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19 de agosto de 2011

¿HACIA EL CUARTO REICH?


La foto arriba plasmada ilustra como ninguna otra imagen lo que es la actual alianza entre Francia y Alemania, realizada con la finalidad de rescatar la economía europea: ambos países han sido el motor de la integración europea desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial, aunque, actualmente, ante la solidez del país germánico, muy superior a la francesa, pues este país se encuentra un tanto afectado por la crisis y no ha salido incólume, vuelve a traer a la arena del debate el llamado "problema alemán", mismo que sin duda, ha estado en el centro de la Historia del viejo continente prácticamente desde sus inicios.

Las naciones alemana y francesa tienen su punto de partida con la división del Imperio de Carlomagno en el siglo IX, como lo dije en el post anterior en que hablé del origen de los Habsburgo, la parte oriental se convertiría en Alemania, mientras que la parte central constituiría después tanto a Italia, que se dividiría en multitud de estados feudales que no se unirían sino hasta el siglo XIX, y a los "Estados tapón" de Bélgica, Holanda y Suiza, así como la desaparecida Borgoña.

el problema alemán se define, fundamentalmente, como el expansionismo de la nación germana y su tendencia, casi natural, a buscar la hegemonía sobre Europa. ¿porqué se da esto? Fundamentalmente por 2 causas:

1- La ideológica: Al construirse con Otón I el Sacro Imperio Romano Germánico, penetró en los alemanes la idea de ser ellos los legítimos herederos y continuadores del legado romano en Occidente, por ello, los monarcas alemanes, fundamentalmente los Hoehstaufen y los Habsburgo, como veremos más adelante en el segundo post dedicado a esa familia, buscaron ejercer una autoridad universal, esta idea sería seguida también, aunque más velada, en los Hohenzollern prusianos a fines del siglo XIX (el emperador siguió siendo llamado "César", Kaiser en alemán, por cierto, mucho más y sin duda inspiró mucho a Hitler y ha permanecido en los alemanes, en forma más bien inconsciente, la idea de su preeminencia sobre el resto de Europa.

2- La geográfica: Mientras que Alemania se encuentra limitada al sur naturalmente por los Alpes y al oeste por el río Rhin, hacia el este no existe ningún accidente natural que sirva de clara frontera con Polonia y Europa Oriental, desde la Baja Edad Media, Alemania buscó expandirse hacia el Oriente, de ahí que aun hoy lituanos, letones y estonios compartan además de raíces eslavas, germánicas, y existan hablantes de alemán en el mismo seno de Rusia, a las orillas del Volga.

Así, la historia de Alemania se ha dividido tradicionalmente en 3 etapas imperiales o de poder hegemónico Que ha ejercido el país germano, bajo el nombre de "reich", que en alemán siñgnifica "imperio", precisamente: el primer imperio, abarca desde la coronación de Carlomagno en el año 800 y hasta la renuncia que hace Francisco II de Habsburgo al trono imperial romano-germano en 1806, ante un Napoleón que pretendía restaurar en sí mismo al sueño imperial romano, Francisco, como lo veremos en otro post, se nombrará únicamente Emperador de Austria, marcando así la separación de ésta respecto de Alemania.

El Segundo Reich nace en 1871 y muere estrepitosamente en 1918, con la unificación alemana hecha por la paciencia y ambición de Guillermo I de Prusia y el talento genial de Otto Von Bismarck, pero su destrucción ocurre ante la muerte de este genio político y la subida al trono del veleidoso Guillermo II, con mentalidad de mamporrero de callejón y dueño de un poder absoluto, llevaría a Alemania a la Primera Guerra Mundial.

el Tercer Reich constituye la aventura revanchista y totalitaria de Hitler y el Nacionalsocialismo, que duró apenas 12 años, de 1933 a 1945.

Entre cada Reich, Alemania conoce épocas de división o de debilidad: la Confederación Germánica entre Napoleón y la unidad de 1870, y la República de Weimar de 1918 a 1932, y tras 1945, la ocupación y la división alemana en dos partes.

Pero desde la caída del muro de Berlín en 1989, circula el temor en Europa de un cuarto Reich, y Alemania tiene cada vez más, la capacidad de hacerlo realidad, y lo que es más importante, de manera hasta cierto punto incruenta y la verdad, merecida, pues ninguna otra nación europea "se ha puesto las pilas" como lo ha hecho Alemania para reconstruirse tras dos derrotas catastróficas seguidas.

Se plantea que la recién unida Alemania alentó el conflicto yugoslavo a fin de recuperar su natural zona de influencia medieval en Europa Oriental ante el declive ruso ocasionado por la desmembración de la URSS, ante el actual resurgimiento ruso, se plantea que de nueva cuenta habrá choque entre ambas potencias por la supremacía de la región y por ello, Alemania no busca una hegemonía sola, sino se mantiene dentro de los dictados de la OTAN y principalmente, la Unión Europea.

Precisamente, este bloque supranacional surgió de la necesidad de dar una solución al problema alemán: Francia, el enemigo tradicional, buscó hacer de los germanos a su socio a fin de crear una relación de interdependencia que hiciera desaconsejable a los alemanes el agredir a los galos cuando tienen intereses comunes con ellos.

Pero qué pasa ahora? Pues resulta que Alemania sí ha hecho su tarea y los demás europeos no. España se tambalea, lo mismo que Italia y Portugal, y Grecia yace en el bote de basura, Inglaterra se encuentra en medio de una espantosa crisis moral y social que había estado oculta hasta hace unos días en que estalló con los disturbios de Tottenham, y económicamente se encuentra en retirada, los países escandinavos parecen autistas: Noruega es un emirato petrolero nórdico, Suecia ve languidecer en forma lenta su economía y Finlandia puso todos los huevos en la canasta de Nokia que amenaza con romperse ante la despiadada competencia y devolver al país al Tercer Mundo del que acababa de salir, Austria y Suiza se la llevan como paraísos fiscales y manufactureros de artículos de lujo y del turismo, Bélgica está en riesgo de dividirse, y Holanda, verdadera nueva Sodoma, incuba problemas que pueden ser mucho peores que los ingleses, igual que Dinamarca.

Entre tanto, los países de Europa Oriental que han ingresado a la unión únicamente sirven como un cinturón estratégico para acordonar a Rusia, pero económicamente han sido más una carga que una ayuda.

Francia, entre tanto, mantiene una economía fuerte pero que tiene puntos débiles claros: enorme gasto público, desempleo y una gran masa de inmigrantes depauperados, burocratismo y excesiva intervención del Estado.

Pero Alemania es otra cosa: tiene empresa tremendamente grandes y extendidas por todo el mundo: BMW, Mercedes Benz, Bayer, Volkswagen, Maytag, Bausch & Lomb, etc. Son apenas algunos de los nombres, su potencia económica le ha servido para ser el sostén del euro, rescatar a su saqueada y subdesarrollada parte oriental, y rescatar a Grecia y las otras economías débiles europeas, pero todo esto, a costa del contribuyente germano.

Así, los alemanes y los franceses han llegado a determinar lo que puede salvar al euro y a la economía europea: formar una política monetaria común, y posiblemente fiscal, para toda la unión y no dejar que sea la simple suma de las partes, que ocasiona que las débiles arrastren a todo el edificio para abajo.

Esto, por supuesto, lleva a pensar que la comisión rectora que se plantea formar obedecerá a los intereses alemanes y franceses, en particular los primeros, y que los demás países europeos quedarán sujetos a la hegemonía económica germana, que con toda probabilidad, sería quien dictaría las políticas comunes de acuerdo con sus intereses.
Sin embargo, existen varios problemas o inconvenientes a que se haga realidad esa hegemonía alemana. en primer lugar, un enorme sector de la población europea cada vez más cuestiona los logros y la conformación de la Unión, que cada vez más construye grandes y pesadas estructuras burocráticas e impone regulaciones para esto o aquello, y es que tiene que ser así, puesto que de otro modo sería imposible la armonización completa entre países que aunque comparten territorios e historias, son muy diferentes entre sí.Igualmente, el temor a la pérdida de soberanía cada vez más aparece como un obstáculo a la integración completa de los europeos: muchos desean libre comercio, libre circulación y la existencia de un entorno común, pero no quieren llegar a tanto como crear unos "Estados Unidos de Europa". Por otro lado, Alemania arrastra tras de sí varios problemas:

En primer término, Alemania está perdiendo el bono demográfico que conoció tras la Segunda Guerra Mundial y la natalidad en descenso se sustituye con la migración: hoy en día, las comunidades musulmanas, principalmente turcas, iraníes y kurdas han crecido mucho, y dentro del esquema de multiculturalismo, cada vez tienen una mayor conciencia de ser comunidades separadas y con voluntad para apropiarse de la identidad y rol de Alemania sin ser alemanes más que de nombre. Por otro lado, el cóctel se ha complicado más con la entrada de inmigrantes de los Balcanes y Europa Oriental y el Africa Subsahariana, los Gobiernos alemanes han sido muy permisivos con la migración, tanto por cuestiones económicas y la necesidad de mano de obra, como por el temible espectro de Hitler, que les impide restringirla, para no parecer racistas ni xenófobos.

En segundo lugar está la dependencia energética alemana, agravada ahora con la decisión de Merkel del "apagón nuclear" tras el incidente de Fukushima y que está programado para el año 2025: resulta ilusorio que para entonces la totalidad de la energía se producirá por el sol o en estaciones eólicas, y si hay un gran beneficiado de esta determinación es Rusia, que ya de por sí interviene grandemente en la política alemana a través de sus gigantes Lukoil y Gazprom, de las que el ex-canciller Gerhard Schroeder es el representante en suelo alemán y garante de los intereses del gigante eslavo.

Por último, la sociedad alemana se encuentra con los mismos problemas de crisis moral que el resto de las naciones europeas: el hedonismo, la adopción de costumbres y ópticas norteamericanas-consumistas, han hecho que esa idea de la disciplina y el orden típicamente alemanas vayan quedando en el pasado, todo esto hace que si bien Alemania puede alcanzar la cumbre sobre Europa, tambièn puede ser que sea su "canto del cisne" antes de derrumbarse con todo el conjunto europeo y occidental.

Como muestra: ayer, pese a los anuncios de la amorosa pareja de Sarkozy y Merkel, nada salvó a las bolsas europeas y del mundo de vivir un "jueves negro", y es que las perspectivas no son nada halagüeñas ante la crisis del endeudamiento público, y después de todo, la creación de más burocracia comunitaria implicaría más gasto público, ergo, más deuda, y Jacques Delors, uno de los impulsores de la moneda única señaló, alarmado, que tanto el Euro, como la propia Unión, ante la crisis, corren riesgo de desaparecer...

Pobres alemanes, nomás núnca se les ha hecho...
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Lo vuelvo a decir: Hugo Chávez es el "loco útil" del BRIC+Irán+Turquía, ha nacionalizado al oro, del que Venezuela tiene grandes reservas, y ha anunciado que no lo venderá más a EUA o a Europa, pero sí a los países emergentes antes mencionados, ávidos de sustituir sus reservas en dólares por el metal precioso. No cabe duda que el plan para derrumbar a la cada vez menos rica primera potencia mundial continúa.
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Lo cocurrido en Madrid muestra el grado de división que ha ocasionado Zapatero en la sociedad española tras 7 años de desastroso gobierno y de obrar guiado por los rencores ideológicos del pasado, y es sintomático de lo que pasa en nuestro Occidente: existe una enorme mayoría de personas que sólo quiere vivir en paz de acuerdo a sus creencias, sus costumbres y tradiciones, pero existe una minoría que, respaldada por los Medios de Comunicación, y en este caso, por el gobierno mismo, se ve empeñada en desaparecerlas en nombre del "progreso" y del "cambio", para lograr construir la utopía marxista, que es el mismo objetivo de la Izquierda Socialdemócrata que de los Comunistas revolucionarios.

Una cosa es estar en desacuerdo con las acciones del Papa Benedicto XVI, no ser católico o señalar, --cosa en la que coincido parcialmente--que la JMJ constituye un verdadero exceso y un serio quebranto para las debilitadas arcas españolas (de lo cual, ciertamente, tiene toda la responsabilidad la pésima gestión de Zapatero), pero otra cosa constituye el agredir, burlarse y buscar la violencia, y amenazar con la muerte, el fuego y la ira a aquellas personas con las que no se coincide y que no hace otra cosa que rezar, eso solo muestra el nivel y las verdaderas intenciones de esos radicales, deseosos de derramar sangre... y parece que su única razón para hacerlo es porque no quieren oir a alguien que les diga que follar no es todo en la vida... También resulta curioso que no protesten por el gasto público de Zapatero en financiar cineastas, cantentes millonarios, días del orgullo Gay, dádivas a Marruecos y a Cuba y a ONG's desconocidads o a la presencia musulmana en España, en eso han sido muy selectivos y muestran su verdadera intención, quizá han provocado toda esta polémica para distraer del desastre economico provocado por la propia administración del PSOE.

Por otro lado, y quizá para el próximo pontífice, cabrá realizar una revisión profunda respecto al tipo de estrategias y eventos que se han desarrollado desde la época de Juan Pablo II, algo que ha sido criticado también por católicos tradicionalistas: eventos multitudinarios como éste evidentemente son muy onerosos y claramente sí ocasionan, como en el caso, un enorme gasto para el Estado que acoge tales eventos en una época en la que, como dice el dicho: el horno no está para bollos. En vez de este tipo de costosos "espectáculos religiosos" en la que muchos de los asistentes solo van por el "show" o por el desmadre, y la fe queda en la superficie, se necesita regresar a una vivencia de la fe más íntima y personal, a la mística, al rescate de la Liturgia y del pensamiento filosófico y teológico clásico. El renacimiento de la Iglesia Ortodoxa en Rusia y Europa Oriental se está dando gracias a esto y no por eventos masivos, conciertos y "protestantización" como ha estado sucediendo entre nosotros los Católicos desde el Vaticano II.

Pero de todos modos, esto no justifica la acción de los energúmenos intolerantes de la Izquierda... ¡Caray! La Izquierda sólo pide libertad sexual, a drogarse o la autodenigración del ser humano, o más bien libertinaje, para todo lo demás, piden ser esclavos del Estado y que éste resuelva todo. Es una señal de la decadencia cuando la Libertad, el más sagrado de los derechos del hombre, se reduce a esto, a ser la mera satisfacción de las pasiones y los impulsos más primarios, es renunciar a la trascendencia y a las infinitas posibilidades del ser humano... qué pobres miras, qué limitados.

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