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7 de diciembre de 2021

AUF WIEDERSEHEN, FRAU MERKEL!


Angela Merkel - Wikipedia, la enciclopedia libre

Lo que caracteriza al Feminismo radical es fundamentalmente, que en vez de defender que las mujeres cuentan con igual dignidad que los varones, y que todos, como miembros de la especie humana compartimos una misma naturaleza, --corrompida-- que nos hace poseer por igual virtudes y defectos, y llegar a tener logros y fracasos, problemas y soluciones, se plantea que la mujer es inherentemente superior al hombre, sustentándose ello en una perpetua victimización; pareciera que se considera que la mujer siempre ha sido oprimida o sometida por el hombre a fin de limitarla y evitar que el girl power se imponga y cree un paraíso en la Tierra. De ahí que, por el simple hecho de ser mujer, cualquiera que llegue a algún puesto de poder o de autoridad, será ya, en automático, la mejor de la Historia y una gran líder, el hecho de llegar al poder a través de un proceso electoral, es ya considerado un logro...

...Excepto si eres Margaret Thatcher; la británica, por el contrario, pese a haber pasado a la Historia como la primer mujer en ocupar la casa marcada con el número 10 de Downing Street, y haber muerto en 2013, aquejada de Alzeheimier, sigue siendo víctima de ataques, burlas y desprecio por las Feministas y la Izquierda, que no perdona su conservadurismo y el haber sido una mujer de familia, como tampoco, el haber impulsado políticas que desmantelaron el oneroso Estado de Bienestar construido por los gobiernos del Partido Laborista en la Posguerra. Así, la Thatcher ha sido caracterizada en una película en que es interpretada por Meryl Streep, como una mujer insegura, débil y títere de los hombres: principalmente su marido y los líderes del Partido Tory, aunque quizá ha sido Gillian Anderson, en la serie The Crown, quien llegó al extremo de hacer una ridícula caricatura de la ex-Primera Ministra, la Agente Scully parece que intentó dar su mejor esfuerzo en interpretar a un personaje tan importante, pero entre un guión malintencionado y que la figura de la Thatcher le quedó, evidentemente, muy grande para sus capacidades histriónicas, el resultado fue verdaderamente patético.

Pero si eres mujer y te llamas Angela Merkel, no habrá críticas negativas hacia tu actuar y tu legado para la Historia; todo en ti será muestra de grandeza: el haber vivido la infancia y juventud en la Alemania Oriental bajo un régimen comunista y el control soviético, hija de un Pastor Luterano, nadie hará caso de los antecedentes de que fuiste informante de la Stasi, la temible policía política del régimen presidido por un carnicero y traidor como Hönecker, quien evadiera la Justicia protegido vergonzosamente por la Izquierda Chilena, la que ahora pretende destruir su país con una constitución plena de disparates mientras sigue despotricando contra Pinochet. Tampoco, tu subordinación y falta de valor para hacer frente a los chantajes energéticos de parte de Vladimir Putin o con la cuestión migratoria de parte de Erdogan serían materia de crítica alguna; el que se atreva a hacerlo, de inmediato será acusado de ser misógino y machista.

La realidad es que Angela Merkel ha hipotecado el futuro de Alemania en más de un rubro; si bien muchos pueden alegar que con ella Alemania logró la preeminencia en el seno de la Unión Europea, también debe decirse que esto fue producto del impulso que ya traía tras de sí desde los años ochenta: con la industria más potente del continente, y si bien la reunificación le provocó cierto lastre, la expansión de las comunidades europeas con la adición de los países del este de continente, recién liberados del comunismo, la expansión aparejada de la OTAN, y el conflicto en Yugoslavia benefició a Alemania, y finalmente, la adopción del Euro como moneda común del bloque, lo que potenció al país germano para encumbrarse por encima de todos los demás miembros de la Comunidad.  De esta manera, se creó mercados cautivos para su industria, y deudores esclavizados a sus bancos. Así que mucho de esto no ha sido mérito de la Canciller, sino que más bien ella dio continuidad a lo hecho por Khol, su mentor tras la unificación, y por Schroeder, con quien comparte algo fundamental, la subordinación a Rusia en cuanto a la materia energética.

Porque pareciera que Merkel se mantiene fiel a Moscú como en sus tiempos de militante comunista en la llamada RDA, (República Democrática -de nombre- Alemana), y así, como una de las metas de su administración tuvo la construcción del gasoducto Nordstream, mismo que le permite a Rusia enviar su gas natural a Europa Occidental sin pasar por Ucrania y otros países del este que antes se encontraban dentro de sus fronteras o detrás de la Cortina de Acero, castigándoles así por su infidelidad al hacerles perder los ingresos que reportaba el cobro de derechos por el paso del hidrocarburo, y su cuota del mismo para su uso, a la vez que permite a Moscú controlar a Europa Occidental a base de chantajes con el abrir y cerrar la llave del combustible, más en invierno. Incluso, en las reuniones que a lo largo de este tiempo ha sostenido con el Presidente ruso Vladimir Putin, Merkel se comporta de manera temerosa y se asusta ante la irrupción de los perros del líder eslavo. (Yo siempre me he preguntado si Putin no habrá conocido a Merkel en los años 80, cuando él se encontraba destacado en Berlín Oriental trabajando para la KGB y la alemana era una científica y política fiel al régimen comunista satélite de Moscú).

En particular, en Alemania, Merkel ha deseado seguir una política ecológica cerrando centrales termoeléctricas y nucleares para construir parques eólicos o de aprovechamiento de los cambios en las mareas para generar electricidad, lo cual es insuficiente, y privados de sus fuentes propias de energía, como es la utilización del carbón, o de los reactores nucleares, han tenido que aumentar las compras de gas ruso y petróleo árabe a fin de satisfacer las necesidades energéticas.

Pero también, la Merkel ha hipotecado o puesto en peligro el futuro de Alemania como nación. Es cierto que los alemanes tratan de huir de su pasado Nacionalsocialista y del estigma del racismo que dicha ideología política conllevaba con su nacionalismo extremo. --No así con las ideas en torno a la Eugenesia, que de la mano de las políticas identitarias y de género parecen estar más en boga que en los años 30, y nadie parece darse cuenta que se usan muchos procedimientos: cirugías, hormonas, etc., que ya eran impulsados y quizá se deben a los experimentos realizados por Joseph Mengele y otros esbirros hitlerianos similares-- Sin embargo, eso no debería llevar al extremo de buscar el suicidio cultural y étnico de los alemanes como parece haberlo buscado la Canciller perteneciente al Partido Demócrata Cristiano, al cual ha admitido musulmanes, dejando en membrete hueco al nombre del instituto político. La Eugenesia y el feminismo extremos hundieron el índice de natalidad de los germanos, mientras que la política de puertas abiertas a los inmigrantes permitieron la entrada en masa de islámicos y africanos; es de recordar que pretendió convertir al futbolista Mesut Özil en símbolo de la integración de los Turcos a la sociedad alemana, pero al final se dio al traste, cuando a cada gol que anotaba, el deportista hacía un gesto con la mano representando la media luna que le identificaba como seguidor de la doctrina coránica y orgulloso de su identidad otomana; terminando por derrumbarse esa imagen cuando Özil se tomó fotografías con Reccep Tayyip Erdogan, el Presidente Turco, y luciendo la camiseta de la selección turca de fútbol antes del Campeonato Mundial de 2018 celebrado en Rusia, lo que significó su salida del combinado alemán, mismo que tendría una desastrosa actuación en dicho torneo con un equipo que contaba con varios elementos no germánicos.

Erdogan, precisamente, ha sido quien ha hecho a la Merkel como ha querido en torno a los temas migratorios, los cuales ha usado como arma de chantaje para arrancar de la Unión Europea, a través de Alemania, una serie de concesiones y ayuda económica; muy probablemente, ha contado con la complicidad de la industria alemana, hambrienta de mano de obra y ante la cada vez más cara y escasa local, necesitan la llegada de obreros baratos y jóvenes, sin importar su procedencia, mismos que llegan con el membrete de refugiados a fin de facilitar las cosas y obviar trámites migratorios; detrás de supuestas operaciones humanitarias, lo que hay es tráfico de personas.

Angela Merkel no ha ocultado su gusto por las medidas de vigilancia y restricción de libertades, así como de engrosamiento del aparato estatal que parece ser resabio de sus experiencias en la Alemania Oriental, y así la Pandemia del COVID le ha venido a la perfección para establecer una serie de medidas limitantes de la libertad, como los confinamientos, los pasaportes sanitarios, cámaras de videovigilancia que ahora dejan en nada a lo que hacía la Stasi.

Alemania, bajo el mandato de Merkel fue responsable de la crisis económica de Grecia, España, Italia y Portugal, países a los que se tildó de PIGS, por sus iniciales, sobre todo por la voracidad de sus entidades bancarias, en particular, cómo se cebaron con el país heleno, destrozado por la corrupción y la temeridad de sus gobiernos que decidieron organizar los Juegos Olímpicos de 2004, financiados por los bancos alemanes. Este tipo de políticas financieras draconianas, orquestadas desde Berlín y Frankfurt, han encontrado en Úrsula Von Der Leyen, una hechura de Merkel para quien fue Ministra de Defensa --con quien la Bundeswehr se terminó por convertir en un ejército simbólico, debilitado y con armamento obsoleto e ineficaz,-- como Presidente de la Comisión Europea, (y que fuera humillada por Erdogan, quien, fiel a su fundamentalismo islámico, la trató como inferior en una reunión, sin que eso tuviera consecuencias, porque, como he dicho, el dirigente turco ha sabido muy bien cómo manipular a la Canciller alemana, y ganarse cierta preeminencia sin que se pueda evitar) a un brazo ejecutor en todo el Bloque, lo cual, sin duda, influyó en el Brexit, siendo éste la manera en que Gran Bretaña se distancia y se opone a la posible instalación de un poder hegemónico continental sobre ella, lo cual ha sido la tónica de su política desde tiempos de Enrique VIII en el sigo XVI.

Para concluir, el balance de los 16 años de la Era Merkel no es positivo. Pese a que los medios la han pretendido vender durante todo este tiempo como una gran líder, no es así, el Feminismo parece pretender imponer la idea de que una mujer en un alto puesto gubernamental, por el mero hecho de ser mujer, será lo mejor existente en el ejercicio del poder, sin corrupción, sin errores, sin intereses mezquinos. Es cierto, por supuesto, que han existido mujeres con visión política y de Estado: Isabel la Católica de España, la Reina Victoria, e incluso, aunque fuese enemiga de la Hispanidad, Isabel I de Inglaterra, Leonor de Aquitania, la emperatriz romana Teodora, Cleopatra VII y Hatshepsut de Egipto, Golda Meir en Israel y Margaret Thatcher de quien iniciamos hablando en este post, pero no es el caso de Angela Merkel. 

Merkel ha dejado una Alemania con una aparente hegemonía sobre Europa, pero en realidad dependiente de Rusia en materia energética y sujeta a los chantajes del Mundo Islámico a través de Erdogan en materia migratoria, incapaz de defenderse a sí misma y dependiente en ese caso de EUA. La deja detestando su pasado más que nunca y desprovista de identidad, y lo peor, con un futuro incierto, salvo en el sentido de que, pese a su pretendida preponderancia, se hundirá junto al resto del Bloque.

Ahora, viene un Gobierno integrado por una coalición progresista a la que cómicamente se le ha llamado "coalición semáforo" por los colores verde, amarillo y rojo de los partidos que la integran, que será presidido por el socialdemócrata Olaf Scholz (el SPD es una plaga que ha contaminado Alemania desde hace unos 140 años, y en mucho contribuyó a construir, pero sobre todo, a destrozar, a la República de Weimar y pavimentarle el camino a Hitler), y cuyo programa continuará con la demolición de Alemania que encabezó Merkel. El futuro para Alemania y con ella, para Europa, luce poco esperanzador; al parecer, lejos de quedar en la Historia como una gran líder, Angela Merkel, en tiempos futuros, más serenos y más cuerdos, probablemente sea vista como Pandora, abriendo la caja de las plagas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con razón, la DW en español hizo un reportaje sobre la llegada de miles de alemanes a Paraguay huyendo de las medidas restrictivas contra el Coronavirus.

Alemanes buscan refugio en Paraguay

https://www.youtube.com/watch?v=a285hmUXvw4