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8 de noviembre de 2025

MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

 Doctrina Monroe: Trump revitaliza uno de los conceptos más determinantes de  la historia americana

Hace unos días comentaba con un amigo, eque esta segunda administración de Donald Trump en EUA, parece ser de "mucho ruido y pocas nueces", como lo diría Shakespeare en el título de una de sus comedias más conocidas (en Inglés: Much Ado about Nothing) en cuanto a su política exterior; internamente, es evidente que el neoyorkino constituye una fuerza que está demoliendo, poco a poco, a las instituciones surgidas hace 250 años con la Guerra de Independencia respecto de Gran Bretaña y la emisión de una carta constitucional, la primera en ser abiertamente surgida de las ideas de la Ilustración, surgiendo así, como el primer Estado Liberal de Derecho sustentado en un régimen de Democracia Representativa. 

Pero ese sistema, se está derrumbando, y con él, todo el orden internacional estructurado en torno a esas ideas, delineadas en los siglos XVII y XVIII por pensadores como Kant, Rousseau, Montesquieu o Voltaire, Hegel, Fichte, Wilson, Schmitt o Kelsen, simplemente, se ha comprobado aquello de que quien parte de premisas falsas tendrá conclusiones igualmente equivocadas, o aquello descrito bíblicamente como quien construye sobre la arena, verá su edificación caerse por falta de bases.

Trump, a mi parecer, se está mostrando la encarnación misma de los problemas de Estados Unidos como Imperio, un Imperio fallido que no ha logrado consolidar una verdadera hegemonía a diferencia de los imperios del pasado como el Británico, el Francés o el Español, pese a contar con las fuerzas militares más poderosas del mundo. Tal potencia se ha limitado ejercerse como una mera amenaza que no concluye en nada. EUA no ha ganado ni una guerra tras haber sido parte del bando vencedor en 1945, con su activo papel en la derrota de Japón tras los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, mientras que en el resto de la contienda, fue la Rusia Soviética quien realmente destruyó a la Alemania Nazi, eso sí, con el respaldo financiero y parcialmente industrial norteamericano, pero después de ello, las intrigas y conflictos políticos internos le han impedido a EUA obtener verdaderas victorias en los numerosos conflictos en los que ha participado: Corea terminó en una especie de empate, que permanece congelado como tal hasta hoy, por el temor de Truman de engrandecer al General McArthur, el César Americano del que no quería ser el Pompeyo; Vietnam fue un desastre absoluto gracias a una opinión pública hábilmente manipulada por la sensiblería y la puesta en evidencia de la desigualdad de la sociedad, tan claramente reflejada en la canción Fortunate Son de la banda Creedence. Irak, por su parte, terminó sirviendo en realidad a los intereses de Irán, con lo que los Persas recuperaron, a través de las facciones chiítas, el control sobre Mesopotamia, que desde el siglo VI a.C. ha sido su "patio trasero". Libia terminó con la precipitación del otrora país más desarrollado de África en el caos; pero lo más vergonzoso fue la huída de Afganistán, tras 20 años inútiles de lucha en que se derrocó al gobierno de los Talibán, para regresarles el poder al final sin haber logrado nada más que haber aumentado la producción de opioides.

Trump llegó al poder prometiendo poner fin a la guerra de Ucrania en 24 horas y con una llamada telefónica... no ha sido así, se reunió con Putin en Alaska, y al parecer, el mandatario eslavo le prometió una especie de reparto del mundo que terminó en una estafa. La guerra no ha cesado, las tropas rusas cada vez toman más territorio, y el neoyorkino a veces humilla a Zelensky para luego prometerle armas novedosas y potentes para vencer a Moscú, como es el caso de los misiles Tomahawk, para luego retractarse ante las amenazas de Putin que muestra tener armas mucho más avanzadas que las norteamericanas, como es el misil de propulsión nuclear Burevestnik o el torpedo capaz de cargar ojivas nucleares Poseidón.

Cacareó su Plan de Paz para Gaza, con especulación inmobiliaria incluida para beneficio de su codicioso yerno Jared Kushner y sus clientes de la Casa de Saud, pero el mismo, en menos de un mes posterior a su implantación, ha terminado por derrumbarse: al no haberse permitido que Netanyahu continuara con sus operaciones militares por la presión de una opinión pública nuevamente manipulada mediáticamente que se vuelca al antisemitismo cada vez más, Hamas se reconstruye y retoma el control de la Franja de Gaza, persiguiendo a críticos y opositores entre los mismos palestinos a los que supuestamente defiende y ha roto el alto al fuego, lo que ha llevado a que, de nueva cuenta, Israel reinicie sus ataques en un conflicto interminable, ante lo cual, el neoyorkino, increíblemente, ahora parece guardar un decente silencio.

Ante lo que parece una conciencia de que no cuenta ya con el poder de imponer su voluntad sobre Asia o Europa y África, es que Trump apuesta por resucitar a James Monroe (en la imagen) y buscar la hegemonía sobre todo el continente americano: aunque últimamente ha bajado el tono, no oculta las ambiciones sobre Groenlandia, --único punto donde continúa la presencia de una "potencia" europea: Dinamarca, para contrariar al mandatario de hace 200 años-- y continúa con una especie de táctica de acoso y derribo contra Canadá, incluso con cuestiones tan estúpidas como cerrar las negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio por un anuncio del Gobierno Provincial de Ontario, en que se cita a Ronald Reagan y su mensaje contrario a la imposición de aranceles, y enarbolando la lucha contra el narcotráfico, algo que en sí mismo es de alabar, pese a que no haga nada al respecto internamente, busca intervenir en el sur del Río Bravo, sin realmente hacerlo. Todo queda en palabras.

Y así tenemos el caso de Venezuela: todo indica que es Marco Rubio, el Secretario de Estado de origen cubano (sus padres llegaron a Miami no huyendo de Castro, sino del dictador anterior: Batista) el que impulsa al mandatario a tomar acciones contra el régimen chavista que preside Nicolás Maduro; sin embargo, y pese a la acumulación de tropas, y buques de guerra, incluyendo a dos poderosos portaaviones, uno de los cuales es desplazado desde el Mediterráneo hasta el Caribe, hasta ahora sólo se ha logrado la destrucción de algunos pequeños botes presuntamente cargados con narcóticos, en lo que vienen a ser ejecuciones extrajudiciales amparadas en que a los narcotraficantes se les clasifica ahora como terroristas --lo que no ha sido óbice para que la Administración de Trump negocie con capos, les libere de las penas y los convierta en testigos protegidos-- y por tanto su eliminación es un acto de guerra, aunque el Almirante al mando de la operación renunció ante su temor de verse, en un futuro, procesado por crímenes de guerra de alguna manera, según él mismo lo dijo.

Si Trump pensaba en realizar una operación militar contra Venezuela, o más bien contra el criminal régimen de Izquierda que la gobierna, es claro que ya perdió la oportunidad para ello, además de ponerle sobre aviso de que había autorizado a personal de la CIA a actuar dentro del país sudamericano, ha dado tiempo para que el dictador caribeño, sin duda, haya recibido armas, equipo y probablemente asesores, así como unidades del grupo mercenario Wagner de parte de su aliado moscovita, y probablemente de Persas y Chinos también; el Palacio de Miraflores y sus búnkeres deben contar ahora con una fuerte defensa de estos grupos mercenarios y fuerzas de élite enviadas desde esos aliados y la presencia de un enorme avión de carga militar ruso Ilyushin Il-76 en Caracas indican que probablemente Putin en Alaska quizá le prometió a Trump dejar Venezuela a su merced y como prueba de buena voluntad dejó que en Bolivia, el partido MAS Movimiento al Socialismo (otro aliado de Moscú) no hiciera fraude electoral, aceptara la derrota y dejara el poder en manos de la Derecha pro-yankee en las recientes elecciones presidenciales, pero en el caso venezolano, es muy probable que tenga preparado un nuevo Vietnam o una Ucrania particular para los gringos de atreverse a poner un pie ahí. Entre tanto, el líder ruso ha ganado tiempo y continúa con su metódico programa para reconquistar Ucrania y terminar de ahogar a Europa, recordemos que según el autor francés Emmanuel Todd, el plan de Putin terminará hasta el 2027.

Entre tanto, ha desatado una guerra de palabras con Gustavo Petro, el Presidente de Colombia, y parecen dos pericos ensarzados en una batalla de graznidos y plumas esponjadas, que tampoco llegará a nada, finalmente, se trata de dos habladores a los que les sobra lengua y falta reflexión antes de emitir sus dichos, por no decir otra cosa.

Ahora, Trump que ha desestimado públicamente que implementará acciones militares en Venezuela, dirige sus dardos hacia Nigeria, a fin de detener el genocidio contra los Cristianos desatado por grupos islamistas como Boko Haram, algo ante lo que por supuesto, la Izquierda, aliada del Islam que estúpidamente ve en este credo imperial y expansionista un aliado para acabar con la opresión cristiana occidental, calla y no demanda acciones como lo hace respecto de los palestinos. Sin embargo, puedo apostar que Trump nuevamente moverá contingentes militares a la zona... y no hará nada, como en el caso de Venezuela.

Trump atizó la guerra comercial con China, pero bastó con entrevistarse con su homólogo Xi Jinping para echarse para atrás, llegando a una especie de "tregua" entre ambas potencias, al parecer, no se había dado cuenta de la interrelación entre las economías de ambos países y que necesita de China para recibir las tierras raras que precisa la industria tecnológica que trata de revitalizar en su país, y que necesita igualmente de la mano de obra calificada del coloso asiático con la que no cuenta en EUA.

Entre tanto, el reciente asesinato de Carlos Manzo, alcalde de la ciudad de Uruapan, Michoacán, a manos del crimen organizado contra el cual había actuado con dureza, lo que le valió el sobrenombre de Bukele Mexicano, muestra que a la señora Claudia Sheinbaum le ha quedado grande la Presidencia de la República en México: ha sido incapaz de sacudirse la influencia de López Obrador y no ha podido o sabido oponerse, atemperar o modificar una serie de reformas conducentes a acrecentar el poder presidencial y minar el Estado de Derecho, que, desde que se las impusiera su predecesor en la primera reunión que tuvieron tras su victoria electoral, se vio su disgusto hacia ellas porque sabía que le generarían problemas, aparte de que no sabe ejercer tal poder, no ha efectuado una limpia intensiva de su partido, al que realmente no lidera y que está posiblemente en proceso de disolución al carecer de cabeza y orden internos, con un AMLO que, ante los cuestionamientos sobre sus hijos y sus antiguos colaboradores por su participación en redes de corrupción, se ha eclipsado pero mantiene su tenaza sobre ella. 

Sheinbaum no ha podido revertir los nefastos efectos de la política de apaciguamiento implementada por su predecesor ante el crimen organizado, y hay regiones en que es evidente la disolución del Estado, y es que no basta haber sido toda su vida una activista política, por que lo de "científica" graduada en Berkeley es un mero papel: nunca se le ha visto en foros científicos, haciendo publicaciones o participando en proyectos, pero sí en campañas, mítines, huelgas y manifestaciones desde muy joven, como muchos casos en México, su doctorado es, como en general son los títulos y grados académicos lo son en el país, desde que en 1824 con la proclamación de la República se suprimieran los nobiliarios, una forma de manifestar estatus, por eso México es el único país donde, antes del nombre, se anotan las abreviaturas del título universitario obtenido: Lic. sobre todo para los abogados, C.P. para los contadores públicos, Arq., Ing., y por supuesto Mtro. y Dr., aparte de que Berkeley desde los tiempos de Oppenheimer es un nido de Izquierdistas, y en general, aquí sí correctamente lo ha señalado Trump, las universidades de la Ivy League no tienen ya más prestigio que el nombre, y si no, véase el caso del "científico" Avi Loeb de Harvard, principal difusor del bulo de que el cometa 3I/Atlas, es una "nave extraterrestre"... correctamente, el neoyorkino ha retirado fondos a una institución que hoy en día no es más que una cueva de charlatanes.

Pero en el caso de México, a diferencia de Venezuela es clara la contaminación del narcotráfico en todos los aspectos de la vida nacional, sin embargo, Trump ya no amenaza con intervenir en el país, sino lo disfraza ofreciendo colaboración, y por el contrario, parece defender a Sheinbaum presentándola como una víctima de las circunstancias a la vez que la elogia como persona; a mi parecer, esto demuestra que ella, de alguna manera, trabaja para él; creo que se acentuará más su papel de "virreina" y que, al menos en materia de seguridad, todo quedará en manos del embajador Johnson, el ex-boina verde y Agente de la CIA. A Sheinbaum la mantendrán como Presidente para no generar más inestabilidad, pero creo que su gobierno está acabado en la indecisión de quedar bien con la Izquierda Latinoamericana por un lado, lo que está aislando a nuestro país respecto de otros, como Perú, y a la vez, quedando bien con el neoyorkino.

Porque hay una cosa que debemos tener en claro: EUA nunca nos ha ayudado ni lo hará, en mucho, nuestros problemas actuales han sido ocasionados por su vecindad, y es que en gran parte de esa mentalidad imperial, --fallida-- que hemos descrito, existe la herencia política de Gran Bretaña; es decir, EUA, al igual que su Madre Patria, considera como amenaza cualquier potencia que surja o se desarrolle en su hemisferio, o en cualquier otra parte del mundo, como ahora ocurre con China, pero mucho más si algún otro país del continente: Canadá (sí, aunque sean naciones "hermanas"), México, Brasil, Argentina o cualquier otra, se desarrolla, así que hará todo lo que sea necesario para debilitar y generar inestabilidad, evitando el crecimiento: en México lo sabemos desde que el embajador Poinsett, con la ayuda de una serie de líderes ingenuos y corruptos como Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Ramos Arizpe o Santa Anna, desbarrancó el proyecto imperial de Iturbide, o posteriormente, el de Maximiliano, aupando a caudillos venales y mediocres como Gómez Farías o Juárez, y ni se diga con Porfirio Díaz que había hecho una especie de alianza con Europa, para lo cual, levantaron a Madero, (él sería asesinado a instancias de Henry Lloyd Wilson, otro embajador, pero contrario a los intereses de su Gobierno, y movido por sus ambiciones personales frustradas ante el incumplimiento de Gustavo A. Madero de darle concesiones petroleras); así que, esta mentalidad propia de Tarquinio el Soberbio, último Rey de Roma, de acabar con cualquier competidor, es lo que ha movido en mucho las políticas e intervenciones de EUA.

Por ello, no es de dudarse que sí exista cierta alianza o cierto impulso a que en México se adopten medidas o políticas tendientes a la desindustrialización o sacar inversiones de nuestro país para que retornen o se dirijan al norte, donde además, Trump decididamente busca empobrecer a gran número de sus connacionales para que vuelvan a aceptar trabajos fabriles, desalentar la educación universitaria y promover la técnica, o incentivar a las ingenierías, a fin de recuperar a EUA como potencia industrial.

De hecho, en cuanto al efecto nocivo del intervencionismo norteamericano es lo único en lo que se podría estar de acuerdo con la Izquierda Latinoamericana, pero de hecho, la misma ha surgido como respuesta a ese intervencionismo, algo que fue cuidadosamente cultivado por los sucesivos gobiernos de Stalin, Kruschev y Brezhnev desde los años 30 del pasado siglo y durante la Guerra Fría, la Izquierda fue un monstruo que creció durante décadas debidamente alimentado por los intereses soviéticos que se aprovecharon del, muchas veces justificado, resentimiento de los hispanoamericanos hacia EUA y las potencias europeas; tras la caída del régimen comunista en Rusia en 1991, la Izquierda Latinoamericana era ya una hidra capaz de mantenerse por sí sola y con ese fin creó el llamado Foro de Sao Paulo bajo el liderazgo de figuras como el propio Fidel Castro, Hugo Chávez y Luiz Inácio Lula da Silva, lo que permitió de que el monstruo se mantuviera a sí mismo, sobre todo al régimen cubano, como si la isla caribeña fuese una especie de tierra sagrada a la que había que mantener, lo que en mucho contribuyó a la destrucción de la economía venezolana, como en el pasado contribuyó a la crisis de la soviética, a problemas para la propia norteamericana, y a la española a fines del siglo XIX. Aún así, con el resurgimiento del poderío moscovita, reinició el apoyo, fundamentalmente dirigido hacia Caracas, por parte de Rusia, China e Irán, ya no motivado por razones ideológicas, sino puramente geopolíticas y de negocios: meter una cuña en la América continental contra la hegemonía norteamericana y arrebatarle el mercado.

Para Trump, sin embargo, el haber mantenido a Argentina bajo el mandato de Milei como resultado de las elecciones intermedias, es un gran triunfo y la posibilidad de tener una "cabeza de puente" en el Cono Sur que le permita ejercer el control y presión para expulsar a las potencias rivales de la región. 

Sin embargo, pasan los días y no se actúa; muy probablemente, Maduro ya cuenta con todo un plan de contingencia coordinado con Moscú y Pekín para actuar como un proxy, entre tanto, Trump ha dilapidado enormes recursos manteniendo una flota y llevando al portaaviones más grande del mundo, el Gerald R. Ford, del Mediterráneo a Sudamérica, sólo para hundir unos cuantos botes. Internamente, el Gobierno Federal sigue cerrado, evidenciando que el coloso del norte se encuentra en una bancarrota no declarada, pero que aún así salvó al melenudo Presidente argentino del colapso de su gobierno, dándole un rescate financiero billonario para seguir aparentando el éxito de un plan radical que no ha estado funcionando, y la amenaza de la radicalización de la política interna con la victoria de Zohran Mamdani en las elecciones municipales de Nueva York y la división interna de la Derecha en torno al antisemitismo.

Aunque creo que al final Trump y su proyecto se impondrán el próximo año en las elecciones legislativas, y que el triunfo del musulmán socialista es parecido al de los Peronistas-Kirchenristas en Buenos Aires que no les llevó a triunfar a nivel nacional, sino que desbarrancaron, sí creo que su proyecto no está yendo a buen término, al menos en el corto plazo: se ve una búsqueda por demoler el sistema, lo que probablemente quiere su electorado, e ir estableciendo un régimen más autoritario y centralizado, sin embargo, está provocando caos con el cierre del gobierno, lo que indica su decisión de purgar las administraciones federales, y en política exterior, la verdad es que no ha logrado nada, incluso, Venezuela puede o ser una gran victoria que refuerce sus sueños imperiales, o puede ser la debacle que derrumbe su Gobierno, pero también al propio Estados Unidos como potencia. Se encuentra caminando sobre la delgada capa de hielo quebradizo formada sobre un lago profundo de corrientes violentas.

En cuanto a nuestros países Hispanoamericanos: urge el surgimiento de movimientos conservadores, de verdadera derecha, nacionalistas, que refrenden nuestras identidades sin ignorar las influencias buenas que puedan llegar de otros lados, ni apostar por sueños de resurrección imperial imposibles, que rechacen los espejismos marxistas y también las utopías liberales y que no estén esperando a que la salvación venga de Washington. Esa capital siempre ha sido nuestro enemigo --distinguiendo aquí a los gobiernos de los pueblos, las primeras víctimas de sus ambiciosas élites son los propios anglosajones, recordando nuevamente esa canción que mencionamos antes: Fortunate Son, de la banda Creedence,-- y tampoco Moscú, ni Pekín, ni mucho menos Teherán son amigos, deberíamos de dejar de ser un botín a la espera de ser conquistado, mientras no cambie en nosotros esa mentalidad, no defenderemos nuestros propios intereses y no seremos dueños de nuestros destinos.