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5 de abril de 2018

SHAKA ZULU Y LA DESCONOCIDA HISTORIA DE ÁFRICA

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En esta era de lo "políticamente correcto", dentro de las producciones televisivas y de cine, se ha dado la tendencia por incluir personajes de raza negra, o cambiar aquellos que eran originalmente blancos, por negros. Eso lo hemos visto en algunas series basadas en personajes de los cómics, como el caso de Flash o Supergirl, donde personajes como Iris West o Jimmy Olsen, originalmente blancos y pelirrojos han sido transformados en afroamericanos. Pero no solo eso, en la BBC británica, se ha señalado que personas de origen africano habitaron la provincia romana de Britannia, cosa que, si bien pudo haberse dado en forma por demás rara o extraordinaria --sí podía darse cierta presencia de africanos subsaharianos en el Imperio Romano, llegados en la migración de pueblos nómadas a través del Sahara, como esclavos o por el contacto con el Imperio Kushita o Nubio  al sur de Egipto, aunque no eran tampoco una población importante en el Imperio-- o cuando no, personajes de la historia antigua y medieval europea han sido retratados como negros.

Hay que decirlo, realmente, el racismo es un trauma anglosajón provocado por el protestantismo y la economía esclavista adoptado en el Imperio Británico, pero esta solución, de lo "políticamente correcto" es igualmente racista, puesto que no entra en el origen cultural e histórico de los africanos y sus descendientes ni trata de mostrar esos orígenes o exaltarlos, tratando, forzadamente, de incluirlos en una Historia que no es la suya y como parte de una cultura que tampoco es la suya, pero que además, es considerada como la importante, y a la que deben incluirse los afrodescendientes, manteniendo la Historia de Africa como una incógnita o incluso, desechándola como algo que no vale la pena conocer.

Hacia 1987, la productora norteamericana Harmony Gold fundada por el empresario de origen libanés Ahmed Agrama se encontraba en los cuernos de la luna, tras el éxito que había tenido con el anime Robotech, a raíz de lo cual la empresa se convirtió en una de las principales difusoras del Anime en Occidente, siendo por tanto, muy importante para la popularización de dicho arte japonés. El éxito, y los recursos obtenidos con la animación japonesa, le llevaron a internarse en la producción de series de acción real, una de ellas fue una miniserie de La Vuelta al Mundo en 80 Días, protagonizada por Pierce Brosnan, quien había consolidado su presencia en la TV tras su éxito como un misterioso detective británico en EUA en Remington Steele, personaje que le abrió las puertas de la fama, y en la adaptación de la obra de James Clavell La Casa Noble, en que, en forma casi profética, se mostraba las reformas económicas en China y la inminente devolución de Hong Kong al Celeste Imperio.

Sin embargo, la mejor y más recordada producción televisiva con live action de Harmony Gold fue Shaka Zulu, una adaptación de la novela histórica del británico Joshua Sinclair, misma que contó con un elenco de lujo, encabezado por el actor sudafricano Henry Cele, (en la imagen) quien pertenecía precisamente a la etnia zulu, ex-futbolista y que había adquirido relevancia con una interpretación del Rey de los Zulu Shaka, quien reinara a inicios del siglo XIX, en una obra de teatro, y que desgraciadamente, posterior a esta formidable actuación, quedó encasillado y no pudo tener relevancia más allá de papeles secundarios, falleciendo en 2007 a causa de una afección pulmonar, y una serie de actores ingleses muy reconocidos: Edward Fox, Robert Powell, quien había alcanzado fama por su interpretación de Jesucristo en el clásico de Franco Zeferelli, Trevor Howard y Christopher Lee. Es de poner atención que en 1986, año en que se filmó el serial, Sudáfrica seguía inmersa en el apartheid, aunque el mismo se encontraba ya diluyéndose, mientras el régimen blanco era presa de sanciones económicas internacionales, 

Yo la vi hace años, cuando era adolescente, pero ahora, la volví a ver al saber que se encontraba agregada al catálogo de Netflix, y la verdad, es una excelente experiencia para el espectador el ver una de las mejores producciones televisivas que se hizo en los años ochenta, más por el contenido de la serie, hecha en una época en que no existía tanta presión por lo políticamente correcto, pese a la lucha por la igualdad racial que se daba en Sudáfrica por aquellos años, aunque el Apartheid en aquel entonces se encontraba ya más diluido, la liberación de Mandela estaba ya próxima y el gobierno de Pieter Botha, que en apariencia era un racista radical, había iniciado las reformas que culminaría su sucesor Frederik De Klerk, permitiendo un mayor acceso a la educación de la población de color, autorizando el matrimonio interracial y el otorgamiento de derechos políticos. Botha igualmente, había tenido que luchar contra los intentos expansionistas en Africa de Fidel Castro y aquella experiencia fue limando la enemistad entre blancos, tanto anglos como afrikaners, y negros de todas las etnias.

La serie narra la vida de Shaka Zulu, rey precisamente de la etnia bantú de los Zulu que gobernó entre 1816 y 1828, y que creó un imperio en lo que hoy es Sudáfrica que sería el gran rival de los británicos por el control de la zona a lo largo del siglo XIX hasta su sometimiento a finales de dicha centuria. La serie retrata los logros del caudillo pero no entra en ensalzamientos ni falseos de la Historia: Shaka es retratado, sí como un genio de la estrategia militar --por lo que fuera apodado como el "Napoleón negro"--, y un líder dotado de una gran inteligencia y sentido político, pero también como un megalómano, con severos problemas psicológicos provocados por la humillación vivida durante su infancia y adolescencia, debido al rechazo sufrido por su madre, la reina Nandi, respecto de su padre, el Rey Senzagakona de los Zulu, y dominado por el pensamiento mágico, supersticioso, que no religioso, propio de los pueblos africanos, que le impidió, a diferencia del Japón de Meiji, acercarse a las innovaciones europeas de manera racional y adoptarlas para reformar su Estado y conducirlo hacia la modernidad, cuando su sobrino nieto Cetshwayo lo intentó, décadas más tarde, era ya inevitable caer bajo el dominio de Londres.

Lo que es más interesante, la serie nos aleja de los mitos construidos por la corrección política sobre Africa: la violencia, las hambrunas y los tiranos que ha conocido el "continente negro" no son consecuencia del colonialismo, han sido una constante en la milenaria y poco conocida Historia de esa parte del mundo y radica en el contexto del mismo, con un ambiente hostil dominado por climas extremos y una distribución irregular del agua, y al mismo tiempo dotado de una biodiversidad enorme, lo que condicionó el desarrollo de los grupos humanos subsaharianos, que no avanzaron más allá de la Edad de Hierro; pero también nos aleja de la idea de que se trataba de meras tribus salvajes: por el contrario, existían Estados perfectamente organizados, con ejércitos igualmente establecidos, con rangos y cadena de mando, y donde la intriga política era el pan de todos los días, así como una economía sustentada en la agricultura y sobre todo, en la ganadería. Mucho del atraso material de las sociedades africanas quizá se debió al Islam, que al extenderse por el norte de Africa, actuó como una contención que aisló a los pueblos subsaharianos del contacto con el Mediterráneo y con Medio Oriente, y por supuesto, los alejó del intercambio de bienes e ideas, así como extendió el flagelo de la esclavitud.

El punto central de la historia narrada en el serial es el contacto que tuvo el monarca africano con la expedición británica que fundó la ciudad de Port Natal, hoy Durban, en 1823-1824, en la costa noreste de Sudáfrica, encabezada por el Teniente de Navío Francis Farewell, interpretado por Edward Fox y el médico Francis Finn, encarnado por Robert Powell, quien escribió en su diario una crónica sobre Shaka y el Imperio Zulu, la actuación de Cele es extraordinaria como el megalómano y a la vez supersticioso rey, quien deseaba conocer los secretos tecnológicos de los europeos, pero no los veía más allá de una cuestión mágica, con toda una serie de supuestas profecías que desde su infancia habían marcado su vida y sus avatares políticos-familiares, pues desde niño le señalaron ciertas hechiceras como el designado para elevar el dominio Zulu de ser una tribu menor, sometida a pueblos más fuertes a la que llevó a la culminación el proceso unificador de los pueblos Bantúes del sureste africano que había iniciado el que se convertiría en protector y mentor de Shaka, el rey Dingiswayo, sin embargo, el proceso expansivo de los Zulúes terminó frenándose ante la propia locura de Shaka, su asesinato y la abierta confrontación con los británicos que tendrían sus sucesores.

Lo importante aquí, sin embargo es ver que detrás de lo "políticamente correcto" quizá se esconde la "mala conciencia" que, sobre todo, en el ámbito anglosajón y de origen protestante, se tiene respecto a la depredación que se hizo sobre otros pueblos y continentes. Como lo he mencionado ya antes, el racismo es un trauma o un problema que es propio de la sociedad estadounidense, y en general de los pueblos protestantes que pretendieron sustentar en la Biblia un sistema de explotación económico: Inglaterra y Holanda, aunque también algunos pueblos católicos se subieron a dicho tren: Francia, Portugal, que sustentó mucha de su economía en los siglos XVI a XIX en la trata de esclavos, y Bélgica bajo el sangriento gobierno de Leopoldo II. Mas en los países hispanos, hablar de racismo ha sido por contagio, cuando nuestras sociedades se han caracterizado por el mestizaje y la asimilación.

Y es que el Imperio Español fue un "Imperio Civilizador", mientras que el Británico, el Francés o el Portugués, fueron claros ejemplos de lo que es un "Imperio Depredador" que se interesa únicamente por el aspecto económico y la explotación de los recursos de los colonizados, incluida la población. Ante su paso, que generalmente es destructor, desaparece o se borra la Historia de estos últimos; por ello, el hecho de que la Historia de los pueblos nativos de Africa prácticamente se encuentre desconocida, si no que desaparecida, y se pretenda hacer que las personas de raza negra fueron parte de la Historia Europea es en realidad, un acto de racismo, Hacerles creer que personajes míticos o históricos como Aquiles, Lancelot o Leonor de Aquitania fueron negros es engañar a las nuevas generaciones, presentar una visión deformada de la realidad y además, despreciar la Historia propia de Africa, misma que tuvo grandes líderes como Shaka o Mansa Musa, emperador de Malí y uno de los hombres más ricos de todos los tiempos, que hubo grandes metrópolis como Timbuctú, Zanzíbar o Gran Zimbabwe, y civilizaciones esplendorosas como la antigua Etiopía o el Reino de Kush.

Sería, mucho mayor justicia para los africanos y sus descendientes dispersos por todo el mundo, reconocer y difundir la Historia de su continente y aquilatar sus aportes a la cultura global, después de todo, la música popular actual, desde el Jazz hasta la Salsa, pasando por el Rock and Roll, tiene toda su origen en Africa.

Así que les recomiendo mucho esta miniserie, pues fue una de las mejores producciones televisivas de los años 80, y si quieren aprender sobre la Historia de Africa y conocer mucho de las causas de lo que ha vivido el continente negro, se las recomiendo ampliamente.

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