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11 de octubre de 2021

LA CRISIS DE ESTADOS UNIDOS

 Verán los conservadores la luz sobre la secesión? | Centro Mises (Mises  Hispano) Centro Mises (Mises Hispano)

En el post anterior dije que EUA también va a pasar a la Historia como un fracaso, otro país inventado en este continente surgido de la colonización europea: española, británica y portuguesa --la presencia francesa, la verdad, fue marginal-- en el que, a partir de 1776 comenzaron a surgir países artificiales, empezando, precisamente con nuestro vecino del norte, el cual, muy probablemente fue concebido como un experimento social y político de la aplicación de las ideas de la Ilustración, quizá echado a andar por la masonería del Gran Oriente Francés, y a la vez, un proyecto borbónico que desató fuerzas o efectos que los propios Borbón no serían capaces de controlar y que les costaría la pérdida del trono francés y de los territorios americanos de España. A veces creo, y me parece que haya sido plausible, que lo que Jefferson, Franklin y demás buscaban era sólo amagar y presionar a la corona británica para obtener representación parlamentaria en Westminster, pero que fueron empujados a la independencia por España y Francia, ambos gobernados por la Casa de Borbón, deseosa de vengarse por las derrotas en la Guerra de los Siete Años... así se explicaría el famoso memorial del Conde de Aranda, en el que éste advertía a Carlos III de España sobre el Frankenstein que acababan de crear, al consumarse la independencia americana con el Tratado de París de 1783.

Hoy, tras doscientos treinta y ocho años de aparente éxito, el experimento comienza a mostrar señales de peligro y deterioro, y de que siempre se ha sostenido sobre bases endebles cuyos crujidos ante los sismos que produce la Historia se escuchan cada vez más fuertes, anunciando la posibilidad de derrumbe.

Muchos dirán que Estados Unidos de América es la más grande potencia jamás existente, pero esto no es cierto, la realidad es que es un Imperio fallido que jamás pudo consolidarse como tal, y cuyo crecimiento se debió no tanto a sus éxitos como a la debilidad y errores de las potencias europeas, que estuvieron muy preocupadas por sus rivalidades, dejando a EUA, junto al resto de América, un tanto olvidadas y en el aislamiento, interesaban únicamente como fuente de materias primas, como el algodón o el tabaco de Virginia y Georgia, o como deudor para la banca londinense, lo mismo que los vestigios del Imperio Español. Los primeros gobiernos norteamericanos, motivados por la creencia fanática derivada de las doctrinas calvinistas, en el Destino Manifiesto, sin embargo, no dejaron de creer que el nuevo país que habían creado estaba llamado a ser algo nuevo y a tener un futuro maravilloso como "pueblo elegido" para extender los ideales de Democracia y Libertad... concebidos desde la perspectiva --liberticida en realidad-- del protestantismo más irracional, sentimental, puritano y angustiante.

Sin embargo, las élites norteamericanas, conformadas por descendientes de segundones de la nobleza británica sin fortuna, que en América encontraron la manera de enriquecerse rápidamente, o refugio para las extravagantes sectas derivadas de los múltiples cismas sufridos por el Anglicanismo, el Luteranismo y el Calvinismo en su caos teológico, fueron más inteligentes de lo que serían las élites criollas hispanoamericanas cuarenta años después, y decidieron no matarse entre ellos --de momento, eso lo dejarían para 1860-- por modelos de país o por el poder en bruto, fijaron las reglas del juego: la Constitución de Filadelfia de 1787 y las aceptaron; finalmente, el chiste era crear un sistema que aplicara las ideas de la Ilustración, que estableciese una república en vez de la monarquía británica, pero que, en esencia, dejara las cosas como estaban... finalmente al día de hoy, existen dos apellidos en la política norteamericana ya presentes desde los primeros asentamientos en Nueva Inglaterra: Clinton y Bush, que siempre se han mantenido en la cúspide de la pirámide.

De igual manera, e impulsados por esa idea fanática religiosa puritana del Destino Manifiesto, es que buscaron una expansión territorial a expensas del México recién independizado y posesiones británicas que le fueron vendidas por una corona británica que nunca comprendió a cabalidad la riqueza que podía tener en sus posesiones en Norteamérica sino hasta más tarde, o Francia, con un Napoleón para el que la Louisiana era sólo un terreno baldío y España que le vendió la Florida necesitada de recursos tras haber sido vapuleada por la ocupación de las fuerzas de Bonaparte. Y al final, la adquisición de Alaska, por la venta hecha por Alejandro II, algo que casi un siglo más tarde Stalin recriminaría, pues aquello hubiera representado la victoria en la Guerra Fría. 

Pero tras esas adquisiciones territoriales, Estados Unidos dejó de buscar la expansión territorial; cierto, vino la Guerra contra España en 1898, que tuvo como principal objetivo sacar definitivamente a España de América y evitar que una potencia europea siguiera con influencia en su patio trasero. Cuba se independizó bajo su égida, aunque luego no podría evitar que se convirtiese en un enemigo con el que tiene una extraña relación, porque le ha dejado vivir, como ya lo he platicado antes aquí, en su vecindad e influir en el contenido y quizá hasta en su interior a través de la Izquierda. Filipinas sería un protectorado que obtendría la independencia tras la Segunda Guerra Mundial bajo el dictador Ferdinando Marcos y su extravagante esposa Imelda, tras ver destruida su identidad hispana, y Puerto Rico se mantendría adherido en una situación extraña como "Estado Libre Asociado". 

Posteriormente, Estados Unidos ha intervenido en multitud de conflictos, pero en realidad, no ha ganado ninguno por sí mismo y ninguno ha refrendado realmente un carácter genuinamente imperial, como si lo tuvo Inglaterra, España o incluso Francia o Portugal, en el pasado, vamos:

  • En la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos intervino del lado de los aliados en contra de Alemania tras descubrirse el "telegrama Zimmerman" con el que se prometía a México, de parte del Kaiser la recuperación de sus territorios perdidos en 1847 a cambio de que atacara a EUA; realmente, la postura era suicida, y hasta estúpida de parte de los alemanes, tomando en cuenta que México estaba inmerso entre 1916 y 1917 en una guerra civil en que Carranza, si bien era el caudillo más fuerte, aún no podía contar con estabilidad y consolidar su Gobierno, con todo y un Constituyente en marcha. No era un peligro serio; EUA interviene como parte del negocio que ya llevaba a cabo de financiar y proveer a los aliados, la entrada en la guerra fue muy tardía, pues sus tropas no llegaron al frente occidental sino hasta ya empezado el año 1918, y si bien constituyeron refuerzos importantes, la derrota del ejército del Segundo Reich se debió más a su agotamiento y a las malas decisiones de su alto mando que al empuje del --por demás poco capaz, pues anteriormente no pudo capturar a un bandolero como Villa-- General Pershing y sus tropas.
  • En la segunda Guerra Mundial, y pese a la propaganda, la victoria del bando aliado sobre la Alemania Nazi se debió al sacrificio inmenso de la Unión Soviética, mismo que ciertamente, contó con el apoyo financiero y de materiales de EUA, quien sí llevó el peso de la contienda en el Pacífico contra Japón, pero que en el frente norafricano y europeo tuvo en realidad un peso secundario, el frente occidental sirvió de distractor para que la aplanadora rusa pudiese empujar a la Wehrmacht hasta Berlín; norteamericanos y británicos se empantanaron tras el desastre de Market Garden y las Ardenas, además de la absurda orden de frenar a Patton, el general más hábil de las armas americanas que más tarde sería al parecer asesinado para que no generase problemas con Moscú y no fuese rival político para el general de oficina Eisenhower.
  • Corea terminó en un humillante empate porque el Presidente Truman, un hombre inculto, de pocas luces, corrupto y mediocre, frenó a McArthur, un genio militar pero que era incómodo igualmente para la Clase Política Norteamericana, además de que quiso evitar un conflicto contra la Rusia de Stalin por invadir a China, recientemente conquistada por Mao, como lo proponía el gran general.
  • Vietnam, ni se diga, una guerra innecesaria por creer que el movimiento nacionalista de Ho Chi Minh sería desde el principio comunista; a pesar de los repetidos intentos de Ho por ser reconocido como aliado de EUA, desde la década de 1920, los norteamericanos, para evitar verse enfrentados a Francia, tomaron la batuta de estos y se vieron envueltos en una guerra brutal y sangrienta que fueron incapaces de ganar, golpeados por la propia Izquierda norteamericana en la farándula --Jane Fonda-- y en las universidades, terminó con la retirada humillante de Saigón y posteriormente, la tan ansiada alianza entre Vietnam y EUA ante un peligro común: China.
  • Pese al mensaje de difundir el respeto a la Democracia y los derechos humanos, EUA aceptó aliarse y hacerse de la vista gorda con dictaduras siempre y cuando éstas le permitiesen contrarrestar los avances del Comunismo, incluso, fomentando el Islamismo Wahabita-Salafista, como lo hemos dicho, y qué decir de los regímenes militares en Hispanoamérica; aún así, apoyó a Fidel Castro en Cuba quien después cambió de bando e hizo migas con Moscú, para luego ser incapaz de frenar la influencia del régimen isleño en el continente.
Estos son algunos ejemplos de cómo EUA no consolidó una verdadera dominación imperial sobre el mundo, en mucho, porque ideológicamente desde el principio no podía convertirse en un imperio cuando surgió de una rebelión contra otro imperio; pero también, por la visión mercantilista y los intereses financieros e industriales que han dominado su política: la guerra es un negocio, y es mejor mantener vivos los posibles conflictos con la conversión de aliados en enemigos y viceversa para nutrir a las empresas y bancos proveedores de armas y recursos para las aventuras bélicas, dándole cada vez más un poder mayor a estas entidades e intereses privados que finalmente, se han ido contra el propio Estado.

Porque quizá donde más se aprecia la crisis es al interior: la idea de querer fundar un "mundo nuevo", la "ciudad en la colina", o la "nueva Jerusalén", llevó a los norteamericanos a rechazar la herencia cultural británica, crearon una especie de cultura similar a un recipiente genérico, un tupperware, en el que todo cabe, sustentada en meros conceptos políticos y económicos: Democracia, Libertad, Capitalismo, al verse dueños, tras la derrota mexicana, de un inmenso territorio, y por sus prejuicios protestantes que generaron o justificaron el racismo, sin contar con la población anglosajona necesaria para ocuparlo, rechazaron integrar a los indígenas a la nación, y abrieron la puerta a la inmigración masiva, además de depender de mano de obra esclava de los africanos. Sin embargo, las diferentes comunidades étnicas no se integraron ni mezclaron casi, no ocurrió un fenómeno de mestizaje, ni ocurre en la actualidad, como sí ocurrió al sur del Río Bravo. La migración y la adopción de logros de otros lados alimentó ciertamente el desarrollo de la ciencia, la técnica y la educación en EUA, pensemos por ejemplo, en la carrera espacial y la conquista de la Luna, finalmente fue la obra de un alemán: Werner Von Braun, y la tecnología tomada del Tercer Reich, que colaboró con los norteamericanos a cambio de, hay que decirlo: impunidad por posibles crímenes de guerra.

Como resultado, no se generó una verdadera identidad nacional, en un país que ni siquiera tiene un nombre propio que identifique su Historia, su origen o sus raíces, sino que es una genérica referencia a su régimen político y cuyos habitantes, sólo tienen como referencia geográfica la del continente, por lo que para referirse a su país tienen que llamarle America, al no tener otra manera de decirle sin recitar el largo nombre oficial y sólo así darse un gentilicio que los refiera a un lugar. 

El Puritanismo degeneró en el Progresismo, que lo mismo que el primero, desea construir la utopía de una sociedad perfecta y pura, en la que todos sean incluidos y no haya ofensas para nadie, en que todos los defectos y errores no sean perdonados, porque son contrarios a la pureza, por eso, se derriban monumentos a Colón o a Washington por haber sido esclavistas y no haber pensado como en el siglo XXI viviendo en los siglos XV o XVIII; a lo que se añade la llamada Generación de Cristal, formada en el bienestar de décadas y que no resiste las mínimas presiones o dificultades, y que actúa bajo una concepción voluntarista y sentimental, que no acepta la realidad y ha convertido en tema principal, la identidad sexual, los fetichismos, perversiones y en general, los gustos de alcoba se convierten en temas centrales y definitorios de la persona, impulsados por una mentalidad antinatalista y Malthusiana que busca la reducción de la población para optimizar los recursos para producir innumerables chácharas para sostener una economía basada en el consumo.

Lo que hemos visto desde marzo de 2020 ha sido una serie de acontecimientos cuyo impacto irá más allá de estos años. Sin duda, estamos ante un punto de inflexión de la Historia; como lo he mencionado, la evidente derrota de EUA en Afganistán --porque eso es, es una derrota en toda la regla-- es sólo uno de los síntomas de la crisis que está cimbrando a nuestro vecino del norte, crisis que se ha venido gestando, precisamente desde hace veinte años y que finalmente, ha terminado por estallar ante la suma de varios factores:

  • El auge de las ideologías progresistas y los movimientos identitarios.
  • El accidentado final del Gobierno de Donald Trump, mismo que puso en evidencia la fractura interna en la sociedad norteamericana, de un lado, unas élites financiera, tecnológica, burocrática y de las comunicaciones/espectáculos, que han abrazado el credo progresista contra una clase media mayormente conservadora, así como la división entre el Estados Unidos urbano y "liberal" de ambas costas y el centro rural y conservador.
  • El conflicto electoral que sembró serias dudas respecto al sistema democrático y constitucional estadounidense y que llegó a su punto álgido con la toma por manifestantes del Capitolio en Washington, D.C., el 06 de enero último.
  • La pandemia del COVID, que se ha convertido en la principal bandera para todos los conflictos políticos internos en EUA.
  • La crisis migratoria en la frontera sur y la incapacidad de plantear una respuesta ante el ascenso de la Izquierda al sur del Río Bravo, ni ante la posibilidad de quiebre del régimen comunista cubano.
  • La competencia económica china, y la injerencia política de Arabia Saudita de la que hablé en un post anterior.
  • La derrota en Afganistán, que derrumba definitivamente el mito de la supremacía militar norteamericana y parece poner punto final a su intervencionismo en el exterior.
  • La crisis de confianza entre EUA y sus aliados de la OTAN, evidenciado con el conflicto de los submarinos australianos que acaba de estallar con Francia.
  • La aparente realización de un golpe de Estado en la sombra efectuado por la cúpula militar norteamericana en contra de Trump, con la "bendición" de Pekín, según todo lo indica.
Perdonarán muchos de ustedes mis lectores que estos últimos posts me haya dedicado a tratar el tema de Estados Unidos de América, pero es que a nivel internacional no hay nada más importante que esta crisis que estamos viendo, ya que, al ser hasta ahora la república del norte la principal potencia mundial, lo que ocurra respecto a ella repercutirá en todo el mundo, principalmente en la Civilización Occidental, y por supuesto, en México; de hecho, hemos empezado a ver las consecuencias de la debilidad y de lo errático de la política seguida por la Administración que encabezan Joe Biden y Kamala Harris.

Y la verdad, el panorama no luce alentador para nadie.

En EUA se está dando una polarización política cada vez mayor y una división en la sociedad muy peligrosa para la unidad nacional. Es un proceso que inició bajo Obama, quien, lejos de simbolizar una reconciliación interna entre la población anglosajona y la de origen africano, que en el pasado, durante la etapa colonial y los primeros ochenta años de vida independiente fuera sometida a la esclavitud y luego a un régimen de discriminación y segregación racial por otros cien años en buena parte del país, reabrió las heridas y contaminó la vida política y social del país con el discurso de la Izquierda de luchas entre opresores y oprimidos, reivindicaciones artificiales e identidades, que han dividido y fragmentado, y llenado de odio el ambiente, y todo con la simple finalidad del lucro político para el Partido Demócrata.

Trump por su parte, alentó aún más la división erigiéndose en el discurso --y poco en los hechos, salvo su postura pro-vida-- como quien reivindicaba al clasemediero norteamericano (de todas las etnias y no solamente al WASP) contra las élites mezquinas, a quienes en realidad no tocó ni un pelo; y si bien, por un lado, el neoyorkino atizó una campaña viral en Internet sustentada en teorías de la conspiración a través de ese movimiento llamado Q-Anon, las élites respondieron mediante los medios masivos demonizando al entonces mandatario al que no se bajaba de todas las fobias ni dejaba de achacársele tendencias autoritarias.

Sin embargo, la figura de Biden en la Casa Blanca parece ser todo aquello que le achacaban al magnate convertido en político. El otrora Vicepresidente con Obama ha resultado --cosa curiosa-- muy similar a lo que es Andrés Manuel López Obrador en México, a quien, aparentemente, no considera bien. Ambos mandatarios aparentan cierta senilidad, pero en realidad resultan ser dos adictos al poder, que buscaron siempre la primera magistratura hasta obtenerla ya siendo ancianos, con discursos en pro de la honestidad, pero plagados de mentiras y realidades corruptas y oscuras, que reaccionan con ira, descalificaciones sarcásticas e incendiarias a los opositores y críticos, y han desplegado una pasmosa ineptitud en el ejercicio del poder presidencial, cada uno en su contexto; de súbito, los dos países más importantes de Norteamérica se encuentran gobernados por dos viejos veteranos de la política partidista, izquierdistas recalcitrantes, pero sobre todo, que ven al poder como un fin, pero no como un medio para lograr el bien común, sino sólo para el enaltecimiento de su ego y el engrosamiento de sus fortunas personales y las de sus familiares.

Sus planteamientos para el combate del coronavirus, como es la obligatoriedad de la vacunación, el señalar que los patrones despidan a los trabajadores no vacunados, y sus ataques a los gobernadores republicanos, como Ron de Santis del estado de Florida, por ejemplo, muestran una vena autoritaria que Trump jamás llegó a tener, así como una intención de invadir la esfera de la autonomía de los estados, esencia del sistema federal y lo que es más, derechos fundamentales, como la autonomía de la voluntad de las personas, un pilar del sistema norteamericano. 

Si en los primeros meses del Gobierno de Biden, ante sus constantes dislates que hacen sospechar de que padece de sus facultades cognitivas, se hablaba de la "Administración Biden-Harris", sin embargo, la Vicepresidente cada vez más decepciona a propios y extraños, desde que ante la crisis migratoria, Biden le nombró encargada de la situación en la frontera, la californiana se ha comportado igualmente de manera errática, y en las entrevistas siempre termina carcajeándose nerviosamente, para ahora desaparecer ante la debacle afgana, y una total inacción ante la situación fronteriza, la cual parece estar siendo orquestada por carteles del narcotráfico y trata de personas ante la impotencia de los dos seniles mandatarios a ambos lados del Río Bravo, mientras se multiplicaban las denuncias de antiguos empleados en contra de la californiana, que la señalan como iracunda, que emplea el acoso laboral y el despotismo para con su equipo de trabajo, así como tener una carrera inflada por sus relaciones personales y conectes, sin más méritos que el ser mujer y ser descendiente de inmigrantes.

Lo que más impacta quizá sea la verdadera catástrofe que se encuentra en la jefatura de las fuerzas armadas (teóricamente) más potentes del mundo. La verdad es que han incurrido en verdadera traición, con la confesión hecha por el Jefe del Estado Mayor Conjunto, el General Milley, hecha al periodista (y activista de Izquierdas) Bob Woodward, de que, al ser un opositor a Trump y temer que éste iniciara una agresión contra China, se comunicó con el alto mando chino para tranquilizarlos, en el sentido que, de existir algún posible ataque contra el Celeste Imperio, él mismo les avisaría con tiempo para que estuvieran preparados...

Ante todo esto, hay que señalar que lo que principalmente está provocando el quiebre de Estados Unidos es la cada vez mayor brecha existente entre las dos posturas ideológicas que se enfrentan; si uno ve o lee los comentarios de representantes del conservadurismo norteamericano, como a Tucker Carlson de Fox News, o a Ben Shapiro y Matt Walsh de Daily Wire, es que ellos se ciñen a la letra a la doctrina del destino manifiesto y al excepcionalismo norteamericano, una creencia romántica de Estados Unidos como el "mejor país del mundo", a la que se contrapone la visión de la Izquierda Norteamericana extrema, como Black Lives Matter o Antifa, y que incluso comparten muchos hispanistas que predican el antiamericanismo: una verdadera "leyenda negra" que plantea que EUA se encuentra "maldito" desde su origen por el "racismo sistémico".

Pero vamos, ni tanto de un lado, ni del otro. Hay que reconocer, por un lado, que la Izquierda norteamericana ha hecho algo bueno en cuanto a abrir espacio a la autocrítica de Estados Unidos tanto por lo que ve a sus reales y graves problemas internos, como respecto a sus políticas al exterior, realmente agresivas e imperialistas, además de fallidas; hace unos años, causó cierta polémica la escena de una serie de TV con el actor Jeff Daniels en la que éste, interpretando a un periodista que da una conferencia a estudiantes universitarios en la que señalaba que EUA no era el mejor país del mundo, ni el más democrático, ni el de mayor bienestar del mundo, y es cierto; países como Japón, Suiza, Austria o Nueva Zelanda cuentan con un mejor nivel de vida que EUA, y son bastante democráticos. En julio pasado, causó polémica un número del cómic del Capitán América, en el que el patriótico personaje de Marvel reconocía que el American Dream no era más que un mito, desmentido por la dura realidad que muchos norteamericanos viven y el desengaño de muchos inmigrantes al llegar a la "tierra de las oportunidades" y enfrentar pobreza, desempleo, crimen y discriminación, lo cual también es cierto.

En este sentido, resulta curiosa la postura cada vez más sensata que ha venido adoptando en el último año el comediante Bill Maher, que si bien es un ateo recalcitrante y crítico de la moral tradicional cristiana, cada vez aparece más abierto de manera inteligente a ella, así como cada vez más se distancia de la Izquierda Progresista y su discurso extremo: señala cómo EUA no es un país perfecto, y ninguno lo es, y tiene muchos y muy serios problemas sociales, económicos y políticos, como cualquier otro, y que ideas tales como el destino manifiesto, excepcionalismo norteamericano y american dream, por supuesto que son mitos, mismos que han sido necesarios para impulsar el patriotismo y la lealtad a una serie de ideales identificados con el país y estimular la integración de las oleadas migratorias llegadas a EUA; pero que también, los problemas existentes no son tan graves como para decir que se trata de un país monstruoso o de una sociedad cruel e infernal, como la Izquierda predica en su mensaje enfocado en la necesidad de una transformación; los inmigrantes, llegan a EUA no porque crean que sea el paraíso en la Tierra, sino porque a comparación de los lugares horrendos de donde salen, es un lugar mucho mejor, y en el que sí existen más y mejores oportunidades de una vida mejor. Como el propio Maher lo señala, quizá no haya imagen que mejor ilustre esto que ver a afganos desesperados entregar a soldados gringos a sus bebés, pidiéndoles que los traigan a este continente, porque consideran que en EUA tendrán oportunidades de crecer y desarrollarse, lo cual los Talibán están truncando en su propia tierra... una imagen poderosa sin duda:

Bebé afgano entregado a soldados de EU en el aeropuerto de Kabul

EUA ha cometido enormes crímenes en su Historia, le arrebató injustamente, a México, la mitad de su territorio, por ejemplo, y arrojó dos bombas atómicas a Japón; país que tampoco fue un ejemplo de ética y de respeto al Derecho Internacional con sus vecinos, pero también es claro que ha intentado ser un Imperio Generador, y no solo un depredador: el Plan Marshall y la reconstrucción de Japón tras la Segunda Guerra Mundial así lo demostraron, y en mucho es posible que el establecer regímenes democráticos en países invadidos haya sido una verdadera convicción, más allá de intereses mezquinos de sus élites; quizá no le ha salido bien del todo, y sólo España logró triunfar en el proceso de creación de naciones modernas tras la Conquista en el siglo XVI, decididamente, Estados Unidos ha fracasado como Imperio, pero lo ha intentado.

Y es que nos guste o no, EUA es la cabeza de Occidente; los modelos alternativos al propuesto por los gringos con todo y sus defectos son: el despotismo ruso, la tenebrosa teocracia islámica sunnita-wahabita de los sauditas o la república islámica chiíta, nacionalista y expansionista de los iránios, el totalitarismo del Partido Comunista Chino o las narcodictaduras cubana y venezolana... Ustedes dirán, qué es preferible.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tampoco es que EUA sea la opción “buena” dentro de todo ese batidillo que menciona. si tenemos en cuenta que, si bien tiene aspectos destacables, también se ha dedicado en su mayoría a promover aberraciones tales como el aborto, homosexualidad (con pederastia incluida), animalismo, drogadicción, materialismo y del racismo ahora pasaron a exaltar las bondades del mestizaje. Todo ello emanado de la mentalidad liberal (surgida del protestantismo) que les dio forma.

Y el hecho de que con todos esos desvaríos no comulgue el grueso de su población tampoco ayuda, puesto que la “mayoría silenciosa” no hizo nada por revertir o mínimamente reclamar por el que, a todas luces, fue un robo en contra de la reelección de Donald Trump que se portó tan timorato que no llamó ni a la desobediencia civil, sabiendo el fraude que le cometieron.

Ahora si vamos a hablar del totalitarismo de los chinos o rusos, bien nos vendría darle una visita a países “democráticos” como Australia o Francia y ver la represión a las manifestaciones que se han hecho en contra de la vacunación obligatoria.


Recomiendo leer estos artículos.


Mundo Republiqueto - ¿Imperio Generador o Degenerador?

https://www.mundorepubliqueto.com/2020/11/27/imperio-generador-o-degenerador/


Mundo Republiqueto - ¿El mito de EEUU como guardián de «Occidente»?

https://www.mundorepubliqueto.com/2020/01/08/el-mito-de-eeuu-como-guardian-de-occidente/

misteryhouse dijo...

Un tema al que no se le ha dado suficiente difusión de este lado del charco es a la crisis energética que esta atravesando Europa en estos días. Los ejemplos más significativos son sin duda el aumento del precio KW/h electricidad en España a niveles estratosféricos y los apagones que sufrieron en Reino Unidos hace aproximadamente un mes.

Anónimo dijo...

A ratos te gana el hispanismo visceral anglofobo y la tibieza posmo de esquizofrenia natural...más ganitas para la próxima.