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3 de julio de 2011

LA VERDADERA DEMOCRACIA GRIEGA

“Tenemos un régimen político que no se propone como modelo las leyes de los vecinos, sino que más bien es él modelo para otros. Y su nombre, como las cosas dependen no de una minoría, sino de la mayoría, es democracia. A todo el mundo asiste, de acuerdo con nuestras leyes, la igualdad de derechos en los conflictos privados, mientras que para los honores, si se hace distinción en algún campo, no es la pertenencia a una categoría, sino el mérito lo que hace acceder a ellos; a la inversa, la pobreza no tiene como efecto que un hombre, siendo capaz de rendir servicio al Estado, se vea impedido de hacerlo por la oscuridad de su condición. Gobernamos liberalmente lo relativo a la comunidad, y respecto a la suspicacia recíproca referente a las cuestiones de cada día, ni sentimos envidia del vecino si hace algo por placer, ni añadimos nuevas molestias, que aun no siendo penosas son lamentables de ver. Y al tratar los asuntos privados sin molestarnos, tampoco transgredimos los asuntos públicos, más que nada por miedo, y por obediencia a los que en cada ocasión desempeñan cargos públicos y a las leyes, y de entre ellas sobre todo a las que están dadas en pro de los injustamente tratados, y a cuantas por ser leyes no escritas comportan una vergüenza reconocida. 38. Y también nos hemos procurado frecuentes descansos para nuestro espíritu, sirviéndonos de certámenes y sacrificios celebrados a lo largo del año, y de decorosas casas particulares cuyo disfrute diario aleja las penas. Y a causa de su grandeza entran en nuestra ciudad toda clase de productos desde toda la tierra, y nos acontece que disfrutamos los bienes que aquí se producen para deleite propio, no menos que los bienes de los demás hombres. mientras que nosotros vivimos plácidamente y no por ello nos enfrentamos menos a parejos peligros"

El anterior es un fragmento del famoso discurso fúnebre de Pericles, el cèlebre estadista Ateniense del siglo V a.C., pronunciado en las exequías de los primeros caídos en la Guerra del Peloponeso, ese discurso es considerado un verdadero elogio a la Democracia, como el discurso de Lincoln en Gettysburg, y ha contribuído a crear la idea del sistema democrático como la forma de gobierno ideal, la panacea que por sí misma llevará al desarrollo y a la prosperidad, y sobre todo, al goce completo de la libertad.

Hoy en dìa, con la crisis de la Grecia moderna conviene hablar un poco de la idealización del pasado que comentábamos en un post anterior y la presentación de un sistema polìtico ya no como lo que es: una forma de gobierno, sino como un ideal en todo, una "forma de vida" incluso que se aplica tanto al territorio de lo moral como del conocimiento y que nos lleva, hoy en dìa, a vivir en una dictadura verdadera del relativismo, de las mayorías y sobre todo, de aquellos que cuentan con el poder o la influencia suficiente para modificar las opiniones de dichas mayorías, y que actualmente parece estar dirigiéndose a encontrar sus límites, cuando no a un colpaso.

Haciendo un poco de Historia, tenemos que la aparición de la Democracia en la Atenas clásica se dió como una evolución tanto política como económica y social de la ciudad-estado tras el gran colapso de la Epoca Micènica o Tiempos Heróicos de Grecia en el siglo XI a.C., según la tradición, Codro, último rey de la Atenas micénica, se sacrificó para que se cumpliera una profecía y así salvar a su ciudad de la invasión de los Dorios, episodio recordado en la Mitología como el "Regreso de los Heraclidas", evento que sepultó a Grecia en la llamada "Edad Oscura" que transcurriría del siglo XI a.C. al VIII a.C. Los Atenienses, según se recuerda, prometieron jamás a volver a tener rey en recuerdo a tan heróico líder y en su lugar, bajo la guía de legisladores semilegendarios como Dracón y Solón, hacia el siglo VII y VI a.C., establecieron un régimen colegiado, regenteado por los nobles o aristócratas, descendientes de las familias más antiguas de la ciudad, muchas de ellas aduciendo parentezco con los dioses y semidioses del origen de los tiempos.

Sin embargo, fue el cambio económico lo que llevó a la transformación política. Los aristócratas eran dueños de las tierras, lo que era ideal en una economía meramente agrícola, pero el aumento de la población y la pobreza del suelo del Atica, la región en la que se encuentra Atenas, y en general de toda Grecia llevó a la búsqueda de nuevas fuentes de riqueza: la industria y el comercio. Esto llevó a que pronto se acumularan nuevas y grandes fortunas y que los nuevos ricos quisieran participar en la toma de decisiones. Así, el sistema político fue modificado por Solón, al que ya mencionamos, a fin de que el nivel de ingresos determinase los derechos a votar y a ser votado, redistribuyó la tierra y la organización tribal tradicional de los atenienses a fin de que ninguna predominara sobre las demás. A los magistrados electos encargados de funciones ejecutivas: los Arcontes, agregó otros órganos de poder, la Ecclesia o asamblea del pueblo, los Estrategas o Comandantes Militares, y el Bulé o Areópago conformado por los Aristocratas. De esta forma, nació una primera forma de Democracia.

Desde el principio, la Democracia demostró sus bemoles: Pisístrato, aristócrata que se había hecho muy rico con sus inversiones en el comercio se volvió además ídolo del pueblo por sus ayudas a los pobres; a nombre de éstos, y aduciendo que el sistema no servía a las clases bajas, dió un golpe de Estado hacia el 561 a.C. ante el apoyo completo del pueblo, no derogó el sistema, pero quedó como el poder detrás del trono y quien movía los hilos, quitando y poniendo magistraturas. Surgió así una tiranía, entendida como un poder ejercido fuera de lo constitucionalmente establecido, no necesariamente violento o corrupto. A su muerte, sus hijos, Hipias e Hiparco continuaron con el gobierno, pero ellos sí abusando de su poder, finalmente serían derrocados tras un lío amoroso-homosexual, nada político ni libertario, por los "tiranicidas" Harmodios y Aristogitón.

Tras la tiranía de los Pisistrátidas, vendrían las reformas de Clístenes tendientes a evitar que nuevamente se presentara otro tirano. Sin embargo, comenzarían luchas por el poder, que catalizadas por las Guerras Médicas, desembocarían en un enfrentamiento entre las familias más aristocráticas por el poder, que obtenían mediante populismo y dádivas a fin de ganar el apoyo de los ciudadanos, los descendientes de Pisístrato, regresados del exilio, capitanearon el bando de la aristocracia, mientras que otra familia linajuda, los Alcmeónidas, comandaron las causas del pueblo llano, con el que no tenían nada en común, pero  les brindaba poder.

El propio Pericles, tenido hasta hoy en día como el paladín de la Democracia fue en realidad un personaje del que no caba dudarse sus dotes de estadista, pero del que hay que decir que no fue más que un hábil demagogo, y que resulta contradictorio que se le tenga por demócrata o defensor del gobierno del pueblo cuando en realidad utilizó a éste como medio para convertirse en el "Hombre fuerte" de Atenas por 30 años. Siendo electo Estratega, sus funciones se limitaban constitucionalmente a ser uno de los 10 comandantes del ejército (de ahí que siempre se le representase con un yelmo corintio sobre la cabeza, con la visera levantada como  muestra de su carácter guerrero), nunca ejerció el arcontado y por tanto, oficialmente no tenía en sus manos ninguna función ejecutiva, sino que teóricamente se encontraba bajo las órdenes de los Arcontes y por supuesto, de la Asamblea del Pueblo, sin embargo, supo, gracias a su habilidad oratoria y la fortuna e influencia de su familia, ser quien realmente tomaba las decisiones en la hoy capital helena, pues participaba en la asamblea y sus discursos eran bastante convincentes para hacer lo que pedía.

Y yo me pregunto: ¿no es acaso más contrario al espíritu democrático la existencia de un caudillo o cacique que dirige los hilos del poder cuando no tiene facultades para ello? De ser así, entonces Raul Padilla López, verdadero amo y señor de la UDG, universidad pública del Estado de Jalisco, México, debe ser comparable, al interior de esa institución, con Pericles y ser considerado un paladín de la democratización universitaria, pues desde su puesto de Director de la Feria Internacional del Libro influye en todos los ramos de la vida de esa casa de estudios!!

Pericles así logró establecer salarios para las magistraturas en Atenas, que hasta entonces habían sido honoríficas, esto garantizaba que quienes llegaran a ejercer puestos públicos tuvieran cierta solvencia económica y esto a la vez representase una garantía de que no se aprovecharían de los fondos públicos, Pericles, entre tanto, adujo que el establecer salarios para los funcionarios llevaría a que los pobres también pudieran acceder a los cargos, mostrando así la igualdad de derechos que todos debían disfrutar en Atenas. Sin embargo, lo que en realidad hizo fue tener una burocracia asalariada y agradecida con el Alcmeónida, creando además una plaga que sufren todas las democracias hoy en día: el político profesional que medra del erario, y que, por el contrario, utiliza a éste como su fortuna personal.

La construcción de los monumentos de la Acrópolis, como el Partenón, también impulsada por el político griego es explicable también como una de esas "obras de relumbrón" ciertamente magnificamente hecha, pero fundamental para ganarse el apoyo y demostrar las bondades de su régimen, con el que la capital del Atica había llegado a su cúlmen de poder y riqueza.

Sobre el propio Pericles, durante la Edad Media y hasta el siglo XVIII se tuvo una imagen más bien negativa, incluso, haciendo caso de ciertas fuentes como la biografía escrita por Plutarco o la Constitución de Atenas escrita por Aristóteles, se le señalaba de prevaricador o corrupto, incluso que la Guerra del Peloponeso fue provocada por el mismo, quien tras haber tomado ciertas cantidades del Tesoro de Delfos, acusó a los Espartanos del robo...

Como se ve, la Democracia siempre se ha caracterizado por encumbrar a gente con las uñas largas...

La imagen idealizada de las Democracias griegas (pues Esparta, Tebas y otras ciudades establecieron en mayor o menor medida regímenes populares) ha venido a ser desmontada recientemente por una nueva oleada de historiadores británicos, donde podemos destacar a Michael Scott y a Tom Holland, con sus obras  Un Siglo Decisivo y Fuego Persa que ya han sido comentadas en este espacio. Hoy en día, esto nos debería mover a una reflexión acerca de los reales aciertos y errores de los sistemas democráticos actuales, o si los mismos responden siempre a las necesidades de todas las sociedades en forma universal, más cuando actualmente varias de las potencias emergentes: China, Rusia o Irán, responden a modelos más o menos autoritarios y los sistemas democráticos de partidos, vigentes en Occidente, empiezan a demostrar sus limitaciones y sus vicios: corrupción, grupos privilegiados, impunidad, y sobre todo falta de liderazgos adecuados. No tenemos que mirar muy lejos para verlo...

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