muro de Berlín o el 11 de septiembre de 2001 pasen como el nuevo parteaguas.

Así, quién sabe si realmente con base científica, o con una interpretación mitológica, o apocalíptica, de la ciencia, al estudiar los estratos geológicos, se hable de extinciones masivas en el pasado provocadas por meteoritos, erupciones volcánicas colosales encadenadas o eras de hielo que semejan a aquella leyenda de la mitología indígena mesoamericana de los "5 Soles", eras pasadas acabadas por inundaciones, huracanes, terremotos o incendios generalizados, mientras los astrónomos nos predicen el final definitivo del planeta con la conversión del sol en una gigante roja dentro de 5,000 millones de años y su posterior apagado hasta volverse una enana blanca.

En ese sentido, la muerte del romano pontífice aparece naturalmente, como el cierre de una época, como lo es, de un pontificado, por lo que la gente, inspirada en esta superstición de espera del colapso, alimentada además por la cultura popular que, en los últimos años nos ha repetido una y otra vez la idea del apocalipsis zombi, en la que se repiten los mismos patrones (hay un grupo de sobrevivientes, que encuentran que los otros, en especial si son gente religiosa, heterosexual y anglosajona, son los verdaderos peligros antes que los zombis, quienes o son creados por un cuitlacoche asesino, los experimentos de una malvada empresa privada o un proyecto militar del imperialista y poco transparente gobierno de EUA, que se le salió de control, eso es lo de menos, por supuesto, los creadores de esta tan repetida historia al parecer son Marxistas y Wokes que siempre abordan la misma temática y con los mismos mensajes, sea en videojuegos, cine o series de TV).

Esta idea del colapso viene originado, en mucho, por la interpretación que hizo de la Historia San Agustín, en su obra La Ciudad de Dios, partiendo de la propia estructura de las Sagradas Escrituras, que comienzan con el Génesis, con la creación del mundo y el origen del pueblo Judío, para terminar en el Apocalipsis, una visión del Apóstol San Juan del fin de los tiempos, y quien aporta una concepción lineal-ascendente del tiempo, a diferencia de concebirlo cíclicamente, como los antiguos lo planteaban, de ahí la teoría de los ciclos de cambio de formas de gobierno de Polibio de buenas a malas y de regreso y que continúa siendo base de la forma en que, en Oriente, se ve la Historia. 

Sabemos bien que en la Teología existen los llamados Novísimos, estudiados por la rama de la Escatología, entre las que está, por supuesto, el estudio del Final de los Tiempos, mismos que fueran anunciados por el propio Jesús y también, en el contenido del Apocalipsis de San Juan, también, en algunos libros del Antiguo Testamento, como el del Profeta Daniel, se contienen algunos de estos vaticinios, sin embargo, cuando se habla de que el próximo Obispo de Roma será el último, cada vez que fallece uno, se alude a autores o fuentes que ni siquiera cuentan como revelaciones privadas, tal es el caso de Nostradamus, de San Malaquías o del propio Juan XXIII, cuando no, se pretende señalar a las apariciones marianas, en especial a Fátima o La Salette, como fuentes; aún así, en ninguna se habla de que el último Papa será de raza negra, lo que, a mi parecer, es algo incluso racista: ¿porqué tendría que ser alguien del África Subsahariana un signo ominoso? Ya en los 90, la película Deep Impact, acerca del choque de un meteoro similar al que, se teoriza, fue causa de la extinción masiva de los dinosaurios a fines del periodo Cretácico, se jugó con que un Presidente de EUA, interpretado por el gran Morgan Freeman, era señal del evento catastrófico; pese a que pocos años después, Barry Soetoro/Barack Obama llegó al cargo y a pesar de que causó desastres por todos lados, (por sus actos, no por el color de su piel) no pasó nada que llevase a la extinción de la humanidad.

En el Evangelio, Cristo dice que sólo el Padre Eterno sabe el día y hora del fin, pero que habríamos de leer los signos de los tiempos; si bien vivimos tiempos convulsos, no lo son más que los que apreciaron los habitantes del Imperio Romano a inicios del siglo V, o en la Europa de 1453, y quizá menos de lo que percibieron los indígenas mesoamericanos a partir de 1519 tras el desembarco de Hernán Cortés, y aún en todos esos casos, como el actual, no se trató de un acontecimiento repentino y demoledor que marcó de inmediato un antes y después --pareciera que muchos piensan que en la noche del día en que Rómulo Augusto entregase sus insignias a Odoacro, todos se acostaron vistiendo túnica y toga, y despertaron vistiendo mallas, camisa, jubón y sombrero emplumado al estilo Robin Hood, ya en la Edad Media-- cuando en realidad, fue un largo proceso de lentas transformaciones políticas, sociales, demográficas y culturales que había arrancado desde el reinado de Marco Aurelio.

Hoy en día, estamos en un mundo en constante transformación: la baja natalidad de los europeos y la inmigración masiva de África y Medio Oriente están transformando --aunque no nos guste-- la faz del Viejo Continente y dará lugar a un nuevo mundo. Lo que vemos que ocurre en México, Argentina, Estados Unidos y otros países, con el ascenso de líderes carismáticos y autoritarios, es parte del proceso de cambios del sistema político del Estado Liberal de Derecho, basado en la Democracia, a algo nuevo que todavía está lejos de cuajar y adoptar rasgos definidos. El ascenso de China, la Rusia resurgente y el quiebre del orden construido tras la Segunda Guerra Mundial basado en el Derecho Internacional, que ahora permite a potencias como la India y Pakistán, o Israel lanzarse o amenazar con la guerra total por defender su existencia o sus intereses, la reaparición de la Piratería como instrumento de las potencias para hacer la guerra de modo indirecto, como lo hicieron Inglaterra, Holanda y España en el Caribe del siglo XVII hoy en el Golfo Pérsico con los Hutíes yemenitas contra Israel o EUA, de parte de Irán, todo eso nos abre un panorama incierto, pero fascinante en que vemos a la Historia actuando ante nuestros ojos, dibujando un futuro que será muy distinto al que hemos conocido hasta ahora.

Ante todo eso, debemos recordar que la Iglesia lleva existiendo 2,000 años, y ha visto las convulsiones del pasado que hemos resumido aquí. La promesa de Jesús: "Las Puertas del Infierno no prevalecerán ante ella," o aquella visión de San Juan Bosco en que la vio como una barca que, en medio de la tormenta, se mantiene a flote; así, ante el panorama actual podemos estar seguros, confiando en la promesa del mismo Dios, que el electo a partir del próximo 07 de mayo, será el adecuado para confrontar el oleaje. Como lo planteábamos en el post anterior, Francisco I respondió a una generación y a una realidad que ahora, se desvanece. Cumplió un papel en el tiempo que le tocó, como en el pasado le tocara a Alejandro VI o Julio II durante el Renacimiento, en una época de descubrimientos, expansiones y revoluciones científicas y tecnológicas, --en buena parte, justo como la nuestra-- y fueron polémicos al ser hijos de su tiempo y lugar.  Hoy, en las congregaciones preparatorias del cónclave, los Cardenales se han manifestado críticos con la obra del pontífice argentino en sus puntos polémicos y parecen alcanzar un consenso hacia una vía más conservadora, tradicional, que brinde certezas y que la gente, en medio de la tormenta que azota al mundo, pueda asirse a los maderos de la barca de San Pedro sabiendo que no podrá hundirse.

En ese sentido, creo que el próximo pontificado irá acorde con los signos de los tiempos que vienen, creo que será alguien que procurará dar más certezas en vez del indeciso y cambiante papado de Bergoglio, quien, me da la impresión, quedó en buena parte pasmado al verse elevado al solio pontificio y se dedicó a capotear los problemas antes que enfrentarlos, procurando quedar bien con todos, para al final no quedar bien con nadie. Oremos por el cónclave y el próximo Papa, no cometamos el error de no haber rezado por el pontífice sudamericano cuando incluso, nos suplicó hacerlo, y en muchos casos, ignoramos su petición de ayuda porque no era lo que nosotros esperábamos que fuera, ignorando que si ocupó la cátedra petrina fue porque Dios así lo quiso.